GENESIS III de CORRADO MALANGA
Introducción Esta es la tercera parte de la trilogía titulada Génesis que habla del universo, de cómo está hecho, de cómo es percibido y del papel del hombre en el interior de este lugar de puntos virtual. En las primeras dos partes hemos puesto en evidencia, mediante las investigaciones efectuadas en el campo de las abducciones alienígenas, que los demonios y los Dioses de la mitología, no son otra cosa que los alienígenas de hoy. Hemos relacionado las antiguas tradiciones cabalísticas, con las diversas tipologías alienígenas, volviendo atrás en la historia hasta el valle del Indo y la civilización aria, mostrando cómo no es en la historia donde está el cuadro completo de aquello que nos ha sucedido, si no en el Mito. De hecho, en el Mito existe la “fotografía” del pasado, del presente y del futuro, mientras que la historia sólo da una visión parcial de la impresión que el ser humano tiene, de cómo haya sido su pasado y de cómo podría ser su futuro. El Mito, en su expresión jungiana, representa en cambio la imagen del eterno presente, donde las funciones de onda de pasado y futuro colapsan en un único presente. Génesis y Génesis II abordaban el problema del hombre desde una mirada al pasado, mostrando cómo el universo en el cual estamos inmersos, no sería más que un holograma virtual, donde el concepto imperante es el de “dualidad”. Se cree erróneamente que todo exista porque existe el contrario de todo: al concepto de lleno corresponde una idea antitética de vacío, donde impera el binomio bien-mal, Génesis III aborda el problema del eterno presente, basándose en la descripción de este cuadro experiencial, mediante los datos obtenidos del estudio de las abducciones, (hipnosis regresivas, simulaciones mentales, TCT, FMS, SIMBAD y otros), hasta los datos que se pueden obtener de la física cuántica moderna. La experiencia personal de quien escribe, y no sólo, nos ha permitido formular un cuadro exhaustivo de la realidad virtual en la que estamos inmersos y nos da la llave para manejarla porque, como se ha dicho ya en otra ocasión, nosotros somos la Creación que Crea y estamos capacitados para hacer lo que nuestra conciencia considera oportuno hacer.
Los tres ejes de la virtualidad. En los trabajos anteriores habíamos mostrado cómo la física cuántica, en la versión más moderna de Bohm, considera el universo como un holograma tridimensional, no sólo porque existe altura, anchura y longitud, sino porque estas tres dimensiones pueden ser declaradas existentes también para el eje del tiempo y el de la energía potencial. En otras palabras, el concepto del universo fractal tridimensional nos decía que aquello que acontece sobre el eje del espacio, del tiempo y de la energía, sigue la física tridimensional de los hologramas, donde una pequeña parte del todo contiene el todo, aunque menos definido. En este contexto, el modelo del ser humano que habíamos construido, se basaba en un contenedor, el cuerpo, con sus tres ejes cartesianos de espacio, tiempo y energía. En cambio los otros tres componentes del hombre, a los cuales habíamos dado el nombre de alma, mente y espíritu, estaban relacionados con la presencia de tres descriptores, no iguales para todos. 1