El tiempo de cuaresma Cuando se acercaba el tiempo de que Jesús empezara a anunciar el Evangelio, apareció un hombre que iba delante de él.
Juan iba vestido de pieles de camello y sólo comía lo que encontraba en el desierto. Predicaba: Preparad los caminos del Señor.
Acudían muchos a escucharlo y se arrepentían de sus pecados. Juan los bautizaba en el río.
Jesús también acudió desde Nazaret al río Jordán para ser bautizado por Juan.
Luego Jesús se retiró al desierto durante cuarenta días para ayunar y hacer penitencia. Allí fue tentado por el diablo.
El tiempo de cuaresma es un tiempo de conversión y penitencia. Comienza el miércoles de ceniza y dura cuarenta días. Acaba cuando empieza la Semana Santa
Miércoles de Ceniza Los cristianos recibimos en la frente o en la cabeza el signo de la ceniza al comienzo de la Cuaresma
Las cenizas En la procesión del domingo de Ramos se bendicen las palmas y ramos de olivo con los que acompañamos a Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén. Algunas palmas y ramos los guardamos para quemarlos el año siguiente. Así obtenemos la ceniza, que –después de bendecida – nos imponen al inicio de la Cuaresma.
“soy polvo y ceniza” En la primera página de la Biblia se nos cuenta que “Dios formó al hombre con polvo de la tierra”. Eso es lo que significa el nombre de “Adán”. Dios le recuerda entonces que será polvo de la tierra, “pues de ella fuiste hecho” (Gn 3,19).
Significa que somos nada comparados con el Creador. Pero Abrahán decía: “Aunque soy polvo y ceniza, me atrevo a hablar a mi Señor” (Gn 18,27).
actitud de humildad
“Humildad” viene de humus: “tierra”: “polvo y ceniza son los hombres” (Si 17,32). La ceniza significa también el sufrimiento, el luto, el arrepentimiento. Es, pues, signo de dolor y de penitencia.
Al recibir la ceniza muestro a los demás que quiero hacer penitencia por mis pecados.
Jesús se retiró a orar al desierto
El desierto es un lugar despoblado, seco, donde casi no hay vegetación y falta el agua. Jesús fue a orar y ayunar. Significa: abandono y soledad exterior e interior, para encontrarse con Dios. Jesús quiso preparar así su ministerio público.
espacios de silencio y soledad
El “desierto� requiere el coraje de los humildes, de los que no tienen miedo de volver a empezar...
Cada cristiano debe buscar cada dĂa espacios de silencio y soledad para encontrarnos con nosotros mismos y con Dios y descubrir que estamos lejos de lo que Dios espera sobre nosotros.
Los cuarenta días Moisés y Elías estuvieron cuarenta días en el desierto. Israel cuarenta años, en peregrinación hacia la tierra prometida.
Significa: tiempo de la prueba a la que Dios somete al
pueblo. Es también “hoy”: tiempo propicio para escuchar la voz de Dios y no endurecer el corazón. Nuestro trato con Dios necesita un “espacio” adecuado (el desierto como lugar de silencio), y un “tiempo” oportuno y concreto, “suficiente” para escuchar, a través de nuestra conciencia, su voz de Padre que corrige y consuela a la vez.
El ayuno Junto con el desierto y la oración, el ayuno nos ayuda a hacer penitencia, para revisar nuestra vida y buscar sinceramente a Dios. Los que se retiran al desierto para encontrarse con Dios, ayunan. El ayuno es abstenerse de comida y bebida. Es símbolo y expresión de una renuncia a todo lo que nos impide realizar en nosotros el proyecto de Dios. Ayunar es también: hablar menos, no gastar en cosas innecesarias o caprichos, perder menos tiempo frente a la televisión, trabajar mejor, ayudar a los demás, etc. Va unido a la limosna, a ser generosos con los demás. Si ayunáramos sólo para sufrir o demostrar que somos fuertes, estaríamos desvirtuando su verdadera finalidad.
Con la Cuaresma dedicamos 50 días a preparar la Pascua de Jesús