Asignatura de español Ciencia Ficción LA NUBE Por: Regina Elizabeth Flores Sosa y Marcela Alanís Arizpe
Capítulo I - En camilla - Vas a estar bien -dijo el doctor, levantándose con una sonrisa y caminando hacia la puerta. - No estoy seguro, nunca lo había visto antes, -dijo - sugiero llamar a un criptólogo. - ¿Puedo ir a verlo? - Lo siento señora, pero podría ser contagioso. - Tengo que ver a mi hijo –dijo, intentando entrar a la fuerza. El seguro de las puertas se cerró con un chasquido. Desde lejos seguían los pasos robóticos del guardia de seguridad. El frío metal que agarró con fuerza sostuvo el débil brazo de la señora hacia la salida. - Por favor. Los pasos de los policías ahogaron sus palabras.
Capítulo II - Liesel Una mañana fría un carro se dirigía hacia el internado Grosham. Un denso silencio reinaba en el camino. Después de unas horas se oyó una voz grave y contundente. - Ya llegamos Liesel. Cuando escuchaba esa voz, Liesel sabía lo que había que hacer: no se hablaba, no se respondía, no se alegaba.
Capítulo III - Daniel Daniel, adormecido, miro hacia su ventana viendo un carro color gris empolvado del techo hasta las llantas. - ¿Quién sería? -dijo con voz asombrada- Debió ser un camino difícil. En ese momento se oyó la campana interrumpiendo sus pensamientos. -Me tengo que cambiar-pensó. Se cambió tan rápido que al bajar la escalera se tropezó y cayó a los pies de la directora. - ¡Daniel! -dijo la directora con voz exaltada-, mejor gasta esas energías enseñándole el lugar a Liesel. A su lado había una chica con ojos castaños, piel blanca y cabello desteñido y ondulado. -Sígueme -dijo Daniel con la cabeza agachada-, te enseñaré el lugar. -Muy bien-dijo Liesel con una débil voz. El tiempo pasó rápido para Daniel. Se pararon en seco frente a una puerta con trece clavos.
Capítulo IV - ¿Qué es eso? -dijo Liesel. - Nadie lo sabe- Dijo Daniel-, la leyenda dice que ahí están las ideas de un niño. Nadie sabe qué le pasó o qué es eso, pero a veces se oyen gritos como de una multitud y una luz brillante deslumbra y desaparece. Las palabras de Daniel dejaron a Liesel asombrada. - Pero no te preocupes. Nadie en realidad lo sabe. Daniel siguió con el recorrido mostrándole el salón de Biología, la Biblioteca y demás. - ¿Por qué tienen números las habitaciones? -preguntó Liesel. -No lo sé, le hemos preguntado a las maestras, pero nadie sabe contestarnos- dijo Daniel. Siguieron caminando por entre los pasillos y escaleras. Daniel se detuvo frente a una de las habitaciones. - Aquí está tu cuarto. Liesel miró con desconfianza a ese pequeño cuarto aislado.
-Voy a bajar a desayunar, ¿quieres venir conmigo? - dijo con voz amable. -Sí- dijo Liesel. -Bien, te espero en el comedor- dijo Daniel.
Capítulo V Liesel se cambió tan apresuradamente como Daniel. Corrió hacia el lugar donde Daniel le había indicado. Liesel vio a ese niño con cabello claro y ondulado, ojos negros y piel blanca quien le había mostrado el lugar. Daniel haciéndole señas, le mostró el asiento. Cuando Liesel se sentó, vio a unos dos niños sentados al lado de Daniel. -Hola, me llamo Víctor- dijo uno de ellos con voz amable. -Hola, yo me llamo Emilio- dijo el otro con voz aguda. -Hola, yo me llamo Liesel-dijo ella con una sonrisa en la cara. Acabando el desayuno volvió a sentir que le hablaban. La voz provenía de la puerta de trece clavos. Liesel pensó que si abría la puerta y comprobaba que no había nada, tal vez las voces desaparecerían. Cuando cayó la noche, Liesel fue a buscar la caja de herramientas y desclavó los trece clavos de la puerta. -No hay nada- dijo con voz desafiante.
Capítulo VI
Liesel se cambió tan apresuradamente como Daniel. Corrió hacia el lugar donde Daniel le había indicado. Vio a ese niño con cabello claro y ondulado, ojos negros y piel blanca quien le había mostrado el lugar. Daniel haciéndole señas le mostró su asiento. Cuando Liesel se sentó vio a dos niños sentados junto a Daniel. -Hola, me llamo Víctor- dijo uno con voz amable. -Hola, me llamo Emilio- dijo el otro con voz aguda. -Hola, me llamo Liesel- dijo ella con una sonrisa en la cara.
Acabando la comida volvió a sentir que le hablaban. La voz provenía de la puerta de trece clavos. Liesel pensó que si abría la puerta y no veía nada tal vez las voces desaparecerían. Cuando cayó la noche, Liesel fue a buscar la caja de herramientas y desclavó los trece clavos de la puerta. -No hay nada- dijo con un tono de decepción. Capítulo VII – Víctor Cuando salí del comedor vi a una niña muy bonita y amable. Pensé en ella y me dormí. A la mitad de la noche oí unos ruidos al pie de mi cama, me levanté con una linterna, pero no había nada. Me volvió a acostar cuando vi una “nube” de unos y ceros. Estaba acechándome, mi mente se nubló. Me preguntaba qué era eso. Lo único que tenía claro era que no iba a salir vivo. Oí el grito ahogado de Emilio. - ¿Emilio? -dije asustado- ¿Emilio? Nadie contestó. Sólo recuerdo que me encontré cara a cara con la nube.
Capítulo VIII - Tobías En una gran y espaciada área verde Tobías jugaba con la tierra cuando vio a una nube gris de unos y ceros. Parecía esconderse. La tomó en sus manos y corriendo quiso enseñársela a su mamá. Ella sólo miró con extrañeza sus manos vacías. -Ahí no hay nada amor-dijo su madre. - ¿Qué? Pero...-tartamudeó.
Capítulo IX Esa mañana Liesel y Daniel bajaron al comedor y notaron con extrañeza que no estaban sus amigos Victor y Emilio por ningún lado. De hecho, había muy pocos niños, menos que en los anteriores meses. -Tal vez se enfermaron- dijo Daniel. -No creo, son demasiados-dijo Liesel.
Los dos tuvieron un vago pensamiento de qué les podría haber pasado. Liesel pensó en la puerta de trece clavos y Daniel sólo pensó en esa “nube” negra y pequeña. Sonó la campana, era hora de matemáticas. Daniel llegó al salón de clases con una expresión distante. -Daniel, ¿podrías pasar a resolver las ecuaciones? - dijo la señorita Fillis. Daniel pasó al frente pero sólo pensó en una gigante “nube” negra de unos y ceros. Volteó y vio hasta el fondo del salón la presencia de una materia nebulosa. - ¡Corran! ¡Es eso! - dijo Daniel desesperado. - ¡Ya Daniel! - dijo Fillis- ¡No tenemos tiempo para tus bromas! Daniel volteó al pizarrón y escribió una larga fila de ceros y unos. Al fijarse en lo que había escrito se asustó y corrió a su habitación dando un fuerte portazo. Capítulo X Después de un rato, Daniel salió de su habitación todavía asustado de lo que acababa de pasar. Bajó para la comida y vio a Liesel en su asiento. Observó que cada vez había menos niños. -Oye, te tengo que decir algo- dijo Liesel con voz culpable. - ¿Qué pasó? -preguntó Daniel. -Abrí la puerta de los trece clavos. - dijo Liesel. - ¡Cómo! - dijo exhaltado Daniel. -Sí, oía voces provenientes de la puerta y pensé que, si veía que no había nada, las voces desaparecerían- dijo Liesel. -No creo que haya sido una buena idea- dijo Daniel con voz temborosa. -Vamos a revisar- dijo Liesel. Daniel asintió. Subieron las escaleras hasta donde estaba la habitación de trece clavos. La puerta se abrió con un rechinido. Entraron sigilosamente a la habitación. Lo que para Liesel no había sido nada la noche en que llegó, ahora estaba lleno de instrumentos que no conocía.
Había otra camilla en medio de la habitación y una hoja de papel arrugada en el piso. Liesel la pasó de largo, pero Daniel la vio. La recogió y la guardó. Daniel volteó los ojos hacia un esqueleto de plástico. -Se parece a ti-dijo Daniel riéndose. Liesel lo ignoró y siguió explorando la habitación. Cerró la puerta y vio unos grandes arañazos no humanos. -Ya deberíamos irnos- dijo Daniel con voz temblorosa. -Sí-dijo Liesel y salieron de la habitación. Bajaron corriendo las escaleras y enfrente de ellos estaba una niña y a su lado estaba una enorme “nube” negra. Cuando la niña se dio cuenta de que una “nube” estaba a su lado… ¡Pum! Atacó y la niña convulsionó durante unos instantes y acto seguido se estampó con todos y cada uno de los escalones hasta llegar al piso donde se quedó inmóvil. Daniel y Liesel fueron corriendo a revisar si tenía pulso... cuando la “nube” apareció detrás de ellos. Al darse cuenta, corrieron hacia la biblioteca, que era el sitio más cercano, y se escondieron. Pero la “nube” entró sin ningún problema. Al lado de Liesel estaba la biografía de un señor llamado Grindelwolf. Liesel sintió curiosidad y lo agarró. Cuando estaba a punto de abrirlo, escuchó un grito de Daniel. Sintió que tenía la obligación de ir en su rescate, pero sólo vio la “nube” frente a frente. Vio a Daniel inconsciente en el piso y se olvidó de todos los peligros que la acechaban en ese momento y atravesando a la “nube” corrió hacia él. Intentó revisar si tenía pulso y se sintió presa entonces de un gran sentimiento de culpabilidad. ¡Ella había causado todo esto! CAPÍTULO XI - La Carta Sentada en la cama de Daniel estaba llorando por la carta que le había escrito. Querida Liesel: Si lees esto es que probablemente esté muerto, pero la causa de mi muerte no es tu culpa. Al haber abierto esa puerta sólo se apresuró lo inevitable. La verdad es que yo ya había estado infectado desde hacía mucho tiempo cuando tomé esa pequeña “nube” de unos y ceros no pensé que llegaría hasta este momento. Me diagnosticaron un virus cerebral crónico. Mi papá ha estado trabajando en la cura desde entonces. No te quería contar nada de esto porque sabía que no iba a ser lo mismo. Sólo hubiera deseado que fuéramos algo más. Capítulo XII – La Expansión La directora llamó a Liesel a su despacho.
- Liesel, eres una de las pocas afortunadas por eso hemos decidido mandarte a casa, pero antes encontramos esto en la chaqueta de Daniel. No lo hemos abierto, pero pensamos que esto podría pertenecerte. La directora le extendió un trozo de papel arrugado. - Gracias- dijo Liesel. Sentada en el piso polvoriento, Liesel estaba esperando el coche de su madre cuando con miedo e intriga abrió el trozo de papel que Daniel había guardado. FICHA MÉDICA GROSHAM NOMBRE: Tobías Sangers
Edad: 12 años
Trastorno: VCC
El paciente padece del virus VCC (Virus cerebral crónico). Hasta la fecha no hemos encontrado cura, pero si hay algo claro: esto es muy peligroso, contagioso y muy difícil de manejar. Creemos que esto se podría controlar si mantenemos al paciente en una sala aislada mientras se resuelve esta enfermedad. Los criptólogos afirman que el paciente es la causa de esta rara enfermedad ya que en su código hubo una falla causante del virus. FECHA: 20 de julio del 2025. Cuando Liesel terminó de leer la ficha se sorprendió y tirándola al suelo abrió la biografía de Grindelwolf y buscó desesperada hasta encontrar esto: Autobiografía de Grindelwolf Abrí el hospital para ofrecer servicio a las personas. Todo iba bien hasta que un niño llamado Tobías entró al hospital a Urgencias. Lo diagnosticamos y lo aislamos causando que el virus consumiera su cuerpo y crecieran sus ideas. Desde que nos dimos cuenta de que el virus era incontrolable cerramos la puerta con 13 clavos. Transformamos este hospital en un internado para brindar ayuda a esos padres desesperados. Su madre, también desesperada, murió de tristeza al saber que su hijo había muerto en esas condiciones. La puerta de 13 clavos nunca volvió a abrirse ni verse lo que aguarda dentro. Liesel con tanta información conocida, no sabía qué hacer cuando escuchó el sonido de llantas contra el asfalto.
Capítulo XIII: EPÍLOGO - LA JUGADA FINAL Después de 10 años… Una señora con ojos castaños, piel blanca y cabello desteñido y ondulado estaba sentada en su sillón viendo las noticias cuando un suceso familiar llamó su atención. “Un virus catalogado como VCC se está esparciendo por todo el mundo. Ya son más de 100 áreas infectadas. Los gobiernos están tomando medidas severas, medidas de evacuación.” Liesel en ese momento tuvo un impulso y al poco rato se vio un carro rojo dirigiéndose al Internado Grosham. Liesel bajó de su auto y empujando las gigantescas y mohosas puertas de madera que bloqueaban su camino entró recordando una cosa: ese chico de cabello claro y ondulado con ojos negros y piel blanca que le sonreía desde lejos. Liesel paseó por todos los salones y pasillos, pero se fijó en uno en particular, era el último salón en el que había estado. Daniel asomándose vio en el pizarrón una declaración conformada por código binario. “Te amo Liesel”. Ella, rápidamente, toma el gis y escribe una fila de unos y ceros: “Yo también te amo Daniel”. La “nube” estaba esperándola al fondo del salón.