ORIFLAMA Nº 36 -ENERO-JUNIO 2020

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El Escorial – Madrid - España Oriflama nº 36 AÑO XX –ENERO-JUNIO 2020

Oriflama no es un título casual, Oriflama es el oro, la llama, la pluma, que nos va dejando la palabra escrita, la palabra, esa que se enarbola contra viento y marea por los cinco continentes. Voces que se nos unen hermanando concierto, Poesía, sentires de los pueblos y los hombres de buena voluntad porque no se arrepienten de lo que son ni reprochan a los demás por su raíz o su patria. La palabra nos une aunque a veces, sea la sombra de las cosas, porque el hombre, no resiste la claridad. La palabra crea, la palabra mata. Palabra siempre necesaria para ahuyentar las guerras, tan prístinas siempre, tan sabias ellas... Amemos la palabra amigos, y hagamos Poesía porque ahí hallaremos la bondad, la belleza indiscutible, hondura, sabiduría, Amor, Dios... Sedienta de palabras hoy me asomo Al cielo que se posa en mi ventana. Oh luz, dorada luz, es de noche. No duermo. Préstame tus sílabas Isabel Díez S.


En este número:

Poesía: Elsa Baroni de Barreneche. Uruguay Beatriz Villacañas. España Gumaro Manzo. U.S.A Marta Ortíz. Rosario (Argentina) Clotilde Mª Soriani Tinnirello. Argentina Mary Paz Hernández. España Milagros Salvador. España Enrique Viloria. Venezuela Antonio Portillo Casado- España Francesca Lo Bue. Italia Joaquín Torres Lago. España Lorenzo Suárez Crespo. Cuba Ivonne Martín. EE.UU Teresinka Pereira. Brasil Liudmila Quincoses. Cuba Ana Rosa Díaz Naranjo. Cuba Rafael Vilches Proenza. Cuba Alfonso Larrahona Kasten. Chile Rubinstein Moreira. Uruguay Brígido A Redondo. Campeche ( México ) Francisco Matos Paoli. Puerto Rico. Leonora Acuña de Marmolejo. USA Francisco Henríquez. USA. Elsa Septién Alfonso. Cuba-España Laura Cabedo Cabo. España Carmen Prada. España Julián Martín Martín. España Luis Frayle Delgado. España Teresa Fonseca Oropeza. Cuba Ana Romano. Argentina Carlos Benítez Villodres. España Andrés Tello. España Gustavo Fajardo y Mora. España Francisco Pérez López. España Isabel Díez Serrano. España


COLABORACION ESPECIAL: Por esta vez, se cambia por las página de tres Homenajes a la muerte de dos buenos amigos de Oriflama y del Frente de Afirmación Hispanista en México: Jerónimo Castillo, Argentina, Rodrigo Pesántez Rodas, hermano Vasconcelos de Ecuador, e Irene Mayoral, compañera en las letras durante más de 30 años. HOMENAJE A JERÓNIMO CASTILLO : Argentina Isabel Díez Serrano. España Francisco Henríquez. EE.UU Yasmin Sierra. Cuba Juan Carlos García Guridi. Cuba María Jesús Lozano Cáceres. España HOMENAJE A LA PARTIDA DEL VASCONCELOS: Rodrigo Pesántez Rodas. Ecuador Francisco Henríquez. U.S.A Beatriz Villacañas. España Isabel Díez Serrano. España María Jesús Lozano Cáceres. España HOMENAJE A IRENE MAYORAL. Poeta, Promotora cultural. España Isabel Díez Serrano. España

Narrativa Ana Martínez. España Julia Sáez Angulo. EspañaRamón L. Fernández y Suárez. Cuba José Agustín Blanco Redondo. España Mª Manuela Septién Alfonso. España Jaime Jaramillo Escobar. Colombia (1932 - )

HABLEMOS DE: CATORCE DECIMISTAS CUBANOS DEL SIGLO XX. Por Jerónimo Castillo. Argentina MESTER DE CANTORÍA, DE JORGE CASTAÑEDA.


Por Jerónimo Castillo. Adalberto Hechavarría: Cuba. “Dos al piano”. Por: Isabel Díez Serrano Teresa Fonseca. Cuba: “Dos al piano” Por: Isabel Díez Serrano. Isabel Díez Serrano. España “;Me contaron un cantar” Glosas a coplas de Fredo Arias y otros... Por Lola Benítez Molina. España. El Tango.

Por Elvira Levy. Argentina

Isabel Díez Serrano. “ME CONTARON UN CANTAR” (Glosas a la coplas de Fredo Arias de la Canal- Deslinde 2020 Por: Carlos Benítez Villodres- España Palabras más buscadas en la RAE durante la cuarentena... Julia Sáez Angulo y Dolores Gallardo. España LA MIRADA ACTUAL: NOTICIAS Isabel Díez Serrano, Edita el poemario: “Ese violín que llevo dentro”, Endymion 2020 PERLAS MAESTRAS Francis Bascon, Proverbio griego, Agatha Christi, Anónimo, Hipócrates Richard Yates. Simónides F. Nietzsche, F. de la Rochefoucauld, Eleanor Rossevelt.

POESÍA Elsa Baroni de Barreneche. Uruguay Tríptico al niño Oh niño, cada instante de tu juego una oración al infinito exhala, tal como cierra la soledad de un ruego el temblequeo provisor de un ala. Está en tu esencia el ardoroso fuego que el dulce tiempo del amor regala


y su milagro tornárase luego en floraciones de encendida gala. Juegas a ser héroe en sin igual partida, juegas a ser fuente que nos da la vida, pequeño e inocente e ignorante. Y en tu juego que es rezo y es promesa, a acrisolarse el sentimiento empieza que sostendrá tu lucha de gigante. Beatriz Villacañas. España A Miguel Hernández Vuelvo a Miguel, la sombra que atesora es claridad abierta en el costado, es una infinitud de lado a lado, es una marcha audaz hacia la aurora. Vuelvo a Miguel, a su canción sonora, al territorio de lo no olvidado, a su rayo fecundo no cesado que alimenta mi voz en esta hora. Así, con una fuerza y una pena nacidas de esta tierra y de esta vida, la carne en el espíritu se vierte. Peritaje de amor y luna llena, Vuelvo a Miguel, con la gozosa herida que viene a rescatarme de la muerte. “La Catrina le reclamó al Presidente” Gumaro Manzo. U.S.A Hoy, fulgura un hombre bueno como pocos en el mundo, de Tabasco, es oriundo tierra de lluvias y trueno. Amlo. Muy noble y sereno recorrió México, entero, era cual el fiel Cordero... llevando al pueblo esperanza y la gente, sin tardanza ya lo eligió, por primero... Dieciocho años luchó por su México querido,


nunca se dio por vencido y el pueblo fiel lo siguió. A los pobres prefirió por ser justicia y razón, miles, reciben pensión pues los pobres son primero, hoy a su México, entero le devolvió la ilusión. Mas, la Catrina enojada le reclamó al Presidente, usted, es un inconsciente y a mí me tiene olvidada. Yo no he recibido nada de su famosa pensión, así que hoy se va al panteón con todos sus cachivaches, se acabaron apapaches y su tal transformación. Marta Ortíz. Rosario (Argentina) No porque no pueda salir de mi casa hundirme dócil en la vida diaria al fin y al cabo es vida conocida. No porque más allá del umbral no encuentre el mar azul sino mareas de herrumbre o porque no quiera abandonar mi depósito de libros este mundo de objetos entrañables crecidos entre mis papeles y yo: fotografías, cajitas de hojalata: esa de pastillas Violet de Flavigny o la de té: Alice’s adventures in wonderland, según Tenniel en las caras laterales; o la caja de cartón acanalado donde guardo pétalos y hojas de roble y otros árboles que enrojecen los otoños. Por ninguno de esos motivos es que no me ausento de mi casa ni siquiera por las páginas que leo: Celan y Chéjov poemas y cuentos: Vania, por ejemplo. No por tan antiguo vasallaje


sostengo mi domesticidad, no salgo por otra razón: afuera está oscuro garúa, hace frío. (de Diario de la plaza y otros desvíos) Clotilde Ma. Soriani Tinnirello. Argentina Letra para milonga Milonga, fiel compañera de las noches de arrabal, afinadas las guitarras ya comienzan a sonar. La música está llamando y el cuore empieza a tallar, chispeante y ligero el ritmo, la empujadita, el zig zag. Hay que pisar la baldosa con paso firme al bailar, luciendo en el balanceo sincopadas caminatas. Armonizan los acordes, las figuras, las miradas. El amor está latente en tu pícara cadencia. Vos, Milonga, me das chance para un chamuyo inspirado. Milonga, fiel compañera de las noches de arrabal, yo tengo un beso en la boca que quiere echarse a volar. La piba siente el cariño que intentaré demostrar. El amor está en la pista vibrando con tu compás, en puntillas hago un giro y... y no cuento nada más. Mary Paz Hernández. España Cauce que rebosa Quisiera que volaran unos versos con palabras aladas y sentidas, que con amor mecidas y nacidas hiciesen un refugio de universos.


Endulza el corazón, pasión que inflama, y riega con el cauce que rebosa, y en remanso de fronda clamorosa se traspasa el estigma de su llama. Con su esencia se extiende sobre la hoja, transmitiendo el mensaje de un otoño sumergido en las alas de ese tiempo, y entre capas de seda, se deshoja, dejando sus semillas de retoño para sembrar poemas de entretiempo. Milagros Salvador. España Huellas A Jesús Riosalido

El tiempo, siempre el tiempo sabe guardar en la memoria los pasos de la luz del sendero que alumbra la palabra, alimento constante con su verdad hecho simiente que germina en las venas con la fuerza sagrada que nutre las raíces de nuestro pensamiento. Y el tiempo nos recoge en materia o espíritu para que otras mentes se enlacen con nosotros lo mismo que un collar que embellece la huellas del paso de los hombres, por la tierra que un día acogió el verdadero paraíso, y puso su corona en la razón, para que no nos olvidemos nunca los pasos que heredamos. Enrique Viloria. Venezuela Poemas de la ignominia Vivir muriendo El año que es abundante en poesía suele serlo de hambre.


Miguel de Cervantes

A lomos de tu jamelgo hirsuto el mundo recorres los entuertos continúan el hambre la guerra la miseria los exilios y los destierros confirman lo sabido el hombre nunca estuvo hecho para la paz La mentira campea la senda de la virtud sigue siendo estrecha la libertad ya no brilla y el vicio es ancho y espacioso Todos callan a conciencia el que denuncia es confinado a una cárcel de Argelia las palabras de los oprobios están por encima de los hechos El mundo gira en mala dirección Miguel nadie lee muchos deambulan por el ciberespacio una puerta se cierra sin que otra se abra reina la envidia los oportunistas se duermen en la costumbre se dificulta fabricar el propio destino para tu fortuna y la nuestra queda la poesía para cantarle a las cosas humildes y amistades que nadie puede turbar. Antonio Portillo Casado. España Diente de León (A mi amada Pilar) Importa la noche cuando brilla el universo por las calles. Importa el río, musita cantos íntimos. Importa el sabor a menta cuando me acribillas a besos y la luz del visillo nos oculta. Importa tejer mil formas de amarte y que me amarres en tu bahía. Importa el aire pero aún más, el dulce soplo que esparce las semilla. Francesca Lo Bue. Italia La quimera de Enkidu


Enkidu sueña la rosa del tiempo, una barca que desciende en el oasis vespertino entre los espasmos de la lejanía. Enkidu sueña la astuta reina entre nubes rojas y llanuras de humo. Enkidu percibe la opresión de los hermanos mientras las piedras simulan rostros y las abejas se disecan en las breñas del desierto. Desciende Enkidu melancólico y las estrellas eclipsan sus pasos mortales. A Enkidu una voz lo llama, quimera en la lejanía bruna. Enkidu busca el cedro del bosque, compra la inmortalidad de los juegos pagando el óbolo para la puerta de la vida vida que es madre en el jardín de la lucha. Serás hombre con una escalera a cuestas y una llave en la cintura. Nadie se acuerda de ti, Mago del Paraíso, del vidente brotan enigmas y ambigüedad, en sortilegios de alucinación. -Francesca Lo Bue. Italia La chimera di Enkidu Enkidu sogna la rosa del tempo, una barca che scende nell’oasi vespertina fra gli spasimi della lontananza. Enkidu sogna l’astuta reina fra nuvole rosse e pianure di fumo. Enkidu annusa l’oppressione dei fratelli mentre le pietre si ammantano di rostri e le api dissecano nei rovi del deserto. Discende Enkidu melanconico e le stelle eclissano i suoi passi mortali. A Enkidu chiama una voce, chimera nella lontananza bruna. Enkidu cerca il cedro del bosco, compra l’immortalità dei giochi pagando l’obolo per la porta della vita, vita che è madre nel giardino della lotta. Sarai uomo con una scala addosso e una chiave nella cintura. Nessuno si ricorda di te, Mago del Paradiso. Il veggente sboccia in enigmi e ambiguità,


in sortilegi di allucinazione. Joaquín Torres Lago Navidad 2019 Hoy el sol, con colores de bonanza, ya camina veloz hacia el poniente, y el labriego, en regreso permanente, inundaba su casa de esperanza. Mas la noche, que llega en lontananza, nos acerca a un misterio sorprendente. Jesús viene a Belén, cual sol naciente. Nos trae su presencia y su alianza. María y san José miman al Niño. Villancicos le entonan los pastores Y los Ángeles cantan “Gloria al cielo”. La humanidad le busca con cariño. Y en la tierra el perfume de las flores lleva al portal la esencia de este suelo. Lorenzo Suárez Crespo. Cuba Brindis Es diciembre, se inclina el peregrino con la impronta virtual de la esperanza, esa mezcla de retos, de añoranza al filo impredecible del destino. Un nuevo amanecer hará el camino urgido de valor, de fe, confianza hacia el templo ideal que no se alcanza si férrea voluntad no marca el sino. Diciembre nos limita su frontera curiosos por saber qué nos espera y agitamos los dados por la suerte. Enero en dos mil veinte nos convida a la doma del Tiempo y nos advierte que alcemos nuestra copa por la vida. Ivonne Martín. U.S.A Nochebuena Es noche de milagros: mensajera


con trompetas de júbilo esperada… Noche de paz, la más pura y sagrada; la reina de las noches, la cimera. Una estrella que anuncia la primera huella de Dios nacida en la alborada, y un pesebre sirviéndole de almohada al Rey que salvará la Tierra entera. Bendita noche de encarnada luz en que el llanto sublime de Jesús y la voz de la Virgen que lo arrulla se convierten en cantos celestiales, derramando ternezas a raudales sobre el eco triunfal de un ¡aleluya! Teresinka Pereira. Brasil Ahora es necesario reconocer El mundo está como una cabeza en llamas aunque pocos lo quieran admitir. La verde espesura de las forestas y el azul del mar se acaban, esperando que la conciencia humana se libere de la codicia, del abuso y de la demanda por comodidades. Ahora es necesario reconocer que el aire, el agua y la tierra valen más que el dinero. Teresinka Pereira. Brasil Agora é preciso reconhecer O mundo é uma cabeça em chamas embora poucos queiram acreditar. A verde espessura


das florestas e o azul do mar se acabaram esperando a la conciencia humana liberar-se da ambição, do abuso e da demanda de comodidades. Agora é preciso reconhecer que o ar, a gua e a terra valem mais que o dinheiro. Liudmila Quincoses. Cuba Luctuosos asoman los ojos del que ejecuta el crimen. Sus largos dedos rasgan el traje y bajo la tela parda se asoma el milagro: Es una mujer hermosa este demonio. La piel es de un blanco cegador, los senos perfectos, acuden. La visión es completada por el horror del fuego y los hierros al rojo vivo. Solo una pregunta sale de los labios del verdugo, la mujer calla, el odio le hace enmudecer. Rápido se prenden los hierros a la carne, lo que está perfecto, se deshace, quedan horribles marcas sobre la piel intacta. Y ninguna palabra, la voz se ha escapado del recinto de piedra, la sangre cubre el lugar. Ana Rosa Díaz Naranjo. Cuba Fuimos débiles y la indulgencia nos convirtió en culpables. Anatole France

Con qué razón aclamar si no hay conciencia, vivir serenos, sin que el combate fluya. Qué pasará cuando el mundo se diluya y se pierda en el adiós nuestra existencia. Por qué razón compartir ambivalencia, la incertidumbre constante, (el alma aúlla),


la alevosía, el ardid de quien arrulla en su esqueleto derrotas y violencia. Cuando no hay luz ni salida, el pensamiento va disipándose al borde del vacío. Gana la furia, el dolor, su desafío. No habrá Noé que nos avise del fracaso ni quien nos ceda cobija con su abrazo. Somos botín para potros de tormento. Rafael Vilches Proenza. Cuba Conversando en solitario No me arriesgo a perderte, dejo un rastro de vida en las alambradas de mi inxilio. Temo abrir un respiradero, una ausencia… Voy levantando sueños bajo un cielo ominoso y resarzo las quimeras del mañana. Alfonso Larrahona Kästen. Chile Una redoma Y somos una breve pesadilla, apenas un temblor de hojas al viento, la nube de vapor de un frío aliento, una hojarasca muda y amarilla. Y somos de la muerte, la semilla; el rostro del pesar y el desaliento, un polluelo sin voz, sin alimento, que no alcanzó a volar. Canción sencilla que no encontró la frágil caracola que repitiera su dolor, sus preces. Y somos de este mar, la última ola. que se viste de encaje y ríe a veces. Somos una palabra triste y sola, una redoma donde mueren peces. Rubinstein Moreira. Uruguay El último que ama Me estoy jugando a cara o cruz la vida. Camino entre girones de otra boca y esculpo con la sangre nueva roca


que vuelve al andén de la partida. Sumo y resto y espero que divida esta subpiel multiplicada y loca que se entrega a huracanes que provoca un despertar entero por la vida. Ha de vencer el último que ame. Amar es una magia de cinturas por tus pechos pequeños y feroces. Hoy me enfrento y me juego aunque proclame falso eslabón de flámulas tan puras como rosa de pólvora sin roces. Brígido A. Redondo. Campeche (México) Rosa oscura Guardas la rosa de la oscura lumbre donde bebe la anoche su ceniza. Guardas la hiel que el viento cauteriza del sueño de mi sueño y su costumbre. Cimbras la primacía de la cumbre del gozo de este gozo que se eriza. Un sesgo y un fragor: la luz que triza el mástil que enarbolo en podredumbre. Ardes en hielo altivo y en la brega el hondo cataclismo de tu entrega acibara tus senos de repente. Corola de caníbales urgencias, siente este pez herir tus opulencias invadidas de semen refulgente. Francisco Matos Paoli. San Juan de Puerto Rico Soy el Quijote No es tan firme mi trámite en pureza de combatividad. Quijote rudo. Cuando se pone la raíz acudo al ideal inmenso en su belleza. El fervor confiable nunca cesa y no estoy en la estrella tan desnudo. Y la fuerza aparece en tanto nudo de mar, en tanta savia gris, aviesa,


que prohíbe el contorno de la fama. El horizonte azul en sí me ama. Dios me defiende del presunto ocaso. Y radiante en el ser apetecido he conquistado el cielo, he renacido. Soy el Quijote. Mi celada enlazo. Leonora Acuña de Marmolejo (IWA) & Peace Activist Soneto al Amor “¡Quiero el soneto cual león de Nubia: de ancha cabeza y resonante cola!” -Guillermo Valencia

Dos luceros quedaron en mis ojos prendidos, cuando en aquel paisaje agreste yo te vi, y locas mariposas que nunca presentí, en mi pecho aletearon cual heraldos perdidos. Un mirlo flirteando planeó en la verde alfombra y alcanzó en raudo vuelo el pico de su mirla: bailó una danza etérea en su ansia por asirla. Yo pensé embelesada: ¡es el amor sin sombra! Temblando las espigas rubiales se abrazaban y con un áureo beso sus cuitas se contaban: en fragantes lavandas, diligentes abejas, al milagro ayudaban del amor en estío: No hubo más angustia, desolación ni hastío, y fui con sus luceros cual un pájaro en rejas. Francisco Henríquez. USA El arroyo de la sierra. J.M. Al punto que asomaba por la sierra el astro entre la noche y la ilumina junto a la fuente alada y cristalina donde la tarde su canción entierra, Amor le echó raíces en la Tierra y creció la ternura sin la espina; un río de corriente diamantina abre la ruta que la suerte cierra. El amor padecido ha mil derrotas


pero si vuelve con las alas rotas el canto turbio y el plumaje herido, El amor, cuyo símbolo es la flecha, de la miel o la chispa que te echa sale la llama que calienta el nido. Laura Cabedo Cabo. España Las filanderas silenciadas. Por los rescoldos de un dolor de estatuas, por los desvaídos mapas, a través de un tímpano de sangre que suena a sal, las viejas mujeres hilvanan los labios de la noche al pliegue corvo de sus pasos. En penumbra recogen las redes del poema, su primavera de carne clara y el vidrio de aquella esperanza a pedazos, del corazón aún por desmentir envuelto en sus pañales rojos. Respiran la belleza del ser que las anega, regresan a la madre ancha de besos escama y a su llanto oxidado de mil horas oscuras que sólo la nostalgia detiene. Habitan la heredad de la sombra, y guardan la llave de un gozne ancestral, de cuando iban desnudas al mercado del amor, bajo el oro pegajoso del otoño. Son mujeres de mujeres más hondas que logran vivir entre sus huesos con un aullido de humo en las pupilas y huracanes de ternura en las manos. Un día entran a la muerte igual que a una casa, redimen la herida del recuerdo deshojado con el pan de los más sencillos versos, y pronuncian por fin su nombre para siempre. Esas mujeres ya no tienen miedo y se precipitan a su piedra libertaria como las gaviotas que aprendieron el fugaz oficio de coser el campo. Premio poemas Mujeres Silenciadas Colectivo Filanderes. Langreo. Asturias.


Carmen Prada Alonso. España Garabatos de: Poemas del Martes Bailan al mismo son chapines y alpargatas y una locura engarabata la cruz del duelo, el lirio, el parpadeo de una mariposa. Teatro de tragedias y sainetes, Olimpos, Hades, se abren en dos todos los mares y en tierras todas hay un no sé qué, que obra el milagro. Se da todo la vuelta y en el nido del pájaro aposenta su rugido el tigre blanco. Hablan los ojos, la boca arde. En medio de la aurora, la tarde vence al sol. El azul se torna en verde, el campo en rosa. Vuelve a parpadear la mariposa y es aquello tal, que el alma asienta las tormentas. Todo es calma. Baja el telón. Se duermen la risa y la tragedia. Vuelve todo a su lugar. Descansa la pluma del poeta. Julián Martín Martín. España El soneto de: Papeles del Martes

Catorce veces de grandeza muero y otras catorce resucito. Del soneto las ansias necesito como afable o esquivo mensajero. No sé si lo rechazo o lo prefiero. Si es un eco silente o es un grito. Si es la luz que me acerca al infinito, o es el paso sencillo de un jilguero.


Si es el camino firme del Parnaso. o la ruta ente piedras del fracaso, o el desafío a la discordia abierto. Que al final de esta noble travesía tan cambiante es el alma en la poesía, que no sé si estoy vivo o estoy muerto. Luis Frayle Delgado-España Andan atrás de Papeles del Martes

Andan atrás los hermosos pasos de tiempo de anhelos y pesares. Se me fue el amigo al sereno lugar de las ausencias y me refugio en el sabroso recuerdo del lejano paisaje. Ay, esta canción del paso del viento que roza mi alma y brota la luz que golpe a golpe se funde en los brazos de la ancha sombra. La entrega del corazón y las risas y el amargor de las lágrimas que destila también la juventud. Ya todo anotado tiernamente en el libro del olvido. Otear un poco más lejos para no quedar prendido en los zarzales del destierro y las zozobras y gozos de aquellos treinta años. Vuelven ahora a descansar en la serena memoria de la tarde que mira indulgente hacia el pasado cuando la amistad comenzaba a ser honda llaga en el alma herida. Traspasa el tiempo y los crepúsculos y la veo venir a cobijarse en la enramada del anochecer. Elsa Septién Alfonso Cómo no decir Cómo no decir que te amo cómo no decir lo que siento. Perdona por no insistir perdona por amarte


quizás no pueda pedir la felicidad de tenerte. El querer no tiene edad, el querer no tiene tiempo surge cual ráfaga voraz te envuelve en un momento. Perdona por volver a insistir perdona por ir contra el tiempo, déjame soñar con el amor que lejano sigue ardiendo. No sé si podré resistir cuando lejos de ti me encuentre, me gusta verte sonreír seré feliz aunque no pueda tenerte. Teresa Fonseca Oropeza. Cuba Primavera. Me llegó la inspiración en el citado momento fuerza del encantamiento discurrió la reflexión. Digna de celebración al envite del poema se sustenta con el tema, muestra de la poesía para escribir cada día versos que son un emblema. Día mundial es veintiuno de marzo, concibe el arte ofrecer en cada parte y considere oportuno momento como ninguno. Todo poeta es testigo, simboliza en cada amigo en estrofas la memoria. Para ti toda la gloria te elevas, vamos contigo. Ana Romano. Argentina Intermediario Perforan escondites los astronautas


¿qué sostienen los débiles en su tribulación? El poema los enlaza en versos que obsequia al lector. Escoriación Fragmentan dormidas Acordonan antiguos Y la realidad ¿qué despide? Es en el ahora que naufraga la voluntad Glotón el sopapo zurce los instintos ¿Y la cabriola dónde espolea? Carlos Benítez Villodres. España Ser poeta. Eres Eres Eres Eres

la la la la

voz voz voz voz

de los sin voz, poeta. del sol que gira, gira… de mi fogosa lira. que alcanza cualquier meta.

Tu bondad ilumina la violeta vital que, por amor al mar, suspira en la luz del poeta que se inspira para seguir la voz de la veleta. El poeta engrandece su victoria, con el caudal de lúcida oratoria, lejos del horizonte del olvido.


Tu cosecha, poeta, es necesaria para la miel de tu labor primaria, creadora del lenguaje bien pulido. Andrés Tello. España Soneto a la reina Juana Y llegaron los bardos a Castilla donde Juana llora con desconsuelo por su amor enterrado, guarda duelo, reclinada y llorosa está en su silla. Su caballo querido ya no ensilla donde otrora le cabalgara a pelo, sobre dorada piel de terciopelo posaba enamorada su mejilla. Añora sus labios rojos, tersos lejanos recuerdos que perduran, los poetas recitan con en versos. Todo el reino cantará de su locura, un amor con engaños y con celos: la pasión que encerraba en su hermosura. Gustavo Fajardo y Mora. España A las islas canarias. No soy un forastero en esta tierra a la que el mar acude en marejadas donde gozas con papas arrugadas, y fue la lava que forjó la sierra. Me pongo a cavilar que, aquel que yerra, no conoce las noches alunadas de las Islas Canarias tan preciadas al que su nombre, la belleza encierra. Tanto el gofio y el queso majorero, manjares apreciados por el mundo trasmiten su sabor al paladar del oriundo y también del extranjero que, embelesados en amor profundo convierten a estas islas en su hogar.


Francisco Pérez López. España En tu mirada. Imagino el amor en tu mirada que impide que aparezca el desaliento y envuelve de misterio el pensamiento buscando la respuesta deseada. El brillo de tu cara sonrosada me provoca un hermoso sentimiento y solamente amor es lo que siento al mostrar tu sonrisa nacarada. Las horas que vivimos compartidas quedarán para siempre en la memoria sabiendo que el amor es perdurable. Amar es como el agua de la noria se siente intensamente irrefrenable, viaja por veredas afluidas. Isabel Díez Serrano. España Es bueno conocerse. Conócete Isabel, ha tiempo dije y me adentré en los bosques, en los lagos, allí pasaron días muy aciagos hasta verme en espejo, que predije. Atravesé su azogue y lo maldije, mi abismo me marcaba los halagos y en el oscuro charco los estragos marcaban diferencia cual pijije. Una luna, una luz centelleaba donde mi corazón tarareaba y limpiaba hasta el lodo fanganoso. La alegría surgía de repente, mi abismo se elevaba y ya mi frente alcanzaba el camino más honroso.


COLABORACION ESPECIAL: HOMENAJES Por esta vez, se cambia por las página de dos Homenajes a la muerte de dos buenos amigos de Oriflama y del Frente de Afirmación Hispanista en México: Jerónimo Castillo, Argentina y Rodrigo Pesántez Rodas, hermano Vasconcelos de Ecuador. A última hora nos informan de la partida de una querida y admirada poeta y Promotora Cultural:Irene Mayoral, de España. HOMENAJE A JERÓNIMO CASTILLO: TE HAS IDO PARA TODOS. Isabel Díez Serrano Dios mío qué solos...

(qué solos se quedan los muertos) Gustavo A. Bécquer

Jerónimo, te has ido sin hacer ruido apenas tus amigos pendientes de la misiva diaria, tenías por costumbre difundir la cultura y dejabas tus obras varadas en la arena. Eras libre en tus actos, ni aturas ni cadenas bebías de la fuente de todo buen artista tus sonetos, brillantes, tenían la apariencia de tu sello de altura por el tiempo prendido. Amigo eras en horas, de pleamar poética y seguidor de algunos, sabiamente elegidos. Cuéntanos de tu estado, que la luna ya llora al ver como cruzabas tu barca a la otra orilla. Allí te tuitearemos metáforas hermosas para que nuestro mundo parezca más liviano. Espéranos, amigo, allí te encontraremos con la antorcha encendida, palabras y... Belleza; todo lo bueno, amigo, que destila un poeta... Francisco Henríquez. EE.UU Jerónimo Castillo, adiós. Jerónimo Castillo ha muerto. No veíamos siquiera que esa suerte vendría con el golpe de la muerte: ¡al menos no lo imaginaba yo!


Pero la muerte nos lo arrebató. ¡La muerte solitaria se divierte!; en la vida fugaz el roble fuerte jamás a sus hachazos resistió. Si un castillo es igual a fortaleza sonrío frente al sol de tu grandeza y te imagino majestad de templo, Castillo, si me das tu itinerario, sería mi obsesión ir a tu almario como cenobio de gentil ejemplo. Yasmín Sierra Montes. EE.UU Elegía por la muerte de Jerónimo Castillo La firme estatura de Jerónimo Castillo. Lloran los cipreses y la Tierra de Fuego. Solloza la pampa estremecida. ¿A dónde el bardo que no ha acudido en densa bruma a recitar sus milongas? ¿A dónde el hombre que entre cantares reinó? ¿A dónde el hombre sincero que fraguó su vida junto al verso? Dormita el bardo entre las andinas regiones. De su cuerpo el calor no deshace la insensibilidad de la muerte. Solo sus amigos le eternizan en una lengua de fuego que escala desde el sur. Sus amigos desprecian de la muerte su torpeza. No ha muerto Jerónimo Castillo al lado de Dios nos mira y reza. Juan C. García Guridi. Cuba A Jerónimo Castillo, E.P.D ¿Dónde estará Jerónimo Castillo? ¿Adónde fue a parar yo me pregunto? ¿Fue a resolver qué misterioso asunto que sus ojos de pronto pierden brillo? ¿Nuevamente querrá ser el chiquillo que desandaba el alba punto a punto; o será que no quiere ser difunto,


mucho menos dejar de ser sencillo? Se marchó sin decir a dónde iba y ahora que todo está patas arriba no le complace en nada ser su antónimo. ¿Será por increíble o por sagrado? ¿Una lección de luz nos da Jerónimo Castillo y hace ver que se ha marchado? María Jesús Lozano Cáceres. España A Jerónimo Castillo ( Poeta ) Sentimos la partida de figuras destacadas volando hacia el Parnaso he visto que llegado a triste ocaso ha remontado el vuelo a las alturas. Su cuerpo transportado a sepulturas de mármol, por hallar digno traspaso, después de su cansino contrapaso arrastra las oxidadas armaduras. Arriba está Jerónimo Castillo disertando con ritmo de soneto, algo que para él fuera tan sencillo. Él siempre contará con el respeto dejado aquí, con porte de caudillo, enhiesto con orgullo azul abeto. HOMENAJE A LA PARTIDA DEL VASCONCELOS POETA: RODRIGO PESÁNTEZ RODAS, DE ECUADOR. Y FUE PRIMAVERA... Francisco Henríquez. U.S.A A la muerte de un Vasconcelos. Ya Rodrigo Pesántez Rodas, vuela, sobre los valles de su Guayaquil, y el Pacífico ingente ruge hostil frente a los restos de su centinela. En rica alfombra de bruñida tela sus cenizas esperan desde abril; el mar de Odón, de salitroso añil, ha de tomarlas como azul gacela.


Pero en su espíritu el poeta boga, el alma de su musa no se ahoga; nada vence su remo ni su brazo. El tiempo ha de pasar, y todavía habrá conciertos de su poesía en la tertulia de su Chimborazo. Beatriz Villacañas Palomo. España Rodrigo Pesántez Rodas. Un vuelo hacia lo eterno. Ya Rodrigo Pesántez va de vuelo, y aunque siempre voló con su Poesía, más le alza este vuelo todavía, pues sus pasos ya libres van del suelo. Tras su partida quedamos en duelo, mas qué bueno saber que él conocía lo que es volar en verso, la alta vía, que nos abre sus puertas al consuelo. Desde lágrima y pena aquí lo digo, y no quiero quedarme a la mitad, sino, de corazón, decir: "Rodrigo, eres grande en poesía y amistad, y ahora vuelas, mi gran poeta amigo, hacia el misterio de la Eternidad". María Jesús Lozano Cáceres. España Adiós a Rodrigo Pesantez Rodas Tu recuerdo vagando está por Potes, sus adoquines y en Picos de Europa donde los Vasconcelos con metopa cabalgan con sus versos cual quijotes. Tu espíritu voló con papalotes simulando formar la alegre tropa; pues tu verso contigo asaz galopa traspasando del mundo los barrotes. Tu colección de búhos en estantes de libros, y vitrinas de cristal quedarán esperando tus portantes. Tu vuelo silencioso fue pausado como le corresponde al magistral


docente que ganó su doctorado.

Isabel Díez Serrano. España Estás en mi presencia.

(Para Rodrigo Pesántez Rodas)

En un susurro incierto se te quebró la voz yo estaba entretenida, limpiando los alvéolos a causa del Corona que nos tiene a todos confinados. Allá en tu Guayaquil ya te entregaste cansado del esfuerzo por alargar las horas. “No amanece el cantor”, tú sí lo sabes pero tu abrazo, altivo, --tronco enjuto-yo lo recibo, onírica corteza. Hoy percibo, que renunciar es como acariciar el filo de un cuchillo y qué sentido dar a la palabra que hacia ti se alza tan huérfanos tus brazos, hoy vestidos de Abril. Abril siempre regresa, muerte y vida. Resurrección te pertenece. Bebamos la Semana Santa que adelantó tu duelo. De tu palabra quedaré cautiva para soñar, que estás en mi presencia. El día 2 de Abril de este 2020, también partió nuestra amiga personal y de Oriflama, compañera en las letras, Irene Mayoral ,Q.E.P.D. Española Isabel Díez Serrano. España Te estoy Para Irene Mayoral

Hoy, te hablaría de la vida, Irene, ésa que nos sonríe a la llegada y nos despide siempre con dolor: Te hablaría también de la amistad, ésa que nos mantiene la distancia sin que se mengüe nuestro fiel abrazo porque así fue la fuerza en el destino. Podría hablarte igual, de Poesía, de las tardes que juntas recorrimos hermanando vocablos, silabeos; pero, voy a decirte que te quiero que, te siento cercana y “queridora” con tu sonrisa abierta al infinito --rubia mujer tan grácil tu figura de paso firme y corazón solar--.


Quiero decirte, que “te estuve” siempre, que me inclino también a tu homenaje porque juntas surcamos la palabra y ya se han incendiado nuestros versos. “Te estoy” Irene, hablando de la vida aunque no sé si vamos o volvemos, esa incógnita que sopla al sur o al norte -laberinto de múltiples sollozosque hoy desafiamos con gesto en primavera... “Te estoy”, Irene. Siempre te estaré.

NARRATIVA Ana Martínez. España No sé si os dije ¿Se pueden ver los destellos de la Cruz del Sur desde el hemisferio Norte?, Pues claro que sí. Mi mama puede. No tiene más que mirar al cielo estrellado y encontrarla brillando esté donde esté. Y es más, puede atravesar las plantas de un edificio entero una a una, salir por el tejado y observarlo todo desde arriba. Y lo hace con solo tumbarse en el sofá y respirar mientras los demás creen que duerme la siesta. También consigue que las plantas vibren cuando pasa junto a ellas irguiéndose en un saludo leve, al que ella contesta con dulces palabras. Ve colores cuando cierra los ojos, y se le llena el cerebro de luces tintineantes preciosas, como las de una feria, las de su propia feria. Mi mamá canta por dentro, aunque nadie la escuche. Siempre lleva alegres canciones que le hacen brillar aunque todo esté oscuro. Estas y muchas más cosas, mi mamá las comparte en forma de glosas, inventa canciones, nos narra su vida, siempre con ritmo, aunque sea en prosa, siempre en verso porque le habita, siempre con alma, porque no puede ser de otra manera. No sé si os dije, mi mamá es poeta. Julia Sáez-Angulo Autobús para Gamella del Norte He recordado la historia, ahora que mi hijo va a leer su tesis doctoral y su madre y yo queremos a ir a verlo y escucharlo: En mi pueblo manchego de los años 60 había una buena academia formada por cuatro maestros que nos preparaban a los chicos para el Bachillerato, pero teníamos que examinarnos en el Instituto de San Isidro de Madrid para convalidar el título. Casi todos los estudiantes pertenecían a familias de agricultores, salvo yo, porque mis padres tenían una fonda.


Eran los años 60 en España, cuando escaseaban los Institutos de Enseñanza secundaria en la geografía nacional. Los exámenes eran algo terrible y atemorizador para todos nosotros; de pronto nos sentíamos desplazados a otra geografía, ante señores serios y sesudos, que imponían respeto cuando no temor insuperable. Algunos de los estudiantes sufrían vómitos o colitis ante la inminente situación de un examen y Goyo estuvo a punto de no poder entrar al aula, porque se entretuvo demasiado en el WC. Pero los más terroríficos eran los exámenes orales, donde los ínclitos profesores preguntaban sin piedad, disparaban con dardos orales y parecían disfrutar cuando nos pillaban en algún renuncio. Para colmo, aquellos exámenes eran a puerta abierta y allí estaba presente la madre de uno de nosotros, que nos acompañaba siempre en el coche de línea del pueblo de Gamella del Monte a Madrid, para cuidarnos, conducirnos y vigilarnos; ella portaba la bolsa con los bocadillos preparados para el mediodía. Cada curso le tocaba la responsabilidad a una de las madres de los estudiantes. Y en una de las ocasiones en que le tocó a la mía, Cesárea la posadera, que tenía buenos arrestos, escuchaba atenta las preguntas del profesor a su vástago, que era yo y la veía de modo lateral urgiéndome a que terminara pronto, sacudiendo con una mano su reloj de pulsera. Eran las seis de la tarde. Pese a que mi madre me ponía nervioso, yo contestaba bien al profesor que seguía disparando preguntas contra mí, como en un tribunal de justicia penal. He de advertir, sin modestia alguna, que yo era listillo. De pronto veo que mi madre se pone en pie e increpando al profesor le dice: -¿Se puede saber hasta cuándo va a estar usted preguntándole a mi niño? -Señora, por favor, le estoy preguntando más de la cuenta, porque le quiero dar a su hijo la matrícula de honor? -¡Es que vamos a perder el autobús a Gamella del Monte que sale a las 7 de la tarde, alegó mi madre muy segura de su argumento. -¡Pues lléveselo, señora!, dijo el profesor visiblemente contrariado por la interrupción de aquella mujer de pueblo, como si ella hubiera vulnerado su autoridad. Cuando bajé del estrado, me eché a llorar, reprochándole a mi madre que, con su intervención habría logrado, que yo no pasara el examen de ingreso del bachillerato. Pero tuve suerte. Una semana más tarde, cuando otra madre bajó a Madrid para recoger las calificaciones académicas de todos los estudiantes de Gamella del Monte en el Instituto, mi certificado ostentaba una maravillosa matrícula de honor, que felizmente mi madre no había impedido con su interrupción.


Como mi hijo conoce bien esta historia, duda si invitarnos o no a la lectura de su tesis doctoral, pero yo no pienso perdérmela. Ramón L Fernández y Suárez. Cuba-España Un tarde cálida de Agosto A la memoria de Manuel Altolaguirre, poeta, dramaturgo, guionista y editor de la generación del 27.

Al inclinarse sobre la bandeja que le ofrecía el camarero para retirar de ésta una muy apetecible loncha de jamón descubrió por encima de su hombro la distante sonrisa que ella le dirigía. Fue entonces que se percató de su presencia en la reunión a la cual asistía con cierta desgana. La intensa canícula de agosto le habría disuadido de acudir a aquel sarao de no ser por la esperanza de entrevistarse, aparentando un encuentro de forma ocasional, con el Sr. Altolaguirre con quien deseaba tener una oportunidad para presentarle sus desvelos literarios. De inmediato, tras apenas degustar el aperitivo que retiró de la bandeja, se encaminó hacia el pequeño grupo que junto al ventanal con vistas al jardín y al océano rodeaba a la elegante veinteañera que reclamara poco antes su atención. Presidía la joven rubia de tez muy atezada por el sol balear dicha minúscula reunión entre otras varias que allí tenían lugar, siendo consciente de la importancia de sus atributos físicos como atractivo para tantos caballeros que pretendían monopolizar su preferencia en la conversación. Algunos versos se escuchaban entre alegres carcajadas cuando Álvaro Elejalde se acercaba al grupo. Cinco o seis poetas y escritores de prestigio desigual integraban el plantel que rodeaba y pretendía divertir al muy hermoso vástago de la familia malagueña quizás con mayor proyección en el ámbito de la cultura literaria nacional. “La belleza de tus ojos y el perfil de tu hermosura hacen que éstos, mis despojos, pierdan toda su cordura.” – Muy bonito, Don Mario, aunque discrepo de ese calificativo pesimista. No le veo aún tan mayor para auto adjudicarse tan tristes cualidades, - replicó entre sonrisas la destinataria del piropo. – No, si Don Mario solo pretendía establecer distancias con sus versos, - se oyó decir con sorna a otra de las voces masculinas que se alternaban en aquel corrillo divertido. Eran estas las palabras que alcanzara a escuchar el Sr. Elejalde al aproximarse al grupo al que se pretendía incorporar motivado por su personal interés y la sonrisa invitadora de quien recibía los cumplidos de los congregantes. Al llegar junto a quienes componían la partida fue allí recibido de esta forma por la beldad a quien todos pretendían agasajar: – Bienvenido a nuestra casa, don Álvaro. Todos celebramos que haya


respondido a nuestra invitación. Pienso que, en breves momentos, cuando baje mi padre con seguridad se alegrará con su presencia. Aunque he sido yo quien le incluí en la lista de invitados. Hace tiempo que deseaba conocerle... De ese modo, explícito y directo, fue como se despejaron las dudas del recién llegado relativas al motivo de aquella inesperada invitación y acerca de la identidad de la joven que ya una vez en el concurrido salón hiciera lo posible por captar sin rodeos su atención. – No ha dejado para mí de ser una sorpresa el tarjetón, aunque confieso que me moría de ganas por participar de esta reunión. - Fue la espontánea respuesta en pareado del caballero al tiempo que le extendía su mano e intentaba sonreír a los presentes uno de los cuales, aceptando el envite, añadió de esta manera la bienvenida al grupo: – Hagamos sitio al Sr. Elejalde en esta tertulia donde todos le admiramos desde su brillante triunfo del pasado año durante el certamen poético de la Casa de Zorrilla de Valladolid. – Bienvenido, maestro, - corearon todos y batieron palmas achispados quizás por la generosa ingesta del jerez que allí se repartía. Serían aproximadamente las siete de una calurosa tarde estival y el encuentro, despedida del veraneo en la mayor de las Pitiusas, ponía fin a una corta temporada dedicada a las jaranas playeras y a los interminables copeos nocturnos en las discotecas. Nieves Altolaguirre era unigénita del conocido personaje que ejercía la titularidad de una familia con presencia en el mundo editorial desde varias décadas atrás cuando Manuel, importante figura de la generación del 27, había fundado una empresa con dicho cometido en la ciudad malagueña de la que era oriundo. Ella había tenido ocasión de conocer fragmentos de la obra poética de Álvaro Elejalde y, siempre a la caza de autores promisorios para el trabajo de la empresa familiar, había decidido por su cuenta atraerlo al contacto con la firma en la que participaba como secretaria de su padre y encargada de contrataciones. La tarde mediterránea parecía disolverse en la alternancia de los rosas y los grises de la bóveda celeste y las conversaciones asimismo decrecían según las primeras sombras de la noche se imponían a tan poético espectáculo. Las graduales despedidas de los invitados daban paso en su acontecer a un ambiente de relativa intimidad que permitió a la anfitriona, tomando a su padre de la mano, acercarle al rincón de la terraza acristalada donde se hallaba intercambiando ideas con el joven poeta, ya largamente laureado por aquel entonces. Fue así como, sin haberlo programado, lograra éste ser presentado a quien veía como factor de éxito seguro para sus propósitos de divulgación y posterior comercialización de sus veinte poemarios. – Y bien, don Álvaro, todos hemos tenido oportunidad de admirar sus magníficos endecasílabos y sus sonetos verdaderamente prodigiosos; ahora díganos la forma en que ha logrado alcanzar


la perfección en tan breve tiempo, porque con seguridad no pasa Ud. de su tercera década. - De esta forma comenzó la primera entrevista que sostuviera el joven poeta madrileño con el editor de reconocido prestigio con quien todo autor novel soñaba para encomendarle sus trabajos. En realidad, creo que sobrevalora Ud. mis esfuerzos literarios y ello me hace agradecer su buena disposición a mi trabajo que, por otra parte, no me serviría para sobrevivir en este mundo ultrametalizado. Sí, es cierto que aún no cumplí los treinta años, pero llevo más de una década intentando madurar mis caprichos no siempre bien rimados. Sí, ya he advertido que se maneja Ud. mejor entre la métrica que muchos de sus contemporáneos; que el verso libre y el llamado verso blanco tienen escasa presencia en lo que lleva publicado, ¿no es así? – Me gusta rimar mis pensamientos. La rima da luz a mis ideas y de esta forma cuanto creas adquiere un mayor relucimiento.

¡Vaya con el brillante repentismo de nuestro invitado! - Batió palmas Nieves Altolaguirre, asistente silenciosa a la entrevista, al celebrar la feliz ocurrencia en la respuesta inesperada. - A eso llamaría yo predicar con el ejemplo, padre. – Y con magnífico ejemplo añadiría yo, - sentenció con entusiasmo el editor. Con la despedida de los últimos invitados terminaba la entrevista y comenzaba una larga y fructífera relación del joven poeta, muchas veces ya premiado, con la firma editorial que monopolizaría la difusión de su obra poética, hecho éste que indudablemente contribuyó al conocimiento de su producción en el universo cultural hispanohablante de la década. –

José Agustín Blanco Redondo. España La piel de la serpiente Primer Premio en el X Concurso de Cuentos Valentina Ventura. Excmo. Ayuntamiento de Tauste (Zaragoza), Abril de 2012 “El ron es una bebida muy de hombres.” Camilo José Cela

En mi otra vida fui una serpiente. Y aunque no creo poder explicar la razón de esta extraña convicción, estoy seguro de que en un pasado quizá no demasiado lejano habité bajo la piel de uno de estos reptiles. Tal vez no sea más que una intuición, un amago de lucidez que acaricia la mente con su brisa caprichosa, que nos hace creer en esas cosas que no vemos, que son inaudibles, que aún están por suceder y que en ocasiones se manifiestan en las esquinas más atezadas del subconsciente.


Pero lo verdaderamente importante es que conseguí lo que tanto deseaba. El jefe me reclamó en su despacho –era la primera vez que lo hacía en mis quince años de servicios a la empresa- y, tras cerrar él mismo la puerta, me pidió con una amabilidad inusitada que me pusiera cómodo, que me fumara uno de sus aromáticos puros habanos de edición limitada, que probara una copa de ese ron añejo de la República Dominicana que le traían de contrabando. Después de tanto agasajo, llegaron las preguntas. Unas preguntas que no tardé en contestar. Es más, resultó un verdadero placer satisfacer la curiosidad compulsiva de mi jefe. No en vano, sólo yo estaba presente cuando el manazas de Martínez borró por error todos los archivos informáticos de clientes, proveedores y operaciones mercantiles de los últimos seis meses. El muy estúpido no sabía qué hacer para subsanar aquella dramática metedura de pata. Recuerdo su rostro congestionado, su voz quebrada y sus manos. Unas manos empeñadas en tirar del pellejo arrimado a sus sienes. Yo me hice el despistado, como si no me hubiera dado cuenta de nada y me enfrasqué en la lectura de unos folletos de propaganda –material de oficina, folios, cartuchos de impresora y esas cosas- mientras tarareaba la última canción de Amaral. Me escabullí en cuanto pude con la excusa de tomarme un café amargo de esos que escupe la máquina de la sala de juntas y dejé a Martínez allí dentro, sin apoyo, sin ayuda, sin ningún consuelo, en una oficina trocada en cazuela donde aquel pobre desgraciado se consumía en la salsa de su propia angustia. Cuando terminé el minucioso relato de los hechos, sonreí satisfecho mientras el humo azulado del puro habano se retorcía sobre mi cabeza y el último trago de ron añejo ulceraba mi garganta agradecida. Tan sólo unas horas después de aquella entrevista y como por arte de alquimia, me convertí en el Subjefe de Negociado adscrito a la Subsección del Servicio dependiente del Departamento de archivos y registros. Un flamante puesto que me reportaría quizá dieciséis o diecisiete euros más al mes. Y desde entonces, cuando el sol declina sobre un horizonte quebrado de grises sucios y edificios anodinos de hormigón –cómo me gusta contemplar el atardecer desde la cristalera de mi despacho- me introduzco bajo la piel de la serpiente y deslizo mis escamas en silencio por los vericuetos de esta empresa, disfrutando del tacto rugoso de los archivadores, del frío metálico de las estanterías atestadas de papeles, del mullido lecho de las sillas ergonómicas; emboscándome al calor de los monitores y de las fotocopiadoras, vigilando con mis ojos sin párpados a los empleados, siempre atento a sus debilidades, a cualquier comentario, al más leve indicio de holganza, al acecho de cualquier error ajeno al que clavar mis colmillos henchidos de veneno. A la espera de cualquier desliz que logre catapultarme al tan ansiado puesto –unos catorce euros más al mes- de Jefe de Negociado.


Ana Martínez. España Llegué Después de una vida entera dedicado a la familia, a los 82 años, tras dos ictus y una rotura de fémur, por fin llegué. Nunca imaginé que el hospital donde me ingresaron el 1 de febrero de 2020 para la rehabilitación de la cadera estaba tan cerca de las puertas del paraíso, pero así es. 19 de marzo, debo de estar muerto. Hace tiempo que perdí el contacto con el exterior. Aislado en una habitación en la que ya nadie me visita, excepto esas extrañas figuras ataviadas con ropas blancas y escafandras que no dejan un milímetro de piel al descubierto. O quizá no tienen piel...ni sexo, solo dulces figuras que me hacen gestos para que me alimente antes de continuar viaje. Apenas oigo sus voces, ya no me pongo el audífono. Aquí no lo necesito, no hablo con nadie...o sí. Hoy uno de estos extraños y cálidos seres se acercó a dos metros de la cama donde yazgo y me enseñó una especie de pantalla donde aparecía la imagen de mi hija saludando, un marco extraño, como si se tratara de una fotografía animada. No pude distinguir muy bien. La parálisis del ojo izquierdo secuela del último infarto cerebral, no me permite enfocar, y aunque lo hiciera, sin lentes tampoco serviría de nada. Por si acaso, respondí moviendo mi mano. Apenas fueron unos segundos, una imagen onírica que ya apenas recuerdo. 15 de abril, me sacan de la habitación, debe ser que ya cruzo al otro lado. Me aplauden. Los ángeles me aplauden y me dicen adiós. Me acercan a una puerta que se abre tras la que aparece una figura que enseguida reconozco. Mi hija está ahí, fuera del cuadro donde la vi por última vez. ¿Qué hace ella aquí? Se me acerca, me abraza, lloramos. Sí, es ella. Empuja la silla de ruedas hacia la calle, me monta en el coche, llegamos al pueblo que dejé hace meses, bajamos del coche y entramos en el recinto del bloque de edificios donde vivo, reconozco el jardín. Me sorprende la cantidad de gente que veo en los balcones, se mueven saltan, agitan pañuelos azules con gomas en los extremos, y aplauden. Debe de ser alguna fiesta. Me ajusto el audífono que pita avisándome de que se acaban las pilas: -

¡Bravo Antonio! ¡Lo has conseguido! ¡Has podido con él! ¡Bienvenido Vecino!

Cruzo la puerta y estoy en casa. No entiendo nada.


Mª Manuela Septién Alfonso. Cuba-España Plumas peligrosas. Alicia pensaba que se había equivocado al casarse con Juan. Se sintió disgustada desde el momento en que él decidió pasar la luna de miel en Nigeria, a pesar de que ella manifestó desacuerdo desde el primer momento. No olvidaba el caso de Ron, su antiguo jefe, quien por motivos de trabajo viajaba a menudo a ese país. Regresó de uno de ellos con una extraña enfermedad en los ojos que estuvo a punto de dejarlo ciego de no haber sido por la experiencia que tenía el jefe del cuerpo de ingenieros. Sabía que en algunos países de Africa corría el riesgo de adquirir una enfermedad desconocida en España, que sin embargo en Inglaterra, por haber sido colonizadores en algunos de esos pueblos, tenían tratamientos para las mismas. Fue allí donde comprobaron que Ron tenía gusanos en los ojos. Estos bichos se escondían en las almohadas, lugar preferido por ellos, para alimentarse de los incautos inquilinos de los hoteles. Alicia no se sintió bien desde su regreso del viaje de novios. Sin razón aparente, estaba perdiendo fuerzas en todo su cuerpo hasta que llegó el día en que no pudo levantarse de la cama. Fue entonces que Juan recordó la historia que ella le había contado, y entrando abruptamente en el dormitorio, tiró con fuerza de la almohada sobre la que descansaba la cabeza de su mujer, y asiéndola fuertemente contra su cuerpo, corrió hasta el patio de la casa tirándola en el suelo. Con el cuchillo de cocina que llevaba en su mano derecha le dio un tajo partiéndola en dos. Las plumas volaron por el aire y los gusanos empezaron a dejarse ver. Juan no daba crédito a sus ojos, pero el desgraciado hombre no se percató de que algunas plumas que habían salido del interior de la almohada cayeron en su cuello, llevando con ellas los diminutos parásitos que se introdujeron suavemente en sus oídos, buscando un lugar para alimentarse. Jaime Jaramillo Escobar. Colombia, (1933 - ) Mamá negra. de: Antología africana de Alfonso Larrahona

Cundo Mamá-negra hablaba del Chocó, le brillaba la cadena de oro en el pescuezo, su largo pescuezo para beber agua en las totumas, para husmear el cielo, para chuparle la leche a los cocos. Su pescuezo largo para dar gritos de colores con los guacamayas, para hablar alto entre las vecinas, para ahogar la pena y, para besar su negro, que era alto hasta el techo. Su pescuezo flexible para mover la cabeza en los bailes, para reír en las bodas. Y para lucir la sombrilla y para lucir el habla. Mamá-negra tenía collares de gargantilla en los baúles, prendas blancas colgadas detrás del biombo de bambú. pendientes que se bamboleaban en sus orejas, y un abanico de plumas de ángel para revolver el aire. Su negro le traía mucho lujo del puerto cada vez que venían los barcos y la casa estaba llena de tintineantes cortinas de conchas y de abalorios, y de


caracoles para tener las puertas y para tener las ventanas. Mamá-negra consultaba el curandero a propósito del tabardillo, les prendía velas a los santos porque le gustaba la candela, tenía una abuela africana de la que nunca nos hablaba, y tenía una cosa envuelta en un pañuelo, un muñequito de madera con el que nunca nos dejaba jugar. Mamá-negra se subía la falda hasta más arriba de la rodilla para pisar el agua. Tenía una cola de sirena dividida en dos pies, y tenía también un secreto en un corazón, porque se ponía a bailar cuando oía el tambor del mapalé. Mamá-negra se movía como el mar entre una botella, de ella no se puede hablar sin conservar el ritmo y el taita le miraba los senos como si los hubiera encontrado en la playa. Senos como dos caracoles que le rompían la blusa, como si el sol saliera de ellos, unos senos más hermosos que las olas del Mar. Mamá-negra tenía una falda estrecha para cruzar las piernas, tenía un canto triste, como alarido de la tierra, no le picaba el aguardiente en el gaznate, y, si quería, se podía beber el cielo a pico de estrella. Mama-negra era un trozo de cosa dura untada de risa por fuera. Mi taita dijo que cuando muriera, iba a hacer una canoa con ella.

HABLEMOS DE Catorce decimistas cubanos del siglo XX, de Fredo Arias de la Canal. Frente de Afirmación Hispanista, A.C. México Por: Jerónimo Castillo. Argentina Desde la ciudad de México, con pie de imprenta en diciembre de 2016, y por un nuevo esfuerzo editorial del FRENTE DE AFIRMACIÓN HISPANISTA, A.C. nos llega este volumen que como su título dice, compendia la obra de catorce decimistas cubanos del siglo XX. La poesía, canal corriente y natural con que los poetas se expresan, como parte integrante de la lengua, cualquiera sea el idioma que se utilice, ha venido desde los inmemoriales tiempos en que comenzó a utilizarse como forma de comunicación, acompañando las mismas novaciones del habla de los pueblos, y donde más se constata es en la estructura que se ha utilizado, habiendo comenzado con pareados, luego cuartetos monorrimos, -usualmente practicado por los juglares que iban llevando las noticias de pueblo en pueblo, y para mejor recordar se apoyaban en la estructura consonantada-, pasando por distintas formas que han tendido a agregarle a la transmisión del mensaje que la misma implica, un permanente crecimiento en busca de la perfecta y elegante composición que tuvo su mayor relieve, en el caso del idioma castellano, durante el llamado Siglo de Oro español. Allí juegan controversia en la palestra el soneto y la lira, esta última de raigambre anterior, a lo que se suma, entre otras formas, la décima.


Si lo miramos a la luz de la poética que actualmente se practica, y a partir del versolibrismo, muy pocas formas consonantadas, con excepción del soneto, han prevalecido y su práctica ha ido disminuyendo con el tiempo. Sin embargo, en el corazón de las tres Américas, la isla de Cuba, esta forma poética mantiene todo su vigor, y tenemos prolíficos poetas decimistas con una exquisita y exuberante producción. Varios son los nombres que podríamos citar, pero como nuestra mirada está posada en la obra que está en nuestras manos, “CATORCE DECIMISTAS CUBANOS DEL SIGLO XX” nos es dable destacar que esta obra antológica, se transforma en un documento que testimonia la labor de doce poetas que han escrito en el siglo XX, y ya integran el Parnaso, pero su partida no ha significado olvido, a lo que se suman quienes aún nos acompañan, Francisco Henríquez Domínguez (1928) que rebasando ya los 90 años, sus frescos versos nos llegan con asiduidad desde su residencia en Miami, quien sigue firme en la brecha portando la bandera decimista con la maestría de los grandes y el entusiasmo que lo hace permanecer en la pléyade de poetas con una actualidad envidiable, y Lorenzo Virgilio Suárez Crespo (1943). Sus restantes compañeros antologados son: Pedro Guerra Rojas (19091977), Guillermo Sosa Curbelo (1915-2004), Ángel Valiente (19161987), Francisco Riverón Hernández (1917-1975), Rafael Rubiera (19201996), Norma Rodríguez (1921-1988), Jesús Orta Ruiz (Indio Naborí) – 1922-2002, Oscar Pérez Moro (1922-1986), Gustavo Tacoronte (19221980), Sergio Mederos Pérez (1924-2004), Darío Espina Pérez (19251996) y Pablo León Alonso (1927-2012). Hablar de la calidad poética de cada uno de estos poetas, si bien nos llevaría un mayor espacio, tendría un elemento común, que es poner de relieve la calidad de las décimas que el antólogo, Fredo Arias de la Canal, desde su México natal ha compendiado, lo que equivaldría a destacar un dechado de belleza expresiva en cada una de las poesías. Una obra literaria se compone de diversos elementos, comenzando por el paratexto donde se manifiesta un delicado diseño, las palabras del prólogo de Fredo Arias de la Canal, en este caso, que nos anticipan la verdadera dimensión de la poesía componente del libro, pero permítaseme destacar el esfuerzo editorial que el FRENTE DE AFIRMACIÓN HISPANISTA, A.C. ha realizado, máxime teniendo en cuenta que no se trata de poetas de su país, México, sino que bondadosamente extiende su mecenazgo a la obra de poetas de Cuba, que todos sabemos cuán difícil es para ellos acceder a libros impresos, y en este trabajo, rindiéndole un homenaje a quienes nos han dejado, tomando la posta de los antólogos cubanos que a veces no disponen de los medios para honrar a sus preclaros compañeros poetas que ya han partido. La inclusión de los dos nombrados que aún nos deleitan con sus trabajos, es una muestra que no todo es un recordatorio tanático, sino que se trata de equilibrar las calidades de la producción decimista de quienes han estado y están en la literatura castellana expresada en América. En nombre de quienes podemos deleitarnos en la lectura, el agradecimiento que se suma a los que el pueblo cubano seguramente


expresa ante esta muestra de bonhomía que Fredo Arias de la Canal pone en nuestras manos. Mester de Cantoría de Jorge Castañeda. Argentina Por: Jerónimo Castillo. Argentina El libro que hoy nos entrega Jorge Castañeda, el poeta rionegrino de Valcheta, no hace sino confirmar su calidad lírica, y desde la paz de su mirada, nos cuenta de sus vivencias, con un reflexivo lenguaje donde no existen innecesarios circunloquios, todo lo que rodea y que conjuntamente con el paisaje externo, va conformando su paisaje interno, en una simbiosis envidiable. Solitario luchador poético de esta parte de la Patagonia argentina, Castañeda ha caminado por el mundo a través de sus versos, a través de sus descripciones que le han otorgado un merecido lugar en las letras hispanohablantes. Es esta obra, un verdadero devenir aforístico por cuanto el autor recurre una y otra vez a la expresión conceptista, para lograr en pocas palabras, a veces en un pantallazo, un estado de situación y todo un compendio de enfoques poéticos con los que invita al lector a situarse en su mismo punto de observación. Hay momentos de su poética que nos enseña a mirar su cielo, sus pájaros, su paisaje, el viento patagónico que golpea de diferentes maneras el rostro de quien sale a beberlo. Solamente tres renglones y el poema está. No ha necesitado el autor de valerse de altisonancias en el vocablo. Usó la simpleza con la maestría que solamente los que han encontrado la fuerza interior de la palabra pueden hacerlo, ya sea para hablar de su yo interior, como para contarnos qué le dicen sus loradas al pasar volando, los atardeceres que sólo pueden ser vistos con los ojos del cariño hacia el terruño que lo contiene y que en Castañeda se encuentra en un caudal inmenso del que tomamos nota a través de su palabra. Si quisiéramos detenernos en la temática, encontramos una amplitud que va desde los sentimientos hacia sus seres queridos, su esposa, su hija, a las exquisitas pinturas de su Valcheta amado, pasando por un encadenado decir filosófico, con raíces en el pensamiento de los grandes de la humanidad, tanto los que han cultivado la palabra como quienes se detuvieron en la búsqueda de la razón primaria de las cosas. Este testimonio de la poesía madura con que Castañeda nos saluda, y que lo hace a modo de entrega de un documento notarial al decir que ha sido dado en Valcheta a los sesenta y cuatro años del autor, nos alienta a buscar los contenidos de las cosas simples, convirtiendo la obra del


poeta, en un dechado de verdades dichas como al pasar, pero con la profundidad que sólo los grandes pueden hacerlo. Adalberto Hechavarría. Cuba: “Dos al piano” (Música de fondo) Por: Isabel Díez Serrano. España Adalberto abre el libro con un poema de amor nada menos que a la Poesía, personalizándola como si de una bella muchacha se tratase: se desnuda sobre el papel/ se entrega/ sin temor a los riesgos. La poesía, le acompaña y la besa apasionadamente / con la esperanza/ de encontrar la pureza/ en sus ojos/ y multiplicarse/ en cada hijo. Por hijo, entendemos nuevo poema. Todos hemos cantado a la poesía, pero esta forma de tratarla Adalberto me semeja una forma diferente, muy íntima, de un auténtico amor y rigor al tiempo, palabras sencillas, directas y escasas. Para qué más... Adalberto Hechavarría en esta “Música de fondo” que incluye PIANO PARA DOS, se nos presenta con el verso corto y libre, libre pero bien timbrado, ya que la libertad en poesía no significa ausencia de ritmo, que lo tiene. Se nos antoja de fácil lectura cuando nos encontramos con este tipo de poesía dúctil pero como un “alucinado planeta” cruza la luz con un infinito gozo: “La cuestión es el tiempo”, dice Hechavarría. Se siente poeta milenario y no sabe cuánto queda por decir, si tanto se ha dicho ya, ese misterio, esas interrogaciones, esos millones de bocas cantando al universo. Poeta inevitablemente cósmico, sí, si siente que la luz le ha llegado, la toma, la pasea y oscila como el péndulo. Su corazón se le adentra en el poema y el ritmo toca, baila con la poesía con limpieza, con sus bellas imágenes. Aparece la culpa, que siempre nos pregunta, nos cuestiona, nos inquieta, y tiene gran importancia la sustancia del sueño, del soñar. El poeta también se sabe punto y final cuando, así como si nada, dice: “ en las noches me baño de luna” ¡qué belleza!, la que también es mía y del amigo Lorca, luna de todos y para todos. Declarando en todo momento su amor por la poesía quiso llevarle el temblor de una rosa en los labios por decirle/ sin voz/ lo que ya sabe. Siente como poeta, que “el instante” es algo mortal como los humanos: Los ángeles no saben del instante Los hombres lo desprecian. Casi lloran su fuga... Mudo porque solo escucha las músicas y ritmos que le da el mar, la armonía de la sangre, dice Adalberto, acoplada como esas gigantes orquestas/... para desde mí/ saltar al mundo.


Bello poema dedicado a Lezama Lima cuya palabra cristaliza en los sueños, seductora, y un dios invisible cantando su sabiduría; algunos jóvenes—piensa—hacen brotar retoños como endechas/ con sabor a trópico y otros, se extravían entre las ramas secas de sus gritos y se quedan hechizados para siempre. Siente tristeza por los pobres poemas olvidados. Y allá a lo lejos, como viajero incontenible siente una fuerza – dice—inexplicable, que le ata a la tierra de la isla, su isla, su mundo donde crea y nace de nuevo. Bienvenido el nuevo hijo de Adalberto Hechavarría que conoce todos los ritmos de la Poesía clásica, como el soneto, la lira, la décima y glosa, pero que ahora ha tenido el gusto de variar a lo que mal llamamos poesía libre..., o blanca, sí, pero bien orquestada. ¡Felicidades! Teresa Fonseca. Cuba: “Dos al piano” Sonata del recuerdo Por Isabel Díez Serrano. España Teresa Fonseca en este espacio que le ha dado en llamar “Sonata del recuerdo”, ha querido acompañar a su esposo y poeta: Adalberto Hechavarría en estos pasos de la poesía y en ella van sus imágenes vividas, imágenes del recuerdo añorando los momentos cotidianos. Teresa cumple también en esta entrega, su voz limpia y de forma libre sin sujeciones a ninguna norma preestablecida pero consciente de que la poesía tiene palabra y ritmo y en este caso sería el ritmo de su corazón, suave, sin estridencias, con los altos y bajos propios de una existencia, una experiencia de vida. Melancólica su voz en el principio, añorante de cosas que ha podido ser, o tener; el olor de la madre que de pronto llena el espacio con su ternura, de forma que, al sentirla cerca, puede hasta dormirse junto a ella. Esa soledad tan cantada por todos los poetas y escapa el contenido sollozo como gotas de lluvia. Unida a la naturaleza, un deseo grande del abrazo cuando vuelvan a unirse las ramas del árbol “deseo de fundir amaneceres/ que broten las semillas” Como poeta que es, está siempre atenta a la Sabiduría que le alegra la imaginación. Teresa Fonseca nos presenta a Pablo Neruda cuando nos recuerda “un país en el cielo con las supersticiosas alfombras del arco iris” que diseminan los matices desde las alturas mostrando un fulgor en todo el universo. La poeta nos acerca a la poesía que para ella es “expresión del sentimiento”,-- ya lo decía Machado--, abarca lo dicho y por decir, lo grandioso y lo intrascendente, los ramos de aromas que florecen en el corazón de quien se sienta aludido. Una estrella, sabe que la conduce pero a la vez queda estupefacta sin saber qué rumbo tomar; ahí está el incierto camino del hombre que ha de tomar siempre el camino de la estrella que más luce, la estrella de Dios; la luz continua y eterna


que ilumina el camino, nuestra alma y el esqueleto entero. Agarremos esa estrella por un rincón del ala y hagámosla nuestra para siempre, no dudes, no titubees y veamos el cielo como lo vio Martí, con sus ojos de oro; la poesía en este caso el poema, le impregna fortaleza igual que la piedra dorada. Las noches serenas, la naturaleza, el tiempo, el amor, la claridad o la eternidad. A pesar del desahogo o la catarsis que puede proporcionar la poesía, Teresa Fonseca se siente presa de los sentimientos y las lágrimas le cubren su interior y éstos a veces, se derrumban al sentir frialdad y se pregunta ¿dónde confiar?, el amor todo lo aminora, comprende, enciende, adormece. ¡Benditas horas que nos trae el amor! Bravo Teresa, has aprendido bien, sencillamente clara y serena vuelcas tus inquietudes y te haces miles de preguntas, a pesar de algunos sinsabores o cuestiones sin resolver que te ha correspondido vivir y nos muestras en “Espacio para dos”, siendo tu esposo, querido esposo Adalberto Hechavarría, quien te cede el espacio, para hacer, como si de la carne se tratase “dos en uno”, sigue sus pasos porque ambos, vais rectamente encaminados al Bien, la Sabiduría cotidiana y la trascendencia, que viene sin remedio y que atrapa a todo buen poeta. Y juntos los dos, en el mismo piano, en la misma barca ¿Hay cosa más deseable y plena? ¡Felicidades amiga, ha sido un placer! Isabel Díez Serrano. “Me contaron un cantar” Por: Loli Benítez Molina. España. Llegó a mis manos como lo hacen las grandes sorpresas, de manera inesperada, lo que engrandece el momento aún más. Isabel Díez Serrano, esta vez, nos deleita con esas décimas de pie quebrado, y lo hace con esa LUZ que solo los grandes y escogidos poseen. Una LUZ que irradia belleza y bondad a raudales, tan necesarias estos días. Personas como ella son las que alumbran el mundo y dan sentido a la existencia, pues tienen ese don especial, que los hace únicos. De Isabel emana una grandeza de espíritu que sale de su corazón y de su mano para dar forma a estos ramilletes de versos divinos, conexión, sine qua non, para tocar lo sublime. Como suele decirse “lo que queda escrito permanece”. Isabel Díez Serrano permanecerá en la cumbre de los grandes POETAS. “El poeta no pide admiración, manifiesta Jean Cocteau, él quiere ser creído”. Así en LA HUELLA QUE ME PERSIGUE…ejemplo de lo expuesto dice: “Y para sumar más puntos / eligen a la más bella, / sea polvo o sea huella / que duerma con serafines / mientras tocan a maitines / soñando con una estrella” //.


Para los sueños no hay distancias ni obstáculos, palabras, que ya superó con creces, esta magnífica poeta, como así lo demuestra con su prolífica obra. “No amaste, a ti yo no me uno / que solo el Amor nos salva / desde la noche hasta el alba…”. No hay más enseñanza que esta, de la que Isabel es sumamente consciente y así lo muestra. Con soltura y gallarda lozanía nos enseña a lidiar con la vida en: SIEMPRE PENSÉ QUE LA VIDA… “de qué te sirve sufrir / si todos hemos de ir / allá donde nos esperan, / los que son y los que eran, / qué le importa al devenir” //. La poesía de Isabel Díez Serrano es de ancho aliento, muy auténtica, muy sincera, brotada del oleaje de la vida y por él bañada. “Poetas son todos los que aman, refiere James Bailey, los que sienten grandes verdades, y les digo, la verdad de verdades es el amor”. Su poesía dejará su impronta en el lector de hoy y de mañana. Sabiduría llena de sentimiento y LUZ, que sabe transmitir con mayúsculas, convierten a ISABEL DÍEZ SERRANO en una aclamada poeta digna de los más sonoros aplausos. Con mi más sincera admiración, vaya aquí mi aclamación. El tango en los años 40-50. Por Elvira Levy. Argentina

Los

poetas

y

sus

letras.

ANTES DE PIAZZOLA SINFÓNICO Verano, media noche. La radio encendida y – en una única emisora que los emite en la ciudad de Buenos Aires (¡increíble, verdad?)- escucho los viejos tangos que desde la niñez aún habitan en mi memoria, cuando en mi casa mis hermanas mayores los cantaban y bailaban. Es extraño mas, ahora en la madurez de la vida, afloran muy vívidos aquellos recuerdos. Incluso, siento que debo sacarlos a la luz para que aprecien la belleza de las letras y la música del tango. El romanticismo en el tango de los años 40 y 50. Los poetas y sus letras. Tras el tema del mundo de los cuchilleros y la nostalgia por los cambios de la ciudad amada (retomado luego por Borges), aparece en forma casi unánime el tango sentimental cuyo elemento principal es el amor en todas sus facetas: la revelación, pleno de alegría por el reencuentro, el desamor o el abandono, la pasión encendida y/o malsana que lleva al amante hasta el paroxismo, la venganza, el dramatismo y/o el desprecio a la mujer ante el paso del tiempo, son algunos de los subtemas cantados


en los años 40 y 50 del siglo pasado (incluso por Carlos Gardel y algunos de sus contemporáneos). Tangos que fueron interpretados por las famosísimas orquestas de Aníbal Troilo, Osvaldo Fresedo, Carlos Di Sarli, Ángel D’Agostino y otros que, junto con sus cantantes, eran las máximas estrellas de la época que colmaban las salas del Centro de la ciudad y de los clubes barriales. Hecho también que ocurrió con la orquesta espectáculo de Mariano Mores (a la manera de Las Vegas) y/o con el candombe (argentino o uruguayo), que solían gritar el amor o el desamor en la pareja negra. Dada la necesaria brevedad de esta nota, me limitaré a unos ejemplos tal como la orquesta de Aníbal Troilo, bandoneista precoz que siempre se mantuvo en la cresta de la fama por la excelencia de sus ejecutantes, la elección de las piezas y sus cantantes; sobre todo, por la innovación musical contando con la impronta de un joven arreglador: Astor Piazzola. En cuanto a los autores que escribieron las letras más bellas, transcribiré algunas llenas de dramatismo, otras de nostalgia por el tiempo ido (de las primeras décadas de 1900), que tomaron forma de un itinerario que la sociedad actual aún puede percibir y disfrutar en las viejas y nuevas versiones. Citaré unos fragmentos de tangos emblemáticos que aún permanecen en la memoria ciudadana y que, favorecidos por jóvenes intérpretes y el buen gusto del público, se recuperan en nuevas interpretaciones: Sur, Naranjo en flor, Pasional, Uno. Homero Manzi, joven provinciano enamorado de la gran ciudad, magnífico letrista que indagó en los versos de grandes poetas para luego ofrecernos una poesía bella, profunda, nada vulgar, armónica, algunas veces con cierto tinte social. Jamás utilizó los modismos lunfardos (argot de Buenos Aires) de otros autores. No, más bien se acercó a Rubén Darío y apeló a la metáfora incluso surrealista. Tuvo una mirada plena de ternura y compasión hacia sus congéneres y las cosas que los rodeaban. He aquí un fragmento de su tango Sur (1948) (...) Pompeya más allá la inundación/ tu melena de novia en el recuerdo/ y tu nombre florando en el adiós./ La esquina del herrero, barro y pampa,/ tu casa, tu vereda y el zanjón./Y un perfume de yuyos y de alfalfa/ que me llena de nuevo el corazón. (…) Síntesis del barrio de Pompeya que recorría constantemente y que nunca volverá. Otras obras como Fruta amarga, Torrente, Después, Ninguna, Fuimos, acreditan la valía de este poeta. Virgilio y Homero Expósito son dos autores que, pese al tiempo transcurrido, continúan ganando adeptos y nuevos cantantes con su tango canción “Naranjo en flor”, cuyo primer fragmento detallaré a continuación:


Era más blanda que el agua/que el agua blanda./ Era más fresca que el río,/ naranjo en flor./ Y en esa calle de estío,/ calle perdida,/ dejó un pedazo de vida/ y se marchó. Primero hay que saber sufrir/ después amar, después partir./ Y al fin andar sin pensamiento./ Perfume de naranjo en flor, /promesas vanas de un amor / que se escaparon en el viento. (…) Dolor de vieja arboleda/ canción de esquina/ con un pedazo de vida./ Naranjo en flor.(…) La aparente sencillez de estos versos alude a una profunda reflexión sobre la vida. Pasional, tango pleno de pesadumbre ante la pérdida del amor, fue presentado por sus autores Jorge Caldara y Mario Soto en 1951 y constituyó un éxito enorme, requerido por el público, sobre todo por la particular interpretación del cantante Alberto Morán. He aquí su inicio: No sabrás, nunca sabrás/ lo que es morir,/ mil veces de ansiedad, nunca ./ No podrás nunca entender/lo que es amar y enloquecer./ Tus labios que queman,/ tus besos que embriagan/ y que torturan mi razón./ Sé que me hacen arder/ que encienden el pecho de pasión.(…) Finalizo con el célebre Uno, de Enrique S. Discépolo y Mariano Mores, cuyos primeros versos son los siguientes: Uno busca lleno de esperanzas/ el camino que los sueños/ prometieron a sus ansias./ Sabe que la lucha es cruel y es mucha/ pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina/ Uno va arrastrándose entre espinas/ y en su afán de dar su amor./ Sufre y se destroza hasta entender/ que uno se ha quedado sin corazón.(…) Como hemos visto, el tango es algo más que un baile, es una filosofía de vida; demostración cabal del dolor cuando se empecina con nosotros; filosofía de barrio que nos incumbe sin meditar: profundo dolor existencial que nos aflige a todos los seres humanos. Buenos Aires, enero de 2020. Isabel Díez Serrano o El manantial de décimas...ME CONTARON UN CANTAR, Glosas a coplas de Fredo Arias y otros autores, Ediciones Deslinde, Madrid 2019,Por: Carlos Benítez Villodres. Málaga -España Cuando las bellas creaciones poéticas de Isabel Díez Serrano se alían con el afecto de una amistad transparente y la admiración que este comentarista siente por la autora, escribir sobre una obra suya que merece aún más resonancia que la que ya tiene, es una delectación tan entrañable que muy pocos la disfrutan en su caminar cotidiano. Por eso, lleno mi psique de entusiasmo y doy a conocer a los posibles lectores el mundo real de este poemario de una actualidad total.


Magistral y de necesaria lectura es este libro que nos da a conocer, en las exposiciones de su creadora, los sentimientos, pensamientos, reflexiones... de esta poeta en continua catarsis con la poesía, como compromiso leal y fructífero con el presente, de cuya sangre, como sabemos, ya se está alimentando el mañana. La poesía de la poeta madrileña, afincada en San Lorenzo de El Escorial, Isabel Díez Serrano es inmensamente profunda, auténtica, y sin adornos superfluos. Una poesía, la suya, desprovista de ese ropaje que oculta la esencia de aquello que brota en los incontables valles y llanuras afortunadas por su capacidad productiva, creadora, allá en los interiores de su ser pletóricos de ingenio, vivacidad y claridades. En definitiva, la poesía de Isabel Díez tiene, desde sus raíces, un ímpetu que nada ni nadie han podido amansar. Sí. Nuestra poeta irradia tal energía, percibida también, con suma integridad y pureza, en sus versos, como es habitual en aquellas personas, poetas que aman la poesía por encima de todo cuanto en el mundo existe. Energía esta que nos envuelve, nos penetra, nos colma de ese entusiasmo y valor del guerrero de la positividad, tan cálidos como transparentes y maravillosos, que todos los humanos anhelamos poseerlos y ejercitarlos por los caminos de la vida..., impregnándonos, al mismo tiempo, de ese encanto que nos transforma en soles capaces de sentir los inaudibles latidos de la beldad en aquello que sucede o hace acto de presencia en el orbe, pero que es inapreciable o indiferente para la mayoría de los hombres y mujeres por diminuto o cotidiano. “Me contaron un cantar” está escrito en décimas (318) arracimadas en 80 glosas. Los versos que inician estas glosas son de: mis queridos amigos poetas admirados Fredo Arias, Francisco Henríquez, Clara Lecuona, la propia autora... La décima es un tipo de estrofa utilizada frecuentemente dentro de la poesía popular española e hispanoamericana (Cuba, México, Chile…), particularmente dentro de la improvisación (payas), y su denominación se debe a que está constituida por estrofas de diez versos octosílabos, con rima consonante. La décima espinela es una estrofa de diez versos octosílabos creada por el músico y poeta del Siglo de Oro Vicente Martínez Espinel (Ronda, Málaga, 1550 / Madrid, 1624), en el año 1591. Este ilustre rondeño publicó la primera edición de su libro “Diversas Rimas”, en dicho año. En su memoria, el primer Instituto de Bachillerato de la provincia de Málaga, situado en la calle Gaona de dicha ciudad, lleva su nombre desde 1956. Antecede a las glosas, “Pórtico”, escrito por Isabel Díez Serrano. En él, nos refiere que “tiene la glosa una belleza formidable, es como un cuadro que comienza con los primeros trazos de un pintor y la pintura debe ser acabada por otro artista de mano segura, artífice que ofrece la


obra de arte y donde abre la glosa el universo trascendental y transgresor que la sostiene”. “La glosa soberbia y galante va en las sendas de la cubanía”, prólogo de Odalys Leyva Rosabal a “Parnaso de la Glosa Cubana” (Endymión, Madrid 2019). Isabel Díez Serrano es una poeta inimitable, una poeta múltiple, una poeta crítica, una poeta superior. Sí, nuestra poeta es una figura prominente de la vanguardia poética internacional. Díez Serrano, que es tan perceptiva a nivel sensorial e introspectivo, por naturaleza, como ingeniosa y penetrante y metafísica con la palabra, desarrolla su trayectoria madura entre sus calidades íntimas y el arte conceptual de la poesía. En esta obra, nuestra poeta, canta a la vida, al amor, desde el gozo y el lamento líricos, y a los recuerdos, a la angustia existencial y a la belleza, a ciertos poetas amigos y a los sueños… De la poética de Isabel Díez, se deduce que la poesía es una forma de encontrarse la poeta consigo misma, con el mundo y con los demás seres que en él vivimos. Para nuestra poeta, la poesía no es algo que se ve o se mira, sino la luz que nos permite ver y mirar. Y lo que vemos y miramos es nuestros adentros o la vida. Es decir, ver y mirar y observar lo que la mayoría no ve, ni mira, ni observa..., captándolo, entendiéndolo y asimilándolo para, después, darle forma y contenido con un lenguaje poético bello, fluido y caudaloso. Esta expresión del contenido es plenamente estética y expresiva, sorprendente y rítmica…, es decir, totalmente sustancial. Todo ello le permite a nuestra admirada poeta comunicarse con el lector. Isabel Díez Serrano se expresa en “Me contaron un cantar” con una transparencia total. Esta forma de manifestarse posee una intensidad expresiva en constante ascensión, una belleza que sorprende, que atrae, un sincronismo sinfónico absolutamente cálido y penetrante y una tensión poética que proporciona al lector los estímulos vitales, en sus esencias y matizaciones, para seguir caminando. Para Isabel, la décima es el poema más musical y perfecto del mundo. Escribir una o más décimas es producto de un enorme trabajo, pero maravilloso que proporciona grandes satisfacciones a quien lo realice. La espinela usa imágenes y metáforas, y leerlas asiduamente obliga a una reflexión sistemática no solamente lingüística en términos formales, sino que también interpretativa, que nos hace conscientes de lo que significa el uso del lenguaje. El lector que lee décimas se prepara en el método de la hermenéutica y, al conocerla, se adentra en todos los campos que conciernen la interpretación del significado. La diferencia entre un lector en sus inicios y otro más sofisticado es sobre todo el método, la capacidad de contextualizar y aclarar las cosas que consideramos ambiguas y de doble sentido.


En homenaje a la genial poeta Isabel Díez Serrano escribí la siguiente espinela y éste soneto que a continuación transcribo: PARA ISABEL DÍEZ SERRANO, O EL AMOR A LA DÉCIMA Me encuentro en el paraíso de Isabel Díez Serrano, luz y paz para el hermano que en mi caminar preciso. Desde tus versos, diviso tu bondad, que me enamora, al elevarse tu aurora sobre mi vida engendrada por el sol de tu mirada pura que mi alma atesora. PARA ISABEL DÍEZ SERRANO Luz increada es el alimento que damos a los versos transparentes creados, con prodigios, de simientes feraces que se yerguen como aliento. Con tus poemas vibra mi aposento, donde atesoro tus fluidas fuentes de oro, de sol, con luces sorprendentes, que activa mi rosal en un momento. Oh mi amiga Isabel, fruto en armonía rítmica que ilumina mi camino, con el mágico sol de tu valía. Eres mi gran amiga, en mi destino de poeta rebelde y sin sombría, que le canta a tu río cristalino. LA PANDEMIA, POR FRANCISCO HENRÍQUEZ CONSEJO A CORONAVIRUS Coronavirus que nos descoronas, si sigues avanzando por el mundo abrirás un hoyanco tan profundo que tragará millones de personas. ¿Por qué no te detienes y razonas? ¡Bastaría el espacio de un segundo para ver que en tu gesto lo iracundo


de nada ayudará y bastante enconas. Consúltese los hombres de academia y todos nos dirán que esa pandemia jamás ha de aceptársele inter nos. Mas si todo en la vida Dios lo manda muy poco ha de valer mi propaganda contra la ingente voluntad de Dios. Palabras más buscadas en el Diccionario de la R.A.E. durante la cuarentena: Por: Julia Sáez Angulo y Dolores Gallardo de LA MIRADA ACTUAL. España Más de 84 millones de personas han visitado el DLE en marzo. La RAE lanza en redes sociales la campaña #QueLasLetrasTeAcompañen. L.M.A. 8 de abril de 2020 .Pandemia, cuarentena, confinar, resiliencia, epidemia, virus, triaje o cuidar son algunas de las palabras más buscadas en el Diccionario de la lengua española (DLE) durante el último mes, en el que ha recibido más de 84 millones de visitas (casi 3 millones diarios). Los términos relacionados con la crisis del COVID-19 que generan más visitas al DLE indican una tendencia informativa clara: la gente quiere saber los significados que acompañan a esta nueva realidad. Pero también registran que existe un anhelo de palabras de aliento o que ofrezcan seguridad. Es por ello que entre confinado, morgue o moratoria, nos encontramos palabras como médico, inocuo, remitir, solidaridad, esperanza, altruismo o resistir. Todas ellas, tanto las que tienen una connotación negativa como positiva en estos tiempos, copan los primeros puestos en las consultas del último mes. El confinamiento, su contingencia, el significado de estado o las moratorias se mezclan en las búsquedas con términos médicos: asintomático, infestar, disnea, enfermedad, infectar, intubar, afectar o hipocondría. También otras palabras más específicas, como mascarilla o pangolín, han recibido un número superior de visitas. Pero, además, han sido varias las palabras no presentes en el diccionario relacionadas con la actualidad que se han buscado especialmente: coronavirus, ERTE, sanitizar, videollamada, nasobuco o cuarentenar. En el caso de ERTE, ya tiene entrada propia en el Diccionario del español jurídico. Por otra parte, se han recibido múltiples consultas (vía Twitter) sobre palabras como coronavirus (origen, escritura correcta, muerte por/con coronavirus…), pandemia (diferencia entre pandemia y epidemia, si es redundante decir pandemia global y pandemia mundial), COVID-19 (escritura, género, pronunciación), cuarentena (si debe ser


necesariamente de cuarenta días), sanitizar (sobre su validez) o triaje (si es con g o con j). «Que las letras te acompañen»: la iniciativa de la RAE en redes sociales para compartir palabras que reconfortan. La Real Academia Española ha puesto en marcha una iniciativa en sus redes sociales para compartir las palabras que nos acompañan en estos tiempos difíciles y que nos reconfortan ante la incertidumbre. Bajo la etiqueta #QueLasLetrasTeAcompañen, se repasan todas las letras del abecedario, con una grafía especial, y se proponen palabras curiosas que tiene un don compartido: hacernos sentir mejor. Día a día, letra a letra y palabra a palabra, en busca de la participación de todos aquellos que quieran compartir en Twitter, Instagram o Facebook ese aliento que proporciona la riqueza de nuestra lengua. Apapachar (se usa en algunas zonas con el significado ‘dar abrazos’), brezar (‘acunar a alguien o mecer algo’), dingolondangos (‘expresiones cariñosas, mimos, halagos, arrumacos’) o esplendente son algunas de las palabras que se han propuesto desde la RAE y que se han sumado a las que los propios usuarios nos han hecho llegar, como abrazar, besar, familia, etc .

NOTICIAS

Edita: Me contaron un cantar: Música y voces de glosas a las coplas de Fredo Arias de la Canal. Deslinde, Octubre 2019 Ese violín que llevo dentro. Edic. Endymion Febrero 2020,


PERLAS MAESTRAS La lectura vuelve al hombre completo. La conversación lo vuelve ágil. La escritura lo vuelve preciso. Francis Bacon Al amor, como a una cerámica, cundo se rompe, aunque se reconstruya, se le conocen las cicatrices. Proverbio griego La verdad, aunque fea en sí misma, es siempre curiosa y hermosa para los solicitantes que van tras ella. Agatha Christie Es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar dudas definitivamente. Anónimo Tus fuerzas naturales, las que están dentro de ti, serán las que curarán tus enfermedades. Hipócrates Estar solo no tiene nada que ver con cuántas personas hay alrededor. Richard Yates La pintura es la poesía silenciosa. La Poesía lleva además el regalo de la palabra. Simónides No se debe de juzgar el mérito de un hombre por sus cualidades, sino por el uso que sabe hacer de ellas. F. De La. Rochefoucauld ¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos? F. Nietzsche De cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa. Antonio Machado Las grandes mentes, hablan de ideas; las mentes medianas, hablan de hechos, las mentes pequeñas hablan de la gente. Eleanor Roosevelt


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