ESTE ÁLBUM ILUSTRADO HA SIDO ESCRITO E ILUSTRADO POR…
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Laro Vila Alba Riestra Paula Torre Rodrigo Castañeda Jorge Ortega Ádam Vargas Francisco Sañudo Ángela Gutiérrez Isaac Aja Gabriel Bengochea
CRIE, Viérnoles 2015.
Soy Flipi Pool, soy un poco rechoncho. Tengo un pico largo de color rojo, un plumaje negro y blancas aletas cortas. Mis patas son cortas y me gusta nadar. Soy amable e impaciente. Me gusta mucho comer peces y tambiĂŠn pescarlos. Tengo pocos amigos y a mis padres los tengo loquitos porque soy muy revoltoso .
El pingüino vive en el polo sur. Su casa está ubicada cerca del mar. Es una casa grande, muy grande y está hecha de hielo. Tiene una ventana situada cerca de su sala, donde tiene una gran tele de plasma que se compró hace un mes. También, tiene una sala donde nadie puede entrar y allí están sus trofeos y sus medallas, que ganó en varios concursos a la vez . Su casa tiene de especial que antes de que la tuviese él, era de su padre, el jefe de todo el Polo Sur. Pero su casa no es especial por eso, sino por que él era el pingüino más rico del mundo.
Un día el pingüino se encontró con una pingüina que era una especie que no se encontraba fácilmente, era especial por su pico y sus dos plumas muy detalladas y puntiagudas. También se la diferenciaba por sus ojos enormes, por su plumaje, que era muy brillante y por sus pies palmeados que ninguna otra pingüina tenía. El pingüino al verla se sintió un pingüino del montón, pero al mismo tiempo sentía atracción hacia ella. El problema que le surgió fue que ella era muy perfecta y él no podía escribir cartas porque no tenía pulgares para agarrar el bolígrafo.
Enseguida llegó una foca dispuesto a escribirle una carta a pingüina.
“Hola querida pingüina: Me gustaría mucho salir contigo, nadar por el mar contigo y comer carne de pingüino. Me gustaría ver el amanecer y nadar juntos encima de las olas. Un aletazo muy cariñoso de la foca.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo:
¡¡¡¡Nooooooooooooooo!!!!!!!! A mi no me gusta la carne de pingüino .
Al día siguiente le fue a visitar una amable gaviota que inmediatamente se puso a escribir la carta con una pluma de paloma blanca. “Querida pingüina: Me gustaría que fuéramos a volar al Ártico los dos juntos y comprar algo de ropa. Del pingüino, para la pingüina.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: -No, así no, yo no la invitaría a hacer eso, ¡ no se volar ! No vale esta carta.
Por la tarde se encontró con un esquimal que con mucho esfuerzo escribió una carta con un lápiz de colores “Hola: Soy el esquimal; te invito al restaurante del amor, a ir de cena conmigo esta noche. Vamos a comer unos espaguetis deliciosos con tomate y pescadito frito Saludos, el esquimal.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: -No me gusta nada esta estúpida carta. No, no y solamente noooo.
A la mañana siguiente se encontró con un oso polar que en un momento le escribió la carta en un papel de seda. “Querida pingüina: Te invito esta tarde a ir al cine conmigo a ver una película de miedo. La película es muy divertida y comeremos palomitas con peces de colores. ¡ Anímate!
Pero al pingüino no le gustó y dijo. - No quiero ir al cine, no me gustan las películas de miedo.
A la mañana siguiente se encontró con un saltamontes que le escribió la carta con una pluma que rellenó con tinta de pulpo. “Querida Amiga: Te invito esta tarde a saltar conmigo y mis amigos sobre la hierba del prado de mi abuela. Saludos, el pingüino.”
Pero al pingüino no le gustó y dijo: - ¡ No, no y no. No me gusta esto!
Por la tarde se encontró con un gato salvaje que le escribió la carta con mucho amor porque el pingüino era muy tímido y le daba vergüenza.
“Querida pingüina: ¿Te quieres casar conmigo y celebrar la boda bebiendo leche y comiendo ratones? Saludos, pingüino.” Pero al pingüino no le gustó y dijo:
- No. No sabes escribir una carta. Me largo porque te odio.
El pingüino, triste y desolado, pensaba si yo supiera escribir, podría hacerlo yo solo, pero como no puedo escribir tengo que pedir ayuda. - Yo la invitaría a un helado, a ir de compras, a comer pescado recién capturado, a ir al cine más grande del Polo Sur, a patinar juntos en una noche de luna llena, a bucear debajo del hielo…
La pingüina que estaba sentada sobre el hielo, escuchó muy emocionada al pingüino. Y le dijo: - Muchas gracias, eres el mejor pingüino que he conocido. Me gustan mucho estas cosas de ir por el hielo a patinar, o ir de paseo. Desde entonces el pingüino le llevaba a la pingüina a patinar sobre hielo o dar paseos bajo la luz de la luna.
¡¡¡ Fueron felices y comieron peces con perdices ¡¡¡
ESTE ÁLBUM ILUSTRADO ES UNA ADAPTACIÓN DEL LIBRO “EL LEÓN QUE NO SABÍA ESCRIBIR”, ESCRITO E ILUSTRADO POR MARTIN BALTSCHEIT. EDITORIAL LÓGUEZ EDICIONES.