D o m i n g o 7 d e D I C IEM B R E D E 2 0 1 4
acceso a la justicia
4
UNA VÍCTIMA DE LA RED. La historia de una joven que terminó en la Justicia
Las dos caras de un abusador
E
ntre octubre de 2008 y marzo de 2010, Rocío, una joven de 15 años, se contactó vía internet con una persona llamada “Pablo” y comenzaron una amistad. Rocío era hija única y vivía en Capital Federal junto a sus padres, que tenían un maxiquiosco en su casa. El vínculo se inició por la foto de perfil de él, por la que parecía un “chico lindo”. Al tiempo, esas conversaciones que se entablaron por la web continuaron a través del chat y por mensajes de texto. Durante las charlas, ella fue proporcionando mucha información personal: la dirección de su casa, su teléfono, los nombres de su familia, de su escuela, de amistades, sus gustos; y también algunas fotos sin ropa que “Pablo” le había pedido. Un tiempo después, “Pablo” le propuso un encuentro personal, pero ella no aceptó, tal vez por miedo o por vergüenza, por sentir que aún no era el momento. Pero ante la negativa, él comenzó con las amenazas. Primero le dijo que iba a enviar un virus para dañar su computadora, y ella le restó importancia. Luego las amenazas involucraron a su familia, porque “Pablo” le decía iba a ir a su casa para mostrarles a sus padres todas las imágenes que tenía de ella si no accedía a ese encuentro. Al mismo tiempo que su-
Foto: Claudia Conteris y Lucas Herrera
La foto del perfil del abusador fue la vía por la que se inició la relación. cedían estos hechos, Rocío comenzó a hablar con otro joven llamado “Nicolás”, quien le prometía interceder entre ella y “Pablo”. “Nicolás” le dijo que él tenía un programa especial para bloquear usuarios, que iba a poder con él, pero finalmente también le confesó que estaba siendo hostigado. Mientras tanto “Pablo” empezó a exigirle a Rocío que le diera dinero a cambio de no revelar las conversaciones a sus padres. Pero, como ella no tenía la plata, la intimó a que se desnudara frente a la cámara web para que ciertos usuarios, que él mismo seleccionaba, la vieran. Por temor, Rocío accedió. “Pa-
SI FUISTE O SOS VÍCTIMA, EL ESTADO NACIONAL DEBE GARANTIZAR EL DERECHO A: l Que se protejan tus datos personales. l Que no haya intromisiones ilegítimas en tu intimidad. l Ser tratadas con respeto y dignidad. l Ser escuchadas en la fiscalía o juzgado que intervienen. l Recibir orientación legal gratuita.
blo” le indicaba el horario en el que debía conectarse a internet, luego le pasaba los datos de los contactos que ella debía agregar y, finalmente, la obligaba a desnudarse y así lograr “calentar” a esas personas. Estas situaciones se reiteraron unas diez veces aproximadamente y algunas de las transmisiones fueron observadas por “Nicolás”, quien lo hacía “obligado” por “Pablo”. En un determinado momento, durante el mes de diciembre de 2008, Rocío manifestó no querer continuar desnudándose frente a la cámara web, por lo que “Pablo”, amenazando con exhibir las filmaciones a su familia, comenzó a exigirle
la extorsión, a través de supuestas amenazas, es otra forma que se hizo habitual. la entrega de elementos de valor. Así fue que Rocío dio un teléfono celular y un reproductor MP4. Rocío entregaba estos objetos a “Ni-
colás”, quien a su vez se los tenía que dar a un enviado de “Pablo”. Aun así, “Pablo” no cesó en su extorsión. Por el contrario, las amenazas aumentaron hasta, que en una oportunidad, “Nicolás” convenció a Rocío de que la única forma de conseguir pagarle a “Pablo” para que terminase con sus chantajes era ejerciendo la prostitución. Así fue que “Pablo” le pidió a Rocío que eligiera a dos de los usuarios que ya la habían visto desnudarse por internet para mantener relaciones sexuales en un cine. Asustada, absolutamente vulnerable, Rocío aceptó y seleccionó a dos jóvenes. El encuentro se concretó en enero de 2009 en los cines del Village Caballito, cita a la cual también concurrió “Nicolás”, ya que había ofrecido su presencia para proporcionarle seguridad a Rocío. Una vez en el lugar, ella ingresó a una de las salas del cine junto a uno de los jóvenes seleccionados. Se ubicaron en uno de los laterales, hacia el fondo del recinto, y ocultándose tras un cortinado mantuvieron relaciones sexuales mientras “Nicolás”, desde una butaca situada en otro sector de la sala, podía verlo todo. Pero Rocío no aguantó más y se fue corriendo del lugar. Por su parte, “Pablo” seguía exigiendo más dinero. La extorsión y las amenazas permanentes aumentaban,
al punto de haber logrado que Rocío mantuviera relaciones sexuales con más de diez personas, con quienes practicó sexo oral, vaginal y anal a cambio de cifras que oscilaban entre los 300 y 500 pesos. Rocío, completamente acosada por toda la situación, también comenzó a extraer dinero del negocio familiar y, asustada por perder a “Nicolás”, también mantuvo relaciones con él. Lo que Rocío no sabía, ni siquiera sospechaba, era que “Pablo” y “Nicolás” eran una misma persona. Para marzo de 2010 el malestar y la angustia general de Rocío crecían y, sumado a la falta de dinero en el hogar, sus padres advirtieron que algo pasaba. Entonces toda la terrible historia que la torturó durante dos años salió a la luz. Los papás de Rocío realizaron la denuncia penal y en el caso finalmente se descubrió el engaño, la extorsión, el abuso y todos los chantajes que el supuesto “Pablo”, un hombre de 35 años, perpetró contra Rocío, una chica menor de edad que empezó chateando con un “chico lindo” y terminó siendo víctima de una historia atroz. Finalmente la Justicia, en abril de este año, condenó a “Pablo” por los delitos de chantaje, promoción y facilitación de la prostitución de menores, y producción de pornografía infantil a la pena de 14 años de prisión.
PARA DENUNCIAR O RECIBIR MÁS INFORMACIÓN Y AYUDA • Todas las comisarías y fiscalías deben recibir la denuncia por la comisión de cualquier delito, incluidos los informáticos. • En el ámbito del Ministerio Público Fiscal de la Nación, las denuncias pueden hacerse ante el fiscal Horacio Azzolin, en Fiscalía General Nº 5 ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal, en Comodoro Py 2002, 7º piso. Teléfono: 4311 1703 / 4893 1165. E-mail: ftocrf5-nac@mpf.gov.ar • División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal Argentina: Cavia 3350, 1º piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Teléfono: 4800 1120 / 4370 5899. E-mail: delitostecnologicos@policiafederal.gov.ar • En el caso de posibles delitos relacionados con la privacidad o con la protección de sus datos personales, también podrá recurrir a la Dirección Nacional de Protección de Datos personales (Dnpdp): Sarmiento 1118, 5° piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El Ministerio Público Fiscal de la Nación participa en la producción de los contenidos del suplemento Acceso a la Justicia con el fin de fortalecer la información y difusión para el ejercicio de los derechos, y la comunicación con la comunidad