Fuego en el corazón

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FUEGO EN EL CORA ZÓN CECILIA ARETIO AGUIRREBEÑA ©Santiago de Chile

junio 2020


Una idea original de

CECILIA ARETIO AGUIRREBEÑA © 2016

aretiopsicoterapia@gmail.com

Ilustrado por

MAGDALENA ACUÑA MORENO © 2020

magdalena.ac.moreno@gmail.com

1ªEdición gratuita digital junio 2020

LA

DIFU S IÓN S IN

FINE S

Y

LE CT U RA

DE

LU CRO.

DE

“FUEGO

LO

P ONE MOS P A RA

A

EN EL CORAZÓN”

DIS P OS ICIÓN

A COMP A ÑA RLE S

E N

DE

FA MILIA S ,

E S T OS

T IE MP OS

E N

V E RS IÓN

P S ICOT E RA P E U T A S DIFÍCILE S .

Y

DIGITAL E S

LIB RE ,

E D U C A D O R A S / ES


FUEGO EN EL CORAZÓN

relato inspirado en niñas valientes y sensibles

… Janina …Pauli


A psicoterapeutas, educadores y ma_padres Te i n v i t o a q u e l e a s p r i m e r o e l c u e n t o e imagines lo que sentirá tu hija, hijo, paciente o estudiante con la historia de Chilla y Zorrino. En las páginas finales de este libro encontrarás algunas orientaciones y guía. Con cariño,

Cecilia Cuento “Fuego en el Corazón” formato digital Distribución gratuita


Zorri

Chilla permanecía tapada bajo la manta de piel y hojas.

Llevaba ya más de tres días y sus noches así. Su abuelo Zorrino había agotado todas las posibilidades para animarla: le trajo maqui, plumas de tricahue, la invitó a conocer un lugar donde el Sol se refleja en el agua de una hermosa laguna que los lugareños llaman Antuco, ¡y nada!

Su nieta Chilla se negaba a dejar la madriguera.


Todo comenzó el día en que mamá Luz se despidió y tuvo que irse. Chilla era muy apegada a su mamá: siempre salían juntas, comían juntas, ¡si hasta dormían juntas! En la misma cama de la que ahora Chilla no quería salir.


Al principio

Zorrino tampoco sentía ánimo de nada.

D e j ó d e co nv e r s a r, s u p e l a j e e n ca n e c i ó , s i h a s ta u n p e l ó n s e l e h i z o e n e l pecho, cerca del corazón. El tiempo seguía su marcha y de a poco se fue r e p o n i e n d o: l e q u e d a r o n l a s c a n a s y u n a m i r a d a a l g o t r i s t e , p e r o v o l v i ó a ser el de siempre, bueno, casi el de siempre.


Chilla

enflaqueció, no salía con sus amigos, dejó de mirar las

estrellas, los cometas y la luna; perdió el olfato y casi no hablaba. Estaba media huraña. Abuelo Zorrino se sentía desesperado, no sabía que más hacer.


Esa sueño,

noche

una

voz

Zorrino familiar

tuvo le

un

dijo:

“Enciende fuego, convoca al Clan”. Al d e s p e r ta r,

recordó

el

último

gran

e n c u e n t ro fa m i l i a r, c u a n d o é l e ra a ú n muy joven, coincidió con la despedida de

su

padre,

el

más

valiente

zorro

chilla de la región. Lo había olvidado, ocurrió hace mucho tiempo, antes de que iniciaran represa

que

la construcción de la separó

a

tantos.


Por la mañana, decidió tomar desayuno al lado de Chilla y aunque ella no sacaba la cabeza, su abuelo sabía que le oía. Así, le fue relatando su historia de la reunión del Clan, de cómo llegaron desde todas las direcciones: vinieron abuelos, tías y tíos, primas, hermanos, hijas ... ¡Nadie faltó! Se encendió una fogata al centro, brillaba y les mantuvo abrigados hasta que el encuentro llegó a su fin. Fue hermoso.


Ese

m i s m o d í a , a l a ta rd e ce r, Z o r r i n o e n ce n d i ó u n p e q u e ñ o

fuego cerca de la cama de su nieta y comenzó a contarle momentos de la vida de su hija Luz, la madre de Chilla.


Le

relató como era Luz de cachorra, traviesa y desobediente.

Del tiempo en que creció y se fue a otro cerro con unos amigos. De cuando regresó, trayendo con ella a Chillita, una preciosa bebé. De la época en que trabajó duro para hacer su madriguera junto a la de Zorrino y así proteger y criar a Chilla. Luego llegó el tiempo del dolor: Luz enfermó, ... hasta su partida.


Zorrino

se dio cuenta que Chilla sollozaba dentro de la manta;

luego, despacito, sus orejitas aparecieron entre la ropa de cama y una patita tomó la del abuelo. Se abrazaron, aún tristes, y prometieron que nunca olvidarían a Luz; recordar es “pasar de nuevo por el corazón”, comentó

Chilla,

así

le

había

dicho

su

mamá

al

despedirse.


¿Cómo

no volver a pasar por el corazón? En su centro

guardamos la memoria de los seres que nos han acompañado mientras caminamos por la vida. En nuestro pecho siempre estará Luz y cada ciclo de luna alimentaremos el fuego del corazón con una hoguera.


Así,

poco a poco, Chilla comenzó a comer de nuevo, aceptó que

algunas amigas la visitaran y en la nueva primavera volvió a sus paseos y aprendizajes por el cerro. A veces iba sola; bueno, sola no, siempre con Luz en su corazón.


Guía para ma_padres, educadores y psicoterapeutas

Las experiencias de pérdida relacional que transitan niños, niñas y adolescentes son parte de la vida, algunas son

esperables y deben afrontarse en distintas etapas de la niñez; otras son complejas e infrecuentes. Todas son duras en su momento. En estos tiempos excepcionales de pandemia por Covid – 19 y sus coletazos, hay muchas más perdidas que elaborar, incluso duelos por fallecimiento de personas muy queridas.

Junto con la dificultad para procesar el duelo que vive un niño o niña,

con frecuencia hay otro duelo complicado,

padecido por alguien adulto que lo cuida.

El cuento “Fuego en el Corazón”

facilita la expresión de emociones y permite hablar de experiencias de pérdida, tales como separaciones de seres queridos, alejamiento de personas importantes, enfermedad y muerte de cuidadores principales, ya sea madre, padre o abuelos. v Nos recuerda la importancia de una figura adulta que brinde apoyo cercano . v Muestra la vitalidad de los diálogos colaborativos entre niños/as y adultos. v Valora el rol de abuelos, abuelas y tías/os , como sostén en la crianza junto a los pa_madres o cuando estos faltan. v Ayuda a conectarnos con lo que tenemos en nuestro ser de la relación que construimos y vivimos con la persona que ya no está físicamente con nosotras/os. v Brinda esperanza hacia el futuro. v Siembra ideas acerca de lo que sí podemos hacer frente al agobio de sentirnos sin protección y tristes por la pérdida. v Permite que pensemos y hablemos de la muerte, como un hecho que forma parte del vivir, que no controlamos y que es necesario compartir cuando sucede, aunque nos duela.


Sugerencias para potenciar el valor de los cuentos hacia los niños y niñas

Puedes seguir

4

pasos que recomienda Marcela García-Huidobro (2015)

1.- Elige o invita a leer un cuento en particular (piensa en ¿cómo lo tomará el niño o niña a quien se lo piensas leer, le ser virá, querrá leerlo?). Nunca exigir ni forzar

2.- Decide el lugar y el momento de su lectura (tranquilo, agradable, sin prisa) 3.- Piensa en cómo relatarás el cuento (con calidez, a un ritmo que permita que el niño/a lo siga, leyéndolo a medias con el o ella: por ejemplo una página cada uno)

4.- Facilita un diálogo posterior a la lectura (al terminar promueve una conversación y la expresión emocional).

Te s u g i e r o e l l i b r o “ D e C u e n t o s y E n c u e n t r o s . R e c u r s o s n a r r a t i v o s p a r a facilitar la vinculación con niñas, niños y adolescentes y su desarrollo emocional” Sello Editorial USACH, que escribimos “las Cuenteras” en 2015.


This work is licensed under the Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License. To view a copy of this license, visit http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ or send a letter to Creative Commons, PO Box 1866, Mountain View, CA 94042, USA.

FUEGO EN EL CORAZÓN un relato amoroso para transitar duelos y pérdidas emocionales aretiopsicoterapia@gmail.com

E s p e c i a l m e n t e o r i e n t a d o p a r a c o n t á r s e l o a n i ñ o s y n i ñ a s e n e d a d e s c o l a r, entre los 6 y los 12 años de edad. © Cecilia Aretio Aguirrebeña idea original 2016

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Obra inscrita DDI Chile 2020


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