20 minute read

en Honor a la Verdad de treS HiStoriaS MuSiCaleS

Next Article
San PelaYo

San PelaYo

La lucha contra la degradación cultural se tramitó entonces desde la alegría, el juego y lo lúdico que impregnaron las calles (porque ya los niños no cabían en una sola casa) del barrio además de propiciar acercamiento entre los nuevos pobladores.

“Inconscientemente, treinta y cinco líderes que no nos conocíamos fuimos conformando recreandos, así, y de pronto la Secretaría de Educación vino a los barrios y se dio cuenta de eso y nos dijo ‘Les voy a aportar material para que trabajen con los niños’ viendo que era algo bueno, el municipio conformó el INDER”.4

Advertisement

Varias décadas después, ya a principios del siglo XXI en el año 2017 emergía un sector en el barrio, bajo la modalidad de viviendas de interés social5, llamado Villa del Socorro. Una unidad abierta que acogía nuevos pobladores que, a diferencia de los primeros habitantes no tuvieron tantos inconvenientes para acceder a los recursos básicos como la energía y el agua, pero se enfrentaban a un tema de estigmatización.

“La integración del barrio ha sido muy dura porque hay el señalamiento, eso es lo que más ha perjudicado en la convivencia. Porque somos muy dados a que los verbos los convertimos en delitos, entonces ‘son desplazados ¿de dónde vendrán y con qué condiciones vendrán?’ Pero es que no me fijo en quién soy yo primero sino quién es el otro que viene y que me va a correr a mí.”6

Se percibió pues que, tal fue la conmoción con la llegada de los nuevos habitantes a este espacio que se tornaron angustiantes las circunstancias para la cohabitación en el territorio. Ruby Lucía Montaño es una mujer que llegó hace cinco

4 Relato de Blanca Benítez, líder social de la Comuna 13, en una entrevista realizada en Villa del Socorro el 15 de octubre de 2022, mientras se hablaba sobre la recreación en el territorio. 5 Vivienda de Interés Social (VIS) es aquella que reúne los elementos que aseguran su habitabilidad, estándares de calidad en diseño urbanístico, arquitectónico y de construcción cuyo valor máximo es de ciento treinta y cinco salarios mínimos legales mensuales vigentes (135 SMLM), lo que equivale a cerca de 122 millones de pesos. (Metrocuadrado, 2022) 6 Relato de Blanca Benítez, líder social de la Comuna 13, en una entrevista realizada en Villa del Socorro el 15 de octubre de 2022, mientras se hablaba sobre la recreación en el territorio.

Blanca Benítez lleva más de 37 años liderando recreaciones en el

barrio El Socorro, Comuna 13

Foto. Juan José Arango

años al sector precisamente en la condición de desplazada, sin embargo, ella ha tejido un lazo fuerte, por medio de la recreación, con doña Blanca y se ha convertido en ficha clave para la transformación social de Villa del Socorro.

“Uno siente que todavía hay esa discriminación, es como si la palabra desplazado significara ser delincuente […] la idea es que los niños con el recreando vayan cambiando de mentalidad, vayan aprendiendo a compartir, a integrarse y a ser mejores ciudadanos […] con el juego, con todas las cosas didácticas que se les hace es para que ellos (los niños de Villa del Socorro) vean que también se merecen una recreación y que también pertenecen a una comunidad.”7

El caso es que, el ser vivo, cuando juega, obedece a un impulso natural de imitación y al mismo tiempo se relaja. El juego le sirve como un ejercicio para adquirir dominio de sí mismo y forjar la personalidad, además, cuando se hace de manera reiterativa y permanente en algún núcleo social, fortalece las unidades de relaciones interpersonales y refuerza el vínculo con quienes comparten su entorno (González, 1999).

Entonces, es relevante analizar el juego y la lúdica como herramienta para construir un sentido de comunidad, un hábitat propicio para vivir dignamente, que reestablezca el respeto y la empatía por el prójimo. Una comuna que ha estado estigmatizada por más de veinte años, que ha sido víctima de imaginarios colectivos por parte de los pobladores del mismo país, así como por los de diferentes partes del mundo, necesita empoderarse de su propia resistencia y desprenderse del odio impuesto por aquellos a quienes nunca les ha tocado padecer las tragedias de la violencia y la discriminación y se valen de la desigualdad para ejercer poder.

“Queríamos que en cada barrio hubiera un recreando, una persona que se enfrentara a hacer recreaciones con los niños, pero en los barrios difícilmente se hace eso porque el gobierno no apoya para nada, si uno necesita una pintura para jugar con estos niños, si uno necesita un lazo, hay que comprarlo y todos los líderes no vamos a tener con qué […] ojalá algún día el gobierno, que yo no sé cuál, apoyara eso. Porque un líder natural, un líder que salga a jugar con los niños, que va y de su mercado saca para comprar unos confites para brindarle a esos niños, a ese líder no lo apoyan.”8

Las comunidades que se han asentado en la Comuna 13 durante los últimos treinta años han promovido en la población las actitudes y capacidades necesarias para la autogestión por medio de corporaciones y organizaciones culturales fundadas desde los mismos habitantes de a pie, puesto que no se ha percibido, de la forma correcta, los compromisos del Estado con una población que fue víctima de tantas injusticias.

Actores sociales como lo es doña Blanca Benítez han logrado instaurar en su territorio, a pesar de los embates del tiempo, la reivindicación de los derechos de los habitantes y más aún el de los niños para tener una vida digna, y todo por medio de la recreación. Doña Blanca ha persistido y levantó un estandarte de la cultura de la resistencia, donde cada ocho días ella junto con Ruby y algunas otras personas que se unen para ayudarla, rescatan la lúdica y la recreación de ser olvidadas de la memoria colectiva del barrio, y la usan como herramienta de transformación ciudadana.

ALBA VERGARA FRANCO

Investigadora sobre procesos de las mujeres en la Comuna 13

7 Relato de Ruby Lucía Montaño, líder social de la Comuna 13, en una entrevista realizada en Villa del Socorro el 15 de octubre de 2022, mientras se hablaba sobre la recreación en el territorio. 8 Relato de Blanca Benítez, líder social de la Comuna 13, en una entrevista realizada en Villa del Socorro el 15 de octubre de 2022, mientras se hablaba sobre la recreación en el territorio

Afiche del 12º Festival de cine y vídeo, La Otra Historia. Cortesía Corporación Full Producciones

FESTIVAL DE CINE DE LA COMUNA 13, UN ESPACIO PARA LA MEMORIA Y LA REIVINDICACIÓN DE LAS RESISTENCIAS SOCIALES

Por Corporación Full Producciones

En este año 2022 se conmemoraron los 20 años de las operaciones militares que se dieron en la Comuna 13 de Medellín y que llenaron el territorio de dolor y de víctimas ante el actuar de los grupos legales e ilegales.

En la versión XII del Festival de Cine y Video de la Comuna 13, La Otra Historia, se quiso propiciar un dialogo frente a lo vivido hace 20 años en el territorio. Fue una apuesta para seguir reconstruyendo la memoria histórica de la comuna, para narrar a través de imágenes y palabras todo lo que padeció este lugar de la ciudad, pero también para reivindicar el trabajo comunitario y social de hombres y mujeres que han luchado ante el silencio y la indiferencia y que durante los últimos 20 años han alzado su voz para no dejar que el tiempo borre los años de la barbarie, que se olviden las víctimas y sus desaparecidos, juntanzas que han hecho de la resiliencia y la memoria un ejercicio cotidiano que pervive en las calles, en los colegios, en las esquinas y en la cultura de las comunidades que se resisten a seguir repitiendo la historia y que sueñan con la verdad y con la transformación de los territorios y sus realidades.

El Festival de Cine puso en el centro la memoria, como un elemento fundamental en el papel educador de las sociedades, la memoria como una estrategia para generar conversación y encuentros intergeneracionales que propicien escenarios de saberes populares, de luchas sociales y de nuevas ciudadanías que se movilizan y se comprometen con la verdad y la construcción de paz de sus territorios.

El Festival durante el 2022, hizo una exhibición de documentales producidos desde los medios comunitarios que han narrado las luchas, los reclamos, las resistencias y las memorias que se han gestado en estas comunidades. Es una retrospectiva para mirarnos, para sensibilizar y para dialogar sobre las memorias plurales que se han construido desde el audiovisual y que han quedado como un documento testimonial de los dolores que nos causó la guerra, pero también de la fortaleza de la base social que se ha ido construyendo para resistir y negarse a seguir repitiendo la historia del conflicto armado.

Además durante los meses previos al festival se trabajó con estudiantes de cinco (5) instituciones educativas, talleres sobre la memoria de la Comuna 13 y que dio como resultados jóvenes conocedores de los procesos históricos del territorio que se aventuraron a realizar piezas audiovisuales que contaron lo sucedido en la comuna y cuyos productos hicieron parte de la muestra escolar que de forma itinerante se proyectó por los colegios de la 13 como una forma de sumar más voces y voluntades que ayuden a seguir caminando y construyendo la memoria de este lugar de la ciudad.

Durante la XII Versión del Festival se hizo un homenaje al Colectivo Mujeres Caminando por la Verdad, donde se proyectó la serie documental y la exposición fotográfica Sin Olvido que plasma las luchas y esperanzas de estas valientes mujeres de la Comuna 13.

Festival de Cine y Vìdeo. Full Producciones.

Un festival de cine comprometido con la verdad

Por primera vez en una unión estratégica entre la Asociación Nacional de Muestras, Festivales y eventos cinematográficos ANAFE y la Comisión de la Verdad se realizaron muestras en veinticuatro (24) festivales a lo largo y ancho del país que contó con la muestra de materiales audiovisuales de la Comisión de la Verdad, producidos en distintas regiones de la geografía nacional y que recogen la memoria histórica del conflicto en Colombia. La muestra incluyó documentales, animaciones y video clips que se presentaron en auditorios, centros culturales, e Instituciones educativas en la Comuna 13 de Medellín.

En este año 2022 que se entregó el Informe de la Comisión de la Verdad y que recoge las voces de las víctimas de la historia del conflicto armado colombiano, se convierte en un deber ético de todos los actores sociales del país, socializar y sensibilizar los diferentes textos del informe, como una apuesta de contribuir a que los territorios empiecen a cambiar las narrativas de guerra por iniciativas de resistencia y paz.

La verdad como un valor fundamental para la construcción de la paz desde los territorios, la verdad como un ejercicio imprescindible en las futuras reflexiones que se tenga en los diferentes escenarios sociales, políticos y académicos del país, la verdad como una forma de hacerle catarsis a los recuerdos de la guerra, como un bálsamo para curar las heridas. La verdad como insumo fundamental para reencontrarnos como país y para empezar a construir un nosotros como proyecto de nación donde quepamos todos. La verdad por dolorosa que sea, para empezar a caminar en búsqueda del gran sueño de algún día poder vivir en paz.

FELIPE ALJURE Y LA ESENCIA DEL CINE COLOMBIANO

Por Alonso Franco Londoño

El 11 Festival de Cine y Vídeo Comuna 13 “La Otra Historia”, realizado del 30 de agosto al 3 de septiembre de 2021, tuvo como invitado especial al cineasta Felipe Aljure. La revista Porro y Folclor lo entrevistó como parte importante de su trabajo investigativo y de informar a sus lectores sobre los aportes de creadores, artistas, escritores y demás personalidades del país que realizan actividades de transformadoras para el desarrollo del arte y la cultura en Colombia.

Felipe Aljure, en el festival de Cine y vídeo La Otra Historia. Foto. Corporación Full Producciones Alonso Franco: ¿Cómo son los inicios suyos en el cine?

Felipe Aljure: Pues yo antes de entrar a la universidad quería hacer cine, pero era un momento muy difícil en Colombia. En mi casa tenía contacto con instrumentos visuales, caseros, cámaras viejas; tenía acercamiento con esos tipos de aparatos, a falta de una carrera de cine en Colombia. Había estudiado publicidad, que tenía que ver con eso y luego me fui a Londres; estudié cine allá y luego regresé al país. Y lo primero que me enganché fue en los 53 cortos de la época del Focine (Compañía para el Fomento Cinematográfico), del cine de Emanuel Franco y luego comencé a trabajar en películas en Colombia y películas extranjeras, que llegaban al país, luego con un equipo de trabajo se hizo una película llamada La gente de la Universal, Tres escapularios… y en estos momentos estamos trabajando en un proyecto que se llama Trinity, un cuarto largometraje nuestro.

Estado actual de las legislaciones sobre cine

AF: Cuando llega a Colombia, después de estar en Londres, ¿cómo encuentra al cine colombiano?

FA: Estaba muy precario en relación al apoyo y las leyes; muy elitizado porque el acceso a los equipos era muy limitado, muy costoso. Por eso poca gente tenía posibilidad de acceder a los equipos y alquilarlos era demasiado costoso. Pero no solo era eso, sino que no había quién lo supiera manejar, mientras que hoy la cosa cambia, porque con un teléfono celular se puede hacer película. Además, a nivel de leyes y de financiación de apoyo era muy precario porque en esa época no había un Ministerio de Cultura; había un Focine que era una mirada muy equivocada del Estado hacia el cine, porque era una empresa comercial, y el cine no es un negocio para un país; el cine es una necesidad, es un alimento para el alma, el cine y su producto se escribe en la contabilidad social de un país. Entonces, mirar eso solo como un negocio fue un error y los hechos así lo mostraron, porque Focine fracasó estruendosamente y luego pasamos a una orfandad de muchos años de normativa y en el 97 el Estado se acerca con otra perspectiva al cine y entiende que la cultura es inevitable y tiene unos réditos sociales y que el efecto industrial debe ser absorbido por el Estado, y genera un primer mecanismos en la Ley de Cultura la 297; luego, con la Ley de Cine, la 814 y la segunda Ley de Cine, la 1556, que tiene distintos estímulos, pero digamos que del primer trípode que tiene un proceso es que el Estado asume el 46 % del riesgo para los inversionistas y deja un solo 54% de riesgo vía tributaria. Es insuficiente, pero, al menos, es un comienzo. Luego se genera un fondo fiscal que se inyecta vía convocatoria al cine cada año. Esa es una segunda fuente de ingreso, y la tercera, que nunca fue habilitada, que es la titularización no se ha hecho. Ahora en día por internet existe varias fuentes y hay que mirar cómo sustituir un sistema financiero, solidario.

La segunda Ley de Cine surge porque llegan medios a disfrazar películas extranjeras como colombianas para acceder a los beneficios nuestros y un grupo de cineastas nos reunimos con el Ministro para decirle que era inaceptable que financiáramos cine de países que tienen una estructura económica alta, pero también es bueno que lleguen al país y de ahí sale la segunda Ley de Cine que busca captar recursos y saberes que traen ellos, poner a nuestros técnicos y creativos a trabajar y ganar plata con esos trabajos y esos saberes se transfieren en nuestras propias películas, rodajes y montajes.

AF: ¿El cine colombiano ha evolucionado, cambiado, en términos de personas, calidad, procesos, montajes?

FA: Yo creo que talentos e inteligencia ha tenido el país, pero eran momentos de micro climas muy distintos. Cuando hicimos La gente de la Universal, era Focine muriendo y un grupo de cinco amigos endeudándose para sacar una película y consiguiendo inversionistas extranjeros, en un país en donde no se hacía mucho cine y donde no teníamos la experiencia y pericia que hoy tiene la nueva generación con la tecnología y esquema que hay en la actualidad. Pero había gente muy preparada, probablemente los muchachos de hoy que vayan a manejar esos equipos no lo puedan hacer porque era muy difícil esa tecnología. Luego hicimos Colombian dream (2006), que nos tocó un pedazo sin ley de cine y cuando salió la regulación y el decreto reglamentario nos pudimos beneficiar de ese esquema en la posproducción. En este sentido hay una diferencia grande y con Tres escapularios nos ganamos un premio, no colocamos plata; por primera vez me pagaron por dirigir una película. Con 750 millones del premio y una tecnología avanzada pudimos grabar la película con fotos, la producción la hicieron Susy Arango y María

Clara Aristizábal, que era mi novia en esa época. Al finalizar, no quedamos debiendo ningún peso y ahí está la diferencia en las tres películas, como avanzó la tecnología y la financiación por el trabajo que hicimos los cineastas.

La de gente de la Universal: retrato de la animalidad humana.

AF: En la película La gente de la Universal, una de las más representativa y referente, ¿cómo surge la película y que expresa?

FA: La gente de la Universal es una radiografía de la animalidad del ser humano colombiano, en medio de una organización social no solidaria, individualista, es decir, donde yo le quito al vecino, donde yo le miento al del lado, a mi tío lo engaño, al esposo le miento, a la esposa la engaño, y en ese individualismo se vive una serie de fracturas que se evidencia que estamos cerca a la animalidad y que necesitamos replantearnos y reencontrarnos con ese discurso más solidario, más colaborativo y más fraternal. Es una radiografía de la animalidad de la sociedad colombiana de esa época y que tristemente hoy continúa y que la pandemia nos demostró que no somos nosotros sino el planeta entero; son el tema de juntos podemos salir adelante, la solidaridad vuelve, tenemos una enseñanza que a los seis meses los países más ricos tenían las vacunas acaparadas para ellos mismos y ahora que ya le sobran la están regalando. La pandemia se interactúa a partir del encierro de productos culturales y producción que enriquecieron la representación y lo que vivimos del sector cultural no recibimos un apoyo diferencial. Somos importantes, pero no nos tienen como un sector urgente y eso dificulta.

El claro oscuro de las cuentas

Antes de la pandemia el Fondo Mixto recogía más de 72 mil millones en un año, y en un año eso cayó a cero y el Ministerio de Hacienda le puso cinco mil millones; o sea, menos de la sexta parte. Y al segundo año, el recaudo fue de tres mil millones y le puso otros 5 mil millones, que es una caída muy importante. Ni hablar lo que está pasando en las salas de cine, que estuvieron casi cerradas año y medio. Luego trabaja al 25%, 30% o 40% de su aforo. Eso deja mucho que desear porque la gente tiene temores, miedo sobre el cambio de hábitos, de reentrenamiento cultural, y han desplazado desde las plazas públicas y los teatros las actividades con contenidos a la sala de la casa y tratando de trasladar el discurso que en la casa eso es igual. Y si usted tiene una tarjeta de crédito, un celular o un dispositivo, mejor quédate en la casa, no te expongas que te enfermas o te matan porque hoy está todo muy inseguro y contra eso hay que resistirse.

Por eso es muy importante apoyar este tipo de iniciativas, donde sin sentidos epidemiológicos de salir porque se contagia a toda la gente; por eso con los protocolos se debe pelear la presencialidad,porquelasmanadashumanashan aprendido y evolucionado históricamente a partir de la comparación. Si a los niños y los jóvenes de hoy en día los fuerzan a una comparación virtual, donde solo ven cabezas y parlantes en un computador; donde no hay posibilidad de saber de quién es, qué olor tiene, de qué color, sabor… porque todo pasa por un filtro tecnológico de un computador. Eso lleva a convertirse en vez de manada humanas, en mandadas virtuales, que pueden ser muy peligrosas en la medida de que es la autorrepresentación de cada individuo manipulada, tergiversada y el poder aparente, que tiene cada individuo que siente y se convierte en una manada de hiperindividuos que ya no se quieren ser presentados por nadie y no tengo ninguna representación con nadie, porque ahora yo tengo mi cuenta en Instagram, en Facebook y en otras cosas y ahora yo me autorrepresento y ahí hay un problema que debemos resistir.

Felipe Aljure reconocido cineasta colombiano Foto. Corporación Full Producciones

Tres escapularios: tecnología y los fantasmas de Colombia.

AF: Hablemos de la película Tres escapularios, ¿cómo se hace, y qué busca llevar al espectador?

FA: Esa película es un momento espectacular de la evolución del cine que hoy hacemos, porque es hecha con una cámara de fotos. Es increíble. Pasamos de películas propias, que eran con muchas cosas, personas y grandes equipos, a una película con cámara de fotos. El equipo de producción era con tres o cuatro reflectores que jamás sacamos. Un equipo de sonido normal y los carros eran tres: el mío, la de productora y Santiago Castaño, el asistente de producción. Son escalas muy diferentes y como era una película realizada con una cámara de fotos, nunca la quisimos ocultar. Por eso está hecha con planos quietos y la cámara no se mueve, muy pocas veces se hace. Como una fotonovela, hacemos fondos de profundidad con foco en sitios perturbadores; las dobles pantallas, que busca que el espectador se cuestione, se vea dual, tienes dos perspectivas, menos coherentes. De eso se trata la película, que te cuestiona y te veas menos coherente.

La película es una narración de la historia de Colombia conversada, entre dos sicarios ideológicos. Habla de cuando llegaron los españoles, de la guerra, del paramilitarismo, de la guerrilla, del ejército; habla de dos versiones candorosas de dos militantes que se encontraron a partir de un mandado que hicieron. El uno no sabe matar y la que sabe matar se supone que le va a enseñar y esas curvas dramáticas nunca se da; ni ella le enseña ni él mata, ni matan a la persona que iban a asesinar. De hecho, acaban salvando a un bebé y ellos en una relación, de un bebé que no es de ellos, se arma una unidad familiar, una especie de colectivo, que nace en tres: el uno es la soledad y el individuo, el dos la pareja y el tres la naturalidad. Ahí se plantea un colectivo anómalo, porque ella traía una tusa y él también, y es una manera de mirar hacia el futuro. Con esa historia que hemos visto y conversado hay un futuro posible.

Si hay verdad, hay futuro

AF: Actualmente está realizando un trabajo con la Comisión de la Verdad, ¿cuál es su papel desde el cine?

FA: Es una alianza que hace la Comisión de la Verdad con el Festival de Cine de Cartagena, porque yo trabajo con el Festival, y de alguna manera lo que se busca es domiciliar, de una manera audiovisual, porque de las conclusiones del informe por venir de la Comisión, en una alianza, escogió a ocho colectivos les propuso unos temas de interés concordante y resonantes con su propia conclusión y de su libro de cierre. Esos colectivos aceptaron eso y, en esa medida, nosotros acompañamos ese proceso de creación y ofrecemos una pantalla en la última luna llena en octubre 20. Los temas son variados y los colectivos también. Tenemos colectivos de La Guajira, de Riohacha, que han ido a los territorios a rescatar los testimonios de la guerra; tenemos colectivos en Cartagena, La Boquilla, que quieren hablar de la edificación, cómo esos hoteles y edificios de apartamentos se les vinieron encima y los han apretado demasiado. Cuando vivían en las playas y tenían espacios generosos, hoy están en un hacinamiento. Hay colectivos de mujeres en Nuquí, tratando de enfrentarse a la construcción del Puerto de Tribugá, que quiere acabar con esos manglares para hacer un puerto

This article is from: