Poemario Cpepa Bajo Cinca

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- JUGANDO A MARINEAR –

María Antonieta –Leonor Calvet Castañ Miró el niño la mar Y quiso ser marinero. En su pupila el azul En su manita un velero En su mente una fragata Navegando a mar abierto. El niño miró la mar Y quiso ser marinero. Dibujó en la arena islas Con dos ramas hizo un puerto Con la luz blanca e intensa Un espejismo inmenso. Jugando a marinear Seré del mar un naviero. Seré el mejor marinero Desde el golfo de Campeche Hasta la Tierra de Fuego. El niño miró la mar De madrugada un lucero Y de noche iluminado Como si fuera un espejo Llevaré enarbolada La bandera de los buenos Y será mi brazo armado Temido por bucaneros.

Implorad a vuestros dioses Piratas y hombres de mal Que voy a limpiar el mar Desde el Caribe al Egeo. El niño miró la mar Y quiso ser marinero. Y si de viejo me muero No quiero morir en tierra Si no en el fondo del mar Cautivo de una sirena. Enterradme con la sal Hombres de bien marineros Qué conmigo en alta mar Habéis sido compañeros. En noches de blanca plata Al mando de mi navío Haré del mar mi destino Y de mi barco fragata. Y con la brisa a estribor Y el cantar de una sirena Navegaré por los mares En busca de alguna estrella. Surcaré todos los mares El niño miró la mar Y el niño fue marinero.

Mamá, gracias por tu gratitud, por todo lo bueno, de preocuparte del cuándo, del cómo, del dónde y con quién salía. Yo y mi juventud. A veces contestándote con mala actitud hasta que tú y tus collejas me recordabas que, pa mala, tú. Mamá, lo siento por entender demasiado tarde que por más veloz que sea el amor a primera vista siempre quedará segundo si se enfrenta al amor de madre. Por enseñarme que padre no sólo es aquel que tiene un hijo, padres son todos aquellos a los que los sueños les quedan pequeños, a lo poco que duermen para cumplirlos y aparte. Lo siento por buscar lo extraordinario en otros planetas, por contestarte con mensajes cuando ya había encontrado vida en llamarte. Mamá, ahora, ahora el mundo se detiene cuando hablo mamá, porque tú te casaste con la felicidad y no firmaste la separación de bienes. Y ahora... jamás volverá a pasar por mi cabeza la idea de quitarme la vida, porque la felicidad me debe la mitad de todo lo que tiene. Mamá, tal vez yo solo sea un instante, como una de esas faltas de ortografía que en el Word 2016 se corrigen solas, o se borra. Mamá, tal vez yo sea eso. Pero yo te quiero recta, a doble espacio y en Times New Roman. Gracias.


Siéntate conmigo un momento

HE ANDADO MUCHOS CAMINOS Antonio Machado

para acordar una forma de amar en la que no seas mi esclava

He andado muchos caminos,

Nunca, si llegan a un sitio,

ni yo una pequeña posesión

he abierto muchas veredas,

preguntan adònde llegan.

en la lista de tus colonias

he navegado en cien mares

Cuando caminan, cabalgan

y atracado en cien riberas.

a lomos de mula vieja,

En todas partes he visto

y no conocen la prisa

caravanas de tristeza,

ni aun en los días de fiesta.

soberbios y melancólicos

Donde hay vino, beben vino;

borrachos de sombra negra,

donde no hay vino, agua

que no cesa, desde el siglo diecisiete, de reivindicar ante tus pechos la liberación.

A su madre Cesar Brandon Hola, esta carta debía haberla escrito hace dos años, así que por esta vez permitirme hablar en primera persona y os prometo que ya acabo. Mamá, me encanta escribir a ordenador, aunque detesto todo lo que trae el Word 2016 como predeterminado. Sonará extraño, pero es como si la existencia me hubiese concedido la habilidad de leer entre opciones de interlineado y la verdad es que detesto el cuerpo del Calibri, los once puntos y el 1,0 de espaciado. Mamá, me enseñaste que la vida se resumía en pedir disculpas, dar las gracias y decir por favor. Y también en guardar cada cinco minutos los archivos de Word, porque en cualquier momento podía producirse un apagón y nos quedábamos días sin luz.

fresca y pedantones al paño que miran, callan y piensan

Son buenas gentes que vi-

que saben, porque no beben

ven,

el vino de las tabernas.

laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos

Mala gente que camina y va apestando la tierra... Y en todas partes he visto

descansan bajo la tierra.


MENTIRAS Marcos Ferrero Blanco Vivimos desde el nacimiento rodeados de mentiras, por entretenimiento durante las infancias.

Nos mienten en las familias, nos mienten en las escuelas, nos mienten en las iglesias, generan el primer dolor de muelas.

Siéntate conmigo un momento para tornar la vista al mapa del amor que trazaste con la dureza de un conquistador mongol y el egoísmo de una mujer que ordena a un hombre: "Sé. Y será". Háblame con democracia; en mi país, los varones de la cábila practican el juego de la represión política,

Nos mienten las empresas, nos mienten los políticos, nos convierten en masas y auténticos borricos.

y no quiero que practiques conmigo

Volviendo al punto de inicio. Ahora un poco más viejos, haciendo lo menos propicio mentimos a nuestros hijos.

dónde está la frontera entre tus ojos

Mentimos a nuestras mujeres, mentimos a nuestros maridos, fingimos ser importantes, mentimos a nuestros amigos. Como auténticas actrices fingimos ser felices, y tan sólo así, nos mentimos

el juego de la represión sentimental. Siéntate para que veamos

y mi tristeza, dónde comienzan tus aguas territoriales y termina mi sangre.. Siéntate para acordar en qué parte de mi cuerpo se detendrán tus conquistas y a qué hora de la noche comenzarán tus algaradas.


Enséñame a dibujar en torno a tus pechos un círculo violeta

Eres hermosa como la luna llena Antonio Morenés Bertrán

e impedirlos volar. Enséñame una forma de retenerte, como el punto y aparte, enséñame una forma de caminar bajo la lluvia de tus ojos sin mojarme, oler tu cuerpo, perfumado con especias de la India, sin marearme, y despeñarme desde las elevadas cumbres de tus pechos sin estrellarme... Levanta la mano de mis pequeñas costumbres, de mis pequeñas cosas, de la pluma con la que escribo, de las hojas en las que hago garabatos, del llavero que porto, del café que sorbo y de las corbatas que poseo. Levanta la mano de mi escritura: no es lógico que escriba con tus dedos y respire con tus pulmones. No es lógico que me ría con tus labios ni que tú llores con mis ojos.

Eres hermosa como la luna llena. A veces, al verte, imagino noches en que tu imagen brilla clara en el negro firmamento; y yo, tumbado en el húmedo césped, sosegado, absorto, abstraído, te admiro. Y cuando sonríes desearía que por un instante se detuviera el tiempo para poder contemplarte tranquilo, con pausa, saboreándolo, bebiendo gota a gota, del cáliz de tu belleza. ,,Cuando vienes viene contigo un fresco olor a primavera que me envuelve y me abraza. Tanta luz tienes en los ojos, en tu sincera y franca mirada, que cuando pestañeas, por un instante fugaz y pasajero, se hace la oscura noche. Eres hermosa como la luna llena.


3º DOS CUERPOS Octavio Paz

¿Dónde me llevarás? Si todos los cafés conocen de memoria nuestra cara, todos los hoteles conocen de memoria nuestro nombre

Dos cuerpos frente a frente son a veces dos olas y la noche es océano. Dos cuerpos frente a frente son a veces dos piedras y la noche desierto. Dos cuerpos frente a frente son a veces raíces en la noche enlazadas.

y todas las aceras conocen de memoria la música de nuestros pasos. Estamos al descubierto como una terraza marina y nos observan como a dos peces dorados en una vasija de cristal. Nadie ha leído mis poemas sobre ti sin que conozca las fuentes de mi lenguaje, nadie ha viajado en mis libros sin que llegue sano y salvo al puerto de tus ojos.

Dos cuerpos frente a frente son a veces navajas y la noche relámpago. Dos cuerpos frente a frente son dos astros que caen en un cielo vacío.

No hay nadie a quien haya dado mi dirección que no se dirija hacia tus labios. Nadie abre mis cajones sin que te encuentre allí, dormida cual mariposa. Nadie ha desenterrado mis hojas sin que conozca la historia de tu vida. Enséñame una forma de encerrarte en la ta marbuta "1" e impedirte salir.


NIZAR QABBANI

Muñeca de trapo Raquel Bonilla

Nadie ha leído mi taza sin que sepa que eres mi amada,

De un sueño despertó

Sus ojos al sol miraban

nadie ha estudiado las rayas de mi mano

y su ilusión realizó.

de alegría lloraban,

Ya no era una muñeca

en su boca una sonrisa

ni tenía la gran peca.

mientras notaba la brisa.

Ya podía caminar

Su amigo era muy guapo

y sus manos agitar,

pero el era de trapo,

cuando abría la boquita

le dio un besito en la mano

salían ya palabritas.

y también fue un humano.

sin que descubra las cuatro letras de tu nombre. Todo se puede negar salvo el olor de la mujer amada, todo se puede disimular salvo los pasos de la mujer que se mueve dentro de nosotros, todo se puede discutir salvo tu feminidad. ¿Dónde ocultarte, amor mío?

Ella quería jugar

Si somos dos bosques que arden,

y en un papel dibujar,

y todas las cámaras de televisión están fijas en nosotros.

ya no era de cartón

¿Dónde esconderte, amor mío?

ni su piel era marrón.

Si todos los periodistas quieren convertirte en la estrella de las portadas, y a mí en un héroe griego y en un escándalo gráfico. ¿Dónde llevarte?


4º El amor después del amor Derek Walcott Un tiempo vendrá en el que, con gran alegría, te saludarás a ti mismo, al tú que llega a tu puerta, al que ves en tu espejo y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro, y dirá, siéntate aquí. Come. Seguirás amando al extraño que fuiste tú mismo. Ofrece vino. Ofrece pan. Devuelve tu amor a ti mismo, al extraño que te amó toda tu vida, a quien no has conocido para conocer a otro corazón que te conoce de memoria. Recoge las cartas del escritorio, las fotografías, las desesperadas líneas, despega tu imagen del espejo. Siéntate. Celebra tu vida.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una. ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera mi verso como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada. Converso con el hombre que siempre va conmigo —quien habla solo espera hablar a Dios un día—; mi soliloquio es plática con este buen amigo que me enseñò el secreto de la filantropía. Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansiòn que habitò, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. Y cuando llegue el día del último viaje y esté a partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar.


Retrato

A veces quiero preguntarte cosas…

Antonio Machado

Gloria Fuertes

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—; mas recibí la flecha que me asignò Cupido y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.

A veces quiero preguntarte cosas, y me intimidas tú con la mirada, y retorno al silencio contagiada del tímido perfume de tus rosas. A veces quise no soñar contigo, y cuanto más quería más soñaba, por tus versos que yo saboreaba,

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

tú el rico de poemas, yo el mendigo.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

del nombre esclavo de mi pensamiento.

Pero yo no adivino lo que invento, y nunca inventaré lo que adivino

Adivino que no soy tu contento, que a veces me recuerdas, imagino, y al oírtelo decir, mi voz no siento.


5º No necesito un hijo que me quiera Begoña Abad

No necesito un hijo que me quiera, ni que sea feliz, ni hermoso, ni que triunfe y me sonría, ni un hijo que me cuide, me proteja, me tutele.

»A la voz de ¡barco viene! es de ver cómo vira y se previene a todo trapo a escapar: que yo soy el rey del mar, y mi furia es de temer. »En las presas yo divido lo cogido por igual: »sólo quiero por riqueza la belleza sin rival. »Que es mi barco mi tesoro,

Necesito, simplemente, un hijo que me sobreviva y al que poder amar hasta el final. Si me faltara, ¿qué haría yo con tanto amor como me crece para él cada mañana?

que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria la mar. »¡Sentenciado estoy a muerte!; yo me río; no me abandone la suerte, y al mismo que me condena, colgaré de alguna entena quizá en su propio navío. »Y si caigo ¿qué es la vida? Por perdida ya la di, »cuando el yugo de un esclavo como un bravo sacudí.

»Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria la mar. »Son mi música mejor aquilones el estrépito y temblor de los cables sacudidos, del negro mar los bramidos y el rugir de mis cañones. »Y del trueno al son violento, y del viento al rebramar, »yo me duermo sosegado arrullado por el mar. »Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria la mar».


LA AMBICIÓN Antonio Montoya Cardoso

Canción del Pirata José de Espronceda Con diez cañones por banda,

»y han rendido

viento en popa a toda vela,

sus pendones

no corta el mar, sino vuela

cien naciones

un velero bergantín;

a mis pies.

Volar parecía sencillo. Solo el impulso necesario. Solo un batir de alas preciso. El sol es un contrincante tenaz,

bajel pirata que llaman,

»Que es mi barco mi tesoro,

por su bravura, el Temido,

que es mi dios la libertad,

en todo mar conocido

mi ley, la fuerza y el viento,

del uno al otro confín.

mi única patria la mar.

La luna en el mar riela,

»Allá muevan feroz guerra

en la lona gime el viento

ciegos reyes

y alza en blando movimiento

por un palmo más de tierra,

olas de plata y azul;

que yo tengo aquí por mío cuanto abarca el mar bravío,

y va el capitán pirata,

a quien nadie impuso leyes.

cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa,

»Y no hay playa

y allá a su frente Estambul;

sea cualquiera, ni bandera

—«Navega velero mío,

ni tormenta, ni bonanza, tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor. »Veinte presas hemos hecho a despecho, del inglés,

tan capaces como una noche sin luna ni estrellas. He recorrido palmo a palmo los planetas de tus ojos. Ahora habrá que salir al espacio en blanco aún sin escribir. Los caminos están en mi mente ya no necesito cárcel para huir, ni drogas para la tristeza.

de esplendor,

Tengo las armas apropiadas,

»que no sienta mi derecho y dé pecho a mi valor.

las manos, la sonrisa

»Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria la mar.

permanecen torcidos

sin temor, que ni enemigo navío,

pero tenemos nubes y tormentas

y la muerte. Los cuadros de las paredes igual que la sonrisa en mi boca. El amanecer acecha.


6º TAMBIÉN ESTAS LIRAS PARA TI LUIS GARCIA MONTERO ...en los vastos jardines sin aurora... LUIS CERNUDA Donde el amor habita, donde el tiempo camina detenido sobre tu piel y grita, borracho, consentido, mi corazón en el amor perdido. Donde el deseo espera, donde un beso parece un forajido y una ciudad cualquiera seduce a su latido mi corazón en el amor perdido. Donde tu cuerpo aguarda, donde se hace palabra mi gemido y lucha, mientras tarda en encontrar tu oido mi corazón en el amor perdido, allí tiendo mis venas, alli la soledad que hoy se ha dormido bajo las azucenas. Allí acudo vencido, allí mi corazón, aquí el olvido.

Sangre marchita Miguel Carmona Sentado en una tumba un fantasma pensaba ¿qué hago? Ya no tengo cuerpo, escultura de la vida. ¡No importa! puedo volar libre como un pajarillo, ángel de la más cruel naturaleza. Mis huesos descansan bajo un techo de roble gris


El legendario narrador Mihai Eminescu Niebla blanca, brillante plata de cumpleaños, ella los lleva sobre las aguas, él los estira en la llanura; Recojo flores en la silla de montar el pastel de painjen de corta, y sumergido en el abrigo de la noche los granos grandes de piedra cara. Cerca del lago, donde las nubes han tejido una fina sombra, estalló de movimiento de olas como bombillas Poniendo su caña por un lado, la niña está inclinada, las rosas se están poniendo rojas en una onda fascinante. Para ver una cara, observa cómo el agua corre hacia los círculos porque la magia de la palabra es una palabra de Miércoles Santo; Para que salgan, las rosas arrojan a los jóvenes, porque los hechizos son rosas. es una palabra de Viernes Santo. Ella mira ... Ella es rubia, su cara se atasca en la luna, y en sus ojos azules Todos los cuentos de hadas.

DUELE Lorenzo Arabi Medir el miedo cuando es infinito encerrado en la cárcel del dolor da al rojo sangre, a la oscuridad tiempo y a la boca silencio. El grito no vale para amainar los dientes desgarrando la médula, y tampoco callar, nada apaga el fuego que recuerda a la vida al vientre y al sollozo, todo es gasolina temblor y mentira, orín impertinente tabla que asoma desde el barro, vejez joven cuerpo que asoma desde el barro, viva muerte. Y mientras, ando, golpeo, y descifro mi propio silencio, mi propio andar hacia allí, al fondo.


7º ALBA Mi corazón oprimido siente junto a la alborada el dolor de sus amores y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva semillero de nostalgias y la tristeza sin ojos de la médula del alma. La gran tumba de la noche su negro velo levanta para ocultar con el día la inmensa cumbre estrellada. ¡Qué haré yo sobre estos campos cogiendo nidos y ramas, rodeado de la aurora y llena de noche el alma! ¡Qué haré si tienes tus ojos muertos a las luces claras y no ha de sentir mi carne el calor de tus miradas! ¿Por qué te perdí por siempre en aquella tarde clara? Hoy mi pecho está reseco como una estrella apagada.

SONATINA RUBEN DARÍO La princesa está triste.. Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro; está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y vestido de rojo piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? ¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar; ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de Mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte; los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de marmol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste; la princesa está pálida.) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (la princesa está pálida; la princesa está triste), más brillante que el alba, más hermoso que Abril! "Calla, calla, princesa" -dice el hada madrina-, "en caballo con alas hacia aquí se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con su beso de amor..."


Barrio de los marineros José María Pemán ¡Barrio de los marineros en donde estaba mi amor! Al fondo de cada calle/ un mar de rosa y de sol. Haciendo redes, cantaban/ cinco muchachas en flor, cinco marineritos/ coreaban la canción. A la blanca niña aquélla

La noche es Blanca Uriarte La noche oscura ha caído sobre mi cansada almohada, regalándome silencios para el descanso del alma.

—¡ay qué dolor, qué dolor!—

Otras noches,

un marinero genovés!

lobos huraños,

se la llevó…! Se iba la canción doliente sobre la brisa hacia los mástiles ensangrentados de poniente y de ilusión. Y yo pasaba soñando

se apresuran prestos sobre la misma almohada, para aullar con rabia, letanías bravas de desconsuelos lentos.

—barrio de los marineros

La noche es muy corta

en donde estaba mi amor—

cuando el alma canta,

soñando por esas calles,

pero demasiado larga,

hacia el mar de rosa y sol”.

para entretener fantasmas que arrastran,


La princesa está enojada DIEGO DEL CID La princesa está enojada porque yo no pude ser su caballero andante ni su enemigo más fiel. No le pregunté su nombre ni me quiso responder no entendí por qué a la noche echaba en llanto a romper. ¿Mujer por qué te enfadas? tengo derecho a saber no te entregaré la luna tal vez, pañuelos de papel. No soy un héroe no soy un monstruo no seré el otro no seré él. ―Se encontraron los amantes‖ Y precipitadamente salí de su cuarto por la ventana. No sabía que vivía tan alto, aun así no me quedó otra que bajar por la cornisa.

Pájaros adormecidos Mihai Eminescu Pájaros adormecidos en el nido reunir, ocultan las ramitas Buenas noches! Sólo surge gimiendo, mientras madera negras silenciosas; sueño y flores en el jardín dormid bien! Cisne en el agua pasa a las banderas dormir deje que sus ángeles estrecha, dulce sueño! Durante la noche espectáculo permaneció meses orgullosos sueño y la armonía de todo buenas noches!


Sobre la libertad Benediktas Januševičius La libertad no existe, – afirman los optimistas devolved la libertad, – demandan los escépticos hoy no es fácil hablar sobre la libertad, parece que la libertad es como un cometa, preparado para un viaje largo o un río que serpentea por el lado, la libertad es como una piedra lanzada a la frente de un amigo, la libertad para saber que nadie va a ser responsable de las consecuencias, que él mismo es culpable de todo, porque estuvo fuera de lugar, se despertó en mala hora y se levantó, pensó lo que no se debía, miró de mala manera, quizá a su alma le faltaron vacunas, la libertad es un árbol talado, todavía un poco vivo, cuando se vaya, podría ser útil, la libertad es una fiera herida de muerte, dentro de poco los buitres clavarán en ella sus garras, esta palabra, que era tan dulce hace mucho, hoy se ha hizo amarga, se gastó, se volvió vagabunda, a menudo se parlotea sobre la conveniencia de la esclavitud, muchos dicen: al carajo con tal libertad, nosotros solo queremos vivir tranquilos /iba a sustituir la palabra ¨carajo¨ por otra pero se me ha olvidado/ la libertad ahora es tan transparente que es casi imposible notarla, el pajarito echado del nido tiene el derecho de revolverse, libre es el tiempo, no puede parar, la libertad de mentir por alguna razón se llama justicia, eso será libertad, pregunto, y no tengo nada que responder, porque hoy es difícil hablar sobre la libertad, todo lo que diré puede ser usado, puede ser llevado y reciclado, ¨soy libre¨ son solo dos palabras de mi idioma, estas palabras ya no tienen sentido, demasiadas personas se preocupan por mi libertad, la observan, la palpan y la pesan, constatan, describen, formulan y especifican, imprimen y sellan y dejan que se asfixie ¿seré libre? – me pregunto ¿podría ser libre? – dudo ¿estoy detenido? – todavía no

La pretenciosa engañada ESMERALDA CARROZA GARCIA De paseo por la plaza, hervidero de rumores, se cuenta que anda de caza mi vecina, la Dolores, explotando bien su baza de encandilar a señores. De caderas generosa y de pechos pechugones, se contonea rumbosa entre todos los mirones, compitiendo con la rosa del mejor de los balcones. —El que quiera ser mi esposo —señala ella muy risueña—, tendrá que ser generoso, dejarme partir la leña, además de ser mimoso y respetar a su dueña. Un zagal allí promete convertirla en su señora, —no sabe dónde se mete—, la desea sin demora y la boda se acomete, pues el hombre no se azora. Pasa un año de casada, pero el zagal la ha mentido, pues no es ni ama, ni es amada por aquel que es su marido, quien, después de bien probada, olvidó lo prometido.


La lucha Ignacio Monfort González Humedad, que agarrotas mis días. Lluvia, ¿acaso tratas de ahogar mis alegrías? Semblante de eterna sonrisa. Pues si no hay Sol, tú eres Lorenzo entre sombría. No pararé de abanderar esta causa tan justa. Que es la de ensalzar la vida enarbolando ilusiones al son del brindis que con vosotros, padres, amigos; y tú, la que de ilusiones contagia mis días.

Parejas Gloria Fuertes Cada abeja con su pareja. Cada pato con su pata. Cada loco con su tema. Cada tomo con su tapa. Cada tipo con su tipa. Cada pito con su flauta. Cada foco con su foca. Cada plato con su taza. Cada río con su ría. Cada gato con su gata. Cada lluvia con su nube. Cada nube con su agua. Cada niño con su niña. Cada piñón con su piña. Cada noche con su alba.

Quiero Jorge Bucay Quiero que me oigas, sin juzgarme. Quiero que opines, sin aconsejarme. Quiero que confíes en mi, sin exigirme. Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi. Quiero que me cuides, sin anularme. Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi. Quiero que me abraces, sin asfixiarme. Quiero que me animes, sin empujarme. Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi. Quiero que me protejas, sin mentiras. Quiero que te acerques, sin invadirme. Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten, que las aceptes y no pretendas cambiarlas. Quiero que sepas, que hoy, hoy podéis contar conmigo. Sin condiciones.


N o t e r ind as Mar io B en ed ett i No te rindas, aún estás a tiempo De alcanzar y comenzar de nuevo, Aceptar tus sombras, Enterrar tus miedos, Liberar el lastre, Retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso, Continuar el viaje, Perseguir tus sueños, Destrabar el tiempo, Correr los escombros, Y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda, Y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma Aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo Porque lo has querido y porque te quiero Porque existe el vino y el amor, es cierto. Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, Quitar los cerrojos, Abandonar las murallas que te protegieron, Vivir la vida y aceptar el reto, Recuperar la risa, Ensayar un canto, Bajar la guardia y extender las manos Desplegar las alas E intentar de nuevo, Celebrar la vida y retomar los cielos. No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se ponga y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma, Aún hay vida en tus sueños. Porque cada día es un comienzo nuevo, Porque esta es la hora y el mejor momento. Porque no estás solo, porque yo te quiero.

MEREZCO Magdalena S Blesa Merezco un abrazo conforme amanezca. Y si cerrara la noche por siempre, merezco un abrazo con todas las fuerzas. Merezco la risa más amplia del mundo, estrenar la vida cada vez que llegas. Merezco el <<te quiero>> más noble que encuentres escrito en colores de pronto en mi puerta, y un beso infinito, y un cuento bonito para que me duerma. Merezco tus manos trenzando las mías. Merezco que lleguen a un sitio mis días, merezco que el mundo detenga su guerra. Levanten su copa, inventen un brindis por mi, que merezco que el mundo me quiera.


MADRIGAL FRANCISCO GOMEZ DE QUEVEDO Está la ave en el aire con sosiego, en la agua el pez, la salamandra en fuego, y el hombre, en cuyo ser todo se encierra, está en sola la tierra. Yo sólo, que nací para tormentos, estoy en todos estos elementos: la boca tengo en aire suspirando, el cuerpo en tierra está peregrinando, los ojos tengo en llanto noche y día, y en fuego el corazón y la alma mí

AMISTAD Carlos Castro Saavedra Amistad es lo mismo que una mano que en otra mano apoya su fatiga y siente que el cansancio se mitiga y el camino se vuelve más humano. El amigo sincero es el hermano claro y elemental como la espiga, como el pan, como el sol, como la hormiga que confunde la miel con el verano. Grande riqueza, dulce compañía es la del ser que llega con el día y aclara nuestras noches interiores. Fuente de convivencia, de ternura,


Poema Nº5 Veinte poemas de amor y una canción desesperada Pablo Neruda Para que tú me oigas mis palabras se adelgazan a veces como las huellas de las gaviotas en las playas. Collar, cascabel ebrio para tus manos suaves como las uvas. Y las miro lejanas mis palabras. Más que mías son tuyas. Van trepando en mi viejo dolor como las yedras. Ellas trepan así por las paredes húmedas. Eres tú la culpable de este juego sangriento. Ellas están huyendo de mi guarida oscura. Todo lo llenas tú, todo lo llenas. Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. Ahora quiero que digan lo que quiero decirte para que tú las oigas como quiero que me oigas. El viento de la angustia aún las suele arrastrar. Huracanes de sueños aún a veces las tumban. Escuchas otras voces en mi voz dolorida. Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme. Sígueme, compañera, en esa ola de angustia. Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras. Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. Voy haciendo de todas un collar infinito para tus blancas manos, suaves como las uvas.

Orillas del Suero ANTONIO MACHADO Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario. Girando en torno a la torre y al caserón solitario; ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno, de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno. Es una tibia mañana. El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana. Pasados los verdes pinos, casi azules, primavera se ve brotar en los finos chopos de la carretera y del río. El Suero corre, terso y mudo, mansamente. El campo parece, más que joven, adolescente. Entre las hierbas, alguna humilde flor ha nacido, azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido, y mística primavera! ¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera, espuma de la montaña ante la azul lejanía; sol del día, claro día! ¡Hermosa tierra de España!


La plaza tiene una torre Antonio Machado La plaza tiene una torre, la torre tiene un balcón, el balcón tiene una dama, la dama una blanca flor. ha pasado un caballero -¡ quién sabe por qué pasó !-, y se ha llevado la plaza, con su torre y su balcón, con su balcón y su dama su dama y su blanca flor. Para tu ventana un ramo de rosas me dio la mañana. Por un laberinto, de calle en calleja, buscando, he corrido, tu casa y tu reja. Y en un laberinto me encuentro perdido En esta mañana de mayo florido.

Reloj de agua CARMEN HERNÁNDEZ MONTALBÁN Las olas lamen la arena con sus lenguas de espuma, su sonido acompasado se quiebra con el graznido cristalino de una gaviota. Hoy el mar se siente gris bajo el cielo de noviembre, los barcos, carcasas jurásicas, astillados, salitrosos, yacen junto a la orilla, despojos de una hecatombe. El mar, espejo del tiempo, guarda en su interior los siglos donde todo se diluye. Él es un reloj de agua con una única aguja, la gravedad de la esfera, la que nunca se detiene.


Insomnio Pedro Paricio Damian

ORILLAS DEL DUERO Antonio Machado Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario. Girando en torno a la torre y al caserón solitario; ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno, de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno. Es una tibia mañana. El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana. Pasados los verdes pinos, casi azules, primavera se ve brotar en los finos chopos de la carretera y del río. El Duero corre, terso y mudo, mansamente. El campo parece, más que joven, adolescente.

Cuántas veces hablo de lo mismo sin sentirlo, cuántas veces siento, y por gilipollas no lo digo, cuántas veces te he visto esperando a que llegue ese corazón que se sacrifique por el tuyo, cuántas veces te dije que eras mi principio y ahora entiendes que siempre serás mi prólogo. Cuántas veces me dijiste que no pero yo insistí,

Entre las hierbas, alguna humilde flor ha nacido, azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido, y mística primavera! ¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera, espuma de la montaña ante la azul lejanía; sol del día, claro día! ¡Hermosa tierra de España!

cuántas veces me pusiste como excusa que lo nuestro era difícil, cuántas veces no dormí por ti. Cada noche haces acto de presencia en mi habitación en forma de insomnio, cada noche sueño despierto contigo a mi lado. Pero me faltan tus labios.


Estudio Pablo Mora Guillem Lejos de la realidad, privado de libertad entre cuatro paredes preso y estudiando en exceso. Pasan mil días semejantes, tu espacio se hace más pequeño, acabarás perdiendo el sueño en pesadillas delirantes. Si tu camisa es gris tu vida lo será más, pero algún día, Cadete, Oficial de España serás.

Tu mano recoge Ana María Navales Tu mano recoge de mi piel el tiempo, incansable borra todo viejo amor y regresa de la caricia como una alondra que se debate en lo oscuro sin encontrar la luz de la mañana Después, serena mi cabello en algún odio enmarañado y llama a esa niña que enciende sus ojos con tu boca y reza silencios cuando los labios se acercan a tu nombre.

Marina Blanca Andreu Te he visto, océano te he galopado a lomos de un violín de madera pulida de un potro alabeado del color del cerezo y eras, océano un prado de hierba azul en movimiento.

Como si fueras el propio olvido te he visitado océano emperador de las aguas espejo profundo del cielo y he visto en tus eternas barbas de espuma cereales azules y flores del silencio.


LA NIÑA DE LA ARENA RAMON DE ALMAGRO Niña que en la arena te encontré llorando, con un llanto blando, tu primer amor, orgullo de niña que se hallaba herido, tal vez un motivo, que nunca existió. Por algo que él dijo o no sé que cosa tu boca de rosa se te marchitó. y aquellos pucheros, los que se habían ido, vuelven del olvido a llorar tu amor. De un mundo de mimos salís a la vida, y aquí, no hay quien cuida de algún moretón, ya viene la noche niña de la arena recoge tu pena, mañana... mañana habrá sol.

Nº 18 Najim Mouhsin Me atraviesas la cabeza como una bala, dejándome un zumbido en el oído. ¿A qué lugar podría huir de ti si has asediado mi interior? Has extendido todo tu control, mientras tus soldados disparan cantando victoria. Tus manifiestos se suceden, prohibiendo la circulación en tu jardín real del amor y declarando la ley marcial para quien se vea tentado a contravenir la seguridad y jugar con tus rosas sagradas. ¿Quién será capaz de soportar tus ojos? Una mirada tuya es una verdadera derrota para un ejército numeroso y yo firmo la declaración de mi última rendición. Te ruego que dispares el tiro de gracia pues sigo asediado por los recuerdos.


Reloj de agua CARMEN HERNANDEZ MONTALBAN Las olas lamen la arena con sus lenguas de espuma, su sonido acompasado se quiebra con el graznido cristalino de una gaviota. Hoy el mar se siente gris bajo el cielo de noviembre, los barcos, carcasas jurásicas, astillados, salitrosos, yacen junto a la orilla, despojos de una hecatombe. El mar, espejo del tiempo, guarda en su interior los siglos donde todo se diluye. Él es un reloj de agua con una única aguja, la gravedad de la esfera, la que nunca se detiene.

Escribo sin modelo… Gloria Fuertes Escribo sin modelo a lo que salga, escribo de memoria de repente, escribo sobre mí, sobre la gente, como un trágico juego sin cartas solitario, barajo los colores, los amores, las urbanas personas las violentas palabras y en vez de echarme al odio o a la calle, escribo a lo que salga


LO RECONOZCO Elvira Sastre Debo reconocer que quizás no estés en el sitio justo que mereces: ese que nunca desocupo. Debo reconocer que quizás no te necesite de esa manera tan violenta de los animales que jadean miseria, aunque yo sea uno de ellos. Que quizá esto sea otra cosa más tranquila propia de aquellos a los que les cansa más una sonrisa que la propia vida, aunque yo sea uno de ellos. Debo reconocer que no le pongo ni puertas ni ruidos ni alas a este amor que a veces nos espera tras la puerta y otras se lanza con violencia sobre nuestros cuerpos desnudos. Debo reconocer que no tengo miedo: sólo heridas.

PARA JOSÉ ANTONIO LABORDETA Milagros Martín Carreras La noche iluminada por notas musicales, reflejos que abrillantan sonidos de tu voz. Se han colgado corcheas que lucen las estrellas con rayos que descienden e inundan de canción. Y llorarán por tí las aguas de los ríos. Recordarán las cumbres el eco de tu voz. Los árboles anidan fermentos de tu aliento y el Pueblo llano y noble solloza con tu adiós.


Veinte poemas de amor y una canción desesperada Pablo Neruda Para que tú me oigas mis palabras se adelgazan a veces como las huellas de las gaviotas en las playas. Collar, cascabel ebrio para tus manos suaves como las uvas. Y las miro lejanas mis palabras. Más que mías son tuyas. Van trepando en mi viejo dolor como las yedras. Ellas trepan así por las paredes húmedas. Eres tú la culpable de este juego sangriento. Ellas están huyendo de mi guarida oscura. Todo lo llenas tú, todo lo llenas. Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. Ahora quiero que digan lo que quiero decirte para que tú las oigas como quiero que me oigas. El viento de la angustia aún las suele arrastrar. Huracanes de sueños aún a veces las tumban. Escuchas otras voces en mi voz dolorida. Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme. Sígueme, compañera, en esa ola de angustia. Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras. Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. Voy haciendo de todas un collar infinito para tus blancas manos, suaves como las uvas.

El bar de siempre Luis García Montero Ocurre pocas veces, apenas en la noche del eco tormentoso o en el amanecer de luz dañada como en la oscuridad y más nocturna. El humo de mis huellas se apodera del tiempo, de mi tiempo envuelve las arañas melancólicas de los ojos cansados, sube por las paredes de un sueño mal vivido, y se llena de voces, de sillas descoladas y melodías sucias igual que ceniceros, igual que un pasadizo a medio consumir, hasta que mi conciencia consigue recordarme un invierno de nubes primitivas, como si fuera el bar de siempre. Por detrás de la barra, los camareros juegan a las sombras. De todos los lugares del pasado la memoria prefiere, en ese amanecer o en esa noche, el rincón donde viven los antiguos, inútiles futuros, y me levanto de la mesa de los buenos amigos para abrazarme a lo que ya no existe, para darle la mano a los remordimientos, para cruzar por las conversaciones donde se habla de mí, de la parte más negra del infierno que soy, de las mentiras de mi nombre, de mi violencia y mis asesinatos.

Cuando llego a la barra, después de haber surgido del recuerdo como puede surgir una serpiente por la historia vacía de su piel, alguien cambia de música, una canción de amor, y la mujer que sabe de la niebla me descubre las turbias hazañas de mi vida, sin esfuerzo ninguno para ser convincente. Pero no le hace falta. Igual que a los demás, ha venido a creérmela, y le digo que sí, que estaba yo también en el lugar del crimen, de mi crimen, justo detrás de ella. Pude ver con mis ojos las heridas firmadas por mi mano. Ocurre pocas veces. Son ojos más nocturnos que la noche. La verdad es que suelo abrir las ventanas para que corra el aire, y persigo la luz, cuando ella puede tener de hospitalario, y más que mis certezas valoro un contrapunto de nostalgia, esa debilidad del corazón que confía en nosotros. Una rosa debajo de la almohada.


LLUVIA DE OTOÑO Juan Ramón Jiménez (Llueve, llueve dulcemente...) ... El agua lava la yedra; rompe el agua verdinegra; el agua lava la piedra... Y en mi corazón ardiente, llueve, llueve dulcemente Esté el horizonte triste; ¿el paisaje ya no existe?; un dia rosa persiste en el pálido poniente... Llueve, llueve dulcemente. Mi frente cae en mi mano ¡Ni una mujer, ni un hermano! ¡Mi juventud pasa en vano! -- Mi mano deja mi frente... -¡Llueve, llueve dulcemente! ¡Tarde, llueve; tarde, llora; que, aunque hubiera un sol de aurora no llegará mi hora luminosa y floreciente! ¡Llueve, llora dulcemente!

Dulce et Decorum Est Wilfred Owen Doblados a la mitad, como viejos vagabundos bajo harapos, Las rodillas juntas, tosiendo como ancianas, nos arrastramos maldiciendo por el fango Hasta que al llegar a los tormentosos destellos de las bengalas nos volteamos Y empezamos a remolcar nuestros cuerpos hacia el distante descanso. Marchábamos dormidos. Muchos habían perdido sus botas cojeaban sobre sus restos sangrientos. Todos a medio paso; todos ciegos; Embriagados de fatiga; sordos hasta a las vivas De las decepcionadas bombas que caían a nuestras espaldas. ¡Gas! ¡GAS! ¡Rápido muchachos! – Un éxtasis de ajetreo, Ajustándose torpemente los cascos justo a tiempo Pero alguien seguía gritando todavía y se tambaleaba Naufragando como un hombre en llamas o a carne viva – Tenuemente, a través de la máscara empañada y la espesa niebla verdosa, Como en un mar verde, lo vi ahogándose. En todas mis pesadillas, ante mi vista impotente, Se abalanza hacia mí, sus pulmones como brasas, sus pulmones como alcantarillas, luchando por respirar. Si en algún asfixiante sueño tú también pudieras marchar Tras la carretilla en la que lo arrojamos, Y pudieras ver sus blancos ojos tiritando, Su rostro colgando como un demonio vomitando pecados, Si pudieras oír, a cada sacudida, la sangre Regurgitando desde sus pulmones calcinados, Obscena como el cáncer, amarga como el sabor De la bilis, incurables llagas en inocentes gargantas Amigo mío, no serías capaz de decir con tanto fervor A los niños sedientos de desesperada gloria Esa vieja Mentira: Dulce et decorum est [Dulce y decoroso es Pro patria mori [morir por la patria].


A mi hija

Sola RAFAEL ALBERTI

José Zorrilla Por cima de la montaña que nos sirve de frontera, te envía un alma sincera un beso y una canción; tómalos; que desde España han de ir a dar, vida mía, en tu alma mi poesía, mi beso en tu corazón. Tu padre, tras la montaña que para ambos no es frontera, lleva la amistad sincera del autor de esta canción. Recibe, pues, desde España beso y cantar, vida mía, en tu alma la poesía y el beso en el corazón. Si un día de esa montaña paso o pasas la frontera, verás el alma sincera de quien te hace esta canción, que la hidalguía de España es quien sabe, vida mía, dar al alma poesía y besos al corazón.

La que ayer fue mi querida va sola entre los cantuesos. Tras ella, una mariposa y un saltamonte guerrero.

Tres veredas: Mi querida, la del centro. La mariposa, la izquierda. Y el saltamonte guerrero, saltando, por la derecha.

Anoche cuando dormía Antonio Machado Ruiz Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di, ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hasta mí, manantial de nueva vida de donde nunca bebí? Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una colmena tenía dentro de mi corazón; y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que un ardiente sol lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar. Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón.


Estancias 22 Javier Sologuren Cuerpo a cuerpo, Hombre y Mujer, se irán quemando en el fuego blanco del amor. Mano a mano levantarán el árbol de la vida, y su aire y sus pájaros. Hombre y Mujer, descubrirán que el mundo es compañía y un mismo sol calentará sus huesos, y un mismo anhelo los mantendrá despiertos.

CRECE EN LA PLAZA EN SOMBRA Antonio Machado Crece en la plaza en sombra el musgo, y en la piedra vieja y santa de la iglesia. En el atrio hay un mendigo... Más vieja que la iglesia tiene el alma. Sube muy lento, en las mañanas frías, por la marmórea grada, hasta un rincón de piedra... Allí aparece su mano seca entre la rota capa. Con las órbitas huecas de sus ojos ha visto cómo pasan las blancas sombras en los claros días, las blancas sombras de las horas santas.


COMO SE DIBUJA A UN NIÑO GLORIA FUERTES Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño. Pintarle mucho flequillo, -que esté comiendo un barquillo; muchas pecas en la cara que se note que es un pillo; - pillo rima con flequillo y quiere decir travieso -. Continuemos el dibujo: redonda cara de queso. Como es un niño de moda, bebe jarabe con soda. Lleva pantalón vaquero con un hermoso agujero; camiseta americana y una gorrita de pana. Las botas de futbolista - porque chutando es artista -. Se ríe continuamente, porque es muy inteligente. Debajo del brazo un cuento por eso está tan contento. Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño.

CRUZ, DESCANSO SABROSO… Santa Teresa de Jesús Cruz, descanso sabroso de mi vida vos seáis la bienvenida. Oh bandera, en cuyo amparo el más flaco será fuerte, oh vida de nuestra muerte, qué bien la has resucitado; al león has amansado, Pues por ti perdió la vida: vos seáis la bienvenida. Quien no os ama está cautivo y ajeno de libertad; quien a vos quiere allegar no tendrá en nada desvío. Oh dichoso poderío, donde el mal no halla cabida, vos seáis la bienvenida. Vos fuisteis la libertad de nuestro gran cautiverio; por vos se reparó mi mal con tan costoso remedio; para con Dios fuiste medio de alegría conseguida: vos seáis la bienvenida.


Volverán las oscuras golondrinas RIMA LIII Gustavo Adolfo Bécquer Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán. Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres... ¡esas... no volverán!. Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde aún más hermosas sus flores se abrirán. Pero aquellas, cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día... ¡esas... no volverán! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará. Pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido...; desengáñate, ¡así... no te querrán!

Poema Nº 15 Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Pablo Neruda "Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me calle con el silencio tuyo. Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto."


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