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La certificación internacional como mercados mecanismo de ingreso a

SE CONSIDERA QUE ALGUNAS DE LAS VENTAJAS COMERCIALES DE UNA CERTIFICACIÓN SON LA DIFERENCIACIÓN, LA GARANTÍA DE LA EFICACIA Y EL RECONOCIMIENTO COMO UN PRODUCTO DE CONFIANZA. HOY LA INDUSTRIA DEL SALMÓN HA LOGRADO

AVANZAR DE FORMA CONSIDERABLE EN ESTA MATERIA.

Las certificaciones internacionales son cada vez más utilizadas por las empresas salmoneras con el objetivo de poder acceder a mercados en donde las normas son más exigentes, generar confianza entre los clientes y optimizar la productividad empresarial.

Una vez que la compañía consigue una certificación internacional está manifestando que cumple con diversas normativas en sus procesos de fabricación, logística, higiene, compromiso con el medio ambiente, entre otros.

Actualmente, los sellos más demandados por las entidades en la industria acuícola, y principalmente en la industria salmonera, corresponden a BAP (Best Aquaculture Practices), ASC (Aquaculture Stewardship Council), y BRC e IFS, que según los expertos, son el fuerte en la industria de los mitílidos.

NORMAS VOLUNTARIAS

Medios AQUA conversó con Jorge Ríos Alveal, ingeniero en Alimentos y Local Manager Control Union Chile, un organismo de certificación holandés, fundado en 1920. Una Royal Company de carácter familiar con presencia global en más de 80 países.

El experto explica que las certificaciones internacionales son normas voluntarias, mencionando que Control Union Chile es una organización que tiene como fin hacerse cargo de ciertas externalidades negativas que pudiese tener algún tipo del sector industrial, “para luego desarrollar indicadores y demostrar el compromiso que tiene este tipo de organizaciones con estas normas”.

Jorge Ríos comenta que es parte de un organismo de certificación internacional, y la principal función es poder evaluar el estándar requerido por los clientes, calcular la conformidad, y si ésta se ajusta a los requerimientos asociados y definidos dentro del estándar correspondiente, para posteriormente emitir un certificado acreditado.

“Nosotros somos garantes, generamos la confianza para poder emitir este certificado. Y hay otra organización que nos controla para asegurar y entregar una variación adicional a procesos que no estén controlados, y con esto evidentemente evitar fraudes”, menciona el ingeniero.

El encargado de Control Union en Chile explica que en la evaluación es donde primero se califica al equipo de auditores, y esa es una de las garantías que tiene el organismo de certificación, ya que se cuenta con un equipo multidisciplinario, preparados desde el punto de vista de tener una oferta, “tratando de poder tener un vínculo con los clientes en el esquema de One Stop Shop, y eso conceptualmente es que el cliente pueda querer una norma de inocuidad alimentaria o alguna inquietud con un tema ambiental, entre otros”.

Auditoría en sitio de engorda de salmones.

“La demanda de la industria de las certificaciones comenzó el 2007. Y el primer estándar que llegó para cubrir esas necesidades fue Global GAP”, explica el Local Manager Control Union Chile. ESTÁNDARES MÁS DEMANDADOS

Según indica el experto los estándares más demandados van a depender del sector industrial. En la Salmonicultura hoy corresponden a ASC, BAP y Global GAP en la parte de producción. “La demanda de la industria de las certificaciones comenzó el 2007. Y el primer estándar que llegó para cubrir esas necesidades fue Global GAP. Ellos han ido avanzado para obtener reconocimientos”.

Jorge Ríos indica que el más completo debiese ser Global GAP, ya que tiene un componente de seguridad inocuidad alimentaria, bienestar animal, temas con vinculación socialambiental, y es quien encadena todos los eslabones de la cadena productiva. Tiene una cobertura que es transversal.

“Quien igual tiene una cobertura bastante amplia es BAP, pero no necesariamente llega hasta el origen de los reproductores, sino que parte de la fase de agua dulce, fase de producción de smolt, después engloba toda la fase de engorda”, añade el ingeniero en Alimentos.

BENEFICIOS

Revista AQUA conversó con el gerente general de la Consultora Clarke, Guillermo Clarke, quien comenzó desarrollando esta actividad en la especialidad de las normativas desde el 2000. Sus inicios fueron en la Pesquera Eicosal, donde participó en la implementación y certificación de las normas ISO 9.001 e ISO 14.001 en toda su cadena de valor; Producción en Agua Dulce, Engorda en Agua Mar y Planta de Proceso, fue la primera salmonera de la época en obtener esta certificación.

La Consultora Clarke actualmente implementa normas en toda la cadena de valor de la industria, donde también ha ido incluyendo los proveedores críticos como es el transporte, los frigoríficos, las cajas para el producto terminado, el gel refrigerante, el flow ice, el hielo, y todas las normas que se fueron incorporando con el tiempo las normas que se fueron incorporando con el tiempo.

Guillermo Clarke explica que las certificaciones en la industria acuícola, en la evolución de estos 22 años, se han convertido en licencias comerciales para las compañías, desde una mirada de exportaciones, y en la mirada interna “se han transformado en herramientas fundamentales, para generar los cambios significativos en las materias de mejorar los aspectos de calidad, inocuidad, medio ambiente, responsabilidad social, bienestar animal, seguridad y salud ocupacional”.

El experto agrega que la gran mayoría de las compañías de la industria ya se encuentran certificadas, mencionando que hay que recordar que la industria acuícola es de exportación, en donde el impacto directo es en el cliente o en el mercado de destino.

“Pero si debemos darnos una mirada local, la certificación entrega a las compañías un sello de garantía que brinda confianza en todos los colaboradores que permiten que esto funcione, y entrega herramientas de gestión que permite que las formas de hacer las cosas mejoren día a día”, indica el gerente de la Consultora Clarke.

Fotografíía: B2B Media Group. Planta Chamiza de Salmones Austral.

Una de las empresas que se encuentra a la vanguardia con las certificaciones internacionales es AquaChile. La compañía que actualmente exporta sus productos a más de 50 países, comentó que al cierre de 2021 contaban con 36 centros certificados ASC, 73 centros certificados BAP y 43 certificados con GLOBAL G.A.P.

“A esto se suman 9 pisciculturas certificadas BAP, y 15 certificados con GLOBALG.A.P. Además, nuestras 6 plantas cuentan certificación ASC, BAP y GLOBALG.A.P, incluido IFS estándar de inocuidad”, explica la entidad.

La salmonera menciona que constantemente están enfocados en utilizar las mejores prácticas y contar con herramientas que lo acrediten, por lo que para la empresa las certificaciones son de gran relevancia.

Para AquaChile es muy importante estar a la vanguardia en certificaciones internacionales. “Las certificaciones contribuyen a que lleguemos al consumidor final con un producto de valor agregado sustentable, saludable, de excelente calidad, donde son prioridades el bienestar de nuestros peces y la seguridad de nuestros colaboradores. Un producto que es cultivado en armonía con el medio ambiente y comunidades vecinas”, concluye la empresa.

IMPLEMENTACIÓN DE LA NORMA

De acuerdo a Guillermo Clarke, para llegar a obtener una certificación, el ciclo general de todas las normas a excepción tiene que ver con gestionar un diagnóstico en forma interna para poder determinar el nivel de cumplimiento de la norma que requiere certificar. “Establecida la brecha, gestionar la implementación y desarrollo de la brecha con todos los involucrados de la organización en donde aplique este proceso”. Luego de haber logrado la implementación o en paralelo, se comienza con la búsqueda de la casa certificadora para que se acuerde una auditoría de certificación de la norma en cuestión. Llegando a ese acuerdo, se concreta y se organiza la auditoría para ejecutarla en la fecha que se acomoden. Se ejecuta la auditoría de certificación en la compañía en la fecha acordada.

“De la auditoria resulta un informe con la cantidad de no conformidad del proceso, de haberlas. La empresa, en conjunto con la casa certificadora cuentan con un tiempo de 28 – 30 días para cerrar las no conformidades mediante un plan de acción”, añade el gerente.

Y aprobado el plan de acción por parte de la casa certificadora, se aprueba la certificación y se emite el certificado a la compañía. El experto comenta que las certificaciones en su mayoría duran 1 año, “o sea, cada año se deben renovar, y otras que cuentan con duración de 3 años, pero incluyen auditorias anuales de mantenimiento o de seguimiento para garantizar la continuidad de la certificación”.

“Hay que recordar que la industria acuícola es de exportación, en donde el impacto directo es en el cliente o en el mercado de destino”, menciona el gerente General de Consultora Clarke.

Centro Vicuña Mackenna de AquaChile.

Fotografíía: AquaChile.

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