Los pueblos del tren - Cristian Herrera (Fotografía documental)

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documental fotogrรกfico

LOS PUEBLOS DEL TREN POR: CRISTIAN HERRERA FRร AS




CONTENIDO: Prรณlogo DURANGO Morcillo CANATLร N Los Pinos La Soledad NUEVO IDEAL Esfuerzos Unidos SANTIAGO PAPASQUIARO Francisco Javier Leyva Hervideros TEPEHUANES San Miguel de Corrales San Nicolรกs de Presidios


Los pueblos del tren, es un proyecto documental que, a través de la fotografía, busca compartir con nuevos públicos el paisaje transformado y trastocado de los pueblos de paso. Las imágenes capturadas recorren los cuatro municipios que abarca el extinto ramal Durango Tepehuanes, descubriendo el paso del tiempo desde que el ferrocarril fue retirado, el abandono en el que se encuentran los terrenos que correspondían a la vía, las estaciones, que dan cuenta también de un desgaste en los pueblos y la aspereza de la vida rural que parece olvidarse con los kilómetros. Hace más de veinte años, el estruendo que anunciaba el paso del ferrocarril por este lugar dejó de escucharse; detrás de un eco metálico que se desvaneció en la distancia devino el silencio que se deslizó como el óxido, cubrió el lomerío desde el terraplén. La ausencia en los pueblos callados se hizo costumbre.

Tras su desincorporación en 1995, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, el destino de los ferrocarriles empezó a parecer incierto. Las políticas neoliberales que se estrenaban a finales de los ochenta en nuestro país otorgaban la pauta espiritual para el desmantelamiento posterior. Nosotros le dejamos de ver algunos años después ¿Recuerdas el día en que dejó de pasar el tren? ¿Qué beneficios trajo a tu comunidad el ferrocarril? Llenaron de promesas las góndolas, nos contaron algo bueno, algo sobre el progreso y nuestro país y les creímos. Los pasajeros que subieron al tren por última vez eran muy parecidos a nosotros ¿guardamos en nuestra memoria algún rostro que se fue en ese último viaje? Había algarabía, había entusiasmo que no se quemaba entre el asfalto y los camiones. Hoy no suena la locomotora, pero hay estridencia de un sentimiento de congoja al sentir la espera desecarse en tiempo de estiaje.


Innumerables relatos se construyen en la historia individual y en la historia colectiva alrededor de un suceso como fue el paso del ferrocarril; directa o indirectamente tenemos conciencia de su impacto; y así, como este, muchos otros momentos públicos que se tornan cotidianos van delineando nuestros modos de mirar y ser parte del lugar que habitamos. En esta muestra fotográfica se obtuvieron imágenes de los poblados: Morcillo, Durango; Los Pinos y La Soledad en Canatlán; Esfuerzos Unidos en Nuevo Ideal; Francisco Javier Leyva y Hervideros en Santiago Papasquiaro; San Miguel de Corrales y San Nicolás de Presidios en Tepehuanes. Este proyecto fue realizado gracias al Programa de Estímulos para la Creación y el Desarrollo Artístico (PECDA) en su edición XIX.




MORCILLO Victoria de Durango


Morcillo, Dgo., se localiza a 15 minutos de la ciudad de Durango sobre la carretera panamericana, ubicado entre lomas y de frente a los llanos, actualmente habitado por un millar de habitantes aproximadamente es un sitio tranquilo en el que la gente se dedica a la agricultura y ganadería, aunque otros más se dedican a la venta de comida para los viajantes o en empleos temporales fuera del lugar. Con la privatización del ferrocarril que tuvo como consecuencia el abandono de la ruta férrea que lo atravesaba, Morcillo quedó comunicado únicamente por carretera. No obstante, con la modernización de la ruta 45 que evitaba el paso por diferentes sitios para el ahorro de tiempos de traslado, como otros pueblos, se quedó más aislado, teniendo consecuencias en su economía y desarrollo. …una vez me tocó ver a un chamaquito, ahí por el puente, un chamaquito así mire (señala altura) se subió al puente y en esa hora pasaba el tren, y cuando dio vuelta en una parte que es un rebaje, que le decíamos aquí “la vueltecita” vieron al niño, y se empezó a frenar, no, donde frenaba hasta sacaba lumbre, pero nunca se pudo detener, pero al chamaquito Dios lo ayudó, y bueno, el chamaquito se orilló pa’la orilla y cuando lo vio así ya cerquitas se asustó y se dejó cai, y cayó en un montón de arena y no le pasó nada… así que no, como era muy servicial el tren, también era muy peligroso…





LOS PINOS Canatlรกn



Sobre la ruta federal 23, en el estado de Durango y a pocos minutos de la ciudad de Canatlán, se encuentra el poblado Los Pinos, que se extiende breve entre el campo irregular que se convierte también en parte de sus actividades, donde se desarrollan como agricultores y ganaderos. Este poblado sirve también para comunicar con algunas presas al pie de la sierra. Aunque la mayoría de los autos y camiones pasan de largo, de frente a la carretera se encuentran algunos locales comerciales que ofrecen servicios básicos de comida o reparación. En años anteriores, previo al levantamiento de la vía, se podía observar en el pueblo algunos vagones de carga abandonados. Ahora, tan sólo queda el terraplén donde han brotado huizaches y hierba; en el pueblo, una vieja estación de madera en el abandono rodeada de una cerca con alambre de púas. En el interior de la estación es donde se puede observar la huella de los años que han pasado desde que dejó de ser funcional. La madera quebrada y los huecos en el piso; dibujos en las paredes y una silla inservible, cuentan pequeños detalles de cómo los pueblos se han ido apropiando clandestinamente de estos espacios y han tendido sobre ellos también la huella de abandono de la que también están manchados desde hace tiempo.

Los Pinos, sigue siento un atisbo de fe y espera, resistencia; sigue siendo un pueblo de tránsito y un normalizado nido de desahucio rural. Queda entre los durmientes y las vigas que sostienen aún el puente del ferrocarril un eco suavizado del sonido atronador de la máquina de hierro, de colores y sonidos de otros tiempos. El día 2 de agosto de 2007, el Diario Oficial de la Federación, emitiría el acuerdo en el que el Gobierno Federal desincorpora del régimen de dominio público de la Federación los terrenos correspondientes al ramal Durango – Tepehuanes, en favor del Gobierno del Estado de Durango y los municipios involucrados, para el desarrollo del proyecto Vías Verdes de Durango, que pretendía convertir las líneas del ferrocarril y sus espacios en rutas para la recreación, la cultura, y el deporte en beneficio de la población. A casi 12 años de esto, muchas comunidades siguen a la espera de que este proyecto, que desmanteló la esperanza de volver a escuchar la locomotora, devolviera un espacio que detonara el desarrollo social, sobre todo en las zonas rurales.




…nosotros estábamos morrillos, cuando nomás veíamos que venía el tren en tiempos de la manzana, ahí nos poníamos ahí por la vía, no, pues venía gente que había ido a la compra de manzana y nos aventaban bolsas…



LA SOLEDAD Canatlรกn







ESFUERZOS UNIDOS Nuevo Ideal


A pocos kilómetros de La Soledad, se encuentra la comunidad de Esfuerzos Unidos en el municipio de Nuevo Ideal, Durango al noroeste del estado. Con un nombre que evoca discursos políticos antiguos, esta localidad poco conocida, pero con muchos años detrás, donde habitan alrededor de mil habitantes, era una parada más para el ferrocarril en su recorrido Durango – Tepehuanes. Junto a Guatimapé y Miguel Negrete es una de las principales localidades del municipio. Es habitual encontrar en los poblados gente que trabajó dando mantenimiento a las líneas, ya sea poniendo durmientes o dando mantenimiento a los rieles. Encuentra recovecos en la memoria la molestia de cara al gobierno por parte de aquellos que vieron irse con el tren las oportunidades cotidianas.

La idealización de los viejos tiempos también cuenta la otra manera de vivir, la otra época en la que, como ahora, también había enfado, cuando la corrupción en los adentros derrumbaba la posibilidad de crecimiento de un ferrocarril que implosionaba y que junto a los pueblos de paso se quedó obsoleto. Luego del conflicto revolucionario, hacia 1929, el gobierno mexicano buscaría la nacionalización de los ferrocarriles, concluyendo el proceso con el decreto expedido por Lázaro Cárdenas en 1937. Con el tiempo y el progreso hacia los caminos carreteros y la compleja situación financiera que enfrentó la paraestatal, aunado a la política neoliberal incipiente en la época en 1995 fue anunciada la privatización de Ferrocarriles Nacionales de México por el entonces presidente Ernesto Zedillo. Hoy los caminos son el paso para algunos, en vehículo o a pie; en el suelo aún espera el balastro la potencia del tortuoso momento del tren.


Nosotros somos los que nos hemos jodido todo México, al cabo así es… voy a decir por qué. En cada tren, andaba uno con los boletos… yo voy a la estación tal, a Canatlán, a Durango… no entregaban nada… se acabó el tren. Y ahora, no sé quién serás, de dónde vendrás o de quién serás… pero mira, aquí ¿Quién se chingó los rieles? ¿quién se jodió los clavos, las planchuelas y todo? Ahí trajo los camiones troceros, con maquinaria echando los rieles, amontonándolos; y los durmientes que costaban 20 pesos ahí en la vía te los vendían robados… y todo se chingó. …un tostón por ir a Patos, después tres pesos, después cinco pesos y después todo se chingó…








FRANCISCO JAVIER LEYVA Santiago Papasquiaro



Pasando Chinacates, a la izquierda yendo por una terracería que atraviesa el llano y se adentra al relieve lleno de cerros característico de la zona, a unos 20 minutos se puede llegar a Francisco Javier Leyva antes Huizaches, poblado asentado en la austeridad. Alrededor de 200 habitantes radican en el pueblo que enfrenta día a día la realidad económica y social en esta parte de Durango, donde se dedican a la agricultura y la ganadería; el estigma de la inseguridad vivida se asoma entre los pocos encabezados que mencionan al lugar. Del ferrocarril que arribaba al poblado quedan sólo los ecos en la memoria de sus habitantes, ecos que se diluyen conforme el tiempo y los nuevos problemas a enfrentar se convierten en el pensamiento principal de la gente. En el lugar prácticamente no quedan rastros de lo que fue la vieja línea férrea, sólo algunos de los materiales que no han sido cubiertos por la hierba, difíciles de percibir en el amarillo del estiaje. Para un pueblo con la ubicación compleja que tiene Javier Leyva en la actualidad resulta muchas veces mejor quedarse que salir, pues los gastos en combustible muchas veces superan los presupuestos de las familias; así mismo, la conexión con otros poblados o la cabecera municipal se complica, y hay quienes prefieren viajar a la ciudad de Nuevo Ideal para reducir gastos.


Yo trabajaba en ese casino, vendiendo cerveza, y me venía encarrerado de ahí, cuando oía que pitaba el tren, me venía a gorro a comprar pan de vieja, como semitas, ahí lo vendían en el tren, con cinco piezas, a gorro venía a comprar pan para mis hijos… veníamos a los caramelos, las cajetas… ...veníamos todos los días a darle el paso al tren, era costumbre, venían las muchachas, estábamos más jóvenes, tenía de perdido unos 35 años, ahorita tengo 58 pero… no pasa nada, no pasa nada. Nos lo quitaron y nos dejaron a pie, como a toda la gente que no tiene para pagar transporte, o una camioneta… que son 300 o 400 pesos, para qué salen, mejor se quedan aquí.




HERVIDEROS Santiago Papasquiaro








SAN MIGUEL DE CORRALES Tepehuanes



Los rieles, supuestamente, los iban a levantar otras personas, pero ahí es donde entran los contras, porque vinieron una personas con camiones a ocupar gente de aquí y empezaron a levantar las vías, pero se le llamó a la ley, la ley vino y los agarró a ellos (los de aquí) y los metieron al bote… y de todos modos ¿dónde quedaron los rieles?


Corrales, es un pequeño poblado junto a la rivera del Río Tepehuanes, en el municipio del mismo nombre; como otras comunidades enfrenta los desafíos de las zonas rurales, la falta de empleo y acceso a servicios de calidad. Se encuentra casi a la mitad entre la rúa que conduce a de Santiago Papasquiaro a Santa Catarina de Tepehuanes. En su antiguo trazo queda la huella de movimiento y estabilidad que se vivió en otros años, el paso del tren que se encuentra a poco menos de un kilómetro se encuentra desolado; en las charlas que surgen vienen a la mente los recuerdos del ferrocarril, la gente que llegaba y la que se iba, el cine y los dulces que traía consigo. Hoy, queda tan sólo el terraplén, y junto a él una pequeña parada donde la gente esperaba el ferrocarril. En un letrero sobre la pared de la caseta, la pintura descarapelada deja ver el nombre Los Corrales, y a su lado marca la distancia: 102.4 kilómetros hasta la capital.




SAN NICOLÁS DE PRESIDIOS Tepehuanes



Es una pequeña comunidad perteneciente al municipio de Tepehuanes, construida sobre el lomerío y junto al río, a la sombra y horizonte de una gran Cerro Chato que se divisa desde cualquier punto del lugar. Ahí, el tren no pasaba callado ni lejos, se detenía en la cercanía, el terraplén que traza una muralla frente al pueblo anunciaba su llegada y con él, la gente, el relajo y las aventuras de otras tierras. Recuerdan los señores del lugar que el cine llegaba al pueblo con el tren, cada semana el señor Manuel Martínez llevaban proyecciones de cine a donde acudía toda la gente a mirar. El cine pasajero era una ventana a otras emociones que hoy se reducen a la televisión abierta o satelital. Se sobreentiende pues, que la convivencia entre vecinos gracias a un espectáculo como el cine definía otros momentos en la vida del pueblo.


Aquí había cine, todos los días había cine aquí y las películas venían de Santiago en el tren…




Nada había aquí, no había ayuda de ninguna… nada, nada… la gente sembraba, tenía ganado, e irse al rancho era la vida de aquí.




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