El riesgo de ser cristiano

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FERNANDO SIERRA

EL RIESGO DE SER CRISTIANO

SEGUNDA !!DJCIÓN

EDICIONES S1GUEME Apartado 332 SALAMANCA

1967


A

mis sobrinos

José Antonio y Mary Nieves, Angelines y Adelita, que son pequeños y

todavía no saben

que

la vida

cuesta lo suyo

y h ay que arriesgar mucho

Censor: Josí: GóMEZ LORENZO - Imprímase: MAURO RuBJO, obispo de Salamanca, rs diciembre 1965 - © Edfrirmes Slgweme r965 - :Reservados todos los derechos · N. Edición: ES. 'n Depósito legal:

B. 1.201-1967

-

Imprenta Altés. S. L. ·Barcelona


lNDICE Señal de vuelo

I.

II.

.

9

TOMANDO ALTURA l.

Ser o no ser arriesgado

13

2.

Merece la pena arriesgarse .

19

3.

La gran noticia del riesgo

25

29

4.

El ri e sgo de ser hijos .

5.

Cristo y los arriesgados

6.

Cristo y los arriesgados

7.

El Espíritu Santo y los arriesgados

41

8.

Una Madre para todo riesgo

47

( 1) .

33

( II) .

37

SIEMPRE EN ORBITA

El riesgo de la fe .

53

10.

El riesgo de la esperanza

59

11.

El riesgo de la caridad

63

12.

El riesgo de la oración .

67

13.

El riesgo del dolor

73

14.

El riesgo de la pobreza .

77

15.

El riesgo de la humildad

83

16.

El desga de la pureza

89

9.


111.

IV.

TOMANOO TIERRA 17.

El mundo y Jos arriesgados.

97

18.

El trabajo y los arriesgados.

103

19.

El cuerpo y Jos arriesgados.

109

20.

La voluntad y los arriesgados .

113

21.

La libertad y los arriesgados

119

22.

La alegrĂ­a y Jos arriesgados.

125

23.

El amor y los arriesgados

131

24.

El reino y los arriesgados

137

TELECOMUNICADOS 25.

Avisos para

26.

Avisos para arriesgados .

no

arriesgados

.

145 151


SEAAL DE VUELO Nunca he tenido ocasión de hablar con un cosmo­ nauta ni de estar metido en su piel. Pero, por lo que se ve y se dice, su aventura es arriesgada porque sí. Ahora bien, durante cuatro años, al alimón de ot ras cosas, he podido tratar y cono cer muchos ióvenes. Chi­ cos y chicas entre los catorce y veinte años, metro más o menos. Horas y horas atendienao, confesando, ani­ mando abriendo caminos. ¿Qué he sacado de esta corta experiencia? Muchas cosas. Entre ellas: o rientar a la juventud es tan necesario como difícil. Ser joven uno volvió a recordar- es una empresa hermosa a la par que arriesgada. Por eso emp ecé por lo del cosmonauta. ,

-

*

*

*

Los apuntes que hoy aparecen aquí un poco or­ denados son fruto de esas vivencias y convivencias. Más aún. Han sido los mismos jóvenes los que me han animado a publicarlos. Además, fueron ellos y ellas los que aportaron gran parte del material empleado. Subrayaron libros que les presté, anotaron en sus libre­ tas aquello que más les hirió durante una charla o en un retiro espiritual y, locos de contentos y contentas, me pasaron el recado de sus hallazgos. Cuántos nom­ bres podría citar. Un gracioso, al verlo todo en ringlera y a punto de ser embalado, me ha espetado pícaramente: «Padre, en este libro ha hahido una gran copiada». Acertó la

9


criatura ésa. Pude haber adobado un poco los textos así hubieran parecido míos. Pero preferí algo más honesto y, creo, más eficaz. Dejar las citas tal cual y que queden ahí, limpias y afiladas como saetas, apun­ tando al corazón de todos. Lo único que he pretendido con este mosaico es rotular unas ideas, claras y exi­ gentes en lo p osible, para que, el que las lea, aprenda un poco más a volar y a arriesgar su vida. O¡alá se cumplan mis cortas aspiraciones. y

Tengo que confesar que alguna vez llegué a descon­ fiar de la juventud. Ahora estoy arrepentido. Cuando los jóvenes, ellos-ellas, comienzan a saborear el evan­ gelio, y lo único que nos piden es que sepamos y queramos hacérselo descubrir, no hay nada que se les ponga por delante. Lo dan todo, son capaces de todo. Es que tienen una enorme vitalidad y, donde hay vida, hay combustible para carburar. *

*

'/:

Yo les pediría un pequeño favor a los jóvenes de edad y de espíritu que van a toparse con estas sugeren­ cias Y es que no vayan de prisa ni a salto:s. Las citas bíblicas, núcleo del libro, hay que estrujarlas y expri­ mirlas como un limón hasta sacar todo el jugo que lle v an dentro. Y eso, minuto a minuto, poco a poco. Les pediría eso. P ero también les deseo un feliz viaje por su juventud y que vivan con inmensa alegria el mayor de los riesgos, el riesgo de ser cristiano. Así que motores en marcha y en picado hacia arriba .

. . .

.

A ver quién alcanza la techumbre más alta.

F. S. Barcelona,

10

verano

1965.


1

tomando altura

ccSer cristiano es la más grande,

la más auténtica osadía a es

la que el hombre dado

a

(Bliekast)

atreverse.11



1 SER O NO SER ARRIESGADO 1

Eres

joven

«¿Qué puede esperarse de una juventud que no conoce el riesgo? ¿Qué puede esperarse de una juven­ tud que no se sorprende de nada, que no siente fe rvor por nada ? » (VIEUJEAN) 2

Y miras al infinito «Para la juventud el mundo ofrece perspectivas in­ La fuerza que se posee es ilimitada. Así se explica la confianza de que la vida dispensará inmensas

finitas

. . .

riquezas

y

dará la seguridad de que habrán de realizarse Se trata de una actitud hecha para el

grandes cosas.

infinito.» 3

(GuARDINI)

Y amas la vida «Quiero la vida, toda la vida. Me siento curiosa, arder más fuertemente que ninguna otra llama, sea la que sea.» (S. DE BEAUVOIR)

ávida de

4

Y buscas comprensión <�Los demás no me comprenden. Quisiera que, al menos una vez, me trataran como una chica hecha y derecha, no como una cría. ¿Se piensan que todavía tengo cinco años? ¡Ojalá fuera verdad! Pero me si.ento capaz de reflexionar y de luchar. ¿Por qué no me com­ prenden ? No admiten que yo pueda tener opiniones distintas de las suyas. Les parece ridículo todo lo que

13


digo y pienso. Sin embargo, estoy plenamente conven­ cida de lo que digo. Si, por un instante, se tomasen la molestia de ponerse en mi lugar » (T. COLLAS) . . .

5

Y quieres ser libre «Quiero vivir a mi antojo. Quiero someter la vida a mi propia voluntad. Quiero ser dueña de mí misma siempre y en todas partes. No necesito a nadie para ayudarme o animarme.» (T. COLLAS)

6

Y puedes equivocarte «La juventud es la edad confusa en la que existe el peligro de tomar el rábano por las hojas. L a edad pasional en que los instintos hablan alto y amenazan

(VIEUJEAN)

con cegar el espíritu.»

7

Y eres cristiano. Y estás sesteando

a

lo mejor

-

a

lo peor

-

«No se puede ser cristiano sino cuando se está en violenta oposición con la vida corriente. Entiendo por vida corriente l a vida honorable del hombre término medio. Si sólo fuera para que sus discípulos llevar an la vida corriente de un burgués cualquiera, no valdría la pena de que Cristo hubiera venido.» (LECLERCQ)

8

Y quieres -y debes

-

jugar limpio

<�Desconfío de los hombres y al mismo tiempo ten­ go necesidad de ellos. Dudo de la religión y no puedo dejar de ocuparme de ella. Y lo mismo que a mí les ocurre a muchos jóvenes. En cada terreno buscamos 14


lo valioso. Intentamos encontrar un camino para nues­ tra acción, dar u n sentido a nuestra existencia, entregar nuestra fuerza a algo g rande. Nuestra alma no p ide solamente lo nuevo, capaz de cambiar el m undo, pide que todo se nos presente claro y descubierto en su frescur a original Los jóvenes quieren abarcar la vida y para eso es preciso que ten­ .

gan una religión, y una religión que no haya deriva do a un a negación del mundo por incomprensión.»

­

(UN JOVEN, según BLIEKAST)


SEMÁFORO VERDE Me 10,21 Mt 9,

2.5

Mt 8,5-13 Le 7, 14

C risto fi j a su mirada en un joven Cristo resucita a la hija de Jairo

C r i sto cura a un joven enfermo Cristo dijo a un joven: ¡Levántate!

Me7,29-30

Cristo expulsa a l d e m onio que aprisionabtf a una joven

Hech 22,6-9

Cristo da ael golpe de gracia» a un jovpn des­ pistado

Me 10,4647

Un joven g rita a Cristo con fe

Jn 4, 21-22

Le 1, 38 1Jn2,14

Cristo llama a l o s jóvenes a co l abo ra r con el Una

virgen

joven da el 51 a Dios

El apóstol t ien e fe en l a juventud

SEMÁFORO RDlO 1.

¿Qué es lo que más me preocupo en mi vida?

2.

¿Qué

es

lo que más me agrada?

3.

¿Qué

es

lo que má s me molesta?

4.

¿Qué es lo que más echo de menos?

S.

¿Qué es lo que más desearía conseguir?

6.

¿Qué valores positivos poseo?

7.

¿Qué contravalores arrastro?

8.

¿Qué soluciones necesito?

9.

¿Qué soluciones he buscado?

10.

16

¿Qué soluciones he rechazado?


JUVENTUD La juventud no es un período de la vida, es un estado del espíritu, un efecto de la voluntad, una cualidad de la imaginación, una intensidad emotiva, una victo ria del valor sobre la timidez, una predisposición a la aventura por encima de la comodidad. No nos hacemos viejos por haber vivido cierto número de años. Nos hacemos viejos cuando desertamos

ideal.

de nuestro

Los años arrugan la pi el; renunciar al tded/. enverece el alma. Las preocupaciones, las dudas, las contrariedades y los temores son los enemigos que, lentamente, nos cur­ van hacia la tie"a y nos convierten en polvo antes

de tiempo.

Jov en es

aquel que se sorprende y se maravilla. Pre­ gunta como el niño insaciable: ¿Y después?

Desafía los acontecimientos el juego de !a vida.

Eres tan joven como

tu

fe,

y

tan

encuentra la alegría en

viejo

como tu duda.

Tan ;oven como tu esperanza, tan arrugado como tu

desilusión. 17


Serás ¡oven mientras permanezcas ceptividad.

en

posición de re­

Receptividad frente a la belleza, a lo que es bueno grande.

y

Receptividad frente a los mensajes de la naturaleza, del hombre y del

infinito.

tu corazón estuviera a punto de ser mordido por el pesimismo y corroído por la vulgaridad,

Si un día

que Dios

tenga

compasión de

tu

alma vieja.

Un soldado dd ejército

18

de Mac Attur


2 MERECE LA PENA ARRIESGARSE l

El últi mo continente

«La aventura más p r odigi o s a es nuestra propia vida. Y ésa está a nuestr o alcance. Aventura breve: 30, 50, tal vez 80 añ o s que ser á necesario superar dura'inente, aparej ado como un ve­ lero, singlado como un velero haci a esa estrella de alta mar, que es nuestra morada única y nue str a única esperanza.

¡Qué importan ladri dos de perros, tempestades o calmas, si exi s te esa estrella! Sin ella, no habría otro remedio que escupir el alma y destruirse de desespera­ ción. Pero su luz está allá y su búsque da y persecución hacen de la vida humana una aventura más maravillosa que la conquista de un nu evo mundo o el curso de una nebulosa. Nos basta marchar hac ia nuestro Dios para estar a la altura del infinito, y e sto da sentido a t o dos nuestros sueños.» (Guy DE LARIGAUDIE)

2

Boga,

boga, marinero

«El cristianismo es el acto más desprendido, más rudo, más heroico, un acto de violencia por amor al re:ino de los cielos, un meter por fuerza el propio que­

rer inestable en la voluntad eterna, inmu table de Dios, una confesión atrevida de la gloria de D:ios, confesión que quebranta todo egoísmo mezquino y abre paso a un generoso amor humano, una voluntad de eternidad. Y que el aistian:ismo precisamente por esto es también 19


la más fuerte voluntad de vivir; confianza indomable de vida, certeza la más jubilosa.» (K. AoAM)

3

¡Plus Ultra! «Nuestro deseo de felicidad es demasiado grande para que pueda jamás ser satisfecho por algo distinto del más allá.» (GUY DE LARIGAUDIE)

«A vosotros, j6venes, que tenéis el instinto de la felicidad, os deseamos que sepáis descubrir su manan­ tial, más allá de la pantalla sensible, más allá del placer, más allá del éxito, en la realidad profunda de l a vida, que sólo Cristo revela.» (PABLO VI)

20


SEMÁFORO VERDE Ef 1, 4 1Cor13, 12 2 Cor 5, 2 Apoc21, 1 Mt 25, 34 Heb 13, 14 Col 3, 1 Le 9, 25 Mt 10, 39 Fil 1, 23

Eternamente

junto

a

Dios

Veremos a Dios cora a cara Destino infinito

Nuevo ci e lo y nuevo tierra

Venid, benditos de

mi

Padre

Vamos de paso por esta tierra Jerarquía de valores ¿Para qué e st e mundo,

si no conseguimos el otro?

Perder la vida, para enc on tra r la VIDA Deseo de feliz eternidad

SEMÁFORO ROJO voy,

1.

«No sé dónde pienso de esto?

2.

¿Qué clase de ideales tiene la juve n tud que ca· nazco? ¿Qué ideoles tengo yo? ¿Mezquinos, no­ bles, eternos?

3.

pero voy

tirandoll.

¿Qué

¿Creo que el ideol puede c am bi a r mi vida? ¿En

qué y por qué?

4.

¿Creo que un ideal puede hacerme feliz? ¿Qué ideol? ¿Por qué?

5.

¿Conozco muchos nota?

6.

¿Conozco jóvenes que hacen ¿Son felices? ¿Cómo?

7.

¿Conozco jóvenes que viven sin preocuparse de nado, de nadie? ¿Son 'felices? ¿Cómo?

B.

j óv ene s felices? ¿En qué se lo

¿Cuándo un joven suele p erd e r qu e se nota?

¿En

que quieren?

lo felicidad?

9.

¿Conozco jóvenes sin serios preocupaciones espi­ rituales? ¿Son felices? ¿Cómo?

10.

¿Cristo, los valores eternos, tienen oigo que ver con nuestra felicidad? ¿Cómo? ¿Por qué?

21


ORACION DE LA SED DE FELICIDAD Señor, ¿sabes lo que es un alma de veinte años? Aquí está la vida, delante de mí, como u na inquietud apasionante. He de hacerme un lugar en ella tengo el debe,. y el derecho de triunfar. Señor, Tú me has puesto en el mundo para vivir y iugarme aquí la vida. Mira el ansia que tengo de poseer «mi» vida. ,

El dinero como medio. carrera para irradiar mi Ser alguien.

La

Un jefe para

que me

sigan

influencia.

y

me amen.

El jefe de una familia. Dios mío, Y así y

te

ofrezco

todo,

Señor,

todo

esto. r:.·Estás contento?

tengo miedo.

Los tiempos son difíciles, los competido,.es nes la lucha áspera ...

a

monto­

,

Tengo miedo de

no vencer.

Ten go miedo de

a,.rast,.ar una

vida de tantas ... La vida

He

22

es

mala.

sufrido

existencia

mediocre,

Los hombres son malos, duros

ya demasiado ...

. . .

una


para ser feliz! que el concepto que tienes de felicidad

¡Y yo no he sido hecho para sufrir, sino

Señor, no

me temo oincide con el mío

c

.

prometido una felicidad, pero me parece que es muy diferente a la que mi alma ansia.

Ya sé que has

Admito fácilmente que las r iq u ezas y el desorden no proporcionan la felicidad. Pero, ¿hace falta vida eterna ?

sufrir

¿Hay que renunciar

en este m undo para ganar la

a los goces que la vida nos ofrece?

¿A qué quieres que renuncie? ¿Qué es lo que debo sacrificar? ¿Es preciso « darse » para «ser»?

«Amar, entregarse, servir

. . .

perder el alm a

.

»

¿Qué quiere decir todo esto?

Señor,

no entiendo nada.

¿Acaso el evangelio cambiaría mi vida?

La cruz. llevar la cruz para seguiros ... ¡Dios mío, quiero ser

feliz!

Bien sabes la necesidad que tenemos de certeza y de luz.

No queremos malgastar nu es tras vidas. Nuestras almas tien en una sed inagotable de felicidad. Dios mío, i!umínanos.

Dios mío, enséñanos a ser

felices. P.JOLY

2J



3 LA GRAN NOTICIA DEL RI ESGO 1

Carta para ti «El evangelio es una carta que nuestro gran her­ mano, Cristo, ha escrito para cada uno de nosotros. No es una carta colectiva, sino individual. Si Cristo os envía una carta, ¿no debéis leerla?»

(H. GonIN)

2

Suspenso

en

idiomas

«Nosotros no le entendemos, porque espe r amos que nos hable en nuestro lenguaje de bienestar, tal como lo imaginamos, a través de las pobres y estúpi­ das satisfacciones del sentimiento, del amor propio y del confort, únicos mensajes que est amos dispuestos a reconocer como suyos.» (EVELY) . . .

3

Dos fotografías dedicadas «El evangelio me revela cómo me habla Dios, cómo Dios, cómo vive Dios a mi lado. El evangelio me revela mi vida, cómo Dios me ama y cómo le correspondo yo tan mal muchas veces. E1 evangelio os estará cerrado, os será totalmente inútil, hasta que no os reconozcáis a vosotros mismos en él, hasta que no os haya qui ta do vuestra careta, basta que no os deis cuenta de que se dirigen a vosotros sus palabras: me

trata

"Tú eres ese hombre, tú eres el que bace eso, el que resiste, el que abandona, el que traiciona ... "

25


Somos no sotros los habitantes de Belén que no he­ mos querido dejar un sitio para que nazca.» (EVELY)

4

Comentario de actualidad «Leer el evangelio es creer que todo lo que hay en él está ocurriendo, que es un libro de revelación, de descubrimiento, que es algo más que una historia: es una profecía. El evangelio es una profecía. El evangelio no me dice lo que pasó entonces, sino que me revela lo que pasa ahora, lo que pasa rá cada día» (EvELY)

5

Si no te fías del remitente, nada «Nosotros leemos el evangelio. Pero si lo leemos como un libro ordinario, no producirá en nosotros más que efecto ordinario. Hay que leerlo como si hubiéra­ mos tocado a Cristo, con la mis ma fe y la misma espe­ ranza » (EvELY) .

6

Para tal

carta, tal archivo

«Tenemos que volver a aprender que no es sólo el corazón el que debe rezar, sino también la mente. El mismo conocimiento ha de convertirse en oración, cuando la verdad se hace amor.» (GUARDINI)

26


SEMÁFORO VERDE Lc2, 10

Evangelio, buena noticia del reino

Ef 1, 13

Evangelio, mensaje de salvación

Jn 1, 14

El Verbo - palabra de Dios - entre nosotros

Heb l, l Heb 4, 12-13

Le 1,45 Le 2, 19 Mt 7, 24-25

Jn5,39 Mt 28, 19

Dios nos habla por medio de su Hijo La palabra de Dios es incisiva Felices los que aceptan el mensaje Hay que encarnar la palabra de Dios Escuchar a Dios y obrar en consecuencia Escudriñad las Escrituras Evangelio, mensaje universal

SEMÁFORO ROJO 1. 2.

¿Leo y medito el evangelio? ¿Qué difl cultade s encuentro?

¿Cuánto tiempo dedico a su lect u ra y meditación?

¿A qué hora?

3.

¿Qué método uso pa ra meditarlo? ¿Ninguno?

4.

¿Sigo los tiempos litúrgicos o un índice de ma­ terias?

5.

¿En qué pasajes habla Jesús

6.

¿Quiénes

huyen

a

los

j6venes?

de Jesús en el evangelio?

7.

¿Quiénes se hacen el sordo en el evangelio?

8.

¿Quiénes buscan a Jesús en el evangelio?

9.

¿Quiénes se quedan con J e sú s en el evangelio?

10.

Sugerencia para meditar un pasaje: ¿Qué dice aquí Jesús? ¿Por qué lo dice? ¿Qué me di ce a mi?

27


CANTICO ANTE LA PALABRA DE DIOS ¿Cómo mantendrá el

joven la limpieza de sus caminos?

Guardando tus palabras. Yo te he buscado con todo el corazón; me aparte de tus preceptos.

no permitas que

He escondido en mi corazón tus palabras para no pecar nunca contra tí. ¡Bendito seas,

oh Yavé!

Enséñame tus preceptos.

Con mis labios he pregonado todos los decretos de tu boca. Me he alegrado por el camino de tus amonestaciones más que por todas las riquezas.

Quiero meditar tus preceptos, considerar atentamente tus caminos. Me deleitaré en tus estatutos, no me olvidaré

de tu palabra. Salmo 118, 9-16. Vulgata

28


.. EL RIESGO DE S ER HIJOS 1

El

abrazo

de Dios

« De lo finito a lo infinito, del mundo al trasmundo, de la naturaleza a la gracia no hay ningún camino m ás

que

el

que Dios quiera crear. A no ser la gracia,

no

existe entre Dios y el hombre una rel ación represen­ table en núme ro y medida. Por eso la gracia es osad ía.

en que el deja abrazar y pesar y transportar por esa infinitud.» (BLIEKAS'I') En ello reside la osadía del cristianismo,

hombre da el gran salto al infinito y se

2

El díc señclado <<En la vida cristiana normal se nos conce de la gra­ ,

cia sant ifi cante en el bautismo,

en medio de ceremonias

religi osa s sacramentales; se ha podido decir con j usto

título que el bautismo es el fundamento radical nuestra llamada a la santidad.»

3

El

amor

de

(THILS)

más fuerte

«Yo sé que la gracia de Dios es insidiosa, que la g racia es retorcida e inesperada. La gracia es terca. Cuando se la pone en la puerta de la calle , entra por la ventana. Cuando la grada no ataca de frente es que ataca d.e costado, cuando no viene recta es que viene ondulada, cuando no viene ondu l ando es que viene en zigzag.»

(PÉGUY)

29


4

Riesgo y respuesta «La gracia santificante, esta vida de Dios en nos­ otros, es el núcleo central, la piedra angular del ser cristiano. Aquí comienza a arder la osadía, aquí nace. En este punto desaparece el equilibrio del ser humano.»

(BLIEKAST) «El bautismo, además de conceder la gracia de la justificación, lleva también un conjunto de ceremonias que representan ya un auténtico "compromiso" de san­ tidad.» (THILS)

5

Hijos, sí; uhijos de papáll, no «Cuando os digo que el hombre es la mejor resi­ dencia de Dios, la más bella manifestación de la gloria de Dios, me refiero al hombre que vive la vida divina. Y mi intención es que estas palabras os hieran, que os hagan volver un poco sobre vuestra propia vida para reprocharos a vosotros mismos esa falta de vitalidad con que disfrutáis la vida.» (EVELY)

6

El

muro de

la vergüenza

«En la madeja santa de la luz de los destinos, pecar es negro nudo, tosco nudo aislador. Pecar es una piedra tirada en los caminos del amor . » (A. NEitvo) . .

30


SEMÁFORO VER DE Jn 4, 10 Jn 15,

14

La gracia, don de Dios La gracia, amistad con Dios

2 Pe 1,4

La gracia, vida divina

1Jn.3,1

La gracia, hijos de Dios

Jn 14 2.3 ,

Jn 15, 5 1Cor12, 27 Rom8,29 1Pe2,9 Rom 8, 16-17

La gracia, templos de Dios La gracia, miembros de Cristo La gracia, cuerpo de Cristo La gracia, hermanos de Cristo La gracia, pueblo de Dios La gracia, herederos del cielo

S EMÁFORO ROJO de

1.

¿Estimo realmente la vida se nota?

2.

Dios es mi Padre. ¿Doy un valor supremo a su amistad?

gracia? ¿En qué

3.

¿Pierdo la vida de gracia?

4.

¿Vivo tranquilo si he perdido la vida de grocia?

5.

¿Qué ccídolos>i me quitan o ponen en peligro mi vida de gracia?

6.

¿En qué ocasiones de gracia?

7.

¿Procuro que mi vi da de gracia crezca?

me

expongo a perder l a vida

B.

¿Soy consciente de que Dios habita en mí?

9.

¿Soy causa de que olguien pierda o pueda per· der la vida de gracio?

10.

eQué hago para que los demós den mós impor­ tancia a la vida de gracia?

31


ORACION AL PADRE Padre, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras. Sea lo que sea, te doy las gracias.

Estoy dispuesto a todo. Lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre.

Te confío mi alma te la doy con todo el amor de que porque te amo y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, ,

con una

soy capaz,

infinita confr,am:a

porque Tú eres mi Padre.

CH. DE FoucAULD

32


!S CRISTO Y LOS ARRIESGADOS (1)

1

Cristo, enviado del Padre

«A este mundo ... has mandado Tú a tu Hijo. En la plenitud del tiempo Él se hizo hombre, y ahora se yergue entre nosotros como tu viva revelación. Sus ges­ tos y su acción, su palabra y su destino, todo te anuncia a Ti, Dios, de quien el mundo no sabe por sí solo.» (GUARDINI)

2

Cristo, hermano y amigo «Con una cordiali.dad sin reserva ábrese Jesús al hombre. Y es que el ser humano está saturado de la voluntad del Padre y tan ligado a ella, que no se puede querer a Dios sin querer al mismo tiempo al hombre.»

(K. ADAM) «Este amor

tan imperioso es a la vez el más tierno

e indulgente que jamás ha pose ído el corazón del hom­ bre. La paradoja está en doble fofinito: la majestad y

poder infinitos y lo infinito de la ternura y la compa­ sión. El sufrimiento de los hombres le estremece hasta las entrañas. No puede ver el sufrimiento. Las lágrimas de una madre le arrancan un milagro a las puertas <le Naim. No puede ver llorar. Para ello basta ver la pobre gente que sigue sus pasos y hormiguea a su alrededor.» el

CTHOMAS) 33


3

Cristo,

jefe supremo

« Sí, ¿por qué Jesús? Porque hemos visto, porque ningún hombre ha hablado como Él, porque al seguir­

le, al verle, al escucharle se nos impone la evidencia de que no es un justo entre tantos otros, sino el Justo, el Hijo del Hombre, el Salvador, el Verbo de Dios.» (LECLERCQ) «Los hombres

se

percataron que en Éste había

algo especial. Pusieron atención. Quedaron impresio­

nados. Se sintieron conmovidos, inquietos, sacudidos.» (GUARDINI) 4

Joven, un enamorado de Cristo «La aventura más he rm osa y más difícil, por parte de la juventud, consiste en el encuentro vivo

to, juntamente con todo lo que

Él

con

Cris·

aporta de amor y

de exigencia. En esta búsqueda los d one s preciosos de la juventud tienen espacio para su ejercicio y su des­ arrollo supremo.»

34

(VIEUJEAN)


SEMÁFORO VERDE Jn 10, Jn 4, Jn 1, Jn 15,

30 34 14

14

Le 24, 15 Mt 7, 28-29

Jn 8, 12 Jn 8, 12 Mt 11,28 Jn 15, 13

Cristo, una so la cosa co n el Padre Cristo, enviado del Padre

Cristo, u n o de los nuestros Cristo, am ig o entrañable

Cristo, compañero de ruta Cristo, jefe sin par Cristo, luz del mundo

Cristo, g uía de nuestros pasos Cristo,

b ó lsamo

cada

de

herida

Cristo, riesgo supremo

SEMÁFORO ROJO 1.

Cristo, ¿es Alguien en mi vida? ¿En qué lo de­ muestro?

2.

Cristo, ¿es p a ra mí solamente un rica, lejano, frío?

3.

personaje

histó­

¿Tengo una visión personal, íntima, entrañable

de �I?

4.

¿Me doy cuenta de lo que ti hac e por mí? ¿Qué h a g o yo par �I?

5.

¿Trobojo como

6.

¿Amo como si ti me presto se el cora26n?

7.

¿Lucho con ·ti y lo traición?

por

S.

¿Qué cualidad mi edad?

de

9. 10.

si �J estuviere

en

mi lugar?

ti? ¿Qué concepto tengo de

Cristo me entusiasma más a

¿A qué me he comprometido hoste choro por

Cris1o? ¿Me esfuerzo por

copiar coda vez mós el estilo de su vida, hasta llegar a 1ener reacciones e1cris-

1ionos11?

3.5


SEfilOR, AMIGO MÍO Señor,

amigo mío,

Me has cogido

de la

mano.

contigo Sin miedo alguno

Iré

Hasta

el final del cam ino

.

Co ntig o avanzo Entre el Avanzo,

viento

y

el frío.

nada me importa,

Te llevo en el corazón Conmigo. Toda es danzar

Reír y placer.

Pero yo prosigo Buscando tu

rostro

En este griterío. Caminaré ligero Entonando mi canción. Sé que Tú me esperas A la vera De tu bella mansión.

Ahí estás Tú. Sí, estoy cierto. Veo tu rostro y la mesa

Donde estás colocando Dos cubiertos. P. DuvAL, Seigneur mon ami

36


& CRISTO Y LOS ARRIESGADOS (11)

1

Cristo, camino, verdad y vida «Si al gu ien pregunta: ¿Cómo voy a Dios? ¿Cómo es Dios?, la respuesta sería : Dios es como se manifies­ ta en Jesús. El que ve a Jesús, el que percibe cómo es Jesús, cómo habla, cómo se porta, cómo siente, per­ cibe ahí a Dios. Y ve a Dios , tratando con Jesús, aprendiendo de Él, imitando su vida, entrando en ÉL Eso es justamente estar en el camino y en la vida. Eso es tener parte en la vida.» (GuARDINI)

2

Ca nales de vida «La penitencia es el sacramento por el que nos deshacemos lentamente del hombre viejo, de la misma manera que 1a eucaristía es el sacramento por el que nos vestimos lentamente del hombre nuevo; a través del primero, trabajamos por desprendernos de nos­ otros mismos; a través del segundo, trabajamos por enriquecernos de Cristo.�> (I. GoBRY)

3

La asamblea

cristiana

«Nuestro salvador, en la última cena , la noche que le traicionaban instituyó el sacrificio eucarfstico de su cuerpo y sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz y confiar así a su esposa, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad,

vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se

37


come a Cris to , el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera. Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no as is tan a este misterio como extra· ños y mudos espectadores, sino q ue comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones , participen cons­ ciente, piados o s y activamente en la acción sagrada, sea n instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofre­ cerse a sí mi s mos al ofrecer la hostia i nmacu lad a no sólo por manos del sacerdote sino j un t amen te con él, se perfeccionen día a día por Cristo mediador en la unión con Dio s y en tre sí, para que, fin al me nte , Dios sea todo en todos.» (Constitución sobre sagrada Liturgia)

4

El crist ianismo es Cristo «El cristianismo no es solamente una doctrina o u na religión, el cristianismo no es algo, es alguien, es Jesucri sto . » (BARRAU)

5

Cristiano, un arriesgado por Cristo «Ser cristiano es estar impregnado hasta

las raíces

mismas del propio ser por la persona viviente de Cristo.» (LECLERCQ) ·

«Ser cristiano es unirse a Cristo como a alguien a quien se conoce fntimamente, a quien se ama apa­ sionadamente y a quien se si rve heroicamente.» (R. CLAUDE)

J8


SEMÁ FORO Fil 1 , 2 1

La v i d a es C r i sto

Jn 7, 37

La vida brota de Cristo

Jn 6, 48-59 Mt 9, 2 Rom 8, 29

Gál 4, 19 Fil 3, 12 Rom 13, 4 Jn 1 0 , 1 0 Gál 2, 20

VE R D E

La vida se a l imen ta de C risto La vida se rec u p e ra por C r isto Copiar la i m a g e n d e C r i sto E n g e n d r a r en nosotros a Cristo Deja rnos apresa r por C ri sto Revestirnos de Cristo

Ab u ndar e n l a g rac i a de Cristo C r i sto vivi e n d o en n o sotros

S E M Á F O R O RO J O 1.

¿Te n g o fe v i v a e n l o s sacra m e n tos ?

2.

¿So n p a ra mí

3.

¿ Cómo m e preparo para co m u l g a r?

4.

¿ Con q ué frec u enc i a comu l g o ? ¿Dejo de co m u l ­ gar cu a n d o 11 n o te ngo ganas » ?

5.

¿Cómo prepa r o m i s co nfesi o n e s ?

6.

un

e nc u e ntro vital c o n Cri sto?

¿Con q ué frecuen cia me c o nfies o ? ¿ D e jo de co n ­ sé q u é d ec i r?

fesa rm e p o rq u e no

7.

¿ I nfluyen e stos s a cra mentos ¿En q u é se noto ?

8.

¿Q u é o b stác u los ahora ?

9. 1 0.

im p i d e n

en

e sta

m i v i d a real ? inftu e ncia hoy,

¿Es lo m isa el cen tro de mi vi d a cr i stia n a ? ¿Es la m i sa mi e n cu e n t ro c o n la c om u n i dad d e los santificados e n C ri sto? ¿Cóm o p a rtic i po yo e n la mis a ?

.3 9


INVOCACIONES A CRISTO Alma de Cristo,

santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasi6n de Cristo, confórtame.

Oh buen Jesús, óyeme. Dentro de

ttts llagas,

escóndeme.

aparte de Ti. enemigo, defiéndeme.

No permitas que me Del maligno

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir

a

Ti,

Para que con tus santos te alabe .

Por los siglos de los siglos.

Amén.

40


7

EL ESP(RITU SANTO Y LOS ARRIESGADOS

l

Alma de n uestra a l ma «El Padre es como el brazo ( fuerza: origen del movimiento ), el Hijo como la mano, el Espíritu S anto como los dedos que modelan en nosotros la imagen de Dios . » (CONGAR) « El día de pentecostés se nos reveló que Dios se había encarnado no por treinta y tres años, sino para siempre. » ( EVELY )

2

La s em iso ra s del Es pírit u «El don de entendimiento relacionado con frecuen­ cia con la virtud de la fe, consiste en una intuición penetrante de las cosas divinas .

- El don de ciencia - también en conexión con la virtud de la fe - se orienta más bien a un mundo de conocimiento discursivo, es decir, por " discurso", por razonamiento. - El don de sabiduría unido a la virtud de la carida d - se refiere a los principios últimos de la fe, -

para juzgar y apreciar toda s las realidades sobrenatu­ rales o cristianas. - El don de consejo ligado a la prudencia y discernimiento ayuda al hombre cu ando reflexiona, delibera, consulta o aconseja, sobre el auténtico punto de . vista cristiano que ha de adoptarse en el orden de la doctrina o en el campo de la acción . -

-

41


- El don de piedad - relativo a la virtud de reli­ gión nos ayuda en todo lo que se refiere a fa o r a ción. Nos hace percibir de manera especial el valor "filial " de la or ac i ón - El don de fortaleza - que s anciona los actos de la virtud de la fortaleza - indica la intervención del Espíritu en las empresas ardua s y di f íc il e s en las re s is tencias heroicas, en las decis ione s radicales, en el ám­ bito de la vida sobrenatural y cristiana. - El don de tem o r de Dios, finalmente, est á en conexión con la virtud de la esperanza, porque apunta al "temor filial " . » ( THILS) ­

-

.

,

3

­

Ad u ltos en Cristo por obra del Es píritu « La confirmación perfecciona al cristiano. Es un verdader o sacramento de eda d adulta, el sacramento de la virilidad espiritual. Esta expansión, esta firmez a que

adquiere el joven, la da el Espíritu Santo con su gracia, espiritualmente, al alma confirmada. Adulto en la fe, el hombre necesita la virilidad espiritual : la confirma­ ción se la asegura sacramentalmente. Y es ta virilidad se mostrará en su testimonio : en la vida familiar, profe­ sional, cívica, en las ocupaciones pro fana s ; y especial­ mente en las obras apostólicas a las que prestará su concur so » (TH ILS) .

4

A l m o de la I g l esia «El Espíritu Santo es quien ani ma la vida de la Iglesia y hace c recer el cuerpo de Cristo ; - p o r obra del Espíritu Santo la Iglesia es una co munidad de caridad , fraternal y evangélica. Porque el Es píritu S anto es espíritu de amor; 42


- por obra del Espíritu Santo la Iglesia es una como Cristo y el Padre son uno ; porque el Espíritu Santo es espíritu de unión; - por obra del Espíritu Santo la Iglesia es santa: todos los cristianos están santificados por el bautismo y llenos del Espíritu Santo, como los apóstoles el día de pentecostés. Todos están llamados a la santidad. El Espíritu Santo nos ayuda siempre a " ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto " ; - por obra del Espíritu Santo la Iglesia es católica, es decir, abierta a todos. Cristo murió y resucitó por todos los hombres. La acción del E spíritu de Dios no conoce lúnites : " sopla donde quiere y cuando quiere " ; - por obra del Espíritu Santo la Iglesia es apos­ tólica, porque el Espíritu Santo es espíritu de verdad. Gracias a Él los cristianos de hoy tienen la misma fe de los apóstoles ; y gracias a su acción, la Igles ia es mi­ sionera, como el día de pentecostés , es decir , está com­ prometida a dar a conocer a todos los hombres la nueva de Jesucristo . - PoR OBRA DEL EsPÍRITU SANTO LA IGLESIA SIEMPRE JOVEN y FECUNDA». (Fetes et Saisons )

buena

5

La

ES

opos ición a l Es pírit u «El verdadero ateo no

es

el que dice "Dios no exis­ no es capaz de cambiarle,

te '', sino el que dice que Dios

que niega el poder de transformación, el infinito poder de creación y de resurrección del Espíritu Santo. Es verdaderamente ateo el que pretende que a su edad - tenga quince o sesen ta años - no p u ede cambiar, que está ya demas iado viejo, que es muy débil, que es muy du ro, que ya lo ha intentado todo , que con él ha fracasado todo y que no hay nada que hacer . » (EVELY)

43


SEMÁ F O R O Jn 14, 15-17 Hech 2, 1 - 1 1 1 Cor 3 , 1 6 Rom 5, 5

1 Cor

2, 10-14

Jn 14, 26 Rom 8 , 26

Jn 16, 13 Hech 19, 2 Gál 5, 22-23

Promesa de e n v i a r el E s p íritu S a n t o Ve n id a del Esp íritu Sa nto sobre la I g l e s i a

El E s pí r i t u Sa nto hab ita en nosotros El Espíritu Sa nto rea l iza l a o b ra de D i o s en

2.

n os­

otros

E l Es p í ri t u Sa n t o profu ndiza l a a b ra d e D i o s e n

n osotros

El Espíritu Sa nto a ctua l iza l a o br a de D i os en n os­

otros

El E s p í r i t u Sa n to r u e g a por n o so tro s El Es p í r itu Sa n to n o s g u ía h a c i a la ve rd a d E l Espíritu Sa n t o es m u y d esconoc i d o Frutos d e l E sp í r i tu Santo

S E MÁ F O RO 1.

V E R D E

R O J O

¿ I nvoco a l Esp í r i tu Sa nto o desconozco s u acción en mi a l ma, en la I g l es i a ? ¿ P rocu ro s a b e r y o í r m u cho sobre D ios, pero sin « sa b o rea r l o » e n e l c o ra z ó n ?

3.

¿ P i d o al Espfr i t u Santo q u e a c i e rte a e sc o g e r e n m i v i d a , en mi voc a c ión , l o q u e convie n e ol re i n o y no a m i s g u stos ?

4.

¿ H uyo d e l o s d e m ás cuando p u edo d a r l e s u n b u e n c o n se j o ?

S.

¿ P i d o a l E s p í r i t u Sa n to l a fo rta l eza ·d e l o s a r ries­ gados en los momen tos osc u ros y d i fíci les de mi

vi d a ?

6.

¿ Doy test i m o n i o del e v a n g e l i o c o n va l e n t í a ? El e n tus iasmo ¿ es u na virt u d a u s e n te de m i vida?

7.

¿Sé l o q u e es temor d e D i os, o soy u n « t e me­ ra r i o " que se l a n za o l a luc h a s i n t e n n i son?

B.

¿Reza p a ra so l o p o stor ?

que

se haga u n s o l o reba ñ o y u n

¿Soy d e l o s q u e q u i e ren a rreg l a r su vida y el mundo p o r p ropia cuenta? 1 0. _ ¿Soy de l o s que se desa n i m a n sin remedio c u a n d o . han fra cas a d o e n la vida humana, e s p i r i tu a l o 9.

apos tó l ica ?

44


ORACION AL ESPIRITU SANTO · . Ven, Espíritu Santo, envía desde el cielo

y

el rayo de tu

luz.

Ven, padre de

los pobres,

Ven, fuente de gracia,

Ven luz de ,

los corazones.

Consolador sin igual, dulce huésped del alma, dulce refrigerio .

Descanso brisa

en

en

la

fatiga,

el estío,

consuelo en el llanto. ;Oh luz dichosa!, llena de intimidad el corazón de tus fieles. Sin tu ayuda, el hombre no vale nada, todo está infectado. Lava lo q u e está manchado, Riega Jo que es mido, Sana lo que está enfermo. 45


Dobla lo que es rígido, calienta lo que está frío, orienta lo que está desviado. Concede a los fieles que confían en Ti tus siete dones. Danos el mérito de la virtud, Danos la g racia de la salvación, Danos la alegría eterna. Amén. Aleluya. Secuencia. Pentecostés

46


a UNA MAD RE PARA TODO RIE SGO

1

María, tipo de la Ig lesia «La bienaventurada Virgen, por el don y la prerro­ gativa de la maternidad divina, con la que está unida al Hijo redentor, y por sus singulares gracias y dones, está unida también íntimamente a la Iglesia, como ya enseñaba san Ambrosio ; a saber : en el orden de la fe , d e la caridad y d e l a perfecta unión con Cristo.» (Constitución dogmática sobre la Iglesia)

2

M aría, madre esp iritual «La bienaventurada Virgen, concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentándolo en el tem­ plo al Padre, padeciendo con su Hijo mientras Él moría e n la cruz , cooper6 en fo rm a del todo singular, por la obediencia, la fe, la esperanza y la encendida caridad, en la restauración de la vida sobrenatural de las almas . Por tal motivo es nuestra madre en el orden de la gra­ cia.» (Constitución dogmática sobre la Iglesia)

3

M a ría, ca mino q ue con d uce ha c i a C risto «María es siempre camino que conduce a Cristo. con Ella no puede menos de terminar en un encuentro con Cristo mismo. Y, qué otra cosa significa el continuo recu rso a María, s ino un buscar entre sus b razos, en EHa , por Ella y con Ella , a Cri s­ to nuestro salvador, a quien los hombre s en los des­ alientos y peligros de a quí abaj o tienen el deber y

Todo encuentro

47


experimentan sin cesar la necesidad de dirigirse como a puerto de s alva ción y fuente trascen dente de vida? » ( PABLO VI ) 4

Ma ría, mediadora «Y esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia, d e sde el momento en que prestó fiel asentimiento en la anunciación, y lo mantuvo sin vacilación al pie de la cruz, hasta la consumación pe rfe cta de todos los ele gido s Pues una vez recibida en los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que con­ tinúa alcanzándonos por su múltiple inter cesión los do­ nes de la e t erna s alvación . » (Constitución dogmá­ tica sobre la Iglesia) .

5

Ma ría y nuestra vo cación cristiana «María es modelo de nuestra vocación cristiana . Como ell a un día aceptó la palabra de D ios y a cogi ó en sí el Espíritu de Dios y en gendró de su carne a C ri s to así también, cada uno de los cristianos ha de realizar su vocación aceptando dócilmente la palabra de Dios , aco­ gien do en su v:ida al Espíritu de Dios y continuando en el tiempo la encarnación de Cristo.» ( L . CORTÉS, s . J. ) ,

6

Ma ría, espe ra n za n u est ra «La Madre de Je s ús , de la misma manera que ya glorificada en los cielos en cuerpo y alma, es la :imagen y principia de la Iglesia que ha de ser consumada en el futuro siglo, así, en la tierra, hasta que llegue el día del Señor (2 Pe 3, 1 0 ), antecede con su luz al pueblo de Dios peregrinante , como signo de e speranza segu­ ra y de consuelo.» ( Constitución dog mática sobre la Iglesia) 48


SEMÁFO R O Le

1, 28

Le 1, 46-47 Le 1,

38

Le 1, 54-55 Le 2, 19

Ma ría y l a g ra c i a eva n g é l ica Ma ría y l a a l a ba nza eva n g é l ica

Ma r ía y la fe eva n gé l ica Ma ría y la espera n z a eva n g é l ica María y l a c a r i d a d eva n g é l ica

Le 2, 7

María y la p o b reza eva n g é l ica

34-37

Ma r ía y el s a c r i ficio eva n g é l i co

Le 2,

Le 1 , 48 Le 1 ,

34

Heeh 1, 14

V E R D E

Ma ría y la h u m i l d a d eva n g é l ic a María y l a p u reza eva n g é l ica Ma r ía y l a I g l e s ia nac i e nte

S E M Á F O R O RO J O 1.

D e hecho, l. q u é pue sto o c u p a María e n m i vida es p i ritu a l ? ¿ C ó mo y en q u é se nota ?

2.

¿Ve o o María com o alguie n in trínseca m ente uni­ d o o la obro de C risto, o c o m o u n sa nto má s ?

3.

¿ C ó mo l e d e m u estro m i depen d e n cia e s p iritual

d e E l lo ?

4.

¿Ve o o Mo r ía com o o i g o i n a cces i b l e o como e j em­ p l o vivo y sublime d e có mo un c r i stiano d e b e re sponder o su voc a ción, a l amor d e Dios?

S.

¿ P ro curo, ayvdado por la g ra c i a de C risto y lo i n te rces i ó n de M o rfa, i m i t a r e n mi v ida lo q u e a d m i ro e n El l a ?

49


CONSAGRACION A MARIA V irgen María, para estar más disponible

a la empresa

que

para ser más fiel

tu

Hi¡o

me

confia,

a todas las exigencias conocidas claramente y

libremente aceptadas:

Yo te confío

la en treg a de todo mi ser

a Jesucristo nuestro Señor:

la oración,

tanto en el silencio como en el trabajo, pureza de mi corazón y de mi cuerpo, la caridad de mi acción misionera en la Iglesia, el esfuerzo de mi v ida profesional. Ayúdame en adelante a no ser más que el humilde servidor de la alegría de mis hermanos, apasionado solamente con la gloria de nuestro Dios. la

.

Amén .

50


11

siempre en Ăłrbita

cc Cua ndo la mirada de l esp Ă­ritu se ha

purificado

en el eva ngelio, ya

no

es

(Leclercq)

la misma . u



9 EL RIESGO DE LA FE 1

Cosmona utos a lo d iv i n o « L a fe d e s cub re a l hombre u n a

n

u e v a dimensión

prodigiosa: más allá de los límites de la naturaleza y del mundo, la fe le capacita pa ra descubrir . . . el mu ndo de Dios en sí mismo . El hombre toca lo ilimitado, en­ cu entra una plenitu d indescriptible : Dios vida secreta con él » (Fétes et Saisons)

c

o mpart e su

« Por la fe nos revela el Dios s anto , sin mereci­ mientos de p art e nuestra, los misterios íntimos de su vida . En su p al ab ra eterna, e xp re sión de sus conoci­ m ien tos y de la riqueza de su amor, el mismo Padre se nos manifiesta.» ( Hii.RING ) 2

la in iciativa

fue de otro

«La fe es un don: cuando un candidato a l bautis­ mo llega a la Iglesia, la pregunta que le formula el sacerdote no es: " ¿ Qué traes a la Igle si a de Dios ? '', sino : " ¿ Qué pides a la Iglesia de Dios ? " , y la res­ puesta e s : " la fe " . » ( THOMAS)

3

La n za m i ento «Todo creyente se adhiere a la palabra de alguien. De modo que lo princip al, y lo que ti ene en cierto sen­ tido valor de 6n en todo acto de fe, es la persona a cuya palabra damos la adhesión. El det alle de las ver­ dades afirmada s en es ta voluntad de u nLrse a alguien,

53


tiene un carácter más bien secundario. »

MÁS 4

DE

( SANTO To­

AQUINO )

E n órb ita « Creer es s iempre en co n t r ar a Jesucristo p ara des­

posarse con su m a n e r a de VER . »

(QumsT)

« La fe significa, por tanto, establecer enlace con la realidad divina que aparece en la revelación. Sig­ nifica abrazar esa verdad y vivir de ella. » ( GuARDINI ) «Por la fe damos el sí de nuestro entendimiento a todas las palabras y obras redentoras de Dios, a todas las verdades que Dios nos ha revelado en su palabra y en la obra de su amor. La fe es para nuestro entendi­ miento antorcha luminosa.»

( HXRING )

«El que cree , no mira atrás después de haber pue sto la mano sobre el a rado . . . El que cree, ha cor­

sí, ha cerrado la la llave . . . El que los lazos , se ha en­

tado todos los puentes detrás de última pu e r t a y ha arrojado al mar cree, ha roto a su

espalda

tregado al secreto.»

todos

( B L IEKAST )

« Diez mil dificultades no consti tuyen

duda . » (NEWMAN )

una

« Cre er significa ser capaz de soportar dudas . » (NEWMAN)

5

Paso decisivo <� Cuando un joven acepta a Cristo, acepta al mi smo tiempo ver denunciadas su suficiencia y su egoí smo . 54


Este aspecto es más o menos fuerte según los indivi­ duo s ; pero, de todas maneras, toda conversión arras­ tra una decisión de cambio moral y una nueva mirada sobre las realidades de la vida, sobre los compromisos y

las opciones realizables . »

( BABIN )

«En lo que co nc ie r ne a los abandonos de la fe, encontramos en e s te grado implícito las m i smas ca­ racterísticas que en la conversión . Nada de posiciones teóricas, sino más bien repulsa de determinada p r ác­ tica, de de te rmin ad a frecuentación : actitudes acompa­ ñadas con harta facilid ad de críticas concre ta s s ob re l o s curas o l a Iglesia . No se rechaza a Dios en sí, es el hecho concreto que " nombra " a Dios , es decir, la Igle­ sia, los cristianos, el sacerdocio. En orden p arecido e stos abandonos de la vida de fe se ocasionan por la influencia de malos camaradas, por un ambiente delectéreo : ociosidades del domingo ,

,

clubs, etc . »

6

(BABIN )

Telesco pio « La fe debería, por Jesucristo , lograr nuestra pre­ ocupación por los verdaderos problemas humanos de nuestro tiempo , hacernos hermanos en los progresos y en la miseria humana, comprensivos con los ve rda

­

deros riesgos de la vida ele nuestros contemporáneos. � (LIEGÉ )

55


S EMÁ F O R O Jn 14, 23-24 Jn 6, 44

Jn 6, 35 2 Pe 1, 19 Heb 1 1, 1 Me 16, 16 Sant 2, 17 Ef 6, 16 Roro 1, 17

Jn 20, 29

Palabra d e Cristo, po l a b ra d e D ios La fe es un don sobrenotura l L a fe e s creer e n J esu cri sto La fe es u n a l u z q u e b r i l l a en l a s t i n i e b l a s L a fe es l a ce rteza más fi r m e L a f e es n ec e s a r i a para salvarse La fe s i n o b ra s e stá m u e rta La fe es u n d u ro c o m b a t e E l j u sto v i v e de l a fe Felices los q u e no v i eron y c r e y e ro n

S EMÁF O R O 1. 2.

V E R D E

ROJ O

¿Somos re l i g iosos l o s j ó v e n e s ? ¿ E n q u é s e nota n u e s tra depende n c i a d e D i o s ? ¿Qué con cepto tengo yo de Dios ? ¿Un s e r abs­

t r o c to o a l g u i e n q u e m e ama

. . .

?

3.

D ios ha h a b l ado. Ento n c e s, ¿ p u e d o s e r r e l ig ioso ua m i manera " ?

4.

La fe es un don de D i os. ¿Quiero creer d iscu rrien­ do por mi cuenta?

5.

La fe no es prod ucto de la razón . Pero, ¿co n o zco y sé exponer, s eg ú n lo e x i g e m i edad, los m o ­ tivos razona b l es de m i fe ? Hay j u ventud d escre íd a . ¿ Por q u é ? ¿Por motivos teóricos o m o ra l e s , p o r fa l ta de formac i ó n, por

6.

comod i d a d ?

7.

A mi e da d t e n g o d i fi c u lfa d e s e n la fe . ¿ Q ué h a g o ? ¿ R ec urro a Dios, a a l g u i e n q u e me o r i en­ te, o me balo e n re tirada ?

8.

Desde e l b a u t i smo l l evo la sem i l l a d e l a fe en el a l ma . ¿ La cultiva o p ie n so q u e a ya c recerá ii po r l a s buen a s ?

9.

cc Acepto a D ios , p e ro no s u s miste riou. ¿ Re co­ nozco lo ilógico de esta p o stur a ? ¿Se trata de

1 0.

Todas las religiones tienen a l g o buen o . Pe ro ¿ q u é d ebemos hacer? ¿Co r cu lto a Dios como � I q u iere o como a n o sotros s e n o s o c u rra ?

ver o

56

d e ace pta r?


ORACION PARA LOS DIAS EN QUE LA FE SE OSCURECE Este caminar a ciegas, Dios mío, es algo

cansado. Cami­

nar sin ver está bien por un momento. Pero cuando

esto dura . . . « Y vosotros, r:.· queréis también marcharos?» ( Jn 6, 67 ) *

*

*

Y o comprendo, Señor, a aquellos a quien es decías eso. Y a lo s que encontraban demasiado duras las pala­ bras de tu mensaje. Algunos han preferido mar­ charse.

He sentido a veces tentación de hacer lo mismo. Quisiera que todo fuera claro, demostrado, ordenado. Que no existiese ya es ta zona oscura q u e me quita el g usto de ir hacia tu luz.

En el fondo, lo que yo qu erría, seria abandonar la con­ dición h u mana. Porque a! fin, lo que ocurre, e s que yo no en tiendo el sentido de tu mensaje. ¿ Q ué sé yo de las cosas que se llaman humanas, de !as leyes secretas del mundo, del po rqué de fo vida? 57


¿ Qué sé yo

de las m uchedumbres que me rodean, y del corazón de mis propios amigos? ¿ Qué sé yo de mí mismo, de mi propio rostro, y de los móviles ocultos de tantas decisiones q ue me pare­

cen tomadas por « buenas razones » ? ¿ Y me voy a indignar porque Tú no me hayas dado desde ahora o¡os capaces de verte cara a c12 ra ? .. .

*

*

*

te veo, Señor, ¿ voy a hacer responsable de ello al exceso de tu luz? Si te conociera como conozco las cosas ¿serías entonces

Si no

mi Dios?

*

*

*

Que nunca crea, Señor, que la noche de la fe es un suplicio que Tú me envías. Una broma pesada con la que Tú me haces sufrir. ¿Es culpa tuya el que Tú est és por encima de todo ? ¡Ob S eñor, Dios mío! , ¿ voy a reprocharte q u e me bayas sacado de la noche, de esa noche donde no co­ nocía aún lo que era el deseo de Ti? . . . L. JERPHAGNON

58


10 EL RIESGO D E LA ESPERANZA Cuando nada se espera « Muchos están ( en la vida ) como en una sala de espera en la que nada esperan. Están en la vida sin haberse preguntado el porqu é ; viven porque están en la vida, obedecen al instinto ciego que s e aferra a la vida . Pero nada tienen que hacer dentro de ella. »

( LECLERCQ )

2

C u a n do la d ecepción se l l eva d entro « Cuando en un

joven

prevalece exclusivamente la

voluntad de huir del mundo en el que ha nacido, de renegar de él y de enfrentarse con él mismo, se desliza hacia el absurdo , hacia el vacío , hacia la nada por una pendiente fatal. » (VI EUJEAN )

3

Cu a n do todo va mo l

« El día en que nos vemos anulados, aniquilados , abatidos, vacíos , aquel día precisamente, si a pesar de todo creemos todavía que todo es posible, entonces mos hombres de esper anza . » (EvELY)

4

so­

Cu a n do el es pe ra do se esconde « El ab andono de Dios es en ocasiones consecuencia del pec ado . Otras veces es delicadísima muestra de complacencia divina, cuando su ausencia es un modo y efecto

más e ficaz de presenc1a, cua n do el dolor de Ja búsqueda puede llegar a ser J a mejor oración.» ( CABODEV ILLA ) 59


5

Cuando Dios nos fel icita y dice: « Que estos pobres hijos vean cómo marchan hoy las cosas. y que crean que mañana irá todo mejor,

esto sí que es asombroso y es, con mucho, la mayor maravilla de nuestra g racia. » ( PÉGUY)

6

Cua ndo el egoísmo nos a ta «Esperamos nuestra salvación de ntro del arca de la nueva alianza, la comunidad de salvación de la Iglesia. La realización de nuestra salvación es una misma cosa con la salvación efectiva de todos los elegidos. En la comunidad de la Jerusalén cele stial alabaremos todos juntos el a m or y la misericordia del Dios trino . »

( HARING ) 7

Cuando e l o l m o jove n está

en

vilo

«Felices aquellos que van más allá ; felices aque­

llos que desembocan en la esperanza sobrenatural, cuya visión franquea el horizonte del tiempo. La vida no es sino un nuevo prólogo . Desde hoy la juventud e s

eterna. »

60

(VIEUJEAN)


SEMÁFO RO 1 Tim 1, 1 2 Tim 1 , 12 Jn 2 1 , 22 1 Pe 1 , 4

Jn

1

16, 33

V E R D E

N u estra espera nza es C r i sta Sé de q u i é n me fío Espera m os a D ios Espera m o s la h e rencia celestia l Espera m os en D í as

Ef l, 10

Espera mos el orden cristi a n o d e l m u ndo

1 Jn 3, 3

Pu rifica mos n u estro v i d a p a ra esperar

Tim 4 10

L u c h a m o s porq u e sa be mos l o que esperamos

Mt 2 5 , 1 3

Espera mos vig i l a n d o

l P e 3, 15

Sere m o s tes t i g o s d e l a espera n z a

,

S E M Á F O R O 1. 2.

R O J O

¿ H a y a l g o q u e rea l m e nte d é sa b o r y sentido a v i d a en estos mom e ntos ?

mi

¿ C u á l es l a p reoc u p a ción es p i ri tu a l q u e más a rd e

en mi alma?

3.

¿A quién a cudo c u a n do m e e n c u e ntro vac ío, seco ?

4.

¿Co n f ío m é s e n l a s so l u cio n e s h u m a n a s q u e en la a yu d a d e D i o s ?

5.

¿ Q u é h a g o cua n d o estoy ca íd o ? ¿Me l e v a nto rá p i d o o me qued o t i ra d o en el c o m i no d e la vi d a ?

6.

¿ Q u é hago c u a ndo veo el m o l , e l vacío a m i a l reded o r? ¿Me lamento, m e d ec e pci o n o, m e qued o indiferente o . . . re zo, luc ho, co l o b o ro , es­ p e ro ?

7.

¿ Deseo de verdad l o s c o sa s eternas o solam e nte

8.

¿ Ayudo o los dem á s a lu char, o me quedo im­ p o s i b l e a nte su v i d a d es i l u sio n a d a ?

9.

¿ Q u é e s lo q u e e spe ro com o crist iano? ¿ A lgo confus o o a a lguien ?

1 0.

de pa l a b ra, floja m e nte?

Lo espe ra n za es l o ag ra d e z co ?

un

don de Dios. ¿ L o cultivo y se

61


CANTICO DE ESPERANZA Como anhela la cierva las corrientes aguas, Así te anhela a ti mi alma, ¡oh Dios! Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo.

¿Cuándo vendré

y veré

la faz del Dios vivo?

Mis lágrimas son día y n oche mi pan, Mientras continuamente me dicen:

« ¿Dónde está tu Dios? » ¡Ay! ¡Cómo estalla

en

m i corazón el recuerdo

De cuando en medio de la muchedumbre Iba en procesión a la casa de Dios,

Entre

¿Por

v

oces de

júbilo

y alabanza

del pueblo en

fiesta!

qué te abates, alma mía?

¿Por qué te turbas

dentro

de mí?

Espera en Dios que aún le alabaré.

¡Él es la alegría de mi rostro, Él es mi Dios! Salmo 42.

62

Vulgata


11 E L RIESGO D E LA CARI DAD 1

Porq ue más q u e una ley, h ay u n estilo de vida

« El amor es el nuevo mandamiento del Señor . Más todavía que su mandamiento: es una nueva postura ante la vida . » ( BLIEKAST ) 2

Porq u e Dios es éste-ése-aquél

« No estamos más cerca de D i o s d e lo que l o es­ tamos de ca d a uno de nuestros hermanos. Estamos exactamente en el mismo grado de participación con Dios que con nuestros hermanos. ¡ Pobre participación ! ¿ Cuán d o

3

dej aremos de mentir ? »

(EVELY)

Porq u e sólo h ay u n a asignat u ra «Y en el día en que el sol salga por última vez , en que el tiempo deje de existir, en el último día, en el juicio final, cuando todos los hombres aparezcan ante el poder y la magnificencia de Dios, no se pregunt ará más que por un signo infalible, por el amor.» ( BLIE­ KAST ) «A la tarde te examinarán en el amor. » DE LA

4

( SAN

JuAN

CRUZ)

Porque só lo hoy d os d i reccio n es « El a m o r te acerca a Dios porque te despega de ti mismo, pues to que sólo hay dos polos d.e at racción y cle 63


en la vida de todo hombre : él m i s mo o los dc:ma¡s, y Dios. Tú no puedes dejar de volverte enteramente ha ci a el amor porque desde toda la eternidad has sido pen­ sado po r amor y el amor recl ama amor. » (Quo1sT)

e n l rCHll

5

Porq ue hay u na com u n idad de a m o r « Cristo cabeza y e l Espíritu llameante de un pente­ costés en ella sin cesar renovado, hacen de la Iglesia la comunidad universal de cuantos aman a Dios, de cuantos vamos en marcha hacia la consecución de nu es tra participación en la fi e s t a del amor trinitario . La I glesia militante, comunidad de los que rezan y luchan por el amor , se sabe ínti mamente ligada con la Iglesia que triunfa en el amor celestial y con la I gle s i a que pena en el purgatorio. » ( HARING )

6

Porque ya no hay más riesgo q ue éste

«El amor es un camino sin fin. El que lo camin a debe de haber a cep t a do de antemano que no llegará ni acabará nunc a , que no podrá nunc a sentarse tranquila­ mente y decir : ¡ he llegado ! El amo r es un p erpetuo andar, sin descans o ni pau s a . Y todo esto es locura . » (BLIEKAST) «Ama y haz lo que quieras . »

64

( SAN AGUSTÍN )


SEMÁFO RO 1 Jn 4, 8 1 Jn 3 , 14 Le 10, 2 7 Mt 22, 34 M t 25, 40 Jn 15, 12 Jn 17, 2 1 1 Cor 13, 1-7 Rorn 13, 10

V E R D E

D i os es amor El a mor e s El amor es

vida l e y u n i ve rs a l

Amar a l pró j i m o coma a sí m i smo Am a r al pró j i m a como a mamos a Cri sto Amar al p ró j i m o

como

Cri sto le ama

Ama r a l

pró j i m o c o m o D i os se ama Perfiles de la caridad L a pl e n i t u d de l a l e y es e l a m o r

a

SEMÁFORO ROJ O 1.

¿Amo

a D i o s so b re 1odas l a s

cosas o hay cosas

q ue rea l mente han q u i ta d o en m i v i d a el p u esto

a Dios? 2. 3. 4. S.

6. 7. 8.

¿Am o a D ios ú n íca m e n te c o n la cabeza, p e ro n o e l c o ra z ó n y la volu n ta d ? ¿ Le a m o única mente c uando estay « en fo rm a " ? ¿ Le amo cu a n d o m e e >e i g e d e j a r l o tod o por � I ? ¿Am o s o l a mente a l a s perso nes 1< q ue m e gus­ te n " ? ¿Y a los s u p e r i o re s, inferiores, los q u e m e per j u d ica n ? ¿ M e a l e g ro de l o s é >e itos d e l pró j i mo y sufro c u a n d o e l prój i m o sufre ? ¿ P ractico o b ra s de miser ico rd i a c o n el p ró j i mo o un poterno l i smo calcu lado, sofoca n te ? ¿Soy causa de u n i ó n o d e d i sc o rd i a do n d e estoy con

a

9. 10.

actú o ?

¿Am o a l o s dem á s p r ó ximos o mí o soy un i d ea­ lista ? ¿Qu é sa cr i fi cios m e i mpon g o p a ra a mo r co m o C ri sto ama, para s e rv i r com o Cristo sirve ?

6.5


CANCION PARA PEDIR UN VERDADERO AMOR Señor, hacedme un instrumento de vuestra paz: donde haya odio, ponga yo el amor, donde haya ofensa ponga el perdón, ,

donde haya discordia, ponga la unión, donde haya error, ponga la verdad, donde haya duda, ponga la fe, donde haya desesperación, p o nga la esperanza, donde haya tinieblas, ponga la luz, donde hay tristeza, ponga la alegría;

haced que b usq u e consolar, no ser consolado,

complacer, no ser complacido, amar,

no ser

amado,

porque el que diere es quien recibirá, el que de sí se olvidare os hallará, ,

el q u e perdonare, será perdonado, el que muera a sf mismo será resucitado . SAN FRAN CISCO

66

DE

Asís


12 E L RIESGO D E LA ORACIÓN

1

Se ñor, tengo u n a ten ta c ión « Cuando oro es como si todas mis palabras cayeran en una oscura sima, de la cual no regresa eco alguno que pudiera avisar que mis oraciones han dado con el fondo de tu corazón . Señor, orar toda una vida, hablar sin recibir una respuesta, ¿ no es demasiado para mí . »

( K . RAHNER ) 2

Se ñor, tú l o sa bes todo « Una vez que Dios conoce nuestras necesidades , sólo espera que se las manife stemos constantemente, como si quisiera que nos pusiéramos pesados ; pero lo que intenta en realidad es que descubramos hasta qué

punto nos es necesario que veamos su supremo valor , que nuestras necesidades son la ocasión de una con­

versación con Él , dre. » (B. BRo)

com o

con versa

un

hijo

con

su pa­

« Dios qu iere dar, pero sólo da a quien pide, para no dar a quien no querría recibir. Dios no quiere ex­ citar la pereza.» ( SAN AGUSTÍN ) «El gran medio p o r el cu al se comunica Dios al hombre es la oración . El tiempo que dedicáis a orar es el tiempo de la encarnación de Dios en vosotros . » ( EVELY )

67


3

Señor, de todos modos, ora r cuesta «Existen numerosas definiciones de lo que es un adolescente. Pero quizá la mejor sea ver en él a un ser que todavía no ha sentido la experiencia de sus límites, y que, por consiguiente, no ha podido aceptarlos. Es necesario pasar por esta prueba para llegar a ser hombre y tenerse por tal. Pues bien, la oración es la PEDAGOGÍA DE Dios durante esa experiencia, que por otra parte es una de las más corrientes y profundas de nuestra vida. La oración nos hace tomar conciencia de nuestras limitaciones . » (B. BRo) « Ürar es morir. Morir en toda una zona de nuestra existencia, en la que estamos demasiado vivos : la agi­ tación, el orgullo, el miedo, el resentimiento ; tardamo s mucho tiempo en morir, nos duele morir.» (EVELY )

4

Señ or, h a y d ías y é pocas i nag u a n ta b l es «A veces ayuda eficazmente en estas ocasiones un cambio en las fórmulas o t e x to s empleado s para la ora­ ción. Lo nuevo, aún no gastado, tiene la virtud de ex­ citarnos . . . Nuestras propias palabras pueden ser sus ­ tituidas por la lectura espiritual, intentando encontrar desde ella el camino hacia Dios Puede ser también conveniente limit a r s e a ciertas oraciones sencillas y muy ricas en con tenido . » (GuARDINI ) . . .

5

Se ñor, te pido . . . «Ürar significa querer la voluntad de Dios , sea la que fuere, escoj a e l camino que escogiere. Y e l camino de Dios puede pasar p or encima de nuestra persona, de 68


nuestras aspiraciones, de nuestros planes y de nuestra vida. »

( BLIEKAST)

«Invoca a Dios como Dios, ama a -Dios como Dios.

Nada le es mejor. Deséale a él mismo, aspira a él mis­ mo . . . Si tú invocas a Dios como Dios, estáte tran­ quil o, serás escuchado. » ( SAN AGUSTÍN)

6

Señor, ¡ tengo ta ntas cosas que hacer! «La excesiva preocupación por el trabajo, el de­ seo de lle g ar pronto a figurar, traen consigo una tre­ pidación, cierta fiebre, cierto activismo que a rru ina la oración.»

(B.

BRo)

«Si Dios no tiene sitio en tu tiempo es que Él no es un valor . Tú ere s un ateo. Un ateo con nostalgia,

con ilusiones . »

7

Ha bla,

(EvELY )

Seño r . . .

«Dios nos habla en el evangelio. Dios nos habla por me dio de su Hijo, Jesucristo. Dios nos habla por medio de la Igles ia. Dios nos habla a través de los pequeños acontecimiento s de nuestra vida.» (Fétes et Saisons)

6.9


SEMÁFORO VERDE Le 6, 12 Mt 6, 6

Mt 6, 7-8 Mt 7, 2 1 Mc 1 1 , 25

Jesús ora

Recogerse para o rar Poca s palabras, m u c h o amor Quere r la volu ntad del Padre

O ra r y perdonar

Le 1 1 , 9-10 Mt 4, 1 -2 Lc 5 , 16 Jn 1 1 , 41 -42

Oro r m i entras se a ctúa Ora r en m o mentos-clave

1 Cor 10, 3 1

Ora r s i e m p re

P e rsevera ncia

Orar an tes de actua r

SEMÁFORO ROJO 1.

¿ H a g o o rac i ó n ? ¿Veo su necesidad?

2.

¿Qué orac i o n es, aprend idos de pequ e ñ o o de m a ya r, m e u n e n mós a D i o s ?

3.

¿ D o y imparto n c i a a l a o rac i ó n vaco ! ? ¿ Acepto el d e b e r de o r a r vocalme n te?

4.

¿ Me acerco a

a cua n ­

5.

¿Qué a c t i t u d to m a e n l a orac i ó n ? ¿ Un p ob re q u e a m a y ag r ad e c e , o u n fa riseo d uro, a u t o­ s u fi c i e n te , q u e se d efi ende d e Dios ?

6.

¿Sé lo q u e es o rar m e n ta l me n te ? ¿Practico e s ta orac i ó n ? ¿D u ra n te c u án to tiempo? ¿A q u é hora d e l día?

7.

¿ Progr e s o en el con oc i m i e n t o pers o n a l d e Cri sto m e d i a n te la orac i ó n menta l, o a te r r i zo siem pre pe n san do en mí m i sm o ?

8.

¿Dejo que D i o s me ha b l e logo ?

9. 1 0.

o

sólo e x i ste un monó­

¿ Dejo la oración con la d i scu l p a d e q u e o r a r

cuesta ?

¿ Pa rtic i p o en la o ra c i ó n fa m i l i a r o h uyo? ¿Y en lo litúrg i ca? ¿ Act i v a m ente o c o mo simple es p ec­

tad or?

70

Dios ú n ica mente p a ra ped i r, o

c u a ndo « la s c os o s no va n de l todo b ien • , o do t ru e n a e n e l cielo » ?


ANTE TI, SEf;iOR Día tras día

Oh, Señor de mi vida, estaré ante Ti,

cara a cara. Con las manos ;untas, Oh, Señor de todas las palabras estaré ante Ti, cara a cara. Bajo tu gran cielo,

en soledad y silencio, con hum ilde corazón estaré ante Ti, cara a cara. ¿En este mundo laborioso, las herramientas y con las luchas entre multitudes que llevan prisa, estaré ante Ti, cara a cara? TAGORE con

71



18 E L RIESGO DEL DOLOR 1

Ya q u e no somos pa ra este m u ndo «El sufrimiento nos recuerd a que no e s t a mo s he­

chos para este mundo de pec ado , que no somos del mundo, que debemos cambiar, modificar, transformar el mundo . » (EVELY)

2

Ya q ue todos he mos peca do y el mal existe « Si quiere s obrar con eficacia, destruye el sufri­ miento en s u origen : el pe cado . Pero este origen no podrá ser totalmente des trui do en el corazón del hom­ bre. El sufrimiento s ig ue y seguir á . ¿ Hall ará s el medio de servirte de él o te hundirás en la desesperación ? Pide a Jesucristo de qué manera ha convertido por amor este sufrimiento en la materia prima de la reden­ ción. » ( QUOIST)

« Lo que hace falta en el mundo para responder al problema del mal no son argumentos ingeniosos, sino un núme ro suficiente de redentores . » ( EVELY ) <� Misterio verdaderamente tremendo y que j amá s se meditará ba st ant e ; que la salvación de mu chos dependa de las oraciones y volunt ari a s mortificaciones de los miembros del cuerpo místico de Jesucristo. » (Pío XII )

3

Ya qu e de be mo s

o mo r o

D ios

« El dolor muestra si el amor era sin medida ,

o me­

j or, y en el m ismo senti d o , si existía el amor.

73


El am or que se destroza a n t e el dolor, no era sino egoísmo disfrazado. » (BLIEKAST )

4

Ya q u e debemos a m a r a l p rójimo «Comprome t erse ¿ no e s , e n defini tiva , ponerse, como Jesucristo, en estado de compartir la condición de esta humanidad, de la cual se es un miembro vivo ; sent ir en lo más profundo de uno mi s mo , el sufri­ miento que corroe a los demás miembros, sobre todo a los más pequeños y más pobres; consentir en ser devo rados por los demás? » (BARRAU) ,

,

«Si vosotros pre te ndéi s amar a los demá s pero sin que esto os haga sufrir, ese amor sería falso . » ( EVELY) ,

5

Ya q ue el dolor existe «El problema del sufrimiento es propiamente un problema cristiano . Fuera del área de la cruz, el s ufri miento es absurdo, algo pura y sencillamente m alo que no hay más remedio que eliminar.» (GuARDINI) ­

,

«Cuánto dolor ha de h aber en tu vida, es cosa que no queda a tu libre elección . Pero sí el determinar c uán to amor debe llenarla . » ( BLIEKAST)

6

Ya q ue el ideal exige

un

precio

«No es necesario ser un gran místico p ara h ab er descubierto que, sin privaciones, no es posible ni el dominio de sí mismo , ni la marcha ha cia el i deal. Felices aquellos de nosotros que han recibido de sus padres, junto con el cariño, el gusto por una vida dura y sacrificada. Compadezco a todos los niños mimados : lo pagarán caro en la vida. » (LIEGÉ)

74


S EMÁFORO 2 Cor 5, 21

Gál 1 , 4

Hech 20, 28

Cri sto m u e re por e l pecado C risto víctima por el pecado C ri s to nos ganó con su sa n g re

Rom 5, 8

C risto se entrega p o r a m o r

Rom 6, 5

M o r i r y resu c i t a r con C r isto

Mt

1 6 , 24

Rom 8, 1 7

Jn 12, 24 Col 1, 24 1 Cor 15, 3 1

La cruz como precio del a mor Para res u cita r, p ri mero morir Mor i r para dar fruto

El r e d i m i d o ha de se r red e n tor Cada día muero

SEMÁ FO RO 1. 2.

VE RDE

ROJ O

¿Acepto l o s d o l o re s clava d o s e n m i vida revu el v o contra D ios ?

e

me

¿Acepto el mister i o d e l d o lor en el mu n d o , o soy un

pagano,

un

conf o r m i sta , u n i nd iferente?

3.

¿Saco fru to de m i s d o l o r es y contra r i edades, o me han h e c ho m á s d u ro y egoísta ?

4.

¿Soy cau s a d e que m i p ró j i mo s ufra ? s u fre a hora p o r mi c u l pa ?

5.

¿ Proc u ro ayu d a r a l p r6 j i mo en sus d o lores y d e s­ c u b ri rle el sen t i d o c r i st i a no d e l m i sm o ?

6.

¿Me i m po n g o sac rifi cios vol u n ta rios para p ro ­ g r e s a r es piri1 ua l mente y d o m i narme? ¿ C u á l e s ?

7.

¿Me im p o n g o a l g ú n s a c r ific i o co ncreto cu a nd o he fo l l a d o en los propós itos u obliga c iones fu n · damen ta l e s de mi vida?

¿ Q u ién

8.

¿ Ha g o sa cr i fi cios q ue uac rifi cam• al próji m o ?

9.

¿Sé sac rificarme por e l p ró j i m o ?

1 0.

¿A p rovech o los sacrificios ord inar ios d e m i v i d a , s iempre ando e n bu sco d e c o se s rar o s ?

o

75


OFRENDA No quiero sufrir más, dices. Y sufres; porque a los suyos el dolor consagra. No hay todavía muertes suficientes y un destino de amor te asedia el alma. No puedes defenderte. Cada día te buscará las vueltas. Cara a cara te encontrarás con él. Y de repente, te hallarás descubierta en su mirada. fondo de esos ojos, que regresan siempre de la verdad, verás tu noche, y amarás en su rostro atormentado Al

tu

país interior

que

desconoces.

Tú esperas allí. Sobre las manos

tu abandonado amor se está ofreciendo. Derrámalo una vez. Será tu sangre el milagro que esperan los sedientos. J. TOMÉ RAMOS

76


14 El RIESGO D E LA POBREZA 1

G rito de a l erta

«Estamos podridos por el confort ; incluso los más pobres de entre nosotros. Hasta en el detalle de la vida diaria reina cada vez más la ley del mínimo esfuerzo para el máximum de comodidad: apenas se soporta la sed, un poco de frío o el hambre, el caminar cuando uno puede evitarlo, el priva rse de mil cosas superfluas que los escaparates de las tiendas y el ambiente de mo­ licie colectiva hacen pasar por necesidades . Con esto, estoy convencido de ello, llego a la raíz de la medio cri dad mcral y del vacío interior de tantos jóvenes cris­ tianos . » (LIEGÉ )

­

2

Po bres de esp ír itu y pob res en b ienes de este m undo

«Jesús exige tan sólo de sus discípulos, pero de todos ellos sin excepción, u n a real y total independe n cia, consentida y amada, con relación a los bienes terre� nales, tanto a los que no poseen como re specto a los que pueden un dfa poseer . » (CHEVROT) ­

«L a pobreza económ ica es bienaventurada porque el signo sen sible de una p obre z a más profunda y univer sal nuestra pobreza de alma , nuestra mi seria de amor y de fe . » (EVELY)

es el sacramento,

,

3

Ricos de es pí ritu y pob reza efec tiva « Los desgraciados qu e tienen " alma de rico" son o sacia . No mi-

aquellos a quienes el dinero atorment a

77


ran por dentro , n i más allá, ni por encima de sí mismos:

con tal de gan a r y amontonar, ellos ya están

satisfechos.

Terrible palabra que califica su pecado y anuncia su castigo . Jesús los " deja solo s " con " lo que les basta " , con l a s mano s llenas, p er o con el c or a zón vacío . Creían poseer, cu a ndo , en realidad, e ra su dinero el que los poseía a ello s . »

( CHEVROT )

«No hay derecho a re ducir la pobreza bienav en t u ­ rada a una pob rez a meramente espiritual. No hay dere­ cho porque no es posible : porque la pobrez a espiritual, si es tal pobrez a , se las arregla para buscar de cualquier forma realizaciones de p obrez a práctica. » ( CABODE­

VILLA )

4

Las riq uezas, l uces y sombras «¡Ay de vosotros los ricos! Observaréis ante todo que la condena de Jesús tien e por objeto a unos hom­

bres y no a las mismas riquezas. En efecto, ¿no es Dios el autor de esos bienes terrenales que tanta gente se disputa acérrimamente en lugar de utilizarlos en bene­ ficio de todos ? El evangelio no discute que �stos bienes no pue d a n contribuir a nue s tra felicidad, ni que el bien­

estar individual no dependa de la p ro sper ida d de un país tan to , que exi st a una obligación social de hacer­ los producir. » ( CHEVROT ) y, por

«Desde el punto de vista cristi ano, el rico debe considerarse situado en una posición peligrosa y desfa­ vorable . Puede salvarse a condici.ón de sentirse cons­ t antemente pobre y desear abandonar sus riqueza s . . . La falta del espíritu de pobrez a es lo que más almas aparta del reino de Dios. Cuando Je sucristo habla de

78


las riquezas, no hay que suponer que se refiere tías fabulosas . » (MONTCHEUIL )

a

cuan­

«Es difícil estar dispuesto a todo, cuando s e tiene mucho que perder ; los bienes terrenos aferran a la tie­ rra. ¿ Cómo elevarse hacia Dios si está uno aferrado a

la tierra ? » 5

(LECLERQ)

Los seg l a res y la v i rtud de la pobreza «La vocación del seglar es . . . la de tender a Dios en el mundo y la de lleg ar a Él por medio del mundo sin

pertenecer al mismo. He aquí en lo que para él consist e la obra de la pobreza . La vi rtud del seglar no consi ste , pues, en establecer una nece sa ri a proporción respecto a su modo de vida, sino re spec to a su adhe sión a Dios. La renuncia al mun­ do que está incluida en las promesas del bautismo no le obliga a dej ar el mundo. » (I. GoBRY ) 6

Pers pectivas y ex ig encia s El reino

«La pobreza no es el coro­ de en tr ada, el punto crítico pdmordial que separa a los que pueden y a los que no pueden ser cristianos. » (EvELY) y

su

entrada.

namiento de la vida cristiana, sino la puerta

Pobreza, caridad y apostolado . « Un cristiano no practica la caridad por el mero hecho de socorrer a los demás : tan sólo empieza a amar a sus hermanos en el m omen to en que se priva él mf amo de algo a su fa­ vor. » ( CHEVROT ) e. La riqueza aísla; nuestra riqueza subleva . Si v amos a los demás con nues tra riqueza , no haremos sino pro­ vocarlos . » (EVELY ) 79


Pobreza y disponibilidad. «El desprendimiento cristiano consiste . . . en estar disponible. No apeg ado a n ada y dispuesto a todo; libre frente a todos los valores humanos. Dispuesto a perder a los suyos, a p erder la patria, los bienes, si lo exige el reino de Cristo. » (LECLERCQ) La escalada. «La pobreza es una elección. La po­ breza es el ejercicio de un constante respe to a una jerarquía. Por ella, el cristiano pisa los escalones infe­ riores de la escala de las realidades, a fin de elevarse hasta los escalones superiores, aquellos que nos man­ ti enen al nivel de la gracia. Por la pobreza, el bautizado se despoj a de lo agradable por lo vital, de lo vital por lo cultural, de lo cultural por lo s a grado De lo fútil por lo ú til de lo útil por lo necesario, de lo necesario por lo ab s oluto » ( l . GoBRY) .

,

.

80


S EMÁFORO Mt 8 , 20 2 Cor 8 , 9 Mt 5 , 3 Mt 6, 24

V E R D E

Pobreza d e C ri sto

C risto se hace pobre para e n r i q u ecernos

Felices los que t i e n e n a l ma d e pobre O D ios o los ídolos

Le 1 2 , 21

¿ Pa ra q u i é n ateso ra m o s ?

Mt 1 3 , 22

Por qué no da fruto l a s e m i l la d e D i o s

1 Cor 7, 29-31 Le 12, 16-19

Esti lo d e l o s p o b r e s d e es píritu

Estilo de los ricos de espíritu

Le 14, 3 3

Dejarlo todo, s eg ú n e l eva n g e l i o

L e 12, 3 1

P rimero el rei n o, desp u é s l a s a ñ a d i d u ras

SEMÁFORO la

ROJ O

l.

¿ E s l a falta d e a u steridad d ad espiritua l ?

2.

¿ Q u é cosas d e l a s q u e tengo o d esear ía te ner m e a p r i siona n ?

3.

¿ D e c u á n ta s casas, q u e a h o ra p o s eo o u so, po­ d r ía y debería p re sc i n d i r?

4.

¿Cuá n t o s g u stos, n e ces id a des, re g a l o s superfluos pe r m i to en mi vida ?

S.

¿C u á n ta s n ece sidad es se c re a n fa m i l i a, p o r m i c u l p a ?

6.

¿ U so recta mente l o que poseo o d is f r u t a d e e l l o c o m o un s i b a rita ?

7.

¿Sé p re sc i n d i r p rog re siva m e nte de lo menos út i l y necesari o ?

B.

¿Sé a p r e c ia r el va lor de l a s cosas, o c reo q u e tod o l l ueve d e l c i e lo sin más n i m á s?

9.

¿ D e cuá n t a s cosas p re sc i n d o por amor e l jimo ?

1 0.

¿Qué cloy a l

justic i a c o n

e<

c a u sa d e m i floje­

l o s d emás, m i

p ró­

prój i m o, a l o s p o b res? a Con fu n d o p e q u e ñ a s ca ridacleu ? 81


CANTICO DE UN ALMA POBRE Dijo María: Mi alma magnifica al Señor y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi sal,vador, porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán biena ven

-

turada, porque ha hecho en mí maravillas el Poderoso, cuyo nombre es santo. Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen. Desplegó el poder de su brazo y dispersó a los que se engríen con los pensamientos de

su

corazón.

Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes. A los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió con las manos vacías. Acogió a Israel su sierv o acordándose de su misericordia. Según lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre. ,

LuCAS 1, 46-.55

82


I& EL RIESGO DE LA H UMILDAD 1

Ni eq u ívocos n i sucedá neos «Supone una notable degradación identificar la hu­ mildad con una postura de cobardía, de pasividad in­ digna, de incapacidad. La humildad es la actitud espi­ ritual justa, exacta, adoptada con la máxima intrepidez por aquel que se conoce a sí mismo y conoce a Dios, conoce la soberanía de éste y su propia dependencia. »

( CABODEVILLA ) 2

H u m i ldad, ace pta r

a

Dios y servi rle

«La exigencia de humildad es, en el fondo, una for­ ma de benevolencia de Dios para con nosotros. Dios exige en nosotro s las disposiciones indispensables a

quien quiere recibir, y en la abundancia, el don de la santidad. La historia de Ja humanidad muestra el daño que ha causado al hombre, a su perfección y a su sal­ vación, el orgullo espiritual . » (THILS ) 3

H u m i l d ad,

acepta r a l pr6ji mo y servi rle

«El espíritu de pobreza se mani6esta en el respeto de las personas : respeto de Jas conciencias; respeto de la s alud; respeto de las vocaciones . Todos los seres hu­ manos que Dios ha colocado en nuestro camino tienen, de una u otra manera, cierta capacidad pa ra semos úti­ les y provechosos ; evitemos es a grave tentación pro­ curando, como Jo hace el Hijo del nombre, s ervir más que subyugar; y si tenemos necesidad del prójimo, reci83


bamos lo que nos ofrecen como si pobres nos conside­ rásemos . » (l. GoBRY)

4

H u m i ldad, conocernos y acepta rnos «La humildad consiste ante todo en estimarnos en nuestro justo valor. Somos algo, poca cosa y pecado­ res . » (THILS ) «El ejercicio de la humildad consistirá en primer lugar en conocerse a sí mismo. Algunos prefieren con­ siderarse pequeños y pecadores. Tanto mejor. Pero que no sean excluyentes : no se glorifica a Dios ignorando los dones que efectivamente nos ha concedido . Otros están convencidos de la abundancia de sus talentos. Muy bien . Siempre que no cierren los ojos a sus pecados , a su finitud, a su miseria . » ( TH ILS)

S

Pecados «a) El orgullo, en sentido estricto, es un amor des­ ordenado de nosotros mismos, de nuestro valer , de nuestras cualidades, y una estima exagerada de nues­ tra persona. El orgullo es en cierto modo idolatría de sí mismo. b) La vanidad consiste en conceder exagerada im­ portancia a múltiples detalles, especialmente exteriores y aparentes, que no tienen en modo alguno el valor que se les da. Se trata de colores y tonos, de apariencia externa o de vestidos, de peinados o de belleza física, de habladurías y de renombre.

c) La ambición comienz a allí donde se hace des­ ordenado e inaceptable el deseo de honores, de autori­ dad, de poder, de una condición superior o que como

84


tal se considera. El desorden proviene del hecho de que se pretende esta condición superior por sí misma, o sin méritos, o sin tener las cualidades requeridas. d) La presunción se caracteriza por la voluntad de emprender trabajos que están más allá de nuestras po­ sibilidades . Problemas intelectuales que rebasan la ca­ pacidad de nuestra inteligencia. Tareas excesivamente difíciles para nuestras facultades, para nuestra imagi­ nación. Ri es g os demasiado grandes para nuestra resis­ tencia moral . Empresas superiores a nuestra resistencia física o nerviosa. e ) L a complacencia en sí mismo es un de fe ct o de las personas que tienen tiempo , o se lo toman, de con­ siderar favorablemente y de buena gana , lo que son, lo que han hecho, lo que les ha sucedido; y todo esto sin necesidad, por vanagloria y con cierto placer esté­ tico. " Cuando pien s o en mí mismo no me siento orgu­ lloso, pero cuando me comparo " » ( THILS ) . . .

85


SEMÁFORO Fel icidad y ma nsed u m b re

Mt 5, 4

Mt

Jn 13,

1 1 , 29

C risto, maestro manso y h u m i lde

14-15

Cri sto lava los pies d e s u s d i scípu los C risto vino, n o a se r s e rvido, s i n o a servir

Me 10, 45

Fil

C r i sto se h u m i l l a h a s ta l a m u e r t e de cruz

2, 5-8

Dios d escu b re s us sec retos a los pequeños

Mt 1 1 , 25 Le 1, 5 1 -52

Dios se opone a los soberbios H u m i ldad es se r v i r

Mt 20, 27 Fil 2, 2-4

H u m i l dad e s a m a r

Gál 5, 23

H u m i l dad, fruto d e l Espír i t u Sa n to

S EMÁ F O R O 1.

ROJ O

¿ H e aceptado com p l eta m e nte a D i o s o te n g o e n m i a l m a r i n c o n e s o pacos, i m p e rmea b l es, pa g a­

.

n iz a d o s, fa risa i cos ?

2.

¿Acepto a los demás ta l c u a l s o n o ta l cua l me los imagino?

3.

¿ O b e d ezco ú n icamente c u a n d o m e g u sta l o m a n ­ dado?

4.

¿ Confundo l a h u m i l d a d l a inacti v i d a d ?

5.

¿ Te n g o u n co n c e p to inmejorable d e m í ? ¿ En q u é c o s a s ? ¿ Cu á n d o ?

6.

¿ P ro c u r o l l a m a r la a t e n c i ón sobre lo que soy, tengo o d i spon g o ?

7.

¿ Q u é concepto t e n g o de c u a lquier c a r g o por pe­ q u e ñ o q u e sea ? ¿ U n h o n o r perso n a l o u n a forma de servir me jo r a l p ró j i m o ?

8.

¿ M e sor p re n d o s o ñ a n d o c o n m i g o m ismo y reba­ j a ndo m e nt a l mente a l prój i m o ?

9.

¿ D e seo el fraca so d e l p rój i m o paro q u e s e note m á s m í valía ?

10.

86

V E R D E

con

l a moj igate r í a , c o n

¿Trato como u i erva s a a las p e rso n a s que s e cu i­

d a n de m í ?


ORACION ANTE LA HUMILDAD DE JESOS Tu ap óst o l ha dicho de Ti, o h Señor, que en la eterni­ dad « estabas en la figura de Dios », Hijo del Padre, trasunto de su santidad y compañe ro de su gloria. Pero Tú no has considerado el «ser seme;ante a Dios» c o mo algo robado que el ladrón sujeta miedo­ samente, sino que g enerosamente « Te desprende de Ti mis m o » « Tú has tomado la fig u ra del siervo, .

has apar ecido a imagen del hombre y en tus act os has sido considerado ho m bre Te has re baiado a Ti m is­ mo, obediente hasta la muerte y m uerte de cruz.» .

ido tras los hombres, hasta su lejanía de Dios. Tu humildad ha baiado hasta lo hondo del extravío y nos ha vuelto a llevar a casa. Po r eso «también Dios Te ha elevado tan alto y Te ha dado el no m hre que está sobre todo nombre, de modo que ante tu n o m b re se doble toda ro dilla, y toda lengua re­ conozca qu e Tú, Jesucristo, e res el .Señor » .

Tú has

,

­

Por eso yo también, o h .Señor, doblo m i rodilla en tu

nom bre, y r eco noz co que Tú eres tor y el dadar de toda salvación.

el Señor, el reden­

El pecado es ceguera: por eso te ru ego, redentor mío,

líbrame del engaño del orgullo. Enséñame a ver quién soy y quién eres. To ca mi corazón para q u e sienta qué has hecho Tú. 87


En esas horas, oh Señor, en que cambiaste nuestro des­ tino, estuviste completamente solo. No hubo nadie junto a Ti; no hubo comprensión ni amor. Tú solo has soportado nuestra culpa an t e la justicia de Dios. Pero ahora nos has incluido en tu redención, y Te lo ruego, concédeme que Te conozca y permanezca a tu lado con mi amor. Amén. GuAJ.tDINI

88


I& E L RIESGO DE LA PUREZA 1

Pu reza i n te g ra l «La pureza consiste en alimentar el espíritu en la verdad, y no en la vanidad y mentira ¡ en pensar recta­ mente, en hablar con verdad, en hacer-obrar justamen­ te. Pureza de corazón es, por consiguiente, pensar, ha­ blar, obrar limpiamente, sin doblez, rectamente según la norma de la ley eterna . Pureza es verdad, sinceridad, honestidad, santidad . » ( F. M. LóPEZ-MELús)

2

P u reza a fectivo-sexua l

«La virtud de la castidad no tiene como finalidad " suprimir " los placeres sensuales o sexuales, sino re­ gular su goce . E sto s placeres poseen una bondad intrín­ seca, siempre que las circunstancias y las condiciones sean las que deben de ser. En otros términos, los goces sensuales y sexuales son, en sí mi smos , honestos , bue­ nos . Para un bau tizado, son cristianos, meritorios . Pero, al igual que debe regularse la utilización de los alimen­ tos conforme a las normas de la razón y de la fe, también estos placeres sensu ale s y sexuales han de someterse a regulación. Se posee la virtu d de la cas tidad en la me­ dida en que se tiene la cos tumbre de " dosificar ' ' y orde­ nar el u s o legítimo de estos goce s, según las n o rm a s objetiv as de la morali dad . �> (THILS) 3

P urezc vi rg in a l <� Pero l a pureza de corazón en la línea de l a afec­ t ividad no pued e reducirse s6lo al orclen y regulación

89


del amor y del placer según la eterna norma de morali­ dad que emana de Dios. Hay, en efecto, en el evangelio una llamada, que sólo pueden oír los que han recibido el regalo de esa divina percepción, que invita a subi r más alto, hasta regiones insospechadas, a las montañas et ernamente nevadas de la pureza de corazón : es la pureza de aquellos corazones que por amor dirigen verticalmente su afectividad h acia el cielo, sin tocar tierra, sin compartir con otros corazones : es la pureza virginal. » ( F. M. LóPEZ-MELÚS ) 4

Castidad y a l m a de pobre «La pobreza del cuerpo consiste, como toda pobre­ za, en no satisfacer más exige ncias que las del reino de Dios. Mi cuerpo es pobre cuando no tiene más que lo que es útil a la vo cación de mi per sona . » (I. GoBRY)

5

Castidad y a mor «La castidad es una apues ta imposible y ridícula si no tiene otra armadura que preceptos negativos . Por el contrario, es posible, bella y enriquecedora, si se apo ­ ya en una base positiv a : el amor de Dios, vivo, t otal, el único capaz de saciar la inmensa necesidad de amor que llena nuestro corazón de hombres.»

GAUDIE )

(GuY DE LARI­

«Tanto en el que hace , por vocación divina, profe­

sión de castid a d en su vida , y se n ie g a , por entregarse

al AMOR que se escribe con mayúscula, a la dich a del amor hu man o , como el que sin tener vocación para la ca s tidad perpetua, la debe guardar para prepararse p ara la vida del m atrimonio , la castidad que el cri sti anismo

90


les exige es una manifestación, una prueba de Es una exig enci a de amor . » ( A. MoRTA)

amor.

« La au ténti ca castidad no es obedecer exteriormen­ te a una ley moral; es reconocer a que llo que es conve­ nien t e para mí y para los demás ; es la aplicación de la regl a áurea del equilibrio hu ma no : amar al prójimo como a sí mismo, cuyo sentido, el creyente, no debe deslig arlo del amor a Dios, que le da verdadero valor . » (DR. CHAUCHARD)

6

Castidad y res peto «Lo que agrada soberanamente en un a muchacha, es que, prevenida y ardiente , conserva en todas las cir­ cunstancias una actitud cl ar a , firme, sin equívoco s ; que huyendo del desenfreno por una parte, y de la gazmo­ ñería por otra, des e a permanecer recta, noble, elevada y casta.» (VIEUJEAN ) «También los

j óvene s

se hallan nimbados de un

re spl an do r esp e ci al cuando cultivan un gran re sp eto por el amor y se guardan cuidadosamente de experiencias precoces , vulg ares , envilecedoras y decepcionantes.» ( VIEUJEAN)

7

Castida d y forta leza «El heroísmo nos es necesario para ser verdaderos hombres, ya que el homb re es un ser débil y pecador marcado por el pecado original, fácil a dej arse llevar por la corriente y a desnaturalizarse.» (DR. CHAUCH ARD)

8

Pu nto fi na l

«La educación de la pureza se ejercita con el do­ minio de sí mismo y el respeto a los demás : el secreto est á en la ayuda ae la g racia. » ( CARD . MONTINI ) 91


SEMÁ FO RO Mt 5, 8 Mt 15, 1 0-20 M t 23, 25-28 2 Cor 7, 1 Mt 5, 28-30

1 Cor 3, 16-17 Mt 1 9, 12 1 Cor 7, 25-38 Ti t 1, 1 5 1 Tim 5, 22

V E R DE

Fel i c e s l o s l i m p i o s de c o raz ó n Qué e x i g e la p u re za i n te gr a l Qu é es la i m p u reza g e n e ra l Qu é es u n a p u rifi c a c i ó n to ta l Qué es d o m i n a r los sentidos i n teriores y ex te r i o ·

res R a zón f u n d a me n ta l de la p u reza a fectivo-se x u a l Se n t ido r a d i c a l y e c l es i a l de la v i rg i n id a d Exce lencia de la v i rg i n i d a d Optica e s p i r i t u a l d e l o s l i m pi os de c o razón Consé rvate p u ro

SEMÁFO RO

ROJ O

1.

¿ Soy n o b l e , l e a l , s i n cero e n m i p ro c ed e r, o a m i g o de la d o b l ez, la m e n t i ra , la a d u l a c i ó n , las d ob l e s caras?

2.

¿ T e n g o o b s e s i ó n por e l sexto ma n d a m iento, e r e· y e n d o q u e es el ú n ico d e l c r i s t i a n i s mo ?

3. 4.

5.

¿ C reo q u e l a c a s t i d a d y l a v i rg i n i d a d so ri v i rt u · des i m p o s i b les p a ra la j u v e n t u d ? ¿ Por qvé ? ¿ Cómo d o m i n o y ed u c o m i s

s e n t i d o s exter i o re s? (,Miro, \ eo, escu cho, digo \ o que q u"1 e ro, voy a d o n d e se me a n t o j a y co n qu ien s e a ? ¿ Có m o d o m i n o y e d u co m i s sentidos inter io res? ¿Soy d u e ño d e m i i ma g i n a c i ó n , m e m o r i o , a fee·

tiv i d a d ?

6. 7. 8. 9. 1 0.

¿ M i c a st i d a d es fruto d e l a m o r y d e l r e s p eto, o d e l m iedo, de l a conve n i e n cia ?

¿ Tengo un r e s p et o s a g r a d o p o r l o s m i st e r i o s de la vida y el a m o r, o soy un c risti a n o cori i d e a s m u n d a n a s, p a g a n i z a d a s ?

¿ M i c o m p o rtam i e nto, com pos t u ra, forma d e v e s·

t i r, e t c., s u b l i m a y educa a l o s d e m 6 s o l e s p ro· voca y hunde? ¿ Me levanto p ronta y va l i e n te m e nte en l as ca l· das, o d ej o - po r miedo, respeto h u mo n a o p e· reza - que el m o l me d o m i n e ? ¿ P o n g o t o d o s los medios d i v i n o s y h u m a n o s a m i alca n ce para c o n serva r uno pureza i nt e g r a l , com pleta?

92


ORACION

PARA

OBTENER LA PUREZA

Señor, Quisiera

ser puro. Me

asalta la

impureza tanto por de

den tro como por fuera. No hablo simplemente

las invitaciones permanentes a la lujuria que se me

en todo lo que me alcanza la vista, paredes, colorean las páginas, surg en de la escena o de la pantalla. No hablo de las provoca­ imp one n y que,

cubren las

ciones de las muchachas que esperan en un rinc6n calle o ante u na taza de café, p in tadas para

de la

llamar

la atención.

de la carne, en lo más profundo de mí mismo, a la que n o 3e sabe num:a demasiado hasta qué punto no se ha escuchado.

Hablo tam bién de la ley

Hablo de ot ras impurezas entrar en

que el mundo int en ta hacer mí sin descanso, con sus modos aparente­

mente inge n uos de deslumbrar con el éxito, de res­ ponder a las ambicio nes escondidas, de p rop on er dinero y seguridad si se acepta mentir y traicionar. Qué sencillo

sería abdicar A veces, Señor, me siento tan próximo a sucumbir, a preferir lo que hace bri­ llar a lo que c o nstruye lo que disminuiría las preo­ cupaciones inmediatas a lo que las acrecienta; el abandono a Ja resistencia, Ja facilidad al esfue rz o, la tranquilidad a la c ruz. . . .

,

93


Cuántas solicitaciones para estar conforme, en encon­ trar que no todo va tan mal, 'en combatir del modo más claro, tan infantil, tan fácil, al enemigo n.0 1 del orden social, dejando en paz a los otros enemi­ gos; en comprometerse en pretendidas cruzadas ani­ madas po r el más t em e roso y absurdo de los mie­ dos o por el más sórdido interés.

Por mi parte,

¡cuántos silencios, cuando sería necesario ¡cuántas sonrisas, cuando sería necesario ¡cuántas semi-concesiones a amigos que habría que contrariar resueltamente!

hablar!; atacar!;

Señor, ayúdame en mi debilidad.

LBBIU!.T

94


111

tomando tierra

• Queremos sa ber si hay oposición entre lo divino y lo humano, queremos si

saber

la religión

m uti l a o

d i lata n uestra

vida humana,

queremos encontra r las f6rmulas de la acción, de la dicha y de la vida plena . • (P. J o l y)



17

E l MUNDO Y LOS ARRIESGADOS l

La en ca rnación «Desde la encarnaci6n, la tierra está traspasada de delo, y cada cos a , cada acontecimiento, cada persona tiene un doble aspecto : el terrestre y el celestial. Tan sólo el cris t iano puede contemplar el universo y la humanidad en toda su verdad, puesto que él s6lo posee

la Fe, esta " doble v isió n " que le perm i te penetrar, atra­ ve s an do las apariencias, el MUNDO en su totalidad. �

(QuorsT)

2

Dos m u ndos « ¿ Cristo se separa del m undo y nos previene contra contra sus artes m ágicas ? Esto sería, pues, lo que opina Juan cuando dice : " No am éi s al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no es t á en él la caridad del Padre". Pero aquí s e trata del mundo enemigo d e Dios , de fa humanidad caída en el pecado, de la lejanía de Dios, que se introduce en el mundo a través de la tentación y de Ja a stucia del diablo, no del mundo como crea­ ción . » ( B L IEKAST) él

3

y

La o b ra de s us manos «La tierra es el único camino que puede conducir­ nos al cielo. No hay otro. Y la tierra no es una idea, u n razonamiento, u na abstracción o un concepto . E s una cosa, una cosa enorme , u na masa de cosas, las unas 97


dentro de las otras, las unas sobre las otras, trabada s

y ruidosas ; es un universo. Porque las cosas deben llevarnos a Dios, poseen todo lo necesario para acomodarse divinamente a es ta

tarea.»

(CHARLES )

«Admira y haz tuyas todas las bellezas del universo esparcidas a tu alrededor. Procura plasmarlas, aunque sea en páginas imperfectas ; hazlas subir en hurnilde homenaj e hacia tu Dios. » ( Guy DE LARIGAUDIE) 4

Cristia nos en el m u ndo

«Por el nombre de laicos se entien<le aquí todos los fieles cristianos, a excepción de los miemb ros que han recibido un orden sagrado y los que están en est ado religioso reconocido por la Iglesia, es decir, los fieles

cristianos que, por estar incorporados a Cristo median­ te el bautismo, constituidos en pueblo de Dios y hechos partícipes a su manera de la función sacerdotal, profé­ tica y real de Jesucristo, ejercen, por su parte, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo . » (Constitución dogmdtica sobre la Iglesia)

5

Miedo ¿ por q u é?

« Sólo el que no es libre, teme. El que vive en el te rror del pecado, el que ve en todo lo que sale a su encuentro sólo una ocasión de pecar y clasifica las cos as de acuerdo con d riesgo mayor o menor que en ellas se esconde, ése no es libre frente al mundo. Él debe temerlo, y cree estar más cerca de Cristo cuanto más lejos está del mundo . Según él, a una autén­ tica r eligiosi dad corresponde una cierta dosis de des98


precio del mundo. Al difamar al mundo según sus fuer­ zas, cree estar cumpliendo una obra grata a los ojos de Dios.» ( BLIEKAST ) «Los jóvenes tienen demasiado la impresión de que no se puede ser a la vez vir tuo so y feliz, plenamente cristiano y plenamente humano . » (BABIN)

« ¿ Seríamos fieles al plan de Dios ignorando o me­ nospreciando el instinto, energ ía poderosa encajada en el corazón de los j óvenes , especialmente en sus rela­ ciones con los bienes y mediaciones sensibles? Evange­ licemos más bien este impulso que los lleva hacia las realidades hum an as y terrenales, de tal m a ne ra que, al provocar un desenvolvimiento humano, no gire este impulso hacia una apropiación egoísta de las cosas , sino hacia una donación de sí más generosa . » (BABIN)

99


SEMÁ FORO Gén 1 , 1-24 Rom l , 20 1 Cor 3 , 23 Jn 17, 15 Jn 3, 16 Ef l , 22

Col 1 , 20 Rom 8, 22 1 Cor 7, 3 1 Jn 15,

19

VE R D E

lo q u e ha hecho D i o s es bueno las h u e l l a s d e D i o s Se n t i d o d e l a s cosas

M u n d o y m u n d a n id a d C r isto enviado a l m u ndo E l m u nd o so m etido a Cri sto El m u n do renovado por Cri sto El rescate del m u n d o La fi g u ra d e este m u ndo pasa En el m u n d o s i n ser del mundo

SEMÁFORO 1.

¿Soy d e los q u e t e m e n les p a rece ho rroroso?

2.

¿ Soy de l o s que a d o ra n ta n to al m u n d o que no c ree n e n l o s en e m i g o s del a l m a ?

3.

¿ C r e o q ue pa ra s e r c r i st i a n o h e d e renega r de todo, tenie n d o que vivir c o m o un erm ita ñ o ?

4.

¿ C r e o q u e Jos q u e d ej a n el m u n d o por a mo r de Dios y del p ró j i m o son u n o s i l u s o s, d e se n g a ña­ d os, i n ú ti l e s ?

5.

¿ Sé a d m i ra r l a s m a ra v i l l a s q u e D ios ha h echo, o tengo u n a l m a enve j ecida q u e n o se s o rp rende d e nada y por n a da ?

6.

tanto

ROJ O

a l mundo que todo

¿Sé c o n te m plar el mundo con ojos cris ti a n os, o soy m a te rial ista q u e vivo s i n fe n i e speranza ?

un

7.

1 00

¿ Soy u n rom á n ti co d e s p ista d o q u e n o h a pas a d o d e la b e l l eza d e l a s c o s a s a l o b e l l eza d e Dios ?

8.

¿Veo en cada persona un a l m a m e n sa j era, o soy un i n d i fe ren te que pas o j u n to a l o s hom bres c o m o s i v i e ra « postes d e l a l u Z» ?

9.

¿Veo e n ca d o a contec i m i e n to d e m i v id a u n a l l a mada de D i os, o s o y d e l o s q u e creen e n la casua l id a d y fata l i d a d ?

1 0.

T od o ma rcha hacia Dios. ¿ l l evo y o , c riatura ra­ c io n a l y es p i ri tu a l , u n co m i n o eq u i voca d o ?


ME

GUSTARIA LEVANTAR EL VUELO

Me gustaría levantarme en vuelo, Señor, por encima de mi ciudad, por encima del mundo, por encima del tiempo, Purificar mi vista y pedirte prestados tus ojos. Desde arriba verla el universo, la humanidad, la histo­ ria, como los ve tu Padre, vería en la prodigiosa transformación de la materia en el continuo burbujear de la vida,

tu gran

cuerpo que nace ba;o el soplo del Espíritu.

Vería el maravilloso, eterno sue ñ o de amor de

tu Padre :

todo centrándose y resumiéndose en Ti, oh Cristo, todo: el cielo y la tierra. Vería cómo t odo en Ti se centra aun en sus mínimos detalles, cada hombre en su sitio, cada grupo, cada cosa.

Vería aquella fábrica, est e cine, la clase de matemáticas y la colocación de la

fuente

municipal, los cartelitos con los precios de la carne, la p andilla de muchachos que va al cine, el chiquitín que nace y el anciano que muere. Divisaría la más chiquita partícula de materia y la más

dim in uta palpitación de vida, el amor y el odio, el pecado y la gracia. 1 01


Y entendería cómo ante mí se va desa"o llando ta gran aventura del amor iniciada en la aurora del mundo, la historia santa que, según la promesa, concluirá solamente en la gloria cuando, tras la resurrección de la carne, Tú te alzarás ante tu Padre y le dirás: Todo está con­ cluido. Yo soy el al/a y la omega, el principio y el fin. Sí, yo comprendería que todo está bien hecho y va a su sitio, que todo no es más que una gran marcha de los hombres y todo el universo hacia la Trinidad, en Ti y por Ti, Señor. Comprendería que nada es profano, nada, ni las cosas, ni las personas, ni los sucesos sino que todo tiene un sentido sagrado en su origen divino y que todo debe ser co nsagrado por el hombre hecho Dios. Comprendería que mi vida, pequeñísima respiración del gran cuerpo total, es un tesoro insu stit uíble de los planes del Padre. Y, al comprenderlo, caería de hinojos, admiraría, Señor, el misterio del mundo que a pesar de los innumerables y horroro­ s os manchones del pecado es una larga palpitación de amor hacia el amor eterno. Sí, me gustaría levantarme en vuelo, sobre mi ciudad, sobre el mundo, sobre el tiempo, purificar mi vista y pedirte prestados tus ojos.

QuoIST 1 02


18 E L TRABAJO Y LOS ARRI ESGADOS

1

Defectos y p ecados « Si el hombre es, por naturaleza, un complejo de facultades, de fuentes de actividad, la pereza es, lite­ ralmente, antinatural, inaceptable. Ataca a la vitalidad misma de lo humano. Anula su más íntima energía. » (THILS) «El e rro r de quienes, como los sabios helénicos, desprecian el trabajo y a los trabajadores. El error de

los católicos que ven en el t rabajo sobre todo la pena expiatoria de la culpa original . . El error de los que tienen la p a sión del poder hum ano y, obsesionados por la eterna nostalgia de hacerse dioses, se sirven del tra­ baj o para destronar al Señor. » (THILS) .

«Hay falta ta mbién cuando, en el comportamiento observado con relación al trabajo, no se respeta la je­ rarquía de los valores y , sobre todo , cuando no se res peta al hombre y al hijo de Dios . » ( THILS ) ­

2

O bra creado ra «Positivamente, el trabajo es una obra de crea­ ción Una obra de creación , es decir, que debe ponerse en armoniosa conexión con la acción divina del creador y de la providencia. La noción inicial del val or absoluto de todo trabajo humano viene dada a los hombres y a los pueblos por la fe en un Dios creador que, después de la creación del hombre, entra en el reposo del sép. . .

WJ


timo día, dej ando al hombre proseguir la realización

del plan eterno de la creaci ón . » 3

(THILS)

Obra redentora «El pecado está en el trabaj o y en el mundo como

el gusano en la fruta; debe ser redimido. Solamente el c ris t i ano puede hacer que Jesucristo redentor penetre en el interior del t rab aj o y por él en el corazón del universo. Por el trabajo, el hombre colabora en la creación, pero t ambién en la redención . » (QuoIST)

4

Obra de justicia y d e serv icio «El hombre no ej ercita s u profesión por sólo moti­ vo de ganancia; sino para emplear sus facultades físicas, morale s e intelectuales e n provecho d e l a comunidad. »

(Pío XII }

«Procuren, pues, seriamente, que por su competen­ cia en los asun tos profanos y por su actividad, elevada desde dentro por la gracia de Cristo, los bienes creados se desarrollen al servicio de todos y ca da uno de los h omb r es y se distribuyan entre ellos, segúp el plan del creador y la iluminación de su Verbo, mediante el t rabaj o humano, la técnica y la cult ur a civil.» ( Cons­ titución dogmática sobre la Iglesia)

5

Obra de sa ntificación personal «Nuestra vida no es más que una sucesión de gestos ínfimos, pero que, divinizados, labran nuestra eternidad. El valor material de una obra de arte, cuadro o estatua, e s el resultado de una serie de golpes de pincel o de cincel . En cambio, su valor inmaterial, el que verdade-

1 04


ramente vale, es el pensamiento del artista que informa cada golpe y hace de su síntesis la realizaci6n de su idea. Creamos eternidad en cada uno de nuestros actos. He aquí nuestro p o der maravilloso de hombres. En cada s egu nd o edificamos nuestro reino.» ( GuY DE LA­

RIGAUDIE )

6

Obra de perfección h u ma n a

«Con t u trabajo consumas tu propia creación. Te de senvuelve s física, intelectualmente . Aumentas tu poderío sobre las cosas, . .

Te vuelves más creador, es decir, más hombre . »

(QUOIST )

7

Preparación «La vida no es una lotería o , si lo es, es necesario, para ganar, procurarse el mayor número posible de billetes . Los auténticos j6venes lo saben. Por lo menos aceptan lo que se les dice. Saben, asimismo, que estos billetes cuestan caros y que no pueden adquirirse sino al precio de un trabajo intenso.» ( VIEUJEAN)

1 0.J


SEMÁ F O R O Jn .5, 17 Mc 6, 3 Gén 1 , 26 Gén 1 , 28 Gén 2, 15 1 Cor 3, 9 Mt 25, 14-30 2 Tes 3, 8 2 Tes 3, 10 1 Cor 10, 31

V E R D E

El Pad re sie m p re trabaja C r i s to , carpintero de a ldea El h o m b re, i m a g e n de D ios Som eted l a tie rra Haced l a p rod uci r

Somos co o p e rad o res de D ios Ta l e n tos pa ra n egoc iar Tra b a j a r pa ra g a n a rse el pa n

El q u e no trabaje, q u e Todo es gracia

no

coma

S E M Á F O R O RO J O 1.

¿ Ten e m o s l os j ó ve n e s esp íritu d e t ra b a j o o nos g u sta a v e r tra ba j a r n a los d e m á s ?

2.

¿Todavía s ig o c reye n d o q u e si no hu b iera hab i d o p ecad o o rig i na l no existi ría el tra b a j o ?

3.

¿Te n g o u n co ncepto burg u és d e l est u d i o ? ¿ Lo to· mo como un paso t i e m po, un l u j o que m e p u edo perm i ti r ?

4.

¿Tengo u n c o n cepto peyorativo d e l tra ba j o ma­ n uo l ? ¿Creo que es a l g o ind igno, que rebaja?

5. 6.

¿ R i nd o el m á x i m o e n todo y con sta nte m e n te, o me co n formo con e< p a sa r » c o n la ley del m í n i m o esfu e rz o ?

7.

¿ C o rres p o nd e m i p u esto de tra ba jo, o m i ca r rera, al d e mis ta l e n tos y med ios de que d i spongo, u oc u p o un p u e sto que no es el m la ?

8.

¿ En l a actu a l idad, gano e l pa n c o n e l s u d o r d e m i frente o c o n e l sudor d e l d e e n frente, d e los demás ?

9. 1 0.

1 06

¿ Estu d i o p a ra adq u i r i r u n a formaci ó n humana, i nteg ra l o s i m plemente por ord e n su perior?

¿Tra b a j o y me c a pa cito c a d a vez más p a ra s e rvi r mejor a l prójimo o p a ra satisfacer m i a m b i ción y co m o d id a d ?

¿ D o y u n sen tido c risti a n o a m i t ra b a j o, o soy una person a s i n v i su a l idad sobrenat u ra l ?


ORACION PARA RENDIR EL MAXIMO ¡Oh Dios! Cuando considero todo lo que me han enseñado, todo lo que he recibido, todo cuanto me habéis dado, en cuanto a bienes materiales, en cuanto a capacidades intelectuales, en cuan t o a amigos,

en cuanto a compañeros de equipo,

todas las gracias de que me 'habéis colmado . De bo reco nocer que a mis años he hecho bien poca cosa para que venga vuestro reino, para que la justicia t riu nfe en este mundo, para que no s e a ya más escarnecida la verdad, para que los pobres sean evangelizados. Y o be trabajado «como todos», o sea, sin re ndir al máximo. Mis días están llenos, pero co n frecuencia de cosas un p oco in útiles. Mis esfuerzos son pos itiv os pero limitados, y casi sie mpre limitados a las cosas puram ente humanas. Conozco mis límites, p ero casi n unca llego hasta el �na!: me detengo an t es Je estar fatigado, dejo que hagan los demás aquello que debería ha­ cer yo, busco las tareas más fáciles, en lugar de ir a las más necesarias. ,

T07


Dios todopoderoso, ayudadme, venid en socorro de mi fl,aqueza. Vos conocéis mejor que yo, hasta dónde puedo llegar, yo no os pido que apartéis los obstáculos, sino que me ayudéis a llegar hasta el fin de mis fuerzas y de mis capacidades y que, si os place, las aumentéis. SUAVET

1 08


19 E L CUERPO Y LOS ARRI ESGADOS

1

Del angel i s m o a la id olatría « Sólo el espíritu es bueno , pues el cuerpo es fuente

de todo mal. Habiendo sido arrojado a las profundida­ des de la materia que le paraliza y le ahoga, el espíritu se salva en l a medida en que se desprende de lo carnal. Al librarse de la materia, el espíritu vuelve a encontrar su dignidad. » (Maniqueísmo)

2

D ig n idad del c uerpo h u man o «El rey del universo, como digna corona de la crea u otra manera, del lodo de la tierra ,

­

ción, formó de u n a

la obra maravillosa del cuerpo humano y le inspi ró en

faz un soplo de vida, que hizo del cuerpo la habita­ ción y el instrumento del alma, que es lo mismo que su

decir, elevó con ello l a materia al servicio inmediato del espíritu, y con esto acercó y unió en una síntesis,

difícilmente accesible a nuestra mente el mundo es­ ,

piritual y material , no sólo con un lazo puramente externo, sino en

3

la

unidad de la naturaleza humana. »

(Pfo XI I )

Dos hermanos q uer id í s i mos <�E1 cuerpo y e1 alm a en el hombre son co mo las ma­ nos unidas en una sola oración, y .así entran j untas en la vida eterna, o entran juntas en la condenación, c o m o las dos manos espo sadas de u n }?dsi.e>nero.» ( PÉGUY ) 109


4

La esclavitud de la ca rne « Según la teología paulina, el cuerpo está sometido a tres poderes que han hecho de la carne una esclavitud: La ley, el pecado, la muerte. Bajo este punto de vista,

el cuerpo no significa únicamente la persona humana salida de las manos del creador, sino que hace refe­ rencia a la persona esclava de la c arne y del p e c ado » (Vocabulario de teología bíblica) .

5

C u idado del reci piente

Deporte. « El espíritu de di sciplin a enseña a prac­ ticar la obediencia, la humildad, el renunciamiento; las relaciones entre equipos enseñan la caridad, el re speto mutuo y la generosidad ; el mejor rendimiento físico exige castidad, t emp lanza prudencia.» ( JUAN XXII I ) ,

Tiempo libre. « El tiem po libre puede dedicarse a dos aspectos de la exigencia humana : el desc a n so y la cultura . El tiempo libre dedi cado al descanso y a la diversión es necesario para el trabajador que hay en el hombre ; le a s e gu ran una contrapar tida de sus t area s profesionales y con ello un mayor equilibrio.» ( TH ILS ) 6

Ca m bio de d ecoración «Abandonado y do min ado el cuerpo, loco de amor ,

de Dios, obedece, incluso en la semiconsciencia, a lo s reflejos del alma. Es cierto que preferi r ía morir sabiéndolo plenamen­ te. Querría poder tomar mi vida en el hueco de la s manos y tene r el tiempo de elevarla hacia Dios y de dársela como humilde o fre nda de hombre. Pero estaré igualmente bien si la puerta, en lugar de abrirse len tament e a la luz, cede de un brusco em­ pujón . »

110

(GUY

DE

LARIGAUDIE)


SEMÁ F O R O Gén 2, 7 Col 1, 22

El cuerpo, obra d e Dios Recon c i l iados e n el c u e rpo d e C risto

El cuerpo, m iembro de Cristo

1 Cor 6 15 1 Cor 6, 19 1 Cor 6 , 20

Somos tem p l os de D i os

Rom 7, 23

La carne calada por e l pecado

1 Cor 9, 27

Morti fi cac i ó n de la c a rne

,

Col 2, 1 1 1 Cor 6, 14

V E R D E

El cuerpo, i n stru m e n to de g l o r ificación

E l cue rpo ca rna l va a la m u e rte

El c u er p o res ucitará com o el Señor

S EMÁ FO R O

ROJO

1.

¿ Respeto m i c u e rpo y e l c u erpo de los dem á s ?

2.

¿ D escu ido los deb e re s p a ra con mi c u erpo, no va lora ndo el d e scanso, e l sa no d eporte, el a rre· g lo persona l ?

3.

¿ C u ido tanto e l c uerpo q u e llego a i d o latro rlo, c u l t i va n do el fu ror 11 del m ús cu l o >J , lo coquete rlo , el o r n a to exc e s i v o ?

4.

¿ En q u é cos o s pe rjudico o he pe rj u d i cado m i c u e rp o ? ¿ Falta de o l i m e n toci6n 11 p a ro g uarda r l a l í n ea » , sobra d e medica m entos u no recetados » por el méd i co?

S.

¿ D e j o o m i cue rpo g u i a rse por el instinto en l o c o m i d a y b e bid a ?

6.

¿ M e a l imen to rac iona lmente, o l l e no e l c u po co n golos i na s ?

7.

¿ Pr i vo a m i cu e rpo d e g ustos p e rm i t idas paro dom i n a rle, paro dom i n a rm e ?

8.

¿ Reconozco q u e el p e ca do de la carne e s u n o r u i n a fís i ca y e spi ritu a l?

9.

¿Al i m ento m i c u er p o c o n e l c uerpo sagrado d e C r i sto?

1 0.

¿Te n g o m i edo a la muerte, nun ca pien so c re o prác t i ca m e nte e n s u ll e g a d o ?

en

ello,

no

11 1


CONSAGRACION DEL CUERPO

Señor, me has dado un cuerpo, para que me ayude a c umplir mi misión sobre la tierra y en el cielo. Por el bautismo quedó consagrado a Ti, tanto como mi alma. Yo renuevo h oy esta consagración y pong o especialmente mi cuerpo a tu servicio. Dame dominio absoluto sobre él; que s ea siempre un instrumento mío, y no un tirano. Hazle puro para el trabajo y para la fatiga, permeable a la gracia dispuesto para se rvir a lo s demás. Quiero rechazar cuanto pueda hac erle daño : glotonería, indolencia, impureza; quiero también p rivarle a veces de algunos goces hones­ tos para hacerle dócil al manda t o de mi voluntad. Haz que el frecuente contacto c o n tu cuerpo, en la sagrada comunión, lo haga fuerte y lo libre de toda man cha Y para que verdaderamente sea tuyo, hago sobre él la señal de la cruz, « como co n dos trozos de cuchillo se Te consagra el pan nuevo que se va a partir en la mesa. » En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo . Así sea. ,

,

.

LELOTTE

112


20 LA VOLUNTAD Y LO S ARRI ESGADOS 1

Una verdad q u e d u e l e «Tenemos que confesar que e n l a actualidad existe entre la juventud mucha falta de energía. Hablo por experiencia. Compartiendo diariamente la vida con cen_. tenares de adolescentes que saben tienen en su mano

las llaves de su porvenir, ni en sus juegos, ni en sus estudios , ni en sus r a tos libres acierto a ver el empeño total que les permitiría afianzar incontables riquezas . El latigazo del examen le s obliga al esfuerzo, pero al. gunos mi den su e s fu e r zo con e conomía a veces con_ ,

avaricia, se fían de la suerte y de sus ap titude s lidad tienen miedo a sufrir. ( BoNDAT ) « Nada m á s peligroso

que

.

En

rea.

dejar inactivas las ener.

gías de la juventud. Privadas de movimiento, expl o tan y siembran la devastación . �> (VIEUJEAN)

2

Lucha e n lo con creto <� Los hombres , especialmente los jóvenes , quieren «vivir su vida». En el fondo , tienen razón, pero en la realización de su sueño se equivocan con harta frecuef\­ cia . Algunos se alucinan, no viven su vida, s i no que toleran las exigencias de sus fo stin tos o l as múltipl f!:s fantasías de sus deseos. O tros quedan desengañados del pasado ; y otros lo aureolan con todos sus bellos colores . Finalmente, ot ros tiemblan ante el porvenir o le atribuyen un va l o r mágico . Olvidan todos el presente. 113


Sólo hay un medio para que no falle la propia vida: sumergirse por entero, personalmente, en el momento presente, respondiendo al amor infinito desde el hueco de cada uno de estos momentos. » ( Quo1sT) 3

Lucha e n lo peq u e ño «Durante una tentación violenta, después que la voluntad se debilita y el cuerpo entero languidece pres­ to a ceder, es bueno, para mostrar que, a pes ar de todo, aún amamos a Dios, imponerse una mortificación pequeña : no poner sal a la sopa demasiado sosa, o no apartar un objeto que nos molesta. Este acto ínfimo de amor, siempre posible, aun en el mayor desastre aparente del alma, es como una llamada a la gracia, y por él la voluntad se siente nuevamente robustecida . » ( GUY DE LARIGAUDIE )

4

Responsa b i l iza rse «Las responsabilidades forman a la adolescencia. Contrariamente a las apariencias engañosas, responden a un deseo profundo de la na turaleza No solamente e spolean un orgullo saludable porque imponen una disciplina personal; nos h acen también resp·onsables de otras almas . » (BoNDAT) .

5

Los contratiempos «Enseñémosles (a los adolescentes ) a poner su vita­ lidad, su pundonor, no en la rebeldía o en la dece pción, sin o en el humilde realismo ante los hechos . Hoy, la alegría de la festividad, la pre sencia de un amigo que­ rido;. mañana, los trabaj os e scolares y quizá el contra tiempo Que digan " s í " con toda su alma , desgarrada

­

. . .

1 14


maravillada, porque en ambos casos es Dios el que habl a . » (BABIN)

o

6

Sé un hombre « ¡ Cristiano, sé un hombre,y hombre completo ! Si no, no podrás ser tampoco un cristiano completo. Cri s t o no quiso construir la nueva Jerusalén, sobre las ruinas de la antigua: Él lloró, porque ella no quiso reconocer su hora. Así tampoco quiere Él construir lo sobrenatu­ ral sobre las ruinas de lo natural . La gracia no destruye la naturaleza, sino que la presupone y la ennoblece . » (BLIEKAST )

115


SEMÁ F O R O Mt 25, 2 1

1 Cor 1 0 , 12-13

Fide lidad en lo peq ueño Dios está con nosotros

1 Cor 13, 12

El infa n tili smo

Rom 14, 22

Toma r resol uciones

Sant 4, 7

La omisión es un pecad o

Sant 1 , 6

La i ndecisión em pob rece

Tit 3, 14

Es p í r i t u de inic iativa

2 Tim 3, 2

VERDE

Hay que

ser

l a n za d o s

1 Pe 4, 12

La p rueba siem pre e s b u ena

Le 21, 19

La paciencia todo l o a l canza

S EMÁFORO

ROJ O

1.

¿ Po r q u é cosas vibramos más los j ó v e n es ? ¿ Po r ide a l es q u e merecen la p en a o p o r los burb u ja s de l a mod o ?

2.

¿ Q u é hago y o paro l l e g a r

3.

¿ Te ng o idea les o soy u n c< idea l i sta n ?

4.

¿Soy u n jove n d i ná m i co, emprendedor, de i nici a­ tivas, o u n o bol a q ue rue d a p o r las ca l l es, p o r

a

s e r « a lguien n ?

l os tontódro m o s ?

S.

¿ Fo r j o m i volu ntad en lo lucha diaria, cu rripl i e n ­

d o a la pe rfección m is debere s, o vivo de tenlas ,

soña n d o despie rto ?

6.

¿ Ed u co mi v o l u n t a d concretos, exigentes?

7.

¿Tengo es píritu d e responsa b i l i d a d , o q u i eto q u e me l o d en todo hecho, sin compromete rm 111 yo o n ada y en nada ?

8.

¿Me d esa n imo a n te el p rime r fracaso y n o sigo i ntentando s u perarme una y m i l veces?

9.

¿ E m p rendo muchos co sas s i n ter m i nar

1 0.

116

ninguna?

i m p o n i é n d o me

sac r i fi cios

bien

casi

¿Soy d u e ñ o de mí mismo, o me d o m i n a n m i s ner­ vios, m i s ca p r ichos, mis amis t a d e s, el a m b i ente, la mosa . . . ?


SERAS HOMBRE . . .. Si guardas en tu p uesto la cabeza tranquila

cuando todo a tu lado es cabeza perdida. Si tienes en ti mismo una fe que te niegan y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera. Si, engañado, no engañas; si no buscas más odio que el odio que te tengan . . . Si eres bueno y no finges ser mejor de lo q u e eres Si, al hablar, no exageras lo que sabes y quieres. .

.

sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo; si piensas y rechazas lo que piensas en vano. Si tropiezas al triunfo, si !lega tu der'°ta, Si

,

y a los impostores les tratas de igual forma. Si logras que se sepa la verdad que has hablado, a pesar del sofisma del orb e encanallado. Si vuelves al comienzo de la obra perdida, aunque est a obra sea la de toda t u vida. Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría tus ganancias de siempre a la suerte de un día; y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea sin decir nada a nadie de Jo que es y lo que era. Si logras que tus ne,uios y el co razón te asis tan, aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga, y se agarren contig o cuando n o quede nada po,que tú lo deseas y lo quie,es y mandas. 117


Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud. Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz. Si nadie, que te hiera, llega a hacerte la herida. Si todos te reclaman y ni uno te precisa. Si llenas el minuto inolvidable y cierto de sesenta segundos que te lleven al cielo . . . Todo lo de esta tierra será de t u dominio y mucho más aún: SERAS HOMBRE, HIJO MIO. KIP LING

118


21 LA LI BERTAD Y LOS ARRI ESGADOS 1

Liberta d o i ndependencia «Espontáneamente, e l adolescente re hú s a toda co­

acción. C ri tica se o p o n e a todas las formas de aut o ,

­

ridad que han modelado su infancia : tu t ela familiar, religiosa , leyes y do g ma s de la Iglesia.

En cier t o s momentos de exacerbación, él mismo se afirma como si fuera su única nor m a de existencia . De aquí a colocarse con tra Dios, no hay m á s que

un

paso .

Se discutirá ciegamente de la l ibe rtad sin darse cuenta ,

de que l la m a libertad, no a un comportamiento de amor

,

sino a un e st a do de egocentrismo y de sol ed ad radical

en el que el individuo se adora a sí mismo como a su

propio fin 2

y rechaza toda relación objetiva . �>

Lib erta d o

(BABIN )

l i b re a rbitrio

«Por el libre arbitrio se dis tingue el hombre del

mundo animal. Responsable de sus actos y, m ás toda­ vía, del espíritu que los inspira y de l as intenciones que los animan, el hombre resulta así el creador o destruc­ tor de sus valor es , pad re de sí mismo, autor de su

propio

destino. El libre arbitrio no pasa, sin embargo , de ser una pieza, la más :impo rtante j unto con la inteligencia , en el conjunto de la es tructura de la pe rson a humana .

Se trata de un medio puesto a nues tra vistas a un fin . »- (VIEUJEAN )

disposición

con

1 19


3

Libertad mora l-espiritua l «Solamente es libre aquel en quien el hombre in­ terior domina sobre el exterior; la conciencia y liber­ tad de corazón sobre los instintos y pasiones . Ésta es la auténtica libertad, la moral. Ella hace que el hom­ bre viva desde su más profundo centro, la conciencia . Que todo sea dirigido por ella y, en consecuencia, por Dios. Hace que el hombre elabore su personalidad. » (GUARDINI)

4

La l i bertad es a mor «Nuestra libertad no consiste en escoger entre estar

dentro de la marcha o salir, sino en entrar con amor en este movimiento irreversible de la vida por amor a nuestros vecinos, a nuestros hermanos y a Dios, el Padre que nos conduce. » (MAR.ÉCHAL) «No está en nuestra mano elegir ent re dependencia e independencia, sino entre dependencia viviente que dilata y dependencia muerta que oprime; dicho de otra manera, somos libres de la exacta medida en que podemos amar a los seres y cosas de las que depende­ mos . »

5

( G . THIBON)

La l ibertad es u n a co nq u i sta «Ahora podemos preguntar : ¿es libre por natura­ leza el hombre? No : tiene que hacerse. Es libre en esa forma elemental de po der lanzarse por la derecba o por la izquierda, como quiera, en el cruce de dos caminos. Pero la libertad auténtica , la espiritual, tiene que ser conquistada. Y cuesta una lucha recia, infinitamente penosa.» ( GUARDINI) 120


SEMÁFORO VERDE Gál 5, 1 Rom 6, 6 1 Cor 15, 56-57 Rom 7,

1-6

Gál 2, 4.5 2 Cor 3,

6

Jn 8, 3 1 32 1 Cor 9, 1 9 1 Cor 8, 8-1 0 Gál 5, 1 3

Cri sto es n u e s t r o l i bertador Cristo nos ha l i brado d e l pecado Cristo nos

ha

l i brado de la m u e rte

Cristo nos ha l i brado por la ley de g racia

Ser l ib re es ser fiel a Cristo

Ser l i b re es d e j a rs e g u i a r po r el Esp íritu Ser l i b re es s eg u i r la verdad Ser l i b re e s serv i r y a m a r

Ser

l i b r e es sa b e r re n u nciar

L i be rtad n o e s

libertinaje

S EMÁFORO R OJ O 1.

¿Todavía estoy creyendo que

l o q u e uno quiera ?

ser

l i b re es hacer

2.

E n m i v i d a p u e d o i r p o r l a d e re c ha qu ierda. ¿ Por d ó n d e voy a h o ra ?

3.

E l mal, e l

4.

El libre arbitrio es u n arma de d o s fi l o s. ¿ Cu 6 n ta s veces m e he he rido a m í m i smo o a l o s dem 6 s ?

5.

¿Me s o meto a la v o l u n ta d d e los q ue q u ieren el b i e n p a ra mí, o a l a de los que hac en, d i cen o mandan lo q u e m e g usta o halaga ?

6.

Li b e rtad es a ma r. ¿ Amo o 1c a d oro o servi l m e nte ?

7.

N u e stro fr n es D i os. ¿Me som eto o su voluntad? ¿ C re o que esto me quita p e rsona l i d a d ?

8.

La v e rd a d nos hac e l i b re s. ¿Q u é p ri n cipios g u ía n mi v id a ? ¿ S o n v e rd a d e ros o fa ls o s ?

9.

H a y fa l sos d i ose s e n l a p a nta l la, e n el estadio . ¿Cuá ntos m e q u i ta n el s u e ño y l o libertad?

10.

a

p o r la i z­

pecado es u n a b a j a esc l a v itud. ¿Cuán­ ta s c a d e n a s me a p r i sion a n ?

¿Qu é ne h e ch o hasta c h o ra pos i ti va mente qué he renun ciado par o ser l ibr e ?

o

. .

a

1 21


ORACION PARA PEDIR LA GRACIA DE LA VERDADERA LIBERTAD Durante mucho tiempo he creído, Señor, que el ser libre

co nsistía en poder hacer cualquier cosa. Todo lo que me venía a la mente o al coraz6n. Las cosas más dis­

paratadas. Tú sabes que he qu erido saborear todos los frutos y no siempre los m ejo res. Y, sobre todo, aquéllos. He q u erido conocerlo todo , y p robarlo todo en este mundo.

Hubiera querido vivirlo todo. Me era odioso escoger. ¿Acaso habría de morir a los veinte años sin haber apurado todo lo que ofrece la vida? *

*

*

Yo he creído esto, Señor, durante mucho tiempo. Algunas veces m e sorprendo pensándelo todavía. Y sufro al no p oder cogerlo todo. *

.,,

*

Po r esto, Seño r, quisiera que me enseñaras la verda­

dera libertad. Que llegue a comprender el verdadero sentido de mi vida. Para esto seria preciso volver a la inocencia de mi infancia. Me haría falta descubrir en el fondo de mí mismo algo puro que me hablara de Ti. 1 22


Algo intacto a pesar de mis g u sto s absurdos.

Yo

quisie ra volver a ver

en

el fo n do de mí pasado, de

todo ese fárrago de alegría, ese rostro eterno que m ira mi vida. *

*

*

« El Señor está aquí y no lo sabía *

*

...

»

(Gén. 28 , 1 6 )

*

Ser libre, Señor, ahora ya lo sé, es querer. Querer lo que Tú quieres, amar lo que Tú amas. Y cuan do hace falta escoger, escoger sencillamente lo que Tú escogerías. Ser libre, Señor, es procurar que se realicen en mi vida tu pensamiento, tus p r o y ec tos y tus planes. Y conformar mis rasgos con los rasg os de tu rostro, ese rostro eterno cuya imagen está en mí. ­

L.

}ERPHAGNON

1 23



22 LA ALEGRÍA Y LOS ARRIESGADOS 1

Aleg res, porq ue sí «La juventud dispone de una aptitud inagotable para la alegría. La fuente más generosa de esta felicidad no hay que buscarla en otra p arte que en ella, en ese impulso vital, en esa comunión cósmica, en esa esperanza, en ese valor que constituyen los privilegios más sensibles de la

juventud.

No necesita de grandes motivos externos para ser feliz . Su felicidad está dentro. Conoce con frecuencia momentos de una ventura indescriptible, sin otra causa que la razón y la sorpresa de existir.» (VIEUJEAN)

2

Tra m pa y ca rtó n « Hay placer y alegría. El placer es la felicidad del cuerpo ; la alegría es la felicidad del alma. No te con­ ten te s con los placeres, pues no te saciarán nunca . »

( Q UOIST) <� Queremos que nues tro corazón viva alegre y feliz. No "divertido " , que es totalmente distinto . La diver­ sión es algo exterior, estrepitoso, fugaz . . . En cambio, la alegría mana dentro, ca lla da, con raíce s profundas . . . Es l a herm ana d e l a s eriedad ; donde está una, s e halla también la otra.» ( GuARDlNI)

«Lo malo no es que nuestros j óvenes bailen y vayan al cine, sino que no sepan más que b ailar e ir al cine . »

(L. ÁLV.AREZ )

125


3

F u e n te de a g ua cla ra « Por de pronto ( la alegría ) no procede d el dinero, de una vida cómoda, de la gloria . . . aun cuando todo esto pueda influir sobre ella. Sus raíces están en cosas más nobles : un recio trabajo, una palabra bondadosa que se ha oído o que uno mismo ha dicho, el combate esforzado contra ciertos d efec to s , o el logro de una visión clara en una cuestión difícil. » ( GuARDINI )

4

A l a n da r se hace el ca m i no « Tan pronto como n o s dirigimos a Dios y le deci­ mos sinceramente : " Señor, quiero lo que Tú qui e r as , queda franco el camino a la alegría de Dios . Y si conse­ guimos tener siempre vivo este af án y el fondo de nues­ "

,

tra voluntad claro y sincero , perennemente orien tado hacia Dios, entonces habremos logrado el hábito de la alegría, pase lo que pase fuera . » ( GuARDINI )

«Y, ¿ en dónde hemos de hallar el querer divino ? eso no precisamos largas c ons i de rac ione s y gran­ des planes. Lo encontramos en lo más ordinario : en el momento presente. Habrá que enfrentarse a veces con grandes decisiones y trazar proyectos de a lto s vuelos . No importa ; " el momento presente" , como lema, vale igual. » ( GUARDINI )

Para

. .

«Dormía y soñaba que la vida no era sino alegría. Me desperté y vi que la vida no era sino servicio. Serví y vi que el s e rvicio era la alegría. » ( TAGORE ) 5

Enemigo a la vi sta «Frente a las dificultades de la vida, pruebas , sufri­ mientos, muerte, tienes derecho a llorar; pero aun eri pleno llanto, no tien e s nunca el derecho de divorciarte

126


de la alegría. El placer, en efecto, no puede hallarse donde vive el s ufri mi en t o ; en cambio, l a alegría pu ed e desposarse con los mayores dolores . » (QumsT)

« Hay dos verdaderos enemigos, que es necesario exterminar : el m alhu mo r y la melancolía. El mal humor procede de las pequeñas contrariedades del día; de un corazón sensible que todo lo t om a a mal, siempre que­ jicoso, que no puede reír ni pe rdon ar ni pa s ar por alto tantas cosas . . . ¡ Fuera con él ! Es c o co en el alm a . Hay que barrerlo fuera, y al momento, al p rincip i o , tan pronto co m o se le descubra, ¡ rápido ! El otro es la melancolía. Un poder siniestro que le de sga rra a uno el alma, cuan do se apo de ra de ella. Pero se la puede dominar, créeme. ¡ Se puede ! Sólo con una condición : así que se la localiza, al instante contra ella, co mo decíamos antes . » (GuARDINI )

<�El mal

no es compatible

con la alegría, porque es

un de s ord en e sencial introducido en el ser humano .

El mal e s el peca do . Todo aquello que va contra cont ra nosotros mi smo s ; el mal destroza la ale­

Dios y

gría. »

6

( J. CHRISTIN )

¡Alerto,

juventud !

«No nos avergoncemos de nuestra alegría , mientras sea auténticam ente cristiana. Porqu e el mundo ap enas

la posea, no impide que sea la alegría; la alegría para todos los hombres y no para algunos individuos pri­ vilegiado s. Pero, ¿ en qué ponemos nuestra alegría ? Comencemos por no envilecer esta admirable criatura de Dios . » (LmGÉ )

«Sólo hay una tristeza y es la de

no ser s antos. »

( L. BLOY)

127


S EMÁFORO Fil 4, 4 Gál 5, 22 Rom 15,

3

A l e g ráos en el Señor Aleg ría, fruto d e l Espíritu Aleg ría , fruto de l a fe y la espera nza

Rom 12, 15

Aleg ría es compartir

Rom 15, 1 1

Aleg ría, fruto d e l a m o r

1 Pe 1 , 6-9 Jn 16,

20

Mt 5, 12 2 Cor 9, 7

Hech 1 , 22

V E R D E

Del dolor a l a a le g ría D e la tristeza a l a a l eg r ía A l eg ría y r e c o m p en s a D i o s a m a al q ue da c o n a l e g ría Te s t i g o s a l eg res de la resu rrección

SEMÁ FORO 1.

¿ Estoy a l e g re ahora ? ¿ Q ué motivos te n g o ?

2.

¿ Estoy triste ? ¿ C u á l es la ca usa ?

3.

¿ Co n f u n d o l a a l e g r ía con e l « pasá rmel o " tido?

4.

¿ A q u é c o s a s p u e d o y debo re n u n ciar para perd e r la a legría ?

S.

¿ Sé d i vertirme s i n ofen de r a D ios, s i n perd e r la verd a dera a l eg ría ?

6.

¿ He tra i c i o n a d o a D ios, a los demás, g ría en a l g u n a d i versión?

7.

¿A q u i é n acu d o cua ndo estoy melancól ico y tris­ te, cu a n d o l a s dudas acuch i l l a n mi cabeza ?

8.

¿ C o m pa rto m i a l e g ría c o n l o s d e m á s y s e l a con­ tag i o ? ¿ Soy e g o ísta y s 6 1 o pienso en mí?

9.

¿ Soy ca u sa de alegría vive n a m i a l rededor?

1 O.

128

ROJ O

o

a

diver­ no

m i a l e­

de tri steza paro l o s q u e

¿ Q u é m o ti v os tiene un cristiano poro e sta r s i em­ p re alegre ?


CANTICO DE LA ALEGRIA Cantad al Señor toda la tierra Servid al

Señor con alegría

Venid gozosos a Sabed

su presencia.

que el Señor es Dios

Que él nos hizo

y

somos

Su pueblo y la grey

de

suyos

su pastizal.

Entrad por sus puertas dándole gracias Por sus

atrios

entonándole

Dadle gracias y bendecid Porque el Señor

es

himnos,

su n o mbre

.

buen o .

Su piedad e s eterna. Y perpetua su

fidelidad

Por toda s las generaciones.

Salmo

99.

Vulgata

1 29



ªª EL AMOR Y LOS ARRIESGADOS 1

Sinfo n ía incompleta « El amor es una gran cosa . ¡ La mayor ! Los jóvenes tienen razón al considerarla como una de las coorde­ nadas de la existencia . ¡ La principal ! Sin duda, el amor no constituye la esencia de la persona humana. Sólo Dios es amor. Pero para el hombre el amor es el único camino que le conduce a su realización . » (VIEUJEAN )

2

S i nton izando Instinto. «Ciertamente, sería un error prescindir de la s exualida d y negarle un lugar importante en la vida del hombre. En el equilibrio sicosomático, los órganos transmisores de la vida juegan un papel de primer plano. Determinan, asimismo, el carácter secun­ dario que cons tituyen el encanto respectivo de la viri­ lidad y de la feminidad. » ( VIEUJEAN)

A/ecto sentimiento. «Las pasiones sensibles del adolescente no son amor, sino la turbación del mu­ chacho que descubre la feminidad ( no a una muchacha de terminada) y la emoción de la muchacha que descu­ bre la masculinidad (no a un muchacho determinado) . Misteriosa turbación d e todo el ser que descubre, pri­ mero oscura me n te y luego cada vez con mayor claridad, cuanto le falta para su desarrollo. » (QuorsT ) -

Espíritu. <� Amar a un hombre espiritualmen te es captar en él este misterio sagrado, por encima ele las cualidades y atractivos sensibles que pu eda poseer, pero 1 31


que puede pe rder t a mbién ; es respetarlo en su singu­ laridad única; es adoptarlo en el hueco de su propio co razón, no porque es tal, sino por que e s él ; es co mu lga r con él, coincidir con él, es asu mirl o plenamente para desarrollar en él lo que tiene de mejor . » (VIEUJEAN) ­

3

Rea j uste de p rog ra m a « Si e l adolescente llega a utilizar por s í mismo, por su vanidad y sa t i s facci ón e go ís t a todas estas llamadas nuevas que percibe dentro de su ser, no hace más que p rolong ar indebidamente la edad de l a infancia . Más que aprender a amar, utiliza a los otros, los envi­ lece para su satisfacción pe rs ona l En el joven que se complace en satisfacciones ego ís t as en la joven que s e hace pr ovo ca tiv a se oculta, no un exceso de s exu alida d o de afección, si no de una sexualidad que no ll eg a a lib r a r se de su replegamiento. » ( LocHT) ,

.

,

,

«No es malo que se encuentren muchachos y mu­ chachas ; lo malo es que pierd a n su tiempo jugando a l amor. Si la p ro fu ndi dad de una in teligencia te seduce, s i la claridad de un ros tro te ilumin a, si la armonía de un cuerpo te emociona, no al a rgues la mano para coger; utiliza e s t a fuerza que se desencadena en ti par a prepararte silenciosamente a la entrega y a la a cep t a ción » (Quo1sT) .

4

R i t m o y compás Compañerismo. « Sólo respiramos cuando estamos unido s a nuestros herm anos por un fin común externo a nosotros y l a experienc i a nos muestra que amar no es m irarn o s el uno al otro sino mirar j untos en la misma dirección. » ( SAINT ExuPÉRY )

132


Amistad. «La amistad es el perfecto acuerdo de dos almas sobre lo divino y lo humano con mutua be­ nevolencia . . . Hay que amar para vivir, no vivir para amar. El amor para la vida, la vida mediante el a mo r » .

(E. MONTIER)

Amor. «Amar a tu hermano es llamarle misterio­ samente, potentemente, desvelarle de su sueño, reve­ larle a sí mismo, colocándole en el mundo dándole la vida. » (QumsT) S

La m isma partitu ra con d iferente i nterpretación « Y a sea en el matrimonio, en la vocación religiosa o en el celibato, es siempre a la medida del amor que ofrecen, de la donación a Dios y a los otros , como estos estados de vida adqu ieren su verdadero sentido. O bien se casa uno para realizar, en y por su hogar, esta misión de amor con.fiada a todos los seres humanos. O bien se renuncia al amor conyugal y paternal, con toda nobleza, así corno con ciertos límites, a fin de realiiar, en otro plano, una tarea impuesta igualmente por el amor. El que se niega a casarse con el único fin de con ser var una libertad egoísta, pasará al lado de lo s grandes responsables de la vida . Todo lo contrario le s ocurrirá a los que, sin haberse casado, lo ponen todo al servicio del prójimo . » ­

( LO C HT )

133


SEMÁFORO Me 3, 14

Amar es com pa r t i r

Jn 15, 23

A m a r es i n t i m a r

Jn 15, 35

A m a r es sufri r

Jn 15, 1 3

A m a r e s olvida rse de s í

Me 10, 2 1 Lc 22, 28 Lc 6, 27 Jn 15, 14 Tit 3, 4-7 1 Jn 4, 8

Ama r e s ace pta r a l otro ta l cual

es

Ama r es s e r fi e l Ama r es perd o n a r Nosotros somos a m i g os d e Cri sto C r isto es n u estro a m ig o Dios es a m or

SEMÁ F O R O

134

V E R D E

ROJ O

1.

¿ C ó m o nos g u sta esta r? ¿Solos ¿ C o n q u i é n es ?

2.

¿ C u ó n d o n a s sen timos solos en u n gru p o ?

3.

¿ Q u é e n te nd e m o s p o r a m i s ta d ? ¿ E s d ifíc i l l a a m i stad ? ¿ P o r q u é ?

4.

Los a m i g o s verdad e ro s, ¿ s o n p ocos o m u c h o s ? ¿ Po r q u é ?

5.

¿ E s pos i b l e l a a m i sta d entre ch ico y chica ? ¿ A q u é edad tie n e m ó s rie sgos ?

6.

¿ D e q u é h a b l a m o s g e n e ra l m e n te en los g r u p o s d e c h i c os y c h icas ?

7.

¿ C reemo s q ue es p o sible un a m o r verd a d e ro en­ tre c h ico y ch ica?

8.

¿ Q u é pensa mos del « fl i rt» , d e l flec ha zo, d e l no­ viazgo prematu ro ?

9.

¿Qué m a d u rez es n e cesa r i a p a ra amar de v e r­ dad ?

1 0.

C risto y la re l i g i ó n cristiana, ¿tienen a l g o q u e v e r e n e l a m a r y l a a m i stad ? ¿ Cómo?

o

aco m p a ñ a d a s ?


PARA TENER RESPETO AL AMOR

Señora, Tú nos conoces, jóvenes. ¡ Cuántos jóvenes

se

sí, n o s conoces a nosotros los

cruzarían contigo en las calles de

Nazareth ! Pensarían en el amor, como la mayoría de nosotros, como yo, como Tú. . . ¡Pero qué cosas tan distintas bajo una misma palabra! ¡Señora, Tú nos co noces sí, nos c o n o ce s a n osotros los jóvenes! Y sabe s que nuestros corazones se encabritan a veces, que nuestras pasiones nos hacen olvidar el verda­ dero sentido del amor. Siempre hay una conjuración a nuestro alrededo r para envilece r el amor a nuestros ojos, para envilecernos. Y tenemos que luchar para conservar un corazón puro, y, sin embargo, amante. Hay un drama en nuestro corazón de carne, tempesta­ des en nuestra conciencia, desarreglos en n uestros ,

sen tidos excitados...

Señora, madr e del am o r h ermos o corazón purísimo y ,

amante, mira n uestro corazón de adolescente; concédenos a t o dos cuantos estam os consagrados a Ti, no en v ilecer nuestro amor; haznos comprender todo el egoísmo que escondemos a

bajo esta palabra, el h e roís mo que Tú pusiste en ella, Tú, ¡ madre del amor hermoso! veces

y todo

F. LF..LO'.l"fE 1 35


PLEGARIA PARA LAS J OVENES

Dios mío, haz que nuestras hermanas, las ióvenes, sean arm oniosas de cuerpo, sonrientes y vestidas con gusto. Haz que sean sanas y de alma transparente. Que ellas sean la pureza y la gracia de nuestras vidas rudas. Que sean para nosotros sencillas, maternales, sin compli­ caciones ni coqueterías. Haz que nada malo se deslice entre nosotros. Que seamos, los unos para los otros, fuente, no de faltas, sino de riqueza interior. GUY DE LARIGAUDIE

136


24 EL REINO Y LOS ARRIESGADOS

1

Cristo extend ido y com u n icado « Vino, pues, el Hijo, enviado por el Padre, que no s eligió en Él antes de la creac ión del mundo, y nos predestinó a la adopción de hijos, porque en Él se complugo res t au rar todas las cos a s ( Ef 1 , 4-5 y 1 0 ) .

Cristo, pues, e n cumplimiento de la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el reino de los cielo s , nos reveló su mi s te ri o y efectuó la redenci ón con su obediencia. La Iglesia, o r eino de C ris to , presente ya en el mis­ t e rio , crece visiblemente en el mundo por el poder de Dios.» (Constitución dogmática so bre la Iglesia)

2

Todos so mos responsa b l es «Los fiele s, incorporados a la Iglesi a por el b a utis ­ mo, quedan destinados por el carácter al culto de la religión cristiana, y, regenerados como hijos de Dios, tienen el deber de conf es ar delante de los hombre s la fe que recibieron de Dios por medio de la Iglesia. Por el sac ra me nto de la confirmación se vinculan más estrechamente a la Iglesia, se enriquecen con una for­ taleza especial del Espíritu S anto, y de esta form a se obligan con mayor compromiso a difundir y defender la fe con su palabra y sus obras como verdaderos testigos de Cristo.» (Constitución dogmática sobre la

Iglesia) « S er cristiano es estar injertado en Cristo . Es unirse a Cristo para emprender con Él una gran obra. Es acep· tar con Él la gran comunidad de amor que el Padre

137


quiere realizar. Es, por consiguiente, e sf orz ars e , a im­ pulsos del Espíritu Santo, para ser en el mundo un fermento de auténtico amor - caridad. Ser crist i ano es encarg a rse con Cristo de la gran misión del amor. » ( LoCHT)

3

C a d a u n o desde su puesto

«Todo hombre a quien la fe ha puesto en contacto con Dios e informado sobre los proyectos que Él per­ sigue en la historia humana, tiene en sí una vocación. Un llamamiento a ocupar un determin ado lugar , a des­ empeñar una tarea concreta dentro del plan u ni ver s al del gran arquitecto divino. Vivir p a ra la glo ri a de Dios ; estar al servicio del re i no de Dios ; esto, por otra parte, no es sino poner todas las energías al servicio del amo r al prójimo, por Cristo . »

4

( LIEGÉ )

E l a posto lado de los la icos «E l apo s t ol a do de las laicos es la

par ticipac ión

en

la misma misión salvífica de la Iglesia, a cuyo aposto­ l ado todos e s tán llamados por el mismo Señor en razón del bautismo y de la confirmación . » (Constitución

dogmática sobre la Iglesia) 5

Com p rom iso de consa g ra r e l m u ndo «Los laicos , en cuanto consagrados a Cristo y ungi­

dos por el Es píritu Santo, tienen una vocación admirable y s on instruidos para que en ellos se produzcan siempre los más abundantes frutos del Espíritu. Pues todas sus obras, p rece s y proyectos apostólicos, la vida conyug al y familiar, el descanso del alma y del cuerpo, si se realizan en el Espíritu, i nclu s o las m o le st ia s de la vida si se sufren pacientemente, se convierten en

1 38


" hostias espirituales, aceptables a Dios por J esucristo " ( 1 Pe 2, 5 ), que en la celebración de la eucaristía, con la oblación del cuerpo del Señor, ofrecen piadosísima­ mente al Padre. Así t ambién los laicos, como adorado­ res en todo lugar y obrando s a nt am ent e , consagran a Dios el mundo mismo . » ( Constitución dogmática so­ bre la Iglesia)

6

Comprom iso de dar testimonio «Cristo, profeta grande, que por el testimonio de

su vida y por la vi r tud de su palabra pro cl amó el reino del Padre, cumple su misión profética hasta la plena manifestación de la gloria, no sólo a través de la jerar­ quía, sino también por medio de los l aicos a quienes , por ello , constituye en testigos y les ilumina con el sen­ tido de la fe y la gracia de la palabra ( Hech 2, 1 7-1 8 ; Apoc 1 9 , 1 0 ) para que l a virtud del evangelio brille en la vida c otidi ana , familiar y soc ial . » ( Constitución dogmática sobre la Iglesia) 7

Co m prom iso tem po ra l-eva ngél ico « Los seglares han de procurar, en la medida de sus fuerzas, sanear las e s tru ctu ra s y los ambientes del mun­ do, si en algún caso incitan al pecado, de modo que todo esto se conforme a las normas de la justicia y favo­ rezca, más bien qu e impedir, la práctica de las virtudes. Obrando así impregnan el sentido moral, la cultura y el trabajo hum ano . De es ta manera se prepara a la vez y mejor el campo del mundo para la siembra de la divina palabra, y se abren de par en par a la Iglesia las puertas por las que ha de entrar en el mundo el mensaje de la paz . » (Constitución dogmática sobre la Iglesia)

139


8

Comprom iso de servicio en todos l o s s ecto r e s « Porque el Señor desea dilatar su reino por media­ ción de los fieles laicos ; un reino de verdad y de vida, un reino de sant idad y de gr ac ia , un reino de justicia, de amor y de paz, en el cual la misma criatura quedará libre de la servidumbre de la corrupción en la libertad de la gloria de los hijos de Dios.» (Constitución dog­

mática sobre la Iglesia) 9

Com prom iso es pecial «Además de este apostolado, que incumbe absolu­ tamente a todos los fieles, los laicos pueden también ser llamados de diversos modos a un a cooperación más inmediata con el apostolado de la jerarquía, como aquellos hombres y mujeres que ayudaban al apóstol Pablo en la evangelización, trabajando mucho en el Señor ( Fil 4, 3 ; Rom 1 6, 3 s ) . Por lo demás, son aptos para que la jerarquía les confíe el ej ercicio de determi­ nados cargos eclesiásticos, ordenados a un fin espiri­ tual. » (Constitución dogmática sobre la Iglesia)

1O

Jóvenes co m p rom etidos «Los jóvenes se manifiestan y trabajan mejor en la Iglesia de hoy dentro de la organización de movimien­ tos cristianos juveniles : además no es un lujo pertene­ cer a un movimiento. Un movimiento es algo que bulle, algo que se construye colectivamente y en vistas al porvenir de la Iglesia. » (LIEGÉ) «No se ha inventado todavía nacla mejor que los movimientos de juventud par a completar la educación de los jóvenes y arrancarlos de las miserables mitologias y de la mediocridad de la clase media. » (VIEUJEAN)

1 40


SEMÁ F O R O 1 Pe 2, 9-10

1 Cor 12,

12-27 Ef 4, 1 1-16 1 Cor 3 , 9 Hech 1, 8

Mt 5, 13-16 Mt 13, 33

Fil 2 , 1-4 Gál 3 , 28 2 Cor 5, 14

I g l e s i a , pueblo d e D i o s I g l e s i a , cuerpo m ístico de C risto C o m p ro m i s o s y res p o n sa b i l i d a d e s D i os nos n ecesita Testigo de C r isto p or todo e l m u n d o Sa l d e l a ti e rra y luz d e l m u n d o Levad u ra e n t r e l o s hambres La u n i ó n h a ce la fuerza

e l que

C ri s to es

El

a mo r

nos u ne

de Cristo n o s urge

S EMÁ F O R O 1. 2. 3.

V E R D E

ROJ O

¿ C reo de verd a d en la Iglesia d e C r i st o a só lo en las m a nch a s de s u rost ro h u ma n o ?

me fijo

¿Crea re a l m e n te en la co m u n i ó n d e l o s p ret e nd o s a l v a r m e par mi c u e nta ? ¿Su fra c u a n do

pas i b l e ?

la

I g les i a

es

s u f re

o

sa ntas

o

me q u eda i m ­

4.

¿ C rea q u e la I g l e s i a siásticos ?

5.

¿Qué con cepto ten g o d e la vocaci ó n y esta d o d e v i d e ? ¿A l g o q u e esco j o a m i a n tejo o u n lugar q u e rido por Dios para co l a b o ra r con 1: 1 ?

6. 7.

B.

¿ Ar rastro

con

mi

y

v id a

ú n i cam e n t e de los e c l e ­

e m puja e los demás e se r mejores cr isti a n e , o s u c e d e el contra r i o ?

¿ P ueda h a ce r más par los p o b re s de g ra cia, de ve r d a d , de j u stic ia, de a mor, d e sa l u d, d e b ienes materi a l es y no l o hago? e n le vida de la por c u en ta propia?

e Pa rticipo c o m u nilor i c mente

I g l es i a , o

a voy hac i e ndo»

9.

¿Soy miem b ro d e a l g ú n m ovimien to d e I g l e sia? ¿Veo s u neces i dad teóric o y p ráctica m ente? ¿Cumplo l os co m p ro m i s o s a d q u i ri d os en él?

1 0.

¿ Soy un cris t i a n o m i l i ta n te , e n plan de march e , d e m is i ó n, o u n p es o m u e rto, u n s o l d a d a desa r­

mado

en e l reino d e Cristo ?

141


ORACION DE UN APOSTOL Señor, yo quisiera ser viento que barre las calles.

Yo quisiera ser tempestad que arrastre al ho m bre con­

sigo. Q uisiera ser fuego que arde, quema y alumbra. Uama que desgarra la noche y la niebla. Quisiera ser igual que las aguas que murmuran y que el Rin, libre de ligaduras. Señor, yo quisiera ser fuente que no c ese de b ro tar, un arroyo que corra ;unto al camino, eco que grite en el bosque . Yo quisiera ser bosque en que los hom­ bres se p ierdan y prado sobre el que reposen. Sombra que refresque y frut o maduro que caiga del árbol a los pies del hambriento. yo quisiera ser tormenta oscura, en el· cielo, nube que se arrastre negra sobre la ciudad. Rayo quisiera ser, que caiga del cielo y c o m o el rodar del trueno en los valles profun dos y en los montes poderosos.

Señor,

,

Como noche quisiera ser yo, la que extraña despierta la nostalgia de los hombres, y com o viento que sopla a tra vés de los árboles del otoño. Señor, sé Tú la tempestad y la noch e y el mediodía ardiente . . .

y

la luz

y

el día,

8LIEKAST 1 42


IV

telecomunicados

u

SeĂąor,

no os

pido

que me mostrĂŠis

el leÂĄano horizonte, me

basta

con un

paso. u

( Newm a n)



25 AVISOS PARA NO ARRIESGADOS

1

B u rg u es ía, no « Ser crist ia n o se ha convertido en un asunto de burgu es es tranquilos y cómodos , a los que el ruido , lo viviente, lo p rimi tivo les molesta . Limpios, se sien­ tan en casa en su confortable sillón, introducen los pies en sus cálidas pantufl.as, y fuman su pipa, con el espí­ ritu ausente. » (BLIEKAST)

2

Ma te m áticas, n o « La gente quiere saber a ciencia cierta cuáles son las cos as que ella está estrictamente oblig ada a sacri­

ficar a Dios , para poder luego servir en món . » (LECLERCQ) 3

p az

a Mam­

Me dio c rid a d , no «Muchos viven casi sin pec ado . Su vida discurre sin tropiezos en el marco oroinario de su oficio o su familia . Cumplen la voluntad de Dios en l as principales obligacione s de su v ida cotidiana . Pero su existencia parece vulgar, fría, sin luz; le s falta amor de Dios . Son como hogares bien cons truidos, pero sin fuego . Son buenos, pero no santos.» ( GuY DE LA.RIGAUDIE)

4

Sa ti sfec h os,

no

«Cristo aborrece a l mediocre satisfecho. En e1 11a­ mamiento que nos dirige hay una nostalgia del infi­ nito de pureza infinita, de purificación sin límites.)) ( LECLERCQ) 1 4.5


5

I nfanti l ismo, no «Con frecuencia creem o s amar la palabra de Dios, amamos la manera en que se nos predica, el juego de facultades que despierta en nosotros y el encanto intelectual que nos proporciona al abrirnos horizonte s nuevos : de este modo tom amos por amor de Dios lo que es un e n tu sias mo meramente humano. » ( MONTCHEUIL ) y lo que ocurre es que

6

Fa riseísmo, no «Vivimos con comodidad dema siado placent era tras las paredes de nuestra Iglesia. Nos apresuramos dema­ siado a creer, p o r ign or a nci a y por p e rez a , que basta con oír misa, cumplir los ritos sagrados, ha cer de cuan­ do en cuando un simulacro de penite nci a , poner unos céntimos en la mano extendida del pobre y respetar, por miedo a la c árcel o al infierno, tres o cuatro manda­ mientos. »

146

( PAPINI)


SEMÁFORO Mt 25, 1 4-30 Mt 9, 14-17

Le 13, 6-9 Mt 23, 1-39 Mt 21, 3 1 -32 Mt 7, 13-14 Mt 26, 56 Apoc 2, 4-5 Apoc 3, 1 5- 1 6

Le 12, 49

VERDE

Los ta lentos

V i n o n u evo en od res v i ejos La h i g u e ra esté r i l

El fa riseísmo B u r g u es ía espiritu a l La puerta estrec ha La h u ida

Los d es e rtore s La t i b i ez a

El f u eg o de Cristo

SEMÁFO RO ROJ O 1.

¿Soy u n cristian o 11 bu rg uéu , « i nsta l a d o » , q u e no s e p r e oc u p o de ava nza r?

2.

¿ C r e o que s e r cristi a n o es c u m p l i r tres o cuatro mandamien tos de lo ley de Dios . . . y n a d o más?

3.

¿ N o vibro como c risti a n o ? ¿ C u á l es la ca u sa d e m i tibieza ?

4.

¿ H a g o todo l o q u e está de m i p o rte p a r o s u pe­ ra rm e crist i a n a mente?

5.

¿Qu é bu sco en mis p r á ctic o s c r i stia nas ? ¿Con­ t a cto v i vo con Cristo o s e ns i b l e ría ba roto ?

6.

¿Soy una far i seo q u e se las sobe t o d o s, q u e p o n e con d i ciones a Dios?

7.

¿ Soy un esp ecta d o r, de entr ega rse?

8.

¿ Soy A e l a Dios en las cosos peq u e ñas, o s ó lo b us co c o sas d e re l u m b rón ?

un

afic i o nado, que no acaba

9.

¿Tengo m iedo que Dios me exija u d emas i a d o D ?

10.

e.Amo la ley d e Dios y de la I g l esi a o la d i sc uto sie m p re q u e q u i ero ?

147


ORACION PARA ARRIESGAR LA VIDA

Señor, yo quisiera ser de aquello s que arriesgan su vida, que dan su vida. *

*

*

Pero, Señor, yo no soy más que un «burgués» en el seno de un mundo b urg u és Soy el producto de la edad del con fort,· se han concertado seguros contra mí. Todos los riesgos están cubiertos. Soy del partido del orden. Yo he de querer para mi país, para mi familia, para mi dinero, la Seguridad. Señor, Tú que naciste en el azar de un viaje, y moriste como un malhechor, tras haber recorrido, sin dinero, todas las rutas del dest ie rro del peregrinaje y las predicaciones caminantes, arráncame de mi egoísmo y de mi confort. .

,

Pero, más allá, Señor, de todas las aventuras más o me­ nos deportivas, más allá de t o dos los riesgos de una vida empeñada en la acción, más allá de todos los heroísmos de relumbrón, hacedme dispon ible para la bella ave n t ura a la que Vos me llamáis. 1 48


He de empeñar mi

v

ida Jesús, por tu palab ra . ,

He de empeñar mi vida, Jesús, por tu amor. Ya pueden los demás ser tenía que ser lo co

cuerdos. Tú me

has dicho que

.

Otros creen en

el

orde n

.

me has dic ho que

crea

en

el amor. Otros piensan que hay que conservar. Tú me has dic h o

que vale más dar. Otros se instalan. Tú me has exhortado a marchar, dispuesto a la alegría y al dolor,

al fracaso a

vivir

y al éxito, la vida cristiana

sin preoc u parm e de las con­

secuencias.

a no poner mi confianza en mí, sino en Ti, y, finalmente, a arriesgar mi vida, contando sólo

con tu amor.

Señor, ¿ es acaso

tan extravagante ser cristiano? P.

]OLY

1 49



28 AVISOS PARA ARRIESGADOS 1

Preca ución «Tened mucho cuidado con esa pe ligro s a enferme­ dad espiritual que po dría mos llamar "perfectitis " : la preocupación excesiva por alcanzar la perfección . »

(EVELY) «Para llegar a nuestro aestino, vale más avanzar paso a paso que salvar gr ande s <Íistancias , que nos qui­ tan el a li en to y nos ob li g an a descansar. » ( CHEVROT )

2

Com p ro m eterse de verdad «La valía del hombre se mide por la calidad y nú­

me ro de los compromisos que toma . » ( SAINT EXUPÉRY ) «Entregarse a Dios y acariciar, aunqu e sea nebulo­ s amente , de manera vaga e inconcreta, planes, sueños o proyectos fuera del camino aceptado no es estar en­

tregado. »

3

(F. SuÁREZ )

Con fia nza e n Dios «Dios no pide más de lo

rer

que da.» ( MARÉCHAL )

«Según san Pa blo, Dios opera en nosotros el que­ el obrar. Dios, autor de nuestros des eo s de obrar

y

el bien,

los i.nspitaria, si no fuéramos capaces si su grada no debiera ayudarnos a realiz ar lo que sobrep asa normalmente nues tras fuer­ no nos

de ejecutarlos zas . »

y

(CHEVROT)

l .J l


.4

Persevera r contra viento y ma rea «El desaliento es un serio imp acto en n ues tras vi­ das, pues nos anula, nos hace perder tiempo ; y siendo, como es esencialmente, un a falta de confianza, nos aleja de Dios, nue s tro único salvador.» (QumsT) «No temas los fracasos ; el primero es necesario, pues ejercita la voluntad. El segundo puede s er útil. Si te levantas después del tercero, eres un hombre. » ( R . BAZIN ) « Si de noche lloras por el sol, llas. » (TAGORE)

5

no

verás las es tre ­

Superarse cada d ía «Tanto en los pastores como en los fieles, el con ­ cilio despierta el deseo de con serv ar y acrecentar en la vida cristiana su caráct er de autenticidad sobrenatural, y recuerda a todos el deber de imprimir tal carácter positiva y fuertemente en l a propia conducta; ayuda a los débiles a ser b uenos , a los buenos a ser mej o­ res, a los mejores a ser gene rosos y a los generosos a ser s an to s . » ( PABLO VI)

1.52


S E MÁ F O R O Mt 12, 43 1 Cor 10, 12 Le 9. 62

Jn 15, 5 Jn 16, 23 Mt 10, 22 Lc 21, 19 Fil 3, 16 Jn 15, 9 Apoc 22, 20

Armarse hasta los d ientes N a d a de fanfarron a d a s H a y que quem a r l a s naves y s e g u i r

So los

s o m os

un cero a la izq u ierda

C r isto es mayor q u e todos los enem i g os Ape a rse en lo ú l t i m a esta c i ó n , no a n tes

La pacie ncia 1odo l o alcanza S u p era r la m a rca a n t e rior

Perm a n ecer en el amor de C r i sto

Gritad : Ven , Señ or Jesús

S E MÁ F O R O 1. 2. 3. 4.

5.

V E R D E

ROJ O

¿Confu ndo la p e rfección con la tt perfectiti s » , l a

e x a g e ración ?

¿Creo u tó p i co el tt sed perfectos co m o Pad re celestia l es perfecto » ?

v uestro

¿ P i e n so q u e v oy a ser sa n1o en un d í a ?

consta nte ?

¿Soy

¿ A q u i é n b u s co en m i s preocu pa ciones es p i ri­ tu a l es? ¿A D ios o a l ídolo que l l e v o d e n1 ro ? ¿ Q u é h a g o c u a n d o t o d o v a m a l ? ¿ M e hum i l l o

y tra ba j o o me rindo v e rgonzosa m e nte?

6.

¿ Soy u n c ri st i a n o que cree en l a s acciones, p e ro ta m b i é n en l a s la mentac i o n e s ?

7.

¿ Gu ía a l g u i e n mis pas o s p o r el cam i n o res b a l a­ d i zo ele m i juventud?

8.

¿ C reo q ue y o n o 1 e n g o madera d e santo ?

9.

¿Me pide acepto?

10.

Dios

clcira m e n te riesgos q u e yo

no

¿ C u á n ta s c o sas h e a rr i esgado por C risto ? ¿C u é n­ ta s voy a a rries g a r des d e ahora ? 153


ORACION PARA PEDIR LA GRACIA DE SABER ESPERAR

Esta respuesta no viene decididamente. Sin embargo la carta ha tenido que llegar. Esta vez no aguanto más. Señor, estoy cansado de esperar. Siempre esperar. Esperar el correo, esperar para saber lo que se conseguirá con aquella tentativa, esperar para curarse cualquier tontería, esperar para tomar el auto bús.

Esperar . . . para todo. *

*

*

Por centésima vez vengo a pedirte, Señor, la gracia de la paciencia. Pero en esto también es necesario que yo espere. Me g us­ taría tanto que la paciencia viniese, lo mismo que todo lo demás, de la noche a la mañana Al menos de este mundo ideal que y o quiero construir con todas sus piezas. Este mundo mío, Je donde las pérdidas de tiempo serían excluidas. . . .

*

*

*

Oh Señor, yo querría recobrar un poco el sen tido de la

naturaleza, y el sentido de sus rítmos. Aceptar que las mieses tengan necesidad de 154

sol.


Acep tar que los h o m bres tengan necesidad de .rurll •

Y que las resp uestas tengan necesidad de

·

rc·flrx1. xión y ·

de reposo.

Acep tar que se un niño.

Y diez -

necesitan nueve

meses para qut!

nazca 11 . .

o veinte años para es cribir un libro, que qucrrl11 ¡ya! - haber acabado de escribir.

Aceptar sin pro tes tas - ¡inútiles al fin! que impone la naturaleza de las cosas.

-

*

*

los retrasos

*

Aceptar finalmente vivir en tu creación, Señor, y no en la mía. No perderé nada en el cambio. *

*

*

Oh Señor, concédeme amar este correr fastidioso y fe­ cundo de los días y las estaciones, este madurarse interminable de los frutos y las palabras . . . Concédeme esperar a que venga la paciencia. L.

}EllPHAGNON

1 .5.5



AUTORES Y OBRAS

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1 58


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