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La Sección Especial
Edith Álvarez
Llegue a Perito y a las secciones a mediados de 1986. Además de los directivos Isabel Henríquez y Vilma Ramos, me recibieron Carmen Ovando, Profesora en Educación Especial y Liz Amador, Psicopedagoga, quienes ya estaban como docentes de la Sección Especial de la escuela. Las tres conformamos por casi dos décadas, un sólido equipo de trabajo y concientización “batallante”, al mismo tiempo que construimos una amistad que aun perdura y se hizo FAMILIA, nuestra familia del sur. Las Secciones intentaban cubrir la atención de alumnos que por condiciones cognitivas, frecuentemente determinadas por ciertas carencias socioculturales y otras de origen orgánico y/o socio-afectivas, no podían adecuarse a las dinámicas áulicas convencionales. La percepción de los otros chicos de la Escuela era relativamente flexible y condescendiente con nuestro grupo de alumnos e incluso inclusiva, especialmente en los niños menores, que se vinculan de forma mas espontánea. A medida que crecían , aparecía una resistencia que provenía de
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Año 1998 . Encuentro de Atletismo. Sebastián Curto y Carmen Ovando con los alumnos Paulina Yáñez y Miguel Soto
algunas experiencias negativas directas o con el pensamiento adulto. Tanto en relación a los alumnos de especial como a las docentes, la percepción, posición y reacciones de muchos docentes de los grados comunes y personal de maestranza aparecía en forma de descalificación, rechazo o exclusión. Sin embargo, ese primer equipo directivo propició la tarea y reconocía los logros. Hasta fines de los años 2000 la Escuela 12 no contó con una infraestructura adecuada para alojar y contener con eficiencia y equidad a la población de especial. Nos tocó trabajar en diferentes espacios del edificio, como el espacio de la caldera, un cuartito-depósito sin calefacción, con la idea implícita de que “menos alumnos requerían menos espacio”. Nuestro ideario tuvo siempre que ver con el reconocimiento y respeto activo (no condescendencia ni negación) de las diferencias y también del potencial (no preestablecido sino en despliegue) de cada niño o adolescente, tanto en lo social como en lo pedagógico y , a medida que nos afianzábamos como servicio, en lo pre laboral (y actualmente incluso en lo laboral pleno). Trabajamos para la aceptación de la discapacidad como parte de lo cotidiano, de lo diverso y la necesidad de considerar la equidad como priorización de los mas vulnerables, poniendo en juego abordajes mas integrales, constructivistas Nos esforzamos mucho por CONCIENTIZAR DENTRO Y FUERA DE LA ESCUELA, con talleres, programas radiales, reuniones de personal y por acompañar en una formación más inclusiva a nuestros colegas de común, que lo fueran aceptando y solicitando muy lentamente, con el correr de los años. Después de mucho tiempo de trabajo esas acciones comenzaron a fructificar esos esfuerzos, multiplicados por otros, sustentados en un ideario de inclusión ya casi institucionalizado.