ESTE ÁLBUM ILUSTRADO HA SIDO ESCRITO E ILUSTRADO POR…
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CRIE, Viérnoles 2013.
Soy el pingüino más guapo del mundo. Soy muy alto y tengo los ojos azules. Me gusta el fútbol y soy muy bueno jugando de portero . Soy muy elegante por eso llevo siempre corbata y un gorro rojo de lana. Dicen que soy muy alegre, hago reír a todas las pingüinas de todos los lugares del Polo cuando cuento mis chistes de Jaimito y… ¡nunca me enfado!
El pingüino vive en la punta de un iceberg con vistas al océano. Su casa es muy apacible, con una chimenea y un sofá donde todas las tardes se sienta a observar como juegan las nutrias. El salón tiene una puerta que da a un jardín con flores de mil colores. Lo que más le gusta hacer al pingüino en su casa es tirarse cuesta abajo por el iceberg con su trineo azul y verde.
Un día el pingüino se encontró con una pingüina que era alta, blanca y negra. Tenía los ojos azules, con una mancha negra alrededor de los ojos. Llevaba puesta una bufanda roja y negra, y una pulsera de color amarillo. La gustaba pasear por el polo y nadar, ha ganado un concurso de natación. Comía pescado, la gustaban mucho las sardinas. ¡Era muy guapa y simpática! Al verla sintió que era la mejor pingüina de todas las que hay en el mundo. Pero el pingüino tenía un problema… ¡No sabía escribir! No podía escribir la carta para entregársela a la pingüina que era una dama.
Enseguida llegó el lobo del Polo Norte dispuesto a escribirle una carta a la pingüina. “Hola querida pingüina: ¿Quieres venir conmigo a comer focas en un restaurante? Además puedes pedirlas rellenas de jamón. Un saludo, pingüino.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: -NO, NO y NO. ¿Pero cómo voy a invitarla a comer focas? ¡ Es asqueroso!
Al día siguiente le fue a visitar un pollito que inmediatamente se puso a escribir la carta con una pluma de gaviota. “Preciosa pingüina: Te invito a mi casa a tomar un huevo frito. Después iremos a correr por el gallinero. Te espero. Saludos, pingüino”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: -Nooooo, no, lo romperé y tu casa destrozaré.
Por la tarde se encontró con un esquimal que con mucho esfuerzo escribió una carta con un lápiz fabricado en Colombia. “Querida pingüina: Quisiera conocerte e ir contigo a cazar ballenas en canoa. Saludos pingüino.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: No, a los pingüinos no nos gustan las ballenas. A nosotros nos gusta nadar mucho.
A la mañana siguiente se encontró con un oso panda que en un momento le escribió la carta en un papel hecho de estrellitas de hielo. “Querida pingüina: ¿Te gustaría comer bambú? ¡Te gustará seguro!. Es tan divertido como trepar árboles. ¡Por favor, ven! Adiós, Pingüino.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo. - ¡NOOOOO! Gritó el pingüino. Nosotros, los pingüinos, no hacemos esas cosas.
El pingüino, triste y desolado, pensaba: si yo pudiese escribir la invitaría al iceberg más bonito del Polo Norte, a los spas más caros que haya en el mundo y la invitaría a ver un partido de fútbol en el estadio del Barcelona. ¡Lo pasaríamos genial!
La pingüina, que estaba escondida detrás de un iceberg, escuchó muy emocionada al pingüino. Y le dijo: -No pasa nada pingüino. Yo te quiero tal y como eres. ¿Por qué no me has dicho que no sabías escribir? A mi me gustaría que me invitases al iceberg más alto del Polo, a dar una vuelta por una calle de Londres o que me invites a cenar los pescados más exquisitos en París. Al final, en pingüino y la pingüina se hicieron novios y se fueron de viaje al Caribe.
ESTE ÁLBUM ILUSTRADO ES UNA ADAPTACIÓN DEL LIBRO “EL LEÓN QUE NO SABÍA ESCRIBIR”, ESCRITO E ILUSTRADO POR MARTIN BALTSCHEIT. EDITORIAL LÓGUEZ EDICIONES.