Ricardo Bär - diario de rodaje

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Ricardo B채r, Diario de rodaje (Publicado en la revista Las naves, Buenos Aires 2013)

trailer: https://vimeo.com/86852351 http://www.subterraneafilms.com.ar/Ricardo-Bar


Diciembre 2008 Gerardo: Estamos en un restaurante en Buenos Aires. Nele viene de visita a Argentina desde Alemania. Un amigo nos habla de los colonos alemanes del siglo XIX que viven en la provincia de Misiones. Dibuja un mapa en la parte de atrás del menú y marca la zona. Nele está por venir a quedarse a vivir a la Argentina pronto y un poco en chiste me propone ir a ver esas colonias para ver qué les pasó a ellos después de inmigrar. Nele: Con el mapa-menú viajamos al azar por la provincia de Misiones. En las ciudades reconocemos a “los alemanes” por el pelo rubio, pero al intentar hablarles, reaccionan tímidamente. Pensamos que quizás va a ser más fácil en el campo, si vamos directamente a sus casas. Así, llegamos a la chacra del viejo Reiss en Colonia Aurora. Al comienzo desconfía mucho, pero cuando le hablo en alemán, nos invita a sentarnos en su galería. Sobre la entrada de su casa de madera hay un letrero: Jesus liebt dich (Jesús te ama). Su alemán es muy raro. Usa verbos del español que hace pasar por verbos alemanes. En vez de abhauen, dicen escapieren. La granja de los Reiss es como una Alemania ancestral en miniatura, entre palmeras. Nos quedamos en Aurora. El viejo Reiss nos invita a pasar la Nochebuena en su iglesia, pero cuando llegamos a su chacra, ya no está. No sabemos qué hacer. No tenemos auto y empieza a caer el sol. Vamos a la estación de servicio a tomar algo. Desde ahí vemos cómo muchas camionetas llegan a otra iglesia, que está ahí cerca. Son bautistas, nos dicen en la estación de servicio. Gerardo dice que le parece que Obama es bautista, pero más de eso no sabemos de los bautistas. Vamos y nos sentamos en la última fila. El pesebre viviente nos fascina: Jesús es una muñeca de plástico y los animales son niños arrodillados en el altar que llevan puestas máscaras baratas de animales. El telón se abre y se cierra todo el tiempo. La actuación es minimalista. Los jóvenes, de pie en el escenario, hacen playback de textos que alguien lee escondido detrás del telón. Todos actúan muy seriamente. Lo que para nosotros se ve como teatro amateur, es en realidad un reenactment, teatro documental sobre el origen de su creencia. Más tarde en la noche, imaginamos hacer un documental como si fuera un pesebre, con la misma libertad con la que ellos entienden la representación de un hecho que perciben como real. Diciembre 2010 Gerardo: Dos años más tarde volvemos con una cámara y seguimos los preparativos del pesebre. Filmamos a uno de los jóvenes, Ricardo, que construye el pesebre en su chacra. Dice cosas como que sus ojos son azules de tanto mirar el cielo azul, o que el agua del río que ve pasar es la misma de ayer. Ricardo estudia para pastor. Dos veces por semana va en colectivo hasta un instituto teológico bautista en una ciudad cercana. Su padre está en contra, porque lo necesita en la chacra. Pero es difícil “oponerse a un llamado de Dios”, dice Ricardo. Un día acompañamos a Ricardo al instituto. En el colectivo le pedimos por primera vez que actúe, o mejor, que realice una acción para la cámara: tiene que hacerse el dormido y cerrar un poco la cortina. Ricardo no sólo entiende lo que le pedimos, sino que además se divierte, igual que cuando actúa en el pesebre. Lo que más nos


sorprende es que lo repite. Empezamos a poner en escena pequeñas escenas de su vida cotidiana. Abril 2011 Nele: Un día, el pastor de la iglesia de Ricardo no puede venir y le encomiendan el culto a Ricardo, por primera vez. Antes del culto nos piden que expliquemos qué es esto de “la película”. Es la primera vez que subimos al altar. La comunidad entera nos mira en silencio. No sabemos cómo explicarles que no tenemos un plan armado, sino que queremos ir viendo con Ricardo y nos ponemos nerviosos. Gerardo hace chistes que nadie entiende y yo no digo nada. Sin embargo, nos permiten filmar el culto. Ricardo predica sobre la vida de Martín Lutero. Con la cámara corremos alrededor de él arriba en el altar y filmamos todo: a él, a la comunidad. Sus manos empiezan a temblar, pero no lo notamos. Su discurso se traba más y más. Después del culto dice que quiere hablar con nosotros y vamos detrás de la iglesia. Dice que mientras predicaba, escuchó la voz de Dios y que Dios le dijo que su futuro no estaba en la actuación. “¿La voz de Dios?”, preguntamos. No sabemos qué decir. Nos parece más bien una excusa, porque lo vemos lleno de dudas y de cierta tristeza. ¿No es la comunidad la que tácitamente le prohíbe ser curioso y participar de la película? Llamamos al pastor porque pensamos que él nos puede ayudar, pero las cosas se complican. Nos dice que yo llevo puesta ropa inadecuada y que Gerardo y los técnicos van en bermudas a misa. Que nos vieron tomar cerveza al lado de la iglesia y que nadie sabe quién está casado con quién ni qué hacemos de nuestras vidas; si somos realmente alemanes y si no usamos la cámara para “cosas del diablo”. Antes de cortar dice: “Por favor, no vuelvan más”. Mayo 2011 Gerardo: Entendemos que los problemas que tienen que ver con nuestra aparición en Aurora son parte de una tensión más grande: aquella que hay entre campo y ciudad. Para poder seguir, necesitamos ayuda institucional. En Buenos Aires nos encontramos con el presidente de la iglesia bautista en la Argentina. Mientras nos habla de una operación chiquita a la que tiene que someterse, nos mira, nos mide. Le caemos bien. Además siente que está bueno que Ricardo tenga la posibilidad de estudiar en Buenos Aires viniendo de una colonia tan remota y cree que a los colonos les viene bien ver caras de gente que no son de ahí. Al final nos ofrece una beca para que Ricardo venga a estudiar a Buenos Aires. Pensamos que a Ricardo, la beca le puede ayudar para justificar su colaboración con la película. De vuelta llamamos al pastor en Misiones. Apenas escucha mi nombre quiere cortar, pero le hablamos de la beca y acepta encontrarse con nosotros en Misiones. A la reunión con el pastor vamos vestidos con nuestra mejor ropa. Además llevamos una carta de recomendación de la central bautista y diplomas de la universidad, nuestra libreta de matrimonio, fotos de Nele y su familia de en un jardín lleno de flores en Alemania y artículos de diarios sobre mis obras de teatro. El pastor se tranquiliza. Nos invita al culto del próximo domingo. Septiembre 2011 Nele: El domingo, Gerardo vuelve a hablar en la iglesia frente a la comunidad. Las palabras que más usa son: “error”, “perdón”, “cultura”, “reglas” y “respeto”. Muestra la carta de recomendación y


después se vuelve a sentar. El pastor mira a la comunidad y dice algo que no habíamos imaginado. Dice: “Vamos a votar, ahora mismo. El que quiere que esta película se haga, que levante la mano”. Primero nadie se mueve, pero después lentamente se ven las primeras manos arriba: dos, cinco, veinte, cincuenta, al final todos. Octubre 2011 Gerardo: Escribimos un guión, son notas, apuntes, posibles escenas. Una de las primeras escenas es entre Ricardo y el profesor del instituto teológico de la ciudad cercana a su pueblo en Misiones. El profesor, le dice a Ricardo que los de la película, le ofrecen una beca para estudiar en Buenos Aires. Ricardo le contesta que tiene que pensar. Y mientras seguimos filmando Ricardo piensa qué hacer, si aceptar la beca o no. Noviembre 2011 Nele: Durante el rodaje, bastante al comienzo, un día Ricardo no aparece. Su padre lo obliga a trabajar en la chacra. Le ofrecemos pagarle un peón para reemplazar a Ricardo, pero el padre se niega: “Son todos negros, borrachos”, dice. Al final, Gerardo dice: “Bueno, voy yo a trabajar”. De ahí en más, todas las mañanas se va con Ricardo y con el padre a cosechar ananá, a fumigar o a colgar tabaco para que se seque. A las 11:30 almorzamos y a la tarde se filma. Los domingos a la mañana vamos a la iglesia. La mitad del día nos volvemos ellos, campesinos protestantes de vago origen alemán, de tarde ellos se vuelven película: seres lejanos que andan o rezan o caminan sobre el agua, en escenas que terminarán de proyectarse en una pantalla iluminada desde atrás.


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