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Casa “Ramos

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Antiguo Correo

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casa “ramos”

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Carlos Ramos llega a Perito Moreno desde su Chile natal en 1934, trabajando inicialmente como transportista para el almacén Pedro Hernández. En 1940 contrae matrimonio con Mini Mood Thomas, nacida en la Colonia 16 de Octubre, cerca de Trevelin, Chubut. En 1943 abren un Ramos Generales, que tras el fallecimiento de Carlos en 1973, continúa al frente de Mini. En 1980 el comercio cambia de rubro a mercería y venta de artesanías, realizadas por Mini quién también interesada por la arqueología y la paleontología de la zona, reunirá en la trastienda del local la primera colección de piezas y bibliografía sobre los pueblos originarios que habitaron la zona, además de escribir y publicar el primer libro que recopila la historia del poblamiento peritense “Por amor a mi tierra”, en 1998.

Año 1949 . Mini Mood Thomas y Carlos Ramos junto a sus hijos Carlos, Vilma, Oscar y César

Año 2006 . Fachada de Casa Ramos

Década de 1990 . Mini Mood Thomas en el interior de Casa Ramos

CAPÍTULO n°5 UN BAR

En 1914 se abre la primer fonda con despacho de bebidas del pueblo, de Celestino Quiroga, quién le alquila el bar a Raymundo Ramírez, un estanciero de Carmen de Patagones llegado a la zona en 1912 con su esposa María Palacios y su hermano Genaro Ramírez creando la estancia “La Porfía”. El edificio de este bar es la primer casa de considerable tamaño y terminaciones del poblado, construida en 1914 por el albañil Sebastián Ruiz Montilla. La edificación es levantada en el comienzo de la Av. San Martín, donde luego se instalará el hotel “Lago Buenos Aires” y posteriormente el escuadrón de Gendarmería Nacional. con el correr de los años abren nuevos bares , como en 1956 cuando se inaugura en la esquina de las calles Rivadavia y Sarmiento el bar “El Bambi”, propiedad de los ex gendarmes Arnelli y Paz, adquirido luego por Jesús Arce.

Década de 1920 .Interior del bar del Hotel “Lago Buenos Aires” de Antonio Tejedor

Raymundo Ramírez

“En el bar y el comedor del hotel “Lago Buenos Aires” convivían estancieros y peones, a los que como desayuno se les servía churrasco y vino y al mediodía vermouth. Esta convivencia se rompía en ocasiones con peleas y trifulcas, como la sucedida en el verano de 1920 cuando Raymundo Ramírez se trenza en un enfrentamiento con otro hombre quién lo había “camorreado” por largo rato. Ambos salen a la calle, Ramírez desenvaina un gran facón y propina a su adversario unos cuantos planazos y un corte en el mentón. Con la llegada de la policía, el comisario intenta apresar a Ramírez, quien nuevamente enviste con su cuchillo, ahora al comisario, aunque sin cortarlo. El comisario retrocede y se retira furioso a la comisaría, sin realizar ninguna detención. Raymundo Ramírez era conocido por sus demostraciones públicas de hábil tirador, disparando con su revólver calibre 44 a las botellas de las estanterías del bar. Una vez pasada la exhibición, Ramírez no solo pagaba los daños sino que invitaba a los presentes a una ronda de bebidas para celebrar la aplaudida hazaña. Ramírez también ostentaba su riqueza, armando cigarrillos con un billete de cien pesos (llamado canario, por su color “amarillo”), gran valor en la época, fumándolo frente a los concurrentes.”

Delfín Tejedor

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