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EFEMÉRIDES

EFEMÉRIDES DE LA CIUDAD

J.J. LAFORET Cronista ofi cial de Las Palmas de Gran Canaria 12 DE OCTUBRE DE 1892

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MONUMENTO COLOMBINO, HITO GRANCANARIO

Ahí está “viendo pasar el tiempo”, como la famosa Puerta de Alcalá y otros muchos monumentos señeros, el grandioso monolito a Cristóbal Colón que esta ciudad levantó en la Alameda, que pasó entonces a ser de su nombre. Un monumento considerado de los más importantes que tiene el célebre marino, junto al de Valladolid, el de Barcelona, el de Granada o La Rábida. Un monumento que es hito, seña elocuente, de ser una de esas ciudades que integran una ruta de ciudades vinculadas al primer viaje colombino, como pueden ser en España Santa Fe, Palos de la Frontera, San Sebastián de la Gomera o Bayona, junto a Lisboa y otras en América. El paso de Colón por Gran Canaria en particular, como por Canarias en general, en ese viaje con el que, inesperadamente, abrió las puertas al encuentro entre dos mundos, a un encuentro que, en el devenir de la historia, se hubiera producido tarde o temprano, como se produjo el encuentro con la India, con el Japón o con la lejanísima Australia, y se daban pasos

hacia esa “globalización” que abriría, décadas más tarde, Juan Sebastián Elcano, permitió que esta isla y su puerto se convirtiera, a partir de entonces, en auténtica y eficaz encrucijada para las navegaciones atlánticas, brindándole una sólida senda de progreso, que transformó por completo su historia y su misma idiosincrasia. Un papel atlántico que aún hoy, al mirar al futuro, ofrece enormes posibilidades dentro de ese horizonte que se denomina la “economía azul”

Los grancanarios de finales del siglo XIX, al calor de las conmemoraciones colombinas del 4º Centenario del “Descubrimiento de América”, promovidas con pujanza por muchas poblaciones y personalidades del continente americano, aunque también recogidas, avaladas e impulsadas en España, fueron muy conscientes de todo lo que aquella epopeya náutica, que tenía como punto referencial el 12 de octubre de 1492, había supuesto también para Gran Canaria y su devenir a través de los siglos, especialmente en aquellos años en que, tras conseguir una ventajosa Ley de Puertos Francos, que contribuyó a enderezar la economía local, se construía por fin un gran puerto en la Bahía de Las Isletas, que se entreveía como la auténtica puerta del futuro y del progreso insular. Gran Canaria siempre mantuvo vivo, de una u otra forma, el fuego sagrado del recuerdo del paso de Colón en agosto de 1492. Sin embargo, había que materializarlo de alguna forma más totémica. Con la Real Sociedad Económica de Amigos del País como cenáculo propicio, dirigida en aquellos años por personalidades como Amaranto Martínez de Escobar y Felipe Massieu y Falcón, y con Agustín Millares Torres como promotor inquieto y efectivo, desde el año 1888 ya se debatió este asunto y comenzó a redactarse un amplio informe. A comienzos de 1892 se constituye una Junta Organizadora de los actos, y se inician las obras, dirigidas por el arquitecto municipal Laureano Arroyo, para la ubicación de un monumento para el que no había fondos públicos suficientes, por lo que la “Económica” encabezó una suscripción popular e institucional, a la que contribuyeron cientos de ciudadanos e incluso instituciones públicas, empresas y ayuntamientos como los de Las Palmas, Arucas, Telde o Valleseco. Fue la verdadera expresión del sentir mayoritario de una sociedad isleña, que veía en este monumento un faro de la historia que alumbraba el porvenir.

El monumento, tras estudiarse diversas propuestas de artistas y estudios de España e Italia, se encargó al prestigioso taller del artista Paolo Triscornia di Ferdinando, en Carrara, Italia, con quien se contactó a través del agente consular italiano Enrico Stassano. Su

inauguración, bajo una inesperada lluvia que deslució algo el acto, tuvo lugar el 12 de octubre de 1892, tras el descubrimiento de una placa en la ermita de San Antonio Abad, el paso por la antigua “Calle de los Portugueses”, que pasaba a denominarse “Calle de Colón”, y un Te Deum en la Catedral. Un acto entrañable, de encendidos sentimientos, en el que tomó la palabra quién años después sería primer presidente del Cabildo de Gran Canaria, Tomás de Zárate, que ofreció una elocuente reseña de la trascendencia del viaje colombino para esta isla, y la Banda de Música Municipal interpretó himnos y piezas alusivas a la efeméride. Por la noche, en la línea de conmemorarse un episodio que marcaba el devenir y el futuro insular, se celebró una velada literario-musical en el Gabinete Literario, que quería perpetuarse en años venideros, y que de alguna forma fue precedente de las jornadas de estudios y congresos de tema atlántico y americanista que se celebran en la actualidad. 

Caricat as de Gran Canaria

MANUEL SOSA MEDINA, CONOCIDO POR ‘SANDOKÁN’

NATURAL DE EL PUERTILLO, BAÑADEROS, ARUCAS. NACIDO EL 21 DE OCTUBRE DE 1953

Su altruista labor, que ha llevado a cabo en la costa norte de la isla de Gran Canaria (como experto conocedor de las corrientes marinas) ha forjado su leyenda gracias al rescate de más de 300 personas, comenzando su extensa andadura de rescates con tan solo 15 años.

Siempre ha sido un gran colaborador de las fuerzas de seguridad del Estado, aunque en todo momento de forma voluntaria, la Guardia Civil muchas veces recurría a Sandokán para socorrer a gente que se perdía en medio del oleaje. Incluso a temerarios que se lanzaba al agua cuando él previamente advertía de peligro.

En las islas, ha sido reconocido. Tiene su calle en El Puertillo y el Gobierno de Canarias le concedió una de sus más altas condecoraciones. El Gobierno, a través del Ministerio del Interior, le otorgó en 1991 la medalla al mérito de la Protección Civil en su categoría de plata con distintivo rojo.

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