ESTE LIBRO HA SIDO ESCRITO E ILUSTRADO POR…
Hugo Higuera Valeria Iglesias Bruno del Olmo Mario Cuadrado Sebastián Alonso Marisa Renata Marina Fernández Mario Scafa Jaime Andrés Lucas Ruiz
CRIE, Viérnoles 2019.
Soy el pingüino Fisher, tengo un pico puntiagudo, largo y naranja. Tengo toda la parte de delante blanca y la parte de detrás negra. No tengo cejas ni pestañas. Tengo los ojos azules. Tengo un carácter muy curioso, porque me gusta el arte y la música.
El pingüino vive en New York, en un rascacielos alto de ocho pisos. Vive en el cuarto piso. Su casa es fría y húmeda. Su casa está hecha de hielo. El sofá, las alfombras, la cama y todo es de hielo ☺.
Un día el pingüino se encontró con una pingüina muy guapa que se llamaba María. Tenía unos ojos de color marrón y era muy alta. Lo que más le gustaba era su plumaje negro y su pico amarillo. La conoció en New York, en un bar muy grande, cerca de la Estatua de la Libertad, cuando la vio se le aceleró el corazón y se le saltaron los ojos de amor. Pero el pingüino no sabía escribir…
Enseguida llegó el pulpo dispuesto a ayudar al pingüino y escribió una carta a la pingüina.
“Querida pingüina: Me gustaría invitarte a cenar verduras en tinta, en mi casa, que está en el fondo del mar. Será muy divertido. Un saludo, el pingüno.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo:
-¡No me gusta esta carta!
Al día siguiente le fue a visitar un petirrojo, que inmediatamente se puso a escribir la carta con una pluma de su ala.
“Querida pingüina: Te invito a emigrar conmigo a África y allí comeremos gusanos. ¡ Exquisitos! Tu amigo, el pingüino.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: -¡ Nooooooooo, es horrible, yo nunca diría eso!
Por la tarde se encontró con un taxista que, con mucho esfuerzo, escribió una carta con un lápiz de madera.
“Querida pingüina: ¿Quieres comer pingüino asado y sentarte conmigo a tomar el sol? Con cariño, el pingüino.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: -¡¡¡ No, yo no escribiría algo así!!!
A la mañana siguiente se encontró con un gato volador, que en un momento le escribió la carta en un papel de seda.
“Querida pingüina: Me gustaría conocerte para hacernos amigos y maullar juntos. Saludos, pingüino.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo. - No, yo no diría eso.
A la mañana siguiente se encontró con un millonario, que le escribió la carta con una pluma de oro. “Querida pingüina : Te invito a dar una vuelta en mi Ferrari. Y luego podemos ir a cenar al restaurante más caro de la ciudad. Hay excremento de vaca con ketchup y mayonesa. Saludos, pingüino”.
Pero al pingüino no le gustó y dijo: - Noooooooooooo, eso nooooo.
El pingüino, triste y desolado, pensaba… si yo pudiera escribir le diría: -¿Quieres comer un helado de chocolate y nata, ir al cine a ver “Súper López”, ver las estrellas o la Estatua de la Libertad?
La pingüina escuchó muy emocionada al pingüino y le dijo: -Gracias pingüino por esas palabras tan bonitas y elegantes, pero a mí lo que me gustaría es hacer un picnic y pasar el rato en la montaña, viendo la puesta de sol. Y para terminar el día, podemos ir a cenar a un restaurante y después a pasear por los campos.
Fueron muy felices juntos.
ESTE LIBRO ES UNA ADAPTACIÓN DEL ÁLBUM ILUSTRADO “EL LEÓN QUE NO SABÍA ESCRIBIR”, ESCRITO E ILUSTRADO POR MARTIN BALTSCHEIT. EDITORIAL LÓGUEZ EDICIONES.