C O M U N I C A DO La brutal agresión a la senadora Ana Gabriela Guevara cuando conducía su motocicleta es un ejemplo más del exceso de violencia que está destruyendo a nuestra sociedad. La misoginia y homofobia que están en su origen se han manifestado con excesos intolerables en redes sociales. Académicas en Acción Crítica manifestamos nuestra solidaridad con la senadora Guevara, como persona y como mujer, y con las muchas mujeres y niñas que a diario son violentadas y vejadas en nuestro país. Las explicaciones de estos hechos no son sencillas, pero todas conducen a un necesario reconocimiento de que la sociedad mexicana está tolerando grados de violencia extrema que van deformando las relaciones sociales y rompiendo los límites que hacen posible la convivencia pacífica. La misoginia no se reproduce y extiende por generación espontánea, es producto de múltiples factores sociales y culturales. En México se han gastado millones de pesos en leyes, comisiones y programas que, en principio, buscan promover el respeto a las mujeres y la igualdad de género. Sin embargo, no se ha buscado una verdadera transformación de la educación formal e informal que favorece la reproducción del sexismo, el clasismo, el racismo, y en general, la discriminación. Entre otros, los medios masivos de comunicación han contribuido a normalizar y justificar la violencia y la violencia contra las mujeres y la población LGBTTIIQ, sin que las autoridades intervengan, como se los faculta la ley. Las leyes que deberían contribuir a prevenir y sancionar la violencia contra mujeres, niños y niñas no se aplican, con lo que hasta crímenes como el feminicidio quedan impunes. Exhortamos al Senado y a la Cámara de diputados a demandar a las autoridades correspondientes una exhaustiva rendición de cuentas acerca de los programas de todo tipo que se han impulsado, supuestamente para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres. Consideramos urgente que se modifiquen las decisiones que han dejado sin presupuesto los programas de prevención de la violencia en el país, que debería ser asunto prioritario.
Exigimos también que se apliquen las leyes que permiten sancionar a los medios que cosifican y degradan a las mujeres y justifican o promueven la violencia en todas sus formas. La violencia contra las mujeres no se va a resolver con medidas punitivas, pero no se pueden seguir dejando impunes crímenes como el feminicidio y la violación. La impunidad de éstos favorece la de otros delitos y la expresión desmesurada del odio misógino y homofóbico. La sociedad debe también asumir su responsabilidad y condenar la vejación de las víctimas de violencia en la vida cotidiana y en las redes sociales. Académicas en Acción Crítica Responsable de la publicación: Lucía Melgar https://aaccioncritik.com Ciudad de México, 16 de diciembre de 2016.