
11 minute read
Estrategia Histórica de la CTM (Primera parte
(Primera parte)
Estrategia Histórica de la CTM
Advertisement
Alo largo de los años, el sindicalismo se ha erigido como continuador del proceso de creación de las instituciones nacionales, y con el fin de preservar las conquistas sociales de los mexicanos. La estrategia del sindicalismo cetemista fue, desde su creación en 1936, la de poner en primer plano el ámbito de lucha político-social a partir de una indestructible, solidaria y disciplinada organización y acción sindical. En aquel entonces, con la fundación de la CTM se contribuyó al fortalecimiento del Gobierno y del Estado mexicano. Los dirigentes del movimiento obrero comprendían que sólo la unidad y la defensa del Estado podrían contrarrestar la reacción interna y externa, emanada de la lucha revolucionaria. El apoyo y solidaridad al gobierno cardenista fortaleció una alianza estratégica entre el movimiento obrero y el gobierno revolucionario, consolidando la alianza histórica y que con el pasar de los años fortalecieron regímenes de Estado Social Revolucionario, en el cual participaban obreros, campesinos y trabajadores organizados en el sector popular. Formando también parte de la construcción e independencia económica, tan anhelada por el pueblo de México. Antes, había que consolidar la independencia política y defender la autonomía y la capacidad de decidir nuestro destino. Actualmente los retos son mayores ante la incertidumbre que priva en el mundo; la situación económica actual es mayor.
LA ACCIÓN POLÍTICA DE LA CTM Tarea fundamental de la CTM, desde siempre, ha sido la de conservar y supe-


rar el régimen político-jurídico de derecho social; promover la participación de las mayorías y la democratización de toda la vida nacional; consolidar, por esa vía, la presencia del movimiento obrero para garantizar mayor libertad y justicia social. Recién su fundación, una de las primeras tareas de la CTM fue la de crear e integrar sindicatos en federaciones locales, regionales y estatales, logrando de este modo tener presencia en los estados de la República. Uniones de obreros, campesinos y empleados de todas las regiones del país se adhirieron a dichas federaciones. Cada federación se convirtió en un organismo capaz de aglutinar a distintos grupos de trabajadores que antes, aisladamente no abrigaban el apoyo y solidaridad de la clase trabajadora. En ellas no sólo encontraron respuestas a sus problemas laborales, sino muchas veces más encontraron solución a sus problemas de vivienda, de escuela, de recreación y cuestiones de índole personal, hasta la fecha. Los trabajadores y la comunidad en general, encontraron el apoyo moral y político para defenderse de las injusticias de autoridades locales o de caciques tradicionales que pretendían imponer su ley por encima de todo derecho ciudadano. Pronto las federaciones actuaron en la vida diaria de las distintas comunidades, haciendo presente al cetemismo de una manera intensa en cada ciudad, en cada puerto, en el campo, en los caminos; ahí donde el trabajo y lo cotidiano de la vida social se entremezclan fortaleciendo la existencia de los trabajadores. Además la vida política de la CTM, hecha vida cotidiana a través de sus federaciones, potenció la acción político-social de toda la Confederación. Al atender los problemas diarios, los que arraigan la solidaridad en lo profundo del ser humano, la CTM hizo política. Política regional que configuró un nuevo sistema: integrar el convivir del pueblo en estados, regiones y localidades y, a su vez, favorecieron la redistribución de los poderes regionales, propiciando una mayor democratización de nuestro sistema político. Por ello, no fue extraño que miembros de la CTM fueran y son, actualmente, elegidos por el voto popular como servidores públicos en los ayuntamientos y en las gubernaturas de los estados. Convirtiéndose en factores de vanguardia en cada gobierno, porque en su proceder se han ganado la simpatía del pueblo de México. Además, porque siempre sus integrantes han estado dispuestos a servir como ciudadanos y militantes del cetemismo.
SURGEN LAS PRIMERAS FEDERACIONES CETEMISTAS Durante el Segundo Consejo Nacional de la Confederación de Trabajadores de México, que se realizó del 19 al 24 de octubre de 1936, en la Ciudad. En el Informe de las actividades realizadas por el Comité Ejecutivo Nacional, en lo que corresponde a la Secretaría de Organización y Propaganda, se lee: “Esta Comisión considera que el Consejo Nacional debe aprobar el procedimiento de la Secretaría de Organización y Propaganda, en cuanto hace a la formación de las Federaciones de Veracruz, Jalisco, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí y la Región Lagunera, recomendando al Comité Nacional que se active la formación de las Federaciones de Yucatán, Chihuahua, Coahuila, Baja California, Sinaloa, Chiapas, México y Oaxaca que están preparándose, así como las demás del país. “Por lo que respecta a la creación de Sindicatos Nacionales de Industria, transformando las actuales Federaciones Industriales o constituyendo nuevos organismos de esa naturaleza, estimamos que debe también respaldarse ese procedimiento, no solo porque se ajusta al estatuto, sino también porque es una necesidad la creación de tales organismos”. La primera federación cetemista en una entidad quedó formalmente integrada en marzo de 1936, la de Nuevo León, bajo el liderazgo nacional de Vicente Lombardo Toledano y Fidel Velázquez Sánchez.



El entonces dirigente de los trabajadores ferrocarrileros, Tomás Cueva Domínguez, fue electo como primer Secretario General de la Federación de Trabajadores de Nuevo León (FTNL), adherida a la CTM. Varios fueron los dirigentes obreros que ocuparon la Secretaría General, en 1961 Rodolfo Gaytán Saucedo ocupa el cargo hasta su muerte en el año de 1971. El ascenso de todos y cada uno se debía al apoyo de sus antecesores, quienes ya habían ocupado cargos en los comités directivos de la FTNL con otros secretarios; esa experiencia les valía para imprimirle su sello y su estilo personal. De carácter fuerte, Rodolfo Gaytán manejó la Federación con disciplina y sensibilidad, como se requería en la época, buscó abrir camino para llevar a la FTNL al primer plano sindical e incluso a buscar más posiciones de elección popular, como eran los lineamientos del máximo dirigente de la CTM, Fidel Velázquez Sánchez. En ese entonces se buscaba organizar a los sindicatos nacionales y a crear gremios locales, apoyándose en los líderes de las diferentes organizaciones de trabajadores. Es así como se constituye la Federación Obrera de Organizaciones Juveniles de la CTM de Nuevo León. Comienzan a surgir liderazgos regionales con la creación de las federaciones municipales de Anáhuac, Sabinas Hidalgo, Santiago, Linares y Montemorelos, donde la industria empezaba a tener presencia. Época convulsa, Raúl Caballero siendo asesor de la FTNL y diputado local por el Tercer Distrito con cabecera en la capital regia, en 1971; tras la muerte de Rodolfo Gaytán, asume interinamente el cargo de líder de la Federación, y al año siguiente es ratificado en el cargo para el periodo 1972-1975.





Con Caballero Escamilla inició la construcción del primer gran edificio de la CTM en aquella entidad. Para ese entonces, la FTNL había ganado una gran cantidad de contratos colectivos En ese periodo (abril de 1979) se erige también un monumento a Don Fidel Velázquez y se le pone el nombre del dirigente nacional cetemista a una de las principales avenidas de Monterrey, que forma parte del circuito vial del área metropolitana. Caballero Escamilla fue un luchador sindical incansable, su pasión por el sindicalismo lo llevó a erigir en junio de 1985 el famoso Monumento al Obrero bajo la leyenda: “A los obreros de Nuevo León”. Ocupó el cargo de Secretario de Promoción Sindical del Comité Ejecutivo de la CTM y en 1992 alcanza el cargo de Secretario General Sustituto del CEN. Al fallecer, en marzo del año 2001, deja un gran legado para los futuros líderes de la FTNL. Siendo el líder nacional de la CTM Don Leonardo Rodríguez Alcaine, Ismael Flores Cantú ocupa la dirigencia, cargado de una vasta experiencia, un legado histórico y conocimientos laborales para enfrentar los retos y demandas de las nuevas condiciones laborales impuestas por la globalización de la economía y el uso de las nuevas tecnologías de la información. Desde 1976, cuando José Ismael Flores Cantú recibe la encomienda del líder cetemista de organizar la CTM en Cd. Guadalupe y Villa de Juárez. Su trabajo y su constancia hicieron que en corto plazo obtuviera el reconocimiento de los trabajadores y de las organizaciones que se adhirieron pronto a la CTM. Después de la elección del nuevo Comité Directivo Estatal de la CTM de Nuevo León, resultando electo el 29 de marzo de 2001, Ismael Flores comenzó a forjar liderazgos creando las federaciones de Apodaca, Hidalgo, Pesquería, Cerralvo, Galeana, García, Dr. Arroyo, San Pedro, Escobedo, Hualahuises, Cadereyta, Juárez, China, Salinas Victoria, Ciénaga de Flores, Hidalgo, Zuazua, China y General Bravo; reforzó el trabajo y la presencia en las federaciones de San Nicolás, Santa Catarina, Santiago y Montemorelos, Nuevo León. Actualmente y bajo la dirigencia del Senador Carlos Aceves del Olmo, Ismael Flores Cantú es Secretario General Adjunto del Comité Nacional de la CTM.



EN MAYO DE 1936 SURGE LA FEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE TAMAULIPAS (FTT) Entre sus principales dirigentes están Luis C. Falcón, Rafael Salinas, Jesús Elías Piña y Agapito González Cavazos; actualmente la dirige Guadalupe Edmundo García Román, quien desde su llegada visualizó una gran tarea que permitiría a la Federación cumplir con su función de defender a los trabajadores de este estado, pero sobre todo se requería del esfuerzo de todos y todas. Conformada por federaciones regionales, con sedes en las principales ciudades de la entidad, con varios sindicatos de industria, de los cuales el mayor número concentra empleados de los sindicatos de la industria maquiladora, ubicados en la frontera con Estados Unidos. Desde su origen, las actividades sindicales de la Federación se concentran en la orientación en cuanto a las revisiones de contratos, en la capacitación, educativa, cursos y talleres; fomentar el deporte y en la participación en política; además de la promoción para generar más inversión y se traduzca en más fuentes de empleo. Asimismo, se ha trabajado con los distintos órdenes de gobierno, logrando una alianza estratégica con la base social. Los nuevos tiempos marcan el reto de trabajar por la unidad y sobre un programa que lleve a todas las dirigencias de las federaciones del estado a realizar las tareas encomendadas con un mayor activismo de la clase trabajadora. El actual dirigente Edmundo García Román proviene de la Sesión 34 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, Similares y Conexos de la República Mexicana, quien además ha ocupado diversos cargos en el sector público y de elección popular.
UNA REALIDAD EN 1936 En su discurso durante el Congreso Constituyente de la Confederación de Trabajadores de México, que se realizó del 21 al 24 de febrero de 1936, el Lic. Vicente Lombardo Toledano expuso el panorama en el que se encontraba el país en ese tiempo. “Este Congreso de Trabajadores es no solamente el más importante que se registra hasta hoy en la historia del movimiento obrero, sino también la asamblea representativa del pueblo mexicano más importante que hasta hoy se celebra en casi un siglo de nuestras pugnas sociales y políticas”. Agregaba: “no es éste un Congreso legislativo y, sin embargo, de aquí han de surgir normas que han de tener una repercusión inmediata en la vida política, en la vida social, en la vida económica y en la vida internacional de México”. “México es un vasto país con dos millones de metros cuadrados y con una población de apenas 16 millones de habitantes;… un país rural, país de una gran masa de campesinos; nuestra industria no agrícola, la industria en general, de transformación, de extracción, de transporte, comercial, financiera, guarda una relación íntima con la industria del campo. La industria minera, que es la industria extractiva más importante de México a través de su historia, la que ha dado fama a México desde el Siglo XVI, la que ha producido un volumen de plata que no tiene comparación alguna en la historia de todos los países mineros del mundo, es una industria que no nos ha dejado a nosotros, sino salarios bajos, salarios de hambre, crisis económica, desocupación por la falta de control de la industria minera, y sobre todo, por su política de orientación nacionalista en el sentido de que haya servido alguna vez para necesidades de la comunidad mexicana”, aseguraba Lombardo Toledano. Además el dirigente hablaba también de la construcción de la gran red ferroviaria hacia Estados Unidos que sirve para el intercambio comercial con ese país, “pero que nuestras exportaciones al extranjero son solo materias primas... Nuestras relaciones económicas están preferentemente vinculadas a Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia y España”. “Las entradas de que el Gobierno dispone lo aplica así: 24% para guerra y marina, 18% para pagar a extranjeros la deuda, es decir, 42% de lo que el Gobierno recibe, no se aplica para necesidades de la población nacional, sino para mantener un servicio de equilibrio político que no tiene ninguna repercusión, de ninguna manera en el fomento de la economía”. “Casi todo, absolutamente todo lo que el país podría llamar industria suya, no tiene de nacional más que el hecho accidental de hallarse en nuestro territorio ¿Qué nos queda a los mexicanos del país? ¿Si las industrias aquí establecidas no son nuestras, ni por lo que toca al capital invertido que representa, ni por lo que toca al servicio social que pueda prestar? Sólo nos corresponden los salarios que los extranjeros nos proporcionan o nos dan”.

