Así es Arequipa ganadores del concurso de: C U e n to - f oto g r a f í a - ac u a r e l a
Así es Arequipa Ganadores del concurso de: Cuento - Fotografía - Acuarela
Arequipa | Perú | 2021
Nuestra ciudad de Arequipa conmemoró sus 472 años de fundación española y ostenta, después de Lima, el mayor número de reconocimientos a sus sitios y expresiones culturales como patrimonios de la humanidad por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Las macizas expresiones artísticas, históricas y culturales que nos ofrece Arequipa como realidad específica y a la vez como signo interpretativo sugerente de la realidad nacional, ofrece innumerables caminos para desarrollar un conjunto de análisis, homenajes, estudios e investigaciones muy profundas que constituyen materia digna para iniciativas que la agasajen. Es por este motivo que, el Centro Cultural Peruano Norteamericano, con el objetivo de fortalecer la identidad regional de sus alumnos de los programas de inglés para niños, jóvenes y adultos; realizó dos concursos orientados a la expresión artística y cultural: “Así es Arequipa” para promover la escritura a través de cuentos y la fotografía vivencial. Y para proyectar sensibilidad se realizó “Estampa Arequipeña”, concurso de pintura en acuarela. Ambos eventos virtuales nos permitieron apreciar el despliegue de talentos, mostrando en su arte, las bondadosas y reconocibles costumbres y actividades tradicionales asociadas a la memoria de Arequipa.
En las obras de este catálogo, podremos apreciar el talento artístico de los primeros puestos de todos los trabajos presentados por nuestros alumnos a la “Ciudad Blanca”. Esperamos de esta manera, contribuir a la formación integral de las y los estudiantes, así como al logro de aprendizajes que potencien su creatividad, a través de prácticas culturales tan memorables y necesarias para ellos y nuestra región.
Centro Cultural Peruano Norteamericano
Fotografía ganadores: J ó V E N E S Y A D U LTO S
1er puesto - Categoría: Jóvenes y adultos
Jheison Nig Kana Paiva
“Cuando un arequipeño saca a pasear a su mascota”
Ciertas tradiciones deben ser observadas desde distintos ángulos, hay algo maravilloso sobre los sentimientos y la pasión por mantener viva las tradiciones desde una perspectiva intima. Comencé con esto hace unos meses y gracias a este concurso puedo reafirmar el hecho de querer documentar las tradiciones peruanas, convirtiéndose ahora en no solo una pasión, si no, también una responsabilidad. Alonso Barriga dueño del toro de peleas “Amador Baca Charles” (catalogada mascota arequipeña - 1500 kg), sacó a pasearlo por las calles de Arequipa con el fin de demostrar que estos animales son inofensivos y que la tradición de pelea de toros en la región, es una actividad que no promueve el maltrato animal.
2do puesto - Categoría: Jóvenes y adultos
Darwin Candia Barrios
Vivimos en una ciudad que mezcla lo moderno con lo antiguo y a veces olvidamos la belleza de algunos lugares de antaño que están un poco escondidos y olvidados, te invito a redescubrir nuestra ciudad y verás que cada construcción de sillar, cada mirador y cada pasaje esconden un significado muy grande de nuestra historia Arequipeña. ¡Viva Arequipa!
3er puesto - Categoría: Jóvenes y adultos
Braulio Andrés Salas Torres
¡Achalau!, mi bella Arequipa y sus tradiciones, el arau (arado), el labrar la tierra, en esa foto vemos el proceso de arado liderado por los toros labradores, Blanco palomo y Menelik en el prueblo tradicional de Yumina en Sabandía, el gañan Efrain nos contó sobre todo el fascinate proceso, el cual no debe morir ya que muchas veces la tecnología y la globalización deterioran muchas costumbres y prácticas relevantes de nuestra cultura arequipeña, la práctica del arado debe permanecer y ser reconocida con orgullo como los arequipeños que somos.
Mención honrosa
Marelé Daniela Cruz Coricaza
Para mi linda tierra Arequipa!!
Mención honrosa
Harrison Ayerthon Lope Alvarez
“La calleja que nadie transita, la farola que nunca se enciende, el tortuoso arrabal de donde habita buena gente que tiembla y se estrella cuando escucha la historia de un duende”. José Luis Bustamante y Rivero
Mención honrosa
Maria del Carmen Mamani Apaza
La belleza del paisaje en lo más simple
Acuarela ganadores: NIÑOS Y ADOLESCENTES
1er puesto - Categoría 1: Kids Life
Adriana Ayelen Bermudez Llicahua
Misti desde el mirador de Yanahuara Acuarela 21 x 29.7 cm
2do puesto - Categoría 1: Kids Life
Estrella Kiara Huamani Begazo
La fiesta en Yanahuara Acuarela 20.5 x 26.9 cm
3er puesto - Categoría 1: Kids Life
Adrian Santiago Apaza Quispe
A los pies del Misti Acuarela 30 x 50 cm
1er puesto - Categoría 2: Growing Up
Odaliz Dayana Quispe Zegarra
Misti andino Acuarela 23 x 32 cm
2do puesto - Categoría 2: Growing Up
Leydi Andrea Delgado Huaracha
Descansando al pie de mi volcán Acuarela 23 x 28.5 cm
3er puesto - Categoría 2: Growing Up
Dan Abdiel Quispe Zegarra
Paseo Arequipeño Acuarela 23 x 31 cm
Cuento ganadoR: NIÑOS Y ADOLESCENTES
1er puesto - Categoría: Niños y adolescentes | Thiago Jesús Ramos Carcamo
El lacayote, el Rascabuches y el Chiguanco
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ace mucho tiempo, cuando el mundo todavía estaba formándose y los animales aún hablaban; existían dos muy buenos amigos.
Dos animales formidables, majestuosos y bravíos. Lacayote y Rascabuches, dos toros de lidia, totémicos ejemplares. Se habían conocido en una tierra lejana y desde entonces siempre viajaban juntos. Habían emprendido temerarias aventuras en búsqueda de la tierra prometida. Valientes batallas, pedregosos caminos, oscuros senderos, misteriosos bosques y desiertos sin fin. El tiempo pasa, no perdona, dijo de pronto el Rascabuches… Es cierto mi fiel amigo, confirmó el Lacayote tras un fuego de mugidos…
1er puesto - Categoría: Niños y adolescentes | Thiago Jesús Ramos Carcamo
Habían pasado muchos años y cada vez se hacía utópica la idea de encontrar ese paraíso anhelado. Un día de tantos, en su pesado andar, se encontraron con un chiguanco cantor que alegremente revoloteaba por allí, cantando una canción que más o menos se escuchaba así: “de eterno cielo azul, puro sol; en donde me críe para amar…” impresionados por la ternura y emoción del chiguanco al cantar, decidieron seguirlo… Con el paso del camino se hicieron amigos los tres y el chiguanco, hablador cual ninguno, les contaba hermosas historias sobre aquel hermoso lugar. Cuando decidían descansar y no podían dormir el chiguanco cantaba así: “sonó el clarín, voy para allá, ciudad de mis ensueños…” Acurrucados por el tierno cantar de su nuevo amigo, el chiguanco; Lacayote y Rascabuches caían en los brazos de Morfeo.
1er puesto - Categoría: Niños y adolescentes | Thiago Jesús Ramos Carcamo
Un día los tres amigos se toparon con unas fieras misteriosas que no parecían dispuestas a dejarlos pasar, pero los dos bravíos toros cual valientes montoneros se prendieron en plena lid, y en medio del fragor del combate se encontraba el chiguanco cual caudillo picantero alentando a sus fraternos amigos. Tras largas horas de feroz combate salieron triunfantes Lacayote y Rascabuches galonados con heridas…les dijo entonces su amigo chiguanco, es preciso continuar el lugar del que les he hablado está cada vez más cerca. Continuaron entonces los tres, orgullosos atravesando ahora una gran cordillera, blanca como la nieve y fría como la noche sin luna. Alentados por ese gran deseo de encontrar su añorado destino, y curiosos por saber si acaso sería el lugar del que tanto les habló su cantor amigo, el chiguanco. Llegaron los tres hasta un hermoso lugar, conocido como Sumbay y decidieron descansar un poco.
1er puesto - Categoría: Niños y adolescentes | Thiago Jesús Ramos Carcamo
Cada vez falta menos-decía el chiguanco… “Embriagado de distancia, añoraba la fragancia de tu suelo…” cantaba él. Los dos toros se sentían felices, aún no sabían el por qué de su jolgorio; pero veían tan feliz a su amigo cantor, que se contagiaban del mismo. Siguieron entonces un camino que tenía la forma de una inmensa serpiente de agua.
A lo lejos se divisaba ahora verdes campiñas extensas como el mismo cielo, apresuraron el paso entonces. Alegre y palpitante el corazón del chiguanco, se animaba a contarles que cuando hace tiempo dejo sus lares, entristecido, con la pena propia de un hijo al despedirse de su madre, sollozando tristemente ella le decía: recuerda hijo mío, levanta tu rostro, orgulloso picantero, seca esas lágrimas y emprende valeroso, tamaña aventura; pero no olvides volver al regazo de tu madre, algún día.
1er puesto - Categoría: Niños y adolescentes | Thiago Jesús Ramos Carcamo
Alentados por las palabras del chiguanco, los tres amigos continuaban raudamente su camino.
Al encontrarse con grandes alfombras que teñían de verde su andar, presentían que estaban muy cerca. Se respiraba ahora un cálido aroma a amistad, el chiguanco les dijo entonces: Sean bienvenidos mis amigos, a esta pretenciosa dama vestida de blanco vigilada desde siempre por el indomable guardián, volcán sin igual, el gran Misti. Lacayote y Rascabuches perplejos por la majestuosa vista solo atinaron a decir: “Ari Quepay”
Acuarela ganadores: J Ó V E N E S Y A D U LTO S
1er puesto - Categoría 3: Jóvenes de 13 a 20 años
Luis Armando Machacca Rosas
Tierra de toros Acuarela 30 x 48 cm
2do puesto - Categoría 3: Jóvenes de 13 a 20 años
Pamela Paredes Casas
Portales del atardecer Acuarela 21 x 29.7 cm
3er puesto - Categoría 3: Jóvenes de 13 a 20 años
Roxana Milagros Condori Jilapa
Detrás de lo invisible Acuarela 22.9 x 30.5 cm
1er puesto - Categoría 4: 21 años en adelante
Yelsin Aaron Hancco Churata
Solos tú y yo Acuarela 24 x 24 cm
2do puesto - Categoría 4: 21 años en adelante
Lourdes Guillen Fernandez
Mi linda Arequipa Acuarela 42 x 29.7 cm
3er puesto - Categoría 4: 21 años en adelante
Mishell Alejandra Solorio Perez
Cruz del cóndor Acuarela 14 x 21 cm
Cuento ganadoRes: J ó V E N E S Y A D U LTO S
1er puesto - Categoría: Jóvenes y adultos | Mayli Regina Bellido Saavedra
Desde los ojos de un sillar
M
e llamo Blanca. Soy un sillar de 1540. Nací debido a erupciones explosivas muy violentas generadas por un volcán que estuvo antes de que existieran los volcanes Chachani y Misti. Soy de color blanco porque contengo cuarzo, piedra pómez, vidrio volcánico, feldespato, etc. Peso 48 Kilos. Producto de mi ligereza, blandura, porosidad y de fácil tallado es que doy un buen semblante a mi ciudad. Desde 1540 hasta la actualidad he sido testigo de innumerables hechos; como aquel 12 de marzo de 1815, quien muy buen mozo fue, Mariano Melgar Valdivieso, murió fusilado. No obstante, también fui deponente de sucesos gloriosos a lo largo de estos años, entre ellos en noviembre de 2000, cuando mi urbe fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. Asimismo, he convivido con una multiplicidad de gente, desde negros, mestizos y blancos; he aprendido a conocer la tristeza, la felicidad, la furia, vehemencia y humildad. Ya sé diferenciar entre lo bueno y lo malo. Sé del sudor por la fuerza que le metes a la hora de empujar tu carretilla y sé de esa voz convincente para ponerte un sol mas al bolsillo. Te he visto caminar muy galano, ilustre, con un terno, camisa y corbata; a veces bien apurado, preocupado, sonriente y entusiasmado, al final sabía que tenía que acostumbrarme porque era parte de tu día a día, quiero decir, con sus altas y bajas. Conozco de sus vidas he historias. Soy añejo y sabio a la
1er puesto - Categoría: Jóvenes y adultos | Mayli Regina Bellido Saavedra
vez. Hablaré de cuatro personas cuyas historias nunca te habían interesado. ¿Será porque llevabas una vida tan indiferente?
Son las 5am y el claxon de los carros va subiendo de volumen; volviendo a estremecer tu cuerpo. Pero eso no es problema para Estelita, una noble agricultora que se gana la vida vendiendo leche y queso. Ella vive en una casita lejana a la ciudad, pero de vez en cuando va al pueblo, ahí la conocí. Estaba cargada de una bolsa llena de quesos y a su lado su hijo de 10 años ayudándola en lo que pueda. Estela, casi todos los días se cruza con personas acomedidas a las cuales ella siempre muestra amabilidad. Una ves la escuché decirle a su hijo que lucharía por hacerlo profesional cueste lo que le cueste y el niño le respondió que lo importante es ser feliz con lo mucho o poco que tenga porque hasta los mejores castillos se derrumban y lo ultimo que dijo el niño fue que su mamá es fuente de inspiración para cualquier otra mujer Arequipeña o de otro lugar. La segunda historia es de Jacinto, vendedor de pollos en el mercado Andrés Avelino Cáceres. La mamá de Jacinto tiene cáncer y necesita pagar la rehabilitación; ese es el motivo por el cual Jacinto se levanta a las 4am a preparar todo para la venta. Cada día para el es una lucha; sin embargo, siempre muestra una sonrisa a cada cliente que le toque. Hace unas semanas que su hijo mayor terminó la secundaria y él está entusiasmado por empezar una carrera, pero antes tiene que prepararse en una academia para poder ingresar a la universidad. Ahora, su papá
1er puesto - Categoría: Jóvenes y adultos | Mayli Regina Bellido Saavedra
no tiene aún el dinero suficiente para poder pagárselo y le pide a su hijo que le ayude en la venta para así poder salir adelante, ¿Por qué nada es gratis en la vida verdad?
Por el Puente Bolognesi se encuentra trabajando Rosita, la vendedora de desayunos, quien tiene a un hijo en silla de ruedas. Todos los días Rosa transporta a su hijo al colegio, llegando cansada al puesto de trabajo. Su esposo falleció en un accidente de tránsito, a pesar de ello es una mujer luchadora y valiente que poco a poco saldrá adelante.
Por último, vi a una mujer con lentes oscuros, nunca supe a que se dedicaba solo la veía pasar todos los días a un centro psicológico, creí que por los lentes oscuros y por ir bien vestida se dedicaba a algo importante pero no era así. Ella era la paciente de un psicólogo que trataba con mujeres que son golpeadas, he ahí la razón de esas gafas. Se llama Lupe, y desde hace 5 años que es golpeada y amenazada. Gracias a Dios y a su gallardía ella pudo darse cuenta de que hay la posibilidad de rehacer su vida. Así es Arequipa, un bosque de sorpresas. La propaganda solo muestra su volcán la plaza, sus platos típicos y restaurantes caros. Pero yo creo que la verdadera riqueza de una ciudad como la mía esta en el esfuerzo y trabajo de su gente, que son fuente de inspiración. En fin, fui aquella cámara escondida que no veías pero que yo si a ti y que nunca pensaste que iba a hablar.
2do puesto - Categoría: Jóvenes y adultos | Zandra Hallasi Mamani
Monólogo póstumo de Melgar
Ya sé que estoy muerto. Sin embargo, continuamente vuelvo a la vieja cocina donde mi abuela preparaba la chicha, reclinada sobre el fogón y moviendo con una cuchara de palo el contenido del recipiente de barro. Esa enorme olla de arcilla que no ha perdido su color y su firmeza. Cuando era día de fiesta la chicha no alcanzaba. Solo nosotros, contando a papá, mamá y a los abuelos, éramos trece en la casa. Cuando llegaban los tíos y las tías y los primos y las primas la casa quedaba chica. La abuela y mamá mataban a las gallinas y los cuyes y a nosotros nos tocaba ayudar a sacarles las plumas y los pelos. La abuela metía a los animales en el agua hirviendo, por unos segundos, para que la tarea fuera más fácil. Cuánto bullicio y algarabía que ahora extraño. Lo que daría por volver a sentir el olor de la mazamorra o del zango todavía calientes. Lo que daría porque la suave mano arrugada de la abuela me acariciara el rostro mirándome con ternura para decirme: “andá Mariano a traer la leche”. Y yo salía corriendo con el porongo hasta la plaza San Francisco, donde la lechera. La abuela me quería un poquito más que a sus demás nietos. La abuela era alegre, papá, su hijo, ¿por qué sería tan serio? Papá solo parecía alegre cuando se metía a la cocina a preparar el zango, pero su rostro adusto no cambiaba como si estuviera obligado a nunca sonreír. La abuela tenía magia en las manos, solo ella podía preparar los chupes los viernes
2do puesto - Categoría: Jóvenes y adultos | Zandra Hallasi Mamani
o el adobo los domingos como para chuparse los dedos. No parecía cansarse nunca, cuando no estaba cocinando estaba lavando o con la escoba en la mano. Yo no recuerdo haberla visto descansar. De madrugada, me despertaba, era la primera en levantarse, y me decía: “andá Mario a traer el pan”. Yo me despertaba soñoliento. La panadería estaba a cuatro cuadras de la casa como quien se va para el barrio de Miraflores. El panadero siempre me daba un pan de yapa y yo regresaba contento sintiendo en la boca el tibio sabor del pan de tres puntas. Lo que daría por volver a sentir el sabor del pan recién salido del horno. Lo que daría por volver a recorrer esas calles, pero ahora ni mi sombra se proyecta sobre las paredes de sillar. ¿Por qué la casa y sus enormes muros permanece intacta aún sin ninguno de nosotros dentro? Lo que no ha perdido la casa de mis padres es esa atmósfera de yaraví triste que en lugar de entristecer, alegraba, cuando era el cumpleaños de mamá o papá y alguien agarraba la guitarra y se ponía a cantar. En el seminario de San Gerónimo, a donde me mandaron a estudiar con la esperanza de que me hiciera sacerdote, aprendí griego y latín, pero los poemas de Homero y Ovidio no tenían esa sabor particular y entrañable que tiene un yaraví. Hay que haber nacido al pie del volcán Misti y a orillas del río Chili para disfrutar de la música de un yaraví. Hay que haber caminado
2do puesto - Categoría: Jóvenes y adultos | Zandra Hallasi Mamani
entre los maizales, escuchando el rumor de las acequias, monótono y diáfano, para poder entender profundamente la poesía de un yaraví. Yo también compuse algunos yaravíes a la luz de una vela, mientras todos dormían. Las palabras brotaban como mala hierba de mi mente cuando me enamoré por primera vez. Silvia fue mi único amor. La amé tanto que cuando ella no correspondió a la intensidad de mi amor me sentí traicionado. Y entonces solo pensé en ir detrás de los montoneros hacia un lugar del cual ya no regresara jamás. Y fui a morir a Umachiri, a cientos de kilómetros de mi tierra, aunque en realidad nunca me fui. Siempre retorno a esta casa, me atrae el recuerdo de la abuela y de la prima que tanto amé. En esta casa fui feliz. Lloré por amor sin que nadie me escuchara. Y ahora sufro porque no puedo llorar. Añoro poder sentir nuevamente el polvo que los arrieros hacían levantar con las ruedas de sus carretas y que se pegaba a mi rostro sudoroso. Cómo han cambiado estas calles por donde corría, a veces, descalzo. Las paredes de las fachadas de mis vecinos han sido pintadas de colores y las han vuelto más grises. De niño me espantaban los truenos y corría a esconderme debajo de la batea. Ahora todo parece tan silencioso. Quizá este silencio espantoso es tan solo el preludio que precede a un final fatal. Un final que no llega y que ya nunca llegará para mí.
3er puesto - Categoría: Jóvenes y adultos | Luis Fernando Bellido Chipana
El Misti no está
E
l día se rehusaba a empezar, la neblina cegaba la vista del paisaje hasta que el sol se impuso y reveló lo que el día no quería que supiéramos. ¡El Misti no está! Gritó el arzobispo desde el techo de la Catedral a las 7:15. Su voz resonó hasta cara rincón del centro histórico, no hubo necesidad de tocar la campana.
En esos momentos me encontraba en mis clases de inglés. El teacher, pasmado, salió por la ventana. Su reacción era indescriptible, a los segundos, fiel al curso gritó: “Where is the Misti?” Todos nos acercamos a la ventana. Parecía un sueño, parecía. Por alguna razón obvia las clases se cancelaron. Salí rápido hacia la Plaza de Armas. Llegué a las 7:35. Había una multitud contemplando el vacío, absortos en el paisaje desolado que dejaba la ausencia del volcán emblema. La plaza poco a poco se fue llenando, fotógrafos, lustradores, mercaderes de San Camilo, todos acudían a un extraño llamado. Minutos después, el arzobispo irrumpió el sonido: ¡Es el castigo divino que merecemos por pecadores! ¡Arrepiéntanse! … ¡Qué Dios nos ayude! Al final de su mensaje, nos invitó a rezar. Todos a una sola voz pedíamos misericordia ante el paisaje vacuo. Varios entraron a la Catedral a seguir rezando. Lo más increíble es que nadie tomó una foto del paisaje sin el Misti. Nadie quería creerlo.
3er puesto - Categoría: Jóvenes y adultos | Luis Fernando Bellido Chipana
O quizá nadie quería recordarlo en el futuro. Y te preguntarás ¿Por qué te lo estoy contando? Mañana moriré. No tengo nada que perder, simplemente dejaré constancia de lo que significó aquel día para mi amada Arequipa. Nadie quería hablar del tema a los días siguientes.
Al salir de mi estupefacción por la noticia. Seguí con rumbo. Tenía clases de en la universidad. Mientras caminaba por la av. Mercaderes, la gente seguía acudiendo a la plaza.
Al pasar por el Poder Judicial, noté que todos los funcionarios, jueces, abogados estaban en la Plaza España discutiendo a quién demandar, como actuar, como hacer justicia. Olvidaron que las leyes de la naturaleza desconocen las construcciones legales de los mortales. Llegué a la Universidad y estaba cerrada. Decidí volver a casa. Mi madre me esperaba preocupada. Estaba llorando. La abracé y le dije que todo iba a estar bien. En la tarde prendí el televisor con la expectativa de ver a los expertos explicar lo que pasó. Nadie habló del tema. Era como si no hubiese pasado. Subí al techo y el volcán seguía ausente. Algunos vecinos desde sus techos seguían mirando al vacío. Había un silencio total.
A las 11:00 regresé al techo, tenía cierta esperanza. No había nada. Empecé a llorar. Luego cansado de llorar por gusto, me arrodillé y me acordé de la virgencita de Chapi. Hace años ella me hizo un milagro, dudé un momento. Cerré mis ojos y pedí de todo corazón
3er puesto - Categoría: Jóvenes y adultos | Luis Fernando Bellido Chipana
que el Misti aparezca. Abrí los ojos, no había nada. Regresé a mi cuarto. Echado en la cama, me quedé dormido.
Tuve un sueño raro. Soñé que despertaba al día siguiente. Había un montonero junto a su gran caballo, en medio de la plaza de armas. Nadie lo conocía, sin embargo, era familiar. Evocaba a los personajes ilustres de las revoluciones de la ciudad. En vez de quedarse a contemplar el paisaje vacío, gritó una frase que nunca olvidaré: ¡Vamos a construir otro Misti carajo! Y empezó a llenar tierra en un saco y partió con su caballo hacia el la pampa donde antes yacía el volcán. Así estuvo por varias horas. Hasta que se le unieron varias personas. Cada vez la gente iba llegando con arena. Toda Arequipa se había unido. Me acuerdo que terminamos a eso de las 3:00 de la mañana. Agotados nos dimos cuenta de que lo habíamos logrado. A eso de las 4:30 una lluvia azulina empezó a cubrirnos a todos. Nuestro Misti había tomado aquel color característico. Cuando el Sol salió junto a unas nubes. Una de estas se estrelló en el pico del volcán pintando de blanco el pico. Nadie lo podía creer. Hubo una fiesta enorme. Después de ello nunca volvimos a ver al montonero y su caballo. Desperté del sueño, subí corriendo al techo y el Misti se encontraba en su lugar. Siempre me pregunto ¿Qué clase de loco se atreve a vivir en las faldas de un volcán? A veces el destino está escrito, sin embargo, la rebeldía del arequipeño le saca la vuelta. Mi caballo aún tiene energía para escapar. Probablemente no muera mañana.