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Evolución del Instituto
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by Editorial EA
El Director General del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, Miguel Ángel Margáin, detalla que “somos la autoridad encargada de registrar, de proteger los derechos de propiedad intelectual en su rama de propiedad industrial a través de dos grandes ramas:
Las invenciones que son patentes, modelos de utilidad (sistemas de producción) y diseños industriales (planos y maquetas) o los signos distintivos (logotipos), es decir, aquello que distingue a un producto o servicio en el mercado a través de marcas, nombres o avisos comerciales (slogans).
“Por otro lado, están las denominaciones de origen (indicación geográfica aplicada a un producto), que es un signo distintivo pero con ciertas particularidades muy importantes”, como ejemplo se cita a “Cacao de Grijalva”, que, vale la pena mencionar, es el primer producto que recibe la patente dentro de la actual administración”.
Además, “somos una de las autoridades encargadas de seguir a detalle la observancia de los derechos de propiedad industrial y de los derechos de autor, aunque no somos los responsables, si existe alguna violación también podemos intervenir en su defensa”.
El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial cumplió 23 años en funcionamiento, surgió de aquel boom que trajeron los Tratados de Libre Comercio, sobre todo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, aunque también es de recordar que en esa misma época se dio el surgimiento de una alianza entre el comercio mundial con la OMC.
Esta alianza vio nacer el TLCAN y los tratados del OMC, como el GAT para comercio de productos, el GAT para comercio y servicios, y el tercero y obligatorio para la OMC, que es el de propiedad intelectual.
El IMPI se crea como instituto mexicano descentralizado, con personalidad y patrimonio propios, pero coordinado por la Secretaría de Economía.
Los cambios que ha sufrido se basan en el fortalecimiento de la cultura de propiedad industrial, misma que ha generado más solicitudes, al mismo tiempo que se ha podido brindar más protección para los mismos, esto, a lo largo de su historia, se ha convertido en el objetivo principal.
“Hoy por hoy, en una sociedad y economía del conocimiento, lo más valioso resulta ser esto último; un conocimiento, una innovación, una creatividad que según como se externe se va protegiendo a través de invenciones, de marcas, y eso es el activo más importante de una empresa”.
Miguel Ángel Margáin recalca que, actualmente, “el valor de una patente, de una marca, supera por mucho el valor de las instalaciones físicas, ya no estamos en una economía de ladrillos, de varilla, de instalaciones físicas sino en una sociedad y economía del conocimiento”.
Por lo que el IMPI mantiene sus objetivos principales fortalecidos, pero además promueve y se estabiliza en una plataforma de reconocimiento internacional a través de la protección del mercado mexicano.