MIÉRCOLES
VISITA al POBLADO CANTABRO DE CABEZÓN DE LA SAL Nosotros y nosotras fuimos el miércoles 3 de abril a Cabezón de la Sal y realizamos muchas actividades.
• Con nosotros estuvieron dos chicas, una principiante y otra que llevaba mucho tiempo trabajando allí. Nos recibieron en Cabezón las guías del Poblado: Darya y María.
• Todos vimos tres cabañas de los CANTABROS, cómo vivían, los objetos que utilizaban y muchas cosas más…
• Todos y todas utilizamos barro que estaba duro, y una tablilla de madera, también teníamos que poner unos palos y, por último, teníamos que poner un trozo de paja… y así cada uno se construyó una cabaña de los CANTABROS.
VISITA al MUPAC • Por la tarde fuimos a Santander, el miércoles 3 de abril. Visitamos el museo de PREHISTORIA, y nos dieron una charla un poco larga.
• Me llamó mucho la atención como, poco a poco, iba cambiando la cara de un esqueleto a un mono.
• Mi opinión de las actividades del miércoles es que me gustó todo bastante, aunque también me aburrí en algún momento.
• Aprendimos cómo vivían hace muchos años y cómo hacían las cosas, por ejemplo: la comida, las armas y muchas cosas más.
• El miércoles 3 de abril, en la sala de butacas, nos visitaron dos chicas muy majas.
• Esta semana nos visitaron Carolina y Tamara que venían de América Central (Carolina de El Salvador y Tamara de Nicaragua).
• Marta, profesora del CRIE, nos presentó a Carolina y a Tamara, dos inmigrantes de América Central.
• Carolina y Tamara, el miércoles, cenaron con nosotros y hablaron de su país. Cuando terminaron les hicimos algunas preguntas como: ¿Cuáles eran sus costumbres? ¿dónde vivían?, etc.
• Carolina vino porque había dos bandas que mataban a gente, reclutaban a niños… y a ella, por ayudarles, la amenazaron. Y Tamara por la situación política de su país. Ahora viven en el edificio de Cruz Roja de Torrelavega.
Nos contaron cosas interesantes como: que hacían muchas fiestas, que hacían riquísimas comidas con maíz y muchas cosas más.
• A nosotras nos ha encantado, porque nos hemos enterado que allí los niños no pueden salir a la calle, porque les matan, así que nos sentimos afortunadas. Hemos aprendido que no debemos menospreciar las cosas que tenemos, ya que hay gente que no tiene nada.