Medicina antroposófica una introducción

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MEDICINA ANTROPOSÓFICA UNA INTRODUCCIÓN

Autor: Dr. Carlos de Quero Kops Especialista en Medicina General de Familia y Comunitaria Medicinas complementarias Leonor Servera 10 E-07590 Cala Ratjada


ANTROPOSOFÍA COMO CIENCIA HUMANÍSTICA, COMO CIENCIA ESPIRITUAL La medicina antroposófica se entiende como una ampliación de la medicina convencional y académica, cuyo origen está en las ciencias naturales. Y esta ampliación está basada en el conocimiento antroposófico. La ciencia espiritual de orientación antroposófica fue inaugurada por Rudolf Steiner (1861-1925). A raíz de su trabajo con la edición de las obras de Goethe, se dedicó a desarrollar el método científico-natural de Goethe en el campo de la investigación espiritual. Él introdujo la síntesis del pensamiento evolutivo de Darwin y Haeckel y la teoría de la metamorfosis de Goethe con la evolución física y espiritual del ser humano y del cosmos. Él entendía la ciencia espiritual de orientación antroposófica como una evolución consecuente del humanismo occidental, sobre todo de la filosofía antigua de Platón y Aristóteles y del idealismo alemán representado por Goethe, Schiller, Fichte, Hegel y Schelling.


Dicho esto, ya podemos vislumbrar el conflicto que surge con las corrientes de su tiempo, cuando empieza a implantarse una visión materialista en todos los aspectos de la vida humana, que a nivel científico culmina en el reduccionismo. Éste reduce la biología a lo que por métodos físicos y químicos se puede explicar. Un precursor de ésta visión en el siglo XVIII es Renè Descartes con su postulado de “l’homme machine”. En el siglo XIX son Emil Du Boi-Reymond y Hermann von Helmholtz quienes postulan que no existe otra verdad más que aquella que en el organismo no existen otras fuerzas actuantes que las físicoquímicas. El biólogo Thomas Huxley utiliza este postulado como lema del agnosticismo moderno que él introduce. En los albores del siglo XX es Rudolf Virchow quien asevera que la medicina moderna define su punto de vista como mecanicista y fija su meta en determinar una física de los organismos.


Según él la medicina moderna demuestra que la vida es solamente una expresión de la suma de fenómenos que se realizan según las leyes de la física y de la química. Este enfoque es el que actualmente está muy enraizado en la ciencia natural moderna y conlleva a la convicción de que todas las formas de vida de la naturaleza están causadas por la interrelación entre sus partículas (células, moléculas, átomos y partículas subatómicas). Esto no se encuentra en contradicción con el punto de vista antroposófico, ya que este enfoque moderno es justamente aplicable a las fuerzas formadoras de los cristales y de la materia mineral, cuya forma física es invariable en el tiempo. Pero por encima de esta forma física existe aquélla que está involucrada en la formación de los seres vegetales, añadiendo a la forma física una forma temporal. Un tercer tipo de fuerzas formadoras atañe a los animales.


Éstas agregan a la forma espacial de los minerales y a la forma temporal de las plantas, una interioridad. De manera que pueda aparecer una relación entre lo interior y lo exterior y a la vez forma una constitución interior (que es independiente del entorno, con una circulación cerrada, con posibilidad de deambulación, con capacidad de relacionarse con el entorno a través de órganos de los sentidos y los miembros y con un sistema nervioso interconectado interiormente). Finalmente encontramos un cuarto tipo de fuerzas formadoras responsables de la formación de la constitución humana. Ésta no solo dispone de una interioridad, de una receptividad interior y puede realizar movimientos voluntarios, sino que con ayuda del pensar puede comprender conceptos generales y leyes y así reflexionar acerca de sus propias percepciones y de sus propios actos y de esta forma poder realizar las facultades humanas de la verdad, la libertad y de dar sentido a las cosas.


RUDOLF STEINER - ITA WEGMAN


El filósofo Rudolf Steiner y la doctora Ita Wegman (1876-1943) inauguran a partir de 1920 junto con otros 30 médicos la medicina antroposófica. La medicina antroposófica tiene su base en la medicina científico-natural, ampliándola en lo vital, en lo sensible y en lo espiritual del ser humano a nivel de diagnóstico y tratamiento. Pretende ampliar el principio convencional de la medicina que actúa supresivamente sobre las manifestaciones patológicas, reactivando las fuerzas de curación del organismo. La medicina antroposófica se entiende a sí misma como un sistema terapéutico integral que amplía la medicina convencional. En la revista científica “The Lancet” se publicó recientemente un estudio en el cual se describe sucintamente a los médicos antroposóficos del siguiente modo: “anthroposophical doctors restrict the use of antibiotics, antipyretics and vaccinations” (1.5.1999, 353, pp. 1485-1488).


Como consecuencia de este comportamiento, se demuestra en este estudio, que los niños tratados de esta forma ni siquiera tenían la mitad de probabilidad de padecer enfermedades atópicas (fiebre del heno, asma, eczemas) que el resto de la población. Por primera vez se reconoce la pauta pediátrica de los médicos antroposóficos. El ser humano y los reinos de la naturaleza tienen un parentesco por su evolución común. Desde las sustancias del mundo inorgánico, del mundo mineral forman las plantas, los animales y el ser humano su cuerpo físico. Este cuerpo físico de todos los organismos vivos se puede medir, pesar y cuantificar. Puede ser descrito por los métodos de la investigación científiconatural. En este punto se hace omisión a que la organización física surge de los procesos evolutivos vitales.


Es a partir del momento de la muerte cuando el cuerpo físico, ya sin vida sigue tan solo a las leyes de la física y la química, por las cuales está formado. El cuerpo físico se corresponde en la naturaleza con el reino mineral. Es la vida, son los procesos vitales, los que impiden continuamente el decaimiento del cuerpo físico. Este cuerpo vital o cuerpo etérico, corresponde en la naturaleza al reino vegetal. Las leyes de la herencia, del crecimiento, regeneración y reproducción, son características del cuerpo etérico, además de los procesos determinados por el tiempo y dependientes del tiempo (cronobiológicos). Cada organismo posee una estructura cronológica específica que es tan característica como lo es la forma del cuerpo físico en el espacio.


Animales y seres humanos no sólo siguen las leyes del tiempo y del espacio, sino que además poseen una vida interior. Allí donde vida anímica se hace sentir,dónde conciencia se manifiesta, encontramos la transformación de la vida vegetal a la animal. La planta que sólo posee cuerpo físico y etérico, tiene un metabolismo asimilante, anabólico. El animal y el ser humano deben su vivacidad anímica y su movilidad y la capacidad de emitir sonidos, a la respiración, la cual posibilita los procesos oxidativos y catabólicos. Por ello disponen animal y ser humano de otro miembro específico, el cuerpo anímico o astral.


Lo que finalmente distingue al ser humano del animal es aquéllo que en la antroposofía se denomina la organización del yo. Ésta es el vehículo de la conciencia individual, a la cual está unida la capacidad de autodeterminación y la facultad para aprender a lo largo de toda la vida. Así como los animales viven limitados por el instinto, el ser humano posee la capacidad de aprender a controlar los impulsos y a disponer de ellos libremente.


Mientras más sano sea el ser humano, más capaz será de presentar y exponer su esencia en los cuatro miembros (el cuerpo físico, el cuerpo etérico, el cuerpo astral y el yo). Enfermedad significa una dominancia de los procesos naturales, donde uno o varios miembros no se encuentran en armonía con los demás. Como vimos anteriormente, por la evolución común de la naturaleza y el ser humano, actúan en el organismo las leyes del reino mineral, del reino vegetal y reino animal. La organización del yo integra continuamente durante la vida las leyes del mundo exterior en nuestra organización, humanizándolas.


MEDICAMENTOS La medicación antroposófica se basa en la mencionada relación con los reinos de la naturaleza. Medicamentos cuyo origen son los minerales y preparados según el procedimiento homeopático, tienen un efecto directo sobre la organización del yo, apoyándola en su intención de dominar al cuerpo físico integrando los diversos procesos orgánicos. Medicamentos de origen vegetal actúan primordialmente sobre el cuerpo astral, sobre la actividad anímica y regulan su relación con los procesos vitales del cuerpo etérico. Medicamentos de origen animal actúan directamente sobre los procesos vitales del cuerpo etérico regulando su relación con el cuerpo astral. Sustancias de procedencia humana (sangre, albúmina etc.) tienen una importancia para el cuerpo físico.


Debido a estas relaciones con la naturaleza, se obtienen conexiones con determinadas sustancias originarias para la producción de medicamentos. Estas relaciones ya eran conocidas por todas las culturas que han sabido obtener medicamentos de la naturaleza. Pero una sustancia procedente de la naturaleza, tiene pocas veces un efecto terapéutico en el organismo humano, si no ha pasado por un proceso farmacéutico. El proceso farmacéutico es por ello el nexo de unión entre la naturaleza y el ser humano. No sólo importa la forma galénica (gotas, tabletas, ungüento, etc.); más importante es la modificación farmaceútica que transforma la sustancia original de tal modo que pueda ser asimilada por el organismo y pueda desarrollar el efecto terapéutico deseado.


TERAPIAS ADICIONALES Por último mencionar, que la medicina antroposófica emplea tratamientos no medicamentosos que exigen la participación activa del enfermo, como por ejemplo: la euritmia curativa, las terapias artísticas (modelado y pintura), musicoterapia, terapia de la palabra y masaje rítmico. La medicina antroposófica se orienta y tiene como tema principal a la higiogénesis y a la salutogénesis. La higiogénesis se refiere al proceso sanador a través de la autocuración y la reordenación natural (regulación y adaptación) y la salutogénesis al proceso correspondiente de regulación y reordenación psíquica. Visto así, la curación no es solo una restitución, sino que conlleva un fortalecimiento del organismo y de la individualidad. En contraposición está la patogénesis, que es la visión común de la medicina convencional y cuya meta es eliminar o bloquear procesos patológicos, aún corriendo el riesgo de empeorar funciones orgánicas.


Desde este punto de vista, una medicina salutogénica intenta primordialmente tratar las enfermedades activando aquéllos procesos que mantienen la salud mientras estamos sanos. Tanto la alopatía como la homeopatía están orientadas hacia los síntomas de la enfermedad. La alopatía intenta suprimirlos; en la homeopatía se aplican los medicamentos según el parecido de los efectos tóxicos de los mismos con los síntomas de la enfermedad. Bajo el criterio higio- y salutogénico, se aplican los medicamentos antroposóficos para fomentar y apoyar los procesos autorreguladores que también actúan en el organismo sano.


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