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23 y 24 de Junio de 2018
360 grados / Empleo
Los cuatro perfiles de trabajadores que hay en una compañía Pablo Alejandro Alzate
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EN LAS ORGANIZACIONES hay trabajadores con diferentes características, cualidades, aptitudes, actitudes y, sobre todo, formas de ser. Por lo tanto, el empleador debería prestarles atención a todos los perfiles, para así poderlos alinear con la política, cultura y propósitos de la compañía. Según Felipe Buitrago, experto en felicidad corporativa, existen cuatro perfiles de trabajadores en las empresas. Ellos son: los empleados aburridos; los relajados y frescos; los que es-
tán contentos y, finalmente, los que están felices. El trabajador aburrido es aquel que siempre se está quejando, habla mal de su empleo y reprocha por todo. Y también es el que menos rinde en su trabajo. Por su parte, el relajado y fresco es el que cumple con todo, pero es un trabajador que no da la milla de más. Es el empleado cumplidor y poco propositivo. Además, se caracteriza por mostrar poco interés por las actividades y proyectos de la organización. De acuerdo con Buitrago, el trabajador contento siempre está motivado y
mantiene una buena actitud, sin embargo, es un trabajador que no rinde lo suficiente. Es decir, su ánimo y disposición no son proporcionales con su productividad. El último perfil se refiere al trabajador feliz, aquel que es muy productivo y se mantiene motivado y lleno de buena energía. Mario Felipe Ramírez, consultor empresarial, también menciona que hay cuatro perfiles generales en las empresas. No obstante, él los llama de otra forma. Habla del empleado que no quiere y que no puede (que podría ser el aburrido); el que puede pero no quiere
El empleador debería prestarles atención a todos los perfiles de trabajador. 123rf
(relajado y fresco); el que quiere y no puede (contento); y el que quiere y puede (feliz). Según los expertos consultados, después de identificar los perfiles de sus trabajadores, las empresas deben actuar con el fin de que la mayoría de sus empleados sean felices y, por supuesto, productivos.
Ante un trabajador aburrido o tóxico, lo mejor es reubicarlo y, si no funciona, prescindir de sus servicios. Si cuenta con un empleado relajado que solo cumple y es desinteresado, hágale sentir la necesidad de vincularse y de ser comprometido. Si tiene un empleado contento, plantéele metas al-
canzables e incentívelo para que incremente su productividad. Y, por último, si cuenta con un trabajador feliz, propicie un plan de retención de talento, pues este colaborador es el que tiene más valor para la empresa. No cometa el error de pensar que porque está feliz no necesita atención. Todo lo contrario.