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EDICIÓN 6 SEPTIEMBRE 2015
¿Cuál ha sido la internacionalización de la música en y desde Medellín? 1
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E D I TORIAL
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Alcaldía de Medellín Aníbal Gaviria Correa Alcalde de Medellín Alexandra Peláez Botero Vicealcaldesa de Educación, Cultura, Participación, Recreación y Deporte Luis Fernando Suárez Vélez Vicealcalde de Gobernabilidad, Seguridad y Servicio a la Ciudadanía Juan Carlos Giraldo Salinas Vicealcalde de Salud, Inclusión y Familia Jesús Arturo Aristizábal Guevara Vicealcalde de Hábitat, Movilidad, Infraestructura y Sostenibilidad Wilson Enrique López Bedoya Vicealcalde de Gestión Territorial Luis Felipe Hoyos Vieira Vicealcalde de CTi, Desarrollo Económico, Internacionalización y APP
Secretaría de Cultura Ciudadana María del Rosario Escobar Pareja Secretaria de Cultura Ciudadana Ana Cecilia Restrepo Espinosa Directora Red de Escuelas de Medellín Alejandro Escobedo Forero Gerente Medellín Vive la Música Ronal Castañeda Tabares Comunicaciones Medellín Vive la Música Luz Enidia Largo Arteaga Comunicaciones Subsecretaría Arte y Cultura - Interventora
Revista Arcadia Director Juan David Correa Directora del proyecto Juliana Restrepo Dirección de Arte Mónica Loaiza Corrección Laura Rojas Fotografía y textos Esteban Duperly Podcast Juan Pablo Trujillo Director comercial María Alejandra Navia / anavia@semana.com Publicaciones Semana S.A. Gerente general Elena Mesa Zuleta Gerente comercial Isabel Cristina Calle Gerente de Mercadeo Liliana Sotomonte
Medellín suena a Medellín Un ejercicio necesario en las ciudades que le apuestan a la música como medio para la transformación social y la manifestación estética es el estímulo de sus expresiones artísticas a través de plataformas que impulsan a sus creadores. Nuestra apuesta es por innovar socialmente internacionalizando un ritmo y un modo de hacer música. La música nos permite movilizar a la ciudadanía para que encuentre y disfrute su espacio público. Medellín actualmente cuenta con seis festivales de música organizados por el municipio (Festival Internacional de Música de Cámara, Festival Internacional Altavoz, Parque Cultural Nocturno, Altavoz, Festival Medellín Vive la Música y Fiesta de las Luces) y decenas de festivales musicales de grande, mediano y pequeño formato, apoyados también por el municipio, muchos de ellos de carácter privado y comunitario. En Medellín promovemos el desarrollo y la proyección de los actores del sector musical de la ciudad a través de estrategias de emprendimiento y estímulos, como becas, formación en empoderamiento empresarial o promoviendo las industrias culturales mediante plataformas como Circulart, que busca potencializar las oportunidades de proyección en los músicos y gestores locales. A su vez, desde 2014, la Secretaría de Cultura Ciudadana y la Unión del Sector de la Música vienen desarrollando Aquí Suena Medellín, una propuesta web de relacionamiento entre músicos, sitios y promotores de Medellín, que los vincula a partir de sus necesidades y oportunidades de gestión en el sector, para la divulgación y beneficio de todos los participantes. Aquí Suena Medellín tiene estas cifras a dos años de su fundación. Han sido subidas 5917 canciones, 780 artistas, 46 sitios públicos, 550 eventos aprobados, 28 visitadores sonoros y se han realizado 20 conciertos. ¿A qué le estamos apostando desde la administración municipal con los procesos de circulación de nuestra música? A través de estas acciones queremos hacer visibles a nuestros artistas, estimular sus expresiones dentro y fuera de la ciudad y aunar esfuerzos para que sea la música un entorno para la vida, la manifestación artística y cultural, y la proyección de nuestros creadores. Medellín suena a Medellín.
Apuestas consistentes Po r E ste ba n Dupe rly
Alexandra Peláez Botero Vicealcaldesa de Educación, Cultura, Participación, Recreación y Deporte Alcaldía de Medellín
Gerente de Circulación Natalia Peinado Gerente de Innovación Iván Jaramillo Price Gerente financiero y administrativo Felipe Albán Daza Sede: Carrera 11 n.º 77A - 65 Bogotá, Colombia PBX 6468400 ©Publicaciones Semana S. A. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización de Publicaciones Semana S.A. ISSN: 1900-589X Printed in Colombia
Desde hace un tiempo en Medellín surgen artistas que llegan a escenarios internacionales en géneros tan diversos como el sinfónico y el reguetón. ¿Qué sucede en la ciudad para que sus músicos ocupen tarimas y escenarios en otros lugares del mundo? 03 3
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Si algo ha definido el siglo XXI ha sido la globalización, por lo menos desde la óptica de la cultura y el entretenimiento. Si pensamos en Colombia, hasta la década de 1990, la nuestra era una economía cerrada para las importaciones, y el concepto “exportación” estaba asociado casi exclusivamente a un solo producto —o a lo sumo a un ramillete limitado de productos— que nos hacían al mismo tiempo tan famosos como monotemáticos. Ese hermetismo económico producía una sociedad reflejo, que veía con mucha curiosidad aquello que la permeaba desde afuera, y a la vez tenía solo algunos casos de éxito para mostrar en el exterior. Por años, las artes y la cultura tuvieron que vérselas con “un solo renglón de exportación”. Un escritor. Un pintor. Un cantante. En términos generales, los artistas colombianos no se tomaban los mercados internacionales, salvo aquellos golpes de suerte y de talento que se constituían en excepciones a la regla. Fue apenas hacia mediados de los noventa, cuando la economía se abrió y se vieron las primeras luces del amanecer de un globo conectado por una red de computadores, que los locales comenzaron a abundar en la escena internacional. Pesos pesados actuales como Shakira, Juanes o Carlos Vives hicieron un tránsito que, tal vez, no hubiera sido posible diez años atrás, sin importar su talento. La banda Aterciopelados también surgió, via4
EL MAESTRO ALEJANDRO POSADA, junto a los músicos de la Academia Filarmónica de Antioquia (Afmed).
jo y triunfó al final de esa década. Y en el ámbito local, Estados Alterados y Ekhymosis derrumbaron el mito. Todo ese proceso resultó fundamental, porque para los artistas de la siguiente generación se crearon un precedente y un patrón para imitar. Cuando las nuevas bandas y solistas comenzaron a surgir en la primera década del nuevo siglo, podían aspirar a convertirse en un artista famoso. Era cuestión de encender la televisión, abrir revistas o conectarse a internet para ver y oír personas que se veían como ellos, hablaban como ellos o que, incluso, habían crecido en la misma cuadra. El fenómeno no se limitaba al rock o al pop. En la música clásica, el maestro Andrés Orozco, quien estudió en el Instituto Musical Diego Echavarría, comenzó a aparecer en las grandes ligas de la conducción orquestal hacia 2002. Para la misma época, el maestro Alejandro Posada —quien fue profesor de Orozco— ya era director de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Él había llegado a Viena en 1985 luego de graduarse del Conservatorio de Bellas Artes de Medellín. Hoy en día es uno de los referentes, uno de esos modelos, para los jóvenes músicos en formación de la ciudad. A la fecha, el maestro Posada es director artístico de la Academia Filarmónica y director asociado de la Orquesta Filarmónica de Medellín, se encuentra de viaje en Estados Unidos, viene de Bolivia y sale ese mismo día hacia Perú. “Cuando por primera vez pude agrandar la orquesta de Castilla y León —explica vía Skype—, se presentaron más de 600 personas de todo el mundo, pero ningún colombiano educado en Colombia. Era muy preocupante”. Eso lo llevó a reflexionar sobre lo improbable que resultaba para los músicos nacionales estar preparados para pasar
exámenes de admisión a orquestas o conservatorios del exterior. La inquietud lo animó a constituir la Academia Filarmónica, un programa de la Orquesta Filarmónica de Medellín que les ofrece a músicos jóvenes un espacio para la práctica orquestal permanente. Paralelo a esto, la Academia se encarga de traer cada año entre 40 y 50 profesores internacionales para que den clases maestras en la ciudad. Estar en contacto con los mejores profesores del mundo les amplía el panorama a los jóvenes —casi todos entre 20 y 30 años— y produce en ellos un efecto alentador. Además, gestionan becas. “Estos muchachos tienen que conocer el mundo lo más temprano posible. Buscamos recursos para que vayan a todo lo que pueda ser interesante afuera: festivales, cursos, encuentros”, explica el maestro Posada. Eso, precisamente, está permitiendo que músicos de la ciudad tomen vuelo. Por tres años consecutivos han enviado muchachos al Verbier Festival en Suiza, “la selección más importante de jóvenes del mundo”. Cuando regresan a la ciudad, algo se ha trasformado en su interior. Ana Cristina Molina Aponte tiene 20 años y toca el corno francés. El maestro Alejandro Posada la vio en 2011 y la invitó a unirse a la Academia. “Estuve en Liechtenstein con un maestro llamado Radovan Vlatkovic, y aprendí un montón de técnica y conceptos nuevos. El simple hecho de conocer al maestro... pensaba que se iba a morir y no lo iba a conocer [se ríe]. Es uno de los mejores solistas en corno del mundo”. Ana Cristina aplicó en 2014 a un curso de una semana intensiva junto a músicos de varios niveles, todos jóvenes entre 16 y 22 años, provenientes de España, Austria, Suiza y otros países de Europa. Ella era la única que venía de América. Este año volverá.
Además, ha estado en ensayos y conciertos en Ginebra y en Viena, donde tocó en la Ópera junto a otros ocho músicos de Medellín y al lado de músicos de las filarmónicas más reconocidas. “Se abre la mente. Cuando uno vuelve, empieza a pensar de qué manera puede transmitir al público eso que siente. Empieza a pensar qué es lo que quiere transmitir hacia afuera”. Buena parte de los músicos de la Academia Filarmónica vienen de la Red de Escuelas de Música de Medellín. Ana Cecilia Restrepo, su directora, cuenta sobre los casos de egresados que se destacan en el exterior. Uno es William Chiquito, ahora en la orquesta de Santa Cecilia en Roma, y Juan Felipe Molano, que dirige la Orquesta Sinfónica Juvenil de Los Ángeles, bajo la dirección artística del maestro Gustavo Dudamel. También cuenta sobre cinco muchachos que el año pasado estuvieron invitados a la New World Symphony de Miami. La pregunta, más allá de la anécdota de tener estudiantes afuera, es qué los hace apetecibles, qué permite que músicos de la ciudad comiencen a copar espacios internacionales. “Procesos como la Red los obliga a ser creativos y flexibles —explica Ana Cecilia—; acá deben adaptarse constantemente y eso los hace versátiles. Son
Buena parte de los músicos de la Academia Filarmónica vienen desde la Red de Escuelas de Música de Medellín.
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RED DE ESCUELAS de Música de Medellín. De izquierda a derecha, vientos de la New World Symphony, el cornista Luis Mayo y en la trompeta, Sebastián Patiño.
recursivos, y eso se convierte en un factor importante cuando van a otros países”. Pero también señala aspectos de identidad e idiosincrasia: “En el ámbito de la música clásica hay un enamoramiento por lo latinoamericano”, explica. Así como nos seduce lo asiático o lo africano, lo latino comenzó a gozar de un interés especial. Menciona el caso de un clarinetista que, al finalizar su recital, tocó gaitas folclóricas frente al director de la New World Symphony. Pero ser latino o no es solo una arista. Lo que en verdad está logrando que Medellín sea una ciudad cuyos músicos sinfónicos tengan más capacidad de proyectarse hacia otros países es que cada vez acceden a mejor formación. El maestro Posada señala que programas como la Red de Escuelas han motivado la enseñanza musical, además de las universidades. “La Universidad de Antioquia ha proyectado su carrera de Música. Bellas Artes, que no era una carrera de Música, se convirtió hace algunos años en un programa universitario. Hacemos comparativos: “¿Cuánto está tocando un niño de 15 años en Medellín y cuánto en Noruega?”. La respuesta es que cada vez la distancia se acorta. Así, Medellín está reuniendo lo mejor de ambos elementos: a esa cierta vocación rítmica, que parece ser innata en muchos de sus músicos, se le suma enseñanza de mejor nivel, infraestructura e instrumentos de calidad. El Factor X
Si Medellín es una ciudad que ha comenzado a exportar artistas atractivos para productores en el exterior, 6
¿qué les permite llegar a tarimas internacionales? ¿Hay alguna cualidad especial que el público perciba? La respuesta, aunque se busque lejos y se intente encontrar a alguien que tenga una teoría gruesa, resulta estar más cercana y ser más sencilla de la cuenta: la disciplina y la capacidad para trabajar. Desde los concertistas sinfónicos hasta los reguetoneros que están vendiendo duro en los mercados anglo, los nuevos músicos de la ciudad parecen caracterizarse por su constancia. El maestro Posada les insiste a los miembros de la Academia Filarmónica que ser músico es equivalente a ser un atleta de élite, y como tal tiene que entrenarse a diario y con los mejores. A todo esto se suman otros factores culturales, como la simpatía y la facilidad para socializar y entablar amistades. Ana Cecilia Restrepo ha reconocido esos elementos en las salidas al exterior con los alumnos de la Red de Escuelas: “Se relacionan muy fácilmente, entablan conversaciones, están dispuestos y abiertos a hacer cosas nuevas, no se atemorizan”. A veces nos resulta difícil aceptar que ser de donde somos y como somos es, en sí mismo, una ventaja. Pero en la música parece tratarse de un valor agregado que otros captan, especialmente en los artistas más ligados al entretenimiento. Álvaro José Osorio es el gerente de GoFar Enterteinment, una empresa con un roster —término de la industria equivalente a catálogo— cercano a 300 artistas entre nacionales e internacionales, en ocho géneros. Su fuerte es lo que en los últimos años se conoce como género urbano.
—¿Qué matiz hace atractivos afuera a los artista que son de Medellín? —Las ganas. La pasión. La garra. Por su parte, Lucas Arnau, que vive en la ciudad y es uno de los cantantes pop con más trayectoria internacional, concuerda: “Somos tenaces, camelladores, empedernidos, creativos. Creo que eso nos distingue en el medio. Gente que se dedica a sacar una idea adelante y la lleva hasta el final, y en esta carrera el más trabajador es al que mejor le va, por encima de muchas otras cosas. —Y añade—: Tiene que ver con el artista. Alguien puede tener música buena, pero no le gusta hacer promoción. Otros tienen música no tan buena, pero trabajan el triple y logran salir”. Desde México, donde se encuentra girando, J Balvin dice: “Tenemos un carisma especial, de estar disponibles para la gente. En la cultura nuestra uno crece con algo que le dice que mientras más reconocimiento, mientras más poder, hay que ser más humilde. Es como una inversión. Todo eso ha permitido que la gente se sienta muy cómoda y nos vea como una clase de artistas diferentes a los que el mundo está acostumbrado”. —¿Ser de Medellín le aporta como artista, lo diferencia? —100 %. La personalidad de mi tierra me ha permitido tener un sabor diferente y que la gente me perciba de otra manera. Para el caso de un género como el reguetón, ser de Medellín se ha convertido en un verdadero valor agregado. “La ciudad se volvió la espina dorsal del género urbano en el mundo —explica Osorio— y una despensa de artistas. Hay una seducción. Hay un valor internacional en estos artistas solo por ser de donde son”. Así como asumimos que un salsero cubano tiene el son adentro y esperamos que una banda de Seattle toque con mucha rabia, se asume que los reguetoneros de Medellín tienen el dembow. También han surgido fenómenos inversos, en los que artistas internacionales encuentran en Medellín una plataforma de lanzamiento. Maite Hontelé es una trompetista holandesa radicada en la ciudad hace seis años. Tocaba salsa desde los 17 en Europa, y aunque giraba con bandas integradas por latinos, una audiencia más fría y que no entendía las letras por completo hacía que su experiencia salsera fuera incompleta. Reconoce que ser una rubia que toca música antillana y dirige a un grupo de hombres llama la atención, pero asegura que después de un tiempo los artistas dejan de ser objetos exóticos y se convierten en otro más que debe demostrar que su show convence. En ese sentido, el público la ha validado: después de todo, toca con el mismo sabor de una mulata.
CLASE MAESTRA CON MICHAEL TILSON THOMAS, director de New World Symphony, con Daniel Bermúdez, clarinetista de la Academia Filarmónica de Medellín. Daniel inició sus estudios musicales en la Red de Escuelas de Música de Medellín.
Irrumpió en el ámbito de la salsa hace unos años con un disco que se llamó Llegó la mona, y desde entonces Medellín se convirtió en su base de operaciones; vive acá, pero es una artista del mundo nominada en 2014 a un Grammy Latino. “Hablaba con holandeses hace un mes — dice cuando reflexiona sobre las cosas que ha conseguido y que, quizá, no hubiera logrado en su país—, y el hecho de vivir en Medellín hace que te tomen más en serio si tocas música latina. Si estás en Holanda, no te puedes comunicar con los grandes de la música. Yo, en seis años, me he encontrado acá con Oscar D’león, con la Sonora Ponceña, o con el Gran Combo”. 7
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A la fecha, Maite trabaja de la mano de Merlín Producciones —un estudio local—, pero cuando llegó, seis años atrás, era una de esas pioneras de la autogestión. Sin duda, la tecnología, internet y las redes sociales han hecho que todo sea distinto. “Si no tienes una disquera y todo este cuento, las redes sociales te permiten llegarle al público de una manera práctica. Creo que la buena música y el buen uso de las redes sociales son una mezcla que permite una internacionalización”, explica J Balvin. Después de todo, en términos simples, alguien puede hacer una canción en la casa, colgarla en YouTube y volverse famoso. Estadísticamente, hoy en día esa es una posibilidad real. Y aunque ese no fue su caso, porque el suyo ha sido un ascenso escalonado, la penetración de su música a territorios tan lejanos como Rumania, Turquía y Grecia se la debe a internet. “Hoy en día, con las plataformas se abren mercados que uno antes no podía abrir o sostener. He llegado a países que no había conquistado radialmente gracias a las ventas on line”, sostiene Arnau, quien además usa otra de las estrategias actuales de internacionalización: los feat —abreviatura de featuring, en inglés—, en los que un artista invita a otro, por lo general de un género distinto, a cantar. Eso permite comenzar a ser fuerte en nuevos lugares o atraer público de otros gustos, apalancado por el compañero de dúo. Arnau acaba de hacer un dueto con Carlos Baute para comenzar a entrar a Argentina. J Balvin cantó con el rapero estadounidense French Montana. Como explica Álvaro Osorio, el feat y el remix —donde cada músico pone su letra y su talento en una canción— se basan en cierta amistad o empatía que tengan dos cantantes. Por eso, el músico actual no puede vivir encerrado en sí mismo. Tal vez el género más rezagado cuando se trata de internacionalizarse es el rock. Luego del impulso durante los noventa algo se desaceleró. O al menos en lo más vistoso, porque en el underground siempre se seguirá moviendo un circuito de bandas que vienen y van. Paula Restrepo, una colombiana conductora de sitios web en Buenos Aires que promociona músicos de rock en Argentina, interpreta el fenómeno desde dos aristas. Por un lado, actúa lo efímero de las bandas. “Grupos con potencial de reventarla pero solo duran uno o dos años”, explica. Recuerda proyectos como Volátil y Panorama, que tenían lo propio para salir, pero se separaron. De otro lado, señala la ausencia de mánager. “Los mejores mánager están en todo. Uno bueno te lleva desde lo
LUCAS ARNAU vive en Medellín y es uno de los cantantes pop con más trayectoria internacional.
“Las redes te permiten llegarle al público de una manera práctica. Creo que la buena música y el buen uso de las redes sociales son una mezcla que permite una internacionalización”.
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OPIN IÓN . ¿ La música de M edel l ín est á en el m u n do?
¿La música de Medellín está en el mundo? Po r Die go L o ndo ño @ E l f a nf a t a l
LA BANDA Estados Alterados es pionera en la internacionalización de la música de la ciudad desde los primeros años noventa. más mínimo hasta lo más grande. Te lleva a tocar donde debes tocar; en televisión, a los programas adecuados, no a uno de cocina. Un buen mánager tiene la visión de las redes sociales, cierra contratos, les responde a los fanáticos, a los que quieren entrevistas. Un buen mánager hace accesible a la banda”. Pero en Medellín, por lo regular, las bandas carecen de una gestión continuada, en buena medida por su misma propensión a la brevedad. Paralelo al manejo aparecen las relaciones públicas. Tener contacto con el mundo es fundamental. “Hacerse amigos de gente de México, de Lima, de Bolivia. Comenzar a seguir bandas y hacer amistades”. Y reconoce que allí otros géneros tienen mucho que enseñar: “Lo que sucede con los reguetoneros es que todos hacen feat con todos. Eso no existe en las bandas de rock”. Así las cosas, al rock puede estar restándole velocidad su misma actitud independiente. Todo eso, por supuesto, si analizamos el asunto desde la perspectiva del mercado, que nunca dejará de ser tiránico con sus números de ventas. Pero a niveles menos masivos hay un intercambio de artistas locales que viajan y se presentan en otros países en un verdadero ejercicio de intercambio cultural, impulsados por festivales de música que los invitan. Estimar qué tan grande, pequeño o continuo es ese flujo resulta complicado. Lo cierto del caso es que internet ha permitido que una banda entre fácilmente en contacto con un agente de booking extranjero. Un par de semanas atrás, Dane Roberts, del Victoria Ska Fest que se hace en Canadá, estuvo en la ciudad pescando bandas como De Bruces a Mí. Una suma de elementos configura la respuesta a la pregunta inicial: ¿qué hace exitosos —o por lo menos 10
atractivos— a los artistas de Medellín en el exterior? El romance de los mercados anglo con lo latino, ciertos elementos de idiosincrasia, nuevas plataformas de circulación global, una oferta de formación musical más amplia y refinada, las becas, la inversión pública en infraestructura y, en especial, las becas y estímulos a la circulación nacional e internacional en el área música, que se hacen en el marco de las Convocatorias de Arte y Cultura. De ese modo, con dineros públicos de la Secretaría de Cultura Ciudadana se apoya el talento artístico, el trabajo creativo, se alientan los productos de calidad y se abre la puerta para que músicos locales se proyecten con mucha potencia hacia afuera. Este año se entregaron 9 estímulos a coros, orquestas, bandas de jazz , rock y otros géneros. Todo eso, sumado a referentes de éxito e imitación, permite que en los nuevos artistas se incube el deseo realizable de llegar tan lejos como les sea posible. Siempre existirá el dilema de los géneros, unos más masivos que otros, y territorios más propensos a acoger tal o cual ritmo. Los países andinos son afines y curiosos con lo que se hace en Colombia, sobre todo en tropical y pop. Perú es especialmente receptivo. Incluso músicas que por sonoridad, lenguaje y referentes sentimos que tal vez son muy locales terminan sonando con mucha potencia afuera. Para este reportaje, Darío Gómez, “el Rey del Despecho”, no pudo ser contactado, pues salía a una gira que incluía a Barcelona y París. Al final de cuentas, nunca terminaremos de descifrar qué es lo que los demás encuentran atractivo en nosotros. Cuestionarlo es entrar en los terrenos insondables de la universalidad de la música.
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edellín ha sido históricamente un punto en la mira a la hora de hablar de música. Esta urbe con ínfulas de metrópoli es la casa de la diversidad de sonidos: desde el tango arrabalero, pasando por el callejero sonido tropical, la rabia del punk y la oscuridad del metal, las historias del rap, hasta el glamuroso sonido de la nueva música colombiana. Desde los años cincuenta, la ciudad recibió la industria de la música tropical de otras regiones del país y fue desde ese momento que comenzó a hacer historia y a construir el legado y la grandeza de la música colombiana. Lucho Bermúdez, Joe Arroyo, Rodolfo Aicardi, Los Corraleros de Majagual, entre otras personalidades, construyeron una historia que no volverá y que recordamos con melancolía sonora. Al otro extremo, el punk y metal de Medellín en los años ochenta fueron referentes sonoros y estéticos en Colombia y Suramérica. La precariedad, la rabia, la suciedad, sumadas a las historias y el sonido arriesgado, permitieron que se constituyeran en parte de la historia musical del país, a través de crónicas sonoras de las calles. Agrupaciones como Reencarnación, Masacre, I.R.A. o Fértil Miseria sonaron y siguen sonando en países como México, Ecuador, Noruega, Japón, España y Estados Unidos. Ya en los años noventa, el rock pudo acercarse a disqueras, firmar contratos y sonar en la radio. Ekhymosis, Bajo Tierra, Kraken, El Pez o Estados Alterados son la mejor muestra de ello; se convirtieron en ídolos de toda una generación colombiana que respiraba rock. La historia continúa y, hasta hoy, la corriente ha arrastrado consigo la consolidación de nuevos artistas que han autogestionado discos, videoclips y estrategias para sonar y girar en otras partes del mundo, como el caso de Alejo García, Puerto Candelaria, Crew Peligrosos, La Montaña Gris, C15, Pala, Tr3sDeCorazón, TierraDentro, entre muchísimos otros que no alcanzaríamos a nombrar, sin pasar por alto las orquestas sinfónicas de toda la ciudad. Pero la internacionalización histórica del sonido de Medellín no para ahí. El fenómeno mediático de Juanes, la llegada del reguetón y el posicionamiento de J Balvin,
Maluma y Reykon mostraron la cara comercial, el dinero y el escalamiento en la industria musical mundial. A grandes rasgos, este es un esbozo de lo que pasa con la música de Medellín en el exterior. Es claro que viaja, suena en el mundo, pero ¿qué falta para que se establezca, genere público, compradores y un mercado sostenible dentro y fuera del país? No hablaré de lo musical, pues los ejemplos de éxito comercial a veces no son los más apropiados, pero si hablaré de la gestión que le falta a Medellín para entender que sí se puede hacer visible la música en el exterior y, de paso, ganar no solo seguidores sino dinero. Y para abordar todo este panorama, hay que entender tantas cosas, que lo último es la música y, quizá, lo primero, la gestión. De todo esto no quedan sino preguntas. ¿Sabemos crear contenidos, interactuar y promocionar nuestras canciones a través de la web? ¿Fidelizamos nuestros públicos? ¿ Medellín le aporta novedad al sonido mundial? ¿Sonamos de donde venimos o simplemente somos una copia más de lo que se hace afuera? Cuando su grupo gira, ¿retoma los contactos, seguidores y los mantiene informados de su labor? Dos realidades de la ciudad se ponen en un paralelo, las que suenan y viajan, como el reguetón, el pop y el tropipop, y las que parecen estar ancladas como raíces profundas a las montañas de Medellín, como el caso del rock, el punk, el rap, el metal, la canción de autor, la electrónica y un largo etcétera. ¿Qué hay que entender? Que falta circulación, formación y consumo cultural. Y quizá, también, que hay que dejar de mirar sesgadamente y aprender de las dinámicas comerciales, de esos sonidos que están teniendo éxito y, ojo, no hablo de payola, ni perder esencia en el arte; hablo de la forma de crear mercado, de fidelizar públicos y de vender en el buen sentido de la palabra. Medellín debe conectarse con la dinámica de la industria mundial, repensarse y arriesgarse a trabajar de manera diferente. Y quizá, cuando los músicos se miren como aliados (sea el género que sea) y no como rivales, es que los engranajes van a encajar y nuestra música se verá como una escena verdadera y productiva reflejada en el mundo. 11
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Plataformas digitales: Sitios como
Deezer, Spotify o Soundcloud ayudan a que la música esté disponible. En Colombia se han registrado más de cuatro millones de personas en Deezer y 20 % son de Antioquia.
Estrategia de redes: Una vez sus
Registro con editoras digitales:
canciones estén en las plataformas musicales, las redes sociales ayudan a que la difusión sea más efectiva. Pautar en Facebook puede costar desde 1 dólar por día. YouTube paga cerca de 1 euro por cada 1000 visitas.
luego de conocer los pormenores, debe registrar su música y licenciarla con editoras digitales. Este es el primer paso para monetizar la música en Internet. Esto puede costar desde 50USD por álbum.
Derechos de autor: Organiza-
ciones como la Dirección Nacional de Derechos de Autor (Acinpro y Sayco) brindan asesorías gratuitas. Hay 18 sucursales en diez ciudades del país. De lo que recauda una canción, la sociedad de gestión toma 7,5 % y el 92,5 % restante se divide entre el autor y el sello discográfico.
a n u Para a n e bu oción prom Un equipo de creación: La música es el insumo principal, y para hacer de ella un buen material, pueden ayudar un compositor, un arreglista y un director musical, que le dan calidad profesional al producto final.
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IN FOG RAF ÍA
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Radio: Es el medio que sigue
moviendo a las grandes masas. Para que la música suene en las emisoras, es importante la ayuda de un líder de opinión o DJ. Fuentes consultadas: Daniel Santamaría, country manager para la región andina de Deezer. Juan Sebastián Naranjo, músico independiente. Daniel Álvarez, equipo del management de Fonseca. Diego Maldonado, coordinación de prácticas musicales PNMC. Camilo Mejía, videoartista de Carlos Vives. Reportería: Jhonny Rodríguez Quintero.
Internet: Es recomendable tener
una página web en la que el artista tenga disponible toda su información, videos, fotos, y lo necesario para darse a conocer.
en día no y o h l, a usic artista m n o dominar un n u a r a P cantar bie a buena n o c a t s n ba . Desde u ación en las o t n e m u r ip inst a la partic ste es el t s a h n e s, e imag musicale s a salir en e m r r b o f o s a r plata l pa secencia e o ip u q e mpetido. o c o d a c un mer
La imagen también vende:
Un fotógrafo y un diseñador pueden ayudar al diseño de imagen (logo e identidad visual, piezas para redes sociales), que para un artista puede costar entre dos y cuatro millones de pesos.
Puesta en escena: Tener un buen “en vivo” es obligatorio. Un ingeniero de luces,un ingeniero de video y un videoartista ayudan a hacer una buena puesta en escena. La producción de un video puede costar entre 7 y 30 millones de pesos.
Gestión: Para que el músico pueda
ocuparse de la música, es necesario contar con un mánager para gestionar conciertos, eventos, entrevistas. Un mánager puede cobrar entre el 10 % y el 25 % de las ganancias. 13
C RÓ N I C A
en el mundo”. A pesar de que hay un terreno ganado, todavía queda mucho por hacer. Arbeláez propone la creación de una institución que sistematice y gestione este proceso en las diferentes agrupaciones locales. En ese fenómeno, el boom de los nuevos sonidos colombianos es protagonista. En la actualidad hay cerca de 30 bandas nacionales que La internacionalización de los sonidos locales está mezclan cumbias, porros, salsa y ligada a la profesionalización de la cadena artística y vallenato, con jazz, funk y rock, dando como resultado un sonido a la participación activa en los mercados culturales. único. “Eso catapultó a muchos gruPor M anuela Lop e ra pos en la escena mundial”, asegura Arbeláez, y explica que algunas propuestas se van quedando relegadas porque no innovan. “Lo a Secretaría de Cultura Ciudadana y mercados como convencional no es atractivo”. Circulart han contribuido desde hace unos años a Providencia es una agrupación de reggae que ya cumencauzar el talento de cientos de músicos de una ciuple 13 años. En 2012 se disparó su agenda internacional con dad que cuenta con una infraestructura para la cala participación en el South by Southwest (SXSW), uno de los dena productiva de la industria. Agrupaciones como Puerto más reputados festivales de música independiente, que se Candelaria y Crew Peligrosos tienen una trayectoria que ha realiza en Austin, Texas. Luego estuvieron en el Victoria Ska encontrado lugar en los diversos escenarios del mundo. “La Fest, en Canadá, y en el festival FFF, en Guayaquil, Ecuador. internacionalización coincide con una obvia calidad de las Todo esto, con el impulso de participaciones en mercados bandas locales”, asegura Octavio Arbeláez, director de Circulturales colombianos que les han servido “como laboratoculart y RedLat, y agrega que Medellín ha consolidado un rio para aprender a ofrecer la banda a los programadores mercado fuerte y una oferta cultural de peso global. Pero no y conseguir alianzas en otras latitudes”, dice Juan Camilo se trata solamente de talento. En el proceso de dar el salto, Gómez, vocalista y líder de la banda. la gestión articulada es clave: “Se debe a agrupaciones que La Toma es otra agrupación que arrancó el 2013 pisantienen sistematizados sus procesos y que han fortalecido una do fuerte. Con dos discos llenos de sonidos latinos y una base cadena de valor que apuesta profesionalmente por ese objerockera, esta agrupación se consolidó haciendo énfasis en tivo”, afirma. lo instrumental y en letras llenas de mensajes. Luego de un Uno de los casos modelo es el de Merlín Produccioshowcase en Circulart, fueron invitados al Festival Internanes, una empresa que nació al mismo tiempo que Puerto cional de las Artes (FIA), en San José de Costa Rica. Ese mismo Candelaria, hace 15 años, con el fin de apalancar la producaño hicieron una gira de dos meses por México, esa sí, como ción y comercialización de la agrupación. “Desde el inicio ellos dicen, “autogestionada y muy punkera”. entendimos que teníamos que profesionalizarnos. Así misPor su parte, Maite Hontelé es la apuesta internacional mo, asumimos la dirección artística de nuestros festivales, y del momento. Acompañada de su orquesta, ha llevado su eso nos ha posicionado para tener contacto con productores particular enfoque salsero a Brasil, México, Estados Unidos y y mánagers alrededor del mundo”, dice Juan Felipe Arango, España, donde ya tiene un nombre: “Es una propuesta atracgerente general de la compañía y productor ejecutivo de artiva porque se trata de una holandesa que toca trompeta. Sin tistas como Maite Hontelé y su orquesta Trópico Big Band, y duda capturó la atención de promotores y programadores”, Puerto Candelaria. Esta última, muy consolidada en el procedice el mánager. so de internacionalización; su despegue comenzó hace diez En la escena local, en la que el talento se da por desconaños y desde entonces han hecho más de 50 giras por casi tado, la diferencia a la hora de salir al exterior está marcada todo el mundo. por la profesionalización de los procesos, la participación en Arbeláez reconoce, además, que el aprovechamiento los mercados y la persistencia en el tiempo. “Lo difícil no es de los mercados es estratégico. “Los grupos que más viajan crear un proyecto musical; lo complejo es mantenerlo a lo nunca han menospreciado ninguno, les apuestan a todos”. largo de los años”, asegura Juan Felipe. Ese es el reto más Juan Felipe Arango lo explica así: “Hemos seguido visitando fuerte. Un buen número de agrupaciones, que siguen activas mercados culturales en Estados Unidos, México, Argentina, después de cinco años, no se dan por vencidas en el sueño de Brasil, Chile, Colombia, España, y siempre intentamos reunirconquistar escenarios internacionales. nos con los promotores de festivales, teatros y grandes BTL
Organizarse paga
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CRÓN ICA
Profetas de otra tierra Por años, Medellín les ha abierto la puerta a artistas que encontraron en la ciudad aquello que no habían hallado en ninguna otra parte.
Po r E ste ba n Dupe rly
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ucho Bermúdez y Joe Arroyo encarnan los ejemplos clásicos. Preguntarse qué habría sido de ambos si jamás hubieran llegado a Medellín es jugar a los dados; a lo mejor, su talento descomunal habría encontrado la forma de abrirse paso y de todos modos serían lo que llegaron a ser. Pero quizá, si no se trasladan a la ciudad, se hubieran disuelto entre un montón de clarinetistas anónimos de las sabanas de Bolívar o entre salseros del barrio Tesca, en Cartagena. Nunca lo sabremos. Lo cierto del caso es que su paso por Medellín les cambió el rumbo. Si bien cuando llegó, en 1948, Lucho Bermúdez ya era un músico a toda ley, 15 años después, cuando se fue, era una estrella que había viajado a Cuba y México, y conocido, trabajado e intimado con los intérpretes más selectos de la música tropical de América Latina. Para el caso del Joe, fue en Medellín donde se unió a Fruko en 1973 y nueve años después formó su propia orquesta. Para ambos, Medellín fue una plataforma de lanzamiento y el resto, como se suele decir, es historia. ¿Qué ofrecía para ellos, y para otros foráneos, una ciudad textilera y andina? La respuesta es sellos discográficos. Sonolux, Fuentes, Codiscos, Sonomúsica, Ondina y Zeida son los grandes nombres de la época. Una industria disquera, que el periodista especializado en música Jaime Andrés Monsalve define como “hegemónica”, atrajo a muchos. Entre ellos, a otros grupos de antología como Los Hermanos Martelo y la Italian Jazz. “Todo tiene que ver con los genes de emprendimiento del paisa —explica Monsalve—. Eso hizo que sellos discográficos muy importantes nacieran allá. También, el hecho de ser una ciudad céntrica permitió una buena distribución de material discográfico a otras regiones. Y, además, hay que tener en cuenta que Medellín ha sido una ciudad con una vocación étnica. Mientras que en Bogotá, por ejemplo, costó mucho trabajo la entrada del vallenato, en Medellín convivían muchos géneros”. El maestro Guillermo González Arenas, un manizaleño que fue el director de la Italian Jazz —una orquesta muy singular, compuesta por diez músicos italianos— coincide:
“Medellín era la meta a donde querían llegar todos los músicos, porque era la única ciudad de Colombia que tenía las cuatro o cinco casas disqueras más grandes. Era el núcleo”. Hoy, a los 92 años, aún recuerda que llegó desde Manizales el 27 de abril de 1957, pocos días antes de la caída del dictador Rojas Pinilla, para tocar con su banda de italianos en el Club Medellín durante cuatro meses efímeros. Pero se quedó nueve años como director de orquesta y el resto de la vida, como músico. Aquí compuso su éxito más grande: El muerto vivo, esa canción que dice “no estaba muerto estaba de parranda”, y que grabó por primera vez, en los estudios de Sonomúsica, el Trío Venezuela —también foráneos—. En Medellín, además, el maestro González se convirtió en arreglista consentido de muchas estrellas, como Daniel Santos, que vino desde Nueva York a buscarlo para que le hiciera un arreglo. González recuerda que la ciudad estaba llena de artistas cubanos y muchos costeños, entre ellos el mismo Lucho Bermúdez, junto a quien tocó y de quien se hizo amigo personal. También de concertistas europeos. “La presencia de músicos clásicos en la ciudad da cuenta del surgimiento posterior de Teresita Gómez o de Blanca Uribe”, explica Jaime Monsalve. Los estudios de grabación, sumados a un intangible que Monsalve define como “la receptividad de la gente de Medellín para acoger ritmos”, eran una mezcla atractiva para los artistas. La Italian Jazz grabó su primer disco serio en los estudios de Ondina y luego de eso nadó en fama. Juan Nicolás Estela tenía cierto prestigio, pero solo se convirtió en ídolo cuando llegó desde Cali a Discos Fuentes a cantar go-go con Los Yetis. Rodolfo Aicardi salió de Magangué y aquí se transformó en estrella. Juan Piña fue otro de los consentidos de Fuentes y, en Codiscos, Rafael Orozco y el Binomio de Oro cantaron por primera vez un tema vallenato muy desconocido y anónimo que se titulaba La creciente. Todos ellos, y muchos más, pertenecen a una constelación de músicos que encontraron en Medellín el lugar para cumplir aquello que el destino les tenía preparado. 15
Memoria
Foto: Archivo Hotel Nutibara.
Me m or ia . H o te l N u t i ba ra
En 1945 se inauguró en Medellín el Hotel Nutibara. Revocado entero en cemento gris, según el mandato de un estilo arquitectónico muy novedoso llamado Californiano, se constituyó en ese entonces, y por cerca de tres décadas más, en el epicentro del turismo de lujo. También, en torno a sus salones de recepciones y fiestas, gravitó buena parte de la actividad musical de la ciudad. Allí se presentaron varios de los mejores artistas tropicales de le época: desde Lucho Bermúdez hasta José Barros. En los setenta, la Nueva Ola se tomó los grilles El Conquistador, Las Estrellas y el Jardín de la Cerveza, ubicado en la tradicional terraza del hotel, donde cantaron internacionales como Yaco Monti y Piero. Allí, también, actuaban con frecuencia estrellas nacionales muy populares, como Mariluz, Fasuto y Vicky, quien aparece en la foto frente al cartel luminoso que anunciaba su presentación de esa noche.
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