La historia de amor de Rufino

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ESTE ÁLBUM ILUSTRADO HA SIDO ESCRITO E ILUSTRADO POR…

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Marta Román María Ruiz Pablo Díez Alba Nuñez Cristian Alcocer Javier Terán Paula Peña Gabriel Olagüe

CRIE, Viérnoles 2012


Soy un pingüino alto y delgado, tengo un pico fuerte y unas buenas patas para andar y nadar muy rápido. Me gusta ir al cine, a la piscina y … ¡ a la discoteca! Mis amigos dicen que soy un poco travieso porque hago jugarretas a mis amigos. ¡Ah se me ha había olvidado, me llamo Rufino!


El pingüino vive en el Polo norte, cerca de una piscina municipal que hay allí. Su casa es un iglú que tiene una discoteca, una terraza con flores y unas vistas muy bonitas. Es una casa construida con hielo de colores y con una tele de plasma . A mis amigos les gusta mucho venir a mi iglú porque se lo pasan bien conmigo y con mi perro.


Un día el pingüino se encontró con una pingüina que era muy guapa y pequeña. La pingüina era muy chula e iba vestida con ropa guay. Llevaba unas gafas que la quedaban muy grandes pero que la sentaban muy bien, aunque no tenían cristales. El pingüino quería besarla, pero pensó que lo primero que tenía que hacer era escribirla una carta. Como no sabía escribir tuvo que pedir ayuda a sus amigos.


Enseguida llegó un príncipe dispuesto a escribirle una carta a pingüina. “Querida pingüina: ¿Desea venir conmigo al palacio? Podemos bailar hasta el anochecer y luego ir a mi casa para tomar un té o un zumo de naranja. Un saludo, pingüino.”

Pero al pingüino no le gustó y dijo: - ¡Noooooooooo, esa carta no. ¡NO Y NO!


Al día siguiente le fue a visitar un lobo que inmediatamente se puso a escribir la carta con un bolígrafo negro y azul . “Queridísima pingüina: ¿Quieres ir conmigo al bosque ? ¡Te daré amor! También comeremos ovejas asadas. Saludos, pingüino.”

Pero al pingüino no le gustó y dijo: - Oh, no! Yo nunca escribiría eso.


Por la tarde se encontró con un búfalo que, con mucho esfuerzo, escribió una carta en un papel de color rosa. “Querida pingüina: ¿Quieres estar conmigo en la pradera y comer hierba? ¡Nos lo vamos a pasar muy bien! Podemos sentarnos debajo de un árbol. Saludos, pingüino.”

Pero al pingüino no le gustó y dijo: - No, yo no habría escrito eso, a las pingüinas no les gusta comer hierba.


El pingüino, triste y desolado, pensaba … ¿ Por que no la invito a tomar un granizado de naranja en la helada playa del mar? . ¡Claro! Pero primero tengo que escribirla una carta y no sé escribir, ¡estamos apañados! Si yo supiera escribir la diría que tiene unos ojos tan brillantes que se pueden ver hasta en el espacio y la invitaría a merendar en el gran restaurante Pingüinos sin Fronteras …


La pingüina que estaba en su apartamento haciendo la cena y arreglándose para salir escuchó muy emocionada al pingüino. Y le dijo: ¡Hola, qué tal estas?, ¿quieres venir a mi apartamento? te espero, muchas gracias por tus palabras. A mí me gustaría ir en una limusina al cine a ver la película de “Madagascar” y después ir al club de chistes para reírme un poco, porque yo soy muy graciosa y divertida. Y así pasaron el día y la noche. Todo fue genial y se lo pasaron muy bien.


ESTE ÁLBUM ILUSTRADO ES UNA ADAPTACIÓN DEL LIBRO “EL LEÓN QUE NO SABÍA ESCRIBIR”, ESCRITO E ILUSTRADO POR MARTIN BALTSCHEIT. EDITORIAL LÓGUEZ EDICIONES.



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