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Los días de la Semana Santa y su significado

Miercoles Santo

El Miércoles Santo se inicia propiamente la parte más densa de la Semana Santa, en que se conmemora la Pasión de Nuestro Señor. Se rezaba en la Iglesia el Oficio de Tinieblas. Se trata del Oficio que canta las tinieblas que van cubriendo el mundo, porque Nuestro Señor está siendo perseguido.

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Jueves Santo

Después, el Jueves Santo se celebra la Misa en que se conmemora la institución de la Sagrada Eucaristía. Terminado el Santo Sacrificio, el sacerdote conduce el Santísimo Sacramento hasta una bonita caja, de madera dorada, llamada Monumento.

Como Nuestro Señor, después de la Última Cena, sufrió la Pasión y murió, después de la Misa que celebra la Cena, en las iglesias no se tocan más campanas. Se realiza la ceremonia consonante al desvestido de los altares, en que el celebrante va de altar en altar, retira las flores, los jarrones, apaga las velas. Los altares quedan desnudos de todos los ornamentos, como si el culto hubiese cesado, porque Nuestro Señor está muerto, yaciendo en aquella caja dorada, el Monumento. Todas las señales de alegría en la Iglesia cesan.

Viernes Santo

El Viernes Santo se conmemora la muerte de Nuestro Señor. Es el día en que se venera solemnemente la Cruz. Los sacerdotes colocan junto al altar una gran cruz. Y los fieles, cantando himnos de dolor, van uno a uno, a besar las llagas, las manos y los pies del Redentor. Besan también la llaga del costado, perforada por la lanza de Longinos.

Cuando llega el Obispo, todo se detiene. Entra con paramentos purpúreos, con una capa púrpura, descalzo en señal de penitencia, y atraviesa la iglesia. Llega hasta el crucifijo y lo besa también. Después se retira al interior del templo. Y todo queda en silencio, inmóvil.

Sabado Santo

El sábado de Gloria, la Iglesia ya inicia las ceremonias con las alegrías de la Resurrección. Al medio día comienzan a repicar las campanas ¡para anunciar a Cristo resucitado!

En algunos lugares hay aún la costumbre de hacer unos muñecos grotescos, que llaman Judas. Esa era la ocasión de quemar al Judas, el traidor, mientras todas las campanas de las iglesias tocan sin parar ¡en conmemoración de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo!

El Domingo de Pascua, la Iglesia se muestra toda florida y victoriosa. Cristo resucitó, se celebra la Misa de Pascua.

Significado de la Semana Santa aplicado a nuestra época

El Miércoles Santo debemos amar a la Iglesia como padeciente en los días de hoy. Y apliquemos a nuestros días las tinieblas que van dominando al mundo. La oscuridad del pecado, del desorden, de la abominación que va cubriendo la Tierra, en todos los sentidos, son tinieblas.

El Jueves Santo conmemoremos la resistencia que Nuestro Señor opuso a todas esas tinieblas. Él instituyó la Sagrada Eucaristía para estar con nosotros en todas las ocasiones. Debemos comulgar con especial devoción y también lamentar su próxima muerte. Pero llorar como pecadores, pues sabemos que lo ofendimos en el pasado, y debemos llorar nuestros pecados la vida entera.

San Pedro, por ejemplo, por haber negado a Nuestro Señor, lloró el resto de su existencia. Según la tradición, cuando murió (fue crucificado de cabeza abajo por los romanos) tenía dos surcos en el rostro, por donde le corrieron las lágrimas durante su vida.

A nosotros nos cabe también labrar en nuestra alma dos surcos: el de la tristeza de los pecados que cometimos y el del pesar por los pecados que otros practican. Con todo, no debe ser esa una tristeza apenas llorona, ¡sino tristeza de varón, como la de San Pedro! En otras palabras, ¡la indignación contra nuestros pecados!

De nada sirve irritarme con el pecado de otros y no indignarme con el mío. Primero es con el mío, pues quien pecó fui yo. Fui yo el autor de mi pecado. “Quia peccavi nimis cogitatione, verbo et opere” – se dice en el Confíteor. ¡Porque pequé muchísimo de pensamiento, palabra y obra, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa!

Así, la idea de los propios pecados y de los pecados de los otros debe entrañarse en nuestras almas, especialmente en estos días benditos de Semana Santa.

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