Tú eres a quien quiero

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s e r e u T quien a quiero Cynthia Jaramillo Macias


TÚ ERES A QUIEN QUIERO

Indice

Indice 2 Introducción 3 Pagina de titulo 4 Capitulo 1 5 Capitulo 2 11 Capitulo 3 18 Infografía 24 Contraportada 26

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TÚ ERES A QUIEN QUIERO

Ya había pasado casi un año y medio desde que me decidí a escuchar a los demás y darme la oportunidad de estar con alguien más, aunque siempre creí estar consciente de quien era a quien realmente amaba. Pero ahora se a quien quería realmente, aunque tuve que darme cuenta de la forma equivocada.

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s e r e u T quien a quiero

Cynthia Jaramillo Macias


TÚ ERES A QUIEN QUIERO

CAPÍTULO 1

Danny Me encontraba observando la cartelera del cine, intentando poder decidirme por alguna película y cuando finalmente me decidí por una camine lentamente hacia la taquilla y me coloque detrás de una señora que al igual que yo iba a pagar por su boleto, solo que ella si venia acompañada. Por alguna extraña razón me gustaba venir al cine siempre que podía, me gustaba pasar tiempo solo. La señora que se encontraba delante de mí se movió, y me dejo ver a la hermosa chica que se encontraba del otro lado del mostrador. Su cabello era de una clase de marrón claro, sus ojos eran verdes y tenía una sonrisa encantadora. No me di cuenta de cuánto tiempo me había quedado observándola, hasta que ella me sonrió. Le devolví la sonrisa un tanto apenado y me acerque hasta el mostrador para pedir mi boleto, ya que la señora ya se había ido. — Hola —dije en cuanto llegue. — Hola —me respondió ella sin vacilar, aun sonriendo— ¿Qué película veras? — Oh, si —reí y respondí a su pregunta. 5


TÚ ERES A QUIEN QUIERO — ¿Dos personas? —dijo ella viendo la pantalla de la computadora. — No —regreso la mirada a mí—, a menos que quieras entrar conmigo. Ella soltó una ligera risita y negó con la cabeza. — Me temo que no podre —rió—. Debo atender a la gran clientela —frunció los labios. Gire mi cabeza hacia atrás, para ver a su “clientela” y me encontré con el cine vacío. — Claro, debí suponerlo —regrese la vista a ella—. Los lunes a medio día, todo el mundo sale al cine. Ella rió. — Así es. Ella termino de imprimir mi boleto y me lo entrego. — Aquí tienes, sala 6 —sonrió. Asentí ligeramente, aceptando mi fracaso. Di media vuelta y observe mi boleto. — ¿Sabes? —Dijo ella de pronto— Creo que deberé de asegurarme de que tengas un buen servicio aquí —sonrió. Yo la observe un tanto confuso. Ella salió detrás del mostrador del que se encontraba y se colocó junto a mí. Sonrió y entonces ambos caminamos hacia la entrada de las salas, donde se encontraba una chica, a la cual le entregue mi boleto. — Sala 6 —dijo sin ni siquiera mirarme, ya que ella veía a la chica que se encontraba junto a mí. — Me asegurare de que tenga un buen servicio —le guiño el ojo y la otra chica rio. — Claro —dijo aquella chica. Caminamos a través del pasillo, hasta que llegamos a la sala seis y yo abrí la puerta. La sala estaba completamente vacía. Ella camino hacia la última fila y se sentó en el centro, mientras que yo me acomode a su lado. — ¿Cuál es tu nombre? —pregunte. 6


TÚ ERES A QUIEN QUIERO — Hayley —sonrió y señalo el pequeño gafete que tenía sobre su playera —, ¿y el tuyo? — Danny —sonreí. — Danny —repitió ella—. Inglaterra ¿verdad? —Asentí— Tu acento te delata. — Si. Londres —dije sonriendo. — ¿Londres? —Dijo un tanto sorprendida— ¿Y por qué tan lejos de casa? — Trabajo —respondí. La película comenzó en pocos minutos, pero, a pesar de que me había parecido interesante al verla en la cartelera, no vi ni un solo segundo de esta ya que todo el tiempo la pase conversando con Hayley. Era una chica estupenda, aparte de graciosa, y, claro, algo platicadora. Me agradaba. Salimos de la sala una vez que la película termino y justo cuando estuve a punto de pedirle su número, un compañero de trabajo apareció y tuvo que disculparse ya que tenía algunos asuntos que atender. Genial. Al menos sabía dónde encontrarla.

Hayley Mi turno termino y lo primero que hice fue dirigirme al baño para quitarme el uniforme. Solté mi cabello e intente acomodarlo. — Hey —saludo mi amiga Ashley, quien iba entrando al baño—. Ya ni me contaste que paso con el chico de hace rato. Sonreí. — Fue divertido —reí al recordar sus bromas—; me agrado. Termine de acomodarme el cabello y regrese la mirada a mi amiga, que se encontraba junto a mí. — Era guapo. 7


TÚ ERES A QUIEN QUIERO —Lo sé —sonreí. — ¿Quedaron de verse de nuevo? —pregunto Ashley con algo de intriga. —No, solo fue algo de momento —le dije. — ¿De nuevo con eso? —Ashley rodeo los ojos— ¿Desde hace cuando no has tenido una relación normal? Todas son “temporales” o algo “de momento”, ya deja atrás a Adam y deja de ilusionar a los demás chicos que realmente se interesan en ti. Su comentario me molesto y fruncí el ceño. Ya sabía que rumbo tomaría esta conversación. — Jamás podre dejar atrás a Adam —conteste un tanto enfadada. — Hayley, ya paso mucho tiempo, el no volverá y no es bueno que desperdicies tu vida esperando por ese idiota que jamás volverá. Mi ceño se frunció aún más y la observe un tanto enfadada. — Ese es mi problema, ¿no? —conteste molesta. Dicho esto me apure a recoger mis cosas y salí del baño. Odiaba que me dijeran cosas así. Odiaba que se entrometieran en mi vida. Al salir ignore por completo a mis demás compañeros, los cuales se despedían de mí, y antes de abrir la puerta principal me acomode bien mi bufanda para finalmente salir al frio de la ciudad. Estábamos a mitad de otoño y el clima aquí en Nueva York era un poco frió. Esta época no era mi favorita, ya que me recordaba a Adam. En estas fechas, hace ya casi dos años atrás, fue cuanto termine con Adam y desde entonces no he vuelto a saber nada de él. Fuimos novios durante casi tres años y siempre estuve convencida —y lo seguía estando—, de que él era el amor de mi vida. Como toda relación teníamos nuestros altibajos y llegamos a terminar un montón de veces, pero en cuestión de tiempo regresábamos y, ciertamente, aún seguía esperando ese momento. 8


TÚ ERES A QUIEN QUIERO Muchas personas cercanas a mí, como Ashley, me decían que era una pérdida de tiempo estar con él, que él no me valoraba lo suficiente, que era un completo idiota el cual no me merecía. ¿Qué simplemente no podían comprender que él era el amor de mi vida? Y si no lo comprendían, entonces podían dejar de entrometerse en mi vida, al fin y al cabo la dueña de esta era yo y nadie más. Podía sentir la ira fluir por todo mi cuerpo por lo cual apresure el paso para llegar a casa. Al llegar a mi casa lo primero que hice fue escuchar los mensajes en la contestadora, aun con las mismas esperanzas de siempre: que Adam hubiera llamado. En cuanto me di cuenta de que solo habían sido mi madre y Ashley suspire profundo. Era patético, lo sabía de sobra, pero amarlo de esta manera era algo que no podía evitar. En ocasiones solía cansarme de seguir así: sufrir por él, pero realmente no quería dejarlo ir; no quería despedirme de él. Quizá Ashley y los demás podrían tener razón, pero no sentía que tuviera las fuerzas necesarias para dejar a Adam en el pasado.

Danny Me encontraba en mi hora de almuerzo, intentando concentrarme en algo que no fuera ella, pero no lograba conseguirlo. Esa chica había capturado mi mente por completo, y en desde aquel día, no lograba conseguir el sacar su risa, sus ojos, su voz y su sonrisa de mis pensamientos. Levante mi muñeca para revisar la hora y vi que era la una de la tarde. Tenía tiempo, podía ir a buscar a Hayley al cine. Rápidamente pedí la cuenta de lo que había ingerido en el lugar y salí después de haberla pagado. Al salir del edificio 9


TÚ ERES A QUIEN QUIERO afortunadamente encontré un taxi y subí a él. Durante el camino fui planeando las cosas que haría; esperar a que su turno terminara e invitarla a comer, entre otras cosas. Sentía una especie de alegría, junto con un poco de nervios. Ella era especial, algo me lo decía. En poco tiempo llegue al recinto y, después de pagarle al taxista, me apresure a entrar. Cualquier especie de plan que se hubiera llegado a formar en mi cabeza se borró completamente en cuanto me acerque al área de las taquillas. Desde lejos, para que ella no pudiera verme, comencé a buscar entre las personas que se encontraban del otro lado del mostrador, pero me di cuenta de que no estaba y respire profundo, un tanto desilusionado. Recordé a la chica que nos habíamos encontrado antes de entrar a la sala y casi corrí hacia ese lugar. Una sensación de alivio, mezclado con un poco de alegría, recorrió mi cuerpo al verla ahí. — Hola —salude a la chica—, ¿me recuerdas? — Claro que te recuerdo —sonrió ella. —Perfecto —le dije devolviéndole la sonrisa—. Estoy buscando a Hayley. Ella rio y negó con la cabeza, por alguna razón que desconozco. — Hoy es su día libre —frunció los labios. — ¿Sabes dónde puedo encontrarla? —ella asintió. Tomo un pedazo y un papel que se encontraban dentro de su área de trabajo y comenzó a anotar una dirección. Ella me entrego el papel apenas termino de escribir. Parecía no estar muy feliz por el gran favor que me hacía. — ¿Te doy un consejo? —Pregunto ella— No hagas esto; ella no te conviene —dijo después de que asentí—. Si buscas algo serio con ella, Hayley no es la indicada.

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TÚ ERES A QUIEN QUIERO

CAPÍTULO 2

Danny — ¿De qué hablas? —Reí pero no deje que me contestara— No importa —sacudí ligeramente la cabeza—. Gracias por la dirección —dije con una sonrisa un tanto forzada y me aleje. ¿Qué era todo eso que había dicho? Era absurdo lo que decía. Hayley era una chica encantadora. Salí del cine y rápidamente conseguí otro taxi. Le di la dirección que decía el papel al conductor y me di cuenta de que no estaba lejos de ahí. El taxista comenzó a hacer plática sobre quien sabe que tantas cosas y comenzó a contarme sobre cómo era el de joven. Fue algo extraño, pero estaba algo emocionado como para prestar atención a lo que decía. El conductor se detuvo en unos cuantos minutos después y entonces me baje, casi corriendo hacia el edificio. Subí los escalones del edificio y vi los botones de los timbres. Comencé a buscar entre todos hasta que me encontré con su nombre. Hayley Stewart. Esa debía ser ella. Cuando me encontré justo a punto de tocar el timbre, alguien salió del edificio. Aproveche que la puerta se hubiera abierto y 11


TÚ ERES A QUIEN QUIERO entre. Hayley estaba en el número 10. Llegue al departamento y di un par de ligeros golpes en su puerta. — ¿Señorita Stewart? —pregunte. La puerta se abrió en cuestión de segundos y entonces la vi. Ella se quedó sorprendida al verme ahí parado frente a su puerta. — ¿Danny? —Dijo mi nombre aun sorprendida y yo sonreí— ¿Cómo…? —Suspiro profundo, como si hubiera encontrado ya la respuesta de la pregunta que no logro formular en voz alta— ¿Qué haces aquí? —rio. — Vine a invitarte a salir —le dije y ella me observo sonriente. Algo me decía que este era el inicio de algo nuevo. Ella era especial, podía sentirlo.

Hayley Ya había pasado casi dos años desde que decidí a darme una oportunidad de estar con alguien más, aunque aún no creía haber sacado a Adam de mi corazón por completo. Danny era un chico completamente único y asombroso y no podía negar que me encantaba su forma de ser; siempre tan detallista y cariñoso al igual que también divertido y un tanto alocado. Él era, sin duda alguna, el tipo de hombre que toda mujer desearía tener a su lado; siempre estaba al pendiente de mí, intentando cumplir cualquier cosa que yo deseara. Él no era de esos chicos los cuales salían hasta altas horas de la noche con sus amigos en los fines de semana, de hecho, ni siquiera le conocía alguno de estos en la ciudad. Él se llevaba de maravilla con mis amigas, las cuales no se cansaban de repetirme lo afortunada que era al tener a Danny junto a mí y más que eso, al ser la dueña absoluta de su corazón, lo cual me encantaba, pero a la vez me hacía sentir culpable al no poderle corresponder de la 12


TÚ ERES A QUIEN QUIERO misma manera, aunque tratara de esforzarme. Danny siempre había sabido la manera perfecta de cómo sorprenderme y las cosas siempre solían salirle bien. Este chico simplemente me encantaba y, a pesar de que aún seguía amando a Adam, Danny lograba que en ocasiones lo olvidara por completo. Él había traído nuevamente la felicidad a mi vida y me hacía sentir tan especial, de una manera en la que nadie lo había hecho. ¿Qué si lo amo? Bueno, aun no estaba segura de ello. Termine de limpiar un poco el departamento y me dirigí a la sala, donde me senté a ver un poco de televisión. De pronto escuche la puerta abrirse y me gire hacia atrás para ver que era Danny quien había llegado. — Hola, linda—cerro la puerta y entonces vi que traía consigo unas cuantas compras. — Hola —dije poniéndome de pie para ayudarle a poner las cosas que traía en la barra de la cocina. — ¿Quieres ir a cenar a algún lado? —ofreció sonriente recargándose sobre la barra. — No —hice un gesto—, prefiero que hagas tú de cenar —sonreí intentando convencerlo tal y como una niña pequeña. —Está bien—sonrió y me tomo por la cintura, acercándome más a él para así poder besar mis labios—. Iré empezando porque muero de hambre —froto su estómago e hizo un gesto raro, cosa que causo que sonriera un poco. — Igual yo. Te ayudare. Ambos comenzamos a hacer la cena, aunque él era el que hacia todo, yo simplemente lo asistía con lo que necesitaba. Me gustaba como cocinaba él, así que no quería interrumpir nada, aparte de que odiaba cocinar. Termine de ayudarle y me dirigí a la sala para poner una película que habíamos alquilado hace unos días pero no habíamos tenido tiempo de verla. 13


TÚ ERES A QUIEN QUIERO Danny pronto llego con la cena y en tan solo poco tiempo ambos disfrutábamos de lo que mi novio había preparado. Comenzamos la cena en tranquilamente, conversando sobre cómo había sido nuestro día, entre otras cosas y, una vez que terminamos con la cena, yo lleve los platos y vasos sucios al fregadero. — Hayley —dijo el rompiendo el silencio que se había formado—, creo que saldré a Londres la próxima semana. Suspire y cerré los ojos. Últimamente había estado viajando a Londres, era por cuestiones de trabajo, claro, pero aun así lo extrañaba. — ¿De nuevo?—pregunte viendo hacia la pantalla de televisión. — Así es, pero esta vez no será por trabajo, sino más bien unas vacaciones —explico él. Fue ahí cuando deje de ver la película y alce la vista hacia él un tanto seria. — ¿No te gustaría conocer Londres? Esa pregunta, sin duda, no la veía venir. Empezaba a suponer que tomaría el solo unas vacaciones en Londres con su familia, o algo por el estilo. — ¿Me estas invitando ir a Londres? —pregunte sorprendida. — Eso creo —rio—. No serian vacaciones si tú no vas conmigo. Me quede callada, procesando la información un poco. No todos los días recibes una invitación a Londres, lugar al que siempre has soñado ir. — ¿Acaso no te emociona ir a Londres? Y la mejor parte: conmigo como guía. Reí. —Claro que sí, es solo que…wow. El rio nuevamente. — ¿Iras conmigo?—pregunto ahora formalmente y una sonrisa se formó en mis labios. — Por supuesto que iré —dije mostrándole una de mis más 14


TÚ ERES A QUIEN QUIERO radiantes sonrisas, para después tomar su rostro entre mis manos y besar sus labios. Danny Durante la semana ambos preparamos todo para irnos a Londres. Hayley había pedido vacaciones en el trabajo, y, bueno, en el mío todo eso ya estaba arreglado. Todo ya estaba listo y yo estaba emocionado, al igual que ella. Quería llevar a Hayley al lugar que era mi hogar, aparte de que sabía que ella siempre había soñado con ir algún día. Ayude a Hayley a cargar el poco equipaje que ahora quedaba, mientras abordábamos el avión. Encontramos nuestros asientos y fui yo quien paso primero y me acomode del lado de la ventana, ya que Hayley por alguna razón no quiso sentarse de ese lado. — ¿Miedo? —me burle, mientras ambos nos acomodábamos en nuestros asientos. — Algo así —dijo haciendo un gesto extraño para después acomodar su cabeza sobre mi hombro — Sera un viaje largo, ¿no es así? —pregunto repentinamente. — Si, pero ¿eso qué importa si estarás conmigo? —ella no dijo nada y rodeo mi cintura con sus brazos. Hayley fue callada durante todo el viaje, algo raro, aunque buena parte de este la pasó dormida, mientras que yo me divertía escuchado sus ligeros ronquidos. En ocasiones solía molestarla exagerando con que no me dejaba dormir. Era encantadora y la amaba tal y como era. Ella simplemente lo era todo para mí. El viaje me pareció rápido y ya para las dos y media de la madrugada nos encontrábamos en el aeropuerto, donde la emoción creció. Ambos recogimos nuestro equipaje y tomamos un taxi. Durante el trayecto fui mostrándole desde la ventana la 15


TÚ ERES A QUIEN QUIERO ciudad y le prometí que durante nuestra estadía la llevaría a conocer todo. Llegamos a nuestro destino y el taxista nos ayudó a bajar el equipaje y lo coloco en la acera de la banqueta. Me gire para quedar de frente a la casa que tenía a mis espaldas y sonreí. — ¿Y esta es tu casa? —pregunto mientras yo pasaba un brazo por sus hombros. — No, es casa de Matt; dijo que podíamos quedarnos con él durante el tiempo que estaremos aquí —le explique y acomode mi mentón sobre su coronilla. — Pero, ¿qué hacemos aquí afuera? Hace frio —se quejó y entonces me separe de ella para ambos comenzar a cargar con el equipaje. Subí los escalones de la entrada y una vez frente a la puerta toque el timbre unas cuantas veces seguidas. Comencé a escuchar ruidos y timbre nuevamente. La puerta se abrió y entonces vi a Matt del otro lado. Sonreí y ambos nos abrazamos con fuerza. Era cierto que había viajado un par de veces a Londres en el último mes, pero no había tenido tiempo para descansar un poco y visitar a mis amigos, por lo que tenía demasiado sin verlos. Me separe de Matt y entonces vi a Giovanna, su ahora esposa, acercarse con una cálida sonrisa. — Danny —dijo dulcemente para después darme un abrazo. Me separe de Giovanna y entonces me encontré con Alex, otro de mis amigos, esperando también por su abrazo. — Doug —lo abrace con fuerza también, justo como lo había hecho antes con Matt. Me separe de ellos, para contemplarlos con una gran sonrisa y entonces me encontré con Hayley a un lado mío con una sonrisa tímida. Había olvidado que ellos no se conocían, al menos no formalmente. — Oh, ella es Hayley—dije dirigiéndome hacia ellos— y Ha16


TÚ ERES A QUIEN QUIERO yley, ellos son Matt, Giovanna, y Alex —señale a cada uno de ellos. — Me alegra conocerte al fin —dijo Gi antes de acercarse a saludarla con un beso en la mejilla. — Lo mismo digo; no es igual el conocerlos por Skype —sonrió mi novia, dirigiéndose a Matt y Giovanna. — Yo no te conocía aun —intervino Alex—, pero si he escuchado mucho de ti —me dirigió una rápida mirada picara. Ella rio y se giró hacia mí. — Si, Danny también me ha contado mucho de ustedes — sonrió.

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TÚ ERES A QUIEN QUIERO

CAPÍTULO 3

Danny Después de los saludos y presentaciones, Matt nos hizo pasar a la sala, donde nos quedamos conversando un poco entre todos, hasta que el sueño y el cansancio comenzaron a hacer acto de presencia. Matt y Alex me ayudaron a subir el equipaje a una de las habitaciones de la casa. Alex aprovecho para decir un par de indirectas hacia mí y a Hayley, ocasionando que esta última se sonrojara, algo no muy común en ella. Una vez que Matt y Alex nos dejaron a solas, Hayley se sentó sobre la cama, mientras que yo cerré la puerta de la habitación. — No tengo sueño —se quejó Hayley mientras abría una de las maletas, en busca de algo más cómodo para dormir. — Creo que me tomara algo de tiempo ajustarme al horario. — Te acostumbraras —le dije para después hacer lo mismo que ella. — Tengo hambre —se quejó rompiendo el silencio que comenzaba a formarse. —Yo igual —le dije y me enderece —. Bajemos por algo de cenar. Ella lo dudo por unos segundos, pero después de escuchar un ligero ruido proveniente de su estómago acepto. 18


TÚ ERES A QUIEN QUIERO Ambos bajamos a la cocina silenciosamente, y tomé de la alacena un par de platos hondos, para después tomar la leche y el cereal. Nos quedamos ahí conversando hasta que comenzó a darnos sueño, por lo que ambos decidimos regresar a la habitación. Hayley Me desperté, gracias a que la luz comenzó a calarme. Danny se encontraba apoyado por completo sobre mí, así que me costó trabajo hacerlo a un lado para poder levantarme. Me puse ropa más cómoda y presentable, me lave los dientes y acomode mi cabello. Suponía que los amigos de Danny estarían ahí. Dirigí la mirada a Danny, quien seguía profundamente dormido ahora ocupando la cama entera. Creo que sería mejor dejarlo descansar. Salí de la habitación y comencé a caminar hacia la sala con la esperanza de encontrarme a alguien ahí, ya que me sería algo incómodo el estar yo sola en la casa. Por fortuna Giovanna se encontraba en la cocina, así que llegue ahí y me senté frente a las sillas de una barrita que era donde Danny y yo habíamos cenado nuestros cereales la noche anterior. — ¿Cómo dormiste Hayley? —Pregunto mientras se ponía frente a mí— ¿Quieres algo de café? —ofreció. — Dormí muy bien a pesar del jet lag, gracias —sonreí—, y sí, creo que si aceptare el café por esa misma razón. Ella sonrió y tomo una taza de la alacena, para después tomar la cafetera y verter café en esta. Giovanna volvió a colocarse frente a mí y ambas comenzamos a conversar mientras yo bebía el café que me había traído. No tardaron mucho en aparecer Matt y Alex y pronto la conversación se tornó sobre lo que los tres teníamos en común: Danny. 19


TÚ ERES A QUIEN QUIERO Todos comenzaron a contarme sus historias, las cosas más memorables que habían pasado con él, muchas veces dejándolo en ridículo, y yo no podía parar de reír debido a lo que me contaban. Estuvimos conversando un buen rato sobre Danny hasta que él apareció. El saludo a todos con un simple “buenos días” y entonces tomo asiento a un costado mío. Los chicos comenzaron a conversar entre ellos, y fue entonces cuando Giovanna me pidió ayuda para comenzar a preparar la comida, a lo cual no me negué. Pronto, mientras le ayudaba a Giovanna a poner los platos en la mesa, escuche la puerta principal abrirse y una voz más saludar a Danny con emoción. No pude evitar el que me entrara algo de curiosidad. Me asome un poco a la sala, recargándome sobre el marco de la entrada a la habitación. Era un buen amigo de Danny, por lo que podía ver, y los cuatro se encontraban muy animados conversando. Danny noto mi presencia y entonces me presento ante su amigo. Harry, se llamaba. — Y ya que estamos aquí, ¿por qué no nos juntamos en la noche? —Sugirió Danny—, trae a Becky —le dijo Danny a Harry y este último rió. — Salió a visitar a sus padres, no creo que la vean mientras están aquí, pero yo me apunto —sonrió. Danny Aquel día nos habíamos quedado todos en casa de Matt. Habíamos pasado un buen rato; a Hayley no le costó mucho agarrar confianza con los chicos, así como a mí tampoco me costó volver a nuestras típicas locuras. Realmente los había extrañado a todos, había extrañado los momentos como este que solíamos 20


TÚ ERES A QUIEN QUIERO pasar. Al día siguiente lleve a Hayley a pasear por la ciudad, mostrándole cada lugar turístico, así como los lugares que a mí me gustaba visitar. Esa sonrisa que tanto amaba en ningún momento se borró de su rostro; podía notar la emoción que sentía. Casi al final de nuestra excursión por la ciudad, una llamada entro a mi celular. Era Gi, que más que nada, quería saber si no tenía algún plan para esta tarde, ya que quería llevar a Hayley a comprar. Apenas le pregunte a Hayley si de casualidad no quería ir de compras ella asintió varias veces seguidas. Se había emocionado aún más, quizá ir de compras en Londres era una especie de sueño para las chicas, o algo así. Ya que ahora tendría el resto de la tarde para mí solo, llame a los chicos para salir un rato, como en los viejos tiempos. Los cuatro conversábamos sobre unas cuantas cosas, recordando viejas historias y no tardo mucho para que comenzaran a preguntarme sobre Hayley. Nunca habíamos hablado demasiado sobre ella. — ¿Qué puedo decir? La amo —sonreí. — Eso se nota —dijo Matt. Hayley Nos encontrábamos ya en el cetro comercial. Gi no paraba de mostrarme todo y de llevarme a todas y cada una de las tiendas que más amaba, y sin duda alguna, eran espectaculares. Estaba de compras en Londres. Hace un mes no habría imaginado esto. — Deberías comprarlos —dijo Giovanna mientras yo me probaba un par de zapatos. Sentía que me incitaban a comprarlos, como si tuvieran voz propia y me suplicaban que los comprara. — Sí, creo que los llevare —sonreí y me quite los zapatos. La trabajadora que nos atendía se llevó los zapatos mientras 21


TÚ ERES A QUIEN QUIERO que yo termine de ponerme los que ya llevaba. Giovanna y yo caminamos hacia la caja lentamente mientras conversábamos un poco. La señorita me entrego los zapatos y yo pague por ellos. — Gracias —le sonreí a la cajera y salimos de la tienda— ¿Por qué no vamos a comer? —propuse. — Claro —sonrió ella y ambas comenzamos a caminar —. Hay un lugar donde me encanta ir a comer…—comenzó ella. Yo realmente no prestaba mucha atención. Todo el día había estado algo aturdida por el sueño que había tenido anoche. Había soñado con Adam y con Danny. Lo que más tenia presente era a Adam; no podía sacar su rostro de mi cabeza. Sacudí mi cabeza de un lado a otro. No podía seguir así. Levante la vista, aun algo aturdida gracias al recuerdo de Adam, y entonces lo vi. Me pare en seco, gracias a la sorpresa que me lleve. Estaba algo lejos de mí, pero yo podría reconocer su rostro en cualquier lugar. ¿Era real? Me quede parada en medio de la gente con mi vista fija en él. Sentí mi corazón, así como mi respiración, comenzar a acelerarse cuando lo vi sonreír. Sentí mis piernas debilitarse a causa de todo lo que sentía en ese momento y di un pasos hacia su dirección, para poder tener una mejor vista y asegurarme una vez mas de que era él. Nuestras miradas se cruzaron y ya no pude controlar mis piernas, las cuales iban hacia su dirección. Era real, era él: era Adam. — ¡Hayley! —Grito una voz muy familiar— ¡Cuidado! Apenas escuche eso choque con algo, o con alguien, y de pronto caí al suelo, golpeando mi cabeza son este. Cerré los ojos más que nada por instinto y los mantuve así hasta que me sentí “fuera de peligro”. — Hayley, ¿estás bien? —alguien se acercó a mi e intento levantarme. Abrí los ojos en el instante en que reconocí la voz de Danny. ¿Qué hacia el aquí? 22


TÚ ERES A QUIEN QUIERO Me ayudo a enderezarme lentamente y entonces me vi toda llena de palomitas. ¿Qué rayos…? Me incorpore de pronto y moví a Danny un poco para regresar la vista hacia donde había visto a Adam, pero ya no estaba. ¿Qué rayos había pasado? ¿Acaso lo alucine? ¿Acaso me estaba volviendo loca? Regrese la vista a Danny bastante desorientada. Me sentía muy aturdida. Sentía ganas de llorar, aunque de hecho, mis ojos ya estaban inundándose de lágrimas. ¿Por qué no había sido real? — Hayley, ¿estás bien? —pregunto nuevamente Danny con aun más preocupación y yo no hice nada más que abrazarlo y hundir mi rostro en su pecho sin poder controlar mi llanto. Estaba volviéndome loca. — ¿Qué fue lo que paso Hayley? —Pregunto Gi— Todo estaba bien hasta que te detuviste. Parecías haber visto a un fantasma. Yo levante la vista hacia ella. — No lo sé—le dije con los ojos llenos de lágrimas. Y era verdad, no tenía ni idea sobre lo que había pasado, si había sido real o no.

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TÚ ERES A QUIEN QUIERO

AGRADECIMIENTOS Escribir no es algo fácil, así que por esto les debo un enorme agradecimiento a todos los que me apoyaron y ayudaron durante este proceso difícil. Este libro nunca hubiera existido sin mi editor asi que quiero agradecerle por siempre apoyarme y motivarme. Estoy especialmente agradecida con el increíble apoyo de mi familia. También quisiera agradecer a todos los que se tomaron el tiempo de leer mi libro.

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TÚ ERES A QUIEN QUIERO

Ya había pasado casi un año y medio desde que me decidí a escuchar a los demás y darme la oportuunidad de estar con alguien más, aunque siempre creí estar consciente de quien era a quien realmente amaba. Pero ahora se a quien quería realmente, aunque tuve que darme cuenta de la forma equivocada.

ISBN: 978-67011-2864-5

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