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tranSForMador de la CoMUna 13

Editorial

SEGUIMOS CONSTRUYENDO ARTE Y CULTURA

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Durante casi 20 años la revista Porro y Folclor se ha venido consolidando en un espacio de difusión, proyección y rescate de la cultura y el folclor de Colombia; ser un referente de consulta de quienes hoy en el país desean conocer sobre el porro, la cumbia, la puya, el bullerengue, los bailes cantaos… y sobre todo de las expresiones folclóricas de los artistas y creadores del país. El trabajo investigativo de la revista es reconocido, premiado y resaltado de los espacios comunicativos de la ciudad, el premio de Periodismo “Manuel del Socorro Rodríguez” en la categoría Revista, dado por el Club de la Prensa de Medellín, y del Estímulo “La Comuna 13: construida desde las mujeres” de los Premios y Estímulos Periodismo Comunitario de la Comuna 13 de la Secretaría de Comunicaciones de la Alcaldía de Medellín, es una muestra más para destacar y resaltar el trabajo cultural, investigativo, periodístico y social que hace el equipo de trabajo de la Revista, es un ánimo màs para señalar que la labor que venimos desarrollando es la correcta y que es necesario seguir difundiendo el arte, la cultura y el folclor del país. A todos los lectores, seguidores, escritores, investigadores y al equipo de trabajo de la revista Porro y Folclor les agradecemos por creer en el trabajo periodístico y estimularnos para continuar en la lucha de rescatar cultura diversa, pluricultural y rica que tiene Colombia. Ahí estaremos en los festivales, fiestas, encuentros, parrandas… señalando y mostrando las gestas de artistas, creadores, músicos, bailarines, grupos, organizaciones… que proyectan el arte y la cultura de Colombia a nivel local e internacional. Los espacios de la revista están abiertos para investigadores, creadores, escritores y gestores que hacen una labor de difundir, rescatar, señalar y cultivar el arte y la cultura de Colombia; nuestra misión está en ser fuente de referencia para formar al público en relación a la memoria y el patrimonio material e inmaterial de Colombia. Consultar las fuentes, mostrar opiniones y pensamiento independiente, libre y con claridad es una muestra de la acción periodística que hacemos desde la Revista, como función social y comunitaria. Finalmente, felicitaciones al maestro y escritor Jesús Peternina, por la segunda edición del Libro “Antecedentes y Origen del Porro Pelayero”, seguramente será un referente sobre los orígenes del porro y los aportes a la cultura del Caribe colombiano, las labores de investigadores son importante en la medida que ayudan a la difusión y al rescate de este aire musical del país. En la edición 31 de 2021, en el homenaje que se le realizó a la Corporacion Tierra Anitoqueña por su trabajo artístico y el aporte a la danza folclórica de Antioquia, su director es Omar de Jesús García, no como aparece en varios apartes con el nombre de Omar Sierra, de antemano disculpa por el error cometido, pero seguimos señalando la labor que la Corporación hace en la defensa de la danza folclórica del país.

EL ARTE Y LA CULTURA COMO ELEMENTO TRANSFORMADOR DE LA COMUNA 13

Por Alonso Franco Londoño

“La realidad de la Comuna 13 de Medellín no se escapa a este

acontecer, un lugar fuertemente flagelado por el conflicto armado urbano, fruto de la profunda crisis social que viven sus barrios…”

(Plan de Desarrollo Cultural Comuna 13 San Javier. 2008. P 11)

El papel que han desarrollado las organizaciones, grupos, colectivos, líderes y entidades culturales en la Comuna 13 – San Javier de Medellín, ha sido fundamental en el proceso de transformación social, político, cultural, artístico, comunal, ambiental y de género; ya que han creado espacios de participación, transformación, creación y movilización de sus comunidades en los barrios, generando liderazgo enfocados a la solución de necesidades y problemas en las comunidades. Los procesos de investigación sobre la recuperación de memoria están enfocados a desarrollar actividades comunitarias en los territorios de la siguiente manera: primero, resaltar el rol que cumplieron las organizaciones, grupos, líderes, gestores y entidades artísticas y culturales en la transformación social de los barrios, durante la violencia que sufrieron antes, durante y posterior a las operaciones Mariscal y Orión; segundo, crear acciones de tipo político, cultural y artístico con diferentes sectores poblacionales con el fin de mejorar las condiciones sociales y culturales en la Comuna 13; y tercero, recuperar el tejido social a partir de las prácticas creativas, formativas y educativas utilizando el arte como herramienta pedagógica.

Grupo Arte 13. Foto. Revista Porro y Folclor

Corporación Barrio Comparsa. Carnaval de la 13 Foto. Revista Porro y Folclor

Las investigaciones sobre recuperación de memoria –cultural e histórica de movilización y participación–, y los planes de desarrollo local y cultural, entre otros, evidencian que los actores artísticos y culturales juegan un papel determinante en la transformación sociocultural del territorio basado en tres hechos: las acciones de resistencia pacífica, la creación de espacios de participación; y la generación de actividades artísticas y culturales como espacio de encuentro y convivencia con la comunidad. Conocer, visibilizar, determinar y resaltar el rol de las organizaciones, grupos, artistas, gestores y creadores en los barrios desde las experiencias creativas, han contribuido a desarrollar procesos artísticos incluyentes y generadores de espacios de encuentros para niños, jóvenes y adultos que ayudan a fortalecer las experiencias culturales en la Comuna 13. El movimiento artístico es un factor generador de acciones de resistencia ante el conflicto armado, el desplazamiento, la muerte, las barreras invisibles, el narcotráfico y el reclutamiento de menores para la guerra; por ende, se requiere de la implementación de políticas públicas culturales con enfoque de género, poblacional y diversa que apunten a la generación de espacios para la creación, la proyección, la formalización y el fortalecimiento cultural y artístico.

Comuna 13, más allá del Graffiti Tour

En los territorios los gestores, creadores, grupos, organizaciones y entidades artísticas y culturales existentes en los barrios de la Comuna 13, desarrollan con sus comunidades una labor de creación, formación y proyección que le apuestan a la recuperación del tejido social y al fortalecimiento de procesos incluyentes fundamentados en actos festivos diversos y montajes, donde la participación de los diferentes sectores poblacionales demuestra un trabajo incluyente y participativo. La creación de grupos de teatro, danza, baile, música… en los territorios de la 13, dan muestra de la existencia de una riqueza cultural que genera espacios de encuentro ciudadano y un movimiento artístico con calidad y creatividad. Lo que indica es la existencia de una oferta cultural en los barrios, que por años fueron escenarios de violencia y muerte, y que gracias al empuje y la dedicación lo han transformado en escenarios de diálogo y movilización social sustentado en la memoria y la historia de quienes habitan la Comuna. La fundación de un movimiento cultural y artístico en la 13, se debe al esfuerzo de los artistas y gestores que generan acciones pedagógicas con propuestas nuevas, y recurriendo al ejercicio de la enseñanza basada en la inclusión; es allí donde coexisten en los barrios prácticas artísticas como las artes escénicas, el baile, el rap, la música alternativa, el rock… que de manera permanente se toman los espacios públicos para darse a conocer y difundir sus propuestas.

“Hoy por hoy la 13 es territorio pluricultural, mutidiverso y con una marcada tendencia a la inclusión social. Los procesos que en los últimos años han vivido y experimentado la comuna en general, permiten entender que aún a pesar de la adversidad, este es un territorio que palpita y mantiene el espíritu altivo para propiciar escenarios de significación y resignificación de la vida comunitaria…” (Plan de desarrollo Comuna 13, 2009. P 29)

La construcción de espacios en los barrios de la 13 son una muestra del poder de convocatoria que tienen los líderes, gestores y creadores con sus comunidades, y por ello dan a entender que la riqueza está sustentada sobre propuestas creativas de quienes hacen una labor comunitaria con niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, generando espacios de encuentro de diálogo social basado en la historia y la memoria de las comunidades. La presencia de diferentes actores artísticos y culturales en los barrios constituye una expresión de gestión y creatividad colectiva que apunta a desarrollar las capacidades creativas generadoras de identidades colectivas o individuales en el campo cultural, mediante la implementación de proyectos y programas de fortalecimiento y consolidación del arte en la 13.

“…Los saberes y prácticas culturales nos hablan de manera de hacer cotidianas, implícitas en el modo de vida de sus habitantes, su sistema de valores, tradiciones y creencias”. (Plan de desarrollo Comuna 13, 2009. P29)

El diálogo social, fundamento del arte

Lo que hoy existe en los barrios de la 13 es un diálogo social de gestores, creadores, líderes y formadores que llevan a cabo las actividades artísticas y culturales enfocadas en la formación, la creación, la proyección y la recuperación de la memoria cultural, que fortalecen los procesos en los territorios y con un enfoque de género; además, consolidan acciones comunitarias para

Comparsa Carnaval de la 13 Foto. Revista Porro y Folclor

la recuperación del tejido social, a través del desarrollo de actividades artísticas con una alta presencia de artistas con asentamiento en la Comuna 13. La presencia de grupos, organizaciones y entidades culturales y artísticos dan a entender de la existencia de una diversidad cultural; sus prácticas creativas nacen de las iniciativas de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores que construyen espacios de encuentro sustentado en montajes en danza, música, teatro, artes plásticas…

“Lo cultural en la 13 es una de sus grandes potencias, allí se gestan procesos formativos artísticos que hoy por hoy posicionan a la comuna como bastión de artistas, músicos, bailarines, teatreros, zanqueros y en general de todas las modalidades artísticas…” (Plan de desarrollo Comuna 13, 2009. P 28)

La riqueza de quienes hoy ejercen actividades culturales y artísticas en los barrios de la 13 se expresa en las calles y espacios públicos abiertos, donde los encuentros ciudadanos son permanentes, pero también está en el desarrollo de eventos para mostrar y proyectar la diversidad que se construye en los territorios, y como forma de intervención espacial y de convertir lo público en lugares donde los actores sociales que dialogan y construyen tejido. El diálogo social de los artistas de la Comuna 13 está en las labores comunitarias que desarrollan en los barrios con la población; los actos festivos, en los encuentros, las fiestas, los festivales… son espacios públicos de encuentros ciudadanos que recogen las tradiciones y los saberes populares de creadores, gestores, grupos y organizaciones que construyen sus propuestas artísticas con niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. La articulación de organizaciones, entidades y grupos en redes culturales posibilita la gestión de recursos para darle impulso a eventos tradicionales como El Festival del Porro, La Feria de la Antioqueñidad, El Festival de Teatro Callejero, El Carnaval de la 13, El Festival de Cine y Video La Otra historia, la Fiesta a la Vida, y Revolución Sin Muerto, entre otros, que le dan vida, valoran, fomentan, proyectan, protegen y difunden el conocimiento y la multiculturalidad de los habitantes, lo que permite la construcción de una sociedad pluricultural y participativa en el campo cultural.

“En el caso de la Comuna 13 el arte ha dado paso a un mundo alternativo, diferente al de la guerra; la exclusión y la pobreza, se ha convertido en un camino para la consolidación de nuevos proyectos colectivos. Cada vez más los grupos artísticos con sus diferentes expresiones demuestran que es posible construir otras versiones de la historia y que el estigma de la Comuna 13 puede derrumbarse al visibilizar proyectos colectivos que antes que reproducir la guerra lo que buscan es precisamente resistir a ella”. (Quiceno. Memoria Cultural Comuna 13. P 26

XV Carnaval de la 13. 2021 Lo que muestra la Comuna 13 es la existencia de grupos y organizaciones que hacen, construyen y desarrollan propuestas artísticas y culturales desde los ámbitos de formación, creación, proyección y fortalecimientos de espacios para el encuentro comunitario que recuperan el espacio público como escenario para el arte y el diálogo social; que contribuyen a la transformación social, ambiental, comunitaria,

XV Carnaval de al 13. 2021

Foto. Revista Porro y Folclor cultural y artística, mediante políticas culturales que promueven las prácticas y expresiones de los colectivos de jóvenes que cada vez más le apuestan al arte como medio de expresión de sus habilidades y destrezas. El arte en los territorios está sustentado en quienes hoy le apuestan a trabajar con niños y jóvenes desde el hip-hop, el teatro, la música, la danza, el baile y las artes plásticas, construyendo espacios de diálogo y encuentro con las comunidades, para convertir los territorios en escenarios para la difusión de los saberes y las prácticas comunitarias.

Referencias bibliográficas

• Plan de Desarrollo Cultural Comuna 13. Municipio de Medellín, Secretaría de Cultura

Ciudadana. Unión Temporal Recreando – Corpades. 1ª Edición, Medellín, mayo de 2009. • Quiceno Toro, Natalia, antropóloga, investigadora; Cardona Echeverri, Jacobo, antropólogo, investigador; y Montoya Gil, Herman, antropólogo, Coordinador del Proyecto. Memoria Cultural Comuna 13. Municipio de Medellín, Secretaría de Cultura Ciudadana.

JOSÉ ALONSO FRANCO L.

Docente investigador, director de la revista Porro y Folclor

SAMUEL OCAMPO: LA MÚSICA SE APRENDE CON AMOR

Por Alonso Franco Londoño

“La música es la mediadora entre el

mundo espiritual y el de los sentidos”

Samuel Ocampo, interpretando el trombón Foto. Revista Porro y Folclor

Samuel Ocampo es uno de esos quijotes que cambió la vida de niños y jóvenes a través de la música, con los sonidos de su trombón y la partitura; por más de 40 años ha trabajado en la labor de enseñarle el arte de interpretar un instrumento para darle sentido a sus vidas. Desde muy pequeño en su pueblo natal Pueblorrico, Antioquia, supo que su vida estaba al lado de la música; influenciado por su hermano mayor, los sonidos de la radio y la victrola en su tierra natal, llevaron a que las notas y los sones entraran en su corazón.

“Lo que pasa es que me vine de mi pueblo, porque era como un sueño, algo que quería hacer desde muy pequeño, ser músico; en Pueblorrico… Yo empecé a escuchar música y me enamoré de ella, pero tenía un hermano mayor melómano y llevaba mucha música y ahí empecé a escuchar”.

Así narra el encuentro que Samuel tuvo con la música en su niñez, donde los pocos recursos económicos no le daban la oportunidad de aprenderla en la banda de su pueblo, pero las ganas eran más y el valor de conocerla le sobraban.

El encuentro con la música

La frustración de aprender la música en su pueblo natal lo lleva a emigrar con su familia a Medellín, los deseos de hacer realidad de integrar una banda e interpretar un instrumento lo entusiasmaron para ingresar a Bellas Artes1; con nada de conocimiento, pero sí con la mente abierta para aprender música, ingresa a la academia a desarrollar su talento humano y creativo.

“No había tanto problema para los estudiar, me inscribí y me presenté, no sabía nada de instrumento, de música. Primero iniciación musical, lo básico, lectura de pentagrama, reconocimiento de las notas, y luego avanza con los instrumentos”.

Con el paso de los años y aprendiendo la música en pentagrama, en Bellas Artes,

Samuel Ocampo se enamora del trombón, sus primeros sones le dan la energía y el entusiasmo, pero sobre todo le confirman que la música le abriría muchos caminos y sería su eterna enamorada. Su destreza y sabiduría en la interpretación del trombón, el entusiasmo y la energía, lo llevan a integrar diferentes grupos tropicales en Medellín; el auge de las orquestas de plantas en sitios de diversión, rumbas, clubes sociales,

1 La primera piedra del edificio se puso el 7 de agosto de 1926, pero por diversas razones se terminó de construir casi 10 años después en 1936, con aportes del gobierno departamental de Antioquia, el “Empréstito Cívico” impulsado por la Sociedad de Mejoras Públicas y las donaciones de algunos comerciantes de la ciudad. La edificación se construyó en un terreno cedido en 1926 por la administración municipal a la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín. La gestión fue realizada por dos miembros destacados de la Sociedad: don Ricardo Olano y don José Antonio Gutiérrez. En: ttps://bellasartesmed.edu. co/institucional/historia

Caráctura del Combo de las Estrella con Jairo Paternina Foto. Revista Porro y Folclor

hoteles y demás lugares de encuentro que tenía la ciudad en las décadas de los 60 y 70, le abren la puerta para que se relacionara con lo más destacado de la música en la ciudad. Uno de esos sitios de rumba, de encuentros, bebas, bares, fiestas y prostitución fue el barrio Guayaquil, donde campesinos, habitantes de los barrios populares, trabajadores y obreros se encontraban para tomarse unas cervezas o aguardiente y para darle rienda suelta a sus energías, después de largas jornadas de trabajo. Junto a la plaza de mercado proliferaban sitios de mala muerte, bares, cantinas, prostíbulos, tiendas de abarrotes y zonas de alto flujo económico de Medellín, pero sobre todo de encuentro de habitantes no solo de la ciudad sino otros pueblos, pues allí estaba la estación Cisneros del Ferrocarril de Antioquia.

“Los vagones de los trenes descargaban viajeros que llegaban y recogían los que se iban de la ciudad… en 1937, promovía tiquetes rebajados y cómodos paseos a Puerto Berrío, donde el hospedaje se garantizaba en el Hotel Magdalena. Aparte de los viajeros, otras personas esperaban los trenes, interesados en la carga que llegaba a las estaciones, con objetos de lujo o materiales de construcción. Los martes, el Ferrocarril de Antioquia ofrecía vagones para el transporte de ganado gordo y flaco. La aglomeración de viajeros podía calmar el deseo de comer en el Restaurante y Confitería Noel de la Estación Medellín o tomar alguna bebida en el Café Cisneros mientras esperaba el tren”.

Los movimientos sociales, económicos y culturales del barrio Guayaquil eran evidentes, los sitios de rumba proliferaban, en las noches los bares y cantinas contrataban grupos de música de cuerdas o tropicales para que animaran a sus clientes y visitantes. Uno de esto sitios fue gril Jayalai, ubicado en pleno corazón, los fines de semana se llenaba con personas de la ciudad y visitantes. En aquel sitio hacía su presencia, con interpretaciones en vivo, la orquesta Sonora Antillana, que le da la oportunidad a Samuel Ocampo de ser parte, con su trombón, comprado por él de sus labores en un taller de madera que laboraba en semana para obtener el sustento de la familia.

“…con ellos toqué trombón, música en vivo. En 1974 y1975, estaba la música tropical en todo su apogeo, porque todo lo que se tocaba en esa época se vendía, lo que se grababa se vendía”.

Así narra Ocampo el corto recorrido que hace en la orquesta, que le abre las puertas al mundo de la música tropical en Medellín y lo da a conocer para seguir trabajando con otras orquestas y ser parte viva del arte musical de la ciudad y construir su historia.

Medellín, la Atenas musical de Antioquia

“La década de los 50 fue quizás el momento más importante de la música popular en la ciudad de Medellín: la radio, las industrias fonográficas, la producción, aceptación y difusión de la música colombiana y regional, la visita de los más importantes artistas populares (músicos, cantantes, actores…) nos muestran que los 50 fueron la ‘década dorada’ para la música popular en Medellín”. (Gutiérrez. 2006: 63)

Medellín vivía el apogeo de la rumba paisa, los bailes, encuentros populares, rumbas sociales, encuentros de los habitantes en clubes sociales, griles, discotecas, bares y hoteles prestigiosos de la ciudad como el Nutibara, les abrían sus puertas a artistas costeños como Lucho Bermúdez, Pacho Galán y Clímaco Sarmiento, entre otros y con ellos orquestas como Los Corraleros de Majagual.

“Investigadores y expertos coinciden entonces en señalar que los años 50 fueron quizás los más importantes de la música popular en la ciudad de Medellín. Pues, mientras las orquestas grababan, su estadía en la ciudad la aprovechaban para buscar trabajos y sostener sus músicos. Así las orquestas fueron contratadas por clubes sociales, bailaderos, centros recreativos, hoteles y emisoras, que tenían programas en vivo. Ese es el escenario de difusión de la música costeña en las clases sociales de Medellín”. (Franco. 2010: 63)

Samuel Ocampo Escuela de Música de Itaguí Foto. Samuel ocampo Época que dio el origen al surgimiento de orquestas “cachacas” o paisas en la ciudad, que junto con las costeñas volvieron a Medellín en el epicentro de los encuentros musicales de artistas nacionales e internacionales. Por todos los rincones sonaban en los equipos de sonido o victrolas, tocadiscos, canciones de orquestas de Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Clímaco Sarmiento, Los Corraleros de Majagual, Pedro Laza y sus Pelayeros, Sonora Cordobesa… y las paisas como el Combo de las Estrellas, Orquesta Sonolux, Los Teen Agers, Los Graduados, Los Hispanos y El Combo Dilido, entre otros. Un ambiente rumbero que por décadas se tomó a Medellín y estaba en todos los sitios de encuentros sociales y comunitarios, la radio difundía programas con música costeña, las empresas discográficas como Sonolux, Discos Fuentes, Codiscos y Victoria, entre otras, vendían los LP de ritmos costeños y tropicales. En cualquier sitio de Medellín los encuentros de maestros prestigiosos eran cotidianos, en bares, cantinas y griles sonaban de día y noche los tangos, porros, cumbias, gaitas, sones cubanos, guarachas… de grupos costeños, argentinos, mexicanos o paisas. En los clubes sociales como el Unión, Medellín, Campestre… era permanente la presencia de orquestas costeñas muy prestigiosas, en el hotel Nutibara o El Jordán eran lugares de encuentro social y rumbero para las clases populares de la ciudad. Este gran impulso de la música en Medellín fue aprovechado por Samuel Ocampo, y gracias a su destreza y sabiduría en interpretar el trombón, les daba ingresos a orquestas como el Combo de las Estrellas con el maestro Jairo Paternina, Germán Carreño y su orquesta, Los Claves, Los hermanos Martelo y Abraham Núñez y su Orquesta.

“… conocí un grupo llamado Los Invasores, con ellos permanecí dos meses, cuando estaba allá me llamó un muchacho para decirme que si quería integrar la Orquesta Los Claves, con ellos trabajé 5 años, tocando el trombón. Realicé reemplazo en la orquesta de los Hermanos los Martelo, una vez Jesús Martelo me propuso llevarme a la orquesta de Germán Carreño, yo tuve la fortuna de integrar la orquesta de Germán Carreño… Además, participaba como músico en la orquesta del Combo de las Estrellas, porque se fue el trombón… Desde 1987 a 1990, con Jairo Paternina, que lo mataron en 19892, estábamos trabajando en la Clarita, un 24 de septiembre que llegaron allá y le hicieron el atentado… con la orquesta Germán Carreño, grabé las canciones Boga Barquero, La Suavecita, La Vanidosa y varios temas. Ahí pase al Combo de las Estrellas, en su época de oro, como Homenaje da Lucho Bermúdez, Homenaje a la Billo’s, No me falle corazón, entre otros…”

Así inicia su recorrido musical por Medellín, Antioquia y Colombia Samuel Ocampo, codeándose con los más grandes representante de la música tropical de la ciudad y llenándose de conocimiento para podérsela transmitir a los muchachos de las barriadas y ser el puente que los conectara con el mundo del arte y la cultura.

Samuel Ocampo, interpretando la guitarra Foto. Revista Porro y Folclor

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