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JUEGO DE FORMAS. Arte contemporáneo, diseño

J U E G O D E F O R M A S Federico

Masotto, arquitecto italiano afincado en Francia, es el artífice de la renovación de esta espléndida vivienda ubicada en el centro histórico de París. Un espacio enclavado en un edifico que exhibe sin reparos su huella histórica y donde cada ambiente se ha diseñado a la medida de sus propietarios. Un mobiliario con piezas clásicas y de vanguardia llenas de color son el hilo argumental de esta casa que ponen en valor el lado más ecléctico del diseñador.

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FOTOS: HELENIO BARBETTA/LIVING INSIDE. TEXTO: CHIARA DAL CANTO . ADAPTACIÓN: PILAR CALLEJA.

Una elocuente obra circular firmada por Nicolás Todd y Damian Fitch (2015), adquirida en la galería francesa de Philippe Guégan, inunda de luz el estar y asume un protagonismo de excepción. Las paredes, el techo y las puertas se mimetizan en un suave tono gris. La pintura utilizada es ecológica, de Little Green. El suelo, al igual que el del resto de la casa, está revestido de pino Douglas, en Dinesen.

El aparador, un diseño rubricado por el arquitecto, se lacó en color con acabado brillo, para romper la sobriedad cromática del estar. Articulado en forma de “L”, acoge una zona de almacenaje en su lado más largo y un pequeño sofá en el más corto. Sobre él, lámpara de pared 265 , de Paolo Rizzatto para Flos. En el centro, mesa en acabado metálico, de Paul Evans, en Wright 20, en la que se apoya

un jarrón blanco, de Stephane Margolis. A un lado, sofá tapizado en gris, de Jean Marie Massaud para Poliform, y lámpara de pie, en marmól negro, de Michael Verheyden. Frente a él, dos sillones gemelos, de Erno Golfdinger, en Abel Sloane 1934. Al fondo, retrato de un magistrado francés del siglo XVIII, de la galería Drouot.

Junto a la ventana, cómoda, de George Nakashima 1965, en Wright 20. Sobre ella, lámpara con pantalla de papel, de Isamu Noguchi. Taburetes en color naranja, de E15.

FEDERICO MASOTTO SOFISTICADO Y VERSÁTIL Italiano de nacimiento y parisino de adopción, tras acabar sus estudios de arquitectura en Florencia, se trasladó a París y comenzó a trabajar con Jean Nouvel, uno de los arquitectos actuales más innovadores, donde pasó más de una década. En 2003 inauguró estudio propio en la capital francesa. Arquitecto versátil con obras que van desde viviendas particulares, restaurantes, tiendas y hoteles hasta espacios de trabajo, en la actualidad está inmerso en el desarrollo de una línea de mobiliario junto a varios colectivos de artistas.

Nada más entrar en una casa, ésta dice mucho de quienes viven en ella. No solo por el estilo, por sus obras de arte, su mobiliario o por la organización de sus espacios, también por su forma de vivirla. Esta vivienda asume esta premisa sin condiciones y es fiel reflejo de quien la habita. Por ello, cuando sus propietarios decidieron reformarla, se enfrentaron al reto de encontrar a un arquitecto que estuviera a la altura de sus expectativas. “Queríamos alguien que nos ofreciera un diseño sofisticado y actual al mismo tiempo y que su trabajo se comunicara de forma directa con lo que para nosotros significa vivir en una ciudad como París”, exponen los dueños. Una búsqueda que les llevó hasta el estudio de Federico Masotto, italiano de nacimiento y francés de adopción, con quien trabajaron en perfecta conexión. “Esta casa es el resultado de una estrecha colaboración entre ambas partes, en la que se conjugaron las pinceladas de color que expresan mi origen italiano y pequeños detalles sofisticados que hablan de mi experiencia profesional en Francia”, expone el arquitecto. Los propietarios con una azarosa vida profesional, uno en el campo del derecho y otro en la industria del cine, la disfrutan sobre todo los fines de semana. “Apreciamos la capacidad de Federico para encontrar soluciones que nos facilitaran nuestra vida familiar. No solo en el cuidado de los detalles, también en la distribución de los espacios y en la comunicación entre ellos”. Para conseguirlo, dotó de coherencia y simplicidad a los distintos ambientes e integró el color como una nota desafiante llena de vida, para lo que desplegó una gama cromática que abarca desde los tonos grises, negros o verdes con acabados brillantes hasta el naranja súper luminoso. “Federico ha creado un universo cálido en el que estamos felices”. El mobiliario elegido y diseñado con especial mimo está salpicado de obras de arte escogidas por el diseñador y por los dueños que las han ido adquiriendo en sus múltiples viajes alrededor del mundo. Así aparecen obras de Paul Evans o George Nakashima descubiertas durante una visita a la ciudad de Chicago o las del anticuario Abel Sloane, de Londres. “Somos viajeros y muy curiosos. Nos gusta conocer culturas diferentes, su artesanía, su arquitectura y sus paisajes. Por eso, nuestra casa es el reflejo de esta forma de vivir y de sentir”. Pero esta vivienda es mucho más que la expresión de su vida familiar, también es el espejo que muestra su estrecha relación con la Ciudad de la Luz. “Las molduras del techo, el estuco o la carpintería son testigos de la huella histórica que esta metrópoli trasmite a todo lo que le rodea”, expone el arquitecto. Una residencia que debía integrarse en París, con todos sus defectos y virtudes, y más concretamente con el barrio de Estrasburgo St Denis, burgués y popular a la vez, joven y en constante cambio. “Cuando volvemos a casa, nos reencontramos con lo que representa dad, con todo lo que amamos”, concluyen los propietarios. esta • ciu

“NOS ENCANTA CÓMO SE ENTRELAZAN LA SOBRIEDAD DE LOS ESPACIOS CON EL COLOR”

La puerta de entrada a la cocina, al igual que las del resto de la casa, se pintó en color oscuro y se decoró con molduras que refuerzan el lado parisino de la vivienda. Las piezas cerámicas provienen de distintos viajes familiares y también del Atelier Setsuko, de París. Los muebles de cocina, diseñados a medida por Federico Masotto, se distribuyeron en paralelo y los útiles se compraron en Toiro, en Los Ángeles. El suelo se cubrió con losetas de terrazo en blanco y negro, de Carremet Victorie. Este material también se usó para vestir el frente de la cocina que añade una continuidad visual. La encimera, de granito negro Zimbabwe , se hizó a la medida por artesanos parisinos. La lámpara de techo, en Allied Maker.

Una espléndida mesa, de Piero Lissoni para Knoll International, preside el luminoso comedor. Para completarla, se dispusieron varias sillas en color naranja, de E15, y dos bancos en “L”, de pino Douglas, de Dinesen, que se vistieron con cojines tapizados por la firma Kvadrat. Sobre la mesa, lámpara de Allied Maker. Un pequeño collage en amarillo del artista Sico Carlier decora una de las paredes. En perpendicular, obra de Gustav Boli, de la Galería Pierre Francois Garcier.

“FEDERICO MASOTTO HA SABIDO CREAR UN UNIVERSO CÁLIDO EN EL QUE ESTAMOS MUY FELICES”

El dormitorio, donde el color verde alcanza un protagonismo de excepción, la cama de pino Douglas se hizo a medida, en Dinesen. Los apliques de pared, modelo Crescent , en Allied Maker. Sobre la mesilla volada, una escultura, de Table of Contents, y en la pared, una gran obra firmada por Xavier Zevaco y adquirida en la Galeria Philippe Guégan. En el cuarto de baño, mueble bajolavabo lacado en negro brillo. La lámpara de techo es de Allied Maker y todos los sanitarios son de la firma Duravit, de la serie 1930.

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