Teté con Fátima Flores

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teté con fátima florez

LA CAPOCÓMICA ARGENTINA l “el ambiente del humor es muy machista. me costó, pero me abrí camino a costa de mucho esfuerzo y trabajo” l “en quinto grado empecé a hacer imitaciones, pero no las tomaba en serio ni yo misma” l “desde chica supe que iba a ser artista, y no como hobby: como trabajo y pasión de mi vida”

cristina

B

nEl más polémico, y uno de los más pedidos por sus seguidores.

ella, simpática y auténtica. En una entrevista muy divertida, como no podía ser de otra manera, me contó todo sobre sus inicios, su carrera y sus proyectos. También me invitó a subir al escenario de su espectacular e imperdible obra, “Fátima para todos”, cuando hizo la imitación de Susana. El perfil de la mejor humorista nacional, nominada para los premios Estrella de Mar. Su éxito en Mar del Plata y en la televisión. –Fátima, ya estas en la categoría de que tu nombre está identificado absolutamente. Una dice Fátima en la Argentina y está hablando de vos. Eso pasa con Moria, con Mirtha y con Susana. ¿Cuánto tiempo hace que empezaste a trabajar? –Desde el 2000. Empecé como bailarina de Pepito Ci-

moria

brián, así que ya son 15 años. –¿Hiciste casting con Pepito? –Sí, un casting donde había miles de personas. Recuerdo que eran colas y colas de gente. Y bueno, yo salí de esos famosos castings. Era para “El rey David” y “El jorobado 2”, la gira. Así que imaginate que te tomaban baile, canto, actuación, improvisación, y encima duraba un mes el casting. –Es que Pepito es súper exigente. –Totalmente. Y siempre agradezco haber trabajado con él, porque para llegar a estrenar eran meses y meses de estar todos los días 7 u 8 horas dándole a todo: canto, baile, actuación, así que fue un seminario muy intenso. –Toda esa formación que demostraste ahí, ¿dónde la habías recibido? –Había tomado clases,

nHistriónica, escandalosa, una ruptura con lo establecido a cada paso. Moria 100%.

pero era muy chica cuando debuté con Pepito: tenía 18 años cuando me fui a presentar; no tenía mucha experiencia. En teatro había tomado dos años de clase con Santiago Doria y bastantes clases de danza. –¿Sos de Capital Federal? –No, soy de Olivos, aunque ahora me mudé para Capital, pero toda mi vida, el colegio, el secundario, hice todo en Olivos, a una cuadra de la quinta presidencial. –¡Mirá vos qué destino! Decime, Fátima, ¿en tu familia había algún artista? –No, nadie. –¿Ni tíos, primos, nadie? O sea que arrancaste vos con esto. –No había nadie, de hecho cuando empecé mi familia me decía: “Bueno, hacelo como un hobbie, porque esto es muy dificil, no es que te vas a poder dedicar a esto”. Yo

hice hockey hasta los 15 años y me decían “hacelo como hockey”. Pero no, yo sabía que lo mío era esto. Y en esto te puede ir bien o mal, es azar. –Es azar, además de dedicación y talento, porque también tenés que tener lo tuyo. –Y mucha entrega también. Bueno, yo realmente no sabía qué iba a pasar, pero siempre en el fondo creía en mí, aunque los demás me decían “Che, pero es muy dificil” y no me tiraban muy buena onda. –Si uno escucha a los demás, no hace nada en la vida. Nunca hay que consultar. –Te quedas en el miedo. –Yo siempre digo “no te estoy pidiendo permiso, te estoy contando lo que voy a hacer” (risas). –Es verdad, es verdad. –Como dice Nacha (Guevara), hay que salir de la

susana

nLa gran diva de la televisión “invitó” a Teté al escenario en la obra.

zona de confort. –Totalmente, es verdad esa frase, y para mí hay que aplicarla en la vida. Si te equivocás, bueno, igual vas a crecer. –Pero no te equivocaste con tu decisión, eso es muy importante. Después que pasaste ese casting de Pepito, ¿cómo siguió todo? –Mirá, también antes, a los 17, había hecho un viaje a Cuba, donde hice todo un seminario de diferentes danzas, donde aprendí muchísimo. Y

“Agradezco siempre haber empezado a trabajar con Pepito Cibrián. Para llegar a estrenar tenías que estar todo el día mejorando”

acá, bueno, también estudié danza con los mejores, con profesores cubanos como Marta Vencí. Después de Cibrián, que fueron dos años, apareció una oportunidad en Perú para un programa de humor, de mucho rating, donde había imitadores y donde buscaban una argentina. Caí yo a través de un casting y entré. Aprendí mucho con los cómicos de allá. Bueno, ahí es también donde hicimos conexión con él (señala a su pareja, Norberto Marco). –¿Allí se conocieron? –Sí, él trabajaba en Perú, llevaba artistas de acá y también una revista de acá, con bailarines, cantates y todo. Desde ese momento nunca más nos separamos. –O sea, el embrujo de Machu Pichu funcionó, algo fuerte en el Cusco o en Lima, ¿dónde era? –En Lima.


26 viernes 30 de enero de 2015 / año 4 N° 193 / democracia –Perú es fuerte, para mí es como el corazón de América. –Es muy fuerte. Me tocó actuar en lugares de mucha altura, donde había mucha gente (lugareña) descompuesta y yo seguía. Eran todos peruanos, ellos se descomponían y eso que estaban acostumbrados, y yo, que era una extranjera, me adaptaba. Viste, yo siempre es como que voy para adeltante, pase lo que pase. Puede, no sé, venirse el mundo abajo y yo sigo como el conejito Duracell. Siempre sigo adeltante con la pilita puesta. –¿Ahí descubriste la veta de imitadora? ¿Empezaste a darte cuenta de que tenías cierta facilidad o que te gustaba? –En realidad, lo hice siempre, desde chica. –Ah, lo hacías como amateur, digamos, en tu casa, con tus maestros. –Exactamente; por ejemplo en quinto grado, tengo muy grabado que imitaba a una maestra, y siempre fui imitando a gente que aparecía en la vida. Pero lo hacía como algo de chicos, no pensé que iba a ser una profesión, si bien sabía que lo mío era artístico. Como no veía mujeres que imitaran y tampoco creía que lo hiciera bien, lo tenía como algo para divertirme yo. Bueno, cuando él (su pareja) me vio en un par de imitaciones de famosas de Perú, abrió los ojos y dijo: “No, no, esperá, esto te sale bárbaro”. Pero bueno, tenés que prepararte mucho, hay que moldearlo, hay que seguir estudiando: no es dormirse en los laureles. Empecé a ocuparme horas, horas y horas en sacar personajes. Después logré tener muchos personajes y se empezó a armar todo. –También lo que debés tener innato es una enorme capacidad de observación. Hay mucha gente que no tiene eso, ven a los demás pero no captan los detalles. Tu imitación no tiene solamente que ver con la voz, hacés una cosa física que es exacta de los personajes. –También hay que saber qué piensa, qué diria en tal o cual situación. O sea, vas a la cabeza de la persona, no es sólo el color de la voz, que es muy difícil. Pero lo otro también es todo un trabajo actoral que demanda mucho y cada personaje tiene su rutina de chistes, de humor. No podés poner un chiste tipo: “Este va para Sabatini, este otro para Susana”; no es que

nTeté estuvo con Fátima en Mar del Plata, donde encabeza el gran éxito del verano, “Fátima para todos”, en el teatro Atlas.

para cualquier persona va cualquier chiste, no es así. –Antes hablabas de las mujeres imitadoras. Acá tenemos la tradición de Niní Marshall y de grandes mujeres, pero no es tan enorme como la cantidad de hombres. Vos tenés además un físico fabuloso, sos linda, y digamos que podrías haberte quedado como bailarina. –(Carcajadas por los piropos) Es que siempre me gustó dar un show íntegro. Sentirme como artista, poder cantar, bailar e interactuar con el público... además, no sé, eso que vos decís del cuerpo, me veo normal, qué sé yo. –Estás acostumbrada. Es como cuando me hablan de mi voz, estoy tan acostumbrada que para mí no es diferente. En tu caso pasa igual, ese cuerpo lo tenés siempre y te parece normal. –Puede ser, te acostumbrás, no sé. Yo siempre tuve complejo de flaca, siempre quise engordar, y ahora que hago mucha temporada me empieza a ir toda la ropa grande y me agarra el bajón. –Tenés un desgaste físico enorme, ¿no? –Muy grande, y esto que decís de las mujeres, sí que es dificil. Es un ambiente muy machista, colmado de hombres. Bueno, el de la política también, en eso se parece al ambiente del humor. A las mujeres les cuesta más. Al principio quería tener mi

lugar, y me decían: “Bueno, quedate con el físico, las mujeres no hacen reír”. Costaba, pero una vez que se abrieron pude demostrar. Fue a fuerza de mucho trabajo. –Ahora ya no importa si sos mujer u hombre, ahora sos Fátima, talentosa y punto, ya pasaste esa barrera. Pero es cierto, vivimos todavia en un mundo machista, con muchos logros y muchas cosas. La mujer en el mundo del espectáculo empieza a ser respetada cuando genera un buen negocio, cuando la gente la va a ver y cuando es un éxito. –El hombre puede decir malas palabras, irse de boca y está todo bien. En cambio la mujer está más limitada. Todas las mujeres que hago en el espectáculo son grandes y las admiro mucho, son re personajes, y yo hago un personaje del personaje, lo potencio, hago como una parodia. –Por ejemplo, lo que hiciste en “ShowMatch” este año fue espectacular. Todas las imitaciones fueron increíbles. –La verdad que me sorprendí de que hayan pegado todas. Encima “ShowMatch” estuvo también muy

“Siempre me gustó dar un show íntegro. Poder cantar, bailar e interactuar con el público, sentirme como una verdadera artista” bueno porque yo antes tenía otros tiempos para manejar los personajes, me tomaba más tiempo. En cambio en “ShowMatch” me decían de un día para el otro: “Dale, dale, otro, otro”, y tenía muy

poco tiempo, pero salieron re bien. Es toda una gimnasia que te da. –Me impresiona verte. Cuando estás con el personaje, caminás y te movés como esa persona. Después empezás a hablar y es una cosa extraordinaria. –Es que se hace desde todos los aspectos. Cuando voy a un programa de radio, los locutores le dicen a la gente: “Pero no es sólo la voz, ella está haciendo la cara”. Es que si no hago la cara, no me sale, me tengo que meter de lleno en el personaje y sentir que soy él. Si no, la gente no lo ve. –¿Cuál es el plan con “Fátima para todos”? –Este es un espectáculo nuevo. Debutamos acá en Mar del Plata con “Fátima

nacha nLa imitó y recordó una frase que le llegó: “hay que salir del confort”.


viernes 30 de enero de 2015 / año 4 N° 193 / democracia

para todos” y después en el año la idea es seguir de gira nacional y gira internacional, también. –Qué bien, ¿adónde vas a ir? –Uruguay, Paraguay, Perú, Chile, y salió lo de Romay para Miami. En tele también hay propuestas de seguir en el canal (Canal 13) y también de otra emisora. Así que ahora en febrero, mediados de febrero, se empieza a cocinar todo. Ahora también quiero disfrutar un poquito de la temporada, porque sino, si ya estás con la cabeza ahí, no disfrutás. Quiero disfrutar el hoy. –Fátima, a los personajes que hacés y ante la posibilidad de incorporar otro al espectáculo, ¿quién los detecta? ¿Vos? –Mayormente soy la que más hincha. Hablamos mucho con mi pareja sobre los personajes. Algunos a él no le gustan pero yo los sigo trabajando, presento distintas variantes y siempre termina accediendo. –¿Y con el vestuario, cuántos cambios de ropa tenés en este espectáculo en el teatro? –Mirá, hay una sola persona (Grisel) que es la que hizo todos los vestuarios para la obra. En total serán 15 o 20 cambios. –También te recibiste de modelo, porque te podés cambiar muy rápido. –¡Ay!, me cambio rapidísimo, sería una excelente modelo. Encima con lo que transpiro... si me cambiara sequita, me cambiaría más rápido todavía, pero vengo toda empapada y entonces la ropa no pasa. Y el maquillaje también es un tema. Yo transpiro mucho, entre la ropa, las luces y mi energía. Son dos funciones por día, imaginate que son cuatro horas saltando.

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IMITACIóN ESTELAR: LA PRESIDENTA

E

s uno de sus personajes mas solicitados, pero según la propia Fatima: “Senti que esta semana, que paso, no era el momento de hacer humor politico”. Al mismo tiempo contó qué decidió bajar ese personaje tras la muerte del fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, y que junto a la producción definirá los pasos a seguir. “Ahora nos vamos a reunir para ver cómo continúa la semana. Si reincorporamos el personaje o no”, explicó. Estamos todos muy golpeados (por la muerte de Nisman). Lo mejor es calmar las aguas y esperar”, agregó Florez. Y sintetizó: “Lo más sano para todos fue levantar el sketch, y no hubo quejas, porque es un espectáculo que tiene tantos personajes, que no pensas en uno solo”.

–Las funciones dobles, ¿son todos los días? –Todos los días menos miércoles y domingos. O sea que cinco veces por semana hacemos función doble, es muchísimo. –¿Tenés algún tipo de cuidado especial de dieta, de comer determinadas comidas? –Mirá, no puedo comer mucho. Tengo como el estómago chiquito y los nervios también me lo cierran más. Además, cuando tengo que moverme y cantar usando la respiración del diafragma, no puedo estar llena. Comiendo poco, más el desgaste, me voy consumiendo, entonces trato de recuperar con un complejo vitamínico bien completo, con vitaminas y minerales, como para

solita nNo perdió la oportunidad de hacer a una de las jurados más destacadas: “¡Venga!” era el latiguillo de un personaje hilarante.

“Cuido mucho la voz. Ando con bufanda en verano, no hablo por teléfono, susurro a la mañana para cuidar la garganta” reponer todo lo que no incluyo en la comida. Además, como no como mucha carne, trato de reponer por ahí. –¿Y con la voz, cómo hacés? –Hablo poco. A la mañana hablo bajito, no hablo por teléfono porque me dijeron que hace mal, y ahora odio hablar por teléfono, le tengo como pánico, porque forzás cuatro veces más las cuerdas. Lo mismo cuando estás en un lugar con la música muy fuerte y hablás. Yo hablo al oído, porque si no, no llego, no soy un robot, me tengo que cuidar. También me tengo que cuidar mucho de los aires acondicionados o de los fríos. Acá estoy en verano y estoy con bufanda. Siempre estoy toda tapada y veo a los demás que están todos mirándome. Y bueno, habrá que cuidarse. –¿Sol tampoco tomás? –No, porque soy demasiado blanca y me hace mal. Me pongo colorada, me levanta temperatura. No es para mí. –Mar del Plata se ha convertido en tu lugar.

–Mar del Plata es impresionante, es fuertísimo. La Ciudad esta limpia, linda, y no sé, yo la encuentro más linda que nunca. Está como cuidada, y siempre fue linda. –¿Veraneabas de chica en Mar del Plata? –Siempre. –¿Soñaste alguna vez que ibas a estar en una marquesina gigantesca? –Nunca lo pensé. Siempre soñaba con esto, pero lo superó. –¿Tenés la foto con los lobos marinos en la rambla? –Sí, de cuando era chica, y muchas fotos más que me saqué por ahí. Uno mira para atrás y dice: “Uy, todo lo que recorrí para llegar a esto”. A veces, en la cosa del vértigo, de estar todos los días trabajando, te lo olvidás, entonces está bueno parar y pensar “mirá todo lo que hice, qué bárbaro, nunca pensé que iba a llegar hasta acá”. –Es todo muy fuerte. Por ejemplo, hace poco te vi cuando ponías tus manos en el Hermitage, y eso va a estar para siempre. –Claro, para siempre. Algunos me decían “vos te vas a morir y eso va a estar, quedaste para la inmortalidad”. Y viendo los nombres que hay, te caés. Están todos los mejores, es impresionante. –Aparte estás buscada por todos los políticos para sacarte fotos este año. Sos como el cucú de Carlos Paz, es increíble. Todos hacen de

todo para sacarse una foto con vos. –(Risas) Yo no sé qué pasó ahí, todos quieren que los imite porque de alguna manera es publicidad. –¿Imitar a un hombre es muy difícil? –Mirá, hasta ahora hombres no hice, los únicos que hago son Michael Jackson... –Dicen que está increíblemente logrado. –Yo lo disfruto mucho porque él y Madonna son mis ídolos. Encima me pongo una faja (para el pectoral) para sostener un poco y cuando termino quedo sin aire, pero bueno, todo sea para que salga genial. Y el otro hombre que hago, lo hice en el espectáculo anterior, es Justin Bieber. Digamos que sólo hice hombres que cantan, hasta ahora nunca se me dio por hacer políticos o actores, porque además considero que hay imitadores hombres que son tan excelentes que me parece que es mejor que ellos hagan de ellos, y yo a las mujeres. Soy también muy estricta con el color de la voz, no me gusta hacer algo que no me cierre, entonces, como soy bastante perfeccionista, prefiero por ahora hacer mujeres. El día de mañana, Dios dirá. –Fatima, ¡muchas gracias! –No, por favor, gracias a vos. Producción: Marcelo Peralta Martínez


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