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Un Agustiniano con sangre portuguesa
MARCOS RAMOS
El Vicariato de Venezuela de la Orden de San Agustín (OSA) celebró entre el pasado 24 y 27 de enero en la ciudad de Caracas, su Consejo Vicarial, con la presencia del Prior General Fray Alejandro Moral Anton. Los frailes eligieron al padre luso venezolano Alexander Vieira como el Superior Regional de los Agustinos en Venezuela, para el periodo 2022-2026, siendo el primero de origen portugués en asumir la máxima responsabilidad de la Orden de San Agustín en la nación suramericana.
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El Padre Alexander Vieira también es muy conocido, por el particular pesebre que exhibe durante el tiempo del adviento en las instalaciones del Colegio San Agustín de El Paraíso, desde hace mas de una década. El “nacimiento” cuenta con efectos especiales, sonido, iluminación y movimiento de cada uno de los personajes que escenifica el pesebre de Belén.
Raíces lusas en pleno Caricuao
Alexander Antonio Vieira Maio, nació el 26 de diciembre de 1972 en la ciudad de Caracas, hijo de padre luso venezolano y mama portuguesa originaria de Funchal, capital de la Región Insular de Madeira. Sus abuelos paternos se dedicaban a la construcción y siempre mantenía las tradiciones de la fe y la gastronomía, donde el aceito de oliva siempre estaba presente, siendo su plato preferido la carne de puerco al vino y al ajo. Argumenta que la virtud que aprendió de su papa es el perdón, mientras que de su madre la caridad social.
A pesar que su pasión era estudiar Ingeniería Marítima, por su fuerte interés por los mares y los océanos, optó por estudiar el Técnico Superior Universitario en Química, egresado del IUTIRLA y logró trabajar en la administración y control de calidad de la Pepsi Cola. No obstante, a los 26 años de edad y con una larga participación en las actividades de la Iglesia Santa Rita de Casia en Caricuao, pastoreada por los padres agustinos, entró al seminario en Barquisimeto y a los 31 años en septiembre de 2006 fue ordenado sacerdote en su querida Caricuao, la parroquia que lo vió nacer y crecer.
Su trayectoria como sacerdote inicia en el año 2006, cuando coordina el noviciado en Barquisimeto durante 4 años; posteriormente, asume como ecónomo del noviciado, debutando como Vicario Parroquial de la Iglesia Santa Rita de Casia en Caricuao en el 2017 y convirtiéndose en párroco de esta jurisdicción eclesiástica un año después.
En el año 2018, el Cardenal Baltazar Porras lo designa como Arcipreste del Arciprestazgo de Antímano. A partir de 2022 asume como superior de toda la Orden de San Agustín en Venezuela; dicho carisma tiene presencia en la Iglesia Cristo Rey en Ciudad Ojeda, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Maracaibo, el noviciado y casa de retiros en Barquisimeto y la sede principal en Caracas, donde cuenta con la iglesia y los colegios de San Agustín El Paraíso, El Marques y Caricuao.
Vocación del sacerdocio
Realmente la vocación es un misterio de Dios y de uno, es algo muy personal, en su caso, de niño siempre tuvo la pasión a las cosas de Dios, y fue cuando su madrina lo llevó al Niño Jesús de Praga y lo consagró, la parroquia queda frente de su casa, que es la Iglesia Santa Rita de Casia en Caricuao, su abuela es hija de María enamorada de Dios, a los 14 años obtuvo el sacramento de la confirmación, durante esa catequesis escenificó el Cacique Coromoto, además de participar en todos los eventos eclesiástico durante su etapa del bachillerato, se formó con un grupo de jóvenes que perseveraron durante 3 años, cuya misión era llevar la alegría a través de la música y la caridad social a los discapacitados de toda la Parroquia Caricuao, un sacerdote le comentó “Tu te resiste a Dios y serás cura” el padre Viera narra que no pensaba en ser seminarista y mucho menos durante su etapa universitaria, no obstante le marcó mucho la venida del Papa San Juan Pablo II en el año 1996, paso la imagen de Nuestra Señora de Coromoto, desde esa visita del Sumo Pontífice, ya que el lema era “Despierta, este es el momento” desde allí empezó a sentir el llamado al sacerdocio, comenzó asistir mas seguido a los retiros, cuando él quiso entrar, la familia se quedo sin trabajo, lloraba mucho porque quería entrar, hasta que en el año 2001 logro entrar al seminario, sin duda una experiencia muy bonita, siempre veía desde mi balcón la iglesia, ahora desde el templo veo mi balcón, comenta el Fray Vieira.
El padre Vieira, fiel devoto de Santo Antonio de Lisboa y a las advocaciones marianas de la Virgen de Fátima y también de Nuestra Señora de Coromoto, paso por el llano y paso al santuario, es una experiencia de sentimiento y amor, mucha fe por la devoción, que nos cuida y nos lleva a Dios, para él, San Agustín fue un hombre muy humano, humilde y sencillo, su testimonio de vida nos muestra que nunca es tarde para convertirse, su madre intercedió por el, de cómo llegar a Dios, por eso la importancia del amor materno, es fundamental esto para un sacerdote, ya que es un intercesor de Dios con el pueblo.
Luces de Fe: Las huellas de la Comunidad Portuguesa de Venezuela, presentes en las vocaciones religiosas
Fray Alexander Vieira designado Superior de la Congregación de la Orden de San Agustín
dad portuguesa realiza un gran esfuerzo de organizar las fiestas de Nuestra Señora de Fátima, entre congregar a nuestra gente, dar a conocer nuestra gastronomía, fe, tradición, de nosotros hemos aprendido a tratar la gente con cariño y de ser muy amable, un método eficiente a la hora de evangelizar con la caridad y haciendo el bien siempre abrirá las puertas, ya que uno puede tener el cargo mas importante pero si no es misericordioso, no habrá éxito, los portugueses hemos sido una comunidad muy integral, alegre y cercano, comenta que visito las capillas agustinianas en Portugal, donde resalta una feligresía muy anímica que canta con pasión a la Virgen, existe una gran fe popular y respeto eclesial.
Los venezolanos han tenido un gran amor a Nuestra Señora de Fátima, recuerda con nostalgia las grandes celebraciones que se realizaban en Macarao, Los Magallanes de Catia y El Junquito, cuando asistía de niño junto a sus abuelos y tíos, la presencia de la diversidad de culturas extranjeras, en Catia era considerada patronales las fiestas de Fátima, todas las advocaciones representa la misma madre que es la Virgen María, y la unión entre portugueses y venezolanos ha sido fundamental para el desarrollo espiritual en nuestro país.
Recordó la importancia de mantener las tradiciones de la fe católica entre la comunidad portuguesa en nuestras iglesias es posible hacerlo no para excluir y hacerlo diferente, ya que nos tratamos como familia y viendo el enfoque de la realidad venezolana, como ya hemos compartido entre sacerdotes y siervas, seria importante llevarlo a la feligresía laica, ya que siempre esta presente en cada procesión, eucaristía y rezo del santo rosario nos unifica como comunidad.
Resaltó lo fundamental del trabajo de la Misión Católica Portuguesa y del padre Alexandre Mendonca recientemente fallecido, que logro unificar a toda nuestra gente a través del folclore y la familiaridad entre nosotros, enfatizando que en los momentos de crisis, Cristo nos enseñó la esperanza, cuidar la vida, la fe y la relación con nuestros familiares y la mejor manera de mantener el legado es siguiendo las raíces cristianas que han edificado nuestro gentilicio portugués y luso venezolano, ya que siempre coincidir con un portugués, uno lo siente como familia.