AÑO 03 NÚM 07
S/.20.00
LIMA, PERÚ FEB 2019
RECUENTO DEL AÑO CINE, MÚSICA TEATRO, TV
foto Alexander Caballero
JAVIER PONCE SUELTO EN LIMA
PERSONAJES DESTACADOS
DEL 2018
MUJERES TRANS EL PANORAMA Y EL TRABAJO SOÑADO
LGBTI EN TRUJILLO
YO ME LLAMO JAVIERA CONVERSAMOS CON JAVIERA ARNILLAS, PROTAGONISTA DE LA PELÍCULA PERUANA SIN VAGINA ME MARGINAN
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Contenido 04 Balance del año que se fue / Un breve repaso a las noticias LTGBI más importantes del 2018.
de Eva Máñez registra a un grupo de mujeres trans que rinden culto a la Virgen de Copacabana en Cusco.
08 Personajes / Los rostros LTGB+ que destacaron el 2018.
54 Los 15 del Outfest / Celebramos los 15 años del festival de cine LTGBI más importante del país.
12 Palabra de mujer / Conversamos con Javiera Arnillas, uno de los personajes del año pasado.
56 Somos género encarnado / Marco Pérez nos presenta lo que fue la muestra Cuerpx, basada en su propia experiencia.
22 La diferencia entre sus edades / Cinco libros de temática LGBT+ comentados por Juan Carlos Cortázar.
60 Cinco veces Manuel o las formas del deseo homoerótico / Edgar Soliz comenta el poemario Todos los zánganos son reinas de Fidel Chaparro.
28 Chico busca / Presentamos a la obra ganadora del I Concurso de cuentos, relatos y crónicas LGBTIQ+ organizado por Epicentro Trujillo. 30 Javier Ponce. Un genio maldito suelto en Lima / Excesivo, provocador, irreverente... la vida y milagros de este escritor y director narrados por Julio Lossio.
Pág 50
68 El trabajo soñado / Gianna C. García nos cuenta en primera persona la lucha de las mujeres trans para insertarse en el mercado laboral peruano.
36 Pantalla diversa / Jorge Chávez hace un repaso a la representación LGTB+ en la TV durante el 2018.
72 ¿Hacia dónde soplan los vientos de las ideas? / El panorama de la población LGBTI de Trujillo visto por Yago Martínez.
40 Cinefilia. Lo que el año nos dejó / Héctor Turco hace una lista de las 26 películas de temática LTGB+ que se vieron este año.
76 Diseño de letras para acercarnos al cine disidente y educar en diversidad / Ricard Huerta nos explica la importancia del diseño tipográfico en la comunicación.
42 Tercera llamada / Las obras de teatro con temas y personajes LTGBI que se vieron en Lima. 46 Juventud sónica / Lo más destacado de la música que sonó este 2018, por Luis Humberto Castro. 50 Vírgenes del sol / El lente
64 Proyecto Maternidades / Vero Ferrari cuenta su experiencia en esta pieza de teatro testimonial.
Pág 12
86 Adiós al clóset / A propósito del libro El fin del armario de Bruno Bimbi. 87 La Morcilla / por Chechi.
Director general: Julio Lossio. Editora general: Verónica Ferrari. Comité consultivo: Jorge Chávez y Gianna García. Diseño y diagramación: César Chávez. Página web: Luis Muñoz. Colaboradores: Gianna C. García, Alexander Caballero, Luis Humberto Castro, Chechi Chávez, Jorge Chávez, Juan Carlos Cortázar, Verónica Ferrari, Eva Máñez, Yago Martínez, Alejandro Merino, Marco Pérez, Edgar Soliz, Héctor Turco. Corresponsal en España: Ricard Huerta. Agradecimientos: Regina Limo, Miguel Ramos, Javier Ponce, Epicentro Trujillo, Diego Zeta. Editado por: DIVERSIDADES SAC. Av. Perú 1502 San Martín de Porres. Impreso en: Prograf. Av. Alfonso Ugarte 252, interior 3345, Lima. Página web: www.cronicasdeladiversidad.com Facebook: facebook.com/cronicasdeladiversidad Twitter: @cdldiversidad Email: direccion@cronicasdeladiversidad.com Año 03 Número 07, febrero 2019. Hecho el Depósito Legal en la Bibioteca Nacional del Perú N° 2014-07747 Todos los derechos reservados. Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares de los derechos, la reproducción parcial o total de los artículos y las fotografías de esta publicación por cualquier medio. Las opiniones vertidas en este número corresponden a sus autores, por tanto no representan necesariamente las de la revista.
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Editorial
Cuando en el Te Deum del 2014 el Arzobispo de Lima decía «La ideología de género invade el campo cultural» pocos debieron entender a qué se estaba refiriendo: La frase «ideología de género» aún no provocaba debates, y el discurso de la diversidad resonaba en los espacios culturales pero se dispersaba en la multiplicidad de ofertas culturales que crecían en Lima y se perdía en la prensa diaria que poco o nada la mencionaba. Hacía unos meses, en abril 2014 para ser exactos, precisamente por esa invisibilidad a que era sometida la producción LGTB, habíamos empezado a publicar esta revista con la intención de difundir lo que se hacía en el Perú en el ámbito de lo que llamamos «Arte y cultura LGTB». Hoy, cuatro años después reiniciamos esta tarea en un ámbito cultural que desborda de producciones que nos informan, educan, sensibilizan y representan nuestra cotidianeidad. El cine, por ejemplo, se ha convertido en un importante medio para conocer estas historias. La cartelera comercial del 2018 trajo cintas destacadas como Love Simon, Desobediencia, Llámame por tu nombre y Bohemian Rhapsody, esta última convirtiéndose en una de las más taquilleras del año. Pero además han crecido festivales como el de la Universidad Católica, el de la Universidad de Lima, el Festival Al Este de Lima, el Outfest, que nos permiten ver en pantalla grande producciones internacionales reconocidas, como 120 latidos por minuto de Francia, Las herederas de Paraguay, The cake maker de Israel y Tom of Finland de Finlandia. El cine peruano con esta temática encontró también en estas muestras y festivales la mejor manera de ser difundido; así pudimos ver en el festival de Cine de la Universidad de Lima y en el Outfest Sin vagina me marginan (que fue vetada por salas comerciales) además de otras como Reviviendo, Todos somos marineros y Bullying maldito. El teatro nos ha traído el 2018 también múltiples producciones con temática LGTB: Corpus Christi, sobre un Jesucristo moderno y gay; Paso peatonal, sobre los problemas que se generan con el patrimonio común cuando en una pareja gay muere uno de ellos; Los inocentes, basada en la novela de Oswaldo Reynoso, Proyecto Maternidades que tiene entre sus personajes a una activista lesbiana, Marcados por el triángulo rosa, La prueba y muchos más. El Festival de Artes Escénicas nos trae siempre puestas que nos tocan. Y es grandioso saber que se está consolidando el Festival de Artes Escénicas por la Diversidad; Carolina Silva Santisteban, su genial impulsora, también ha llevado a las tablas sesiones de stand up comedy, en solitario y acompañada, que tratan el tema. En libros el 2018 las editoriales apostaron por una diversidad de presentaciones, entre ellas resaltan: el poemario Todos los zánganos son reinas de Fidel Chaparro (Vagón Azul Editores), el libro de cuentos El inmenso desvío de Juan Carlos Cortázar (Animal de Invierno), la novela El cine malo es mejor de Javier Ponce Gambirazio (Testigo 13), el libro de crónicas El fin del armario. Lesbianas, gays, bisexuales y trans en el siglo XXI de Bruno Bimbi (La Travesía) y la segunda edición de Las dos caras del deseo de Carmen Ollé (Peisa). Los cambios culturales son siempre más rápidos que los cambios políticos, espacio este en donde nuestros representantes aún hacen cálculos cínicos antes de ponerse del lado de los derechos de todxs. Tenemos muchas expectativas de lo que el 2019 nos trae a los y las LGTB y les damos la bienvenida a nuestros lectores con este nuevo número. Julio Lossio Quichiz 3
Balance del año
que se fue
¿Qué trajo el 2018 a los LGTBIQ?
texto Vero Ferrari
E
l 2018 no ha sido especialmente bueno para los LGTBIQ en el Perú en el ámbito legal, nuevamente no hemos avanzado en el reconocimiento de nuestros derechos humanos, a pesar de tener tres proyectos de ley que intentan proteger, por un lado, las relaciones de parejas de lesbianas y gays, y por el otro, a la comunidad trans. Los proyectos de Unión Civil, Matrimonio Igualitario e Identidad Trans siguen durmiendo el sueño de los justos desde más de dos años y hasta ahora no son agendados en comisiones ni debatidos. Esperamos que el 2019 estos proyectos puedan ser aprobados y de esta forma garantizar las vidas LGTBIQ. A pesar de ello, este año que se nos fue empezó con una muy buena noticia, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reconoció como un derecho el matrimonio igualitario y dicha resolución obliga a todos los estados miembros a adecuar sus leyes en ese marco, por lo que la orden de la Corte se extiende a los 20 estados que reconocen su competencia contenciosa gracias a la firma de la Convención Americana de Derechos Humanos: Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam y Uruguay.1
La Corte consideró «que todos los derechos patrimoniales que se derivan del vínculo familiar de parejas del mismo sexo deben ser protegidos, sin discriminación alguna con respecto a las parejas entre personas heterosexuales», pero que «esta obligación internacional de los Estados trasciende a la protección de las cuestiones únicamente patrimoniales y se proyecta a todos los derechos humanos, reconocidos a parejas heterosexuales, tanto internacionalmente como en el derecho interno de cada Estado». En febrero tuvimos la oportunidad de ver un amor fuera del clóset entre la integrante de la selección de vóley, Clarivett Yllescas y su novia Patricia Graterol, quienes se encuentran en España y ya tienen planes de casarse. Lo importante de estas demostraciones de afecto entre mujeres es que permiten que otras también tengan la valentía de hacerlo y puedan vivir en libertad y con referentes sobre sus vidas. En marzo, la CIDH admitió la petición P-1718-11 interpuesta por Crissthian Olivera contra el Estado peruano por violación a los derechos a la igualdad y a la no discriminación, a la vida privada, a la libertad de pensamiento y expresión, al debido proceso y a la protección judicial consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. El 11 de agosto de 2004, Olivera y su pareja fueron
Argentina, Brasil, México, Uruguay y Colombia ya tienen matrimonio igualitario, Chile y Ecuador tienen unión de hecho. En Costa Rica será legal a partir del 2020. 1
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twitter Federa ción Peruana de Voleibol
discriminados por su orientación sexual en las instalaciones de la empresa Supermercados Santa Isabel por mostrarse afecto entre ellos. El personal de seguridad los acosó y los hizo retirarse del local señalando que estaban teniendo comportamientos inadecuados frente a su clientela. Este caso lo estará llevando la ONG Demus. Este mismo mes, nos enteramos que las empresas Sodimac y Maestro incluían a las parejas LGTB en sus beneficios laborales, quienes podían acceder a los siguientes derechos: dos días libres hábiles para matrimonios LGTB en el extranjero, acceso al programa de orientación psicológica y legal, 7 días hábiles más 3 días calendarios de descanso si la pareja se encuentra hospitalizada de gravedad o con una enfermedad terminal, por el fallecimiento de la pareja se darán 4 días libres si vivían en la misma ciudad y 5 días si es fuera de la ciudad de residencia y un bono de S/400 por el fallecimiento de la pareja. Mientras todos celebrábamos esta política laboral enfocada en reconocer y restituir derechos para las personas LGTB en el Perú, el Poder Judicial le daba un zarpazo
a estos derechos al anular la resolución de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, dada el 21 de diciembre de 2016, que ordenaba al Reniec inscribir el matrimonio de Oscar Ugarteche (peruano) y Fidel Aroche (mexicano) realizado en México en 2010, pareja que viene sosteniendo desde 2012 un proceso judicial con Reniec para lograr el reconocimiento de su matrimonio en el Perú. El Poder Judicial señaló que el recurso de amparo presentado por la defensa de Ugarteche y Aroche fue presentado seis días después de que venciera el plazo establecido para hacerlo, por lo que denegó el pedido de registrar el matrimonio y dio por concluido el proceso. Es decir, en el Perú, un requisito de procedimiento puede anular un derecho humano. El caso está ahora en el Tribunal Constitucional a la espera de una respuesta justa. En abril se realizó la VIII Cumbre de las Américas, y las personas trans no la pasaron tan bien, ya que algunas denunciaron que no habían sido reconocidas en las credenciales con sus nombres sociales sino con los legales, a pesar de que la Or5
CMAN / manoalzada.pe
ganización de Estados Americanos permite en sus registros la posibilidad de elegir el género y el nombre con el cual uno se identifica garantizando así su derecho a la identidad, algo que en el Perú no fue tomado en cuenta. Por suerte esta situación fue arreglada rápidamente. Pero eso no impidió que congresistas como el pastor evangélico Julio Rosas criticara a la organización por el uso de baños neutrales en las actividades de la Cumbre. En junio, con una placa conmemorativa «en memoria de las víctimas de terrorismo a causa de su orientación sexual, durante el periodo de violencia comprendido de 1980 al 2000, de las comunidades del distrito de Tarapoto», el Gobierno por fin reconoció la existencia de la población LGTBI en el Perú y cómo esta fue violentada en los tiempos del conflicto armado interno.
Museo Traves ti del Perú
Como se recuerda, el 31 de mayo de 1989, un contingente armado del MRTA ingresó a la discoteca Las Gardenias, sacó a 8 personas gays y travestis y las acribilló en nombre de una política de «limpieza social» que incluía a delincuentes y trabajadoras sexuales. Esta acción fue reivindicada luego en el periódico Cambio, medio vocero de la agrupación terrorista. Ellos sostenían que este grupo de personas eran «lacras sociales utilizadas para corromper a la juventud».
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Para hacer memoria de estos hechos, para que no se olviden, para generar un tejido social fuerte que reconozca sus vidas, el movimiento LGTBI del Perú acordó que el 31 de mayo sería el Día Nacional de Lucha Contra la Violencia y los Crímenes de Odio hacia Lesbianas, Trans, Gays y Bisexuales, que se conmemora hasta el día de hoy con la ceremonia de «El Quipu de la Memoria». En el mes del Orgullo, La Organización Mundial de la Salud publicó la lista actualizada de enfermedades en la CIE-11 excluyendo a la transexualidad del listado de enfermedades mentales, una demanda de la población transexual mundial, pues esta caracterización las estigmatizaba y
difusión
facebook Outfest Perú
descentralizando y permitiendo que más público pueda ser testigo de los cambios culturales que se están dando. Todo el 2018, la educación con enfoque de género se ha visto obstaculizada gracias a grupos conservadores y antiderechos que no permiten que se distribuya información al respecto por la demanda que interpusieron al Ministerio de Educación, según ellos, por no consultar a todos los padres su contenido. Debido a ello, la ola de violencia contra las mujeres y personas vulnerables es de nunca acabar.
generaba más violencia en la vida de ellas y ellos. Así, la transexualidad ha salido de la lista de enfermedades mentales y solo ha quedado en la de Condiciones relativas a la salud sexual. Según la OMS, asociar transexualidad a enfermedad mental era incorrecto, la condición mental que se puede presentar, como ansiedad o depresión, suceden por culpa del estigma y no por la condición en sí. El 2018, el Outfest, Festival de cine gay lésbico trans bi, cumplió 15 años de llevar las vidas de las personas LGTBI reflejadas en la pantalla grande y de mover muchas emociones entre los asistentes que año tras año los acompañan. Asimismo, se ha diversificado y ampliado su propuesta a diversas ciudades del país como Cusco, Arequipa y Huancayo, entre otras,
Una situación muy perturbadora se registró en noviembre, cuando nos enteramos que integrantes de la ONG Exgays del Perú habían estado yendo a varios colegios estatales para dar talleres homofóbicos en donde desinforman a las y los estudiantes sobre la orientación sexual y la identidad de género de las personas. Hasta el momento el Ministerio de Educación no se pronuncia al respecto. El 2018 se cierra con los crímenes de odio de dos compañeras de la Red Trans de La Libertad, Brenda Sifuentes Andrade (35) y Carla López Laureano (37), ambas brutalmente asesinadas en noviembre. En diciembre se reportó también el ataque que sufrió la activista Yefri Peña cuando se dirigía a su domicilio. Y empezamos el año también con un nuevo crimen de odio en la región San Martín contra un joven de 17 años, asesinado por su propio padre. 7
es.wikipedia.org
Clarivett Yllescas
es voleibolista, forma parte de la selección peruana de vóley y actualmente juega para el VC Marcq-en-Barœul de Francia. En febrero de 2018, ella y su novia, Patricia Graterol, revelaron al mundo que se amaban, y al parecer ya tienen planes de casarse.
Person Los protagonistas
Gabriela Wiener
es periodista, escritora y vive con sus parejas Jaime y Rocío, con quienes tiene dos hijos. Adalid del poliamor, el año pasado destacó por su intensa incursión en el feminismo peruano, sus cargadas opiniones políticas y la performance íntima, tierna y desatada gracias a Qué locura enamorarme yo de ti en donde hizo reír y bailar al público.
Paul Vallejos
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facebook Manuel Siccha
Manuel Siccha
es abogado y el primer regidor abiertamente LGTBIQ que tiene la Municipalidad de Lima Metropolitana. Activista desde antes de ser elegido, Manuel se ha comprometido a aprobar la tan ansiada ordenanza antidiscriminación que incluya la orientación sexual y la identidad de género para este 2019.
onajes del 2018
Merian
es cantante y el 2017 sacó a la luz su álbum Raíz/Es, que rescata el folclore latinoamericano. Luego de su participación en la obra de teatro Desde afuera, no ha dejado de promover el respeto a la diversidad sexual a través de su música y sus mensajes. El año pasado se presentó en el Outburst Queer Arts Festival en Irlanda y en el programa TedEx para hablar sobre su activismo trans y las identidades no binarias. facebook Merian
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instagram Alberto de Belaunde
Alberto de Belaunde,
abogado y congresista, ha destacado en su trabajo parlamentario como defensor de la gobernabilidad y la democracia frente a una mayoría fujimorista aplastantemente obstruccionista a las políticas del gobierno. Su frase «no retiro nada» ha quedado para la historia de la lucha contra la corrupción política.
Carolina Silva Santisteban,
comediante, promotora del Festival de Artes Escénicas por la Diversidad en donde presenta una gran variedad de puestas en escena con contenido LGTBI, directora de la Escuela de Artes Escénicas Vodevil y youtuber, es con los videos que publica, en donde explica desde el feminismo hasta lo que sucede en política que ha cobrado mucha notoriedad.
facebook Carolina Silva Santisteban
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Chechi Chávez
Rolando Salazar,
gestor cultural y director del OutfestPerú, Festival de Cine Gay, Lésbico, Trans, Bi que desde hace 15 años, lleva la magia del cine a los lugares en donde la homofobia busca seguir haciendo estragos. Un trabajo incansable que ve sus frutos cada junio en el mes del Orgullo. Desde el 2018 el OutfestPerú integra la Red de Festivales de Cine del Perú.
facebook Paco Ferrer
Paco Ferrer,
bailarín, empresario, productor artístico y asistente de Susy Díaz cuando la conocida vedette fue congresista, falleció el 7 de enero de 2019 debido a las complicaciones de un tumor cerebral que lo aquejaba meses antes y que ya lo había dejado paralizado. Lo recordaremos como una de las primeras personas que luchó por un espacio para la comunidad LTGBI peruana en el mundo del espectáculo. Su vida, a contracorriente en tiempos de profunda homofobia, fue más como quiso ser al pasar de los años, cuando ya el Perú estaba atravesando importantes cambios culturales que promovían una mirada mucho más abierta y respetuosa a la diversidad sexual. Recordaremos su legado y su valentía en momentos en donde era más duro ser como una quería ser.
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Palabra de
Conversamos con Javiera Arnillas, personaje del año 2018
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«A las niñas y niños trans les diría que ser uno mismo no va a ser motivo de vergüenza nunca más, que resistan». entrevista Crónicas de la diversidad
J
aviera Arnillas es una joven activista, modelo afroperuana, estudiante de actuación en la PUCP y firme defensora de los derechos trans. Conozcamos un poco más de ella en esta entrevista. Has tenido bastante actividad este año, luego de la película (Sin vagina me marginan), que es de hace dos años… La grabamos hace dos años, pero salió al aire el año pasado. Después de eso, como modelo has despegado, quedaste semifinalista en un concurso de modelaje. Cuéntanos cómo fue. Sí, quedé semifinalista. Ahí comencé. Mi amigo, que es mi mánager, Roberto (Otoya), siempre ha trabajado con modelos y me dijo: «Sería interesante que vayas. Anímate, en otros países hay muchas chicas trans que cumplen con los requerimientos que piden en los concursos. Por qué no podrías ir si también eres alta y piden chicas altas». A mí me daba miedo porque sentía que me podían discriminar y ese es un miedo constante, pero al final me dije: «Se vive solo una vez», y me lancé a la palestra. ¿Pensabas que te iban a discriminar por trans, por afro…? Por trans más que por afro, porque de alguna u otra forma en la moda se ha insertado mucho más el tema de las modelos étnicas o diferentes al canon hegemónico blanco. ¿Y cómo fue tu preparación para ese concurso? Fue con Roberto, él ha sido muy buen compañero, amigo, además estoy trabajando con él. Él es coach de pasarela,
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enseña a algunas chicas de Miss Perú. Estuvo en el programa Perú Next Top Model que salía en canal 9 y me enseñó a desfilar. Entonces fui con lo que me había enseñado, pasé el casting y me eligieron como semifinalista. ¿Como semifinalista, entre cuántas? ¿Y quién ganó? Fueron un montón de chicas, como 400, ese día quedamos 30. Ay, no sé quién ganó (risas). La verdad cuando vi que no quedé finalista pensé: «¿Por qué habrá sido? Bueno, no importa». Pasó también que cuando quedé como semifinalista estaba emocionada y lo publiqué en mi Facebook y en todos lados. Entonces hubo rebote y el concurso empezó a tener bastantes noticias, pero por ese tema. Los medios no lo cubrían tanto, pero cuando salió esto empezó a difundirse un montón, no sé si el hecho de ser trans habrá tenido que ver. ¿Y te preguntaron algo? No, nada de nada. Y cuando estaba ahí había muchas chicas altas y no era como que mi altura pudiese de alguna u otra forma dejar a entender que soy trans, porque había muchas chicas así. Entonces no sé si cuando me eligieron sabían que era o no trans, el tema es que al final después se hizo las noticias y entonces tal vez puede haber sido por eso. Eres una invitada recurrente al Miss Perú, ¿qué te parece el concurso? Ya son dos veces que voy a la gala. A mí me gusta, sobre todo la plataforma internacional, buscan que las chicas elegidas tengan una historia o representen algo. Este concurso, antes limitado al tema de la belleza, ahora se va transformando y va dejando un mensaje, y eso me parece
chévere. Dentro de todo el tema es bastante cultural, hay mucha gente que siente que es parte de su vida y es bueno que esta plataforma se vaya transformando y llevando mensajes que de alguna u otra forma van transformando la sociedad. En Perú se lanzaron mensajes a favor del Ni una menos, y este año fue sobre el cáncer de mama. ¿Y has pensado concursar alguna vez en Miss Perú? Sí lo he pensado, pero no puedo hacerlo por el DNI. ¿Qué opinas de eso? Que todavía no haya una ley de identidad de género me parece no solo lamentable, sino también vergonzoso y triste. Claro, porque Uruguay ya tiene, Chile, casi toda Latinoamérica, pero Perú nada. Yo ahora estoy en mi trámite de cambio de nombre. Ya voy dos meses en el proceso. Ya di todos los documentos que tenía que dar y se supone que debe realizarse la
audiencia pronto. ¿Te han hecho un cálculo de cuánto puede demorar esto? Me han dicho que puede ser rápido como puede demorarse bastante. Pero ya Reniec ha anunciado que no va a apelar ningún proceso de cambio de nombre de mujeres trans, porque antes apelaba y eso demoraba más el proceso. Va a ser un alivio. ¿Qué cosas se te obstaculizan por no tener un DNI con tu nombre? Lo que pasa es que es una manera de que me vulneren los derechos constantemente, porque por más que yo diga: «Me llamo Javiera», no les importa. En cambio, si tengo mi DNI que dice Javiera, y alguien me dice algo, yo le puedo responder: «Escúchame, mi nombre es este, no me puedes llamar de otra manera». Hacer cualquier trámite es difícil, afortunadamente en la universidad no tengo ese problema, la reforma trans se aprobó. 15
Tu carné universitario dice «Javiera Alejandra». El de la PUCP, pero eso solo funciona dentro de la PUCP, no lo puedo presentar afuera ni en ningún otro lado porque el mismo carné dice que es para adentro. Cuéntame un poco del LIF Week en donde participaste hace poco. ¿Qué crees que ha cambiado del año pasado a éste… aparte de las bubis? Creo que principalmente eso (risas). El año pasado intenté entrar al LIF Week, pero no me eligieron, me ha costado bastante. Sinceramente no sé qué habrá sido, tal vez que alguien que estaba trabajando ahí en un momento no quiso y ya no está esa persona, pero pueden ser muchas variables. Fui al casting y me dijeron: «estás dentro de las modelos que hemos elegido, pero tenemos que esperar a que algún diseñador quiera elegirte», yo dije: «Ok», y esperé un mes, y mientras esperaba me decía: «No pierdo nada si no me eligen, no tengo nada que perder». Así que puse publicidad en mis redes y al final sí me llamaron dos diseñadores: Pat Sedano, que estaba haciendo su colección inspirada en su hermana embarazada que estaba en Estados Unidos y que tenía su novia, y a Pat le chocaba que no pudiera vivir en Perú de esa manera, que tuviera que vivir en otro lado, y quería hablar de eso, de esa injusticia, y su colección se llama Love is love. Ella me dijo: «Quiero que cierres mi desfile». Y el otro diseñador fue Amaro Casanova, que hizo un desfile con muchas chicas afrodescendientes, conversé con él y me dijo: «Cumples con los requisitos, me gustas y ya». ¿Ustedes pasan por un casting? Sí, es un casting, piden chicas que midan más de 1.75 cm, y aparte de eso luego te hacen una prueba de pasarela para ver qué tal caminas con tacos. Hay chicas que no pasan, nos preguntan: «¿Podrías hacer esto?», y si no nos sale nos dicen: «Para la siguiente será». ¿Cómo fue tu experiencia como jurado en la Semana del Cine de la Universidad de Lima? Rodrigo Bedoya, me escribió a inicios de 16
ciclo, en setiembre, y me preguntó si me gustaría, le dije: «¡Claro!» y me mandaron las películas para verlas, vi las 20 películas. La experiencia fue muy enriquecedora y sobre todo me alegró que estén apostando en incluir como jurados a personas que nadie se esperaría. Las chicas trans estamos dentro de lo que es visto como marginal, exótico, ponernos en espacios en donde históricamente no hemos estado genera una visibilidad y normaliza también. En el jurado estaban también Óscar Catacora y Rossana Díaz Costa. ¿Y cuál ganó? Ganó Casos complejos de Oscar Forero, que es un director de Trujillo, que trata acerca de las bandas de extorsionadores. Me pareció bien chévere cómo trata el tema, es policial, pienso que si se estrena la gente va a ir porque es muy entretenida. Las menciones honrosas fueron Mataindios, que fue la que ganó en el Festival de Cine de Lima, y la otra Volver a ver, que es un documental acerca de las víctimas del conflicto armado en Ayacucho. Luego de eso, ¿qué planes tienes? El próximo año se estrena la segunda película que hemos grabado con el mismo director de Sin Vagina…, con Wesley Verástegui. Va a salir el tráiler en enero, me ha dicho que todavía no puedo decir de qué se trata, ni cómo se llama. ¿Tú eres la protagonista? Más o menos, es un papel de reparto. ¿Conocías al director antes de Sin vagina me marginan? Fue un casting que hice en el centro de Lima, fue súper raro, era un casting en un hotel. Me dije: «Voy al casting», y veo la dirección y era un hotel en el centro, y dije: «Dios mío, en qué me estoy metiendo». Llego, subo y había varias personas y cámaras. «Ya, ok», respiré. ¿Qué decía el anuncio de casting? «Se busca chicas trans para largometraje». ¿Y ahí estaba Marina (Kapoor)? Creo que también fue al casting, pero yo no la vi el mismo día.
¿La conocías de antes? Sabía quién era, alguna vez la había visto, recién hemos sido amigas en la película. ¿El guion ya estaba hecho? Sí. Hay alguna que otra palabra que siempre como actores o actrices puedes proponer, y también como chicas trans algunas palabritas que por el mismo uso que tenemos ya conocemos, pero la estructura del guion estaba armada desde el principio. Yo siempre me pregunté después de ver la película por qué las menciones a Javier Ponce, ¿él ha colaborado en el guion? Sí, no sé si en el guion, pero Javier Ponce ha colaborado mucho con Wesley. Le ha ayudado con bastantes cosas. Es bien chévere. Ha ayudado mucho en la película de hecho. Recuerdo que tuviste un incidente en un gimnasio… Sí, horrible, estaba en un gimnasio en el que cuando fui pregunté: «¿Pueden poner mi nombre como Javiera?». Y me pusieron, ponía mi huella digital y salía Javiera, todo regio, pero ese gimnasio era un poco caro, entonces me fui a uno nuevo, y cuando voy le pido lo mismo y me dicen: «No, no se puede», y yo: «Pero…». Y ellos: «No, no se puede». Cero ganas me quedaron de seguir ahí y me sentí mal, cuando salí me quedé como en shock. «¿Qué está pasando? ¿Cómo no me voy a poder meter acá?», me decía. Luego me fui dando cuenta y me fui indignando cada vez más. Qué te cuesta ¿no?, obviamente el contrato lo voy a firmar, pero la huellita no te cuesta nada. Entonces hice mis descargos en las redes sociales, y luego mucha gente lo compartió. Me empezaron a llegar más mensajes de odio a la página, también. ¿Los mensajes de odio son comunes? Cuando subo cosas que no son tan polémicas no tengo, pero cuando subo algo como denuncias, sí me llegan mensajes así, lo peor de la sociedad sale a flote. Al final, después de eso se comunicaron conmigo los del gimnasio y dijeron que 17
querían reunirse conmigo, que querían pedirme disculpas personalmente y cuando fui aproveché para decirles: «Bueno, acepto sus disculpas, pero solamente si capacitan a su personal y se comprometen a tener una atención que no sea excluyente para las personas trans». Y me dijeron que eso iban a hacer, que ya habían hablado con el personal y todo. Espero que lo hayan hecho, Roberto está en ese gimnasio y me ha dicho que hay varias chicas trans que han empezado a ir. Ojalá que esté funcionando todo bien. Cuéntanos un poquito a qué te dedicas cuando no modelas. Tengo 23 años, estoy estudiando actuación en la PUCP, estoy en cuarto ciclo, voy a pasar a quinto. Estoy enamorada, no solo estoy enamorada, sino que he tenido la suerte de encontrar a alguien que está dispuesto a enfrentar todo lo que implica estar con alguien como yo y que cada día me demuestra que en verdad el amor va más allá de los géneros. Que los géneros, sobre todo binarios, no tienen por qué encasillarte en algo. Con nuestro amor le sacudimos la cabeza a la gente, les decimos que no tienen por qué ser tan cerrados, no tienen que encasillar a la gente, simplemente se ama. Y él, esa elección se la hace a sus padres, se la hace a sus amigos. ¿Y cómo fue que sus papás se enteraron, sus amigos? Ese proceso está siendo muy fregado para mí, a veces me duele, en mi familia yo no tuve tanta discriminación por mi identidad de género, pero la violencia la he empezado a sufrir ya por parte de la suya. Y la evito, igual no me permiten ir a su casa. Ustedes hacen visible su amor en redes. Eso es lo que más les arde. Claro, porque preferirían que estén juntos en un cuarto oscuro en Marte. Exacto, lo peor de todo es que ya vamos a cumplir un año de estar juntos y como que siguen en ese plan. Al comienzo decían: «Ya se le va a pasar, si no que se ha obsesionado, pero se le va a pasar». 18
Él era tu mejor amigo. Sí, tenemos una historia bien larga desde el colegio. Cuando estábamos en el colegio, a mí me gustaba y se lo dije, pero en ese momento yo físicamente no le atraía, porque él es heterosexual, es una heterosexualidad diversa, pero heterosexualidad, y en verdad pues no tendría por qué ser motivo de vergüenza ni nada. ¿Cómo se enamoraron? Después del colegio nos empezamos a ver un poco más. En el 2016, él estuvo presente cuando tuve una operación, me fue a visitar y eso me pareció muy lindo. Después hubo una fiesta en la que coincidimos y al final estábamos los dos pasados de copas, y una cosa llevó a la otra. No sé cómo, terminamos besándonos, y a partir de ahí empezamos a frecuentarnos más y más, y ya ahí había una atracción por parte suya. Y decidieron comprometerse. Estamos en esas, a pesar de la transfobia, de la homotransfobia, mejor dicho, porque la gente que no está enterada del tema mezcla todo. ¿Estuviste en el proceso de la reforma trans en la PUCP? Estuve sí, no tan directamente relacionada con los trámites administrativos, pero sí con la incidencia. ¿No participaste en política en la universidad? No, pero sí soy activista LTGBI, aunque prefiero llamarme artivista. En el tema de la reforma trans he sido como una vocera en medios de comunicación. ¿Sientes que estás cumpliendo tus sueños? Sí, siento que, sobre todo, ha valido la pena todo lo que he tenido que pasar como chica trans, porque mi carrera ha despegado después de mi transición, no antes, eso me alegra, me gusta la idea de poder inspirar a otras chicas trans. ¿Puedes contarnos cómo ha sido esta transición, cuánto tiempo te tomó?
Ya voy a cumplir tres años de transición en febrero, pero ha sido y sigue siendo duro. Por ejemplo, yo tuve una intervención quirúrgica en la cual se me extrajeron las gónadas, yo ya no produzco testosterona y mensualmente tengo que inyectarme estrógenos y eso es difícil. Fue este año y es bien difícil de manejar porque hay momentos en que en verdad me descontrola, me pongo hipersensible, me cambia el humor y de la nada me pongo a llorar. Es duro porque conozco mujeres cisgénero que tienen el periodo como más fuerte, pero de alguna u otra forma lo han vivido años, doce, trece, catorce años, en cambio yo recién voy por el primero y para mí es un cambio muy fuerte, porque antes no me pasaba. Pero nada, es parte (del proceso), igual ya lo hice, ya no hay marcha atrás así que tengo que aprender a lidiar con eso. ¿A qué edad decidiste hacerlo? ¿Le contaste a tu familia, a tu pareja? A los 20. Primero le conté a mi mejor amigo, y me dijo: «Sí, lo veía venir». Tuve que ir con él para contárselo a mi tía, y no podía, me puse a llorar cuando le dije. Me puse muy sensible, estaba pensando que me iba a rechazar. Mi tía me dijo: «Ya, ok, vamos a hacer esto». Toda mi familia ya sabía que mi identidad era de chico gay, pero no veían venir esto otro. Yo estaba con miedo, porque había construido mi identidad de una forma, era todo ya encajado acá, podía ir a las marchas y todo, y ellos pensar: «Ah ya, mi sobrinito es gay». Pero ya lo otro es el miedo de lo que hagan en la calle conmigo, y al comienzo para ellos
era ver al sobrino travestido, pero la gente en la calle no ve eso necesariamente. ¿Y del clóset gay, en qué momento le dijiste a tu familia que...? Nunca dije directamente que era gay. No lo conversamos, era evidente. Lo que sí pasó, ya sé cómo fue exactamente, yo ya estaba en la universidad en el 2013, estudiando otra carrera. Primero estaba en Derecho, pero nunca estuve en facultad, siempre estuve en Estudios Generales. Cuando comencé, en la universidad yo había escuchado que había un grupo llamado GPUC. En el colegio me sentía mal, aislada, no entendía que hubiese gente como yo, que fuera diversa, y la gente en mi colegio me decía: «Vas a estar en la GPUC». Hacían ese tipo de bromas homofóbicas, y yo pensaba: «Pues sí, yo voy a ir». Y fui y fue genial porque me sentía como «¡al fin encuentro gente así!» y me gustaba que fueran bien activistas. Empecé a ir a marchas con ellos, y cuando fui a la primera marcha del Orgullo habían hecho como una activación ese año, con ataúdes. Se había desaprobado el proyecto de ley contra los crímenes de odio, y tú también tenías uno (ataúd), recuerdo, había uno que decía «Vero Ferrari»… Que habíamos muerto y estábamos en un ataúd. Mi lápida decía «Arnillas, 1995-2013». A mí me tomaron una foto y salió en El Comercio y era evidente. Así fue que todo el mundo se enteró. 19
Aparte que GPUC tenía una dinámica especial, porque uno puede imaginarse chicos gays blancos, y eran realmente los más marginales de la PUCP. Eran afros, eran mestizos, eran cholos, no era como lo que se esperaba de una élite. Quizás en algún momento lo fue, pero ya no, se habían reunido chicos de Lima Norte, la dinámica era súper distinta. Claro, yo a las fiestas que iba eran ahí, en Lima Norte. Era bien chévere, me encantó estar en GPUC, ahí fue donde tuve más libertad de expresar mi género como yo quería hacerlo, porque en el colegio, si bien era evidente, igual tenía momentos en que me comportaba masculinamente para que no me hicieran daño. En cambio, en GPUC era libertad total, no tengo por qué fingir nada, quiero hablar así y que se me muevan las manos. ¿Sientes algún tipo de responsabilidad con la comunidad trans? Sí, siento esa responsabilidad. Siempre que hago una entrevista o cosas así me gusta, de alguna u otra forma, mostrar una imagen que se escape del estereotipo para justamente normalizarnos, sobre todo que la gente vea o diga: «No es como yo pensaba» o que el tema que se está tratando no es lo típico sobre trabajo sexual, o no está hablando sobre algo de sexo necesariamente, eso me parece chévere, me gusta poder ir cambiando la mente a la gente o derribando estereotipos. ¿Alguna chica trans que admires? Sí, Laverne Cox es mi referente, es más mi transición la comencé pensando en ¡yo la amo! Esta mujer me encanta, me encanta lo que ha hecho, empecé a ver Orange is the new black y pensaba: «Qué chévere todo lo que está consiguiendo siendo una mujer negra, y notablemente trans y negra». Ella es mi principal referente, es más me puse a estudiar teatro y todo pensando: «Yo quiero ser un día así».
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¿Sigues en Féminas? No tengo mucho tiempo para ir, pero Féminas fue muy importante en mi proceso de transición, porque era ese espacio en donde están las chicas que son como yo, y me contaban sus cosas y yo también. Es necesario tener un espacio con gente con la que te identificas. Admiro mucho a Leyla Ariana (líder de Féminas), quiero que sea congresista, tiene toda la capacidad y todo lo que hace lo hace porque le nace. Yo soy Féminas por siempre. ¿Qué mensajes le darías a la comunidad LGTBIQ+? Luchemos por unirnos en vez de aislarnos, que nos sensibilicemos mucho más entre nosotros, que no aislemos nuestras luchas, que las interseccionemos con las que corresponden a la diversidad de personas que comprenden la comunidad LTGBIQ. Que tengan esa sensibilidad y empatía con las diferencias que hay dentro de nuestra comunidad, hay gays que son muy racistas. ¿Y a las niñas y niños trans? Les diría que les espera un futuro mejor porque hay gente que está luchando para que sea mejor que el nuestro, que el mundo está cambiando, que las mentes cerradas se están abriendo un poco más, o muriendo (risas) y que ser uno mismo no va a ser motivo de vergüenza nunca más. Que resistan.
Make-up: Verónica Sabat. Styling: Doris Paola Reina y Zoe Callegari. Fotografía: Alexander Caballero Díaz. Asistencia de fotografía: Camila Mora. Agradecimiento: Casa Bagre.
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La diferencia
entre sus edades texto Juan Carlos Cortázar
Y
asunari Kawabata, en su hermosa obra La casa de las bellas durmientes, cuenta cómo el anciano que frecuenta esa singular casa de placer, al momento de contemplar desnuda y dormida a la joven con la que va a pasar la noche, sintió la gran diferencia entre sus edades. Este año que termina he tenido la suerte de leer cinco excelentes novelas sobre el amor homosexual centradas en ese sentimiento, es decir, en el erotismo entre hombres o mujeres de edades muy diferentes. Un tema que ha sido abordado antes y de manera arquetípica por obras como Muerte en Venecia, de Thomas Mann, El precio de la sal, de Patricia Highsmith, Un hombre solo, de Christopher Isherwood, o La virgen de los Sicarios, de Fernando Vallejo. En nuestro país, quien abordó esta experiencia, aunque no de manera tan directa como en los otros casos, fue Oswaldo Reynoso en sus novelas Los eunucos inmortales y En octubre no hay milagros. Es, al parecer, una experiencia sobre la que recurrentemente se vuelve al momento de abordar el amor homosexual desde la literatura. Hebe Uhart sostenía que la literatura tiene la capacidad de mirar a partir y dentro de las grietas que tensionan nuestras vidas. Las cinco novelas que menciona hacen justo eso: mirar en esa grieta nada inusual en el mundo homosexual que es el deseo y el amor cuando hay quince, veinte o treinta años de distancia entre los amantes.1 En Nuestros huesos, de Marcelino Freire (Adriana Hidalgo, 2014), un viejo
hombre dedicado al teatro busca rescatar y devolver a sus padres en el interior del Brasil, el cuerpo del jovencísimo taxi boy con el que ha mantenido una relación y que, fatalmente, acaba de morir en una reyerta en una plaza de Sao Paulo. Desde una perspectiva similar, Lo que te pertenece, de Garth Greenwell (Penguin Random House, 2018), despliega la mirada y la reflexión de un profesor estadounidense asentado en Bulgaria, en la que se vincula a un joven prostituto que conoce en un baño público y que, muy enfermo al final, está destinado a una muerte cercana. La mirada desde el otro lado de la relación, desde el más joven, es la que guía tanto Paris-Austerlitz, de Rafael Chirbes (Anagrama, 2016) y Dark, de Edgardo Cozarinksy (Tusquets, 2016). En la primera, un joven pintor español de familia acomodada asiste a la degradación y muerte en un asilo del obrero industrial que, años atrás, cuando el joven estuvo a la deriva en París, lo acogió en su departamento y fue su amante. En la segunda, un adolescente que aún no ha terminado la secundaria en el Buenos Aires de los años cincuenta, es abordado por un hombre maduro, prototipo del dandy porteño, quien lo guía en el ambiente de la bohemia de la ciudad y por el que el chico siente una profunda admiración. En Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara (Penguin Random House, 2017), el hilo de la narración lo lleva también la mirada joven, en este caso, el de una joven india que ha sido mujer de Martín Fierro (sí, el del poema gauchesco,
Tal vez un buen contrapunto para estos textos sea la reciente novela de Julián López, La ilusión de los mamíferos (Penguin Random House, 2018), que aborda lo que podríamos denominar una relación homosexual entre iguales. 1
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Marcelino Freire, autor de Nuestros huesos.
Mario Miranda Filho / flinksampa.com.br
historia recreada por Cabezón Cámara desde la mirada de la joven mujer) y que escapa de la toldería donde ha quedado sola y atraviesa el desierto prendada de una inglesa de mediana edad que, con el marido levado por los militares al igual que Fierro, viaja en una carreta hacia el sur de la Argentina. No soy crítico literario, de modo que no pretendo hacer un análisis literario de estas obras, sino simplemente señalar algunas dimensiones sobre la experiencia del amor homosexual que ellas, a partir de esa privilegiada mirada sobre la grieta, nos permiten atisbar. Un primer señalamiento consiste en la posibilidad de reconciliar las importantes diferencias que existen entre los amantes, las cuales claramente exceden (o se esconden tras) la distancia de edad. Las desigualdades son así también sociales: jóvenes prostitutos que viven casi en la calle enamorados de hombres maduros que gozan de cierta estabilidad econó-
mica y social, como es el caso del director de teatro y el profesor de inglés de las novelas de Freire y Greenwell; o más notoriamente todavía en el caso de la pareja formada por el joven y aburguesado pintor con el tosco y maduro obrero industrial en la obra de Chirbes. Muy finas resultan las miradas que ahondan en las inmensas diferencias culturales que median entre los amantes: «más de una vez lo traje, de madrugada, a mi departamento, a él le llamaban la atención los libros que guardo, la pila con los amores de Lorca, los cantos de Carmina Burana», apunta el viejo director de teatro sobre su amante. Más sutil es la diferencia cultural en la historia de «complicidad masculina» que Cozarinksy narra entre el joven estudiante secundario y el dandy maduro que le muestra una ciudad y un estilo de vida para él desconocidas. La diferencia cultural se exacerba al límite en el caso del vínculo que Cabezón Cámara crea entre la joven india y la dama inglesa, que se ven en la necesidad de aprender hasta el idioma de la otra para poder comunicarse (aunque 23
los cuerpos, eso queda claro, no necesitaron del lenguaje desde el principio). Lo interesante está en la manera como la mirada literaria rescata la posibilidad del deseo e incluso del amor entre personas tan distintas y distantes, personas que según los mandatos y estructuras sociales ni siquiera debieran haberse conocido. Obligados por las restricciones sociales a la homosexualidad, los personajes se ven obligados a buscar más allá de su entorno social inmediato (en baños públicos y plazas, encuentros pactados en esquinas y bares), y terminan relacionándose así con amantes distantes en edad, clase e incluso raza. Tal diversidad, explosiva y de por sí violenta en las sociedades en que los personajes viven, termina en algún grado reconciliada gracias al deseo y a –como señalaré más adelante- el surgimiento de un afecto protector que busca rellenar las brechas que deberían separar a los amantes. Es muy llamativo el caso de la novela de Cabezón Cámara, donde las diferencias no solo se reconcilian, Rafael Chirbes, autor de Paris-Austerlitz.
Daniel Reinhardt / DPA
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sino que terminan celebrándose en una suerte de paraíso terrenal de la diversidad (sexual, social, de género y de razas), un lugar donde el disfrute gozoso de las diferencias supera largamente el mezquino objetivo de la mera tolerancia. Ahora bien, para reconciliar las diferencias mediante el deseo y el amor —y esta es una segunda dimensión a señalar— los personajes se mueven en una confusa dinámica de dominación y sometimiento, de ejercicio del poder y también de manipulación desde abajo. Es decir que estas relaciones, aun siendo amorosas, no están exentas de la lógica del poder. Las diferencias socioeconómicas entre los amantes conducen a que, desde un inicio, la manifestación más clara de puja de poder sea el dinero: «después de tanto discurso, el boy, sin mirarme a los ojos de lleno, me preguntó si no tenía algo de plata para prestarle (…), claro, querido, le respondí, estate tranquilo, voy a ver qué puedo hacer, no sea cosa que se diera cuenta, ni por un momento, que solo me
Gabriela Cabezón Cámara, autora de Las aventuras de la China Iron.
importaba el sexo, el sexo como siempre que es bueno, como el que teníamos los dos, sin sentimientos», recuerda el viejo director de teatro de la novela de Freire. En la misma línea, que reconoce sin ambages la explícita intención de comprar el cuerpo del otro, el profesor americano de Greenwell recuerda: «No sabía por qué estaba tan sorprendido, sabía que Mitko no era de fiar, que haría o diría prácticamente cualquier cosa para conseguir dinero; y era algo que no podía recriminarle, porque era lo que en un principio me había dado acceso a él». Un poco más retorcida es la relación del joven pintor español con el obrero parisino de Chirbes, pues aunque el obrero es quien, en el pasado, había acogido y sostenido al más joven, en realidad era este quien tenía los recursos materiales y simbólicos para ser el que ejercía poder. Surge ahí, a partir de percibir las miradas de los obreros pares del mayor, la reflexión del joven: «Por fuerza tenían que preguntarse qué hacía un tipo como yo recorriendo los oscuros laberintos en que se extraviaba Michel
Xavier Martín / nodalcultura.am
los últimos meses. El chico bien vestido que acompaña al obrero borracho Michel. Que se folla al borracho Michel. Que seguramente le paga porque es un rico vicioso que se excita con los marginados». Aún en el caso de la libre e igualitaria relación entre la india huida y la inglesa inmigrante de Cabezón Cámara, la realidad del poder oculto tras la diferencia asoma: la inglesa es, a fin de cuentas, la dueña de la carreta y quien decide el trayecto a realizar. Así, la aparente generosidad del que tiene recursos se enfrenta a la aparente docilidad o sumisión del que no los tiene, quien se ve obligado a utilizar subterfugios y manipulaciones para obtener lo que necesita. En la medida en que, como ocurre en las novelas que comento, la inicial transacción o encuentro sexual se convierte en una relación vigente (aun si es esporádica), la dinámica dominio/sumisión se convierte en un intercambio, en un vínculo de mutua utilización que a la larga resulta incómodo, enredado, que va contra corriente de los 25
Garth Greenwell, autor de Lo que te pertenece.
Ricardo Moutinho Ferreira / theparisreview.org
sentimientos de afecto que ambas partes sin duda tienen y en donde ya no resulta muy fácil determinar quién y cuándo está siendo generoso o manipulador: «Y (yo) además había sido generoso, le había ayudado sin recibir nada a cambio. Pero eso no era cierto, pensé de pronto, sí que había obtenido algo a cambio, Mitko se había asegurado de ello cuando me siguió a los lavabos para hacerme ver cuánto le deseaba. No me había permitido ser generoso, aquella había sido la intención de su acto. Yo había querido dar sin recibir, pero aquello debió resultar humillante para él, no tener nada con lo que comerciar, y ahora me pregunté si me había gustado aquella humillación, si no sería ese el placer que encontraba en mi generosidad, humillarlo dándole lo que necesitaba al tiempo que afirmaba no necesitar nada a cambio» (Greenwell). Generosidad y manipulación, dominio y humillación, cuidado y agresión pasiva. Extremos que se van intercambiando de lado conforme cada parte pone sobre la mesa aquello que el otro necesita o desea, sea dinero, seguridad, un techo o el propio cuerpo. No es de extrañar que 26
en medio del deseo y la necesidad los personajes se confundan al punto de no estar ya seguros de quien domina y quien se somete. En medio de esa dolorosa dinámica surge, sin embargo, un sentimiento que es el que permite que la relación perdure aún en medio del sufrimiento por utilizar o dejarse utilizar: la necesidad de proteger al otro. Proteger al más débil se vuelve así en un vínculo fuerte que impulsa la relación: la inglesa que acoge y enseña el mundo a la joven india, o el dandy que muestra y enseña a su joven protegido la parte bohemia de Buenos Aires, pero tomando el cuidado de apartarlo de situaciones de peligro. Y la protección surge en directa proporción a la noción que el amante tiene de la vulnerabilidad del otro, de lo mucho que sufre, ha sufrido o va a sufrir: «También dicen que los enamorados se sienten responsables de la persona a quien aman, e incluso vagamente culpables de su pasado, o mejor sería decir del sufrimiento de su pasado. Eso lo he experimentado: a mí me dolía el Michel que no había conocido» (Chirbes). Y ese sentimiento de protección del amante desvalido subsiste incluso más allá de la relación, cuando esta termina:
«Mitko se quedó parado un momento, como perplejo, y una vez más me embargó el dolor por él, viéndolo allí solo en medio de la calle. Siempre había estado solo, pensé, contemplando un mundo en el que nunca había encontrado su lugar y que ahora le mostraba una indiferencia casi total», reflexiona el profesor cuando ve al joven prostituto alejarse por la calle luego de que él lo ha despedido ya de manera definitiva. Esta compleja dinámica donde el dominio y el sometimiento se corretean y muerden la cola, cambian de lugar, pero siempre están ahí como sustrato del deseo y del amor, esa dinámica particular dista mucho, creo, del manoseado estereotipo del viejo patético que paga por placer y el joven gigoló que se aprovecha y explota al otro. Esta dinámica no es nueva en la literatura que trata de este tipo de relaciones disímiles y ha sido abordada, por ejemplo, con suma sutileza por Mann en Muerte en Venecia, donde el que podría haber sido cazador termina siendo la indefensa presa. Es claro que relaciones basadas sobre esta tensión muy difícilmente pueden prosperar y, salvo el gozoso caso de Cabezón Cámara, en todos los demás casos las relaciones terminan con la desaparición de uno de los amantes. Esta tercera dimensión del amor entre edades diferen-
tes, su fin abrupto, parece ser la manera que los autores han encontrado para dar con el desenlace de relaciones que siendo inestables y explosivas, al mismo tiempo, se muestran resistentes. Tal vez sea la manera en que es posible concluir estas historias sin pasar por narrar la banal manera en que ellas podrían, como cualquier otra, desgastarse y terminar mediante discusiones, peleas o el simple cansancio (y con ello, en el conjunto de cada novela, echar sombra sobre la compleja inestabilidad que las hace posibles). Los finales son así más dramáticos que el simple desgaste del amor: en Paris-Austerlitz es el obrero quien muere, mientras que en Nuestros huesos es el joven prostituto quien cae asesinado. El joven búlgaro de Lo que te pertenece no muere todavía, pero al verlo partir el amante mayor sabe que está condenado por una enfermedad irremediable. En Dark es el extremo poderoso, el dandy maduro, el que sale de escena, aunque no a través de la muerte, sino mediante la prisión. Tal vez sean estos finales que por su dramatismo resultan dignos para enamoramientos intensos y explosivos, relaciones desiguales y complicadas, pero que, a fin de cuentas, nos hablan —parafraseando a la india feliz de Cabezón Cámara— de la volubilidad de los corazones y de la cantidad de apetitos que caben en el cuerpo.
Edgardo Cozarinsky, autor de Dark.
Diego Waldmann / Clarín
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Chico busca* texto Malten
N
o recuerdo cuándo fue, ni dónde. Bastaron apenas unos segundos. Descargar Grindr, esa aplicación con más de tres millones de usuarios en el mundo, es sencillo, sumamente sencillo. Después de insertar un nombre (falso o no), una foto (falsa o no) y una descripción (falsa o no), se desmorona una avalancha de perfiles que buscan, claro está, diversión y placer, quizás adrenalina. Sabía eso, en ese orden, y que la aplicación, creada en 2009, era empleada en al menos 192 países, había ganado un premio al mejor sitio web de citas y, por el contrario, había compartido con terceros — sin informar a sus usuarios— los datos que eligieron difundir en su perfil, incluido si tienen sida. La primera cita fue con Richi. Así eligió que lo llamara. A los demás yo los bauticé. Richi tiene dos hijos hermosos, 27 años que parecen 30 y dependencia a la cocaína. Cuando necesita comprar cosas para los niños o ropa o pagar el gimnasio —es decir, casi siempre— publica un anuncio en una página de scorts y tiene sexo con desconocidos por 200 soles la hora. Grindr era, claro, otra plataforma para ofrecer sus servicios. A mí, sin embargo, nunca me cobró. Lo primero que vi fue su tatuaje en el antebrazo: el salmo 23 que dice el señor es mi pastor, nada me puede faltar. Richi —sabría después— asaltó varias veces a choferes y travestis, mató por encargo y había tenido sexo con una chica drogada que lo denunció, como los demás, aunque por distinto motivo, por filmarla sin consentimiento. Pero había salido ileso de la justicia y esa noche apretaba mi mano con una ternura salvaje que no levantó sospechas. Caminamos hacia su casa bajo la lluvia. Lo hicimos con arrobo, desprotegidos, bajo los recovecos de esa canción que dice sé muy bien que como yo estarás sufriendo a diario la soledad de dos amantes que al dejarse están luchando cada quien por no encontrarse. Luego nos tendimos en la cama, sin mirarnos, mientras me contaba lo de sus hijos, lo de la página, etcétera. Fue la primera noche. Después fueron tantas. La segunda fue con Carlos, quien me pidió que llevara mis medias usadas porque le excitaban. No lo supe ese momento, pero después sí: aunque la mayoría de sexólogos reconoce que somos más o menos fetichistas, hay obsesiones más complejas. Marilyn Manson y Andy Warhol tenían el mismo fetiche (y se venían cada vez que olían medias o zapatos). El sexo es, por definición, sucio, y el psiquiatra Jung había dicho que los pies son el símbolo del alma porque es lo que nos mantienen erectos. Así como un
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pene. Esa noche, en una bañera de azulejos, mientras bebíamos cerveza en lata, Carlos besaba los míos como un perro inquieto. Primero puso su lengua en mi tobillo, siguió por el empeine y llegó a succionar mi pulgar como si fuera una cereza almibarada. Salí con náuseas y muchas preguntas. ¿Quién no se llama Carlos o cualquier otra cosa? Luego llegó Miguel, Esteban, Juan, Rodrigo y Cristian, que inició la conversación con un poema: «Si supieras de las madrugadas, del olor del pasto, de ciertos árboles, y qué tristes se ven las luces de los patrulleros a esa hora, sin gente, si supieras». Nunca supe. Llegó Juan Pablo y Javier (que me pidió que lo orinara en el abdomen), y luego Óscar, Giulio y un político joven que no debo mencionar, pero que a veces, cuando su esposa viaja a la playa junto a sus hijas, instala la aplicación para apagar pasiones escondidas. Richi siempre estaba en el intermedio. Nadie lo hizo como él, mejor que él. Anoche, cuando caminábamos bajo la llovizna y me dijo que, dentro de poco, en el verano, se iría a Bolivia a rehacer su vida, disimulé bien, como lo he venido haciendo desde hace mucho, miré la pista vacía y atiné a preguntarle si extrañaría a sus hijos. La costumbre de intervenir en el momento incorrecto me viene del oficio, de modo que me sentí culpable cuando empezó a llorar despacio, la cabeza gacha, los brazos cruzados, como un niño que ha perdido un juego o lo han reprendido después de cometer una travesura. Me dio tanta ternura que hasta me provocó abrazarlo, decirle aquí estoy contigo, mirarlo a los ojos, tomarle la mano, secar su rostro, besarle la frente. Pero apenas le di la mano antes de verlo partir entre la noche. Algún día encontrarás un corazón a la altura de tu inocencia, Richi. «Te los haces y se van», me dijeron antes de descargar la aplicación. No recuerdo cuándo fue, ni dónde, pero bastaron apenas unos segundos. Todo lo demás se queda. * Cuento ganador del I Concurso de cuentos, relatos y crónicas LGBTIQ+ organizado por Epicentro Trujillo. Afiche del concurso, autoría del artista Diego Zeta.
Diseño:
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Javier Ponce Un genio maldito suelto en Lima
texto Julio Lossio fotos Patricia Noya
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ste año descubrimos a Javier Ponce Gambirazio. Primero en los artículos escritos en Lucidez a finales del 2017, sobre Jossie Tassi, sobre Javier Temple, sobre las discotecas Zeus, Studio One, Company, Escrúpulos, Querelle... Javier Ponce nació en 1967, así que conoció ese ambiente legendario del que apenas has oído hablar. En marzo, cuando salió publicada su novela El cine malo es mejor, su nombre nos sonó fuerte. El artículo de Beto Ortiz elogiando su genialidad maldita «… es un libro muy bien escrito. Delirante, revulsivo, hiriente, salvaje y hasta sádico, pero… muy bien escrito» nos hizo correr a buscarla. Luego vimos la entrevista en La Manzana Escéptica y el video de la conversación en la Feria del Libro de Trujillo con Víctor García-Belaunde y Gerardo Cailloma y lo amamos. Javier Ponce Gambirazio es psicólogo, como el desquiciado personaje de su novela, Julio Auris. Comparten una idea: «La miseria ajena es terapéutica» dice Auris (p. 89), «La miseria ajena puede resultar terapéutica» dice JPG en su artículo sobre Morbo, la puesta en escena con Beto Ortiz. El libro de JPG es un tratado cruel sobre la incorrección. Su alter ego malvado dice: «— Estoy cansado de la corrección política. Eso no hace sino esconder el paternalismo y la sobreprotección. Si reclaman igualdad, que la acepten. Los enanos son enanos, las gordas son gordas, los negros son negros y
los maricones son maricones. ¡No hay más!» (p. 134). Auris es crudo y directo. «— La tristeza es la peor trampa. No haces ningún esfuerzo y te escudas en la victimización. Te sientes muy cómodo, la gente te acompaña y luego se cansa de tu idiotez. Al final eres esclavo de tu propio juego depresivo y solo te queda tirarte por la ventana» (p. 133). Javier es homosexual. Javier, el paciente al que Julio Auris trata con su terapia de venganzas y torturas. Javier castra y viola al homofóbico que lo maltrata, pero eso no le quita la amargura. «— ¿No te gustaría tener un hijo? — Los maricones no tenemos hijos. Contraemos enfermedades» (p. 56). Almudena es la directora de la película, maltratada por su obesidad y exnovia de Javier, a quien ha llegado a odiar tanto como a todos los homosexuales. «— La utopía homosexual es un aborto mal concebido y peor ejecutado. Nunca inventan nada bueno. Difaman y deforman hasta conseguir que todos estén podridamente solos. Entonces respiran satisfechos. Como si la soledad ajena los ayudara a sentirse menos miserables» (p. 86). Dentro de un texto, de alguna manera, poético en su amargura, el humor de JPG es ferozmente negro, ácido, corrosivo, 31
surrealista. Único. Una sorpresa su originalidad en esta Lima que nos da pocas sorpresas. ¿Dónde habría estado todo este tiempo? Veamos. En 1994 (tenía 27 años) publica un libro de poesía llamado Cuatro tazas de café (Campodónico). La reseña en Caretas no dice que es psicólogo clínico: «Cantante, modelo, fotógrafo y poeta. Cuatro facetas que reúne Javier Ponce Gambirazio y que ha logrado amalgamar bien». Carmen Ollé y José Antonio Fortunic, escritora y cineasta, fueron los encargados de su presentación. En 1998, también editado por Campodónico, publica un libro de cuentos llamado La música que no escuchamos. En 1999, Campodónico, nuevamente, publica su primera novela Amapola, imposible ser feliz. Del 2003 al 2006 viaja a España «me fui para buscar editorial» me dice por el messenger, «porque aquí se me cerra32
ron todas las puertas». De esos años de exilio son sus novelas Un trámite difícil «Sin contemplaciones y en medio de divagaciones absurdas y esfuerzos por aparentar felicidad, tres transexuales nos dejan ver sus contradicciones y sus aspectos más miserables, así como los más sublimes», y Una vida distinta, con Javier Temple en la portada «Un hombre viejo y pobre pretende vivir como una fabulosa marquesa y proyecta un documental falso sobre la vida que le hubiera gustado vivir». Mientras leo Un trámite difícil, le digo que me recuerda a Mendicutti, le pregunto si es su principal influencia. «He leído a Mendicutti» —me dice— «como a muchos otros autores, pero no sé si llamarlo influencia». ¿A quién más has leído? ¿Quién dirías que ha influenciado más en tu escritura? ¿A quiénes admiras? He leído a muchos, pero quizás me gustaría resucitar a Copi y a Reynaldo Arenas para que escriban más. Son autores
que extraño. Pero creo que la voz de mis personajes viene de lo que he vivido, escuchado en la calle y esencialmente de adentro de mí. Debo tener una loca desquiciada en mi cabeza. ¿Alguna vez te has travestido, me parece haber leído? Sí, pero no soy trans ni nada, lo hice por jugar como muchos de los amigos de mi época. EL 2009 escribió, produjo y dirigió el documental Lucha Reyes. Carta al cielo. «Si los peruanos no tuviéramos ese menosprecio por lo nuestro, Lucha Reyes hace rato hubiera sido considerada nuestro ícono gay» escribe en Lucidez. El 2013 publica en España El chico que diste por muerto «El chico que diste por muerto estaba enamorado de su hermano que lo violaba. Cuando tenía catorce años y fue secuestrado y al ser puesto en libertad, decidió no volver al infierno de su casa. Aprendió a prostituirse y a robar en las carreteras». Del 2016 es su documental Sarita Colonia. La tregua moral «Durante la fiesta de celebración de Sarita Colonia, la santa rechazada por la Iglesia Católica por acoger a delincuentes, prostitutas, travestis y homosexuales, entre sus muchos seguidores, se da una tregua donde sus devotos se sienten hermanos. Delante de su mausoleo, se comparte gratuitamente comida y regalos, mientras las rivalidades y los odios son dejados a un lado. Cuando la fiesta acaba, fuera del cementerio, los prejuicios vuelven a gobernar a sus devotos». En la película Sin vagina me marginan hay dos escenas en las que se mencionan sus libros. Le pregunto por qué. «Porque soy el único escritor peruano que habla del mundo trans. Y el director es amigo mío y lo ayudé en la construcción de los personajes». «Pero no apareces en los créditos», le digo. «Aparezco en los agradecimientos, creo. Pero en la siguiente película apareceré actuando, jajajaja».
Imágenes del documental Sarita Colonia, la tregua moral (2017).
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En su artículo Beto escribe: «‘Javier Ponce es genial pero fujimorista’ —me whatsappea un amigo gay, pero caviar. ‘A mí qué chucha’ —le respondo— ‘así fuera nazi pero caníbal, yo lo leería igual’». Se me hace increíble que sea fujimorista y se lo pregunto. Dice Beto que le dijeron que eres fujimorista. ¿Es cierto eso? Un amigo caviar suyo al parecer. Si uno dice que Sendero Luminoso fue de izquierda, entonces eres fujimorista. Ese es nuestro lamentable país maniqueo. Simplonerías de gente idiota… Y jamás podría ser fujimorista. ¿Hacia qué lado del espectro político dirías que te orientas? Centro, no soy de extremos de ningún tipo, respeto la libertad y la justicia y creo en un Estado lo más pequeño posible, pero que cubra educación y salud de buena calidad para todos. Leí en Lucidez que estabas haciendo un documental sobre Javier Temple. ¿Lo terminaste? ¿Lo sigues haciendo?
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Lo tuve que detener porque venía todo el trajín de mi novela, pero apenas tenga tiempo libre, lo retomaré. Es una obligación. Temple es mi madre en el mundo gay. ¿Por qué hacer un documental sobre Javier Temple? Porque a través de su personaje se puede ver cómo ha ido evolucionando el mundo gay en el Perú. Representa una época que ya no existe, pero que fue base de lo que hoy se vive. Fue un referente importantísimo para nosotros, de libertad, de honestidad y de disfrutar de la vida aunque fuera una mierda. Sin Temple no se puede entender ni el mundo gay ni el mundo de los espectáculos travestis que han mutado hoy en drag. Es un personaje elegante, exquisito y brillante que vivió entre la podredumbre de un país que se venía abajo. Es un sobreviviente de ataques terroristas, pobreza y homofobia. Temple fue un ejemplo de libertad, de cagarnos de risa aunque nos golpearan, de volvernos locos para defendernos de la estúpida realidad que nos atacaba. Su estrategia era evadir, construir una realidad paralela donde fuéramos felices, donde el juicio ajeno jamás podía llegar.
Javier Ponce. Sus libros.
Cuatro tazas de café. Poesía. Perú, 1994.
Una vida distinta. Novela. España, 2006.
La música que no escuchamos. Cuentos. Perú, 1998.
Amapola, imposible ser feliz. Novela. Perú, 1999.
El chico que diste por muerto. Novela. España, 2013.
Un realismo transversal. Cuentos. EEUU, 2015.
Un trámite difícil. Novela. España, 2003.
El cine malo es mejor. Novela. Perú, 2018.
Documentales.
Perú en danza. 37 min. Perú, 2007.
Lucha Reyes, carta al cielo. 52 min. Perú, 2009.
Sarita Colonia, la tregua moral. 60 min. Perú, 2016.
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Thunder (Anissa Pierce) de la serie Black Lightning, interpretada por Nafessa Williams, por The CW.
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Pantalla diversa Más y sobre todo más variados: la representación LGBT en las series de televisión durante 2018
texto Jorge Alberto Chávez Reyes fotos difusión
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egún el informe anual de diversidad en la televisión de GLAAD, la representación de personajes LGBTQ en la televisión de los Estados Unidos alcanzó un nivel récord el 2018, con el 8.8 por ciento de los 857 personajes habituales en la televisión abierta, identificados abiertamente dentro del espectro gay, trans o queer. Y por primera vez, las personas LGBTQ de color superaron en número a los personajes LGBTQ blancos en pantalla en un 50 a 49 por ciento. No solo hay más, sino que los personajes LGTB en la series de televisión comienzan a ser más variados y van dejando de estar encasillados como enfermos, marginales o delincuentes, por lo general sufrientes y dentro del clóset como era en los años 90, cuando comenzaron a aparecer los primeros. También es cada vez mayor la presencia de líneas narrativas que incluyen romances homosexuales como ocurrió en la recordada Grey’s
Anatomy, que en la temporada 208 incluyó un romance gay, luego de habernos contado los altibajos de una pareja de lesbianas a lo largo de varias temporadas anteriores. En su informe, GLAAD contó con 26 personajes trans en la televisión, nueve más que el año pasado. Un porcentaje significativo de ese progreso fue impulsado por la serie Pose de Ryan Murphy, que tiene un alto número de personajes trans. La serie, una especie de cuento de hadas con princesas trans, fue emitida por FX en Estados Unidos y por Fox Premium en América Latina con bastante éxito. Supergirl, del canal Warner, que ya nos mostró un romance lésbico en anteriores temporadas, también incluyó un personaje transgénero en su más reciente temporada. Y, hablando de superheroínas, la serie Blacklightning de Netflix nos cuenta las aventuras de Anissa Pierce, una superheroína negra y lesbiana.
Pose, de Ryan Murphy, Steven Canals y Brad Falchuck. Fastuoso musical con el mayor elenco trans de la historia. Va por FX.
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La bisexualidad también estuvo mejor representada este año, por ejemplo, en la serie Riverdale con el adorable romance entre Toni Topaz y Cheryl Blossom. La serie cuenta además con un personaje protagónico gay, Kevin Keller, cuya vida sexual, si bien menos agitada que la del resto de su compañeros de la secundaria, no ha dejado de ser intensa.
Kevin Keller, uno de los protagonistas de Riverdale, interpretado por Casey Cott.
Marvel’s Runaways, por su parte, nos presentó el inicio de un romance lésbico que seguramente se desarrollará en la segunda temporada a estrenarse a fin de año. Netflix fue, por mucho, el «canal» con más personajes LGBT en sus producciones. Según GLAAD, fueron 88 personajes, el doble que en 2017. Este año, una de las producciones del servicio de streaming que más destacó en América Latina fue La casa de las flores, donde tuvimos un personaje transgénero, uno bisexual y uno gay. La producción española Elite nos trajo un romance gay que involucraba a un personaje de origen árabe, sumando la tensión del conflicto cultural-religioso en torno a la homosexualidad. Por otra parte, programas como GLOW, Santa Clarita Diet, Luke Cage y Voltron: Legendary Defender y Chilling Adventures of Sabrina pusieron a personajes LGBTQ en el centro de sus historias. De hecho, la confirmación de la homosexualidad de Shiro Shirogane en la serie animada Voltron, causó un gran revuelo en la web y disparó la imaginación de los seguidores sobre lo que vendrá en la serie que este año estrenó su séptima temporada. Mención aparte merece el «fenómeno Aristemo», la historia de Aristóteles y Temo, que forma parte de la novela mexicana Mi marido tiene más familia, se ha convertido en un parteaguas en la televisión de ese país y ha tenido un amplio reflejo en toda América Latina. #Aristemo es mucho más que la historia de dos chicos gays que se convierten en una pareja, ya que la trama ha tocado puntos como el descubrimiento de tu orientación sexual, el acoso escolar homofóbico, la tensión y presión familiar por ser quien 38
El español Paco León es María José en la comedia de Netflix La Casa de las Flores.
eres, así como la lucha por lograr el reconocimiento y normalización del amor entre dos personas del mismo sexo. De este modo, #Aristemo se han convertido en la primera pareja gay latinoamericana que es un modelo de rol en el estilo que impuso la serie Glee con #Klaine.
Malec (la unión de Magnus Bane y Alec Lightwood) de la serie Shadowhunters, por ABC/Freeform.
Además, #Aristemo ha demostrado la importancia de la participación de los fans (el «fandom») y el peso que pueden tener frente a la empresa productora, en este caso Televisa. Y ya que hemos mencionados a los fans, es bueno comentar la importancia del fandom LGBT y en especial del llamado shipeo en este aumento de la representación LGBT en las series de televisión. Shippear es implicarte emocionalmente con un romance entre dos personajes. Es básicamente ser fanático de una pareja, ya sea real o no, con el deseo, en el caso de que no sea real, de que esos personajes se involucren en una relación amorosa. El término es nuevo, pero muy común sobre todo entre los jóvenes consumidores de series de televisión. Estos ships, que son las parejas formadas, reciben nombres mediante un juego de palabras realizado con sus nombres o apellidos. Así, podemos mencionar Sanvers, la pareja que formaban Alex Danvers y Maggie Sawyer en la temporada anterior de Supergirl, Stelena, la pareja de Stefan Salvatore y Elena Gilbert en Vampire Diaries o Sheith, la a pareja que los fans quieren que formen Shiro y Keith en Voltron Lagendary Defender.
Cuauhtémoc López (Joaquín Bondoni) y Aristóteles Córcega (Emilio Osorio) son Aristemo, de la telenovela de Televisa Mi marido tiene más familia.
Los ships, que en gran número se refieren a parejas homosexuales como Malec (es decir Magnus y Alec, una pareja gay de la serie Shadowhunters que cuenta con millones de shippers) surgen de los fanfics, que involucran a parejas reales e irreales, de la ficción o del mundo real, y sirven para satisfacer la necesidad de los fans de ver esa relación que tanto shippean hecha realidad. Este tipo de fans, los shippers, son los mejores fans que una serie puede tener y los productores de televisión están cada vez más dispuestos a complacerlos. 39
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cinefilia
lo que el año nos dejó texto Héctor Turco
El cine de temática LGTB+ nos trajo el 2018 diversas propuestas de varias partes del mundo que han servido para ganar cada vez más visibilidad. A continuación, la lista con las 26 películas LGTB+ que llegaron a nuestro país (y que pudimos ver*) en orden de preferencia. Llámame por tu nombre, de Luca Guadagnino (Ficción - Italia, 2017) - SC 120 latidos por minuto, de Robin Campillo (Ficción - Francia, 2017) - FM Las herederas, de Marcelo Martinessi (Ficción - Paraguay, 2018) - FM El ángel, de Luis Ortega (Ficción - Argentina, 2018) - SC Bixa Travesty, de Kiko Goifman & Claudia Priscilla (Documental - Brasil, 2018) - FM Basada en hechos reales, de Roman Polanski (Ficción - Francia, 2017) - SC Desobediencia, de Sebastián Lelio (Ficción - Inglaterra, 2018) - SC The Cakemaker, de Ofir Raul Graizer (Ficción - Israel, 2018) - FM El silencio es un cuerpo que cae, de Agustina Comedi (Documental - Argentina, 2017) - FM 10. Inferninho, de Guto Parente & Pedro Diógenes (Ficción - Brasil, 2018) - FM 11. Bohemian Rhapsody, de Bryan Singer (Ficción - EE.UU., 2018) - SC 12. Mi mejor amigo, de Martín Deus (Ficción - Argentina, 2018) - FM 13. Tom of Finland, de Dome Karukoski (Ficción - Finlandia, 2017) - CC 14. Evening Shadows, de Sridhar Rangayan (Ficción - India, 2018) - FM 15. Colette, de Wash Westmoreland (Ficción - EE.UU., 2018) - SC 16. Thelma, de Joachim Trier (Ficción - Noruega, 2017) - CC 17. El asesinato de la familia Borden, de Craig Macneill (Ficción - EE.UU., 2018) - SC 18. Love, Simon, de Greg Berlanti (Ficción - EE.UU., 2018) - SC 19. Clímax, de Gaspar Noé (Ficción - Francia, 2018) - FM 20. Nos llaman guerreras, de Jennifer Socorro (Documental - Venezuela, 2018) - FM 21. Bullying Maldito, de Melinton Eusebio (Ficción - Perú, 2016) - FM 22. Cola de mono, de Alberto Fuguet (Ficción -, 2018) - FM 23. Reviviendo, de Santi Zegarra (Documental - Perú, 2018) - FM 24. Todos somos marineros, de Miguel Ángel Moulet (Ficción - Perú, 2018) - FM 25. Every day, de Michael Sucsy (Ficción - Rusia, 2018) - SC 26. Sin vagina me marginan, de Wesley Verástegui (Ficción - Perú, 2017) - FM 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.
* ESPACIOS DE EXHIBICIÓN: [SC: Sala Comercial], [FM: Festival-Muestra], [CC: Cine Club]. 41
La Prueba, creación colectiva dirigida por Gabriel de la Cruz, que narra las historias de cuatro personas viviendo con VIH.
Tercera llamada La diversidad sexual y de género sobre las tablas
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texto Crónicas de la diversidad fotos difusión
Y
a es un lugar común decir que el público asistente al teatro en Lima se ha incrementado, y hasta hace poco se hablaba del boom teatral. No escapa para quienes asisten que el número de puestas en escena que tratan temas LGTB o que incluyen un personaje LGTB se ha incrementado también significativamente, convirtiéndose el teatro, junto con el cine, en los espacios en donde la diversidad se trata más ampliamente. A continuación, haremos un repaso de los títulos que se presentaron este año que tuvieron como tema la diversidad de género y sexual. Los Inocentes. Notable versión de la obra basada en la novela de Oswaldo Reynoso, dirigida por Sammy Zamalloa. Teatro Roma - ENSAD de Santa Beatriz. Paso peatonal. Escrita y dirigida por Pablo Luna. Ganadora del Festival Sala de Parto 2017. Nominada por el blog El Oficio Crítico como mejor obra del año. Auditorio AFP Integra del MALI y CC Ricardo Palma. Billy Elliot. El Musical. Basado en la popular película de Stephen Daldry. Dirigido por Juan Carlos Fischer, atrajo gran cantidad de público. Lamentablemente también hubo varias veces en que los actores fueron insultados en la calle y en plena función. Durante una sesión de fotos en exteriores, alguien le gritó “cabro” al niño protagonista, simplemente por usar un tutú. Centro Cultural Peruano Japonés. Corpus Christi. De Terrence McNally. Dirigida por David Carrillo. Joshua, un joven gay nacido en Lima, crece, se enamora, consigue doce seguidores y es perseguido por ser igual de radical con su mensaje de amor y autodivinidad que otro hombre nacido en Nazaret 2000 años antes que él. Teatro Mocha Graña. Tebas land. Escrita por Sergio Blanco y dirigida por Gisela Cárdenas, narra el en-
cuentro entre un dramaturgo exitoso y un joven parricida. Con José Manuel Lázaro y Emanuel Soriano. Teatro de la Universidad del Pacífico. Tinder date. Varieté con el objetivo de visibilizar a la comunidad LGBTIQ+. Dirección de María Alejandra del Águila y Alejandra Chávez. Participaron alumnos y alumnas de artes escénicas de la PUCP. Arcadia Mediática. Qué locura enamorarme yo de ti. Escrita e interpretada por Gabriela Wiener, es un unipersonal en donde la autora nos cuenta de su relación poliamorosa con un hombre y una mujer, su cotidianidad y los recuerdos de sus padres que forjan su presente. Centro Cultural de España. Teatro Testimonial Trans. Muestra final. Dirigida por Gabriel de la Cruz. Proyecto Maternidades. Teatro testimonial dirigido por Leonor Estrada y Maricarmen Gutiérrez. En medio camino del laboratorio teatral y la investigación escénica, cinco mujeres cuentan sus experiencias con la sexualidad a lo largo de sus vidas. Una de estas experiencias es de una mujer lesbiana. C.Cultural de España. La Prueba. Teatro testimonial dirigido por Gabriel de La Cruz, sobre las dificultades que atraviesan las personas con VIH. C.Cultural de España. Reflejos. Creación colectiva dirigida por Arnold Canelo como parte del taller de teatro de Sí, Da Vida. Centro Columbano de Estudios Misioneros. El triángulo rosa. Espectáculo multidisciplinario LGBTIQ de tres piezas en formato de teatro de drag queen (Drag me down), stand up comedy (Soltero maduro) e improvisación testimonial (Marcados por el triángulo rosa). Producción de Colectivo Artístico Conejo en el Sombrero. Dirigido por Carol Hernández. Casa Trenzar. 43
Como parte del Festival de Artes Escénicas (FAE) 2018: Viejo, solo y puto (Argentina). Escrita y dirigida por Sergio Boris. Elenco: Patricio Aramburu, Marcelo Ferrari, Darío Guersenzvaig, Federico Liss, David Rubinstein. Teatro La Plaza. El arcoíris en las manos. Escrita por Daniel Hernández y dirigida por Dusan Fung. Una de las pocas obras que reflejaron la realidad trans. Obra nacional ganadora del concurso del FAE Lima 2018. Centro Cultural Ulima.
Festival Internacional de Artes Escénicas por la Diversidad - FIAED 2da edición: Mosca (España). Compañía: Sudhum Teatro. Soltero maduro (Brasil). Artista: Jimmy Astley. Smiley (Uruguay). Dramaturgia: Guillem Clua. Compañía: Trillo 4+1. Fraudestein (México). Compañía: Las Reinas Chulas. Torta de manzana (Perú, Uruguay y Argentina). Compañía: Manzanas de Eva. El ornitorrinco (Perú). Compañía: La Fuente de Castalia.
Como parte del 12 Festival de Teatro Aficionado en el Centro Cultural Peruano Japonés: Tamara. Escrita y dirigida por Arnold Canelo Catón. Producida por Sí, Da Vida. Confundidos. Dramaturgia de Katherine Davey y dirección de Eduardo Torrejón. Asistente de dirección: Luis Humberto Castro. Tallo Asociación Cultural.
Corpus Christi de Terrence McNally, dirigida por David Carrillo.
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Cuando seamos libres (Perú). Compañía: Vodevil Producciones. Beca y Eva dicen que se quieren (Perú). Compañía: Palpita Teatro. Congreso (Perú). Compañía: Teatro La Plaza. El arcoíris en las manos (Perú). Compañía: Imaginario Colectivo. La materia de los sueños (Perú). Compañía: Diez Talentos.
Micro teatro en Barranco:
Stand Up comedy Choripan. De Carolina Silva Santisteban. Vodevil Producciones. Soltero maduro. De Jimmy Astley. La Posada de Barranco. Con mis hijes no te metas. De Vodevil Producciones. Luis Melgar, Daniel San Roman, Carolina Silva Santisteban y Diego Vignolo (Uruguay). La Estación de Barranco. ¡Qué tal rosca! De Vodevil Producciones. Jimmy Astley, Carolina Silva Santisteban Luis Melgar, Yael Gabel, La Canola y otrxs. Lolita Bar de Miraflores. Las manzanas de Eva. Colectivo irreverente de mujeres comediantes de Latinoamérica que realizaron una gira por Lima, Huancayo, Cusco, Arequipa y Tacna.
Hoy no. Escrita y dirigida por Daniel Fernández. Actuaron Sebastián Ramos y Augusto Alza. Vive Producciones. Mamá soy gay. El musical. Escrita por Juan Carlos Alonzo. Dirigida por Raul Sanchez McMillan. Mi nombre es Miranda. De Claudia Vilcapoma y Luis Sáenz Peña. Productor General: Luis Sáenz Peña. Dirección: Gabriel Gil Sanllehi. Elenco: Italo Maldonado y Katherine Benavides. La negociación. De Diego Manuel Béjar. Dirige Katheryne Benavides. Productor General: Luis Saenz Peña. Con las actuaciones de Carlos Casella y José Dammert. Una familia feliz. De Christian Avalos. Dirección: Jimena del Sante. Elenco: Jorge Armas y Celine Aguirre.
Danza Alteraciones. De Germa Machuca & Jaime Lema. Formó parte del 8vo. Festival de Danza Independiente FEDAI / 2018. Teatro Federico García Lorca Centro Español del Perú. 45
Juventud
sónica 2018
la música del texto Luis Humberto Castro Cobos fotos difusión
A
l escuchar algunas de las producciones que este año tocan abiertamente las vivencias LGTBIQ, es maravilloso sentir y disfrutar de la cotidianeidad con la que estas se describen ahora, ya sea para celebrarlas o para desahogarse con ellas también. Hay canciones más políticas, no faltan las más ligeras, y en este resumen del 2018, incluimos también algunas canciones de artistas que, sin identificarse necesariamente como LGTBIQ, crean música con mensajes inclusivos y empáticos para su diverso entorno de fans. Aquí la selección: Troye Sivan, My, My, My Abriéndose paso en el 2018 con su segundo álbum Bloom, el australiano ex youtuber y ahora cantautor y actor Troye Sivan perfecciona su estilo pop salpicadito de algo de r&b y synth para celebrar la excitación y la adrenalina del encuentro amoroso con el crush del momento, una canción notoriamente pegajosa que Sivan aprovechó en mostrarla en vivo en enero en Saturday Night Live. Halsey, Bad At Love Un recuento casi a modo hip hop de sus relaciones amorosas, tanto con mujeres como con hombres, con fondo de balada synth pop y con espíritu rebeldón y algo melodramático. Intenso y pegajoso, fue el primer gran éxito para Halsey como solista (luego de la gigante Closer, su colaboración de 2016 con The Chainsmokers) en Estados Unidos a inicios del año. 46
Troye Sivan
Halsey
Janelle Monáe
Janelle Monáe, Dirty Computer [Álbum] El éxito commercial de Janelle Monáe aún luce modesto en comparación con las buenas críticas a su música, esta vez con el album Dirty Computer en donde su ya famosa influencia funk hace ecos al Prince de los 80 mezclado con r&b y electrónica en un disco conceptual acompañado de una película del mismo nombre. Promocionado con los sencillos Make Me Feel, PYNK (con Grimes), Django Jane y I Like That, Janelle explora su bisexualidad y su identificación con las experiencias de las mujeres queer afroamericanas. Sophie, Oil Of Every Pearl’s Un-Insides [Album] Mientras que el álbum de Janelle Monáe compite por el premio Álbum Del Año para los Grammys 2019, el disco Oil Of Every Pearl’s Un-Insides ha recibido una nominación en la categoria de Album Dance/Electronic. Sophie Xeon, DJ, productora y cantautora transgénero, ya reconocida por sus trabajos para Charli XCX, Vince Staples y Madonna entre otros, ha sido aclamada por la crítica en el 2018 por este su primer álbum, una aventura de avanzada pop y electrónica con mil distorsiones de todo tipo (voz incluida) y arreglos musicales equivalentes a un sueño hiperquinético en donde la música bailable sufre una implosión y es reinventada como una especie de movida ambient pop videogamer. Tracks recomendados: It’s Okay To Cry, Pony Boy, Inmaterial, Whole New World/Pretend World.
Sophie
Shea Diamond
CupcakKe
Shea Diamond, Keisha Complexion La activista e intérprete soul trans Shea Diamond hace suyos todos los referentes de la diva empoderada con su sexualidad, aportándonos diversión y arrechura pura en Keisha Complexion, sónicamente enraizada en los 60 pero con la actitud liberadora de quien sabe que la historia hay que seguirla escribiendo con mirada al presente y al futuro. CupcakKe, Crayons ¡Atención mundoooo! CupcakKe es ESA rapera que no conoce la palabra filtro en sus versos, ya sean sus relatos sexuales o como 47
en este caso, para lanzarse con rimas como «Lesbian, gon’ head and eat it, get the dildo and Michael Jackson – Beat it» o con un coro como «Like who the fuck you like, fuck the world», como quien dice, «para’a y sin polo» mode on. Y todo envuelto en fiesta electro dancehall. Reina total.
Kesha
Kesha, I Need A Woman To Love Mucho ha cambiado en los últimos 4 años para Kesha Rose Sebert. En su hit Praying del 2017, cantó como nunca antes colisionando con su imagen pop previa y con el dance-electro-hip hop burbujeante y extraligero (cocreación del entonces mago del pop Dr. Luke, ahora venido a menos por acusaciones que la cantante le hizo por abuso sexual, mental y físico), ahora cambiando el “man” por “woman” a un antiguo tema de la banda de Janis Joplin, Big Brother & The Holding Company: I Need A Woman To Love, cuyo video muestra a Kesha oficiando la boda de dos chicas en Las Vegas. Liniker e os Caramelows, Lava Música soul + samba + rock + jazz en la interpretación de la vocalista y compositora brasileña Liniker, mujer afro y trans que viene ganando cada vez más reconocimiento de los medios y la juventud de su país, adelantando en el single Lava lo que vendrá en su próximo álbum a editarse pronto, apenas el segundo en la carrera de la banda que este año participó en el festival Rock Al Parque en su edición #24, siendo la primera intérprete trans en pisar ese escenario. Eddy De Pretto, Normal Este rapero francés de 25 años es otro de los ejemplos que tiene el poder del hip hop como vehículo de expresión personal, canalizando todo eso que quizás tienes guardado y necesitas botar muchas veces con furia. De Pretto, a la vez, se identifica con la instrospección y la vulnerabilidad que el género ha visto florecer en íconos como 2Pac en el mundo anglo o Vico C en Latinoamérica. En Normal, De Pretto cuestiona las posiciones moralistas y las etiquetas que oprimen a quienes son clasificados fuera de esa «normalidad», dejando claro que toda esa postura hipermasculina denota más bien debilidad. 48
Liniker e os Caramelows
Eddy De Pre
tto
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Vírgenes
del sol Portafolio de Eva Máñez
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A
pesar de la gran discriminación que sufre el colectivo LGTBI en Perú, todos los años, en la ciudad de Cusco, un grupo de transexuales es invitado para que bailen en honor de la Virgen de Copacabana una danza boliviana llamada «Morenada». Acompañadas de una banda de música, recorren las calles empedradas bailando con trajes folklóricos de colores y lentejuelas brillantes. Al acabar celebran una fiesta en un local social. Desde setiembre de 2018 han formalizado un grupo llamado «Organización de Mujeres Transgéneros Virgen de Copacabana Cusco» con el objetivo de dar mayor visibilidad al colectivo trans y poder reivindicar sus derechos desde el activismo y el empoderamiento. 51
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Eva Máñez es una fotoperiodista española de larga trayectoria internacional en prensa y reportajes. Mostramos aquí parte del reportaje que el pasado mes de agosto realizó en Cusco cuando se encontró ,casi por casualidad, con la virgen de Copacabana y las trans que la veneran. 53
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Los 15 del
Outfest texto Crónicas de la diversidad
E
l Festival Internacional de Cine Gay Lésbico Trans de Lima, mejor conocido como Outfest Perú, celebró sus 15 años a lo grande. Esta decimoquinta edición contó con la participación de muchísimos asistentes, activistas, empresarios e instituciones, quienes cada año van aumentado el apoyo a este evento que presenta una diversidad de producciones, entre largometrajes, documentales y cortos, éxitos comerciales y joyas del cine independiente, en donde se narran historias de vida de las personas LGTBI.
La inauguración del evento se realizó el pasado mes de junio en el Lugar de la Memoria (LUM). El Outfest Perú, que se realiza todos los meses de junio en el marco del Mes del Orgullo, es uno de los espacios culturales más antiguos de Lima y ahora se está expandiendo cada vez más a otras regiones del Perú. Se han realizado ediciones de este festival en Huancayo, Chimbote, Cusco, Arequipa, Trujillo, Chiclayo, entre otras ciudades. ¡Felicitaciones y que sigan creciendo!
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Somos género
encarnado
CUERPX: un proceso de transición en primera persona
texto y fotos Marco Pérez Caycho
C
uerpx es un proyecto que nace en el 2010, registra el proceso de transición de una persona transmasculina, y consta de 20 imágenes, en las que se utiliza diferentes medios como soporte desde el transfer, la instalación y caja de luz.
La transición está definida por los pasos que toman las personas trans para vivir de acuerdo con su identidad de género. Son los caminos que las personas trans han elegido para expresar su identidad de género, por lo que no existe una única forma (Asia Pacific Transgender Network, s/f). En mi caso, era necesaria la realización de modificaciones corporales para expresar mi género. Durante 4 años, registré mi proceso de transición en el espacio privado (mi habitación) y en el espacio público (la clínica). A lo largo de este proceso de autorretrato del cuerpx experimenté diferentes aproximaciones a mi identidad, desde una perspectiva altamente solitaria, increíblemente íntima y mordazmente cuestionadora. Este proceso me liberó mientras me encasillaba en la construcción social que es la masculinidad, también me hizo apreciar los procesos a través de los que la mente se va encarnando en el cuerpx, allí donde la construcción del género ocurre. El proyecto se llevó a cabo gracias al apoyo emocional, amoroso y material de la Colectiva Transfeminista No Tengo Miedo. Comparto parte del texto elaborado por la colectiva para la descripción del proyecto:
Handrez García
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«Una reflexión feminista sobre el cuerpo siempre cuenta una historia de disidencia, porque quienes rechazamos las imposiciones de la cultura machista sobre nuestra libertad —sin importar que logremos romper el silencio o no—, nos vemos en la posición de hacernos responsables de las consecuencias de ese rechazo cada vez que decidimos ser fieles a nuestra diferencia, incluso cuando esto significa ser marginalizadxs, expulsadxs de nuestros hogares y violentadxs todo el tiempo por la sociedad y el Estado […] Cuerpx es un proyecto que busca incitar nuevas y más conversaciones sobre qué es el género y cuán libres somos realmente en una sociedad como la nuestra, estructurada bajo esquemas y normas que promueven ciertas experiencias y transformaciones del cuerpo, mientras que otras son identificadas como nocivas y peligrosas. Agradecemos y celebramos la creatividad de nuestro compañero y amigo Marco Pérez, autor del arte fotográfico que compone esta muestra y hace que nos pensemos más allá de lo que han dicho que debemos ser». (NoTengoMiedo, 2018)
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Todos los zánganos son reinas, poemario de Fidel Chaparro. Vagón Azul Editores, 2018.
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Cinco veces Manuel o las formas del deseo homoerótico
texto Edgar Soliz fotos C.D.
Si quieres saber de mí pregúntale a los zánganos maperos fletes tracas y ollas Si quieres saber del amor pregúntale a Manuel Fidel Eduardo Chaparro Torres
T
odas las formas del homoerotismo en la literatura reterritorializan espacios donde fluyen pulsiones no heterosexuales que sucumben en el deseo. Estas prácticas sexuales no hegemónicas conflictúan una maquinaria deseante que acontece en tanto lenguaje que se desborda, como signo lingüístico, para resemantizar ciudades, corporalidades y poéticas. Si el erotismo es un desequilibrio en el cual el ser se cuestiona a sí mismo conscientemente, en cierto sentido, el ser se pierde objetivamente, pero entonces el sujeto se identifica con el objeto que se pierde (Bataille, 1997). En el libro Todos los zánganos son reinas1 (Vagón Azul Editores, 2018), de Fidel Eduardo Chaparro Torres, el homoerotismo desequilibra ese ser, pierde al yo, trastornando la voz poética para habitar el nombre, la corporalidad y el deseo del amante, Manuel. Manuel, por tanto, no solo es una metáfora para reescribir esas formas del deseo. Manuel es el deseo mismo, el deseo total, es la irreverencia del acto que constituye el reflejo, el balbuceo, el nombre, el «diluvio prostático» y la muerte.
En el nombre de Manuel «Tal vez soy Manuel / de los tiempos / de la banca / tal vez sea la imagen / que en mí resucita / y anida con patas la ausencia» (Chaparro: 2018, p. 45). El yo poético se nombra en Manuel. El reconocimiento de la discontinuidad, la ejercida en soledad para buscar la continuidad anhelada a propósito del erotismo, perece en el sujeto amado. Nombrarse, como habitar lo propio del amado, y buscar en esas seis letras lo particular del deseo. La voz poética construye su memoria, en el nombre de Manuel, como amante, en el ejercicio homoerótico de las formas para habitar la ciudad. «Los tiempos de la banca» constituyen ese ejercicio del callejear la ciudad que hace al habitus homosexual, el otrora flaneur de la modernidad, reterritorializar la urbe y el deseo que la habita. En ese trance, el yo poético, que transita por parque Kennedy o plaza San Martín, se extravía en ese deambular erótico que encarna los apetitos del amado en un no tiempo del vagabundeo. «Él me hace ca-
Este libro fue presentado en el Festival de Poesía Sudaka Marica Marimacha y Trava, realizado en setiembre de 2018 en la ciudad de La Paz - Bolivia. El autor abrió la discusión en torno a la literatura y la poesía, homosexual junto a poetas chilenos y bolivianos. La discusión se centró en la enunciación homosexual de la voz poética-política que hace al trabajo literario de quienes interpelan la hegemonía heterosexual. 1
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minar / por las calles de Lima / Él inocente ‘Cara de Ángel’ / disputándose en cada reflejo» (Chaparro: 2018, p. 45). La ciudad pensada y recreada desde el intertexto, la novela Los inocentes de Osvaldo Reynoso, que, como oficio literario, dialoga y construye el código homoerótico. Cara de Ángel que mira y es mirado, el mirar como una forma de materializar el deseo, el que sueña Cara de Ángel a través de su pobreza o el que ambiciona ese viejo homosexual como forma de alcanzar la plenitud. Por eso el yo poético, quizá Manuel, se disputa el reflejo de sí mismo, sabiéndose deseado y deseante como dos caras de una misma moneda que gira el tiempo mientras espera detenerse. De ese mirar, como ejercicio erótico, el yo poético transforma y trastorna lo sensorial. «Dos meses enjaulado en mis pupilas / saboreando la entonación de tu voz Manuel / te olfateo por los poros / en un lloriqueo apacible / Oh querido / la lengua de esta ave balbucea / para tomar volumen / y ensanchar mis órganos / para que no me ahogues en tinas de agua / y estar muerto al final del sol» (Chaparro: 2018, p. 46). La imagen de Manuel responde a lo sensorial en la medida en que se hace cuerpo en y con el yo poético, una presencia que, a su vez, trasciende los límites de la corporalidad humana porque logra desbordarlo. Sin embargo, Manuel, siempre en transformación, va fragmentándose en el ambiente o adquiriendo una forma incorpórea, casi etérea, que puede ser olfateada por los poros y difícil de ser nombrada por el balbuceo de esta ave de sacrificio, el amante. Esta presencia inmaterial, cuya consecuencia en el yo poético – amante es la del devoto que delira ante el amado, instala su calidad omnipotente
y omnipresente. Una exaltación que puede ser traducida como «endiosamiento», un delirio que procede de la divinidad y lleva ese impulso hacia Dios (Rougemont: 2002, p. 61).
Y solo alcanzo a ver tus hombros de cerro2 «Te pierdes en cerros de cartón / en atardeceres recorres la banca empapada / estupefacto / cerro San Cosme / sesos alucinados / descuartizador» (Chaparro: 2018, p. 48). La inmensidad de Manuel equiparada con el cerro «San Cosme»3. Como los hombres que encuentran en los apus4 el carácter divino porque forma parte del sincretismo cultural en el que se derrama la vitalidad libidinosa. El juego erótico se instala en imágenes de oposición; Manuel – amado, el cerro santo, empinado, sólido, dios masculino, protector, domina la región y a quien los habitantes le deben pleitesía absoluta; el yo poético – amante, devoto, lúbrico en tanto «diluvio prostático» – orgásmico, pequeño habitante de «La Parada ofuscada en charcos», que reconoce en el cerro su carácter tutelar y, en esa medida, se apropia del mismo. «Y solo alcanzo a ver tus hombros de cerro / tan poblados / tan míos / tan altos» (Chaparro: 2018, p. 49). Complementariedad religiosa andina entendida en términos del origen de este eros que se construye más allá de toda materialidad existente. «Así es el amor platónico: ‘delirio divino’, transporte del alma, locura y suprema razón. Y el amante está junto al ser amando ‘como en el cielo’, pues el amor es la vía que sube por grados de éxtasis hacia el origen único de todo lo que existe, lejos de los cuerpos y de la materia, lejos de los que divide y
Ya la tradición de poesía homosexual endiosa al amado, como en el poema «Antonio» de César Moro, donde el deseo homoerótico desborda la materialidad de los cuerpos en el afán del «delirio divino». Fidel, sin embargo, actualiza ese tópico y le otorga un carácter andino desde su Manuel escriturario. 3 Cerro y deidad andina ubicada en el distrito La Victoria de Lima (Perú). El contexto geográfico de los poemas que celebran a Manuel en el deseo homoerótico tienen lugar en este distrito y, particularmente, en el mercado La Parada. 4 Los apus o Apu Wamani (del quechua apu, ‘señor(a)’) son montañas tenidas por vivientes desde épocas preincaicas en varios pueblos de los Andes (Perú y Bolivia principalmente), a los cuales se les atribuye influencia directa sobre los ciclos vitales de la región que dominan. Tiene un significado asociado a una divinidad, en algunas regiones denominado «wamani», a un personaje importante, o a alguna de las montañas que, de acuerdo con la tradición preincaica de la zona andina, tutelaban a los habitantes de los valles que eran regados por aguas provenientes de sus cumbres. 2
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la convulsión ciega de los órganos. Lo mismo sucede con la convulsión erótica: libera unos órganos pletóricos cuyos juegos se realizan a ciegas, más allá de la voluntad reflexiva de los amantes» (Bataille: 1997, p. 97). La salvedad erótica de la carne, materia violentada en el sacrificio, expone las intimidades del amante en un juego inclinado para el goce de Manuel, el amado. Quien observa como un Dios homosexual, con arrogancia y sin pasión, el pellejo del amante que se deshace ante la indiferencia de esas «arañas que tejen amaneceres en un cielo ojeroso».
Lo digo nuevamente: Manuel no existe
distingue, más allá de la desgracia de ser uno mismo y de ser dos en el amor mismo» (Rougemont: 2002, p. 61). Si el amante vislumbra una deidad en el amado significa que en medio opera una sacrificio amoroso-erótico. Manuel es el «verdugo de las aves», aves como el coloquial pájaro homosexual «buscando un sitio que al parecer no existe»5, sino en el sacrifico amoroso. El yo poético entrega la materialidad de su cuerpo para alcanzar las bondades del amado en el plano simbólico del oficio religioso. «La sangre bordea tus suelas / callosas manos / exprimen mi corazón de ave sacrificada» (Chaparro: 2018, p. 49). «Lo que el acto de amor y el sacrificio revelan es la carne. El sacrificio sustituye la vida ordenada del animal por
«Manuel no existe / es un descuido de la memoria / un aguijón repetible / es la imagen del cuchillo / del gran cerro / donde gente atolondrada / trafica la edad y lo reparte por mercados» (Chaparro: 2018, p. 49). Manuel, afincado en la memoria, como verbo divino – origen de todo, preexiste al tiempo y espacio del yo poético. Es lo omnipotente que nombra su no existencia, como carácter performativo del lenguaje, para encontrarlo en el eros total. Como ese gesto del erotismo que celebra la vida en la propia muerte, mientras el yo poético se ahoga con el nombre de Manuel, repetido infinitesimalmente para silenciar ese suplicio y este canto. El ciclo completo, la dimensión erótica de eros y thánatos. Dimensión inmaterial, borradura del ser, que trasciende el lenguaje como «una pluma agitada / en el gran fogón / en el gran fogón», quizá el único lugar del deseo.
Referencias bibliográficas - Bataille, George. (1997). El erotismo. Antoni Vicens (trad.). Barcelona, España: Tusquets Editores, S.A. - Chaparro Torres, Fidel Eduardo. (2018). Todos los zánganos son reinas. Lima, Perú: Vagón Azul Editores. - De Rougemont, Denis. (2002). El amor y occidente. Antoni Vicens (trad.). Barcelona, España: Editorial Kairós, S.A. Reinaldo Arenas en la novela El color del verano recupera este coloquialismo y lo instala en la imagen del homosexual paria, reclamo político en Cuba de los 70 y 80. 5
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Proyecto Maternidades* o la experiencia de ser mujer en el Perú
texto Vero Ferrari fotos Paola Vera
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Qué hace una lesbiana en una obra de teatro? Cuenta su vida. Cuenta, por ejemplo, que se enamoró por primera vez de una niña a los 6 años, y como todo a su alrededor le decía que eso era incorrecto, pensó que dios la había puesto en un cuerpo equivocado, «solo los niños se enamoran de las niñas», le habían dicho las novelas y las telenovelas, y ella se lo creyó, se lo creyó tanto que demoró más de 20 años en volver a enamorarse de otra mujer con esa libertad que sintió a los 6 años, como si fuera su primer amor. En el transcurso de esos años, intentó contárselo a su madre unas tres veces, y las tres veces desistió, por miedo, de pequeña, y por vergüenza, de grande. ¿Cómo se vive una vida con miedo y vergüenza? Con silencio. Un silencio que se expandía a cada extremo de sus emociones y que no le permitía articular la palabra «lesbiana» frente a los seres que amaba y que la amaban, y que la amarían si lo hubiera dicho, así intentaran cambiarla, llevarla al psicólogo y conseguirle un novio. Su familia no tuvo que hacer nada de eso, ella sola se puso como tarea ser «normal», y lo consiguió, casi perfectamente, por 28 años. Una pareja y una hija completaron la comparsa teatral que tenía como objetivo para no morir, y cuando su hija
cumplió 6 años, la misma edad que tenía ella cuando se enamoró por primera vez de otra niña, la miró fijamente a los ojos y se vio reflejada en ellos. Esos ojos veían a su madre como un ejemplo, como la heroína de sus cuentos, la persona que la tomaba de la mano para que de pronto el mundo dejara de ser un lugar inseguro y desolado. Y no pudo más, la mirada de su hija le cambió la vida. ¿Qué clase de madre sería si su hija no podía ser lo que quisiera a la edad en la que ella no pudo? ¿Qué ejemplo de libertad le podría dar si vivía encarcelando sus deseos? ¿Cómo le podría decir que podía conquistar el mundo si quisiera cuando ella se dejó conquistar por el miedo? Tenía que vivir la vida que quería, no solo por ella, sino por su hija, para que ella también pueda vivir. Y sí, se convirtió en un asunto de vida o muerte. Porque había vivido muerta por muchos años y no podía desearle lo mismo a su hija. Si su madre le había dado la espalda las tres veces que ella intentó entregarle su corazón, ella solo le daría su corazón todas las veces que sean necesarias para cuando su hija quiera recibirlo. ¿Qué más hace una lesbiana en una obra de teatro? Cuenta un par de chistes, intenta superar el miedo escénico, suda, busca emborracharse en una escena y le lee una carta a su madre muerta. Es esta: 65
«Recuerdo cuando te dije que era lesbiana. Tenía 28 años. Exactamente te dije que tenía novia, un día antes de que saliera un reportaje en donde iba a aparecer con ella. Exactamente te dije que estaba en un colectivo que daba información sobre aborto, y si eso no te alteraba, que tenga novia tampoco lo iba a hacer. Me respondiste de la forma más normal posible, aunque tus ojos eran de sorpresa. No sé si de sorpresa porque confirmabas por fin lo que ya sabías o porque realmente te sorprendía. Unas tres veces habías sido testigo de mi lesbianismo: a los 7, a los 15, a los 21. Y en las tres guardaste silencio esperando a que yo me arme de valor para decir algo. Una vez me atreví a abrir la boca solo para negarlo y tú me miraste y seguiste haciendo tus cosas. Luego tu hija tímida, obediente y silenciosa se convirtió en una furia feminista, pero para eso tuvieron que pasar muchos años. Tantos que ni me reconociste y me preguntaste si la que salía en el periódico era yo. Fuiste la madre imperfecta de una hija imperfecta, y aunque el amor no desbordaba por nuestros poros, supimos querernos con nuestras incapacidades y limitaciones a cuestas. Y nos perdonamos todo porque ser mujer en este país no es fácil, tomar decisiones frente a la precariedad no es fácil, y tener tres hijos y dos sobrinos que cuidar antes de los 25 años no es fácil. Adiós, viejita, por fin descansas en paz». * La primera vez que me enteré de Proyecto Maternidades fue cuando Leonor Estrada y Maricarmen Gutiérrez (las directoras) me escribieron para pedirme una entrevista, estaban pensando en realizar una obra de teatro testimonial sobre el tema de las mujeres en el Perú y cómo nuestras madres o la maternidad habían impactado en nuestras vidas. Luego de muchas entrevistas, seleccionaron a seis de nosotras para dar inicio a un laboratorio teatral, que sería el punto de partida de lo que se crearía después, y que es lo que se presenta ahora. En la obra participan cuatro mujeres más dando sus testimonios: Haydee, Liliana, Gina y Olga. Ha tenido varias productoras en los casi dos años que vamos con este desafío, la última es Diana Daf. Y se ha presentado en El Galpón Espacio, el Festival Sótano 2 de la Universidad del Pacífico, el Centro Cultural de España y en marzo (12, 13 y 14) en el Festival de Artes Escénicas FAE Lima 2019. 66
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El trabajo
soñado
La lucha y sacrificios de las mujeres trans por insertarse en el mercado laboral
texto Gianna C. García fotos C.D.
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n el Perú, ser una mujer trans y tener un trabajo «normal» (esos con horario de oficina) es una proeza y lo es por muchas razones: por tener que afrontar miradas y cuchicheos diariamente, por tener que demostrar que sí podemos ser competentes, e incluso es una proeza el estar regias todos los días a las ocho de la mañana, con pestañas y maquillaje en su punto, porque sí, algunas somos algo vanidosas. Debido a la falta de garantías para poder estudiar libres de discriminación y burlas en el colegio, en los institutos y universidades, hay pocas chicas trans con títulos de carreras técnicas o universitarias, lo que conlleva a que el mercado laboral no cuente con muchas de nosotras. Debido a la falta de oportunidades, algunas terminan realizando el trabajo sexual, aunque algunos se refieren a él como comercio sexual, ya que un trabajo significaría tener vacaciones, horarios, beneficios, etc. Soy Gianna, periodista y activista trans, y mi historia como parte de la población económicamente activa empezó cuando me faltaba un año para acabar la universidad y por supuesto, en ese entonces no tenía los objetivos que tengo hoy.
Una adolescente soñadora Siempre tuve las cosas claras, yo quería romper el molde que la sociedad imponía a los jóvenes que habíamos nacido en la parte de la ciudad donde la pobreza y la delincuencia convivían armoniosamente, en el papel tenía todas las de perder. Pero yo soñaba con una vida cómoda donde
mi mamá no tenga que levantarse a las cuatro de la mañana para preparar sánguches y desayunos que luego vendía. En mi adolescencia ya sabía lo que era tener varios amigos gay, ya disfrutaba del vóley de barrio y ya iba conociendo a las primeras mujeres trans, sin embargo, una intromisión de mis padres hizo que me alejara de ese ambiente al que ya le estaba agarrando el gusto y quizás ese alejamiento forzado marcó mi futuro como profesional. Mis amigos gay decían que, por ser demasiado amanerada, yo sería travesti, que me ganaría la vida dando caricias y ofrecería sexo en las calles de Lima, y no lo decían con desdén, lo decían como una opción válida para nosotras. Pero había un pequeño detalle: en mis sueños yo no ganaba dinero con mi cuerpo, lo ganaba creando contenidos noticiosos.
La cachimba de periodismo Cuando ya estuve en carrera universitaria iba entendiendo la importancia de los derechos humanos, entre ellos, uno que «dignifica a la persona», el trabajo. Y es cierto, una persona lleva una vida digna cuando tiene trabajo porque se siente útil, es capaz de desarrollarse, tiene posibilidades de ayudar a su familia a salir adelante, todo esto sube la autoestima de una persona. Por el contrario, el no tener trabajo hace que una persona experimente frustración, pesimismo, marginación, entre otras sensaciones negativas. 69
La Constitución Política del Perú (versión vigente de 1993) en su artículo 2, sobre los derechos fundamentales de la persona, precisa que «toda persona tiene derecho a trabajar libremente, con sujeción a la ley». Mientras que en el artículo 22 se lee que «el trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y un medio de realización de la persona». Cuando estaba en clases de derecho laboral, nunca pensé que yo viviría lo que es luchar por algo que supuestamente era inherente a mí como ciudadana peruana. Además de pasar horas estudiando, pensando en exámenes y exposiciones, experimentaba la infelicidad de no ser la mujer que quería ser y no tenía a quién reclamarle, porque la decisión de reprimir mi expresión de género la había tomado yo, apelando a mi lógica. Mis pensamientos de aquella época eran más o menos así: 1. Mis padres no ven con buenos ojos a los gays, decirles que soy trans significaría que me quiten su apoyo, quizás hasta me boten de casa. 2. Si dejo la universidad para ser y verme como realmente quiero, mis oportunidades laborales se reducirán. Con estudios inconclusos no conseguiría un buen puesto de trabajo. 3. Soy lo suficientemente fuerte para aguantar unos años con cabello corto y ropa masculina (solo que no pensé lo difícil que sería y que me haría derramar muchísimas lágrimas).
La joven periodista Empecé con prácticas preprofesionales en una institución del Estado y continué con prácticas profesionales también en el Estado. Ya había acabado mis estudios, ya podía ser como quería ser, pero llegó el interesante ofrecimiento de mi primer trabajo con una buena remuneración, no pude rechazarlo, puse el dinero por encima de mi identidad. Me lancé y emprendí un proyecto periodístico que fue hermoso, pero fugaz. Pasé 70
a trabajar en televisión por casi tres años, otra vez trabajé de manera independiente (ganando menos), con el boom del periodismo digital incursioné en él, ya estaba cansada de ser la persona que era, pero el poco dinero que había ahorrado no me alcanzaba para realizarme los cambios físicos que quería. Estudié maquillaje profesional como mi as bajo la manga. «Si en el Perú no me dan trabajo como periodista trans, iré a buscar oportunidades a salones de belleza, ahí no me discriminarán», pensé. Me dije «¡Ya no más! No me importa patear latas, pero este año seré quien quiero ser», pero vino una propuesta laboral con una cifra que nunca pensé alcanzar tan joven, otra vez pospuse mi expresión de género, juré que solo sería un año en el cual ahorraría para verme como quería. Pasaron los doce meses y necesidades familiares me hicieron continuar en aquel trabajo, nuevamente me prometí que solo sería un año más. Me mentí a mí misma.
La periodista y activista trans Ya con cabello largo, que trataba de ocultar amarrándolo en una cola o moño pe-
queño, y con maquillaje era casi imposible esconder quién era. Decidida, no lo pensé más y empecé a ser plenamente yo, con miedo a no tener trabajo, con miedo a ser rechazada, con miedo a ser minimizada. Mi sorpresa fue grande al ver que las personas con la capacidad de contratación de algunas empresas no se opusieron a que yo trabaje con ellas, de haberlo sabido no hubiera retardado tanto mi expresión como periodista trans. Al mismo tiempo desarrollé de a pocos mi rol como activista, conociendo mujeres trans que luchan porque se respeten los derechos de todas las compañeras, entre ellos el derecho a trabajar. Uno de los objetivos de la organización Féminas fue la inclusión laboral de mujeres trans, para ello tuvieron la acertada iniciativa de tomar contacto con el Ministerio de Trabajo. «Cuando recién empezamos nos preocupamos por desarrollar una bolsa laboral. Al inicio fue a través de algunas chicas que habían entrado a trabajar en call centers, hicimos incidencia para que otras también tengan la misma posibilidad, algunas lograron ingresar. Luego vino la firma del convenio con el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE)”, detalla Leyla Huerta, fundadora y directora de Féminas. El convenio al que hace mención la activista trans permite crear un puente entre las chicas trans y empresas socialmente responsables que están concientizadas con el tema de diversidad como parte del programa Perú Responsable, es decir, este programa cuenta con un registro de empresas que aceptan a personas trans. «Para mí, todas las chicas que han empezado a trabajar en espacios comunes, son chicas muy valientes porque han sido capaces de avanzar en ambientes que suelen ser muy hostiles con nosotras y ese empoderamiento es gracias al trabajo que realizamos en Féminas, donde he tratado de reunir a chicas con diferentes perfiles, estudiantes, profesionales, etcétera, tratando de tener referentes positivos»,
revela Leyla.
Trabajo para personas trans Así como existe esa entusiasta iniciativa peruana, en otros países como Estados Unidos ya se han logrado cosas más grandes, por ejemplo, existen empresas del rubro «servicios financieros» que ofrecen cientos de trabajos para mujeres y hombres trans. E incluso han identificado «los mejores lugares para trabajar para personas trans», entre los que destacan la popular empresa tecnológica Apple Inc, la cadena de supermercados Wal-Mart, la marca de autos Ford Motor Co, la electrodoméstica LG, entre otros. Yo conozco abogadas trans, empresarias trans, actrices trans y muchas chicas que pronto obtendrán sus títulos en otras carreras. Entonces se devela el cómo conseguir trabajo siendo trans y peruana: la respuesta está en la educación, pero es responsabilidad del Estado asegurar que niños, niñas y adolescentes trans no sufran de bullying en el colegio para que puedan terminarlo y tener la posibilidad de acceder a estudios superiores, los cuales las proveerán de herramientas para que salgan adelante como profesionales de las carreras que ellas elijan. Casi todos nuestros problemas podrían resolverse si en el Perú contáramos con una Ley de Identidad de Género. Muchas compañeras jóvenes prefieren no contar con DNI (Documento Nacional de Identidad) antes que ser llamadas con su nombre de nacimiento y tratadas con un género que no les corresponde; y sabemos que al no tener DNI, se convierten en personas invisibles para el Estado, perdiéndose la oportunidad de tener acceso a salud, educación y, por supuesto al trabajo. Sueño con presenciar la designación de una ministra trans, un premio Nobel trans, una presidenta trans. Como dije antes, soñar no cuesta nada, pero lo mejor es que los sueños sí se pueden hacer realidad. Si lo dudan, solo recuerden que la que suscribe soñó con crear contenidos noticiosos, y ahora lo hace. 71
¿Hacia dónde
soplan los vientos de las ideas?
Una mirada hacia la situación del movimiento LGBTI en Trujillo texto Yago Martínez
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facebook Brenda Sifuentes
l 4 de noviembre del 2018, Brenda Zarik Sifuentes Andrade, de 35 años, fue asfixiada y apuñalada hasta la muerte por el sujeto que ella consideró su pareja. El tipo al que le brindó su tiempo, su intimidad, su espacio y su cariño la asesinó en un arranque de rabia; un delito producto del odio que no solo goza de impunidad, sino de un aura ‘romántico’: un crimen pasional. La prensa, siempre gustosa de coger la mejor presa después del descuartizamiento, había embarrado sus portadas con las fotografías del cadáver ensangrentado –como quien exhibe un pedazo de carne de cerdo– detrás de un titular que decía «(…) transexual es asesinado, lo asfixiaron y apuñalaron». Al lado del anuncio, una fotografía troquelada de sus amigas –para la prensa ellas sí merecían ser identificadas con el género que las identifica– se abrazaban y lloraban, pero, curiosamente, sus rostros tenían una expresión que no se distinguía bien si era llanto o risa, presentando una atmósfera brutal, sangrienta y jocosa, es decir, una burla.
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Parece que hoy en día el ser escasea y resulta que algunos tienen el privilegio de serlo y otros no. Los que son –casi siempre varones, blancos, pitucos, católicos y, por supuesto, heterosexuales– tienen derechos y el Estado los protege, los impulsa, los cobija y los defiende. Y claro, su intimidad es algo que definitivamente se considera preciado, algo que nadie puede vulnerar. El resto somos nada, o peor, una
fuente inacabada de prejuicios y titulares morbosos. Si Brenda hubiera sido biológicamente mujer y además blanca, pituca y católica, ¿su asesino habría desencadenado el odio contra ella hasta matarla? Posiblemente sí. ¿Y cómo habrían sido los titulares? Quizá «monstruo», «enfermo», «no tiene el perdón de Dios»; él y no ella –y que sea trans– habría sido el morbo. Y si Brenda hubiera sido un varón, ¿aún estaría viva? Quién sabe. Lo que se sabe es que la chusma no tiene derecho a nada; sobre todo a morir en paz. Aún después de muerta, de algo puede servir su despojo, como la piel de la bestia que se usa de tapete. Es esa la hegemonía cultural de mi región. En la actualidad, las iniciativas culturales aún no tienen la fortaleza necesaria para enfrentar la enorme marea machista, misógina y homolesbotransfóbica que azota la región liberteña: hace falta más y urge profundizar en el trabajo y el pensamiento. Sin embargo, decir que nada se hace o que nada de lo que se hace influye en las transformaciones profundas, es afirmar lo que al enemigo le placería oír. Falso. Las iniciativas se critican, se desmenuzan, se interpelan, pero también se reconocen, se defienden y se impulsan. No es poca cosa que en esta región –quizá una de las más violentas de este país miserable– algunas semillas se están plan-
tando y poco a poco vienen robusteciéndose sus tallos. Por ejemplo, es admirable la fuerza y tesón con que se sostienen las constantes Brigadas de Despistaje e Información de ITS (principalmente VIH) en los lugares de incidencia de las poblaciones en situación de vulnerabilidad como son los saunas, cabinas, salas de videos, entre otros. Estas campañas no solo tienen una injerencia directa a la problemática de contagio en la población gay y trans, sino que se preocupan de evaluar niveles de higiene y desarrollo adecuado de prácticas sexuales en esos sitios. Aunque es complicado llegar a los estándares – dada la informalidad y clandestinidad del rubro–, algo se viene haciendo y poco a poco se ajusta el control y la información. Luego, el trabajo de asociaciones como Amnistía Internacional ha contribuido con sensibilizar a la población –especialmente jóvenes universitarios– respecto a la problemática de la realidad trans, sobre todo la necesidad de una ley que acepte su identidad de género. La campaña se llamó Visibles! y también brindó información de otros temas, como el matrimonio igualitario o la necesidad de tipificar los crímenes de odio. Algo que ha marcado la ciudad en estos años ha sido el trabajo de difusión cinematográfica con conciencia social y política como parte de una visión de redistribución de la riqueza cultural. Es
Avisos para la campaña de Amnistía Internacional, Visibles.
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Luisa Revilla, regidora por La Esperanza, en la X Marcha del Orgullo en Trujillo (2017).
Miguel Ramos
decir, hacer del cine una riqueza redistribuida a la ciudadanía, en lugar de que permanezca concentrada en una élite ‘especializada’. Un ejemplo es el cineclub Retina, que viene realizando proyecciones al aire libre como parte de una propuesta de recuperación de espacios públicos: en el mes de junio rindió homenaje a la comunidad LGBTIQ, rompiendo mitos a través de su ciclo Se nos chorrea el prejuicio. También, si de cine se trata, olvidar el trabajo de Cinepicentro sería un descuido garrafal y, claro, es vital reconocer el enorme esfuerzo de Epicentro por sacar adelante el Outfest Trujillo durante el mes de setiembre. En este punto, vale la pena reconocer la influencia del Outfest en la ciudad y la apertura como una fiesta cultural que difunde la cultura LGTBIQ en todas las facetas posibles: cine, charlas, gráficas, souvenirs, etc. Finalmente, no podían olvidarse las manifestaciones culturales en el marco activista y de intervención ciudadana. Ahí están como evidencia el Plantón Anual contra los Crímenes de Odio, que nos hace 74
recordar un horizonte inmediato, pero también la Marcha del Orgullo, que nos amplía la perspectiva y pone la esperanza como el centro de nuestra resistencia; más de dos mil personas marchamos ese día: jóvenes, viejos, LGTBIQ, aliados, todes, para dejar de ser «los nadies» –como dijo Galeano– y empezar a descubrir nuestra propia voz, la voz de la Revolución Cultural. Es cierto que falta mucho, que ni nos acercamos a lo que debemos ser para enfrentar directamente al enemigo. Quizá, articulando las iniciativas, coordinando estrechamente como un solo cordón, podamos forjar un punto de partida. Urge profundizar el trabajo e ir al llano, donde transitan les nuestres de a pie para conocer sus sufrimientos y contradicciones; es decir, trabajo de bases. Necesitamos radicalizar nuestro pensamiento, dejar la retórica y enfrentar nuestra realidad con una cultura armada de ideología. Las semillas están sembradas y, por su bien, debemos conocer hacia dónde soplan los vientos de las ideas.
FOTO G R A F Í A D E B O DAS | E V E N TO S C O R P O R AT I VO S CUMPLEAÑOS | SESIONES FOTOGRÁFICAS B O O KS | FOTO S P U B L I C I TA R I AS cel.: 950 049 311 email: luismunoz.pe@gmail.com facebook .com/luismunoz.pe instagr am/luismunoz.pe w w w. l u i s m u n o z . p e
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Diseño
de letras
para acercarnos al cine disidente y educar en diversidad
texto Ricard Huerta Universitat de València, España
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i atendemos a la importancia que tiene el alfabeto en nuestra cultura, deberíamos conocer mejor el potencial de las letras y todo el aparato comunicativo, artístico, educativo e histórico que transmiten. Aprendemos a leer y a escribir desde muy temprana edad, pero nunca se nos forma en el conocimiento de los signos de las letras en tanto que formas visuales. Conocemos muy poco sobre la riqueza de las letras como imágenes y formas culturales. El alfabeto latino supone un legado histórico de primera magnitud, y la sofisticada tecnología visual del alfabeto conjuga forma y contenido. La escritura constituye un escenario cotidiano, ya que estamos constantemente empleando las letras en todos los dispositivos analógicos y digitales que usamos a diario. Las letras del alfabeto deberían incorporarse al estudio de las imágenes. Hemos pasado muchas horas de nuestra vida haciendo ejercicios para aprender a manejar correctamente la escritura. Pero nunca se nos explicaron cuestiones tan importantes como el origen del alfabeto o las posibilidades gráficas de las letras. Debemos impulsar un mayor conocimiento de la historia y el poder de los textos escritos para dominar el potencial expresivo de las letras en tanto que formas visuales. Teniendo en cuenta el actual auge del lettering y de las tipografías de creación, estamos en un buen momento para fomentar el estudio de las escrituras como formas expresivas con aplicaciones culturales.
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Las letras forman parte de una tradición en la que se unen diseño, grafismo, arte, comunicación, historia y lenguaje. Las letras también están muy implicadas en entornos mediáticos como el cine, la televisión o los videojuegos. En el presente artículo nos ubicamos en el diseño de letras para el cine, incidiendo de modo especial en un elemento gráfico donde la letra tiene un papel preponderante: los carteles de cine. El cine nos ofrece múltiples ejemplos para poder llevar al aula tanto el conocimiento de las letras del alfabeto como para analizar problemáticas sociales, políticas y culturales (Huerta, 2016). Las tipografías de la disidencia, las formas gráficas del cine sobre diversidad sexual nos ayudan a plantear nuevos retos educativos para integrar espacios como el diseño, el arte, la creatividad, el cine, la diversidad, la inclusión y la formación de docentes (Huerta, Alonso-Sanz y Ramon, 2018).
Quienes educamos tenemos en las letras un aliado eficaz La cultura visual supone un paradigma valioso entre quienes elaboramos discursos educativos desde las artes y el diseño. Introduciendo la tipografía, así como el estudio y el uso de las letras, tenemos la oportunidad de utilizar estos elementos para el acercamiento a realidades educativas como la inclusión o el respeto a la diversidad sexual. Si estudiamos lo visual para emplearlo como material significativo de aprendizaje, los carteles de películas se convierten en diseños
que pueden ser estudiados, y además nos permiten hablar en clase de cuestiones como el sida, el VIH, o la lucha del colectivo LGBT por visibilizar sus problemáticas. Urge conocer el poder de las imágenes, repensar sus usos y adecuarlas a nuestras necesidades. Las letras del cine posibilitan un contacto directo con los audiovisuales. El diseño de un cartel de película invita a recrear todo un imaginario vinculado con las estéticas propias del tema que trata el film. Nos ayuda a reflexionar sobre la influencia que estos modelos tienen sobre nosotros a través de películas y series. Las representaciones mediáticas constituyen un elemento cotidiano, y la educación artística nos ofrece la posibilidad de acercarnos a ellas desde la reflexión crítica (Greteman, 2017). No perdamos de vista que el cine resulta fundamental como transmisor de ideas y escenario complejo de lo visual. Apostamos por una interpretación de las
imágenes desde una perspectiva social y reivindicativa, desarrollando estrategias novedosas que construyan sugerentes enlaces con la realidad.
Formar ciudadanía diversa Si exigimos una mayor formación en artes para toda la ciudadanía es porque anhelamos una sociedad más justa, más culta, más exigente y más equitativa. Explicar el trabajo actual de diseñadores y artistas permite conocer igualmente las inquietudes estéticas del alumnado. El diseño y las imágenes invaden nuestras vidas y generan los imaginarios que manejamos. Estamos rodeados de objetos diseñados, por lo que resultaría positivo analizar esta realidad en el aula. Un cartel de cine es un ejemplo peculiar de diseño gráfico. Descifrar los mensajes visuales significa estudiarlos desde de su propia realidad, aprovechando las características del entorno para comprender mejor todo lo que nos aportan. Una apropiada formación estética resulta beneficiosa en muchos sentidos, tanto desde el punto de vista del fomento de la creatividad como desde la perspectiva del goce estético. El cine es una puerta abierta a la historia, a las ideas y a los comportamientos, una industria cultural que en los últimos años se abre a la celebración de la diversidad. Las tipografías cinematográficas en los carteles ofrecen un riquísimo material gráfico para elaborar nuevas narrativas diversas. En las películas LGBT celebramos la visibilidad de conflictos como la lucha de clases, el machismo, o la falta de aceptación de las disidencias sexuales. No perdamos de vista que hasta hace bien poco la homosexualidad era considerada una patología, una enfermedad o un trastorno. El dolor que han sufrido y siguen padeciendo las personas LGBT tiene que ver con la incomprensión, el fanatismo y la ignorancia.
Cartel de la película estadounidense The Children’s Hour (William Wyler, 1961).
Debemos ofrecer al alumnado la oportunidad de estudiar los mensajes gráficos de las películas, de modo que posteriormente dicho análisis sirva también para 77
crear diseños interpretativos con letras disidentes (Huerta, 2017). Si transmitimos mensajes en positivo, denunciando homofobia, la transfobia, la censura y la estupidez, en el futuro dispondrán de una opción de análisis social y cultural mucho más abierta, libre y enriquecedora. Romper con los mitos del machismo significa también atender a todo tipo de barreras. Si incluimos la diversidad sexual en nuestros programas curriculares, esto nos permitirá hablar sobre temas que hasta hace bien poco resultaban prácticamente intocables. Las siglas LGBTIQ atienden a orientaciones sexuales, pero también a modelos de vida. Establecer un criterio de inclusión en disidencia sexual motiva al alumnado de manera positiva, impulsando actitudes respetuosas y potenciando valores de convivencia. Hemos de estar atentos y trabajar unidos para despojar nuestras aulas de miedos y ocultaciones. Las generaciones más jóvenes están hiperconectadas. Sus usos tecnológicos responden a un contacto indiscriminado con imágenes y otros códigos visuales. La brecha social, económica, cultural y educativa que abre la marginación tecnológica provoca un distanciamiento que aumenta entre quienes disponen de dispositivos tecnológicos y quienes no tienen acceso a ellos. Si a este tipo de discriminaciones añadimos la discriminación por motivos de diversidad sexual, entonces se genera una doble marca que impide a muchas personas poder acceder de forma libre y equitativa a los nuevos escenarios tecnológicos. Utilicemos las imágenes para superar los obstáculos que imprime la desigualdad, algo que es posible desde disidencias como la ironía, el escepticismo o la originalidad.
mente). Se trata de un drama pasional, basado en una obra de teatro que tuvo éxito en Broadway, y que supone un paso importante en el tratamiento de la diversidad, teniendo en cuenta que habla de cuestiones de educación, incorporando a actrices de la talla de Audrey Hepburn y Shirley MacLaine. El filme nos puede servir para tratar cuestiones transcendentes como el control del cuerpo por parte de las propias mujeres, o incluso la permanente violación de los derechos humanos cuando se trata de disidencia sexual. Al hablar a nuestro alumnado de la realidad histórica del maltrato a las personas por su disidencia sexual les informamos sobre artistas de todas las épocas que sometieron su sexualidad al rigor del poder religioso y del machismo dominante. El arte que nos ha llegado desde las instancias del poder está cargado de una componente machista, ocultando cualquier opción de disidencia. Conviene elaborar lecturas desprejuiciadas de las obras de grandes artistas y directores de
Filmografía clásica LGBT y nuevas incorporaciones La película The Children’s Hour es un auténtico referente histórico del cine LGBT. Dirigida por William Wyler en 1961, nos habla de la problemática situación de las lesbianas en la segunda mitad del siglo XX (algo que venía de lejos, evidente78
Cartel de la película chilena Una mujer fantástica (Sebastián Lelio, 2017).
Cartel de la película chilena El Club (Pablo Larraín, 2015).
Pier Paolo Pasolini, Rainer Werner Fassbinder, Pedro Almodóvar, Billy Wilder o Derek Jarman. Sus películas nos plantean dilemas de gran calado social, lo cual debemos llevar al terreno educativo. Una película es un argumento sólido para elaborar un buen discurso educativo en el aula. Al elaborar un discurso visual a partir de las tipografías fílmicas comprobamos que los títulos suelen ocupar un espacio importante. El cine que nos llega de los Estados Unidos tiende a subrayar el hecho homosexual como un problema que requiere soluciones radicales, en parte porque proviene de una tradición basada en el ocultismo y la represión en lo que a homosexualidad se refiere. Sin embargo, encontramos buenos ejemplos en el cine europeo y latinoamericano con los que abarcar problemáticas acuciantes.
cine, de quienes nos han dejado su legado a lo largo de la historia, sin evitar los sus deseos que les llevaron a luchar por visibilizar sus sentimientos. En los premios Óscar de 2018 fue premiada la película Una mujer fantástica como mejor film de habla no inglesa. Esta impactante cinta relata una problemática vigente, ya que las personas trans continúan sin tener derechos en nuestras sociedades occidentales. Estos temas se pueden tratar en el aula, al mismo tiempo que analizamos el esquema gráfico del cartel: el uso de los colores, el papel de la fotografía, o el tratamiento de las cuestiones trans. A pesar de los muchos avances que se han conseguido en cuestiones legales, médicas, políticas y sociales, los colectivos LGBT siguen padeciendo injusticias que van desde la pena de muerte en numerosos países, hasta la incomprensión por parte de buena parte de la población a causa de la pura ignorancia. Es conveniente utilizar filmografías de directores clásicos como
En El Club se hace una denuncia dura y necesaria de los abusos del clero y los militares durante la dictadura chilena. Necesitamos claves para educar en diversidad afectiva, sexual y de género desde las artes, analizando ejemplos que nos ayuden a conocer y transitar por conceptos nuevos sin complejos ni cohibiciones. Silenciar estas realidades diversas supone seguir alimentando los odios y la homofobia, lo cual es un síntoma de debilidad del sistema educativo. Desde las teorías queer y los feminismos disidentes se han elaborado nuevos discursos en relación con el cuerpo y los espacios por los que transita.
Simbologías visuales de las culturas queer En los últimos años los cambios han sido vertiginosos a todos los niveles, y a pesar de ello, la homofobia sigue siendo un motivo importante de violencia, un código represivo reforzado por siglos de opresión y persecución hacia las personas que pretenden vivir libremente sus deseos. Desde los poderes político, religioso, legal y médico se ha generado una insistente persecución hacia las expresiones del cuerpo y el deseo que 79
no supongan la reproducción. Cualquier manifestación de afecto entre personas del mismo sexo ha sido siempre vigilada, perseguida y castigada por las instancias del poder. El miedo es la clave del sistema. Miedo al cuerpo, miedo a los deseos. Frente a los miedos se alzan las visibilidades y los gritos de protesta de las minorías reivindicativas. La bandera de seis colores, signo de la lucha por los derechos LGBT, se diseñó como icono visual de la diversidad sexual tras los disturbios en 1969 de Stonewall Inn, el mítico local del Greenwich Village de Nueva York (en breve vamos a celebrar los 50 años del suceso). Quienes crean imaginarios (artistas visuales, cineastas, diseñadores, realizadores de televisión, dibujantes de cómic, publicistas) han dado forma a sus ideas, y se han comprometido con la lucha por los derechos humanos y de la diversidad sexual. La realización de películas con temática LGBT permite dotar de imágenes y artefactos visuales a los colectivos que abogan por una mayor presencia de las diversidades en el entorno social y cultural. Asumiendo que muchos de los logros que se han conseguido para mejorar la situación de los colectivos LGBT proceden del impulso de estas reivindicaciones en los Estados Unidos, las mejores películas que nos hablan de problemáticas educativas y de diversidad siguen siendo europeas. Los carteles de las buenas películas nos ofrecen interesantes ejemplos gráficos para utilizarlos como artefactos visuales con un gran potencial educativo. Existe sexismo y clasismo en los argumentos de las películas y las series que ven nuestros alumnos. En términos generales, al homosexual rico se le permiten las relaciones con personas de su mismo sexo, siempre que no trascienda a la esfera pública. El cine es probablemente el lenguaje creativo que más ha defendido la presencia de la sexualidad, hasta el extremo de haberse verificado, en el cine de Hollywood, ya desde sus orígenes, una fascinación y hasta cierta obsesión por 80
Cartel de la película estadounidense Boy Erased (Joel Edgerton, 2018).
cómo representar la homosexualidad. Al introducir el cine de temática queer en las aulas incorporamos reflexiones que nos llevan al arte. Planteamos la posibilidad de unir cine, tipografía y diversidad sexual, con un enfoque híbrido, uniendo paisajes que contengan paralelismos.
El miedo provoca más violencia A causa de la persecución de las personas homosexuales y de la violencia contra cualquier tipo de disidencia sexual, hemos padecido el desasosiego y el dolor que conlleva el miedo, lo cual ha provocado un tradicional ocultamiento de la homosexualidad, imposibilitando que se hablase con libertad y naturalidad de las orientaciones sexuales disidentes. Esta situación nefasta se complica más aún cuando nos referimos a personajes con incidencia mediática, algo que ha producido engaños y ocultaciones, especialmente entre las clases sociales media y baja. El dilema que presenta la mayoría de las representaciones visuales de la homosexualidad es
Cartel de la película argentina El silencio es un cuerpo que cae (Agustina Comedi, 2018).
han admitido abiertamente que la diversidad forma parte de su cultura.
Letras de película para celebrar la diversidad a través del cine El discurso cinematográfico está repleto de textos escritos. Es una de sus riquezas, por ello resulta importante formar a la ciudadanía en materia de alfabetos y tipografías. Al centrarnos en el cine, disponemos de innumerables ejemplos con los que ilustrar este tipo de informaciones. Cada cartel se convierte en exponente de un estilo, y las letras que tienen estos diseños nos permiten celebrar el trabajo de sus creadores, mediante ejemplos gráficos que se pueden utilizar para hablar de la coyuntura estética, económica, social, cultural e histórica de cada película. Incluso tenemos la posibilidad de explicar cuestiones de tipografía y de difundir el nombre de diseñadores de letras.
que tienden a convertir las historias de la diversidad en auténticos dramas pasionales, habitualmente escabrosos o trágicos. Se trata de un tópico, de un lugar común. Urge combatir la violencia machista y las convenciones que la alimentan. Al poner en duda el esquema heteronormativo desarrollamos cambios sociales, difuminando la fuerte dicotomía hombre/mujer, masculino/femenino, activo/pasivo, virulento/sensible, y otras opciones basadas únicamente en la dualidad de los contrarios. Las marcas del esquema binario nos han educado incluso desde antes de nuestro nacimiento. La estética de la diversidad sexual está al alcance de nuestro alumnado en muchos elementos de la cultura popular y de los medios de comunicación, con una gran difusión a través de las redes sociales. Los videoclips de grandes artistas implicados en la causa LGBT constituyen una realidad muy cercana a varias generaciones que ya
Como docente intento transmitir a mi alumnado la pasión por el cine. También procuro ofrecer suficientes herramientas para disfrutar y analizar los diferentes artefactos visuales que forman parte de su entorno cotidiano. Cuando hablo de arte a mi alumnado conecto las cuestiones estéticas y estilísticas con los asuntos económicos y sociales. La diversidad sexual no es una cuestión puramente personal (soy activista LGBT), sino que forma parte de un engranaje social en el que todos y todas estamos implicados. Propongo un profesorado abiertamente reivindicativo y muy pendiente de los intereses del alumnado, un profesorado libre que defienda los derechos humanos, y muy especialmente los derechos de las minorías más desprotegidas. Un profesorado consciente de su papel social y simbólico. Cuando el profesorado se niega a ofrecer espacios de información y discusión, cuando no es sensible a esta realidad, el alumnado da por hecho que se trata de un tipo de cuestiones que no son lo suficientemente importantes como para figurar en el currículum. Esto supone marginar y esquivar la cuestión. Las dificultades son muchas: falta de materiales disponibles, 81
ausencia de propuestas curriculares, la terquedad de cierto profesorado o alumnado frente a cuestiones que no quieren aceptar, la incomprensión por parte de las instancias educativas, los recelos de algunas familias intransigentes. La diversidad sexual es un asunto pendiente, un argumento de peso que debe ser abordado desde todos los ámbitos, y por supuesto desde el arte y la educación artística. Debemos prepararnos para salir del armario curricular. Ocultarnos no es ninguna solución. Del mismo modo que renunciar a la propia identidad se convierte en causa de sufrimiento, culpa, dolor, miedo, e incluso soledad y baja autoestima, permitir que continúe existiendo el armario curricular nos sitúa en una condición ruinosa, ya que no aporta nada bueno a nuestra experiencia docente. Hablar en clase abierta y honestamente de la realidad LGBT constituye un ejercicio de naturalidad. Para quienes estén padeciendo LGBTfobia de cualquier tipo, esto significará una posibilidad de replantearse sus dudas y temores, lo cual repercutirá positivamente, tanto si deciden aceptarse en su condición diversa, como si optan por exigir que se les acepte tal y como son. Las temáticas LGBT han tenido tradicio-
nalmente una visión muy trágica en la pantalla grande. La manera de tratar estos aspectos ha sido casi siempre excesivamente dura y problemática. Es la forma de presentar a la sociedad un dilema de estas dimensiones: las personas LGBT solo pueden tener un final fatídico. La vida de una persona, por estar fuera de la heteronormatividad establecida, solo puede convertirse en una trayectoria fatídica abocada a un final trágico. Hemos que valorar positivamente la existencia de películas en las que la ironía está por encima de los tópicos y prejuicios establecidos en contra de la diversidad sexual. La persecución de la diversidad sexual viene de lejos, pero hay que dar pasos en positivo, avanzar y mejorar, sin perder la memoria, y sin dejar que la pena o el dolor nos paralicen. Rara (2016), la película dirigida por Pepa San Martín, tiene planteamiento claro y reivindicativo, como las cuatro letras minúsculas del título en el cartel, un bellísimo ejemplo de diseño tipográfico. En el cartel vemos a cuatro mujeres, las protagonistas de la historia, de diferentes edades, pero que construyen una historia especialmente rompedora, al igual que las cuatro letras minúsculas del título, en las que una revoltosa “r” se invierte para declarar la guerra a la convencionalidad. En el arte, como pasa en la mayoría de la
Cartel de la película chilena Rara (Pepa San Martín, 2016).
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actividad creativa, las formas de rebelarse ante las injusticias son, en ocasiones, las más creativas y sugerentes. La ironía es un entorno provechoso para la creación y para el disfrute. El arte es fuente de ironía constante.
Cartel de la película peruana Retablo (Álvaro Delgado Aparicio, 2018).
Recuperando la tipografía y el diseño de carteles de films disidentes tenemos la oportunidad de hacer un repaso al tipo de grafismo predominante en las producciones que han estado marcando el panorama LGBT en el cine, especialmente el realizado en Latinoamérica. Se trata de una filmografía en la que los cuerpos y los deseos adquieren consistencia como territorios corporales, en las que se replantean los prejuicios sexuales, raciales, económicos y religiosos. Son historias que rompen con la hegemonía del machismo.
Diseñando una educación más diversa e inclusiva Nacemos tatuados por el género, incluso antes de nacer, cuando se nos adjudica un rol de género. Nuestro cuerpo es un acervo que nos acompaña de forma persistente, y por tanto es parte de nuestro patrimonio material. Nuestras acciones y pensamientos se construyen en base a la relación con nuestro cuerpo, a lo largo de nuestra vida, de manera que se convierten en un capital cultural vinculado directamente al propio patrimonio inmaterial. La educación es clave para superar los prejuicios y las constantes violaciones de los derechos humanos. Hay que lanzar un mensaje de confianza, de tranquilidad y de ánimo a quien se sienta diferente por cualquier motivo. Al mismo tiempo, debemos incentivar entre el alumnado el reconocimiento hacia quienes son marginados a causa de su opción sexual o por cualquier otro motivo injusto. Como docentes podemos y debemos compartir la curiosidad y la rebeldía desde la base del respeto. Paulo Freire nos alienta en la práctica educativa transformadora, denunciando el malestar que produce la ética del mercado, y apoyando la solidaridad como forma de lucha capaz de promover e instaurar la ética universal del ser humano. Esta
dimensión utópica tiene en la pedagogía de la autonomía una de sus posibilidades (Freire, 2015). La teoría crítica en educación exige combinar la teoría y la práctica educativas, promoviendo comunidades críticas. Freire consideraba que la autonomía del alumnado se podía conseguir si se insiste en la formación de docentes, quienes deben reflexionar sobre sus prácticas educativas. Los textos fílmicos nos ofrecen documentos de precisión para acercarnos a los sentimientos y las estéticas más diversas, de manera que podemos gestionar nuestra comunicación utilizando films del mismo modo que hacemos uso de pinturas, fotografías, grabados, esculturas, anuncios, carteles, edificios, flyers o noticias de facebook. Nuestro alumnado valora positivamente que nos acerquemos a sus intereses, a sus preocupaciones, a sus desconocimientos, y a todo aquello que nos pueda mantener unidos desde el engranaje educativo. 83
Imaginar tipografías mariconas y bolleras Procuremos instalar la memoria en nuestras clases, la memoria de los disidentes en general, permitiendo un constante reencuentro con sus creaciones, ya que sus distintas formas de plantear los temas importantes visibilizan numerosas cuestiones que están candentes en todas las manifestaciones artísticas: el miedo, la valentía, el desprecio, el valor, la infancia, los deseos, los mitos, las geografías del cuerpo, la ironía. Resulta complicado romper los estigmas a causa de las lecturas en clave religiosa desde los extremismos, pero no podemos permanecer ajenos a esta problemática. Preparar profesionales de la educación supone implicarse en las problemáticas sociales y en el respeto a la diversidad. El profesorado debe estar preparado para incorporar información válida para que el alumnado conozca sus derechos y no tema porque su orientación no resulte convencional. Imaginar una tipografía maricona o bollera supone al mismo tiempo rebelarse contra cualquier síntoma o manifestación de homofobia. Investigar a través de las artes, indagar sobre los nuevos dispositivos, atender a los afectos o relacionar dichas cuestiones con las pedagogías culturales, son algunas de las estrategias que podemos elegir.
Cuando formamos a profesionales de la educación e intentamos transmitirles la importancia que pueden adquirir el arte y el diseño en su vida y en su trabajo estamos alimentando un profundo deseo por transitar espacios de creatividad y de libertad. Cuando hablamos abiertamente en clase sobre derechos humanos desde los aspectos LGBT provocamos en realidad un ambiente positivo y participativo, especialmente para aquellas personas que nunca habían podido expresarse con libertad. En ese sentido nos preguntamos por qué una persona homosexual debe ocultar su forma de ser y pensar. ¿Qué sentido tiene la persecución de la homosexualidad por parte de políticos y religiosos cuando luego se descubre que eran homosexuales reprimidos? ¿Por qué hemos de ocultar la riqueza simbólica de las geografías LGBT? El secretismo que ha rodeado y sigue ocultando las cuestiones LGBT es fruto de toda una tradición relacionada con los miedos, los temores, las ocultaciones, los abusos y la hipocresía. Frente a toda esta injusta situación, lo que podemos hacer en las aulas es airear el ambiente, abrir los armarios y enfrentarnos a la realidad, que es mucho más generosa y positiva si atendemos a unas mínimas reglas del juego de educar.
Referencias - Freire, P. (2015). Pedagogia da autonomia: saberes necessários à prática educativa. Rio de Janeiro: Paz e Terra. - Greteman, A. J. (2017). Helping Kids Turn Out Queer: Queer Theory in Art Education. Studies in Art Education: A Journal of Issues and Research, 58 (3), 195-205. - Huerta, R. (2016). La tipografía en el cine: análisis de cabeceras y créditos de películas como estrategia educativa desde la cultura visual. Archivo de Arte Valenciano, 94, 351-366. - Huerta, R. (2017). Transeducar. Arte, docencia y derechos LGBT. Madrid-Barcelona: Egales. - Huerta, R., Alonso-Sanz, A. y Ramon, R. (eds.) (2018). Investigar y educar en diseño. Valencia: Tirant lo Blanch. 84
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Adiós al
clóset texto Vero Ferrari
E
l fin del armario. Lesbianas, gays, bisexuales y trans en el siglo XXI (La Travesía Editora, Arequipa, 2018), de Bruno Bimbi, es un libro de su época, y de una época que se va. Ya no es lo mismo haber vivido el armario en los 80 o los 90, como vivirlos en el 2010 o cerca al 2020. El mundo ha cambiado para nosotres, por lo menos en la zona del mundo en donde podemos leer estos testimonios, una mezcla de diario personal con crónica periodística, porque qué hay más personal que contar la vida misma con sus dolores, sus melancolías y los duelos de lo que no pudimos llorar en su momento. Las vidas LGTBI siguen expuestas a la violencia y la muerte, pero también cada día surgen más personas muy poco dispuestas a vivir lo que la sociedad quiere otorgarnos: el silencio y la invisibilización, esos mecanismos de anulación de vidas a los que hemos aprendido a negarnos expresando abiertamente que amamos con orgullo. Y junto a esas personas que salen a gritar que están orgullosos de lo que son, todo un espíritu de cuerpo se cierne para protegerlos, para hacerles saber que no están solas. A propósito de los #10YearsChallenge,
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hace diez años la cadena de telenovelas Televisa censuró el beso de dos actores que personificaban a una pareja gay, este año, han estrenado dos telenovelas cada una con su respectiva pareja gay y lésbica, han remontado sus niveles de audiencia y han conseguido millones de seguidores más. ¿Qué ha cambiado en diez años? Todo lo que cuenta Bimbi en su libro, hemos aprendido a luchar con todas las estrategias que estaban en nuestras manos, hemos tomado lo que más les gustaba atesorar a los conservadores: familia, pareja, vida, amor, y los hemos puesto de nuestro lado, porque nunca estuvieron lejos ni la familia, ni la pareja, ni la vida ni el amor, pero lo que hace diez años estaba oculto y censurado, hoy lo mostramos en nuestras redes sociales, porque sabemos que cada vez que las mostramos, un transfóbico se retuerce, un lesbófobo se lanza en caída libre, un homofóbico muere. Libros como los de Bimbi, que retratan lo que perdimos y lo que ganamos son buenos balances para seguir aprendiendo en el camino de la visibilidad, para seguir andando lo que nos falta, y para que le roben menos adolescencias a nuestros niños y niñas. Con esa esperanza, avanzamos.
La Morcilla
por Chechi
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