Gracias a los mayores, por su sabiduría. —Pilar López Ávila Para las tres artistas, las bellas flores: Gemma, Marta y Neus. —Zuzanna Celej
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Con alas de mariposa © 2021 del texto: Pilar López Ávila © 2021 de las ilustraciones: Zuzanna Celej © 2021 Cuento de Luz SL Calle Claveles, 10 | Pozuelo de Alarcón | 28223 | Madrid | Spain www.cuentodeluz.com ISBN: 978-84-18302-58-9 Reservados todos los derechos.
Fue la abuela la que me enseñó a escuchar el canto de las aves.
—Suena un ruiseñor —decía.
O también: —Ya llegaron las garzas azules.
La abuela, que cosía con hilos de colores, se sentaba en el jardín:
—¿Ves los gorriones? —comentaba—. La hembra es más parda, pero el macho lleva antifaz y babero, y lo luce para ella.
Las mañanas de febrero, camino de la escuela, me decía: —¿Oyes al mirlo? Está posado en aquel saliente…
Yo entonces lo buscaba y distinguía su canto entre los murmullos de la ciudad que se despertaba.
En el recreo, se me iban los ojos tras las mariposas.
—¿Qué haces? —me preguntaban mis compañeros—. ¿Juegas o no?
Y yo replicaba: —Es que he visto pasar a una niña celeste.
Mi abuela me enseñó los nombres de las mariposas, de las flores silvestres… Me enseñó a mirar el vuelo de las aves. La sabiduría de nuestros mayores se transmite de generación en generación, y permanece para siempre en los corazones de los que saben apreciar la belleza de unas alas de mariposa.