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Le Belvedere

La imponente fachada destaca la espacialidad vertical, pues la doble altura se convierte en un plus y al mismo tiempo en un gran desafío para el diseño, el mobiliario y la funcionalidad.

Paisaje e intimidad a la francesa Le elvedere B

Este restaurante impacta por su belleza y su generosa naturalidad. La genialidad de sus diseñadores se expresa en la calidez de sus terrazas, en su fachada acristalada y en sus espacios abiertos, azules y radiantes.

Por: Martha Dubravcic. Fotos: Cortesía de Studio MHNA

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n pleno corazón del Bosque de Oriente, el parque natural que se caracteriza por magníficos bosques y lagos, y cerca de la ciudad francesa de Troyes, se abre ante nosotros con magnífica vista natural Le Belvedere, un restaurante que por sí solo constituye un destino para visitar, admirar y disfrutar de la mejor cocina regional. Su fusión con la naturaleza no requiere de esfuerzo alguno, Le Belvedere parece emanar de ella como un elemento más, listo para destacar la materialidad natural, como la madera, y contrastar con una fachada acristalada que invita a la luz a bañar sus ambientes, de por sí cálidos. En colaboración con Tanguy -quien ha diseñado la arquitectura- Marc Hertrich y Nicolas Adnet, de Studio MHNA fueron los encargados de la tarea de diseñar el restaurante. Su experiencia

Con una generosa capacidad para 400 asientos divididos en los espacios interior, terrazas y planta alta, cada rincón cautiva y es el paso a descubrir sensaciones generadas por los detalles, por las texturas y la acertada combinación de ellas.

El paisaje es protagonista indiscutible, se funde fácilmente dando lugar a un ambiente festivo y relajante a la vez, tan característico de la campiña francesa.

y prestigio en el diseño se expresa en muchísimos proyectos de diseño y arquitectura, y también en restaurantes como Petrossian, Caius, Maisson Astor, en París. En Le Belvedere, los diseñadores optaron por una propuesta contemporánea, en medio de amplios espacios verdes. Allí se alza la construcción, con una imponente fachada que destaca la espacialidad vertical, pues la doble altura se convierte en un plus y al mismo tiempo en un gran desafío para el diseño, el mobiliario y la funcionalidad. El paisaje es protagonista indiscutible, se funde fácilmente dando lugar a un ambiente festivo y relajante a la vez, tan característico de la campiña francesa. Hermosas salpicaduras de espacios abiertos azules y radiantes acentúan la belleza de la atmósfera. Todo el restaurante fue diseñado para poder disfrutar –desde todos sus ángulos- de la extraordinaria vista. Con una generosa capacidad para 400 asientos divididos en los espacios interior, terrazas y planta alta, cada rincón cautiva y es el paso a descubrir sensaciones generadas por los detalles, por las texturas y la acertada combinación de ellas. Podemos decir que con excelencia esta dupla del diseño consigue que cada visitante experimente aquella placidez de lo orgánico y aquella sorpresa ante la elegancia de las áreas más privadas que recurren a tonos

Hermosas salpicaduras de espacios abiertos azules y radiantes acentúan la belleza de la atmósfera que se compaña de deliciosas sensaciones. Todo el restaurante fue diseñado para poder disfrutar –desde todos sus ángulos- de la extraordinaria vista.

Marc Hertrich y Nicolas Adnet, de MHNA Studio, son los diseñadores del restaurante.

La decoración moderna resulta por demás acogedora y armoniza con sus toques vibrantes, gracias a las variaciones de azules. Los muebles tallados en materiales orgánicos, junto al uso de materias primas como el roble natural cepillado, madera ennegrecida, cobre degradado, lava esmaltada y piedra pulida son una declaración explícita de la ubicación del restaurante.

dorado/terracota en su tapicería. Así, materiales finos y líneas limpias se combinan con la modernidad y el resultado es estupendo. Grandes ventanales, papel tapiz en ciertas áreas y mucha transparencia privilegian la amplitud del espacio. La planta alta se alza como terraza interior y en ella llaman la atención una suerte de cápsulas hechas en madera natural, que conforman pequeños ambientes privados. La decoración moderna resulta por demás acogedora y armoniza con sus toques vibrantes, gracias a las variaciones de azules. Los muebles tallados en materiales orgánicos, junto al uso de materias primas como el roble natural cepillado, madera ennegrecida, cobre degradado, lava esmaltada y piedra pulida son una declaración explícita de la ubicación del restaurante. Así Le Belvedere es un refugio del ajetreo de la vida cotidiana, un espacio veraniego para disfrutar con todos los sentidos. También la propuesta gastronómica es una celebración silenciosa de colores, texturas y proporciones, que concluyen excitando con su sabor.

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