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Los Héroes de Covadonga

POR JAIME LONDOÑO

A inicios del siglo VIII, sólo unos pocos intrépidos guerreros resistían aún en la cordillera cantábrica, en el extremo norte de España, a la invasión musulmana que avanzaba incontenible por toda la Península. Don Pelayo se refugia con un puñado de bravos en la gruta de Covadonga para dar el último combate contra los infieles. Su derrota habría significado la muerte de la España cristiana. Pero su victoria milagrosa, gracias a la intervención de la Santísima Virgen, fue el comienzo de la gloriosa Reconquista.

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Nos situamos en el fin del siglo VI, cuando la mayor parte de Europa se encontraba sumergida en la barbarie. Apenas algunos pueblos habían abrazado la fe de Jesucristo, y entre ellos estaba España.

Peñascos, desiertos, calor, vegetación rastrera y vida dura. ¿Quién querría vivir en este lugar? Pues bien, sólo el que no es perezoso, el que tiene voluntad de acero y grandes convicciones, sobrevive en estas arduas tierras.

Los romanos dieron a este lugar el nombre de Hispania, y con su llegada prepararon la venida de los cristianos. Los propios romanos acabaron aceptando la ley de Jesucristo. Pero, los bárbaros invadieron y derribaron el viejo Imperio de los Césares decadentes. Los bárbaros visigodos llegaron a Hispania, conquistando las tierras sin poder vencer a los cristianos, éstos se mantuvieron firmes.

Finalmente, los visigodos cedieron y se convirtieron dejando el arrianismo, y la divina religión de Jesucristo comenzó a influir en sus almas. Pero, en este reino visigodo católico, la traición, la perfidia, y la herejía, envenenaron las convicciones y muchos se dejaron llevar por caprichos y peleas internas.

Recaredo I, rey de los visigodos, dejó un reino cristiano unificado. Casi cien años más tarde, ya la traición circundaba el trono cuando el rey Wamba fue objeto de una conspiración. Le administraron una bebida narcótica que lo dejó inconsciente, le quitaron el cabello, y con ello el derecho a ser rey. Según la costumbre visigótica, sólo el hombre de barbas largas y abundante cabellera podía ocupar el trono.

En el año 711 se dio una batalla que cambiaría el destino de Hispania. Rodrigo, rey de los visigodos, ya hombre decadente, vio como un gran contingente de sus tropas se volvió contra él mientras combatían a los musulmanes en el Río Guadalete. Estos eran partidarios del resentido Witiza, un descendiente del antiguo rey Wamba que, como mencionamos, había sido depuesto injustamente.

A partir de este suceso, la suerte de Hispania sería la derrota. Los villanos musulmanes atravesaron los desiertos de Arabia y de África, destruyendo, saqueando, matando y aprovechándose de la pereza de los pueblos atacados. Atravesaron el mar y encontraron a unos españoles divididos. Uno a uno, todos los jefes cristianos o fueron derrotados o se rindieron vergonzosamente. Pero nada de esto sería posible si no hubiese habido la más horrible de las traiciones.

Algunos miembros del clero, incluso obispos, decidieron ceder delante de los invasores.

Ahora, después de que todos los líderes cristianos salieron de escena, un nuevo comandante tomó la delantera para encender la última llama de esperanza.

Refugiado en las vetustas tierras asturianas, se encontraba el príncipe Don Pelayo. Desde allí, en las montañas de Covadonga, trazó una emboscada que significaría el inicio de la restauración cristiana en la península, lo que hoy conocemos como la Reconquista.

Cuando todos hablan de sumisión, Don Pelayo habla de enfrentamiento, cuando todos sólo piensan en seguridad, él quiere arriesgarlo todo por la gloria de Dios y el heroísmo en el campo de batalla.

Fue así que, en el año 722, nuestro héroe tuvo que enfrentarse a un ejército de 187.000 musulmanes que lo asediaban a las afueras de su rústica cueva, contando para su defensa con un contingente de apenas 300 hombres, según lo relata la Crónica Rotense atribuida al rey de Alfonso III.1

El imponente ejército musulmán, comandado por el general Alkama, inicia la batalla accionando las catapultas. Pero grande fue su sorpresa al ver que las piedras parecían darse la vuelta en el aire, retornando en dirección a los atacantes y causando grandes estragos en las tropas islámicas. Ante esto, los musulmanes se dispersaron, y una tercera parte huyó hacia la colina, siendo más fácil el ataque para don Pelayo y sus valientes, que arremetieron enérgicamente contra los musulmanes, ya diezmados por sus propios proyectiles2.

Cuenta la crónica que los moros que huyeron por la montaña fueron sorprendidos por una erosión de tierra gigantesca. Mientras descendían hacia la ribera, fueron lanzados al agua y quedaron completamente sepultados por la tierra. La batalla había terminado.

En aquel día épico no fue Don Pelayo el que venció, otra fuerza más poderosa intervino y aplastó a los enemigos. Fue la fuerza celestial de la Santísima Virgen, a quien habían pedido en el inicio del día para proteger su lucha. Ella debió haberse aparecido “resplandeciente como el sol y terrible como un ejército en orden de batalla”3

Así pues, en una montaña sagrada renació España, cuando un Príncipe confió en la Providencia y caminó en las vías del heroísmo. Ahora, Don Pelayo y sus hombres serán venerados como héroes, junto a la bella imagen de Nuestra Señora de Covadonga, que en el año 2022 fue el destino de 1.7 millones de turistas y peregrinos venidos de todo el mundo.4 más 2000 combatientes en ambos bandos. 2

Covadonga, más que una epopeya sublime, más que una historia legendaria, es una trayectoria luminosa, una esperanza que se irradia hacia el siglo XXI.

¡Usted, estimado lector! ¿Piensa que Covadonga es cosa del pasado?

No se engañe. Hoy, los católicos verdaderos enfrentan una situación más difícil que la del pequeño ejército de Don Pelayo. No es solo en el norte de España que necesitamos resistir, sino en el mundo entero. No es únicamente el Islam que nos amenaza, sino todas las fuerzas de la revolución anticristiana que nos presionan de todos los lados. Quieren destruir nuestras tradiciones, la moral, los principios de la fe católica, la familia como Dios la instituyó. Quieren corromper y desviar a la juventud para los delirios y las ilusiones del mundo moderno. ¿Quién se levantará contra la Revolución? ¿Quién resistirá hasta el último suspiro? ¿Quién preferirá morir a vivir en una tierra devastada y sin honra?

¿Lucharemos, acaso, con espada en mano, listos para matar, si es necesario? No, nuestra lucha es más terrible que la lucha puramente física. La nuestra es la batalla de las convicciones, de la fuerza moral, de las proclamaciones ardientes, de la firmeza de la personalidad. Esta es una guerra de mentalidades, el mismo tipo de guerra que los ángeles libraron en el cielo. Y nuestra más potente arma es la doctrina milenaria de la Santa Iglesia Católica, indestructible como el propio Dios. ¿Morir? No, ¡la Santa Iglesia nunca morirá, Dios vencerá, Nuestra Señora triunfará por nosotros, ¡esto yo le garantizo!...

Y usted, joven. ¿Está listo para luchar en su propia Covadonga?

Noticias Breves

Un instituto católico arresta a un alumno que se negó a apoyar los baños para transexuales

Josh Alexander, de 16 años, fue suspendido y luego arrestado por negarse a aceptar la transexualidad en su escuela católica. Cuando Josh Alexander, de 16 años, fue a clase el 6 de febrero en el instituto católico St. Joseph de Ontario (Canadá), fue detenido.

“Acabo de ser detenido”, tuiteó Josh, “y acusado en mi instituto católico por asistir a clase después de haber sido excluido por indicar mi intención de adherirme a mis creencias religiosas”. Motivo: Negarse a aceptar los baños “transgénero” como normales.

En otras palabras, Josh no quería que los chicos usaran el baño de las chicas y viceversa o que usaran pronombres falsos.

Lo más chocante: Una escuela católica castiga a Josh por abrazar valores morales católicos. ¡Increíble! (23/02/2023). TFP Student Action

Holanda legaliza la eutanasia para niños en edad escolar primaria

El ministro de Sanidad, Ernst Kuipers, declaró que los niños de entre cinco y doce años podrán recibir inyecciones letales si «la interrupción de la vida es la única opción viable para poner fin al sufrimiento desesperado e insoportable del niño».

El país ya permite la eutanasia de recién nacidos gravemente enfermos en virtud del infame Protocolo de Groningen. Según NLTimes, Kuipers espera que la normativa entre en vigor este mismo año. También dijo que espera que hasta 10 niños en edad escolar mueran cada año por inyección letal. (22/04/2023). InfoVaticana

Coronación del Rey Carlos III

Carlos III ha sido coronado rey, en una histórica ceremonia celebrada este sábado en la Abadía de Westminster de Londres, Reino Unido.

El monarca, de 74 años, ascendió al trono como sucesor de su madre, la reina Isabel II, quien murió el 8 de septiembre de 2022. En la mañana del sábado miles de personas se acomodaron a lo largo de la ruta por la que desfiló el carruaje en el que iba el rey acompañado por la reina Camila.

La procesión partió del palacio de Buckingham en dirección a la Abadía de Westminster, donde se celebró la ceremonia de coronación. (06/03/2023). BBC Mundo.

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