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Terapia musical en Oncologia Monica Bissegger Terapeúta musical, maestra Filderklinik, Servicio de Medicina Sicosomática/Sicoterapia, Terapia artística y Euritmia curativa Im Haberschlai 7, DE-70794 Filderstadt
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La polaridad entre compresión y expansión, entre calma y movimiento como principios de la vida, son tambien los principios formadores de la música. “Todos los fenómenos descritos tienen en común que en ellos se encuentran los polos opuestos de movimiento y calma y entran por asi decirlo en un diálogo para finalmente en procesos y formas vibrantes encontrar a un equilibrio del que nace algo nuevo: la armonización e integración de calma y movimiento, de constancia y transformación como movimiento estructurado y forma dinámica. El
Terapia musical (musicoterapia) en Oncologia Resumen La musicoterapia en la oncologia está determinada por dos enfoques: la musicoterapia activa y la musicoterapia receptiva. Las distintas situaciones de la enfermedad, desde el primer diagnóstico hasta el estado final, requieren un tratamiento distinto. La musicoterapia puede ser aplicada en los distntos estadíos como terapia creativa, de apoyo y de acompañamiento.
1. Prólogo Pacientes que acuden a nuestro centro con un diagnóstico de cáncer, se encuentran desplazadas de su vida cotidiana. Nada más es como era ántes. Se encuentran en una situación como de choque. Se sienten con la espalda contra la pared. Fuerte inseguridad, pavor, miedo y desesperación pueden aparecer. Una cierta rigidez anímica aparece. Pero por otro lado esta situación extrema conlleva a una gran abertura anímica.
2. Método Rudolf Steiner describe en su libro “La esencia de lo musical en la vivencia tonal del ser humano” (1), cómo la música es una imágen de una realidad espiritual. Allí hace una comparación: “si una persona es iluminada por una fuente de luz, se proyecta una sombra del mismo en la pared. Pero ésta no es la verdadera persona. Igualmente, la música generada en el plano físico es una sombra de una música superior cuyo origen es el mundo espiritual. La música en el plano físico es tan sólo una imágen de la realidad espiritual”. Las imágenes de agua y tonos de Alexander Lauterwasser (2) dejan entrever las maravillosas fuerzas de formación y orden que viven en la música. El naturalista Ernst F. F. Chladni (1756-1827) fue probablemente el primero que describió el fenómeno de las fuerzas formativas de los sonidos. Con el arco de un violín ponia en vibración una plancha de vidrio con arena. De esta forma descubrió las imágenes denominadas por su nombre “figuras tonales de Chladni”. Hans Jenny (1904-1972), médico y pintor, amplió los experimentos al medio acuoso. Alexander Lauterwasser ha continuado con este trabajo, fotografiando el agua que ha sido puesta en vibración a través de sonidos.
momento de la calma ha incluido en sí mismo el principio del movimiento, transformando lo rígido en un flujo dinámico.” (2) Las cualidades de la música se mueven entre estos dos polos de calma y movimiento, centro y periferia, principio y fin, comienzo y final, culminación y conexión, crecimiento y decrecimiento, contracción y relajación, fuerza y disolución, entre aparecer en primer plano y desparecer en segundo término, entre superponerse y aislarse, entre acelerarse y desacerlerarse, entre lo audible e inaudible. En todas las diferentes cualidades de la música, los intervalos, los tonos, las escalas y sistemas tonales, los estilos, las formas musicales, los ritmos, las armonias, hasta en los mismos sonidos etc. se descubre la polaridad y su transición. ¿Cómo se oye una sexta aumentando, cómo disminuyendo? ¿Cómo se diferencian un do-sol de un mi-sol? ¿Cómo es cuando en una melodia no aparecen medios tonos? ¿Cómo se siente el ritmo corto-largo en oposición con el largo-corto? ¿Cómo influye un cambio de compás en una canción? ¿Qué es lo especial en un compás 6/8 ó 7/8? ¿Cómo se diferencian los tonos do’ y fa’? La ocupación detallada con las cualidades musicales, progresando de una percepción subjetiva a una más objetiva hacia un “juicio objetivo” (3), demuestra la maravillosa diversidad de la música.
3. Metas de la musicoterapia La primera meta de la musicoterapia en el tratamiento de pacientes oncológicos es poner de nuevo en movimiento el flujo vital detenido y por ello estimular la autovivencia, la vivenvia de las propias emociones y del propio estado. Esta autovivencia acontece en el plano físico, anímico y espiritual. Despues de esta intensificación de la autovivencia puede crecer la autoconfianza a través de la autoexperiencia en el quehacer propio. La actuación activa facilita experiencias en el alma y en el cuerpo y a nivel del conocimiento. La confianza en el camino propio se fortalece.
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La actuación individual y segura posibilita una expresión propia en la autoformación. La determinación y formación propias tienen efectos sobre la compenetracion consciente del cuerpo, sobre la liberación de la vida anímica y sobre la independencia del individuo.
4. Realización práctica de la musicoterapia 4.1 Diagnóstico y tratamiento musicoterapeútico El terapeúta intenta primeramente en la ejecución terapeútica “comprender musicalmente” al paciente. La “comprensión terapeútica” se produce en la percepción del paciente en todos los planos de su ser: su forma corporal, su organismo vital, su expresión anímica y su personalidad individual. La percepción sensible y experimentada del juego musical del paciente por el terapeúta, es un importante inicio diagnóstico para el siguiente camino terapeútico. El terapeúta está siempre en la posición de ser co-actor. Esta acción de participar con el paciente, le permite precibir sus tendencias. Por ejemplo, el terapeuta puede preguntarse: ¿dónde se demuestra una concentración en el paciente? ¿Dónde se disuelve y no encuentra una forma? ¿Suena oscuro o claro? ¿Dónde se voltea? ¿Dónde se interrrumpe? ¿Es el ritmo acelerado o lento, se acelera o se frena? ¿Dónde se sienten cambios abruptos? ¿Dónde tiene grandeza y amplitud? ¿Dónde suenan distintas “voces” en conjunto armónico? ¿Dónde se unen partes aisladas en una forma armónica? Las manifestaciones de una enfermedad y sus tendencias pueden reflejarse en el juego musical del paciente. Los desequilibrios corporales, anímicos o espirituales tambien pueden llevar a desequlibrios en lo musical. Lo musical como tal siempre genera un equilibrio en si mismo. A tonos cortos le siguen tonos largos, intérvalos grandes se suavizan por cortos, acordes armónicos se sustituyen por otros disonantes y viceversa. En el proceso terapéutico la búsqueda en común de lo musical, es decir del equilibrio, es la terapia. El terapeúta es el compañero en esta andadura. Él acompaña, no abandona, escucha, comprende, responde, anima, da valor, apoya, impulsa, ayuda cuando existen barreras que superar, sujeta cuando el otro tropieza, extiende la mano, escucha lo inaudible, señala lo hermoso. Con la música y con la conversación acompañante, pueden aparecer en el proceso terapéutico vivencias anímicas, pueden buscarse y encontrarse estados de ánimo propios, emociones pueden encontrar una expresión, pueden surgir recuerdos, pueden producirse sensaciones corporales y aparecer conocimientos. 4.2 Elección de los instrumentos musicales En la sala de musicoterapia se dispone de una gran diversidad de instrumententos musicales. Esta diversidad estimula la alegria para tocar. Todo aquél
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que penetre en la sala de musicoterapia debe elegir el instrumento que más se adapte a su situación momentánea y encontrar el tono que necesita. Desde un tambor de mesa, que se toca de pié fuertey sonoramente, hasta los instrumentos más pequeños como la cantela, un instrumento de cinco cuerdas no mayor que la palma de una mano y que se puede tocar muy bajo, existen muchos instrumentos diferentes fáciles de manipular. Los intrumentos deben orientarse en relación con el ser humano (4, 5, 6). Los tres grupos de instrumentos existentes, intrumentos de viento, de cuerda y de percusión, expresan en sentido figurativo al ser humano. Los instrumentos de viento son una expresión del flujo aéreo espiratorio, manifiesto en el habla y el canto. En la clara melodia del instrumento de viento se expresa la manifestación individual del ser humano. Los instrumentos de cuerda diferenciados en instrumentos de cuerda pulsada y de arco tienen la posibilidad especial de expresar los sentimientos propios a través de las diferentes cualidades tonales y armonías. Los instrumentos de percusión estimulan el movimiento a través de los diferentes ritmos. Los movimientos dirigidos por la voluntad pueden así hacerse más fluidos y agradables. En el trabajo con pacientes oncológicos se han demostrado especialmente eficaces los instrumentos de cuerda, tanto en la forma activa como en la receptiva de la terapia musical. La lira, sobre todo la lira alta tiene una importancia especial. Es un instrumento cromático con un perímetro tonal de tres octavas, comparable al arpa. Por su tono ligero y liberante se utiliza sobre todo en pacientes graves y moribundos. Como estos pacientes se encuentran en una situación anímica especial, abierta e hiriente, es muy importante utilizar un instrumento como la lira, que puede ser tocada muy suave- y transparentemente. La total retracción del sonido externo, le posibilita al paciente abrirse a aquéllo que se le acerca de fuera y dejarse impresionar. La lira tonal es un instrumento con cuerdas corales, es decir tres cuerdas están afinadas a un tono. Posee cuatro tonos (do-re-mi-la-si); en el instrumento pequeño con tres octavas y en el grande con cuatro octavas. Este instrumento se emplea en la terapia musical activa y es muy adecuado para el uso libre. Las cuerdas se ponen en vibración con un ligero movimiento de la mano, produciéndose un agradable tono redondo que es percibido tanto por el oido como por las vibraciones percibidas por el cuerpo. Las pacientes se sienten vitalizadas por este sonido. Según las necesidades individuales se puede tocar de forma ligera y suave o por el contrario de forma fuerte y llena. La lira horizontal como instrumento de la musicoterapia receptiva está afinada como la lira.
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Este instrumento se construye como una camilla en la cual las cuerdas se ubican en su cara inferior. Los pacientes pueden echarse sobre ella y percibir las vibraciones por todo el cuerpo, “como ser llevado por las olas”, según la expresión de un paciente. Este instrumento se ha consolidado en el tratamiento de pacientes oncológicos, sobre todo en casos de dolor, en alteraciones respiratorias, en cansancio y miedo. Las campanas inglesas de mano (7) fundidas en cobre y estaño también se utilizan en la musicoterapia receptiva sobre todo en pacientes femeninos oncológicos. Suenan de forma suave y cálida y forman un gran espacio sonoro. Las pacientes se sienten como envueltas en un manto, sobre todo cuando oyen los tonos por detrás. De la misma forma se utilizan los gongs. El canto se utiliza tanto en la musicoterapia receptiva como en la activa. Con el canto, el paciente se encuentra mucho más presente que cuando toca un instrumento. Su esencia anímico-espiritual suena a través de su voz cantadora. Si se consigue hacer sonar su propia voz, se consigue una concentranción de la autovivencia. Esto es especialmente importante en el trabajo activo con pacientes oncológicos. En la musicoterapia receptiva se forma así un puente hacia los demás. Hasta los pacientes con alteraciones de la conciencia reaccionan a la voz (8). Debido al carácter muy personal del canto, el terapeúta tiene que ser muy consciente en el uso de su voz. La voz tiene que estar libre de emociones y ponerse al servicio del otro, es decir no se trata de expresar su propia emocionalidad, sino de la búsqueda de la emocionalidad del otro. La voz tiene que ser tan bien dominada, que pueda cantar muy baja, al límite de lo audible. Cuanto menos esté un paciente encarnado, es decir cuanto menos esté anímica- y espiritualmente unido a su corporalidad (pacientes moribundos), más suave, “inmaterial” tienen que ser los sonidos. 4.3 Musicoterapia receptiva y activa Los pacientes oncológicos se encuentran durante su estancia en el hospital en distintos estadíos de la enfermedad. Por un lado, hay pacientes en buena situación corporal y por otro lado se encuentran pacientes graves que padecen dolores intensos, problemas respiratorios o que han perdido el conocimiento o se encuentran moribundos. La terapia musical se puede aplicar en todos los estadíos como tratamiento creativo, de apoyo y acompañamiento. Se difrencian la musicoterapia activa y la receptiva. En la musicoterapia activa (4) los pacientes pueden tocar ellos mismos un instrumento. Esto se puede hacer tanto en la sala de terapia musical como en casos de debilidad del paciente en su propia habitación. En la sala de terapia musical se encuentran disponible diversos instrumentos musicales. El paciente encamado puede tocar un instrumento pequeño, por ejemplo, la lira tonal. El
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toque activo posibilita la percepción tonal directa. La resonancia puede tener un efecto vitalizante, relajante o tranqulizante. El toque musical propio estimula las fuerzas formativas y les da una expresión. El toque musical propio puede potenciar la sensación de contribuir al proceso de sanación. La improvisación libre tiene en este contexto una gran importancia. Posibilita al paciente en su situación particular una actividad propia. ¿Qué me dicen los tonos? ¿Qué es lo que yo quiero decir? ¿Cómo lo quiero decir? ¿Cómo podría decirlo? ¿Quiere expresarse algo que no se puede manifestar con palabras? Así siempre ocurre algo nuevo no previo. Como obra exterior no perdura. En cambio, en el recuerdo se lleva en el propio interior. Las metas de la musicoterapia activa pueden ser: Plano corporal: • tranquilización/profundización respiratoria • relajación/extensión muscular • estructuración y fortalecimiento de las fuerzas vitales • ritmificación de la función cardiocirculatoria • calentamiento • vitalización • movilización Plano anímico: • tranquilización • relajación • activación • vivencia de las propias emociones • abrir espacios interiores • expresión de lo inespresivo • descubrir nuevas capacidades Plano espiritual: • despertar fuerzas creativas • aumentar capacidad formadora • encontrar lo propio • armonia consigo mismo • potenciar la autoestima • potenciar la autoconfianza • potenciar el valor • potenciar la esperanza • reconocer lo bello En la musicoterapia receptiva (9) el terapeúta toca para el paciente. La música nos alcanza aún cuando no estemos totalmente despiertos en los sentdios. Por ello se aplica la musicoterapia receptiva sobre todo a los enfermos graves o moribundos. En la musicoterapia el terapeúta tiene la posibilidad de dedicarse al paciente y ajustarse a sofocos, a tensión corporal y anímica, a dolor y sentimientos de inseguridad y miedo. Tranquilidad y relajación pueden manifestarse, la respiración puede recuperarse. La postración obligada por la enfermedad puede convertirse en una audición movida en el interior. El alma puede comenzar a
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vibrar con la música. Una vivencia propia puede volver a ser posible. La musicoterapia receptiva puede tambien combinarse con la musicoterapia activa. Puede ser el comienzo o bien el final de una sesión terapeútica, cuando la actividad exterior no sea posible todavía o cuando la actividad exterior se retira para llegar a una calma interior. La musicoterapia receptiva dispone de todo el repertorio de la música. Puede ser una composición musical o sinfónica, una aria, canto gregoriano o una canción con una bonita letra. También puede ser una música terapeútica compuesta para un paciente individual o para una situación patológica determinada. Aquí se les da importancia a cualidades musicales determinadas, como el “baño mercurial”. Esta música terapeútica fue compuesta por Maria Schüppel, una de las primeras terapeutas musicales que ha desarrollado especialmente la musicoterapia antroposófica. Esta música es adecuada para el paciente que padece de dolor tumoral severo. La música se toca con la lira y está caracterizada por el contínuo cambio entre do y bemol. Esto es una variación entre fuera y dentro, entre espiración e inspiración. Además, el compás cambia entre 7/8 y 6/8. Estas variaciones pueden relajar lo contraido. El terapéuta también puede acompañar cantando la escala hacia arriba y abajo. En la situación de dolor intenso puede orientar interiormente al paciente. Otra posibilidad en la musicoterapia receptiva, es la música improvisada y generada en el momento, mediante la cual el terapeúta intenta adaptarse a la situación momentánea. Esta música puede crearse por ejemplo a partir de un tono determinado “escuchado” al paciente y con un ritmo adecuado al ritmo respiratorio del paciente. La música se desarrolla añadiéndole intérvalos como una quinta o una octava, posteriormente una cuarta y una sexta con un tiempo tranquilio y moderada dinámica. De esta forma puede generarse un espacio tonal que deja al paciente libre, pero al mismo tiempo puede ofrecer apoyo. Las metas de la musicoterapia receptiva pueden ser: Plano corporal: • tranquilización/profundización respiratoria • relajación muscular • calentamiento • estructuración y fortalecimiento de las fuerzas vitales • ritmificación de la función cardiocirculatoria • alivio del dolor • sensación de ligereza • sensación de amplitud Plano anímico: • tranquilización/relajación • clarificación • calentamiento • dejarse caer
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• vivenciar las propias emociones • vivenciar recuerdos • sensación de ser acogido • sensación de ser llevado • sensación de dedicación • experiencia de consuelo Plano espiritual: • encontrar tranquilidad interior • encontrar paz interior • potenciar la esperanza • potenciar el valor para vivir • vivenciar contenidos superiores • unirse a lo espiritual • vivenciar la verdad 5. Criterios de enjuiciamiento Los criterios de enjuiciamiento para la musicoterapia se desprenden de las metas descritas anteriormente divididas según los planos corporal, anímico y espiritual. Las valoraciones acerca del efecto de la musicoterapia son dadas por los pacientes en sus impresiones “subjetivas”, que son frecuentemente instantáneas y muy directas y por ello deben ser tomadas como ciertas y relevantes. En la oncologia se tratan pacientes con musicoterapia que se encuentran en situación curativa, paliativa y moribunda. Mientras más próxima de la muerte esté el estadío de la enfermedad, será menos posible evaluar el efecto de la musicoterapia a través de las impresiones de los pacientes. Es el terapeúta el que se encarga de valorar el efecto de la musicoterapia interpretando los efectos físicos directamente del paciente (p. ej. respiración, tensión muscular, etc.); los efectos anímico-espirituales se quedan como un presentimiento indirecto. 6. Resumen La música tiene la propiedad de impresionarnos en nuestro interior. A través de su orden armónico, su fuerza formadora, la música en la terapia actúa a través de la vivencia anímica vitalizando y equlibrando el organismo. Actúa liberando, profundizando las vivencias y aclarando la vida anímica y nos pone en consonancia con nosotros mismos y un mundo superior.
Monika Bissegger
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Terapeúta musical, maestra Filderklinik, Departamento de Medicina Sicosomática/Sicoterapia, Terapia artística y Euritmia curativa Im Haberschlai 7, D-70794 Filderstadt Literatura 1 Steiner R. Das Wesen des Musikalischen und das Tonerlebnis im Menschen. GA 283. Dornach: Rudolf Steiner Verlag, 1989 2 Lauterwasser A. Wasser Klang Bilder. Die schöpferische Musik des Weltalls. Aarau: AT Verlag, 2002 3 Ruland H. Musik als erlebte Menschenkunde. Verlag Möllmann, 2003 4 Bissegger M. Anthroposphische Musiktherapie. In: Decker-Voigt HH. Schulen der Musiktherapie. München: Verlag Ernst Reinhardt, 2001 5 Felber R, Reinhold S, Stückert A. Musiktherapie und Gesangtherapie. In: Anthroposophische Kunsttherapie, Bd. III. Stuttgart: Verlag Urachhaus, 2000 6 Reinhold S. Anthroposophische Musiktherapie. In: Gesundheit aktiv anthroposophische Heilkunst e.V. Gesundheitsförderung im Alltag. Bad Liebenzell, 2008 7 Reinhold S. Englische Handglocken. Musiktherapeutische Umschau, Bd. 18. Göttingen: Verlag Vandenhoeck & Ruprecht, 1997 8 Bissegger M. Musiktherapie auf der Intensivstation. In: Der Merkurstab, Beiträge zu einer Erweiterung der Heilkunst. Heft 3,53Jg. 2000 9 Bissegger M. Die Rezeptive Musiktherapie in der Anthroposophischen Musiktherapie. In: Rezeptive Musiktherapie. Theorie und Praxis. Hrsg. FrohneHagemann I. Wiesbaden: Verlag Reichert, 2004
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Traducción: Carlos de Quero Kops Médico generalista y de familia Medicinas complementarias Leonor Servera 10 E-07590 Cala Ratjada Email: cde1@comib.com
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