"La piel está cargada de símbolos, señales dispersas, continuos cataclismos. Estas canciones celebran la carne a partir de los milagros que despliegan los azares cotidianos.
Gustave Flaubert fantaseó con escribir una obra sobre nada, el sueño absoluto; un gesto sigiloso inscrito sobre la superficie.
Este libro, sin mayores aspavientos, ensaya esa mítica epopeya." Rafael Toriz