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“Para Engie, Chile es un país protagonista en la transición energética a nivel mundial”
La alta ejecutiva destacó los proyectos que el grupo global está desarrollando en el país, donde despliega un portafolio de inversiones por 1.800 millones de dólares y 2.000 MW a través de centrales renovables y almacenamiento, con miras a la reconversión total de su parque termoeléctrico para 2025.
ES SU PRIMERA ENTREVISTA a un medio de comunicación chileno, desde que llegó a establecerse al país hace poco más de ocho meses para asumir sus nuevas funciones como CEO de Engie Chile. Un año antes, en un alto puesto a cargo de todo el negocio renovable del grupo en Francia, Rosaline Corinthien no pensaba que poco después atravesaría el Atlántico hasta llegar a Santiago de Chile y tomar el liderazgo de la compañía en el país.
Al asumir, en octubre de 2022 –en reemplazo de Axel Levêque–, la ejecutiva además se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de CEO del conglomerado europeo en Chile.
Rosaline Corinthien ha estado vinculada con el sector energía desde temprano. Posee un título de ingeniería en Energía y Termodinámica, del National Institute of Applied Science, y un Master of Science de la IFP School, ambas instituciones académicas de Francia.
“Mi experiencia dentro de este mundo es variada, con una carrera que ha abarcado tanto aplicaciones de electricidad como de gas, desde infraestructuras hasta aspectos económicos y comerciales. Esta larga y enriquecedora carrera me ha llevado a ser parte de proyectos globales en lugares como Trinidad y Tobago, China, Fran- cia –que es mi país de origen– y ahora Chile”, afirma la CEO.
Junto con su trayectoria en el ámbito industrial –lo cual, según reconoce, está “en el corazón” de su carrera–, también ha trabajado para el organismo regulador francés como analista de acceso regulado a terminales de GNL. Y, asimismo, se ha diversificado profesionalmente a través del área de Recursos Humanos, para el desarrollo de los altos ejecutivos del Grupo Engie.
Rosaline Corinthien se unió a la multinacional hace 11 años y, previo a su destinación en Chile, ejercía como CEO de Engie France Renouvelables. Allí, comenta la ingeniera, “fui responsable del desarrollo de energías renovables en Francia, tanto en su diseño como su construcción, y de su transformación cultural y organizacional en torno a la excelencia operativa”.
Así, por tres años le correspondió liderar el desarrollo, construcción, operación y el mantenimiento de activos de energía renovable para Engie en Francia, gestionando más de 8 GW de capacidad instalada, incluyendo 3,9 GW de hidroelectricidad, 2,7 GW de energía eólica y 1,4 de energía solar.
En octubre de 2022, la ingeniera asumió como CEO de Engie Chile, lo que considera un gran desafío personal y profesional. “Han pasado ocho meses desde mi llegada y estoy muy entusiasmada por la hoja de ruta que tenemos, cuyo objetivo es la salida del carbón en 2025 y el desarrollo de un ambicioso plan de transformación para acelerar la transición energética”, sostiene la ejecutiva, cuyo despacho se encuentra en el piso 16 de la torre Titanium La Portada, en Las Condes, sede de las oficinas de Engie Chile.
¿En qué grado de avance se encuentra el proceso de descarbonización de sus instalaciones generadoras? ¿De qué manera Engie está avanzando en la transformación de sus operaciones, en línea con los objetivos de la transición energética?
En 2018 fuimos la primera empresa en Chile en tomar el compromiso voluntario de salir del carbón, comenzando así nuestro plan de transformación que considera el desarrollo de 2.000 MW de energía renovable.
Hemos avanzado y logrado importantes avances, entre ellos, el cierre de todas nuestras unidades a carbón del Complejo Térmico de Tocopilla (CTT), lo que implicó un trabajo tanto con nuestros colaboradores como con las comunidades y todos los actores que se ven involucrados en un hito de esta envergadura. Este proceso de Transición Justa ha sido reconocido incluso por las autoridades regionales y nacionales, y creemos que es el camino a seguir en cada una de nuestras operaciones que sean reconvertidas.
En paralelo, avanzamos para inyectar energía verde al sistema, como es el caso de nuestro parque eólico Calama, las plantas solares Tamaya, Capricornio y Coya, y la adquisición de nuestro primer parque eólico en el sur de Chile, denominado San Pedro, ubicado en Chiloé.
BESS más grande América Latina
¿Cuáles son las áreas o focos principales de los proyectos que la empresa desarrolla en Chile actualmente? ¿Qué capacidad instalada y montos de inversión involucran esas iniciativas?
Tenemos una misión clara: para poder cerrar centrales a carbón, debemos inyectar energía verde al sistema y, para eso, nuestra prioridad hoy es el desarrollo de proyectos renovables, tanto en el norte como en el sur de Chile, junto con acompañarlos con sistemas de almacenamiento de energía.
Actualmente nos encontramos en la etapa de construcción de dos grandes proyectos: el sistema de almacenamiento BESS para nuestra planta solar Coya, y el parque eólico Lomas de Taltal. Ambas iniciativas contemplan una inversión de más de US$ 600 millones.
En el caso de BESS Coya, se trata de uno de los sistemas de almacenamiento más grandes de América Latina, con una capacidad de 638 MWh. BESS Coya es clave, dado que estamos convencidos de que este tipo tecnología es una de las llaves para la descarbonización, ya que permite entregar flexibilidad al sistema, evitando así el vertimiento.
En cuanto al proyecto eólico Lomas de Taltal, también estará situado en la región de Antofagasta, en la comuna de Taltal, y tendrá una capacidad total de hasta 342 MW gracias a sus 57 aerogeneradores. Sin duda, su construcción será un desafío importante para nosotros durante 2023 y 2024.
Mirando el futuro, tenemos el compromiso del Grupo Engie de invertir más de 1.800 millones de dólares en energía renovable y sistemas de almacenamiento en Chile para los próximos tres años. Es un apoyo importante al trabajo que se está realizando en el país. Para Engie, Chile es un país protagonista en la transición energética a nivel mundial.
Considerando el portafolio de inversiones que Engie está ejecutando en Chile, a su juicio, ¿de qué forma estos proyectos pueden contribuir al proceso de transición energética que vive el país?
La única manera de ser capaces de llevar adelante la transición energética es conectando más energía renovable al sistema. Para ello, es vital el desarrollo de proyectos y en esto es fundamental entender que el proceso involucra tanto a las empresas como al ámbito público. Cuidar nuestro medio ambiente y a quienes somos parte de este planeta, en especial mirando hacia el futuro, es tarea de todas y todos.
Por lo mismo, se necesita de agilidad en la tramitación de permisos, contar con certezas en el ámbito regulatorio y también con certidumbre para tomar decisiones de inversiones con claridad. En ese mismo sentido, es importante que se agilicen algunos trámites que hoy son de vital importancia para la industria, como los Decretos de Garantías necesarios para implementar la Ley MPC (Mecanismo Transitorio de Protección al Cliente), promulgada hace ya casi un año.
Al mismo tiempo, entendemos que la transición energética debe ir acompañada de una transformación cultural, donde los índices ESG sean igual de importantes que los financieros, ya que finalmente el negocio en el que estamos insertos tiene directa relación con contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y dejar un mundo mejor para las próximas generaciones.
Para ejemplificar, en cuanto a las personas, tenemos metas respecto a alcanzar la igualdad profesional entre hombres y mujeres y es así como durante 2022 aumentamos el reclutamiento de mujeres en posiciones de liderazgo, pasando de un 26% a un 42%. Porque como lo digo siempre, la transformación energética es también una transformación cultural. También hemos avanzado en lo que respecta al planeta y al cuidado del medio ambiente: nuestras emisiones directas se redujeron en un 34% respecto a 2021, el nivel más bajo alcanzado en los últimos 5 años.
A fines del año pasado, Engie Chile adquirió su primer parque eólico en el sur del país: San Pedro, ubicado en Chiloé.
Desde la institucionalidad y la industria energética local se ha asignado un rol habilitante de la transición energética al almacenamiento y la transmisión eléctrica. ¿Cuál es su opinión respecto a la importancia de estos dos elementos, como coadyuvantes del proceso?
Sin duda, tanto el almacenamiento y la transmisión son dos factores primordiales en la transición energética. Nuestro norte es el desarrollo de iniciativas basadas en energías limpias y herramientas que entreguen flexibilidad al sistema. Pero necesitamos un sistema de transmisión sólido que pueda despachar a lo largo y ancho del país esa nueva energía limpia que se está produciendo.
A lo anterior se suma otro actor clave en este proceso: el gas. Para nosotros el gas es el combustible de la transición y el gran habilitador para hacer los cambios necesarios en la matriz energética, manteniendo siempre la seguridad del sistema.
En ese sentido, creo esencial que las empresas protagonistas del desarrollo de la energía renovable en Chile puedan ser invitadas a trabajar estrechamente con las autoridades para construir una visión del diseño del mercado, que esté al servicio de la eficiencia del sistema energético en Chile, con el fin de beneficiar a los consumidores finales, fomentar las inversiones y habilitar el proceso de descarbonización.
Mediante los sistemas eléctricos, es posible monitorear distintos parámetros operacionales de las turbinas eólicas.
CIRCUITOS ELÉCTRICOS DE AEROGENERADORES: