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LA DECO DEL SILENCIO

LA DECO DEL SILENCIO Interiores que invitan a la quietud, salpicados de piezas artesanales y vintage, son el eje argumental de esta casa londinense obra de su dueña, la diseñadora Louisa Grey, alma mater del estudio House of Grey.

FOTOS: HELENIO BARBETTA/LIVING INSIDE . TEXTO: CHIARA DAL CANTO. ADAPTACIÓN: PILAR CALLEJA .

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En el porche. Al abrigo del frío, pero mimetizado con el espléndido jardín que rodea la casa, se alza este comedor que dirige su mirada casi con veneración hacia el almendro. Los paneles transparentes y los lucernarios del techo le envuelven en una intensa luz natural.

Un luminoso comedor. La inmensa claridad que recibe convierte este espacio funcional en un lugar que invita a vivir y compartir. Las sillas son de Carl Hansen & Son. La mesa de abeto Douglas, fue realizada a medida por un artesano, y los caballetes que la sujetan, de Habitat.

uando Louisa Grey vio esta casa, ubicada en el bullicioso distrito lon- el pálpito de que era la vivienda de sus sueños, el espacio ideal para compartir con su familia. “Tenía claro que quería vivir en un lugar que despertara el sentimiento de arraigo. Pese a que la residencia llevaba vacía muchos años, enseguida vi cómo podía transformar su interior y convertirla en el refugio que siempre había buscado y, a la vez, dejarla al margen de la ajetreada vida de las calles de Londres”, apunta. Y es que transformar esta casa no suponía para ella un trabajo fuera de lo habitual, ya que el diseño de interiores es la profesión que desempeña desde hace varios años en su estudio londinense, House of Grey. En él desarrolla su trabajo con criterios orientados al bienestar y la relajación, elementos que considera imprescindibles para construir un hogar. “Vivir en una ciudad trepidante como Londres ha hecho que tenga la necesidad de plasmar el equilibrio y la calma en cada lugar, sobre todo, en aquellos donde la mente y el cuerpo descansan al final del día”, comenta. Una razón por la que Louisa Grey define el buen diseño, no solo como la creación de algo bonito, sino como algo que funciona. Una máxima que ha puesto en práctica en su casa, donde ha fusionado felizmente el trabajo y su vida.

Para lograr estos objetivos, la interiorista cambió la apariencia original, eliminando las divisiones interiores en tres de las cuatro plantas que la conforman, para que el paso fuera fluido y cómodo y la luz natural se filtrara hasta el último rincón. “En nuestro mundo visualmente sobrestimulado, necesito que mi diseño evoque silencio, de forma que esa quietud me permita escapar de mi rutina diaria”. Por eso, a Louisa le encanta disfrutar del ritual de la mañana, sin prisas, reflexionando sobre el día que le espera. Una razón por la que el baño, abierto al dormitorio principal, diseñado con mimo, se convirtió en un lugar relevante en el conjunto de la casa y donde decidió ubicar la bañera en el centro de la habitación, como si de un elemento escultural se tratara.

Para el mobiliario apostó por elementos naturales y también sostenibles. Así muchas de las piezas, como la mesa de la cocina, se eligieron en abeto Douglas, mientras que otras se adquirieron en anticuarios. También muestra su pasión por las telas y la influencia recibida por la maestra textil alemana Anni Albers, sobre todo, en la elección de las cortinas, donde cada pieza se alza como una obra de arte. “Quería que fueran diferentes y se adaptaran al espacio, para que aportaran su especial singularidad”, concluye. Un acierto. •

LOUISA GREY: HOUSE OF GREY EN BUSCA DE LA NATURALIDAD Nacida en Cambridge (Reino Unido), donde estudió en la Escuela de Arte, abrió su estudio en Londres en 2013 con un reto claro: crear espacios donde el bienestar y la estética fueran los ejes de referencia, utilizando materiales de calidad, naturales y sostenibles. Sus diseños, que van desde interiores residenciales a comerciales, hasta estilismos para marcas internacionales, dibujan ambientes donde la comodidad es la protagonista por encima de modas.

“EN LA ELECCIÓN DE LAS CORTINAS, CADA PIEZA SE ALZA COMO UNA OBRA DE ARTE POR DERECHO PROPIO”

La mesa de madera negra es un diseño de Adrian Grey, padre de la interiorista, también estrechamente relacionado con el interiorismo. Junto a ella, lámpara de pie, de Ikea. Las sillas, la negra C47 y la de fibra CH 25 , son de Hans J. Wegner para Carl Hansen & Son. Las cortinas, firmadas en colaboración con Nest Designs, son piezas únicas, creadas ex profeso para cada espacio.

SE ELIMINARON LAS DIVISIONES INTERIORES PARA QUE LA LUZ NATURAL LLEGARA A TODOS LOS RINCONES

La luz que inunda el espacio se refleja en los colores neutros de los paramentos, que logra espacios serenos y equilibrados, máximas de Louisa Grey. La lámpara Tip of the tongue table , de Michael Anastassiades. El suelo se vistió con una alfombra de Larusi. Sobre la cómoda, lámpara de cristal, del diseñador Michael Anastassiades, y la de techo fue adquirida en una tienda de antigüedades. En el hall, la sobriedad adquiere identidad propia y asume un protagonismo de excepción. Envuelto en tonos neutros, éstos se rompen ante la vidriera, que muestra con timidez una estampa colorista.

En la cocina, diseño del estudio House of Grey, se planificó el espacio de forma que la funcionalidad y la comodidad fueran los argumentos dominantes. El mobiliario corrió a cargo de la firma Blakes of London. Su acabado en madera se prolonga en los paneles que cubren las paredes, que aportan una nota cálida y, a la vez, práctica, al aislar acústicamente la cocina. Los utensilios, de Studio Ore, y el cuadro, de Adrian Grey.

Reflejada en el espejo, una obra pictórica de Christian Grey. Frente a él, la silla Spade , de Faye Toogood, aporta un aire rústico a este dormitorio de líneas escuetas y trazos sencillos. La alfombra, de Larusi. El dormitorio, decorado con mesura con piezas de madera al natural y pintadas, muestra su lado más clásico de la mano del cabecero de capitoné. Al tiempo, expone una vertiente ecléctica en la combinación de piezas actuales, como las lámparas de las mesillas, de Ikea, con otras de anticuario como la mesa de patas torneadas, la lámpara de base plateada y la escalera de madera.

“NECESITO QUE MIS DISEÑOS EVOQUEN EL SILENCIO PARA PODER ESCAPAR DE LA RUTINA DIARIA“

La bañera, envuelta en mármol, se alza como una escultura en una posición privilegiada y se convierte en el alma del baño. La cortina que la rodea se exhibe como una de las claves del diseño de Louisa Grey, al alcanzar el estatus de obra de arte. Las plantas que salpican el espacio dan frescor y aportan vida. El lavabo, de líneas rectas, sencillas y desnudo de ornamento, muestra también su lado más escultural y se combina a la perfección con la bañera en el antepecho de mármol. La silla Spade , de Faye Toogood, y los complementos, de Store Ore.

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