Se levanta muy temprano cuida las cabras cada mañana y va a repartir a diario leche al vecindario.
Un día Miguel por fin va al colegio muy contento. Destaca por su talento ahí aprende hasta Latín.
El muchacho pastorea mientras vigila las cabras , se atiborra de palabras ¡ no hay libro que no lea!.
Entre brezos y alhucemas, con tan solo quince años, mientras cuida a su rebaño empieza a escribir poemas.
Buscado reputación, viaja a Madrid el poeta, con verso en la maleta y prisa en el corazón.
Estalla una guerra muy cruel en la que lucha Miguel, se casa en cuanto regresa con Josefina Manresa.
Más tarde es encarcelado. Va de prisión en prisión escribiendo en un rincón, triste, enfermo y desgraciado.
Mas Miguel no se ha marchado sigue estando a nuestro lado, con sus versos que estremecen, emocionan y enternecen.