Separata Medellín Vive la Música, edición 1

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Medellín Vive la Música

¿Se puede vivir de la música en Medellín? EDICIÓN 1 MARZO 2015


EDI TO RI A L

MVLM ED.01 Alcaldía de Medellín Aníbal Gaviria Correa Alcalde de Medellín Alexandra Peláez Botero Vicealcaldesa de Educación, Cultura, Participación, Recreación y Deporte Maria del Rosario Escobar Pareja Secretaria de Cultura Ciudadana Carlos Mario Guisao Bustamante Subsecretario de Arte y Cultura Alejandro Escobedo Forero Gerente Medellín Vive la Música Ana Cecilia Restrepo Espinosa Directora Red de Escuelas de Medellín

R E PORTAJE. Toca r p a ra v i v i r

La música de nuestra nueva Medellín

La música es un elemento esencial para construir ciudades para la Vida. Una sociedad más libre, más justa y más feliz tiene múltiples ritmos, voces, sonidos, géneros. En Medellín esa Vida se expresa en los sonidos del tango, pero también del rock, el hip-hop, los acordes de violín que toca uno de los chicos de nuestra Red de Escuelas de Música o la energía que contagian los jóvenes que se estrenan con sus bandas en el Festival Altavoz. Este año, la Alcaldía de Medellín continúa fortaleciendo este propósito con Medellín Vive la

Ronal Castañeda Tabares Comunicaciones Medellín Vive la Música

Música, el componente cultural estratégico del Fondo Medellín Ciudad para la Vida, financiado a través de la alianza UNE – Millicom.

Revista Arcadia

Estamos generando una oportunidad para el desarrollo de la música, uno de los sectores más protagónicos de las artes escénicas en la ciudad. Con estas acciones nos proponemos abonar el terreno y generar las estrategias para que puedan existir condiciones que permitan, cada vez más, vivir de la música desde una visión empresarial.

Director Juan David Correa Directora del proyecto Juliana Restrepo Dirección de Arte Phllip Scholz Correción Liliana Tafur Asistente Jackeline Cárdenas Fotografía y textos Esteban Duperly Director Comercial María Alejandra Navia anavia@semana.com Director de Producción Orlando González Director de Archivo Javier Cruz Publicaciones Semana SAS Gerente General Elena Mesa Zuleta Gerente de Mercadeo Truddy Harcker García Gerente de Inovación Iván Jaramillo Price Gerente Financiero y Administrativo Felipe Albán Daza Director Call Center Claudia González Cuellar Sede: Carrera 11 n.º 77 - 49 Bogotá, Colombia PBX 6468400 ©Publicaciones Semana S. A. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización de Publicaciones Semana S.A. ISSN: 1900-589X Printed in Colombia

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Po r E ste ba n Dupe rly

Es en este nivel en donde vemos a Medellín como un lugar para el desarrollo de un cluster musical a través de cuatro grandes componentes: formación, infraestructura, proyección y emprendimiento. Particularmente se hace un gran esfuerzo en la construcción de las cuatro nuevas Casas de Música en diferentes sectores de la ciudad, que serán piedra angular y fundamento del sistema. Fue definitivo para esta ciudad contar desde el año pasado con 36.000 millones de pesos (producto del Fondo) destinados a desarrollar y estimular la cadena de formación, gestión, creación, circulación y emprendimiento alrededor de la música en todos sus géneros y expresiones. Este año cerramos con la ejecución completa de estos dineros públicos, los cuales esperamos que tengan el mejor impacto en el futuro de la ciudad. Esta macroinversión se centralizó en el sistema Medellín Vive la Música, que engloba los programas sonoros de la ciudad y que busca impulsar los proyectos musicales existentes y construir las nuevas Casas de Música bajo un esquema de integración con las escuelas y nodos donde se realizan, actualmente, las actividades de formación. Queremos, a través de esta publicación, hacer un ejercicio de comunicación pública del trabajo que venimos realizando en el sector musical y sus diferentes componentes, de los agentes musicales y de las iniciativas públicas y privadas para el fortalecimiento de este escenario de desarrollo cultural. Estamos transformando la dinámica artística y cultural de la ciudad, este programa hace que estemos más cerca de los propósitos de innovación, articulación y sostenibilidad a los que apuesta nuestra nueva Medellín, una ciudad para la música, una ciudad para la Vida

Viv ir com o m ú s ico sign ifica te n e r mucho s t rab ajo s. De sde se r doce n te h a sta a me n iza r fiest as, el músico tie n e que h a ce rlo todo pa ra l l enar l a b o l sa. U n re porta je sobre cómo ce n ta vo t ras cent avo se compl et an l o s p eso s.

Aníbal Gaviria Correa Alcalde de Medellín

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Lorena Ríos, vive y trabaja en el corregimiento de Santa Elena, es saxofonista de la Universidad de Antioquia, docente de la Red de Escuelas de Música, le presta servicios a la Filarmónica, y es el saxofón de la orquesta tropical Tahhonas en Clave

TODAS LAS FORMAS DE LUCHA “Hay gente que vende chicles y de eso vive. Entonces, que se puede vivir de la música, claro que se puede”, dice José Pablo Arbeláez, un músico con cuatro brazos: productor de discos en La Finca Estudio, guitarrista a sueldo, vocalista de su propia banda de rock –Matute– y guitar tech de Juanes. “Se puede vivir si uno presta muchos servicios”, es su conclusión. Conclusión que encarna Lorena Ríos, música de otro ámbito en el sentido extenso de la palabra: vive y trabaja en el corregimiento de Santa Elena, es saxofonista graduada de la Universidad de Antioquia, docente de la Red de Escuelas de Música, le presta servicios esporádicos a la Filarmónica y es el saxofón de la orquesta tropical Tahhonas en Clave, integrada por doce mujeres. Además toca en cocteles, eventos, lobbies de hotel y matrimonios. “El saxo cliché que siempre necesitan”, dice y se ríe de la frase. La paradoja está en que, para Lorena, tocar para nadie es un buen negocio. Por una hora de saxofón, donde su música solo es fondo y nadie pone atención, puede recibir entre 150.000 o 200.000 pesos. Quienes, al contrario, tocan para todos reciben 400.000 por cuatro horas “dándole” encima de una tarima. Aunque la billetera se llena, el precio que se paga es alto: divertir al pueblo no es fácil. Nadie puede pretender hacer gozar a otros con el ánimo en el 04

piso. Siempre hay que salir con el espíritu arriba y ofrecer un show para que otros bailen, sin importar que la lista de la despensa del artista esté incompleta. Andrés Sanín –el Oso– es músico graduado de Eafit. Entre muchas cosas, toca en una banda que ofrece dj, luces e interpretar canciones pegajosas y sabrosas para que la gente se sientan feliz en las fiestas de matrimonio. Tocan 30 temas en tres tandas, entre las 10:00 de la noche y las 2:00 de la mañana. Todo junto cuesta 8.000.000 y los ceros se reparten así: el sonido, el dj y las luces se llevan 1.500.000. La tarima 500.000. A cada músico –son diez– se le pagan 300.000 o 400.000 pesos. Lo que sobra es utilidad para quien consigue el negocio. A eso se le llama la chisga y es su trabajo de fin de semana. Cuatro o cinco chisgas al mes lo hacen rentable. –¿Qué tan bien pagado es entretener gente? –En mi caso no siempre se trata de entretener gente. La música tiene muchas facetas. Lo que hago en el día a día con las bandas de pop tiene esa función, pero otras veces me he puesto a hacer música con amigos, música que tiene la función de llevarme a otro estado o generar unas emociones que necesariamente no son entretenimiento. He tenido este dilema: toco con artistas de pop, de reggaetón, de música tropical, pero en realidad la música que me gusta es el rock. Sin embargo, cuando le apostamos a un proyecto de rock siempre nos da un golpe. José Pablo, de Matute, confirma de un latigazo: “Como artista para tocar con mi banda sé que, fijo, se me va un millón de pesos: en el transporte para llevar las cosas, en mover todo el equipo que los lugares no ponen y que

José Pablo Arbeláez, un músico con cuatro brazos: productor de discos en La Finca Estudio, guitarrista a sueldo, vocalista de su propia banda de rock –Matute– y guitar tech de Juanes.

necesito para sonar bien. El ingeniero de sonido; ese man hay que pagarlo sí o sí. Pero ni los músicos ni yo quedamos con algo. Uno termina tocando y dice: ‘Bueno va, la idea es conectar la música con la gente’. Y listo, te quieren un montón y te echan buena vibra y te ponen en Facebook que les gusta. Pero es difícil, ¿sí o qué?”. “Tenés que ser una banda que jale mucho para recuperar”, dice Andrés Moore, quien ha tocado teclados por años en proyectos de todo calibre. Incluso ha hecho música incidental en vivo para teatro impro. “Como músico contratado, cuando me va bien en un concierto me pagan 200.000. Entonces me dicen: ‘¡Uy tocó 40 minutos por 200.000’ Pero en la semana tuve que ir a cincos ensayos y pagar la sala. El día del concierto tengo que pagar 20.000 de parquímetro. Si se hace el ejercicio de rentabilidad el señor que parquea los carros del concierto gana más que el trompetista, graduado de la de Antioquia”. Así que al final se dedicó al diseño industrial. “Vi un panorama más viable. ¿Cómo? Viendo el ejemplo de mis profesores, la calidad de vida y le esfuerzo que tenían que invertir. Mi hermano es músico, mi hermana es música. Tengo ejemplos muy cercanos de lo recursivo que uno se tiene que volver para vivir con cierta calidad de la música”. Y remata: “La música me gusta tanto que no quiero vivir de ella”. Para un músico la ecuación funciona así: si logra hacerse una entrada fija, digamos en docencia, y es lo suficientemente dinámico para copar más mercado, entre chisgas y otros toques puede hacer tres millones de pesos mensuales. Pero no es nada fácil. Aunque los profesores de la Red tengan asegurados salarios que oscilan entre 500.000

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y 3.000.000, dependen de su nivel de formación y experiencia. Solo graduarse como músico toma seis semestres de preparatorio y diez de carrera. Aunque, como dice Lorena, “lo bueno de la música es que desde que uno empieza puede comenzar a ejercer”. Por clases a domicilio se cobra 40.000 o 50.000 pesos. En un colegio la paga casi nunca sube de 15.000, pero asegura prestaciones sociales. Y en un una academia privada el pago por clase puede llegar a 20.000. María Isabel Piedrahíta y Juan Camilo Camacho son los dueños de Staff Music Academy. Ambos son esposos, músicos graduados, tienen tres hijos y 26 profesores en la nómina. Hoy están en la cabeza de la pirámide pero se conocieron tocando en bares hasta las 5:00 de la madrugada. Aunque en 1996 las cosas eran más fáciles: andaban por su cuenta y ganaban 120.000 pesos por una noche de canciones; una extravagancia si se tiene en cuenta que hoy un guitarrista de bar recibe lo mismo. “Tal vez porque éramos el único lugar donde se tocaba en vivo”, dice María Isabel. Pero Juan Camilo tiene otra respuesta: “Después de la Ley Zanahoria todo comenzó a disminuir. Finalmente el ingreso grande de un bar era después de las dos de la mañana, cuando la gente tenía una botella encima y meterse dos o tres más era muy fácil. En ese momento había un gran margen de utilidades”. Ambos hicieron el capital inicial de la academia durante esos años de bonanza nocturna, pero a las 8 de la mañana debían estar de pie para enseñar en un colegio. Ahí está: un músico tiene que hacerlo todo. Como un guerrillero marxista su supervivencia radica en todas las formas de lucha.

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R E PORTAJE. Toca r p a ra v i v i r

Orquesta sinfónica intermedia, y coros infantil y juvenil de la Red de Escuelas de Música de Medellín.

WORKING CLASS HEROES –¿Son obreros de la música? –Sí, se es obrero. Todos los días se está trabajando para sumar un diario –dice Fernando “Tobby” Tobón, guitarrista de los tiempos de Ekhymosis y productor en La Finca–. Uno puede trabajar todos los días prestando un servicio como músico y cada mes pagar arriendo, pero ¿adónde va lo que uno hace? ¿Hay derechos sobre algo? ¿Hay propiedad intelectual? –cuestiona José Pablo. Videos en televisión, sonadas en radio o reproducciones en YouTube deberían generar regalías para un músico que, digamos, participa en un disco, aunque sea con un punteo. Si bien hoy existen agencias que recaudan ese dinero, los derechos de autor aún son un terreno con agujeros por donde se va una plata que nadie ve. Tobby habla de usarlos para producir ingresos pasivos: “Como los inversionistas piensan en inversiones para no estar trabajando todo el día, en el mundo de la música funciona componer canciones”. La idea es componer para otros y ganar dinero sin tener que estar en la brega diaria. ¿Mucho? ¿Poco? Eso depende de muchos dependes. El calibre del artista que use la composición es el principal. “Una regalía puede generarte un millón de pesos cada seis meses –explica– aunque, a nivel latino, hay compositores que se pueden ganar 300 millones”. ¿Se puede vivir de la música? Esperemos que sí. En este instante hay una posición de la Alcaldía y la Secretaría de Cultura Ciudadana de generar un cluster y darle mucha fortaleza a través de Medellín Vive la 06

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El Festival Altavoz Fest se realizará este año del 1 al 3 de noviembre con la participación de más de 20 bandas, entre las que se cuentan Don Cristóbal, Alkolyrikoz, Cuatro Cabezas y Ruido Sereno.

“Tenés que ser una banda que jale mucho para recuperar”, dice Andrés Moore, quien ha tocado teclados por años en proyectos de todo calibre. Incluso ha hecho música incidental en vivo para teatro impro.

Música. La idea es empezar a integrar a todos los actores de la industria musical y generar, por ejemplo, luthiers; aquí no hay una formación formal de luthier, dice Alejandro Escobedo, gerente de Medellín Vive la Música, quien trabaja en el Centro Administrativo Municipal. Ana Cecilia Restrepo, directora de la Red de Escuelas de Música de Medellín, concide con Escobedo. Ambos son una suerte de ministros plenipotenciarios musicales en una cuidad donde los gobiernos locales quieren volver a la música una política pública. Explican que el mantenimiento de los cerca de 5.000 instrumentos de la Red de Escuelas lo hace la Fundación Salvi porque en la ciudad no hay nadie más. Sin embargo, en la parte alta de la avenida San Juan, en el cruce con la carrera 80, Héctor Arroyave tiene desde hace años un pequeño local atiborrado de teclados electrónicos. Allí arregla desde organetas de parroquias hasta los sintetizadores de El Combo de las Estrellas y la orquesta Los Martelo. A su taller, también han llegado tres generaciones de rocanroleros: “Hay un muchacho, tatuado y todo, y en estos días lo vi tocando con Juanes. Es cliente mío desde hace un reguero de años”. Héctor levantó una familia y pagó la universidad de dos hijos haciendo mantenimientos de teclados por los que cobra un promedio de 100.000 pesos. No tiene idea de solfeo, pero desde 1980 se gana la vida pulsando teclas de piano. Hoy es una punta de lanza solitaria: su competencia son los técnicos oficiales de la Yamaha, y la producción ordinaria y masiva de los chinos lo está matando; tarjetas electrónicas que ya no se pueden desbaratar y arreglar con dos puntos de soldadura y un nuevo transistor, o amplificadores tan baratos que no resulta negocio arreglar.“Se 08

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dañan y se botan. No se justifica”. Porque en la música, como en tantos otros ámbitos, el galope de la tecnología impulsa tanto como atropella. Por un lado, abre la compuerta para grabar y mezclar un disco en un computador. Pero simplifica al mínimo las estructuras de un negocio que, por siglos, ha tenido el aparataje de un show circense. Juan Andrés Llano trabaja en producción de conciertos y ha ascendido durante años por la escalera empírica de su gremio. Un todero. Es imposible no ligarlo a la expresión ‘cargar cables’. Llano está al mando de la energía, el sonido, los micrófonos, las luces y que todo ruede bien en una tarima. Una noche en un concierto de un bar le deja 50.000 o 100.000. Un concierto de mejor calado 150.000 o 200.000. Uno de reggaetón, con un artista taquillero, 500.000 o 600.000. Pero eso mismo lo preocupa: “En el reggaetón ellos no tocan sino en estadios. Los aforos son gigantes pero la infraestructura es insignificante. Solo necesitan pantallas de video y muchas bailarinas. Hay artistas que salen y hacen su show con una pista. No necesitan ni ingeniero. No necesitan la parafernalia de una producción”. Las pantallas también desplazan a los tríos de cuerda. Su negocio va en picada: “En toda parte montan videos, y al cantante así, personalmente, ya no lo utilizan”, dice Jorge “el Caresanto” Barahona: zapato de charol, pelo con gomina, corbata y anillo. En la carrera 70, cerca al cruce con San Juan, en el lugar histórico para los serenateros de la ciudad, se sienta cada noche desde hace 30 años junto a Alirio Restrepo “el Gato” y Jairo Gómez “la Pisca” a esperar a que pase un carro y se los lleve a cantar. El repertorio de los tres –y de los 26 músicos que componen Asomus, la cooperativa que formaron con otros 09


RE PO RTA J E. To c a r pa ra v i v r

OPIN IÓN. A n a C eci l i a Rest rep o

Andrés Sanín toca el bajo en un ensayo de la banda Matute.

TEJER REDES Por Ana Cecilia Restrepo

L compañeros de esquina para respetar turnos y tarifas –es todo eso que llamamos ‘música vieja’: boleros, pasillos, tangos y guascas. También rancheras y parranda. Las canciones de un serenatero son su mercancía. Una hora de un trío cuesta 220.000. Un dueto, 180.000. Un guitarrero, o como dicen ellos, “un solo elemento”, toca una hora por 80.000. En una noche normal, un serenatero de esquina consigue dos serenatas. En el Día de la Madre puede hacer diez. Todos reconocen que los buenos tiempos se fueron con ‘los mágicos’ y con la llegada de costeños que les invadieron el anden con grupos vallenatos. En total, trabajando entre las 6:00 de la tarde y las 4:00 de la madrugada, los músicos de la 70 pueden ajustar un salario de 800.000 pesos mensuales. Jorge “Caresanto” levantó seis hijos tocando tiple y guitarra. La música de calle, como el amor que se tranza en esquinas, también se cobra por rato. El Mariachi Sentimiento Mexicano toca 25 minutos cerrados, que equivalen a siete canciones. Para que el negocio funcione tienen que trabajar todas las noches. Dice Rafael Gallego, trompetista vestido con pantalones rancheros y moño de charro: “Hay eventos para todos los días: cumpleaños, matrimonios, despedidas de soltero, quinceañeras. No falta la peleíta de novios. Para todo hay mariachi. Hasta para entierros”. –¿Entierros con mariachi? –Claro, para despedirlos. Sentimiento Mexicano son nueve integrantes: tres violines, un guitarrón, una vihuela, tres trompetas y un cantante. Cobran 300.000 pesos por serenata y cada músico 10

se queda con 20.000 o 25.000 mil. El resto se separa para gastos de publicidad, la gasolina de la buseta que los transporta apiñados con sombreros y guitarras, y un ligero excedente para quienes hacen arreglos y otro tanto para la cabeza del grupo. Es rudo.

¡Dinero! ¡Problemas! ¡Dinero! ¡Angustias! ¡Dinero! ¡Sistemaaaaa! era un coro de Mutantex, una banda pun –porque Medellín es tan punk que al punk se le dice pun– de final de los ochenta que circulaba en cintas magnéticas, cada vez más mal grabadas. Hacía parte de la banda sonora de aquella película donde Rodrigo, un punkero, no tenía futuro. Hoy, en Medellín, cinco universidades ofrecen programa de música, hay oferta de maestría en Dirección y Composición, una técnica en Ingeniería de Sonido, dos orquestas profesionales y tres agrupaciones juveniles sinfónicas. “Esto puede estar perfilando a la ciudad para encaminarse a un compromiso de ofrecer alternativas de vida laboral en la música”, dice Ana Cecilia, de la Red. Y completa: “Empieza a haber un panorama muy interesante para quien quiera trabajar en las artes en la ciudad”. Es verdad. Pero mientras eso llega el músico clásico, el productor, el serenatero y el mariachi de esquina tendrán que seguir en lo que están: dándole duro.

a Red de Escuelas de Música de Medellín es un programa de la Alcaldía de Medellín creado mediante acuerdo municipal en 1996 con el objetivo de generar y fortalecer procesos de convivencia y cultura ciudadana a través del disfrute y el aprendizaje de la música. Entre 5.000 y 6.000 niños, niñas y jóvenes, entre las edades de 7 y 24 años de la ciudad de Medellín, se benefician anualmente de procesos de iniciación y profundización en música a través de tallerEs de formación en 27 escuelas de música y en 11 agrupaciones integradas, construyendo día a día espacios de encuentro y goce para la ciudadanía general. A lo largo de los años, el programa ha tenido un crecimiento exponencial en escuelas, beneficiarios y presupuesto, debido en gran parte al profundo impacto que el proceso de formación de seres humanos a través del arte y la cultura tiene en la transformación de la ciudad. En 2014, el monto presupuestado para el programa fue de 6.400 millones de pesos aproximadamente, destinados a cubrir, durante 11 meses, el funcionamiento y desarrollo de los procesos pedagógicos, de proyección y de cualificación del personal que trabaja en la Red, de sus beneficiarios directos, y del público general de la ciudad. Este presupuesto se divide en cuatro rubros principalmente: la nómina del personal administrativo, docente y artístico de la Red, el sostenimiento de las infraestructuras y la dotación de los materiales necesarios para el desarrollo adecuado del programa, el transporte de beneficiarios así como de instrumentos e implementos logísticos, y los eventos de proyección y fortalecimiento que se realizan a lo largo del año. Cerca al 45 % del presupuesto total de 2014 se destinó a la gestión del talento humano de la Red (203 personas), teniendo como base una plantilla de formadores, directores de escuela y personal administrativo, en total 144 personas, de las cuales 94 laboraron en modalidad de tiempo completo y 60 de medio tiempo. Se suman otras 59 personas, 25 que trabajaron bajo la modalidad de prestación de servicios, estos son coordinadores, asesores e invitados, y las 34 restantes, formadores de cátedra del programa. Es importante anotar que de estas 203 personas, 160 se dedican a la música, y de estas, más del 60 % son profesionales universitarios en el área de música. La inversión y el impacto del programa también se fortalecen y enriquecen mediante la articulación con otros programas de la Secretaría de Cultura Ciudadana y de la Alcaldía de Medellín, ampliando así la oferta de servicios institucionales a las comunidades vinculadas a la Red, con una inversión adicional estimada en más de 8.000 millones, solo para el área de música, en servicios que van desde el mantenimiento y la reparación de instrumentos hasta la producción de festivales, congresos, temporadas, entre otros, posibilitando así la participación de beneficiarios directos e indirectos de la Red en importantes eventos de la ciudad. Así mismo, la gestión del equipo coordinador de la Red suma convenios de cooperación con entidades artísticas, educativas y

“Entre 5.000 y 6.000 niños, niñas y jóvenes se benefician anualmente de procesos de iniciación y profundización a través de procesos de formación en 27 escuelas de música”. sociales, contribuyendo a cumplir la misión del programa desde la construcción de ciudadanía y el tejido social. Si bien a primera vista la inversión por beneficiario podría hacerse tras una simple división entre número de beneficiarios y presupuesto total, es importante entender la lógica de los procesos dentro de la Red, con unas variables en costo tales como el tipo de infraestructura –tamaño, ubicación geográfica, tenencia (si es o no propiedad del Municipio), autonomía de servicios (si es solo escuela de música o si hace parte de un parque biblioteca, institución educativa, casa de cultura), entre otros–. También existen factores que varían según el territorio, como la oferta extracurricular a la que tiene acceso la población, factores según la edad del beneficiario, en el caso de los mayores de 18 años, si estudian o trabajan. Finalmente, es importante tener en cuenta que el programa tiene 11 agrupaciones integradas en las cuales unos 800 de los 6000 estudiantes del programa, seleccionados por medio de audiciones, amplían su conocimiento musical participando una vez a la semana en ensambles, coros, bandas y orquestas, realizando montajes de repertorio que proyectan como resultado final en conciertos a lo largo del año. Este componente contempla gran parte de los rubros de transporte y proyección de la Red, puesto que es necesario garantizar desde el programa los requisitos logísticos, técnicos y de movilidad de los estudiantes para cada ensayo y concierto, así como asumir costos implicados en tener directores, asesores, talleristas y artistas invitados en cada uno de los montajes. Es entonces fundamental comprender que la ecuación para determinar el costo de un beneficiario del programa Red de Escuelas de Música de Medellín no es una simple división, sino una suma de elementos cualitativos que hablan de un proceso ante todo colectivo, pedagógico y social en donde la trayectoria y también cada instante de cada persona implicada afecta el conjunto, haciendo de este un todo indivisible, como la música misma. 11


IN FOGR AF ÍA. M edel l ín v i ve l a m ú si ca

Medellín Vive la Música

Sistema que articula planes y programas de formación, producción, circulación, emprendimiento y divulgación de la música en la ciudad de Medellín, propiciando la movilización de ciudadanos para las artes y la cultura.

4

Infraestructura Con una inversión de 26.000 millones de pesos durante 2015 y 2016 se crearán las

4 nuevas casas de música, que se articularán con el sistema de escuelas y nodos de música, y otros equipamientos culturales existentes

4 nuevas casas con 6.000 M2

13 y 14

escuelas de cuerdas frotadas y percusión, respectivamente, que suman las 27 escuelas de música.

de espacio público intervenido.

6.740 M2 de área construida.

26 nodos de formación

27 escuelas de música

Red especializada en iniciación musical y estimulación temprana en música popular, de tradición, urbana y contemporánea.

U B ICACIÓN NU EVAS CASAS DE MÚSICA

1 Formación Escuela de iniciación

Formación de

1.400 niños hasta los

8 años.

Red de Escuelas de Música

Escuela de formadores

Un espacio para la enseñanza de la música en las diferentes comunas de la ciudad. Formación de 5.000 niños

Actualización y gestión del conocimiento dirigido a promotores y facilitadores en música con énfasis en nuevas pedagogías, metodologías y técnicas.

y jóvenes entre 7 y 24 años; 11 agrupaciones de proyección musical.

Proyección

2 y circulación La ciudad busca de forma continua el fortalecimiento de los eventos de proyección y circulación musical:

Festival de Música de Cámara Congreso Internacional de Música para Banda Seminario de Pedagogías y Didácticas de la Música Festival Medellín Vive la Música Festival Internacional de Tango Altavoz Fest Elegido por la Unesco y el BID como una de las mejores prácticas de juventud en América Latina y el Caribe Fiesta de las Luces Parque Cultural Nocturno 12

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Emprendimiento La Secretaría de Cultura de Medellín, a través de estímulos financieros, busca incentivar el desarrollo y la proyección de los actores del sector musical de la ciudad participando y promoviendo tres programas fundamentales

L A SO

Laboratorios Sociales de Cultura y Emprendimiento: proyecto de organización estratégica y comunicacional para jóvenes, basado en el concepto de emprendimiento en red, con un fuerte componente de impulso a la formación técnica en producción de contenidos artísticos, en utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

C I RC U L A RT

Encuentro para potenciar los mercados culturales de Medellín dedicados a la industria musical latinoamericana, convocando a profesionales e invitados especiales de diferentes países del mundo de diferentes sectores del clúster de la música.

AQ U Í SU E N A M E DE LL Í N

Estrategia de la Alcaldía de Medellín en asocio con la Unión del Sector de la Música (USM), para la circulación de artistas independientes en la ciudad a través de una interfaz digital que propicia el encuentro entre músicos, escenarios y espectadores.

Comuna 7 ROBLEDO Comuna 2

Santa Cruz

Comuna 3

Manrique

Comuna 4

Aranjuez

Comuna 5 Comuna 6

Popular

Montecarlo Las Nieves Aranjuez Moravia

Castilla

Alfonso López

Doce de Octubre Doce de Octubre

Comuna 7

Robledo

Comuna 8

Villa Hermosa

Comuna 9

Buenos Aires

Comuna 10

La Candelaria

Comuna 11

Estadio

Comuna 13

San Javier

Comuna 14

Robledo

Villa Hermosa Vilatina

Comuna 11 LAURELES

Comuna 15 GUAYABAL

Comuna 13 SAN JAVIER

Comuna 15 Guayabal

90 S A N TA E L E N A

Benjamin Herrera Santa Fe

Comuna 16 Belén

Belén Parque Biblioteca Belén Rincón

Comuna 60 San Cristóbal La Loma San Cristóbal

Comuna 80 San Antonio de Prado El Limonar San Antonio de Prado

Comuna 90 Santa Elena Santa Elena

3

MANRIQUE 2

VILL A HERMOSA 8

SANTA CRUZ 4

ARANJUEZ

5

CASTILLA

9

BUENOS AIRES 14

10

POBL ADO

LA CANDELARIA

DOCE 6 DE OCTUBRE

La Milagrosa Miraflores

7

11

ROBLEDO

ESTADIO

15

GUAYABAL

16

BELÉN

Boston

Estadio

Independencias San Javier Villa Laura

Poblado Poblado

60

13 SAN JAVIER

SAN CRISTÓBAL

80

SAN ANTONIO DE PRADO

13


FESTIVAL . M edel l ín Fest i cá m a ra 2015

ENTR EV I STA . Alex a n d ra Pe l á e z

Medellín Festicámara 2015 D

el 23 de marzo al 25 de abril se realiza en Medellín la 5.ª edición del Festival Internacional de Música de Cámara (Festicámara), que reúne a los mejores docentes y estudiantes de la ciudad con maestros de diferentes lugares del mundo con un solo propósito: el encuentro y la enseñanza de la música.

Alexandra Peláez Botero

Este evento se realiza año a año para fortalecer el trabajo musical de los niños y jóvenes estudiantes, la formación y producción de conciertos abiertos a la ciudad.

Economista Empresarial y Magíster en Gestión y Políticas Públicas.

En la Secretaría de Educación ejerció como subsecretaria de Planeación y posteriormente como subsecretaria de Calidad Educativa. Tiene amplia experiencia en gerencia pública y educación. Se ha desempeñado como directora de Calidad de la Secretaría de Educación de Antioquia, subdirectora de Planeación – Metroinformación, y como docente en la Facultad de Economía de la Universidad de Antioquia y en la Facultad de Ciencias Políticas de EAFIT. ¿Cuál es el lugar que se le da al ejercicio musical en la ciudad? Luego de varias conversaciones importantes con el sector nos dimos cuenta de que faltaba mucho para fortalecerlo y por eso, con los recursos del Fondo Medellín, de la fusión UNE-Millicom, destinamos 36.000 millones de pesos para un proyecto que nosotros denominamos Medellín Vive la Música. Desde ahí queremos presentarle a la ciudad la posibilidad de vivir de la música, y para desarrollarlo tenemos varias líneas. La primera es una línea de formación de formadores. La segunda es la creación de nodos de formación desde la primera infancia, donde se involucran todas las músicas, no solo la formal sino también las populares y las alternativas. Estamos invirtiendo en cuatro nuevas casas de música y la idea es que sean los espacios donde se encuentren los creadores y los productores. También estamos fortaleciendo una línea de emprendimiento para que el sector pueda establecer mejor su producto, hacer mejores estudios de mercado, mirar cuál es la estrategia de marca. Es decir, fortalecer todo ese tema de emprendimiento en el sector. Esa es la apuesta de esta administración para el último año de gobierno.

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¿Podríamos decir que Medellín se encamina hacia un ejercicio de política pública en torno a la música? Quisiéramos tener un ejercicio de política pública, pero sobre todo un ejercicio que logre consolidar el cluster de música que planeamos. ¿Por qué se eligió darle potencia a la música y no otra actividad artística como, digamos, el teatro o la danza? Porque, precisamente, fue donde encontramos el sentir de la comunidad. Por ejemplo, en la Comuna 13 hay muchísimos grupos que están reclamando espacios, que están dinamizando los procesos, que están acompañando a la administración para que nazcan y surjan nuevas estrategias y nuevos espacios para los jóvenes. Queremos explorar vocaciones tempranas, que los niños se vinculen a la música, que desarrollen su talento, que quien hoy en día vive de la música pueda fortalecerse para que sea un proyecto rentable para él y para su familia. Y queremos que todo esto se haga mediante un ejercicio muy formal. ¿Se puede vivir de la música hoy? Yo diría que sí se puede, porque hay una voluntad política desde la administración municipal, pero también porque la sociedad en su conjunto ha visto que es posible, se ha vinculado, ha abierto las puertas, ha dispuesto los mercados para que surjan nuevos talentos y nuevos empresarios. ¿En un futuro cercano, en diez años, se podrá vivir de la música de una manera más generosa? Eso es lo que queremos. Queremos que no sean proyectos de supervivencia ni de corto plazo.

Las jornadas preparatorios están divididas en seis talleres, 29 clases magistrales, nueve estudios dirigidos, cuatro conversatorios abiertos al público, nueve sesiones de ensayos preparatorios y nueve conciertos abiertos al público. En esta edición hay un cambio importante en relación con los anteriores. Por primera vez la programación se extiende a lo largo de un mes (anteriormente era una semana) y ha sido invitado un aliado estratégico como la Academia Filarmónica de Medellín, que acompañará y fortalecerá los procesos formativos de la Red de Escuelas de Música. A partir de talleres, clases maestras y múltiples ensayos dirigidos hacia un encuentro entre músicos y agrupaciones con músicos expertos se busca la apropiación del estudiante y el encuentro pedagógico en beneficio de la ciudad. Como invitados especiales este Festicámara tendrá seis integrantes de la New World Symphony Orchestra (Estados Unidos), el Quinteto Festival Verbier (Suiza) y la violinista Mayumi Seiler (Japón), quienes acompañarán a los músicos de la Red de Escuelas de Música y de la Academia Filarmónica de Medellín en sus procesos pedagógicos y en los conciertos de ciudad. Habrá diversos escenarios de formación, proyección y prácticas del ecosistema sonoro y cultural local, nacional y mundial. También es esta la oportunidad de compartir y disfrutar músicas de tradición académica en formatos clásicos de música de cámara. Medellín Festicámara se consolida como un festival de circulación y proyección artística, de formación en prácticas musicales de la ciudad y del disfrute ciudadano alrededor de un solo sentido que nos une: la música. MÁS I NFORMAC I ÓN W W W.ME DE LLINV IV E L A MUS IC A .CO W W W.RE DMUS IC A MUS IC A .O RG / F ESTIC A MAR A

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OPI N I Ó N . Te re s i ta G ó me z

CON DIGNIDAD Y DECORO Por Teresita Gómez

H

e vivido de la música desde niña. Siendo mis padres adoptivos los porteros de Bellas Artes, podría decirse que vivían del arte, y al recibirme en su hogar empezó mi gran aventura en la música. Para mí, trabajar con la música fue algo que se fue dando naturalmente. Ya de niña, a los 11 años, empezaba a darles clases de piano a los más pequeños. A los 15 años me fui a Bogotá a seguir mis estudios, ya la vida me proponía otros retos, y así fue como empecé a tocar en misas, matrimonios, sesiones solemnes, acompañaba coros. Tuve la fortuna de ser invitada por Gloria Zea a tocar como repetidora de la Ópera de Colombia, y mi experiencia fue nutriéndose cada vez más hasta llegar a acompañar solistas nacionales e internacionales, hacer recitales como solista y conciertos para piano y orquesta. Por supuesto, tuve momentos muy difíciles. A veces no pagaban bien o cumplidamente y ya tenía hijos de los cuales era responsable. Pero siempre la música estuvo conmigo. No me dejaba desfallecer; siempre ha sido mi fiel compañera, no solo para ganar el diario vivir sino también para la búsqueda de mí misma. Por eso la música también ha sido sanadora, agua que refresca y da paz. Como maestra, trato de inculcarles a mis alumnos que lo importante es entregarse a la música, pues si se hace con calidad y honestidad, llegará la recompensa. De mi paso como profesora de piano en las Universidades de Caldas, del Cauca, Los Andes, Eafit, y mi querida Universidad de Antioquia, donde estuve más de 20 años hasta pensionarme, he visto que buscar los estrellatos intoxica a los alumnos y les trae muchas frustraciones; en cambio, optar por la humildad y la ética les traerá la posibilidad y el disfrute de vivir de la música.

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Uno puede salvar todas las dificultades cuando está enamorado de lo que hace y cuando lo quiere compartir con los demás. No todo el mundo se hace rico con la música. En mi generación éramos pocos los que vivíamos de la música; ahora ha habido una explosión de talentos en Medellín, no solo en el piano, y eso es maravilloso desde el punto de vista artístico, pero los retos para los jóvenes artistas son más grandes porque se aumenta la competencia, por supuesto crece la calidad, pero faltan espacios, pequeñas escuelas de música y salas de conciertos en los barrios donde ellos puedan recibir sus clases y ser visibles, profesores nacionales e internacionales, faltan mecenas que les apuesten a los jóvenes talentos también económicamente. Hay mucho, pero falta mucho. Uno puede salvar todas las dificultades cuando está enamorado de lo que hace y cuando lo quiere compartir con los demás. No todo el mundo puede hacerse rico con la música clásica, pero se puede vivir con dignidad y decoro. La música es una vocación de servicio, así que no desfallezcan: vale la pena entregarse a ella.


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