Revista Dédalo

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Año cero, Abril 2011. Publicación cuatrimestral. Ejemplar gratuito.

Portada: Everardo Felipe

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crítica-cultura-arte



DéDALo crítica-cultura-arte



EDITORIAL Respuestas a posibles preguntas 1. Hicimos una revista porque creemos en el poder que tiene la palabra escrita; porque confiamos en el lazo íntimo que establece la lectura con el lector; porque es posible prescindir del ruido externo generado por la televisión, la computadora, el radio, y sustituirlo por el ruido interno de nuestra voz trazando las letras de algún texto; porque queremos sacar de las (j)aulas el discurso y que el diálogo deje de envejecer y agotarse con academicismos estrictos o con opiniones sin sustento, sin pasión alguna. 2. Dédalo porque creemos en convocar al cambio desde la crisis, porque estamos convencidos que ningún cambio se generará desde el confort de las certezas, porque sólo en la duda hay crecimiento, porque sólo la duda es espejo, reflejo fiel de lo que evadimos, de lo que callamos porque tememos. Dédalo porque sabemos de la existencia de un lugar físico-mental-emocional formado por encruci-jadas que confunden a quien se adentre en él. Laberinto, incertidumbre, enredo, sitio sin caminos rectos que plantea más preguntas que respuestas; dudas que son las diferentes vías que pueden tomarse tratando de acertar con la salida y que en muchas ocasiones conducen a callejones sin paso. Confusión que forma parte de nosotros, Dédalo que somos. Internarse es asomarse a uno mismo. Dédalo esconde nuestros secretos, bestias, pulsiones, misterios, lo desconocido, lo que horroriza: nuestro minotauro. Pero para llamarnos seres, para volver a la vida, es necesario penetrar en él, caminarlo, y a través de esas líneas de confusión, encontrarnos, CREARNOS como individuos y generación. Vayamos hacia él, adentrémonos a las entrañas del laberinto aún ante el peligro y el miedo de ser engullidos por el monstruo que él alberga y que es parte de nosotros mismos. 3. Como tema central de la revista elegimos “La posmodernidad” porque consideramos que a pesar de ser un asunto un tanto oscuro, o más bien justo por eso, se continúa discutiendo sobre ella, o por lo menos mencionándosele, aunque para muchos sea un tópico ya superado, para otros una situación inexistente, para algunos una condición que sólo se vive en el primer mundo, para unos cuantos una palabra que no significa. Este primer número es el resultado del trabajo de varias personas que se dedicaron a pensar y escribir en torno al tema, y también del trabajo de otros que, sin tener que pensar en el tema, se encuentran o no –todo depende de la opinión de cada uno- en plena época posmoderna. noemí moreno j.


OLADÉD oviv odarretnE otinifni nu ne ,sojepse ed oladéd ,ogis em ,ogio em osil le ne ocsub em .oicnelis led orum .ortneucne em on oreP .orim ,ohcucse ,oplaP soce sol sodot roP ,otnirebal etse ed oím otneca nu odneidneterp átse ...odío im a ragell .otreivda ol on oreP oserp átse neiuglA oírf etse ne ,íuqa ,otnicer odicúl ...sojepse ed oladéd .otimi euq la ,neiuglA .ojela em ,av es iS .ovleuv ,aserger iS .oñeus ,emreud es iS ...ogid em ,»?út serE¿«— .otsetnoc on oreP odireh ,odiugesreP otneca omsim le rop -oím se is és on euqomsim oce le artnoc ,odreucer omsim led otinifni etse ne sojepse ed oladéd .oviv odarretne

tedoB serroT emiaJ


DÉDALO Enterrado vivo en un infinito dédalo de espejos, me oigo, me sigo, me busco en el liso muro del silencio. Pero no me encuentro. Palpo, escucho, miro. Por todos los ecos de este laberinto, un acento mío está pretendiendo llegar a mi oído... Pero no lo advierto. Alguien está preso aquí, en este frío lúcido recinto, dédalo de espejos... Alguien, al que imito. Si se va, me alejo. Si regresa, vuelvo. Si se duerme, sueño. —«¿Eres tú?», me digo... Pero no contesto. Perseguido, herido por el mismo acento -que no sé si es míocontra el eco mismo del mismo recuerdo, en este infinito dédalo de espejos enterrado vivo.

Jaime Torres Bodet


sos Augusto de Campos


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Freedom Who says freedom? A soldier wrapped in camouflage. A pregnant widow without solace. A child sold for a kilo of grain. A young girl hidden inside the blue tent of belief. I am the American press. I pretend knowledge. I am the global culture. I forfeit the heart. I am the oil magnate. I am the bank vault. I am the weapons factory. I am the invasion of freedom. Dawn breaks, we are

Libertad ¿Quién dice libertad? Un soldado envuelto en camuflaje. Una viuda embarazada sin solaz. Una criatura vendida por un kilo de grano. Una joven escondida dentro de la carpa azul de la creencia. Yo soy la prensa americana. Finjo que sé. Yo soy la cultura globalizada. Confisco el corazón. Yo soy el magnate petrolero. Yo soy la bóveda del banco. Yo soy la fábrica de armas. Yo soy la invasión de la libertad. Amanece, estamos soñando

y entonces

and then

en la casa del mutismo

dreaming in the house of muteness

who says freedom, who?

¿quién dice libertad, quién?

LiliaTrapaga, traductora “A Ustedes. Esos Ángeles. Septiembre 11, 2001”

“To You, Thosze Angels: September 11, 2001” V. Freedom

Corinne J. Stanley

Corinne J. Stanley


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Decir algo a alguien que exima a pillos de una carga que no les correspondía, en primera instancia, sería como denunciar los huevos en el súper, la instauración palmaria de una deshumanización generalizada, la culminación de un sueño inmemorial sólo en la fachada, derruido al fondo; la superación de lo puramente ficticio por encima del pulso de una realidad precedente, de miles de millones de años. Y queda un eco —otro algo, programa— parecido a una sentencia repitiéndose incesante como un mantra psicótico detrás de cada uno de los pensamientos concebidos por el ser humano: arrasa con todo aquello que se cruce en tu camino, tú que estás aquí y caminas erguido en dos pies, es tu derecho destruirlo todo.

Féli Dávalos


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et in nova arcadia ego El tropo delirante de la vacuidad, el recuerdo utópico de un devenir honroso y natural, esta conciencia sitiada de huevos que nacen del súper, no de gallinas y leche que no es de tetas bovinas sino del súper y tocino que viene del súper y no de cerdos tasajeados y revoluciones que no generan cambios sino publicidad y discursos que no son revolucionarios sino del Residente y muertes que no son más que una deflación numérica, otra, en las estadísticas que dictan, otro más, el reparto inverosímil de bienes y etcétera, en esta extinción masificada, insensata e inminente de historias contadas junto al fuego —y que permitirían conciliar un sueño de noche antigua—; esta estampa maquillada, como de una piel de víbora desértica mudando, del actual cortejo fúnebre incansable, es sólo comparable con lo que ultimó animales pérmicos terrestres y marinos hace 251 millones de años. Justificadas sospechas entre algunos filósofos, todos franceses —dado que este tipo de filósofo es un agente encubierto del FBI—, de que el simulacro es nuestro opio, no la religión, recorrida ya, estigma vigente en una modernidad freudiana de película de época, no: es más la potencia de esta nueva antorcha, esta otra vara de vinil que impregna como de ópalo los días y con su rastro medimos los nuevos derroteros del espíritu y que, peor que los otros, se reproducen, a través de engaños de farándulas, ídolos de crinolina, marquesinas negociadas con garrote y chilenitas y fugas de gas y payolas y generan dividendos, capital político y permiten a la cacareada minoría, camarilla de herederos o sicarios, seguir chupando el mismo licuado sanguíneo rico en nutrientes de esta vasta mayoría y jamás ser señalados; fotografía rutinaria de colores lisérgicos empalidecidos, como el gesto de Ichabod Crane al ver al jinete sin cabeza galopando.


¿Cómo ha sido tu experiencia en el rap? Siendo mujer ha sido un poco difícil, no te voy a mentir. O sea, yo tenía que estarle moviendo y rascando en todos lados, y siempre tenía que estar en friega para tener shows, para tener conecte, para salir en un festival; y los hombres pues no, es más fácil para ellos, y se apoyan, no sé, es un poco extraño. Además siendo activista y entrándole fuerte, hablando de los problemas que tiene la sociedad, pues la gente tampoco te acepta, la gente no quiere escuchar esas cosas, entonces es una luchita también con el mismo público; pero como artista, como activista y como mujer, yo siento la necesidad de hablar, de protestar, siento la necesidad y la responsabilidad de aportar hacia mi gente, hacia la comunidad. Yo siento que el arte es un desperdicio si no lo usas para ese tipo de cosas porque el arte es un reflejo de la sociedad, es un reflejo del tiempo en el que vivimos. Entonces, digamos en 30 años ¿cómo van a ver esta época? En México, por ejemplo, con todo esto de los narcos, con todo el miedo que le está metiendo el gobierno a las personas, toda la pobreza, ¿qué es lo que está diciendo la gente? ¿qué vamos a escuchar? ¿las canciones de bellanova? ¿eso es lo que va a

quedar en la historia para que escuche la gente en 30, 40, 50 años? Pues no, tiene que representar y reflejar lo que está pasando. Ser emigrante creo que me da una cierta perspectiva interna pero externa al mismo tiempo, entonces cuando regreso a México lo que veo en mi país y en mi familia es más miedo, a la gente acostumbrada a toda la violencia, dormida, agringada, y eso es de lo que hablo, que a la gente se le está olvidando nuestras raíces, de dónde venimos, se le está olvidando hasta el presente y cuales son las condiciones en que estamos viviendo, y se les está olvidando también la vida porque vivir con miedo no es vivir. Así pasa en Estados Unidos, esa es la epidemia que le dan a la gente para aplacarla, viven con miedo todo el tiempo, ese es el terrorismo en el que viven, y esta es una de las peores enfermedades para una sociedad, y es lo que veo aquí.

¿Cómo ves el panorama de la música y la creación artística en general, en México?

Pues yo digo que en todos lados hay de todo. Hay gente que si está haciendo, tiene buenas ideas, buenos conceptos, pero lo que si veo y me molesta es que la banda está bien agringada, están bien lavados del coco, y es chistoso porque yo vengo de gringolandia, claro que yo también estoy agringada pero no sé, como que viviendo allá y siendo de México, me doy cuenta de cosas que están pasando aquí. Algo irónico es que, por ejemplo, el modernismo ¿de dónde sale?, de que todos los europeos empezaron a chupar del arte africano, pero luego si lo volteas del otro lado, las comunidades europeas y la comunidad americana del arte no aceptan los movimientos artísticos de otros lados, entonces los americanos y los europeos siempre están adelante a pesar de que ellos hacen lo mismo. Lo que ahorita está pasando es una extensión de eso, todo está basado en el arte americano y europeo y la gente todavía está, de cierta forma, colonizada culturalmente.

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Me llamo Vreni Michelini Castillo pero mi nombre de rapera es Chhotimaa.

darles fuerza. En los 80 ́s el hip hop en los Estados Unidos, para los afroamericanos, es un renacimiento. Surge porque las condiciones en que vivían las personas que lo iniciaron, en los barrios más pobres de Nueva York, era de desesperación, ya estaban hartos de toda la opresión de tantísimos años, y cuando sale ya más fuerte, globalmente en los 90 ́s, pues se prende toda la banda porque todos vivimos en circuns-tancias muy similares aunque seamos de grupos diferentes, de clases diferentes. El pueblo está, vive en las mismas condiciones, vas a Haití, a México, a Nueva Orleans, es lo mismo, entonces para mi el hip hop es eso, un arma. Varias personas y yo íbamos a prepas donde había puros latinos, les rapeaba y luego les decía

“miren estas son las páginas para las universidad, esto es lo que necesitan para el examen, cuándo tienen que aplicar, lo que cuesta, en dónde pueden sacar un préstamo”, porque la mayoría de ellos no terminan la prepa y muy pocos van a la universidad, se quedan atorados por cuestiones de discriminación económica y social. Entonces ir y platicar con la gente, informarles, porque en su casa la mayoría de sus padres no han ido a la escuela, son ilegales y no saben cómo ayudarles; y en las escuelas realmente no están ayudando, quieren que se queden ahí, que no suban de nivel. Entonces la educación es también un arma, cuando estás consciente ya nadie te puede pendejear, nadie te la puede contar.

Empecé a rapear hace como 3 años pero desde hace mucho tiempo escribo poesía. Poquito antes de ser adolescente me fui a Richmond, Virginia a estudiar, ahí hay una comunidad muy grande de hip hop y me empecé a meter. Primero estuve en tres grupos y luego yo jale solita pero sigo haciendo colaboraciones con mucha gente. ¿Para ti qué es la música? En mi vida es indispensable, yo creo que sin la música o sin el arte yo no estaría viva. Es como comida, diferente tipo de comida que te alimenta. El universo es música, todo en la vida tiene patrones y ruiditos; si te pones a escuchar una abeja, por ejemplo, ahí hay música, o el señor del gas en la mañana, o cómo hacen tlacollos en el mercadito, entonces la música es como una representación de la vida. Es un arma también, la puedes usar para poner conciencia, sobre todo el rap porque no sólo son melodías sino también pala-bras. Hay mucho rap muy comercial pero su verdadera raíz es la de ayudar a la comunidad, es una manera de contarle o recordarle a la gente de dónde viene, quiénes son,


tiene mucho, hay varios grupos pero ninguno ha hecho nada... SHIFFER. ... o sea nadie realmente lo está tomando serio y lo hace concreto, por ejemplo a mi me ha tocado escuchar ciertos tipos de rap de “yo soy el más malo del barrio y yo aquí vengo con todos mis hommies, yo muevo la mejor droga”, y es algo que cuando lo rapean yo creo que ni ellos mismos se lo creen, entonces tenemos que hablar de lo que vivimos, de lo que somos si no qué caso tiene. ZEYT. El movimiento del rap en México si está bastante maduro pero existe ese contrapeso de la vista errónea de lo que es el rap, y yo creo que eso es lo que nos avienta más para hacerlo conciente, a buscar la forma de que la gente nos escuche y se de cuenta de que el rap no es colgarte una cadena o andar con pantalones holgados o andarte sintiéndote el gangster por la calle, sino hablar de una realidad más concreta, más palpable, más humanista, más colectiva, más cooperante. ADN es una conciencia, es una ventana para que otra persona pueda reflejarse en esa música, en esas palabras, en esas letras, es un espejo para la gente y lo que queremos es reflejar lo mejor y lo peor pero siempre con la perspectiva de continuar para adelante, no porque las cosas fueron peores atrás, mañana tiene que ser así, al contrario tenemos que hacerlo diferente. SHIFFER. Así como el ADN es para que la gente se refleje en nosotros, también nosotros, para crecer, nos tenemos que reflejar y vernos a nosotros mismos, laberinto de espejos. ¿Qué mas pueden decirme de ustedes y del rap? TRANKY. Yo, que estoy bien agradecido con lo que está pasando y feliz porque el rap es algo que me llena espiritualmente. Allá afuera es otro mundo, te vas y te enfrentas a la vida, con que diario tienes que trabajar, diario tienes que hacer un chingo de cosas, entonces esto es un escape, un lugar especial donde realmente creces y te vas edificando, tu espíritu se va llenando, entonces ya de repente no te daña lo de afuera, lo ves de otra forma, dices ya no hay pedo, yo tengo lo mío y se que eso me ha hecho crecer y me hace sentirme satisfecho. Yo en lo personal lo tengo así y pues esto del rap es mi pasión, para esto nací y en esto voy a morir. SHIFFER. Sí, que el rap genera cierta tolerancia con el entorno, si tú estás lleno de lo que te gusta puedes darle a los demás lo que merecen. ZEYT. Para mi la única norma del rap es la de liberarte a ti

mismo, salir y ser libre en las letras, y liberar a la gente que quiere o que busca o que teme liberarse, teme salir, teme al mundo, teme enfrentarlo, teme vivir y prefiere subordinarse, que prefiere entregar una capacidad ilimitada de creación a algo ya creado que otro le impone; y rap es salir de eso, salir de esas normas, el rap es para dirigir a esa gente que viene atrás, la gente que viene enloquecida por la televisión, por los medios, por tantas ideas, emociones, sentimientos que les desatan pero que en su realidad inmediata es demasiado confuso, deprimente y que viven reprimidos porque no hay margen de liberación, y entonces la gente lo que hace es entregar su libertad.

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SHIFFER. A los 14 me empezó a gustar esta música y empecé a escribir algunos textos. En julio del 2010 en un festival urbano que se llama Corto Circuito, conocí a Tranky; al Zeyt ya lo conocía de un tiempo atrás, es mi vecino. ZEYT. Yo me interesé por la cultura hip hop en el 2002, pero antes de escribir empecé con el graffiti. Shiffer es mi vecino y a Tranky lo conocí en un evento hace como dos años y me latió su rollo porque se notaba una letra más trabajada y yo nunca había escuchado nada así en Guanajuato, entonces me dije “hay que hacer algo” y decidí escribir. Hace como tres meses pudimos coincidir y lo que queremos es salir con el rap, con la cultura de las calles para las calles como redactores de una realidad que nosotros percibimos desde diferentes perspectivas. TRANKY. Yo empecé en este rollo escuchando música. Posteriormente vi a unos cuates bailando breakdance y empecé a bailar pero me lastimé los brazos y ya no pude seguir. En ese momento tuve la oportunidad de enseñarme a tocar como dj, estuve en algunos bares por algún tiempo pero no me llenaba mucho porque no hacía más que mezclar música para que la gente bailara. Yo escuchaba a mis camaradas improvisar pero eran cosas que no tenían nada que ver con lo que ellos vivían o con lo que eran, y pensé que yo podía hacerlo mejor entonces empecé a escribir, hace como unos tres años. Posterior-

mente coincidí con estos chavos porque traemos la misma idea de qué es el rap, y la ADN es un grupo versátil, ya no tan a lo clásico ni lo monótono del rap de cadenas y pantalones anchos, sino un rap haciendo consciencia, contando una realidad con poesía sobre el ritmo que pueda despertar el interés o la mente de las personas, ese es el propósito.

¿Cómo logran ensamblarse? ZEYT. Yo creo que se trata de que la letra representa, o sea, yo conozco a Shiffer no tanto porque nos hayamos puesto a platicar mucho pero escucho su letra y se lo que piensa él, cómo se ve y cómo se habla a sí mismo en sus letras, cómo se proyecta hacia nosotros. Pasa igual con Tranky, no tenemos mucho realmente de conocernos pero con las letras tenemos la idea clara y firme de lo que es cada persona y al momento de ensayar, de grabar nuestras letras o de estar juntos, se siente cada una de las

perspectivas y más que nada es tolerancia y aceptación de lo que cada uno es. TRANKY. Se trata de respetar las ideas de los demás, eso es el hip hop: paz, respeto y unión. Para cuajar solamente creemos en el rap y hacemos rap, nuestro acuerdo es poesía sobre el ritmo hip hop. SHIFFER. Lo primero es que llevamos el hip hop en la sangre, luego ya cada quien aporta una idea con su lírica, su forma de escritura, su métrica y su flow, lo damos humildemente y se va formando algo más grande.

¿Cómo ven el panorama del rap en México?

TRANKY. En México, el nivel del rap está muy maduro pero también hay mucha banda confundida que se está malviajando por lo que es colgarse una cadena y decir que es el más malo del barrio, y pensar que eso es el rap. En Guanajuato se está moviendo un chingo pero aquí en la capital no


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grama en el que están escritos los sonidos reales (“lo que se oye”).

paÚl leÓn Morales.

Para facilitar la lectura del intérprete se proporciona en la partitura la tablatura además del penta-

Scordatura

re sostenido (como nota mas grave) hasta fa cuarto de sostenido.

encordadura tradicional de la guitarra por seis sextas cuerdas afinadas por cuartos de tono a partir de

Composición para guitarra enteramente microtonal, para su ejecución se requiere remplazar por completo la

mt.25~3


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a paco balboa

para guitarra

mt.25~3

~1

mayo -2008

pa煤l le贸n morales


~2 16


~3

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T iempos Pusmodernos o la realidad, sin más Rafael Mojica

-¿Y tú qué eres? -¿Yo? Mmmhhh... Pus moderno.

Definir los tiempos que vivimos como tiempos posmodernos es una cuestión no consensuada, unos utilizan el nombre sin más mientras otros lo toman con reserva, considerándolo un término impuesto por la moda y no por la academia, y eso no es racional. El debate va en si existe o no la posmodernidad ¿Cómo puede existir una edad que no prioriza la razón, al estilo espíritu científico, si el ser humano se ha vendido como ser racional? Para los que consideran que existe, hay debate también: si es una época, si es una situación, una definición o una condición. Más allá de eso, el hecho de no estar de acuerdo en cómo definir nuestra realidad es un reflejo de ésta, a final de cuentas cada autor la definirá, y quizá esa sea la característica de nuestro tiempo: al momento de definir lo que sea, se escapa de las manos, no hay acuerdos y caemos en el relativismo. No sabemos qué es al 100% sin embargo la padecemos. El ritmo de la realidad y el del pensamiento de la misma no es igual. Cuando creemos definir algo, la realidad ya se ha ido para otro lado y queda el uso de palabras flexibles que permiten dibujarla, aunque sea un poco, como lo es la palabra posmodernidad.

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Algunas características que le podemos conceder: mezcla, falta de respeto a la jerarquía, vuelta a lo sagrado, el signo pierde su significante, relativismo, diversidad, falta de compromiso, desencantamiento por los proyectos de la modernidad, etc. Podemos hablar de que en esencia es una liberación transgresora de los límites modernos, pero no por un ímpetu revolucionario, pues la Revolución es moderna, sino por un desgaste de los límites o formas modernas. Una liberación por parte del subordinado para con el que se impone, liberación de las fronteras físicas y del conocimiento, de lo que es definido como lo sagrado y lo profano, de lo público y lo privado, entre otros cruces de límites. Dentro de las liberaciones más drásticas está la de la palabra, la cual estaba atada a la realidad que nombraba; ahí el caos que espanta, pues no sabemos darle nombre a lo que vemos y desde tiempos de Adán y Eva nos la hemos pasado nombrando. Ahora miremos a la realidad, mezcla de premodernidad, modernidad y posmodernidad: •Nosotros, los premodernos: las pirámides, el Padre Nuestro, los bailes de la primavera, carnavales, la violencia, la guerra, la sal, etc.


• Nosotros, los modernos: el automóvil, la ciencia, el hombre en la luna, el sistema métrico decimal, lo científicamente comprobado, la democracia, etc. • Nosotros, los posmodernos: una señora de clase baja ha recibido un mensaje en su celular, viste una playera de Disneylandia y habla de una serie estadounidense vista por millones a lo ancho del mundo; un joven, de la misma condición económica, trae un corte despeinado que se puso de moda entre los miembros de la clase acomodada, que a su vez lo tomaron de los pobres despeinados pero lo presentaron reloaded. Premodernidad, modernidad y posmodernidad no están separados en la realidad, una mezcla de tiempos es lo que tenemos. Vivimos aspectos de la posmodernidad a costa de llevar una vida moderna o premoderna, por ejemplo, seguimos horarios, descansamos los domingos, practicamos el trueque, rezamos, etc. En el hoy se encuentran los tres y son vividos los tres, aumentando la confusión para poder definir el tiempo. Por momentos tenemos un vivir premoderno, en otros moderno y posmoderno, y luego lo intercambiamos, de asalariados pasamos a freelance y viceversa. Pensar en que es una condición le da más flexibilidad, porque así no se le equipara con una “Edad” o “Era”. Una condición que puede ser una elección o una imposición: es una elección para algunos y una imposición para otros, posmodernismo cool vs los posmodernizados a la fuerza (pobrernidad).

Posmodernismo cool, disfrutando las mieles del tiempo, la ruptura de límites y de órdenes, disfrutar del relajamiento de la responsabilidad y que otros paguen las consecuencias. Un eterno presente cuyas consecuencias futuras las paguen terceros. Viajar al Oriente por una paz espiritual para vivir la condición de pobreza de los pobres de otros lares, con viaje pagado por una empresa que tiene números negros en parte por su organización capitalista moderna. Por otro lado los posmodernizados a la fuerza, aquellos que sin elección están metidos en problemas premodernos (el hambre), buscando soluciones modernas (trabajo asalariado con seguridad social), en condiciones posmodernas (viviendo en una casa -que al menos eso dicen que es quienes las venden, aunque la realidad diste un tanto del nombre-, o llamando trabajo a algo que podría llamarse esclavitud). ¿Y quiénes viven la posmodernidad? Todos, o algunos, o a ratos, o lo que les toca. O adoptan el nombre los que puedan nombrar y el resto no tiene ni tiempo para pensar en eso porque están en la pobrernidad, el tener que solucionar el día a día con lo que haya, eterno presente porque pensar en el mañana cuesta, se tienen que enfrentar al hoy vivimos de esto, mañana de lo que haya, que es enfrentarse a la realidad sin etiquetas, sin más. Posmodernidad, palabra indefendible, un mote no bien recibido, como la realidad

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que se nos presenta, despreciada y tentadora a la vez. ¿Dificultad para racionalizar la realidad?, desde los griegos andamos en eso. -¿ Qué es? -Lo que se quiera ser. -¿Es esto? -Lo es. -¿Es lo otro? -También lo es. El rico era rico y el pobre era pobre, uno era igual a uno, la ley de la gravitación universal era una ley universal, la izquierda era la izquierda y la derecha era la derecha. Hasta entonces el proceso racionalizador moderno no tenía más problemas que encontrarle una identidad al lenguaje con la realidad. Ahora los límites transgredidos nos hacen dudar, si un rico se viste al estilo pobre, con pantalones rotos y playeras manchadas, está in, mientras una persona pobre es una fuente de inspiración para la moda del futuro (en espera de un cazador de modas). Viajar al extranjero para conocer culturas exóticas y terminar comiendo en McDonald’s. Escuchar palabras de aliento espiritual de un artista pop. El político de la derecha en las elecciones futuras se presenta como de izquierda. El país defensor de derechos humanos viola los derechos humanos. Tomar partido y defenderlo no está bien visto, ¿para qué luchar si ganar y perder es lo mismo? ¿No estaremos cansados del juego? Jugar exige razonar, el gran proyecto de la modernidad es ese: la racionalidad en las masas, y la sociedad (esas mismas

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masas) cede a lo irracional, que es el espacio de los deseos y la seducción. El mercado está enfocado a eso. Se nos exige un espacio amplio para los deseos y una capacidad corta para conseguirlos. Hay tanto que desear: ¡Un artículo electrónico!, ¡Lo tengo!, soy feliz; día siguiente, ya salió la versión 2.0, ahora quiero el artículo versión 2.0, lo tengo, etc., etc. La calidad de vida es opcional, desear es necesario. El camino largo de los deseos insatisfechos nos mete en una dinámica que sólo beneficia a los vendedores de esos deseos. Pero no hay que ponerse serios, no es cool, hay que alivianarse, las pasiones y las cuadraturas modernas del siglo XIX ceden a las ambivalencias. Voy a misa, practico yoga, leo al Dalai Lama y escucho canciones en inglés, mañana a ver qué pasa. ¿Para qué el drama?, rotos los límites que encuadran la realidad pasamos a los límites elásticos, que parecen estar pero cambian según la circunstancia. Somos religiosos pero... estamos a favor de la familia pero... hay que salvar al planeta pero... Llenamos la existencia al instante, el vacío espiritual se colma momentáneamente con la doctrina aceptada en ese tiempo: yoga, enneagrama, reflexología, tarot, kung fu espiritual, participación en la asistencia social que esté bien vista. No hemos cumplido con los ideales de una sociedad pasada que configuró a la sociedad actual, cuando abandonamos el proyecto de esos ideales, en este caso los modernos de orden y progreso, en una


permanente insatisfacción. Todavía no llegamos a la modernidad completamente y ya estamos en la posmodernidad. ¿Acaso esto es la democracia por la que tantos trabajaron? ¿Acaso esto es el sistema de partidos políticos que quisieron? ¿Y este es el país por el que tantos murieron? ¿Y el progreso no era la felicidad? ¿Qué no iba a explicarlo todo la ciencia? De ahí viene el desencanto, ¿qué queda por hacer? Por lo pronto reencantar al mundo, que en parte tendrá que ver con la vuelta al pasado, a lo premoderno, ¿qué no se era más feliz antes de la luz eléctrica y el automóvil?, ¿o del iPod? Pero una vuelta total al pasado es un engaño, ¿qué no estamos en un nuevo milenio? Probablemente una alternativa sería volver a la experiencia, sin publicidad, sin dinero de por medio, un back to basics viendo a futuro pero vivido en el hoy, esto es, una salida de la era de consumo excesivo en las circunstancias y necesidades actuales pero con sentido hacia futuro, salirse de la rueda de los deseos de un mercado voraz para dirigirse a un mañana más esperanzador satisfaciendo las necesidades del hoy.

trenes, la computadora e Internet, ¿No estaremos en tiempos donde se esté cuajando un nuevo proyecto? De ahí la falta de coordinación. Por lo pronto hay algunos problemas planetarios (que padecemos en lo local) que nos exigen actuar. Las condiciones de vida se han deteriorado y tomar conciencia de ello podrá servir para formular un nuevo proyecto que tendrá que ver con la integración de la humanidad, porque los humanos nos hemos acercado unos a otros aunque haya sido por nuestros problemas y sus consecuencias, por lo tanto las soluciones también tendrán que ser del mismo alcance pues todos estamos en esto. Sin quedarnos en el debate de cómo bautizar al tiempo, saltar a la acción. Pensar es necesario, pero no quedarnos en el debate de cómo bautizar al tiempo; debemos saltar a la acción, actuar en una realidad que está más allá de las etiquetas, enfrentarnos a una realidad concreta, hoy, sin más.

Parece un eterno ser adolescentes, a desear lo inconquistable, y nos ponemos modernos con nuestras preocupaciones premodernas en tiempos posmodernos, esquizofrenia total versión light. De la misma manera que se alzó la modernidad como un proyecto sin definición precisa, tomando la ciencia como bandera, que trajo la democracia, el capitalismo, los

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La condición postmoderna: un diálogo/relato para espíritus jóvenes. Dentro hay cosas de filosofía y un conejo David Esquivel

A manera de relato A finales del siglo XX, primero en el contexto de la arquitectura y luego en distintos espacios académicos, comenzó a circular el rumor de que, como decía Bob Dylan, los tiempos estaban cambiando y la civilización occidental estaba entrando en la postmodernidad. Muy probablemente el profeta del Folk no pensaba en lo mismo que Vattimo, Lyotard, Foucault o Derrida. Los tiempos, en efecto, ya eran otros y tuvo que llegar el año de 1989 para que un grupo de alemanes fuera capaz de derribar un muro y con ello el mítico relato del socialismo que vendría a acabar con la desigualdad, la pobreza y la avaricia del ser humano. Aquel pequeño ser empollado durante el siglo XIX y que rompió el cascarón en la lejana Rusia a principios del XX, daba sus últimos suspiros en las calles de Berlín, veinte años antes de comenzar el nuevo milenio. Esto te lo cuento a ti como a mí me lo contaron mis padres, la televisión, uno que otro libro y mis profesores de filosofía. Tú y yo apenas nacíamos para entonces. Nos contaron también otras historias: La Guerra Fría, unas de árabes, judíos y palestinos, varias de crisis

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económicas y una mentira grande y gorda llamada Neoliberalismo. Al parecer, y otra vez, según cuentan, nos ha tocado venir al mundo en tiempos complejos, (un tal Fukuyama tuvo la ocurrencia de decir que estábamos frente al fin de la historia). Nacer en semejantes condiciones... ¡Qué poca madre! ¿No? Yo aún me pregunto si un asunto de este calibre tendría alguna importancia para alguien que hubiera nacido en el año 645 de la era cristiana. Lo imagino entregado al insomnio en una noche fría de invierno, acostado en su cama de paja: –Todavía faltan 876 años para que comience el Renacimiento, ¡Uuuuuta, qué hueva!–. Para bien o para mal, desde un extremo o desde el puro margen, nos ha tocado participar del mundo occidental y sus discursos (hablamos castellano y poco más). Esto no es, en medida alguna, un asunto sin importancia. La forma como concebimos el mundo ahora, nuestra cosmovisión para que suene más chido, depende totalmente de ello. De haber conservado el modo de pensar de nuestros antepasados mesoamericanos, o de haber nacido en Ur o en Atenas nuestra concepción del tiempo habría sido totalmente distinta. Sabios astrónomos o humildes campesinos, concebiríamos el discurrir de esa cosa llamada tiempo como una concatenación de ciclos eternos, marcados por la destrucción y renovación de un sinfín de mundos posibles, y todos a nuestro alrededor compartirían más o menos la misma idea. El mundo cristiano occidental no comparte esta noción antigua del tiempo. Para los cristianos, el Universo


ha sido creado en un momento determinado (concebible o inconcebible, escrito en un libro o no, pero momento al fin), luego, el mundo deviene, “progresa”, se desarrolla, va del punto A al punto B, donde punto B quiere decir el fin de una línea, el Apocalipsis, el fin de los tiempos, la vuelta al paraíso perdido, etcétera, etcétera. Dadas estas circunstancias particulares, no resulta extraño que desde nuestra situación conservemos la tendencia de ver al tiempo como algo fraccionable y progresivo (de no ser así tal vez no lo entenderíamos aún), como un conjunto de épocas. A la prehistoria le sigue la historia (la historia de la Historia, quiero decir). Civilizado el humano, capaz de dejar un testimonio escrito de su paso por el mundo, lo demás podemos organizarlo: Antigüedad, Edad Media (tiempo oscuro entre dos luces, según dicen), el Renacimiento, la Modernidad y, con sorpresa o no, la Postmodernidad.

Nuestro lugar en la historia de las ideas Sin saberlo ni pedirlo, se afirma y se rumora que la postmodernidad se nos vino encima. ¿Qué carajos puede significar eso para alguien como tú o cómo yo, o para quien con dieciseis años cayó muerto en Villas de Salvarcar, y para quien busca trabajo y no encuentra junto a veinte millones de ninis más? ¿Quién como nosotros puede tener el desdichado lujo de pensar su mundo, su historia, y ejercitarse en filosofía? ¿Para qué? Pensar la postmodernidad puede verse como una actitud frente a un estado de cosas que incluyen a la historia, el saber, la ciencia, la tecnología, el lenguaje, la economía, la vida social e individual y todo lo que puede abarcar esa palabrota que es la Cultura. Dicen también los que saben, que la Postmodernidad es la condición en la que se encuentra el saber en las sociedades desarrolladas. La mayoría de los promotores de esta idea son o fueron profesores en universidades de países como Canadá, Estados Unidos, Francia, Inglaterra y algunos otros. Es muy probable que, bajo esta perspectiva, resulte imposible para nosotros el considerarnos postmodernos. Lo cierto es que algunas ideas no conocen fronteras y las repercusiones de lo que se discute en estos sitios tienen impacto en la vida de todos los seres humanos alrededor del mundo. Dadas las condiciones de injusticia prevalecientes, muchas de ellas heredadas de la modernidad, el tiempo no discurre de la misma manera por todos los rincones del mundo. Hace menos de cien años, mientras Europa y Estados Unidos disfrutaban de las mieles del progreso y los años locos, la Rusia gobernada por los zares seguía atrapada en la época feudal. De la misma manera, grupos humanos en la Sierra Negra de Puebla o entre las selvas de Chiapas, por citar algunos casos, se debaten todavía por integrarse o no a una dinámica propia de la modernidad: la pertenencia al Estado Mexicano como ciudadanos, la transformación de sus estilos de vida tradicionales y la adopción de otros distintos debido a la migración masiva, la pérdida de su identidad, etc. México es el país en el que a ti y a mí nos ha tocado vivir, América Latina es también nuestra geografía, el lugar en donde más de quinientos millones de habitantes compartimos formas

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de vida similares. Ambos son espacios premodernos, modernos y postmodernos en donde las temporalidades se entrelazan ya que el devenir de nuestra historia no ha seguido, necesariamente, los pasos del otro Occidente más desarrollado. Unas veces a cuentagotas, otras en verdaderas oleadas, hemos abrevado de ideas que en muchos casos no se gestan en nuestras latitudes pero nos afectan irremediablemente. Pensamos en castellano, portugués, francés, las lenguas europeas de Cervantes, Vasco da Gama y Luis XVI. Confinamos al cajón del olvido al náhuatl y al quechua. Nos volvimos “modernos” a punta de espadas y catecismos, de tomos importados de la Enciclopedia Francesa y revoluciones región 4. Nos volvimos postmodernos por vía de ayudas caritativas disfrazadas de “proyectos para el desarrollo”, a punta de golpes de Estado y muros en las fronteras, revoluciones, guerrillas, vendiendo petróleo y mano de obra, instalando maquiladoras, consumiendo andanadas de publicidad y tomando coca-cola. Y henos aquí, viviendo el pastiche de nuestra historia. Creo que a estas alturas es más difícil estar seguros del asunto que tratamos aquí. Que si la historia va o viene, que si aquí nos tocó vivir, y qué mal o qué bien, que el moderno soy yo y el postmoderno es aquel. Por difícil que parezca creer, han corrido ríos de tinta sobre este tema. Señores y señoras muy solemnes que se hacen llamar “académicos” organizan reuniones y coloquios, leen muchos libros, escriben otros tantos, hacen comentarios sobre libros que versan sobre otros libros escritos por un sujeto que vive al otro lado del mundo y que dice que sí, que vivimos en tiempos en los que la vida humana se rige por una serie de relatos y que de nuestra posición frente a estos relatos depende el tipo de mundo en el que vivimos. Si las cosas son así, si en realidad este es un asunto para tipos raros que leen mucho, hablan raro y usan lentes, entonces deberíamos dejar de preocuparnos. Si ellos han creado este galimatías, pues que lo

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resuelvan solitos y todos contentos. Vivimos en tiempos en los que pensar no está muy de moda. Dichoso tú que has podido alejarte un momento de la televisión o del cuchicheo banal y altamente adictivo de las redes sociales (yo apenas lo logro). La filosofía tiene fama de ser el ejercicio del pensar por excelencia. Al mismo tiempo, semejante actividad carga con otros muchos prejuicios nefastos como su inutilidad, o la tendencia de sus practicantes a perderse en discusiones sin sentido, en choros interminables y hondos como abismos. Este asunto de la postmodernidad bien podría ser uno más de ellos. Sin embargo, en el panorama oscuro de estos tiempos creo que algo de respetable puede haber en una actividad humana que, como la filosofía, despierte en nosotros el interés por comprender lo que sucede a nuestro alrededor. Más que una labor teórica propia de académicos, pensar en la existencia o no de una condición postmoderna puede ser un ejercicio relevante que, si bien no aporta respuestas contundentes sobre la forma de vida actual, sí puede llevarnos a plantear las preguntas adecuadas y actuar en consecuencia. Situaciones postmodernas Sería bueno que el asunto este de la postmodernidad se quedara al margen de una discusión sobre el tiempo. Uno de esos temas para elucubrar en domingo y nada más. Sería aún mejor que alguien pudiera entregarnos


un calendario con la muy pertinente leyenda: 2011, año chino del conejo y, por debajo año 32 de la publicación de La condición postmoderna1 de François Lyotard, con la foto del conejito y del doctor Lyotard incluidas. Lo cierto es que los teóricos expertos nos advierten: cuidado, este asunto va más allá de los almanaques. En algunos remotos rincones de remotas universidades, tipos curiosos dedicados al innoble oficio de pensar se dieron cuenta de que no vivimos más en el mundo que Descartes, Kant, Hegel y Marx construyeron para nosotros. Un mundo ciertamente cómodo tanto que, si uno se daba el tiempo de mirarlo con calma, resultaba hasta agradable. Los filósofos habían sido los arquitectos de una linda casa ubicada en el barrio Occidente, casi esquina con Modernidad. Adentro estaban perfectamente organizadas, como una colección de tazas en el anaquel, las categorías del entendimiento. En el refri dormían a buen recaudo la Res Pensante y la Res Extensa. El principio de razón suficiente era como un mullido sillón en el que se podía estar a todas anchas. Como otros muebles conocidos estaban también la idea de Espíritu Absoluto, de Revolución, de Yo y de Otro, de Burgués y de Proletario, de Consciente e Inconsciente... Y que sí, que la casa es bien cómoda y se vive de lo lindo, tout va très bien por la avenida del orden y el progreso.

Una buena actitud de pensador de lo posmoderno es aquella que es capaz de plantarse con incredulidad frente a los grandes relatos.

La filosofía, que durante tanto tiempo sirvió a Occidente para legitimar las reglas de lo que tenemos a bien llamar conocimiento, como conjunto de saberes, no es otra cosa que uno más de los relatos sobre los cuales fundamos lo verdadero y nuestra posibilidad de comprender el mundo y actuar sobre él. Eso es justo lo que les interesa destacar a los que se han puesto a pensar en la postmodernidad. Dejemos de ser ingenuos, seamos capaces de poner en juego la veracidad de lo que nos han contado.

Quizás el más importante de estos relatos, considerando el impacto que tiene en la vida de miles de millones de seres humanos, sea el relato del Saber. Ya en el siglo XVI un brillante consejero de la corte inglesa de nombre Francis Bacon, ponía los cimientos del proyecto moderno al afirmar que el Saber es Poder. Poder para transformar el entorno y hacer de

Por supuesto que en Occidente hay de relatos a relatos. El impacto de cada uno de ellos en las formas de vida humana ha variado con el tiempo. Algunos hombres nacidos en el siglo XIX crearon el relato de un mundo idílico en el cual los obreros fueran dueños del fruto de su trabajo, la riqueza generada estuviera bien repartida y se desterraran del mundo la pobreza y el abuso. Hoy cada vez son menos los seres humanos que creen en esa ingenua posibilidad. La muerte de aquel relato significó el auge de otros. La posibilidad de hablar de postmodernidad radica justamente, en la caducidad de algunos de esos grandes discursos de la modernidad: el socialismo, el poder omnímodo del Estado, la ciencia como fuente de progreso y bienestar para los seres humanos, etc.

Se puede leer en español en la edición de Cátedra de 1987. Altamente recomendable la lectura de La postmodernidad (explicada a los niños), del mismo autor y editada por Gedisa.

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la razón el instrumento que llevaría a la humanidad a alejarse de los males que la aquejaron durante milenios. Poder para aplicarse en un sinfín de ámbitos y que la “luz de la razón” fuera una lamparita para explorar e iluminar los más sórdidos y oscuros rincones de la humanidad. Desde que nos bajamos del árbol hasta la invención de la escritura hay miles de años, pero entre los hermanos Wright y la llegada del hombre a la Luna, apenas unas décadas. La clave del éxito de estos primates que somos y seremos, radica en nuestra capacidad para generar y transmitir información a las generaciones futuras. El relato del Saber es más que un relato en la medida en que consideramos sus resultados. Podríamos pasar horas y horas discutiendo sobre los incontables beneficios que la ciencia asociada a la técnica ha aportado al estilo de vida contemporáneo. Ahora te escribo esto desde una computadora barata y hecha en China, tú lo podrás leer en una nueva y fabulosa pantalla de plasma, tu prima la fresa en su nuevo iPad y luego todos seremos amigos en Facebook. Hasta ahí todo bien, el problema comienza cuando el cuento de hadas que era para los modernos el saber/poder se descompone y nos muestra su otra cara: bajo preceptos estrictamente racionales, la modernidad encerró a los locos que vagaban felices por los campos2 ; ejerciendo esa misma razón se crearon exquisitos instrumentos de tortura, desde el aparato que aplasta dedos hasta la cárcel, el hospital, la escuela y la fábrica perfectamente vigiladas y perfectamente productivas. Y así, el relato del saber y su poder han generado una larga lista de linduras: desde el gas mostaza hasta la AK-47, las drogas de diseño, el Fondo Monetario Internacional, los talk shows y el insaciable deseo de consumir como enajenados hasta lograr el sueño de ser Totalmente Palacio. Nos lo han contado así y nosotros lo hemos creído. Si unos relatos ya no son efectivos, si se han quedado guardados para los archivos de la historia occidental, hay otros tantos que han cobrado fuerza y que, sin lugar a dudas, impactan directamente a las formas de vida tanto en el mundo desarrollado como en el subdesarrollado. Es justo ahí donde todo este asunto cobra relevancia para nosotros. Se dice que los pensadores ilustrados del siglo XVIII eran afectos a plantar árboles de la libertad y a danzar en torno a ellos. Nadie podría culparlos por creer que la razón podría dar frutos positivos para la humanidad. La candidez de los modernos se transforma cuando somos capaces de ver cómo el criterio de eficacia asociado al saber/poder se manifiesta actualmente en nuestras sociedades. En algún rincón de La condición postmoderna, el Dr. Lyotard habla de la relevancia que tiene el criterio de eficacia para el mundo que vivimos, tanto en materia de justicia social como en términos de verdad científica. Los “decididores” del mundo han lanzado al mundo la nueva divisa: “Que todos seamos eficaces o nos aprestemos a desaparecer”. Para estas alturas ya puede parecernos evidente que las ideas bajo las cuales se ha conformado nuestro mundo no son del todo inocuas. En el lenguaje del cual somos usuarios,

Loco o loca en ese entonces equivalía a prostitutas, epilépticos, indeseables varios, homosexuales, vagos sin oficio, masturbadores compulsivos, etc., eso era más o menos en el s. XVI. Si te interesa saber más sobre el tema puedes consultar: Historia de la locura en la época clásica de Michel Foucault, editada en el Fondo de Cultura Económica.

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en la forma en que nos movemos por el mundo y aceptamos vivir en democracias y participar de la sociedad de la información y del consumo, subyace toda la historia del Occidente, moderno o postmoderno. Evidentemente, no podemos hacer juicios absolutos sobre la positividad o negatividad de este nuevo estado de cosas llamado postmodernidad. En nuestra época disfrutamos de desarrollos con los cuales un moderno apenas soñaría. Los horizontes de la comunicación se han expandido de forma extraordinaria, la vida no sujeta a los estándares de la mediatización resulta cada vez más impensable y el aventurado Robinson de nuestro tiempo es aquel que tiene el valor de permanecer desconectado de la red por más de una semana. Vivir nuevos tiempos regidos por nuevos relatos, trae consigo una serie de nuevos problemas que los filósofos, y nosotros con ellos, pueden plantear. Si aceptamos que los relatos de nuestro tiempo se centran en la aplicación del saber científico, político y económico bajo el criterio de la mayor eficacia, entonces también debemos tener la capacidad para asumir las consecuencias que esto tiene para nuestra vida y la de millones de seres humanos. La generación del conocimiento y su aplicación en forma de tecnología son una característica compartida tanto por la modernidad como por la postmodernidad. Si para un moderno resultaba natural que las ideas tuvieran un impacto necesariamente positivo en la cotidianidad, en nuestros tiempos esto no resulta tan sencillo. A diferencia de aquellos, nosotros no podemos ser tan idealistas. Hoy vemos que aun cuando se genera conocimiento en grandes cantidades y de forma vertiginosa, y nuestro acceso a estos desarrollos es más fácil que entonces, esto no ha significado una mejoría importante en las condiciones de vida de millones de humanos. Es cierto que ahora algunas personas tienen acceso a vacunas de última generación, medios de comunicación en tiempo real y la posibilidad de estrenar

una fabulosa rodilla biónica cumplidos los ochenta, sin embargo para muchos otros persisten problemas como la creciente desigualdad, la marginación tecnológica y el rezago educativo. En plena modernidad, el relato del saber estuvo asociado no solamente con la erradicación de la ignorancia y el malestar sino también con la producción de bienes y riqueza. El ideal burgués, del cual participamos todavía, ha llevado a la exaltación de valores como la eficiencia y la productividad. Debido a ello nuestros padres y los padres de sus padres y también nosotros, para qué negarlo, nos hemos casado con la idea de que el mejor estilo de vida posible es aquel en el que pasamos años sujetados a un sistema educativo (rueda de hámster idealizada) cuya misión principal es adiestrarnos para ingresar al mercado laboral y ser productivos. La productividad en tiempos postmodernos no se mide, como antaño, en metros de tela de lana producida por jornal, sino en el incremento de la capacidad humana para procesar información. Las necesidades de consumo actuales han generado una división extrema en el mundo. Los países ricos en el norte se dedican a producir publicidad, servicios, formas de entretenimiento y modelos de vida. Los países al sur que se han integrado al sistema, se convierten en enormes fábricas tecnológicas, como es el caso de India o China. Quienes no han podido dar

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este paso, han pasado a formar parte de un mundo informáticamente subdesarrollado, jodido por partida doble. Al parecer, la posición de nuestro país en el mundo postmoderno no es del todo ventajosa. Durante las últimas décadas del siglo XX y la primera de este siglo, México se ha ido convirtiendo en un territorio maquilador. El progreso, decían los políticos, vendrá a nosotros como el maná del cielo en la medida que nuestra población se convierta en mano de obra calificada. El negocio es del todo ventajoso dado que educarse y vivir como mexicano resulta mucho más barato que ser un obrero de GM en Detroit o de Nissan en Japón. Dadas las condiciones de nuestra labor técnica, los mexicanos no tenemos por qué participar del relato del saber. Nosotros nos limitamos a armar los frutos de una ciencia que cada vez nos es más lejana (quienes nos gobiernan lo saben y dedican menos del 1% del PIB al desarrollo de científicos mexicanos). Las herramientas que debemos tener para ser “exitosos” en el mundo contemporáneo no van más allá del manejo de una computadora y un “poquito” de inglés. ¿Para qué preocuparnos si lo que no se aprende en nuestro paso fugaz por la escuela se cubrirá después con lo que encontremos en la Wikipedia? ¿De qué le sirve a una sociedad como la nuestra que sus jóvenes sean capaces de pensar por cuenta propia? Después de todo, de esto se trata nuestro diálogo. Si la postmodernidad existe o si se trata de un parto mutante de la modernidad, todo viene a resumirse en la creación de un pretexto para pensar, un pretexto compartido por ti y por mí. En las Tesis sobre Feuerbach, un tipo llamado Carlos Marx se quejaba amargamente de que los filósofos no habían hecho otra cosa que pensar el mundo. Si pensar el mundo no ha sido suficiente y si aún somos capaces de reconocer el mal radical de la injusticia, entonces debemos asumir la responsabilidad que implica pensar el mundo para cambiarlo. El primer paso para un cambio implica la capacidad que tengamos para ser críticos frente a los hechos del mundo y las ideas que los sustentan. Efectivamente, la postmodernidad como relato tiene un lado oscuro que nos afecta. Debemos reconocer que el relato del saber/poder, aplicado a todos bajo el criterio de máxima eficacia, impacta la vida de algunos seres humanos de forma benéfica, pero al mismo tiempo ha generado verdaderas atrocidades que afectan la vida de muchos más. Gran parte del sistema en que vivimos se mantiene gracias a la producción en masa de objetos de deseo. Deseamos ser como la rubia brasileña que usa Prada, o ser exitosos como Messi, lo cual no lograremos si no compramos unos zapatos Nike. La sociedad actual ve con buenos ojos y eleva a la categoría de virtud el denodado y absurdo esfuerzo del humano que trabaja para obtener tales objetos de deseo (somos el burro que persigue la zanahoria atada al palo). Al mismo tiempo, esa misma sociedad se extraña al ver que cada vez más jóvenes se unen a las filas del crimen organizado, sin percatarse de que tanto ellos como el pequeño burgués también han sido inoculados con el deseo de poseer esos nuevos “objetos sagrados”. Tal vez sea cierto que, en determinadas circunstancias, los sueños de la razón producen monstruos. Tal vez sea bueno que sigamos pensando. En Santa María la Ribera, México, D.F. 10 de febrero de 2010.

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Ilustración: Pako Zúñiga


Desencantamiento y crítica Blanca Fátima del Rosario Hernández Morales El orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas. Baruch Spinoza

Las relaciones entre los hombres y la configuración de ideas que tienen acerca de sí mismos, tanto como individuos y sujetos a una colectividad, conforman el básico apuntamiento de lo que es el mundo; la mayor parte de la historia de la humanidad ha estado ocupada en construir el desarrollo de esa red multidiscursiva. En una etapa primaria del hombre, un primitivo lenguaje nació de la unión pura e increada con la naturaleza. Hasta antes de los primeros asentamientos humanos, cuando la vida nómada imperaba, el hombre circulaba en una naturaleza confusa e instintiva, sus manifestaciones le eran siempre inmanentes, su voluntad se encontraba derramada en la naturaleza sin lograr diferenciarse; y aún con su falta de palabra, el hombre formaba parte del conglomerado simple y continuo de fuerzas desconocidas. La expresión, como acción maximizada del hombre, sólo fue auténtica cuando él desconocía saberse en su yoidad y no concebía sus extensiones o limitaciones, es decir, no había intentado descifrarse. De modo que todas las expresiones humanas no sólo contaban con un carácter de fidelidad con la cosa misma, sino que, laboriosamente, eran espontáneas impresiones móviles y vivas. La expresión era un continuum impresionista de lo que se está viendo, no de lo que se sabía o de la representación objetual que el individuo hubiese elaborado. En tanto la visión era impresionista la cosa gozaba de toda la atención, todos sus elementos eran abordados de modo imprescindible y sin añadidos ni impedimentos; era una tarea orgánica, directa e inmaculada al no encontrarse manchada de suposiciones y representaciones. Para el hombre primitivo todo era homogéneo porque todo era momentos determinados de una misma realidad latente mostrada por la unidad perceptiva; la propia materia era moviente y partícipe del todo real. El carácter mágico justamente era lo que permitía todo ese desenvolvimiento. La magia, en este caso de voluntades paleolíticas descritas, no se trata de una noción que va de la mano con una actitud religiosa ni con la trascendencia espiritual, más bien se refiere al uso de la memoria para petrificar el momento de la naturaleza; el pensamiento mágico era la adherencia a lo concreto pero aludiendo a lo vivido. Las pinturas rupestres de las primeras dos escuelas del Paleolítico –Francocantábrica y Levantina- representan lo anterior, sobre todo las imágenes relativas en la Cueva de Lascaux y de Niaux. En ellas la obra contiene la cosa misma que está afuera de la caverna en un ejercicio de agudización de la sensibilidad. Era un tipo de magia que se producía desde la semejanza no desde la representación, puesto que las formas en que es elaborado el arte parietal, específicamente del Paleolítico, contienen todos los detalles naturales del animal y de la escena, los rasgos cobran movimiento, el animal se presenta mucho más grande que el hombre minimizado y miserable. Lo más importante: el hombre se muestra como un ser pasivo que sólo busca lo que necesita.

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Era un momento mágico por encantado, se trataba de encantar –de volver piedra- los momentos del despliegue de la naturaleza, de la materia animada, para crear el momento deseado (la satisfacción de necesidades). Desde un inicio las manifestaciones humanas estuvieron enlazadas a la satisfacción de necesidades. Pensar de otro modo sería sustraer al hombre de su propia historia natural y material; en un ambiente agreste y violento la principal preocupación era, sin lugar a dudas, la procuración de alimento. Siendo así ¿porqué hubo una renuncia posterior a las condiciones materiales de subsistencia? Dicha renuncia es la conjetura exacta para la maximización idealista de las acciones; el cambio de procuración de satisfactores a administración de recursos surtió un efecto dominó en la sensibilidad: desde las fuerzas materiales en la búsqueda de alimento hasta su repartición e intercambio, ella quedo marcada por el signo de la organización. Así, en un primer momento, la lucha interna y eterna de la naturaleza podía ser concretizada en imágenes; en otras palabras, el suceso natural se contenía en la mágica imagen concreta, pero no se trataba de un conocimiento sintético o ideal, de parcelas distintas de la naturaleza, sino que se develaba el propio desarrollo de la realidad empírica en la ejecución de la memoria de la experiencia. No había diferencia entre concepto y realidad, todo era viviente. El encantamiento estribaba en el ser sorprendido por la cotidianidad no proyectada. Sólo en este sentido cabe hablar de expresión auténtica; justo antes de la dominación del conocimiento como cálculo de posibilidades y como garantía de sobrevivencia. Sin embargo, con la aparición de la agricultura y los asentamientos humanos comienza el sentido de acumulación, ciclo y trascendencia de la realidad. Las expresiones de los hombres se vuelven imperativas, versarán sobre cómo hacer las cosas más allá de producir la memoria de la experiencia, de ahí que sus expresiones empiecen a ser abstractas y más inclinadas a fijar directrices planificadas que a crear imágenes. De una existencia creativa y errante se pasa a un pensamiento con potencial evolutivo que genera para sí mismo la intuición de finalidad y certeza, condiciones que lo llevarán a fabricarse la idealidad. La narración mítica como justificación del estado de cosas se autoimpone sigilosamente, dice Ernst Cassirer en referencia a los mitos “[...] pronto se convirtieron de narración en doctrina [...]”1, y la creación empieza a cargar consigo el carácter utilitario de la planificación. Rara vez el pensamiento historizado se presentará como aquella fusión de experiencia-memoria-sufrimiento que se manifestaba en la particularidad del momento. La abstracción permitirá que florezcan grandes civilizaciones, las variables sustituirán a la masa de energía desconocida; agua, aire, fuego y su mutua implicación constante motivarán las explicaciones y las descripciones racionales. Este desplazamiento se volverá una constante en la historia

1 Cassirer, Ernst., Filosofía de las formas simbólicas 2, El pensamiento mítico, Fondo de cultura económica, México, 1971, p.13

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donde los hombres estudian lo medido y experimentan posibilidades. Superada la esclavitud a las urgencias materiales pareciera que el hombre está preparado para liberar su pensamiento y “ahora sí” crear auténticamente, ignorando que las posibilidades de creación son a la vez cercenamiento de la vida y que pensamiento es, ante todo, limitación. El escenario se torna por demás trágico, los acontecimientos acuden a él teñidos de angustia ante la elección de lo existente. Hoy la necesidad surgida de la idealización es contener las huellas de violencia, temor y agotamiento que invaden nuestra voluntad. Somos arrojados al monstruo que significa escapar a la vida natural preestablecida. La necesidad de un juicio crítico a la razón es intrínseca al desarrollo de la subjetividad contemporánea, pues es a partir de los momentos contradictorios y reflexivos que se desprenderán las corrientes de pensamiento que ocupan nuestra atención en la actualidad. Llegado a este punto es importante plantear el culmen de la rigidez de las estructuras del mundo (desencantamiento), simultáneo al advenimiento de una multiplicidad problemática por la incursión de la técnica en el mundo del hombre, como una segunda naturaleza y un reencantamiento tecnológico. Cómo el individuo ha transformado su relación inmanente con lo real y ha pasado de una homogeneidad natural que permitía la creación concreta, y por tanto heterogénea, a una homogeneidad autoimpuesta por él mismo en su afán de caracterizar uniformemente el mundo y autorepetírselo reproductivamente. El despliegue de la razón instrumental inicia cuando el hombre que acumula más allá de sus necesidades latentes, planifica y discute la sobra de alimento acentuando sus expresiones como indicativas más que ilustrativas de la realidad empírica. Es decir, cuando surge la idea de la imposibilidad de aprehender la totalidad de lo real y lograr la adecuación nombre-cosa, se entra en conflicto y se mutila la noción de verdad; el hombre idealiza y categoriza su realidad, nace en él el carácter finalista y se sitúa por encima de la naturaleza; de modo que el sometimiento a la inmensidad, la creatividad que petrifica a momentos la totalidad y el desarrollo de lo primariamente dado, va reduciéndose a razón de lo mesurable. Desde entonces, la historia de la humanidad se ha caracterizado por transformaciones y momentos de crítica donde se vive en ambivalencia entre el encanto y desencanto; el devenir de la humanidad ha creado sus propios supuestos que idealiza, los vuelve sobre sí y los desecha. Con el romanticismo y el ambiente premonitorio de sospecha por parte de Arthur Schopenhauer, Karl Marx, Friedrich Nietzsche y Max Weber, se inició la constatación de que la razón había errado el rumbo y que vivía en la autocomplacencia ociosa de una egolatría fincada siglos atrás: la Ilustración. Max Weber es el primero que convierte en lugar común la afirmación de que la esencia de la modernidad es la desmitificación y alejamiento del mundo, el poder de la religión se ha agotado y la idea de mundo empieza a validarse desde sí misma. 2 Se trata del triunfo de la razón

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abstracta en pos de la estructuración del mundo y del proceso de socialización que comenzó con la ciencia helena. A finales del siglo XIX la realidad se seculariza, se racionalizan todas las imágenes y con ello se impide que la idea de mundo se conforme a través de distintas perspectivas de la vida y la existencia, el descentramiento del mundo ha llegado y con él los nuevos símbolos que reemplazarán a los dioses huidos. El proceso de racionalización acapara todos los ámbitos sociales, las formas de pensar se limitan al instrumental uso de descubrir los medios más efectivos para alcanzar los fines; éstos en el inicio de la modernidad eran las imágenes del mundo, sin embargo, al mediatizar la razón, fueron relegados a segundo plano, pues era más importante el proceso técnico de ordenación en que se efectuaba el pensamiento que la captación simultánea que ofrecía la totalidad de lo real. Al respecto Adorno señala que: Las personas tienden a tomar la técnica por la cosa misma, tienden a considerarla como un fin en sí misma, como la fuerza dotada de entidad propia, olvidando al hacerlo que la técnica no es otra cosa que la prolongación del brazo humano. Los medios –y la técnica es la encarnación suprema de unos medios para la autoconservación de la especie humana- son fetichizados, por lo fines –una vida humana digna- han quedado cubiertos por un velo [velo tecnológico] y han sido erradicados de la conciencia de las personas. 3

Por lo anterior, pensadores como Weber o Dilthey rechazaron el monismo metodológico para la conformación de la visión del hombre en todos los planos de su desenvolvimiento e iniciaron un nuevo enfoque comprensivo de las ciencias del espíritu. Éstas, más allá de ser una simple clasificación (ciencias de la naturaleza/ciencias del espíritu), representan un primer intento de superación del carácter totalizante de la razón, pero todavía no significan un intento claro por indagar los fundamentos de la fragmentación en la condición del hombre; la razón técnica exigió para sí misma la constitución de razón universal. En Weber, esta determinación de la razón técnica para la esquematización de las estructuras burocráticas y el descentralismo característico de los últimos tiempos, son la evidencia de que el mundo se ha alejado de los hombres, dejando atrás la relación inmanente que habría tenido en un principio con la propia constitución humana y la naturaleza; esta última ha quedado despersonalizada en la medida en que se le comprende mediante la explicación objetivizante. No hay pensamiento más subjetivista del proceder racional que el positivismo. La desvinculación del todo social respecto del ámbito científico es sólo el primer incidente devenido de la condición racional hasta entonces adquirida; el objeto como mera cosa para el sujeto pierde su consistencia

Cfr. Weber, Max., La ética protestante y el espíritu del capitalismo, quinta edición, ediciones península, Barcelona, 1979, pp. 124-126. 3 Adorno, Theodor, W., Educación para la emancipación, Ediciones Morata, Madrid, 1998, p. 88 2

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teórico-explicativa para regirse por la constatación. La naturaleza pierde incondicionalidad y, por tanto, la imaginación se torna fenoménica y relativa al relato interpretativo del sujeto. La trascendencia, en un inicio sólo imaginada, ahora, con el mundo dado a la conciencia, ha convertido al mito en dominio. En realidad el mito proviene de los aspectos distintos de la vida cotidiana, no es un protoconocimiento sino un marco lógico para adecuar las contradicciones de lo que nos rodea; es, en un inicio, una deformación de las apreciaciones inevitables a la salida de la caverna, es el primer esbozo de explicación y la primer renuncia a la materialidad. De su incondicionalidad nacerá su poder, los saltos de lo explicativo concreto quedarán subsumidos a la narración mitológica que después tendrá sus objetivaciones a modo de representaciones y que, ya en continuo aumento, legitimarán la narración segunda de la naturaleza. La conciencia que sobre el mito recaiga tendrá lugar sobre terreno volátil, alejada de la relación con las cosas empíricas y sojuzgada al dominio de su propio mundo identificado. La conjura que de esto se desprende nos alcanza hasta nuestros días: la relación imagen-cosa. De este modo, el pensamiento queda envuelto en la representación y obligado a recluir en sí todo movimiento que se le parezca. La integración del sujeto en la ininteligibilidad, desde el momento en que establece el orden en lo sobrenatural, no puede darse por otra vía que la normativa; entonces, la normatividad histórica que se elabora como mezcla de humanidad y divinidad ha de perderse lo realmente acontecido fuera de ella. La antropomorfización del entorno acaece y lo vuelve comunicable en términos prácticos y no nominales. El mito aparece con un carácter circular pues él mismo genera sus actualizaciones, si bien es cierto que pensar en “los comienzos” es una suerte de imaginería, es claro también que el inicio del todo se conciba según las posibilidades de cada época y, aunque ello sea una conducta nostálgica, evidencia el carácter circular del enfrascamiento mítico, dice Freud en Totem y Tabú “[...] la imagen refleja del mundo interior se superpone, en la época animista, a la imagen que actualmente nos formamos del mundo exterior y la oculta a los ojos del sujeto”4. El hombre le otorgó inmediatez al relato mítico. Cuando la narración respondió a fines comunicables el estatuto de verdad se volvió difuso y se trastocaron realidad y fantasía, viviendo míticamente en el mundo ordenado. Esta simbiosis, que derivó en la magia para la autoconservación (encantamiento), sigue proyectándose en todos los ámbitos de la vida cotidiana: se trata del modo ineludible en que construimos el mundo, la extrapolación de la capacidad humana que se construye a través de la necesidad de significar el mundo y de establecer el control por medio del cálculo. György Lukács, en Historia y conciencia de clase, describe que la racionalidad se ha orientado a cohesionar los aspectos de los fenómenos que tienen la capacidad de ser captables y reproducibles por el propio entendimiento, de ahí que se generen con el carácter, ya en sí mismos, 4

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Freud, Sigmund., Totem y tabú, cuarta edición, Editorial Alianza, Madrid, 1970, p.115


de dominación y previsibilidad. El hombre descubrió “[...] el principio de la conexión de todos los fenómenos”5. Si la vida racional requiere una fundamentación metódica es necesario entonces que el estatuto de verdad rija la construcción de la experiencia a modo de procedimientos; en ellos, el arreglo a fines es lo imperante y la acción estará cifrada a partir de la ponderación de los medios y los fines dentro del cálculo y la eficiencia. Este funcionamiento sistemático imperante en el transfondo de toda actividad (la propia acción es concebida de modo normativo) deslinda al individuo de todo intercambio reflexivo, lo mantiene en el interior de la maquinaria burocrática y adormece su experiencia reduciéndola a una suerte de vigilante de la funcionalidad [en cada institución se nos educa para que además del cargo nominal que desempeñamos todos tengamos la obligación moral de velar por los intereses de la propia institución, pues somos nosotros quienes la componemos; unos más, otros menos, pero todos somos vigilantes de su funcionalidad]. Max Horkheimer en su Crítica de la razón instrumental, señala estos mecanismos de irreflexividad a los que somos sometidos los individuos por cuenta propia, de este sometimiento depende nuestra sobrevivencia: La siempre creciente uniformidad de los procesos técnicos facilitan a los hombres el cambio de ocupación. Pero esta mayor facilidad para el paso de una actividad a otra no significa que le quede más tiempo libre para la reflexión o para desviaciones respecto de los modelos preestablecidos. Cuantos más aparatos inventemos destinados a dominar la naturaleza, tanto más deberemos servir a éstos para sobrevivir.6

El desencantamiento es la desmantelación del momento mágico como fluir de la memoria para reflejar solamente la inmanencia del control del mito; Max Horkheimer y Theodor W Adorno en su acusador texto Dialéctica de la Ilustración, evidencian que el residuo del pensamiento es mera tautología: Lo que existe de hecho es justificado, el conocimiento se limita a su repetición, el pensamiento se reduce a mera tautología. Cuanto más domina el aparato teórico todo cuanto existe, tanto más ciegamente se limita a repetirlo. De este modo, la Ilustración recae en la mitología, de la que nunca supo escapar. Pues la mitología había reproducido en sus figuras la esencia de lo existente: ciclo, destino, dominio del mundo, como la verdad, y con ello había renunciado a la esperanza. 7

Lukács, Georg., Historia y consciencia de clase, Editorial Grijalbo, Barcelona, 1975, p. 157 Horkheimer, Max., Crítica de la razón instrumental, Terramar ediciones, La Plata, 2007, p. 99 7 Horkheimer, Max/Adorno, Theodor, W., Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos, Editorial Trotta, sexta edición, Madrid, 2004, p. 80 5

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El desencantamiento del mundo no es, de manera unidimensional, la superación del terror del hombre y la racionalidad devenida de ello. Existió un momento en donde liberados de ese terror los hombres pudieron hacerse cargo de su destino, o al menos lo intentaron; la Ilustración fue esa intención plena de servirse del propio entendimiento. Ella no solamente se trataba de la secularización del animismo y el enterramiento del miedo, sino que por primera vez el hombre se daba cuenta de lo que es en la suma de sus posibilidades, no del absoluto que pretendidamente llegará a ser sino de lo que ya es en potencialidad creativa. La ilustración sin brillo ocurre cuando la pérdida del miedo se afianza en el dominio de lo existente, en el reconocimiento de lo idéntico a ella misma, de ahí que su andamiaje sea la representación. Si con la magia paleolítica se habían vivificado las cosas, en la modernidad con el pensamiento representacional se identificaba toda la realidad circundante; voluntad y trabajo sólo se volvieron cómplices de semejante proceder donde la huída se convierte en retorno: Mitologizada en el mundo empírico, la racionalidad de la verdad se transforma en la repetición de la imbecilidad de los entornos de las imágenes, reconocimiento de la responsabilidad y el estímulo del trabajo de la conciencia. La inhibición de la conciencia como práctica y voluntad constitutiva del ser se vuelve reproducción sistémica de la verdad reproductiva del conformismo autocomplaciente”. 8

Ese fue el declive (anidado desde su potencialidad) de la Ilustración. El hombre, convertido en vigilante de la maquinaria, sufre a la vez el juicio de su propia cosificación. El pensamiento adormecido suprime su visión crítica; la narración progresista basada en la consecuencialidad comunicable devora la experiencia particular, y la naturaleza forzada a una unidad explicativa se vuelca a un yo irreconocible en él mismo. En otras palabras, el horizonte de desocultamiento crítico que se evidenció en el momento ilustrado ha quedado perdido. La racionalidad, que se caracterizaba objetiva, ha mantenido siempre la consigna de la autoconservación. En efecto, se puede hablar de una venganza de la naturaleza reprimida –ello radica en la absoluta importancia de los medios sobre los fines- justamente por cómo la naturaleza involuta, rellena de autoconservación y con agobiantes aditamentos para su preformación, se abalanza sobre el hombre y sobre toda su configuración, esto es, sobre ella misma. Es la asistencia al espectáculo de la autoaniquilación. Sobre esto radica la crítica de Benjamin cuando aduce en las últimas páginas de La obra de arte en su época de reproductibilidad técnica, “La humanidad, que fue una vez, en Homero, un objeto de contemplación para los dioses olímpicos, se ha vuelto

8 Matamoros, Fernando., “Solidaridad con la caída de la metafísica: negatividad y esperanza” en Negatividad y revolución. Theodor W. Adorno y la política, John Holloway (comp.), Instituto de ciencias sociales y humanidades BUAP/Herramienta ediciones, Buenos Aires/México, 2007, p. 205

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ahora objeto de contemplación para sí misma. Su enajenación ha alcanzado un grado tal, que le permite vivir su propia aniquilación como un goce estético de primer orden”.9 Ese desgarramiento apareció en su momento de mayor resplandor crítico: el idealismo. Por un lado, contaba con la negatividad como pulsión en el proceder de la experiencia de la conciencia que la llevaba más allá de sus propias formas de identidad y la hacía superarse a sí misma; la conciencia se exponía en cada tránsito y generaba su experiencia, siempre negativa, que la dividía y enfrentaba haciéndola derrocar las figuras que ella misma generaba y en donde, precisamente, encontraba su proyección; este enfrentamiento producía la contradicción, generadora de todo el movimiento impulsor de la fenomenología, pero, al mismo tiempo, todo apuntaba a la síntesis del pensamiento, a la unidad. Es decir, desde su nacimiento la experiencia estaba condicionada a la sintetización unitaria donde el reconocimiento estuviera garantizado. La negatividad estaba condicionada a la autoconservación de la autoconciencia, su proceder era su propia desgracia. Adorno de alguna manera alude a esa petrificada unidad de la experiencia que ha quedado anquilosada en el proceder contemporáneo -y que es necesario desarticular-; el propio título de su texto Consignas evidencia su deseo de ir en detrimento de la unidad racional, lo cual se logra a través de la utilización de la parataxis y de la escritura andante. En el prefacio de la mencionada obra, Adorno deja ver esta intención no dicha “El título Consignas sugiere la forma de una enciclopedia, que expone de modo asistemático y discontinuo aquello que la unidad de la experiencia organiza como constelación. [...] con consignas elegidas arbitrariamente [...]”.10 La referencia es aún más ilustrativa, Adorno alude a que la constelación y su predecesor, el campo de fuerza, son un modo del pensamiento que se desprende de esa unidad perceptiva y experiencial; no pueden ser otra cosa –constelación y campo de fuerza- más que correlatos críticos, de ahí que forzosamente la creación de intersticios críticos tengan que darse (complementariamente) sobre el camino de la lengua, en su incomunicabilidad y más bien cuidando su atonalidad y contradicción. De la mágica petrificación de la naturaleza primera a la petrificación de la experiencia del individuo actual se aúna la narrativa positivista que le garantiza y asegura al hombre una eterna función. Las cavilaciones del hombre han tambaleando desde la unidad perceptiva de la representación hasta la unidad de la razón consensual. Sin embargo, el estado de cosas mantiene más aristas. Simultáneo a la rigidez esquemática de la ordenación e igualación de la vida de los individuos, el medio científico y tecnológico ofrece al hombre un fascinante mundo flexible que es capaz, potencialmente, de reencantar la mirada histórico-creativa. La ciudad es el ejemplo del cumplimiento de los mitos recónditos de tiempo atrás. Necesario es indagar las distintas

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Benjamin, Walter., La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, Editorial Ítaca, México, 2003, pp. 98-99 Adorno, Theodor. W., “Prefacio” en Consignas, Amorrortu editores, Buenos aires, 2003, p. 8

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perspectivas en torno al momento contemporáneo y su extensión tecnológica. En relación a esto, el pensamiento de Walter Benjamin hace un apuntamiento singular basado en las vanguardias artísticas (sobre todo en el surrealismo) desde donde invierte la operación; la fuerza de la propia industrialización y el pensamiento identificador son los elementos constitutivos de la magia contemporánea. Susan Buck-Morss en su texto Dialéctica de la mirada, Walter Benjamin y el proyecto de los pasajes menciona: [...] si las instituciones se habían racionalizado en lo formal, este proceso permitió que el contenido fuese entregado a las más distintas fuerzas. Bajo la superficie de una racionalización sistémica creciente, en un nivel onírico inconsciente, el nuevo mundo urbano-industrial fue plenamente re-encantado. En la ciudad moderna, como en los ur-bosques de otra época, el rostro amenazante y seductor del mito está vivo en todas partes [...] se escucha el murmullo de su presencia en los planes urbanos más racionalizados que, con sus calles uniformes y sus hileras infinitas de edificios, han realizado el sueño arquitectónico de los antiguos: el laberinto. Aparece, a manera de prototipo de los pasajes, donde las mercancías están suspendidas y se empujan unas a otras en una confusión tan infinita, que (parecen) imágenes provenientes de nuestros sueños más incoherentes.11

La razón se encantó a sí misma y su maquinaria de desenvolvimiento, la industrialización cultural, representa la nueva naturaleza mítica que permea todos los ámbitos de la vida. El mito es lo que hace que nuestra realidad sea secular, repetitiva, uniforme. El pensamiento dialéctico está vedado, de ahí que Benjamin piense que los artefactos tecnológicos posibiliten la apertura a nuevas formas de sensibilidad. Si bien es cierto este encantamiento tecnológico no viene solo, se acompaña de la denominada industria cultural que bajo sus formas reprime nuestra creatividad e inquietud por acceder a esas nuevas formas de sensibilidad. El mito transfigurado desencantó al pensamiento mágico, pero retornó a él bajo la más oscura planificación. La posibilidad creativa de un nuevo simbolismo tendría que darse en el aprovechamiento del desarrollo tecnológico, como extensión de la sensibilidad humana, pero al mismo tiempo estando alertas y críticos con el engranaje que le acompaña: la industria cultural; dirá Benjamín “Las fuerzas míticas están abundantemente presentes en la nueva tecnología industrial, en realidad los dioses son favorables a este espacio de transición al despertar en el que hoy vivimos”. El pensamiento mítico acompaña a la extensión tecnológica, a la que debemos desentrañar y, para ello, es necesario analizar las directrices de pensamiento que la han condenado.

11 Buck-Morss, Susan., Dialéctica de la mirada, Walter Benjamin y el proyecto de los pasajes, Editorial Visor, Madrid, 1995, p. 280-281. Los enunciados señalados con cursivas son palabras de Walter Benjamin en Einbahnstrasse V de las que Buck-Morss se ayuda para poner de manifiesto el planteamiento de Benjamin sobre el reencantamiento del mundo. 12 Benjamin citado por Buck-Morss en Ibidem, p. 282

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Bibliografía Adorno, Theodor. W., “Prefacio” en Consignas, Amorrortu editores, Buenos aires, 2003. _________________., Educación para la emancipación, Ediciones Morata, Madrid, 1998. Benjamin, Walter., La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, Editorial Ítaca, México, 2003. Buck-Morss, Susan., Dialéctica de la mirada, Walter Benjamin y el proyecto de los pasajes, Editorial Visor, Madrid, 1995. Cassirer, Ernst., Filosofía de las formas simbólicas 2, El pensamiento mítico, Fondo de cultura económica, México, 1971. Freud, Sigmund., Totem y tabú, cuarta edición, Editorial Alianza, Madrid, 1970. Horkheimer, Max., Crítica de la razón instrumental, Terramar ediciones, La Plata, 2007. Horkheimer, Max/Adorno, Theodor, W., Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos, Editorial Trotta, sexta edición, Madrid, 2004. Lukács, Georg., Historia y consciencia de clase, Editorial Grijalbo, Barcelona, 1975. Matamoros, Fernando., “Solidaridad con la caída de la metafísica: negatividad y esperanza” en Negatividad y revolución. Theodor W. Adorno y la política, John Holloway (comp.), Instituto de ciencias sociales y humanidades BUAP/Herramienta ediciones, Buenos Aires/México, 2007. Weber, Max., La ética protestante y el espíritu del capitalismo, quinta edición, ediciones península, Barcelona, 1979.

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El oráculo de Delfos Caleb Olvera Romero Asistimos hoy en día a un regreso de la super información. Arcadia, utopía de una conciencia cósmica, está cada día más cerca de cristalizarse. El internet abrirá una nueva forma de ser en el mundo. El hombre crea el mundo en una relación bidireccional, en donde por reciprocidad el mundo lo recrea a él. Nada más fácil que advertir que en este nuevo mundo el hombre ha mutado, se ha vuelto un cybor, una extensión de la máquina. Antiguamente se creía que la máquina haría al hombre más feliz y le libraría de algunos trabajos, hoy en día hay muchísimo campo laboral en la manutención y reparación del equipo de cómputo. Ahora estudiamos para dar mantenimiento a la máquina, somos unos empleados de ésta. Somos dependientes de la máquina, del auto y del internet. Estos artilugios han achicado el mundo de una manera alarmante, la telefonía celular nos ha unido tanto que rayamos en lo ridículo; una persona puede estar en el otro extremo del mundo, no importa el sitio específico, y aún así puede comunicarse con alguna persona en otra parte, con el simple hecho de poseer un celular. Antes estábamos confinados a este planeta, por lo que se creía en la barrera de la atmósfera, pero en cuanto se penetró, se rompió el himen de nuestras posibilidades terrestres. Ahora, trasformados en una especie de seres interplanetarios, la preocupación por lo que somos se ha diluido hasta volverse inaccesible y sin embargo no deja de hacer sentir su presencia. La barrera del sonido ha quedado atrás hace ya mucho tiempo, parece ser que la última frontera, lo que limita al hombre, ya no es su antigua esencia aristotélica que muchos han abandonado, ahora lo que queda es la barrera de la luz, una vez que el hombre logre penetrarla y traspasarla, ésta también será una etapa en la que el hombre llegó a ser y en donde logró traspasar sus limitaciones espacio-temporales. Las posibilidades de una expansión a través del universo son humanamente inimaginables para nuestras posibilidades psíquicas; el punto es que se está trabajando en la superación de estas posibilidades, tanto en la rama del misticismo como en la genética. Hoy día asistimos a la era de la clonación. En su intento por ser el creador de la vida, el hombre ha acertado otro duro golpe a su credo al crear por medio de la clonación a Eva, la madre, sacada de un pedazo de otro hombre. Ingresamos por la puerta de la ingeniería a la era de los protozoos. Ahora cada hombre

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puede provenir de un pedazo de otro, como las lombrices. Traer a la mesa de discusión este tema es por demás escabroso, puesto que el 44 por ciento de la población declara que del tema sabe muy poco, mientras que el 27 no sabe nada. Solamente el 4 por ciento dice tener alguna información más o menos completa para poder sostener una opinión. En un mundo donde la información es la regla, cómo es posible que tanta gente no esté enterada. Parece que la desinformación es la ley, ya no por la censura de la información, sino por el exceso de ella, por la hiperinformación. La sexualidad es puesta otra vez en evidencia, tanto por la clonación como por el cyber espacio, la sexualidad se encuentra puesta contra la pared. El hombre y su libido encuentran manifestaciones de un porno estéreo que antes no encontraba una persona dentro del mundo físico. La realidad misma está siendo superada, puesto que el cyber es todo menos real, si obedecemos a la res extensa y dura que manipula la semántica de la palabra. El cyber y la clonación han trasformado al hombre. Desde ya hace algunas años que se clonó la primera oveja, este tema ya a nadie le suena nuevo, pero advirtamos que no hemos hablado de superación o evolución, puesto que la brújula se ha perdido, ya no sabemos a dónde vamos y ni siquiera queremos saberlo. Nuestros sueños de hablar a distancia se han cumplido con el celular, los de viajar a una velocidad mayor a la del sonido se han cumplido también con los aviones a propulsión. Hemos encontrado nuestro nuevo oráculo, que con la simple acción de teclear una palabra es capaz de desplegar muchísima más información de la que se necesita, ahora existe un aparato al que le puedes preguntar lo que se te antoje. Puedes investigar acerca de personas, rastrear conceptos y eventos, obras de arte o productos de cocina, hasta la pareja ideal la puedes ir a buscar al internet. ¿Quién en su justo juicio se atrevería a profetizar que no hemos descubierto otra vez la caja de Pandora? Nos embriaga la misma emoción que sintieron los científicos alemanes cuando se descubrieron la potencialidades del átomo. ¡Energía infinita y a bajo costo! Bastaron unos pocos años para advertir los estragos de dicha energía. ¿Cuántos años necesitamos para advertir las dimensiones del internet y de la clonación?

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La posmodernidad Jeremías Pablo Batista Delgado

Introducción ¿Qué es la posmodernidad? Me pregunté desde que empecé a buscar una definición que pudiese esclarecer el panorama incierto del pensar en el arranque del siglo XXI. Había que tomar un vuelo panorámico para percibir el campo por donde la humanidad había depositado las ideas y proyectos más edificantes en la historia. Al detener la vista sobre la posmodernidad observé una imagen caleidoscópica, fragmentada, excluyente. Buscando clarificar la definición del tema realice dos entrevistas, una a Benjamín Valdivia y otra a Aureliano Ortega, académicos de la Universidad de Guanajuato. La posmodernidad, situarse después de Valdivia, ¿cómo definirías la posmodernidad? BV: Hay dos formas de verlo. Una es la parte social en donde se da una situación mundial fundamentada en la informática, en los medios de comunicación y en la reducción de todos los espacios a la mundialidad, donde se homogeniza o se aplana toda la condición del mundo que se inicia en 1970. Pero también en el área de las artes la posmodernidad ha sido vista como el estilo posterior al modernismo, así que tendría un carácter plenamente estético anterior a su delimitación teórica histórica de los años 70; así que yo estaría de acuerdo de que estos son los dos modos en que se presenta la posmodernidad. PB: Entendemos que por un lado tiene un carácter estético y por el otro uno social, sin embargo lo referente a la parte social me resulta conflictivo por el hecho de que hay un matiz en donde la posmodernidad tiene un cierto quejumbre por el proyecto de 42

la modernidad, por lo tanto ¿cómo localizarías esta parte? BV: Evidentemente el proyecto de la modernidad era unificar todo el saber en una sola gran teoría, la posmodernidad en tanto opuesta a ese proyecto moderno plantearía que ninguna verdad puede ser unificada o total, en ese entendido se percibe una queja en contra del pensamiento dominante, pero considero que es una trampa, como todas las críticas, porque el posmodernismo se convierte en un estilo teórico dominante: no está de acuerdo con la modernidad pero si está de acuerdo con ser el pensamiento que impera, en este sentido sí hay una condición posmoderna que consiste en que nada puede ser verdadero pero que eso sí es verdadero. Efectivamente, la posmodernidad sí tiene un carácter llorón ante la modernidad. PB: ¿Qué piensas sobre la reflexión de Mauricio Beuchot que comenta lo siguiente: “La posmoder-nidad considera que la modernidad falló, que perdió su oportunidad de cumplir las promesas y profecías de la razón, que el sueño moderno fue un mal proyecto que nos llevo al imperio vacío de la técnica. La pérdida de la metafísica ha sido también la pérdida del sentido”? Hay aquí un elemento interesante, ya que la pérdida del sentido metafísico que anuncia la posmodernidad, aunado a la propuesta de Lyotard de la caída de los grandes relatos que están representados por el cristianismo, el marxismo... BV: ...pero no el capitalismo, por lo tanto al posmodernismo hay que entenderlo como un discurso triunfante en una lucha ideológica en la que se trataba de concebir la utopía como algo válido para la humanidad, por ejemplo el comunismo, las luchas y revoluciones socialistas pretendían que el socialismo se estableciera en todo el mundo porque es un pensamiento hecho para toda la humanidad; entonces la posmodernidad hace la crítica de estos pensamientos absolutos, porque pretende llegar a descubrir que solamente esos pensamientos que no son totales son los que deben tener vigencia, una especie de pequeños pensamientos regionales


controlados todos por el imperialismo capitalista. Evidentemente en términos editoriales, universitarios, proyectos de investigación, pago de tecnologías, acceso a los foros, la posmodernidad es el pensamiento oficial del capitalismo triunfante. PB: En relación a la cuestión estética-artística ¿Consideras que hay una propuesta posmoderna? BV: Si, es la crítica al orden composicional que ha abierto perspectivas inusitadas, que ha creado nuevas formas de arte, como el performance, el happening, todas en inglés, por cierto, expresiones que antes eran impensables y que ahora son las formas alternativas de la expresión. El hecho de que exista esta inclinación del después de las tendencias del modernismo, no quiere decir que es un arte único o triunfante sino que es una más entre las tendencias posibles, por lo tanto en el aspecto estético el posmodernismo no trata de destruir lo anterior sino situarse después de, y esta es una cosa distinta frente a la reflexión de Mauricio Beuchot del carácter de juicio contra una promesa fallida: el arte posmodernista no hace un juicio a una promesa fallida sino que hace una nueva promesa, distinta, y trata de hacer otro tipo de arte. El posmodernismo en el arte tiene un carácter plenamente de posteridad, después de lo moderno, pero no tiene este sentido último de una historia imposible que tiene la posmodernidad como teoría social. En el arte no hay esta búsqueda última sino esta búsqueda nueva, entonces habría que distinguir la posmodernidad como teoría social orientada a la destrucción de toda teoría previa y el posmodernismo artístico que trata de construir la nueva forma de expresión, propia de este tiempo después de las vanguardias. PB: ¿Consideras que posmodernismo conlleva la pérdida del sentido? BV: Sobre todo el sentido crítico. Por una lógica del discurso, sostener que los discursos no se sostienen es insostenible, por lo tanto la posmodernidad al señalar que ningún pensamiento tiene primacía o tiene verdad, tampoco sería verdad. Hay un error

lógico estructural: señalar la crítica como un absoluto, es la pérdida de la crítica. PB: ¿Se le podría considerar al posmodernismo como una especie de moda? BV: Pueden darse muchas relaciones. Hay quienes lo han visto desde la ciencia, demostrando que no es posible una teoría unificada, entonces ser científico consiste en no creer en teorías unificadas; hay muchos argumentos que se relacionan con las nuevas religiones, las nuevas ciencias, las nuevas políticas, pero en general todas resurgen del capitalismo triunfante. El sujeto posmoderno, un autómata Aureliano Ortega, ¿cómo definirías la posmodernidad? AO: El nombre de posmodernidad se me hace mal empleado, puesto que la mayor parte de los fenómenos a los que se refiere no son en un sentido estricto nuevos, sino que estaban de una u otra manera inscritos en la tendencia que podía percibirse en los procesos socio-económicos, políticos y culturales que ya se habían establecido a lo largo del siglo XX, entonces hablar de posmodernidad implicaría que hay un cambio radical, que hay un rendimiento con la modernidad, cosa que no ha sucedido de ninguna manera, por lo tanto hablar de posmodernidad se me hace un cierto exceso. Sin embargo, podemos percibir cambios importantes en determinados estados de cosas y en determinados procesos, pero estos cambios no han abandonado, ninguno de ellos, ni uno sólo, la lógica del capitalismo mismo, entonces no podemos hablar de una salida de la modernidad mientras no hablemos de una salida del capitalismo, porque a mi modo de ver modernidad y capitalismo se consustancializan. La modernidad realmente existente ha sido el capitalismo y su dominio, en ese sentido no existen condiciones para hablar de una posmodernidad puesto que el capitalismo sigue dominando en todas las esferas sociales de la vida social en el arranque del siglo XXI. 43


PB: Hay quienes comentan que la posmodernidad es el pensamiento del capitalismo triunfante ¿Qué piensas al respecto? AO: No lo plantearía de esa manera, como la parte triunfante. Hay todo un discurso relativo a este triunfo que reside en asociar los acontecimientos de la caída del muro de Berlín en 1989, la desaparición del bloque socialista, el triunfo del consenso de Washington que consiste en imponer el modelo del capitalismo norteamericano; en efecto, el discurso posmoderno podría asociarse a esta ética triunfalista del propio capitalismo con respecto a su propia obra: superadas las oposiciones al capital y a la manera norteamericana de hacer las cosas se pensaría que está el camino allanado para que este capitalismo viva mil años. Sin embargo, al arranque del siglo XXI vemos que ha estallado una nueva crisis, que el capital no las tiene todas consigo, que empiezan a ver reveses políticos y geo-estratégicos y que el triunfo es más retórico que históricamente comprobable. Vemos que ahora en el mundo árabe, específicamente en el Magreb hay un rechazo generalizado de estas formas de vida, de esta condición posmoderna del poderío norteamericano. PB: ¿Consideras que el posmodernismo tiene una propuesta histórica? AO: El pensamiento posmoderno más agresivo se dio a conocer a través de un artículo de Fucuyama que se llama el fin de la historia. No era inocente el título del artículo puesto que hasta ese momento podíamos hablar de la existencia de una historia en el sentido de la consolidación de nuevas formas de vida; llegado el capitalismo a su triunfo más completo, después de la caída del muro de Berlín, según la lectura de Fucuyama, se terminaría la historia, porque ya no hay nada que innovar, nada que cambiar. Si la historia había llegado a su fin, sólo tendríamos que preocuparnos por las cada vez más refinadas exigencias del consumidor, entraríamos en un ciclo post-histórico en el cual ya no pasaría nada. A la historia la caracterizaba, dice Fucuyama, el arrojo, el interés, las ideas, las ideologías transformadoras, es decir, toda una ética. Todo eso desapa44

recería en la actualidad en función de una nueva ética del mercado y de cómo el mercado resuelve la vida de los sujetos en la contemporaneidad. PB: ¿Cuál es la concepción del sujeto en la posmodernidad? AO: Al sujeto posmoderno le daría igual ser artista, obrero, profesor; lo que importa es que estén satisfechas sus necesidades materiales. La idea de sujeto referida a la parte creativa, en cualquiera de sus ámbitos de quehacer, dejaría su subjetivad atada al consumo y a las formas más refinadas de ella. Para qué me preocupo por ser deportista si lo puedo ver desde la televisión, qué curiosidad puedo tener sobre la sensibilidad artística si desde mi computadora puedo visitar digitalmente muchos museos. El sujeto posmoderno sería justo como un autómata.

Conclusiones En síntesis, de las entrevista deduje que en lo que respecta a la estética y el proceso artístico, se habla de un después de que resulta muy liberador y que no busca un fin en sí mismo; una idea muy atractiva en el plano creativo que propone diversas manifestaciones, como el performance, la música electrónica, entre otras expresiones de esta índole. En cuanto al aspecto histórico social, el posmodernismo me resulta ingenuo, débil, ligero. El afirmar la caída de los denominados grandes relatos por el pensador posmoderno Lyotard, me parece insostenible, pero sostenible en un discurso que apuesta por el neoliberalismo y la entrada del mercado como aquel que designa los gustos de las sociedades de consumo y sirve de catalizador de los sucesos cotidianos en el acontecer humano, es decir, en los denominados pequeños relatos; en sí, un discurso que intenta imposibilitar la crítica, dejarla manca y suponer el fin de la historia y la metafísica.


SofĂ­a Oyarvide Frizzi


Y ¿cómo ha sido tu experiencia ahí? Entrar en este ambiente ha implicado un poco de más esfuerzo para mi que para muchos, sobre todo por la edad, si yo hubiera empezado más chica a lo mejor hubiera tenido mucha más facilidad que cuando empecé; además, por lo general, en Guanajuato no hay mujeres tocando en las bandas, una que otra así esporádica, pero no de directora de banda, eso si no existe, entonces así como que “ella es mujer, ya empezó un poco más grande, quiere entrar a un ambiente donde son puros hombres”... Pero donde me enfrenté a algo más elitista, en cuanto al género, fue en el trabajo que estoy desarrollando como instructora de las bandas. Cuando llegué para llenar la ficha de solicitud veo que son como 70, 80 hombres y sólo yo, pero bueno quedé entre los seleccionados y en las clases uno de los maestros dijo “es que las mujeres no están para la música, en las fiestas las mujeres están para hacer la comida y los hombres para amenizar, para hacer música”; yo le dije “maestro, yo como mujer en una fiesta podría hacerle el vestido a la novia, hacer la comida y ponerme a tocar junto con ustedes, y usted solamente podría tocar”. No me gusta esto de los géneros, ni el machismo ni el feminismo, creo que como individuos todos somos importantes y como sociedad nos necesitamos todos, pero ese comentario de alguna forma tenía que responderlo, entonces ahí me di cuenta de lo que pensaban algunos, por eso digo que a mi me ha costado más trabajo que a ellos el acoplarme.

¿Para ti qué es música?

Para mi la música es una cotidianidad, es parte de la vida, es como levantarme y respirar porque respiro y no me doy cuenta que estoy respirando, hay veces que me pasa lo mismo con la música: estoy pensando en cualquier cosa y de repente me doy cuenta que ya estoy cantando tal cosa, inconscientemente. La música es maravillosa porque te hace sentir muchas cosas, hasta te hace pensar, pero en cuanto a sentimientos te hace sentir agradable, te hace sentir muy contento; hay veces que también necesitamos algo para llorar y desahogarnos, y la música nos puede ayudar, por eso hay varios géneros, varias tonalidades, varios timbres sonoros.

¿Cómo ves el panorama de la música en México, o aquí en Guanajuato?

Cada quien tiene sus intereses. Entre mis alumnos hay algunos que les gusta el reggaeton, a otros la banda, otro escucha Michael Jackson, a otro le gustan los tríos, entonces ellos tienen un gusto y yo no se los quiero cambiar, pero ciertamente hay que mostrarles el panorama: todo esto hay, tú escoge lo que quieras. Hay que darles la oportunidad de que conozcan y como maestra no hay que estar cerrada a imponer “vas a escuchar esto porque es lo mejor”.

La formación de públicos para mi es muy importante más que formar músicos, porque si, haces muchos músicos ¿y quién va a escucharlos? Entonces es necesario dar este panorama en la música y ver que hay infinidad de ritmos, géneros, timbres y que si mezclas esto y esto suena a esto otro. Es como la comida, o sea, no tiene nada de malo comer sándwich pero si tiene mucho de malo darle a los niños todos los días sándwich, es lo mismo, habiendo tantos sabores, mezclas de sabores, mezclas de olores, ¿por qué los limitas?, aparte de que sirven para el crecimiento, el desarrollo y la formación física; luego nos encontramos con que “¿Quieres algo más? No, es que sólo me gustan los sándwiches” y es esta negativa a no querer probar otra cosa porque no lo conocen, sin embargo si lo prueban y dicen “No. Insisto, me siguen gustando únicamente los sándwiches”, pues ya le diste otra opción. Pasa igual con la música, debemos mostrarles que hay muchas cosas.

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Desde niña me gustaba mucho ir al jardín de mi ciudad, soy de León Guanajuato, a escuchar la banda. Mi papá nos llevaba a pasear y en algunas ocasiones me dejaba sentada en una de las bancas que están por el kiosko para que me quedara escuchando. Creo que a mi me gusta el saxofón porque donde yo me sentaba, por uno de los pequeños huecos del kiosko, a la persona que veía era al saxofonista y yo creía que era eso lo que daba todos los timbres de lo que escuchaba, si hubiera visto no sé, al tubista, al trombonista, hubiera escogido ese instrumento. A los 14 años me quise venir a estudiar música aquí a Guanajuato, no me dejaron, tenía que aprender a hacer algo más para ganarme la vida. Así lo hice, me dediqué muchos años a la costura. Ya cuando tuve 20 años decidí comprar un saxofón y empecé a tomar clases, y a los 24 años me vine para acá a estudiar a Guanajuato, en la escuela de música, el nivel medio superior, ya muy grande para esto de la música, pero decidí que era en ese momento o me arrepentía para toda la vida. Durante todo ese lapso de formación he estado en bandas, primero en una que pertenece a la escuela “Silvino Robles” de León, después en la municipal de León, luego, desde el 2007, en la Banda del Estado. En el 2009 surge un proyecto del Estado para formar bandas y rescatar la tradición en todos los municipios, actualmente estoy trabajando en ese proyecto siendo la Instructora-Directora de las bandas infantil y juvenil de Dolores Hidalgo y Guanajuato capital.

Cuéntame un poco más de este proyecto...

El proyecto es para rescatar y difundir la música que se hacía hace años. Hubieron excelentes músicos en Guanajuato que escribían partichelas y estrenaban la obra en ese instante, imagínate, la guerra de bandas, en ese momento escribir una polka para contestarle al otro, eso me sorprende. Pero fallecieron los músicos que sabían leer y escribir música y ya todo es oral, entonces tenemos que enseñar a los niños a leer la música para que puedan tocarla y retomar esta música que está escrita desde principios del siglo pasado y finales del XIX. Pero aparte de rescatar las mazurcas, las polkas, tenemos que meter también lo actual, cumbias, danzones y eso que no es tan de aquí del centro del país pero hay que tocar. También, además de ser instructores de cada una de nuestras bandas, tenemos, como instrumentistas, una banda que el Estado nombró “Los paladines de la tradición” porque como instructores tenemos que tocar, tenemos que ver qué es lo que se va a poner a los niños y seguir desarrollándonos como músicos.


música que se ha ido perdiendo, pero con un sabor nuevo, un sabor que a los chavos les va a gustar y que la gente que ya lo escuchó alguna vez en su vida va a encontrarle también ese saborcito viejo; nos dirigimos a todo tipo de público porque la intención es darle a conocer al mexicano su propia cultura que muchas veces uno desconoce. NACHO. Ser portavoces de la tradición.

¿Cómo asimilan la necesidad del cambio, cómo asimilan la transformación de la tradición?

PRIMO. Una vez Anatolli, Fernanda y yo, le preguntamos a un maestro, Ernesto Luna, que qué opinaba él, siendo de la región de Tlacotalpan Veracruz, de las personas que llegaban, como nosotros, de fuera y que intentábamos reinterpretar o interpretar lo que ellos hacían; él nos respondió que el son jarocho está vivo y como todo ser vivo se mantiene y está en constante cambio, entonces no podemos dejar que siga estático como hace 200 años, no podemos seguir creyendo o seguir pidiendo que se mantenga inmóvil, que no cambie, siendo algo vivo y que se sigue reinterpretando va a estar cambiando. NACHO. Nosotros somos un grupo que cuando nos presentamos aclaramos a la gente que nuestra música no es totalmente tradicional, no somos como los ballet folclóricos que se presentan diciendo que son el tradicional y que finalmente no tienen nada de eso, es un show, un espectáculo que no tiene nada que ver con la realidad que sucede en los pueblos. El panorama de la música en México ¿cómo lo ven ustedes?

LALO. Yo pienso que hay propuestas y que hay gente muy talentosa en México, el problema es que los medios masivos de comunicación desvían un montón. Es difícil crear un público para este tipo de propuestas porque se baña de información a la gente con música de otros países por ejemplo, entonces los chavitos, la gente que podría estar creando y nutriendo la tradición y no sólo la tradición sino la creatividad en general, está parametrada por las propuestas de los medios masivos que llegan a tantos porque tienen más producción, más dinero y tienen la forma de llevar las propuestas hasta el límite. ANATOLIJ. Algo que nos pasó durante la beca, a la hora de estar pidiendo apoyo para poder grabar nuestro trabajo solicitamos el Teatro Juárez y nos lo negaron porque éramos un grupo que no tenía curriculum, que no tenía trayectoria, pero ¿qué pasó? a los pocos días ahí se presentó la nAcademia o uno de esos programas. En el cervantino, por ejemplo, ¿cuántos artistas guanajuatenses hay dentro del programa?, en lugar de ser promotores culturales y dar impulso a los artistas guanajuatenses, se menosprecia el trabajo de la gente local, traen gente de fuera y se les paga un montón. PRIMO. Yo creo que es importante crear conciencia en todos los sistemas u organismos que hay dentro del país y el mundo, dígase instituciones gubernamentales, no gubernamentales, privadas, etc., de que la creación musical, también debe entrar dentro de las necesidades de una sociedad. Que se aprecie y valore el trabajo del músico y se cree un sistema donde se le pueda dar campo de trabajo al artista.

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LALO. Son del montón empezó con tres integrantes. El primer día que tocamos fue el 14 de septiembre del 2004. Uno de los miembros se salió pero luego se integraron tres, entonces éramos cinco y así duramos un rato dándole un poquito de carácter tradicional, pero más que nada era fusionado y con ritmo latino. Cuando se integran los últimos tres miembros a finales del 2009, somos ocho en total, decidimos darle formalidad al proyecto y empezamos a trabajar de una forma diferente dándole la mira de abarcar realmente la tradición tanto en el repertorio como en la interpretación. ¿Cómo definen la música que ustedes hacen? NACHO. Podemos definirlo como “fusón”, una combinación de palabras de fusión y son. PRIMO. Un género específico no hay. Como en muchas de las creaciones de este tiempo ya todo es una mezcla en la cual no puedes decir que algo es tradicional, es moderno o clásico. Está todo

junto. Nosotros decimos que lo que hacemos es un híbrido entre la música tradicional, que tomamos como base, y la música académica de Europa, la que se estudia en las escuelas aquí en México y gran parte del mundo, que te enseñan con nota, con un método y todo. ¿Y ustedes sienten ese híbrido o se inclinan más para un lado? PRIMO. Son del montón esté hecho de chile, manteca, crema y nata. En ese sentido las formaciones son distintas, por ejemplo Nacho es el que más sabe de son huasteco, Anatoli de son jarocho, yo de zapateado, Lalo de música académica en percusiones, pepe en voz, Fernanda en zapateado y Luis Cibrian, nuestro bajista, es licenciado en composición, a su vez cada uno nos hemos formado en diferentes escuelas, de salón o rural. ANATOLIJ. Siempre empezamos cualquier son de manera tradicional, como se toca en el campo, y ya de ahí empiezan a surgir ideas, entonces en realidad todo

lo que hacemos es una fusión no sólo de estilos sino de ideas dentro de las realidades de cada uno de los que estamos en el grupo. NACHO. El año pasado tuvimos la fortuna de ser becados por el Instituto de Cultura y la realización del proyecto nos absorbió mucho tiempo porque nos metimos a investigar más sobre el son, y creo que eso era lo que justamente necesitábamos para encontrar esta amalgama de ideas, de sonidos, si no hubiera sido así tal vez estaríamos generado lo que muchos grupos hacen: una fusión mala, porque yo pienso que una fusión resulta bien sí, y sólo sí, la base, la raíz, está bien fundamentada.

¿Cuál es su objetivo como grupo?

LALO. La idea era formalizar algo y ya se logró, entonces lo que sigue es difundir ese producto. La dirección es continuar investigando y creando cosas que nos sorprendan a nosotros para así poder sorprender a la gente. ANATOLIJ. Llevarle a la gente esa


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MERO ENTRETENIMIENTO

Individuos inmediatos: Pérdida es el proceso como revolución interior. Rendir cultos. Mistificar. Tecnológicos obsesos sin fe. La realidad entre la razón y la ciencia untadas en pan con mantequilla de cacahuate sobre el lenguaje. Jugar a desaparecer o a ser la reencarnación pingüe de Dios. (Conspiraciones) : La constante despreocupación por esos cuchillos que son palabras.

Amaranta Caballero Prado


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POÉTICA POSMODERNA

Los artistas sirven para conversar, para hacer negocios, no para amar. Moses Herzog

Es fácil distinguir a un poeta en la multitud: busca emociones en el sexo, pero es superado por la evocación a los actos, y el pico del pelícano le dicta más que su melancólico orgasmo, (es factible saltar en el tiempo y él no sabe amar en el momento) pues el poeta, en tiempos del desamor, es el más frívolo sobre la tierra.

Zazil Alaíde Collins Parte del libro Junkie de nada: deca-mi-son (Lenguaraz, 2009)


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Siderio de Guiengola

Lapuertaazotaconunruidometálicoalcerrarse,teníalasensacióndequelascosasseríanun tantodiferentesamiregreso,másqueunasensación,unaesperanza,notantocomoparaque hubiera un cambio radical en todo, más bien era algo personal, como algún tipo de certeza interna, iluminación o intuición del espíritu, deseando esto a tal grado de casi predecirlo. El cuarto se encontraba oscuro, la cúpula seguía filtrando la misma luz tenue, aun así la penumbrapodíasentirsecasiatacto,enelolorahumedad,enlohelantedellugar,enelpolvo sobre los objetos después de la tranquilidad de una inexistencia vacacional.

Soledad austera, lo que me espera de este día, me vino al pensamiento intentando acallarlo mientras cavilaba en qué podía hacer para alejar esa sensación al momento que dejaba las maletasenelsuelo.Lanecesidaddeentretenermeeraenloquesecentrabamiatenciónpara pasarelrato,comereltiempo;penséenellibroqueestabaleyendo–Esunabuenahistoria-me dije sentado al borde de la cama tomando el libro por el lomo. -O limpiar, no sería mala idea- la suciedad y el desorden resaltaban, atrayendo como una posibilidad el acomodar las cosas, al menos sería un cambio. Conlaspuertascerradaselcuartosepierdeenlasinmediacionesdealgúnotrolugar,espacio, tiempo,lostechosaltossealarganoscureciendosutrayecto,formandounlargotúnelvertical, donde al final puede verse que entra una luz diáfana por la cúpula lunar, único recordatorio delexterior,nielsonidotieneestafunciónenestemomento,conlosoídosabiertosúnicamente al reproductor, a mi gusto y deseo entero, al intento de perder estos minutos de una manera placentera. Observo el cuarto, no ocurrió una diferencia sustancial como pensaba. El cuarto comienza a regresar a su lugar donde pertenece en el espacio, se conecta con las calles, con los demás cuartos,conmiideademundo,gente,universo,comogotasdelluviaquesejuntan,unatrasotra mientrasvancayendoalsuelo.Medoycuentayelencierrocomienzaahoraacarcomerme,huyo. Lacomputadoratardaenencendermientrasemiteesosruidoscomodealgunamáquinaque estáapuntodedescomponerse,elnavegadortardaotrosminutosenabrir,porfin,estemágico portalalmundoseencuentraabiertoliberándomedeestapesadez.Porunmomentoelsilencio seacrecienta,mismúsculosnorealizanniunasolacontracción,miojoabierto,perdidoenun puntodelaparedsobreelmonitorobservaalgo,unasustanciaquellegaenelruidorítmicode laelectricidad,unsiseointerminablequeparecierallevartodosloscantosdelosgrillosjuntos,y mientrasmásinmóvil,angustiadoyperdidoenalgúnpensamientoextrañounoseencuentra,más se eleva el sonido y es cuando uno se percata, empapado de esa sustancia, que no hay grillos, a lo mucho uno o dos con sus cantos pausados, que el sonido de los carros no se ha interrumpido y que la soledad es inminente en este estado.


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-Trabajar sin conexión, maldición y ahora qué- apago la computadora y regreso al cuarto, la opresiónenelpecho,suave,oscura,lentahacomenzado,lejosdetodaposibilidaddeestarcon alguien,dehaceralgo.Lacamarechinaalhundirsemientrasmesiento,asíregresoalaabsurda búsquedadealgoquesatisfagaestanecesidaddeentretenerme,deviciarmeenelocio,temerosodelpropioyenteroaislamientoconmigomismo,alaexpurgacióndetodocontactosocial, de ese remanente que siempre queda en el intelecto. Asícomienzanlospiesatanteareselugardepenumbrasydesconocimiento,losojoscubiertos porneblina,elcuerposumergidoenaguasquemearrastran,enestelapsovagasnecesidades emergencualtroncosviejosintentandoservirdefloteparasalvarmedemitempestad,unaúltima incertidumbre esperanzadora. Unbombardeodeacciones.Lapantallaseiluminayaparecenpaisajes,sonrisas,personas,perfectosmomentosdichososcontenidosenesamalditacaja,mientrasescuchomúsica;comienza lacanciónyyameencuentrocantandoelestribillofinal,tarareandoelúltimorequin-teo,elcoro principal, arrebatándole lo grandioso que es escucharla parte por parte, gradualmente. Una canción, dos, tres, ninguna escuchada por completo, el pulgar presiona el botón, busca, peroalfinallosoídosvuelvenaescucharelsilenciototal,siseante,asítambiénlosojosvuelvena nublarse. Ojear, leer, escribir, algún impulso irreconocible me hace renunciar a cada tarea que intento emprender, me hace renunciar y regresar como el perro a su vómito, como si la segunda vez quevolvieseaintentarcualquieradeesasaccionesqueyahabíatratadodehacer,perderíaese ascoquedesdemisentrañasinvademismúsculos,misbrazos,migarganta,esanáuseaquese encontrará en cada cosa mientras siga en este abandono desolador. Lo único que queda por hacer después de haber hecho tanto sin quererlo, sin realmente desearloesacostarmeenlaoscuridad,parecieraquelaperfectaarmoníadelascosasregresara, sitansólonofueraunailusión.Elcuartoapuertacerradavuelveaelevarse,enperfectasincronía delsilencioconloscarrosquesealejan,viendoalfinaldeestetúnelesacúpuladeluzplateada que entra reflejándose en las paredes, depositando la noche en espiral junto con un poco de sentido,paraaldíasiguienterenaceresperandonoterminarlasiguienteluna,enelmismolecho observando la misma cúpula.


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Ledeseabatetraplejiaopeoraúnnovoaplegiasiexistiera,yamíunAlzhaimerjuveniltempranotemporalsi también existiera. Y ahí, según esto de las edades humanas, comenzó todo eso que llaman Maduración. Pues mis sonrisas se volvieron más opacas, mis carcajadas más agudas y mi cuerpo más esbelto, mi humor cambió con la luna y los embarazos se hicieron temibles. La falta de dinero se hizo vigente y los trabajos caducaron, me costó más trabajo leer el cielo y la lluvia me bañó menos. Pude desear sin remordimientos patear a un gato con todas mis fuerzas. Escupir a una persona que tirara basura en la calle. Comerme una flor bonita sin pensar en las repercusiones naturales. Comencé a Odiar a la gente que habla durante las películas y a imaginar sin remordimiento cómo se verían las palomitas ensalzadas con sangre calientita. Pude pronunciar sin ningún reparo: Odio los buffets caros, Odio que la gente no se siente para comer, Odio que cuando te sirvan unos tacos para llevar no le pongan limón, Odio losnúmerosypeoraún,odiohacercuentas.Odiarsevolvióalgocompulsivo,erasimplementeporelexceso de odio acumulado que intentaba vaciarse todo de una vez, dejar limpio el cementerio bucal para volver al olor normal de mis sueños (si es que alguna vez lo hubo). Odiar ciertos tonos de voz. Odiar la falta de buen gusto culinario en algunas personas. Odiar por no haber odiado antes. AlmismotiempoconelODIOenmayúsculas,devinolacomprensióndemuchísimassinfoníasqueantesno entendía. Nunca había podido dedicarle una canción a alguien, ni escuchar Ópera sin pensar que sólo son gritos hermosos. Me sentía idiotamente poco nacionalista porque era incapaz de cantar con ardor en una cantina, ardor estomacal pero no del que da con el mezcal; a algunos unísonos adoloridos no reaccionaba, me quedaba simplemente terminando los coros y chupando el limón. Gracias a llorar un par de meses, y maldecir a todos los astros de la bóveda celeste, puedo dejar de tener un banco de sonrisas podridas, para poder desfogar, sin decoro, olvidando la discreción, y como una metralleta por el mundo, lo que considero malo cuando es malo, decir que no me gusta algo cuando no me gusta dejando al lado la política de lo que es correcto o no para las personas. Puedo decir malas palabras sin necesidad de tener que proseguirlas con un“perdón”. Tengo el empuje de mentársela a cualquier hombre,mujeroservivoquememirecomocarne,intentetortearmeoquierahacermedaño. Puedogritar“pobre leña de pirúl que no sirve ni pa’ arder, nomás para hacer llorar”, dedicar cada letra, cantarlas y lanzarlas para que reboten en las nubes y reírme pensando en tiempos mejores. Yanosepudreningúnsentimientodentrodemitórax,solamentesepudreturecuerdoquedevezencuando aparece como el mal olor dentro de un camión en primavera en hora pico.


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Liliana Equihua

De vez en cuando Recuerdo, y dentro de toda esa palabra accionada los primigenios pensamientos son los más desastrosos. El sonido de risas de niños que se burlaban de alguna pregunta que hacía o algún comentario que emitía, esto en primaria. El silencio incómodo que escuchaba por la habitación, al entrar en ella, durante alguna “tardeada”, silencio que luego rompía una canción de Garibaldi, Laura Pausini o Alejandra Guzmán. ¿Mi entrada triunfal? Una vestimenta que obviamente intentaba pasar por moderna pero era simplemente lo denominadoVintage, ropa usada por mi mamá que me hacía portar con la idea de “nueva”(supongo que en los noventas una niña de doce años no podía ser“tan moderna”, a saber en esos ayeres) esto en la secundaria. Desde aquellas jornadas el“poner la otra mejilla”estaba a la orden del día. Al escuchar todos esos sonidos burlones o la inconveniente ausencia de los mismos, no podía hacer otra cosa que efectivamente“poner la otramejilla”eintentarsonreír,conesasonrisaestúpidadeconformidadincómodaylapolíticamentecorrecta hipocresía que dibujaba mientras me dirigía a la misa de los viernes primero de cada mes. Estosucedíaamenudo,puesafaltadeentenderquedentrodemíexistensentimientosqueparalamayoría de la gente son negativos, y aún más para los humanos cristianos que me circundan, escondía estas ansias oburbujasemocionalesqueluegoreventabanenesasmentadassonrisitasestúpidas;deestamaneratenía todo un cementerio de sonrisas bajo mis labios que, acto seguido debido al poco espacio, se iban depositando en mis cachetes para luego apestar en mis sueños con su hediondo sentir, y al mismo tiempo intentar mostrar un fotográfico bienestar síntoma del mi miedo a mostrarme. Sin embargo he de decir (te) GRA-CIAS pues desde que me rompieron el corazón, como un puerco en celo alquedejansinapareamientocongritosyberreosyoinkeosdeformatograve,solamenterevolcándoseen el estiércol que dejaron sus lágrimas de cocodrilo lamedor, después del primer golpe no puse la primer mejilla, puse las dos, la cara entera, mis brazos, mi lomo, mis piernas, mis venas. Puse todo para ser abofeteada maldita foca extranjera. Sin poder esconder mi emotividad de carga negativa, desde ese día pude entender la palabra ODIO en mayúsculas, centrada, en rojo, Subrayada, y en negritas o en este caso en Rojitas. Odiar no es una cosa mala, entendí, sino todo lo contrario, odiaba con un odio guanajuatense (todavía más feo di...) y no jarocho pues nunca he estado en Veracruz, odiaba con el odio de una provinciana que vive oscilando entre la “capitalcultural”yelcorredorindustrial,odiodeprovincianaquetienemiedoaandarsolaenelmetrodeldf.


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La dama en los azahares Ricardo Chávez

- Si puedo, comienzo...- (¿?) De vuelta el tiempo en sus manos cristalinas, quebradizas, vacías, blancas de tanta luz guardada por siglos... De vuelta la flor sostenida entre dos dedos, blanca, con abejas, en zoom. La dama líquida rocía con perfume a la tierra, sabiendo que mañana florecerá una música asimétrica que volverá ágiles a las personas. - Como sólo imagino, no pienso en ti, busco recuerdos floridos de tus estaciones calurosas. – (...) Existe un árbol junto a la dama que en primavera crece por el día y por la noche se encoje para poder guardarse en el ojo. El árbol y ella, son imágenesdifusasenlanarraciónvisual,lomismoenlasletras.Ellamueve su contraste, el fonógrafo: música suave. - Claro, como un limón. – (¡!) Loslimonesguardadosenunaesenciainvisible,transfiguranalamateria en un sabor ácido, el mismo sabor que tiene el seno izquierdo de la dama.Ellabuscalamerunlugarinvisiblellenodefrutas,perorealmente no hay frutas, existen pero no aquí. Luego entonces la dama clava azaharesensupechocítricoyfallecevertiendocolibríesenlugardesangre. Retorna fantasmagórica a encontrar la invisibilidad que en vida quiso lamer, y no existe tal, sólo un canasto con limones, naranjas, fresas. - Puedo de una manera frívola escapar de un recuerdo, vertiendo jugo en tus ojos o diciéndote fin.


Hablo el lenguaje de las moscas

Mi aliento huele a mierda


El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas / Haruki Murakami Juana Adriana Rocha Luna

1a. edición en MAXI, Editorial TUSQUETS Editores 2010 / Traducción de Lourdes Porta Fuentes

El fin del mundo y un desEl vínculo entre el despiadado piadado país de las maravillas país de las maravillas y el de Haruki Murakami fue publifin del mundo es el unicornio, cada por primera vez en 1985, figura central de la novela. y traducida al inglés en 1991. La criatura mítica funciona Es innegable el poder evocativo como símbolo de la realización del título. La intertextualide una utopía, de la cristaldad con otras obras literarias ización de los sueños que guares clara. No sólo remite a la da el corazón de los hombres. famosa novela de Carroll, sino A su vez, estos dos espacios que la alusión apocalíptica comparten los mismos grandes dispara por sí misma múltiples problemas que el narrador inreferencias e interpretaciones. tenta descifrar: la muerte, la La acción se desarrolla en conciencia trascendiendo más dos mundos paralelos. El primallá del cuerpo, la memoria, el ero, correspondiente a los tiempo, el amor. apartados de Un despiadado país Si bien, autores como Banana de las maravillas”, narra la Yoshimoto, Yukio Mishima, Kawahistoria de un calculador” que bata, Kensaburo Oé y el prose ve involucrado en la extraña pio Murakami, mantienen rasgos investigación de un anciano en común (ciertos tópicos, la científico. Bajo títulos forriqueza descriptiva, la promados de palabras, conceptos, fundidad de los personajes), el ideas en apariencia inconexas, estilo cosmopolita de éste úlrelata los episodios de la timo le da un toque único y la vida del hombre que bien pouniversalidad de los clásicos. dría considerarse el clásico El fin del mundo y un desantihéroe, el cínico que desde piadado país de las maravillas Joyce predomina en la literaestá plagada de referencias de tura. Obesidad, clips, tortura, todo tipo, alude a la cultura Bob Dylan, elementos que el pop no sólo a elementos de la autor encadena para probar cómo tradición oriental. El persontodos los aspectos de la vida, aje habla de la música de Bob hasta el más insignificante, Marley, Duke Ellington, Bod están relacionados y conducen a Dylan, Charlie Parker, Cream, una suerte de revelación final The Police, Duran Duran, Bing que debe ser descubierta. Crosby, Ravel, de las obras de El segundo escenario es Carroll, Dostoievsky, Salinger, el fin del mundo, una ciudad Turgueniév, Borges, Balzac... rodeada por una infranque La trama de Murakami alcanza able muralla donde unicornios el detallado de un trabajo de pelaje dorado viven en paz artesanal, no deja ningún cabo entre los humanos, donde cada suelto, tal como la maquinaria habitante cumple una función de un reloj. específica y la dinámica vital Nos encontramos frente a un funciona bajo el principio de libro que es todos los libros, la entropía. En dicha ciudad que engloba de manera magistral todo parece calculado con prelos grandes temas de la literacisión, no existen las sombras, tura de todos los tiempos. ni el sufrimiento, el tiempo parece no tener fin.

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The suburbs (2010) / Arcade fire Alexandro Pérez Ávila

En una década donde el término Neon bible” (2007) confirmaban hype” ha sido tan explotado en su calidad, nos hicieron ver la música, es difícil encontrar que no serían famosos sólo por bandas musicales con propuesun gran disco. Esta segunda tas concretas, que promuevan placa anunciaba la llegada del la música orgánica, que permomento cumbre de la agrupación manezcan en nuestros oídos y canadiense. nos produzcan tantas emociones “The suburbs” presenta, como en unos cuantos minutos. Este en los anteriores discos, una es el caso de Arcade Fire, la historia de principio a fin, banda canadiense que con apenas encadenando cada track con el su tercer disco ha conseguido que le precede. El track inila admiración de un gran número cial homónimo, The Suburbs, nos de seguidores alrededor del lleva a evocar recuerdos que mundo, no sólo por su creativila mayoría poseemos desde la dad musical, sino también, por infancia. La segunda canción, el espectáculo que son capaces Ready to start, comienza a de montar sobre el escenario. acelerar nuestro ritmo cardiaco Aún cuando el género de “rock con un excelente bajeo, invialternativo” ha sido desacredtándonos a saltar sin deteneritado debido a la sencillez de nos; en contraste, escuchamos crear música en base a programenseguida la delicadeza de as y secuencias por computadoRococo. En Empty room destacan ra, así como otras herramientas la maestría de la voz de Rétecnológicas, Arcade Fire nos gine Chassagne y la ejecución demuestra, con una propuesta del violín. Momentos clave musical sólida, que la manera del disco: la penúltima canalternativa de hacer rock se ción Saprawl II, donde se puede encuentra tan viva como hace 40 apreciar en su totalidad la exaños. La fusión de instrumentos quisita voz de Chassagne, y la básicos de cuerdas, batería, poesía de We used to wait; como bajo, y otros menos comunes en siempre, las letras de Win Butla escena del rock, como el tler juegan un rol determinante ukelele, violín, viola, vioacompañando a la perfección la lonchelo, mandolina, xilófono armonía musical: amor, odio, y algunos instrumentos medipasión, melancolía, ira. evales, dan como resultado el Todas las notas y acordes de gran Lp “The Suburbs”. “The suburbs” son un viaje caPocas bandas actuales pupaz de hacernos recrear expeeden presumir de evolucionar en riencias polarizadas de nuestra cada disco que publican. Arcade vida y recorrer un gran paisaje Fire lo consigue gracias a los de sensaciones que, sin duda, grandes cambios que introduce nos dejan el deseo de volver tanto en instrumentos como en a escucharlo desde la primer miembros del grupo. “The subcanción. urbs”, comparado con la melancolía transmitida en “Funeral” (2004), su primer disco de estudio, demuestra su crecimiento musical al incluir también ritmos bailables. Ya desde

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Where the wild things are (Donde viven los monstruos) / Spike Jonze Juana Adriana Rocha Luna

EUA, 2009 / Director: Spike Jonze / Productores: Tom Hanks, Gary Goetzman, Maurice Sendak, John B. Carls, Vincent Landay / Guión: Spike Jonze y Dave Eggers Protagonistas: Max Records, James Gandolfini, Lauren Ambrose, Forest Whitaker, Chris Cooper, Catherine Keener, Mark Ruffalo.

El director Spike Jonze, meción de una ciudad perfecta que jor conocido por su incursión Carol, uno de los monstruos, en la industria de los viddiseñó desde tiempo atrás. eos musicales, presenta en el La creación de otros mundos es 2009 la película Donde viven una especialidad de Spike Jonze, los monstruo (Where the wild por ello el proyecto tuvo que things are). La cinta es una esperar la llegada de los avancadaptación del libro infantil es tecnológicos adecuados para del mismo nombre, escrito por lograr el realismo (en cuanto a Maurice Sendak estética) buscado por el direcLa historia de Sendak ofrece tor. Los monstruos cobran vida los elementos adecuados para el gracias a impresionantes trajes, característico estilo de Jonze, animación computarizada, comconocido por su tendencia a la plejos mecanismos; les imprimen parodia (ejemplo clarísimo, el personalidad, a través de sus video Sabotage de los Beastie voces, James Gandolfini, Lauren Boys) y la experimentación, Ambrose, Forest Whitaker, Chris tanto en la técnica como en sus Cooper. estructuras narrativas. Spike La mezcla de todos los elemenJonze es un experto jugando con tos que logra reunir el talento los planos posibles entre realde Jonze, ofrece al público un idad y ficción, tal es el caso mundo donde a pesar del absurdo del trabajo realizado anteritodo resulta real, inclusive el ormente junto a Charlie Kaufman cariño entre Max y los monen las películas Quieres ser struos, principalmente Carol, John Malcovich y El ladrón de cuyo carácter voluntarioso, orquídeas. agresivo, inconforme, es análogo Max, es el protagonista de al del niño. La inversión de paDonde viven los monstruos. peles, el niño diminuto teniendo Niño solitario, rebelde, de bajo control a las bestias, crea gran imaginación, alimenta sus un gran número de situaciones fantasías gracias a un disfraz conmovedoras, ridículas, grade peluche que él considera lo ciosas. hace lucir temible. En uno de Lejos de una moraleja exclusus arrebatos huye de casa y siva para un público infantil, se interna en el bosque hasta la gran lección de Donde viven toparse con un lago. A la otra los monstruos alcanza niveles orilla descubre una isla habde verdad profundos; la cinta es itada por monstruos. Cada uno capaz de estremecer a cualquier de ellos cumple determinado rol adulto, poniéndolo en contacto dentro del grupo pero, a pesar con sus memorias de la niñez. de cierto equilibrio natural, Resultan grandes puntos a favor las enormes criaturas viven la sencillez de la trama, la en completa anarquía y están naturalidad de las actuacioconscientes de la necesidad de nes, los juegos con los clichés un orden, un líder. El pequeño referentes a los monstruos. Es Max, valiéndose de su ingenio en este punto donde la película logra convencerlos de que es cautiva a todo tipo de público, un poderoso rey, y bajo sus convirtiéndose en una gran expeórdenes emprenden la construcriencia.

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Edgar MT


Tu trabajo de composición dónde lo ubicas, lo llamas arte, música, arte sonoro, ruido... En un principio si quería que se llamara música pero como no cumplí con los requisitos básicos, que es terminar la escuela y entender bien lo qué es la armonía y respetar las reglas de contrapunto, pues ya no me disgusta si me dicen que no soy músico, incluso yo no me considero como tal sino artista sonoro o radioasta, porque me gusta más estar desde la radio. Y ¿si lo considero arte?, quién sabe, yo creo que es algo de lo que nunca voy a estar muy convencido y es parte también de mis demonios, ¿soy artista o no soy artista?, ¿estuvo bien que haya decidido dedicarme a esto? A veces convivo con gente que si se asume como artista y es gente muy clavada con sus conceptos y sus pensamientos, y yo no siento que pertenezco ahí, como que soy más terrenal, no se. Buscando términos así como juego, me considero un cazador de sonidos, inventor de ruidos, incluso lo de ruidista, ruidero... Sonidero, ese me gusta más. Para Víctor Rivas ¿qué es la música? Para mi la música es algo muy abstracto, no veo como abordarla, por eso me costó mucho decidirme a estudiarla, porque se me hacía algo totalmente ajeno, solamente

la gente con ciertas circunstancias o con ciertas cualidades, tenía acceso a ella. Entonces ahora, a estas alturas, para mi es algo que puedo manipular y que puedo hacerla a mi modo, porque también me he dedicado mucho al sampleo, el agarrar pedazos de otras obras y hacerla en otra, le llaman match up, que son mezclas de canciones muy conocidas para hacer una nueva. Para mi eso es la música, son sonidos con los que puedes jugar, manipularlos, sonidos que ya están ahí, que ya existen, pero mezclarlos a tu gusto. ¿Cómo es el público que te escucha? El programa Más que el ruido va dirigido a todo el público que quiera escuchar cosas diferentes. Aunque la programación de Radio Universidad es distinta a la de las estaciones comerciales, al mismo tiempo también queremos ser algo diferente dentro de la programación de Radio Universidad. En un principio, cuando comenzamos con lo de La placa madre, si causó conflicto. Yo ponía cosas raras que rompían con la programación habitual, o a veces ponía noise y había gente que llamaba y preguntaba qué onda se descompuso la radio o qué, pero yo lo hacía por provocar, para ver qué pasaba, porque es muy difícil darte cuenta si te están escuchando o no, entonces lo hacía para ver si la gente reaccionaba y marcaba. Ahora, a diferencia de hace diez años cuando comencé, creo que ya es más abierta la gente o las nuevas generaciones, porque me he dado cuenta que el público que nos escucha es joven. A mi me extrañó muchísimo que nos llamaran chavos de 20, 25 años, me impactaba que todavía escucharan radio y llamaran para dar su opinión. A veces hemos hecho el experimento de no llevar música y les digo ¿qué quieren que pongamos?, márquennos o mándenos un mensaje o escriban al facebook?, el público nos escribe y dicen pon a tal, entonces buscamos en Internet, porque ahí está la fonoteca más grande del mundo, algo que se oiga bien, con calidad, le pongo play, se escucha, termina

la canción y seguimos programando lo que nos piden en ese momento. Está divertido.

¿Cuáles sientes que son los retos para llegar a más público?

Uno de los retos y también uno de los planes es que sea más interactivo el programa, que no solamente los chavos o la gente lo escuchen sino que participen, no sólo dando su opinión o pidiendo una canción sino también ¿por qué no? mandando sus piezas y pasarlas ahí en el programa. Ahorita en el 2011 quisimos Roberto Morales y yo involucrar el Internet como parte fundamental en la composición y difusión de trabajos, entonces hacemos extreming, es decir, transmitimos por internet lo que estamos haciendo en cabina, y no solamente presentando algún tema sino que estamos componiendo en vivo y eso lo pueden ver en video. Es la primera vez en Radio Universidad que un programa hace ese tipo de cosas. Pero para junio queremos poner un banco de sonidos, tal vez en la página, y a través de Internet, por ejemplo con un videochat como el skype, contactarnos con alguien de otra ciudad, en México o en cualquier parte del mundo, y entre todos componer en tiempo real; y no necesariamente tienen que ser músicos, con que tengan alguna intuición de composición es suficiente, o simplemente improvisar y poner en la red el medio, el instrumento para que la gente lo esté sonando.

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Soy de la ciudad de Morelia. Llegué a Guanajuato en 1995 a estudiar en la escuela de música de la Universidad, quería ser compositor académico. Ahí conocí a Roberto Morales, que desde entonces ya estaba a cargo del laboratorio de informática, empecé a entrar a sus clases y fue lo que más me gustó al grado de que decidí mejor dedicarme a ser compositor electroacústico. Un año después entré a trabajar a Radio Universidad de Guana-juato por medio del servicio social, primero como operador-locutor en cabina y posteriormente me fui incorporando al área de producción. Gracias a unos compañeros de la radiodifusora que fueron a tomar un curso a una de las bienales de radio, creo en el 98, y que nos dieron un pequeño taller, conocí el concepto de radioarte, entonces me di cuenta que había un parecido con lo que yo estaba haciendo y eso me dio más impulso para empezar a componer más cosas dedicadas a la radio. Empecé a producir un pro-

grama, junto con otros dos compañeros, que se llamaba La leyenda del callejón del ruido en el cual teníamos que cubrir los eventos del Festival del Callejón del Ruido, un festival de música contemporánea que le da mucho énfasis a la parte electrónica, a la parte de vanguardia. Después de ese programa hice otro, La placa madre, que se dedicaba a difundir la música electroacústica y el radioarte. Luego, en el 2000, dentro de la tercera bienal de radio, mandé mis composiciones electroacústicas y obtuve unos reconocimientos, es ahí donde ya me convenzo de seguir como compositor electroacústico y de radioasta. Después de La placa madre realicé otro que se llamaba Zona de obras, luego La rana sorda en el 2003, y el más reciente Más que el ruido es prácticamente lo mismo de difundir la música electroacústica y el arte sonoro.

Ahorita también estoy con Raúl Reyes, un chavo que es poeta, y lo que estamos haciendo es poesía visual o poesía multimedia, él lee los poemas mientras yo juego con imágenes y sonidos. Y queremos empezar a jugar con la voz, a darle intención, crear un contexto más o menos teatral, acompañar los textos con sonidos o incluso ya abordar la música como tal; y hacerlo todo en vivo que es lo atractivo del concepto.


También la música es parte de la conexión que tenemos todos los humanos tanto con otros seres como con el interior de uno. Es expresión del mundo, es como si el mundo hablara por medio de vibraciones. ¿Ustedes estudiaron en una escuela o son autodidactas? MARIO. Yo seguí un curso de bajo, fue algo muy básico pero por lo menos lo esencial si lo conozco. En esas clases me enseñaban a ser muy técnico, que acomódate así, que el movimiento de manos es así, que no toques con plumilla, con puros dedos, pero al momento de yo aplicarlo a la banda no me sentía cómodo. Un día tuvimos una tocada en explora y el maestro que me dio clases estaba ahí viéndonos, me dio mucha pena en el sentido de que yo no estaba tocado para nada como me había enseñado; en primera me puse el bajo hasta abajo, el movimiento de mano no era el adecuado, tocaba con plumilla pero al fin y al cabo es como yo me siento más a gusto y decidí que mientras toque como debe ser para la música, que mientras esté tocando adecuadamente para la banda, no tiene por qué haber problemas. JORGE. Yo creo que es un arma de dos filos, claro que es una super herramienta pero he conocido gente que se limita porque siente que rompe reglas cuando hay algo que no va con la lógica de la música, entonces nosotros nos dejamos llevar más bien por el sentimiento, si se oye bien se vale. PABLO. Obviamente con las reglas básicas: hay que estar bien afinados, hay que saber bien qué onda con las notas, las pisadas, acordes... JORGE. ..llevar bien el ritmo, los tonos y ya, lo demás es una conversación. ¿Cómo ven el panorama musical en México, las propuestas? JORGE. Yo creo que está dificilón porque mucha gente en México escucha otro tipo de música y una minoría super pequeñita escucha la música que a nosotros nos gusta. Pero ya con el Internet es más fácil que llegues a más personas o que te encuentren personas a las que también les gusta esto. PABLO. A mi como oyente me ha tocado checar varias propuestas aquí en el país que están muy interesantes, o sea hay talento, hay gente con la intención de hacer las cosas en serio, que quiere innovar, que es creativa, entonces si hay potencial en México, y pues las limitaciones son quizá el público consumidor, pero creo que el chiste es moverte porque esta minoría de la que hablamos, que escucha toda esta gama de música diferente, son gente que si se apasiona, que si se anima, por ejemplo, a ir a otra ciudad para escuchar a una banda tocar en un bar. *** Las últimas noticias que me dieron los integrantes de Arty es que se dieron cuenta de que lo que hacían antes (el post-rock) los llenaba más, entonces decidieron separarse de Ever y Cándido, llamaron de nuevo a Isaac y ahora están juntos los cuatro otra vez.

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JORGE: Arty empezó en el 2005. Al principio estaba yo en la batería, Ricardo en la guitarra y Mario en el bajo; ensayábamos covers. Yo quería tocar la guitarra y le dije a Pablo que nos hiciera el paro con la batería, lo convencimos y en 4 meses se puso las pilas. Empezamos a hacer canciones y nos metimos al concurso Bande Stage en el top music, hace 5 años, y curiosamente lo ganamos. El premio era grabar un disco y nos fuimos a México para hacerlo. Luego empezamos a tocar más seguido en otras ciudades y le llamamos la atención a otras bandas que nos jalaron para abrirles en conciertos; le hemos abierto a Austin tv, a Porter, a Disidente. Básicamente así empezó. Luego, como a los 2 años se sale Ricardo y entra Isaac. PABLO. Siempre habíamos tocado post-rock y hasta hace poquito empezamos a alterar lo que hacíamos. JORGE. Decidimos cambiar porque era una limitación, un encasillarse en ser nada más instrumentales, y como Isaac no tenía la misma visión que nosotros lo dejamos por la paz e invitamos a otros 2 amigos, a Ever en la guitarra y a Cándido en la voz, y lo primero que salió fueron las canciones de este disco, El eterno retorno. MARIO. Lo que tocábamos antes era muy íntimo, era para nosotros, pero ahorita Cándido trata de interactuar y jalar a la gente a que sienta lo que estamos tocando. Para ustedes ¿qué es la música?

JORGE. Para mi es la actividad más divertida, sanadora y emocionante que hay porque increíblemente es invisible pero te hace sentir un chingo de cosas que con otras actividades no se sienten. MARIO. Con la música sacas muchas cosas que a lo mejor tienes guardadas, es un medio de expresión para sacar lo que traes, ya sea alegre, triste, de enojo, lo que sea. PABLO. En muchos sentidos es placer porque placer es liberar tensión.

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Chhotimaa

[Vreni Michelini]

vrenimichelini@gmail.com myspace.com/chhotimaa soundcloud.com/chhotimaa chhotimaa.tumblr.com

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ADN - Zeyt: estodoarte@hotmail.com - Tranky: t_rank_y@hotmail.es - Shiffer: wrapper@live.com.mx

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Verónica del Carmen Atilano Ortiz vecarsax@hotmail.com

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Son del montón sondelmontongto@gmail.com http://www.myspace.com/sondelmonton -

Ignacio Piñón Pérez: Violín, jaranas huasteca y jarocha, zapateado y voz. Anatolij Tkatschinski Pérez: Jarana segunda y requinto primero jarochos, leona y voz. Eduardo Vallejo Torres: Cajón peruano, percusiones menores y voz. Antonio López Cardona: Jarana tercera jarocha, harmónica y voz. Luis Jesús Cibrian: Contrabajo, Bajo Eléctrico Primo Lara Stephens: Huapanguera, jarana segunda jarocha, zapateado y voz Fernanda Aldonza López Cardona: Voz, jarana segunda jarocha, zapateado y voz. José Abraham Morales Salazar: Jarana huasteca, quijada de caballo y voz.

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Víctor Manuel Rivas Dávalos www.rivasdavalos.com

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Arty www.myspace.com/artymusic correoarty@hotmail.com -

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Pablo Jorge Mario Isaac

Vargas: batería Vargas: guitarra eléctrica Palacias: bajo de la Serna: guitarra eléctrica


EVENTOS Festival Internacional de Órgano Guillermo Pinto Reyes Del 17 al 25 de mayo

V Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo Vorto en la mondo, Palavra no mundo, Parola nel Mondo, Worte in der Welt, Rimayninchi llapan llaqtapi, Paràula in su Mundu, Cuvânt în Lume, Parole dans le Monde, Ordet i verden, Word in the world, Palabra no mundo, Ñe’ê arapýre, Paraula en el Món, Chuyma Aru, Koze nan lemond, Kelma fid-dinja, ‫( םלועב הלימ‬milá baolam), Nagmapu che dungu, Tlajtoli ipan tlaltikpaktli, ‫טרוו‬ ‫( טלעו ןיא‬Vort in Velt), Dünyada kelime, ‫ةملك يفمل اعلا‬ 19 al 24 de mayo Démosle una oportunidad a la paz

Festival de Verano “Todas las artes una ciudad” Del 12 de Agosto al 11 de Septiembre.

Dirección de Cultura Guanajuato


E P I G L A M A

O L I E N G T A L E H

(Fragmento)

Tlawa hito leido fuelo de ploglama por Lodligo Lila, alugno de wa wachiyelato en lin wuística, sede oliengte, en el salóng de alktoh de la ehcuela de ingenelía el vieineh shiete del shiele del shetenta y ocho en un alcto olganishado pol la lama litelalia de la acu epiglama plimelo “El dinelo: ¿Eh la lecong pencha de la viltú?” o “La pelchevelanchia: ¿tlae we na foltuna” (como dishe el I ching a cada lato)?El ploblema de la ploblecha paleshe no tenel aleglo; pelo, kaleshieng do de molal... no ha de faltal lo matelial el otlo epiglama: She pohtula que la acu puntula cula la engfelmedá. la lokula, la neuloshi, la sholedá, el shuflimiengto y el dolol -ke a ehta al tula del paltido leshultan leshelah in chopol table, polke ni fu man do mali wana podlía lo uni vel shi talio de I kielda ek pelimental tlan ki li da i felishidá- de manela que tenel que integlalshe lá pida mente a un tayel de cual quiel lama del alte o del queachel al tihtico cultulal, o folmal uno konh loh komg pañeloh de culso o de luta. flache de pohtle: La patlia etal plimelo.

Rodrigo Lira 68


la poesĂ­a del negro

con el negro yo veo mucho con el negro veo oscuridad, fuersa, capasidad, de alsar el mundo en su semejanza.

Arantxa Navarro ( 7 aĂąos)

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COLABORADORES



El minotauro encerrado en DéDaLo necesita ser alimentado o asesinado....

Te invitamos a formar parte del banquete o la cacería. Sólo necesitas entrar al laberinto con un texto (poema, apoema, apoteosis, apotegma, antipoema, cuento, descuento, archirrelato, artículo, dis-artículo...) o con una imagen (foto, quasifoto, fotografía, dibujo, ilustración) sobre EL APOCALIPSIS.

Si te pierdes por varios días, puede suceder que cuando aparezca el minotauro tú hambre sea más grande que su fuerza y quizá termines comiéndotelo. Nunca lo sabrás si no entras.

Bienvenido a dedalolaberinto@gmail.com Tienes hasta el 24 de mayo del 2011 para internarte.

Si quieres saber más de esta próxima expedición al laberinto, visita http://dedalolaberinto.blogspot.com (ahí, todas las instrucciones).


DÉDALO DIRECTOR DE CULTURA Y EDUCACIÓN MUNICIPAL: José María Hernández Vallejo COORDINADORA EDITORIAL: Noemí Moreno Jiménez DISEÑO: Georgina Fuentes Casillas ASISTENCIA EDITORIAL: Juana Adriana Rocha Luna COORDINADOR DE FOMENTO A LA LECTURA Y PUBLICACIONES: Juan Manuel Ramírez Palomares. Agradecemos especialmente a todos los que colaboraron en el contenido de este número, así como a todos aquellos que con sus comentarios, dudas, sugerencias e ideas ayudaron a enriquecerelproyecto.Cadatexto,ilustraciónycomentarioes responsabilidad de su autor. Dédalo no está necesariamente de acuerdo con la opinión de sus colaboradores. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido para fines comerciales y sin la autorización de los autores y la Dirección Municipal de Cultura y Educación de Guanajuato. Impreso en los Talleres de Coloristas y Asociados, S.A. de C.V., Hecho en México.1000 ejemplares.

HONORABLE AYUNTAMIENTO DE GUANAJUATO * 2009-2012 PRESIDENTE MUNICIPAL: Lic. Nicéforo Guerrero Reynoso, SÍNDICOS: Carlos Ernestro Scheffler Ramos, Gabino Carbajo Guzmán, REGIDORES: Luis Ignacio Gutiérrez Reyes Retana, Erika Lorena Arroyo Bello, Edgar Castro Cerrillo, Luz Alejandra Caballero Egan, Salvador Sánchez Martínez, Karen Burstein Campos, Mónica Macías Páez, José Manuel Morán Velázquez, Francisco Licea Montiel, Israel Cabrera Barrón, Ma. del Carmen Ortega Rangel, Marco Antonio Hernández Gutiérrez, SECRETARIO DEL HONORABLE AYUNTAMIENTO: Gabino Carbajo Zúñiga, DIRECTOR DE CULTURA Y EDUCACIÓN MUNICIPAL: José María Hernández Vallejo



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