ENTREVISTA OMAYRA CAZORLA

Omayra

CAZORLA

"Con la pandemia he aprendido a reinventarme y conocerme mejor"

OMAYRA CAZORLA ES HUMOR Y EMPATÍA. ALIADA DE CUALQUIER CAUSA SOLIDARIA A LA QUE SE PUEDA SUMAR, ENTIENDE EL HUMOR COMO UNA FORMA DE VIDA PERO TAMBIÉN COMO HERRAMIENTA PARA TRANSFORMAR LA REALIDAD. SE DEFINE A SÍ MISMA COMO “MONOLOGUISTA DE CARNE CANARIA” Y ASEGURA QUE “SIEMPRE ESTÁ FUERA DE LUGAR”. SE FORMÓ COMO TRABAJADORA SOCIAL Y CONTINUÓ POR LA SENDA DE LA INTERPRETACIÓN Y EL HUMOR. SUMA EN FACEBOOK E INSTAGRAM MÁS DE 600.000 SEGUIDORES Y LAS REDES SOCIALES SON PARA ELLA EL VEHÍCULO A TRAVÉS DEL CUAL QUIERE CONDUCIR A SU PÚBLICO AL TEATRO. SOBRE LAS TABLAS DICE SENTIRSE OMAYRA AL CIEN POR CIEN, ES AHÍ DONDE LE GUSTA PARODIAR LO COTIDIANO, SIN FILTROS Y CON ACENTO CANARIO.

María Doménech Tato Gonçalves

–Me gustaría hacer balance contigo de este 2021, ¿cómo ha sido este año para Omayra Cazorla? –Pues ha sido un año un poco caótico, porque entre la situación personal de salir del confinamiento, de intentar que la cultura otra vez resurgiera; de convencer a la gente de que la cultura es segura y pidiendo a las instituciones que abrieran un poco la mano para retomar ese contacto con el público,… Pues todo eso me ha llevado a tener un año un poco convulso pero muy feliz, porque tengo la suerte de estar trabajando.

–Eres una mujer solidaria, te vuelcas en ayudar a los demás. El humor también se ha volcado con la isla de La Palma. ¿Cómo estás viviendo esta erupción volcánica de la Isla Bonita? ¿Y qué ha supuesto para ti poder ayudar? –La erupción volcánica de La Palma me ha provocado muchísima impotencia y yo creo que al igual que a mí, a toda la población; porque el ver cómo la isla se va rompiendo y que la gente está sufriendo, al final es lo que más duele. La sensación es que estamos todos con el corazón en un puño y desde el humor hemos intentado hacer un montón de cosas para poder ayudar. Al final, esa también es la finalidad del humor: estar al servicio de la gente tanto para entretener como para intentar transformar y para ayudar a desconectar. Yo, por ejemplo, haré una subasta y contaré con la ayuda de Cruz Roja para canalizar todo aquello que recaude. Y, por supuesto, bolos y actuaciones benéficas para que no decaiga el ánimo y porque La Palma nos necesita hoy y mañana, de ahí que trabajemos por recaudar lo máximo posible.

–¿Te ha robado a tí el humor esta pandemia o, por el contrario, ha alimentado tus ganas de hacer reír? –Pues las dos cosas. Por momentos me ha robado el humor y por momentos me he dicho: “venga, ya está, esta es la situación y hay que aceptarla”. Esta pandemia nos ha puesto al límite y nos ha mostrado todas sus caras, y eso también se ha reflejado en nuestro estado anímico. De ahí que haya tenido momentos de frustración pero también he buscado reinventarme y conocerme mejor.

–A mí me inspira la realidad, porque la realidad al final es el cuadro perfecto para sacar cualquier tipo de creación en cualquier esfera. Entonces, es observar la realidad, sentarte en una plaza a ver qué es lo que ocurre y ver qué le pasa a la gente. Eso es lo que a mí me inspira, porque me baso de las acciones cotidianas que ocurren y el humor para eso es maravilloso.

–¿Y de qué forma has percibido que tu humor ha sido un bálsamo para los demás?

Por mí misma me cuesta percibirlo; sí es verdad que cuando salgo a la calle y la gente me para y me felicita o me da las gracias, es cuando me doy cuenta del impacto o alcance de mi trabajo. Yo proyecto mi trabajo sin pensar en el feedback, pero cuando te llega ese retorno de tu público es súper bonito y muy gratificante.

–Y más allá de lo profesional, ¿qué aporta el humor a tu vida, a tu día a día, cómo lo empleas tú? –El humor me aporta relatividad. A veces nos empeñamos en un pensamiento o conducta “x” y echarle humor te ayuda a relativizar lo complejo y a ver situaciones desde un menor grado, lo cual es crucial para nuestra salud mental.

–Tu estilo es único. ¿Cómo es la Omayra del día a día?

Soy una tía súper normal, voy al supermercado; no soy coqueta, es más soy un desastre, a mí dame un vaquero, unas Converse y una camiseta. No tengo manías; bueno sí: me lavo las manos cada diez minutos, y ya lo hacía antes de la covid.

–Y en este mundo de postureo, de culto al cuerpo, tú has decidido reivindicar otras formas, otro estilo. ¿Has sentido que muchas personas se han reflejado en ti? –Sí. Pero no lo he hecho por reivindicar, lo he hecho por mostrar otra realidad que también existe y que a veces no tiene tanto impacto como la otra. Simplemente es mostrarnos tal como somos, de forma natural, sin máscaras, sin añadidos, sin disfraces, sin espectáculos.

–¿Y qué ha supuesto YouTube en tu vida? Pues YouTube nada, porque yo todo lo hago a través de las redes. No utilizo YouTube porque desde el principio lo tenía muy claro. Yo no quiero lucrarme de forma económica de los contenidos que yo subo de forma gratis porque lo hago con otro fin. Yo lo que quiero es que la gente vaya al teatro a verme y ese es mi medio de vida.

Entonces los teatros son por los que yo vivo, por los que yo trabajo. Al final, las redes son un medio para alcanzar un fin. Son un camino, un vehículo para conducir al público al teatro. reír a carcajadas?

Buff… Me roba la risa un enfado con mi mujer, un conflicto, una injusticia, una deslealtad, … Todo eso me la roba. Y me hace reír a carcajadas a veces lo más absurdo, por ejemplo, ver a mi perro y mi gato jugar tan ajenos a los problemas y tan felices, eso me hace reír.

–¿Te gustan las Navidades? ¿Cómo vives estas fiestas?

Pues realmente a mi la Navidad ni fu, ni fa. No soy el Grinch; me parece una fiesta bonita si hay niños en la familia porque se vive con especial ilusión, pero de resto es como la fiesta que se repite año tras año y además tengo la sensación de que el año ha pasado muy rápido.

–¿Qué proyectos tienes para el 2022? ¿Algo que puedas confesar? Hay algo muy, muy, muy guay que a mí me hace muy feliz y es que el 15 de enero voy a estar en el Teatro Cofidis, en el Alcázar de Madrid en la trasera de Gran Vía, que es un teatro de más de 700 plazas y me hace súper feliz. Y aunque no lo llene, me hace muy feliz poder actuar en ese lugar. También quiero seguir haciendo más humor, seguir creando contenido y seguir moviendo los espectáculos.

–¿Qué supone para ti sentir el cariño del público en los escenarios de un teatro?

Pues significa todo para mí, lo es todo. Porque al final es como la recompensa a tanto quebradero de cabeza. Yo en mis directos no tengo nada que ver con lo que hago en vídeos. A través de mis vídeos muestro un humor muy blanquito, muy neutro, porque tampoco quiero que las redes me censuren. Utilizo una sátira, pero muy disfrazada, y en los teatros, en mis monólogos, voy más a la yugular, soy muy kamikaze y ahí sí que estoy sin tapujos y para mí eso es súper importante porque es mi estilo.

–¿Y que te roba a tí la risa o qué te hace –¿Y qué le pide Omayra al año 2022?

Pido, por favor, que se acabe ya esta pandemia; pienso que la masacre que está provocando tiene ya unas dimensiones incalculables. Y también es necesario que se apague el volcán de la Palma, su poder destructor ha hecho mucho daño a las personas que lo han perdido todo o a aquellas que directa o indirectamente se han visto afectadas por él. La Palma necesita empezar a reconstruirse y poder volver a empezar pero para eso se tiene que apagar el volcán.

"LA PALMA NOS NECESITA HOY Y MAÑANA, DE AHÍ QUE TRABAJEMOS POR RECAUDAR LO MÁXIMO POSIBLE"