Esta creación no queda registrada bajo ninguna ley intelectual, dado la insensatez de quienes aún persisten en eso de la autoría. La propiedad no existe.
Marca y características gráficas registradas en los esteros pausados del secreto de los ojos. Oficina de Ensoñaciones y añoranzas. © Editorial Imaginaria, S.A. “¡No importa dónde! ¡No importa! ¡Pero fuera del mundo!”
IMPRESO EN: TUS OJOS, EL PECHO LOS MUROS, EL AIRE, LA NOCHE Y DONDE TÚ SABES PRINTED IN: YOUR SHEENS, YOUR SHADE, THE SIGHS, THE SEA AND WHERE I HOPE THAT YOU KNOW
Formato Boceto-Regalo-Recuerdo En espera de primera edición.
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SENTITARIO Daniel Arriagada S. Enrique Oliveira
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ÍNDICE
Proemio.......................................................................................................................3 Explanación-ario..........................................................................................................4 Dedicatoria..................................................................................................................5 Panorama de lo (in)visible...........................................................................................6 Si sup(i)eras la distancia..............................................................................................7 Excusa de sentido........................................................................................................8 Hoy muere el mundo a mi pedido.............................................................................9 Sangre........................................................................................................................10 Secreto de tus ojos.....................................................................................................12 Vacío..........................................................................................................................14 Descreer....................................................................................................................15 Cuando se aprende a llorar.......................................................................................16 Sábado en la tarde.....................................................................................................17 Nosotros que nos perdimos......................................................................................18 Cómo es sostener lo insoslayable..............................................................................19 Compañía floresta.....................................................................................................20 Desahuciado..............................................................................................................21 Serán desencadenadas...............................................................................................22 Culminación..............................................................................................................25
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Para la excusa del retorno del alba, del zambullir del crepúsculo en el mar escarlata de mi suspenso del desierto opaco que muda al cielo por la espera incansable de efímeros gestos cotidianos que me inmolan por seguir buscando las noches que un día harás, que me lapidan en la nostalgia anticipada de los días que no estarás, por la tenaz certidumbre de saber que el mar un día dormirá entre nosotros. Y por eso la lluvia, y por eso el silencio y la fuga que eres, y el vacío y el vértigo que eres cuando la ausencia toma tu figura para ser de los suspiros.
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EXPLANACIÓN1- ARIO2
“Estos son en verdad los pensamientos de todos los hombres en todos los tiempos y tierras; no son originales y míos. Si no son tan tuyos como míos, no son nada o casi nada. Si no son el enigma o la solución del enigma, no son nada. Si no se hallan tan cerca como distantes, no son nada.” Walt Whitman Estos podrían ser poemas o bien ser los estanques de recuerdos presentes, lugar donde cae la imperecedera comunión del ósculo entre pasado y porvenir, y qué es el recuerdo sino el extrañamiento de la vida presente, que ya es pasado y proyecto de futuro, como nosotros somos y no somos en los valles de la reminiscencia y la añoranza. Los extraigo desde la incógnita de la inanidad, pues no son míos ni de nadie, porque podrían ser tuyos o del viento que acaricio alisando sus cabellos, al tiempo sin tiempo que es el vivir de tus estelas, porque de no ser por tus visitas el sentido no sería tal, dado que en la comprobación mutua del intercambio se (re)produce el mismo, o porque sabemos que la propiedad es un tener inexistente del silencio que inunda a todos a buscar el ruido que cada uno extravió. Los lanzo en el azar fortuito de su captura y resignificar, a pesar de todo, porque cuando hablamos siempre decimos más y algo distinto de lo que nos proponemos, y así nunca hay nada acabado, no hay conversación terminada, porque escribo empezando sin saber lo que voy a decir, y termino sin saber lo que he dicho, o porque en el intento está el desencadenar del curso de la existencia. Tal vez tan sólo deban ser adjudicadas las corrientes de este río hilvanado de fonemas a quien es quizás la cumbre de la cordillera que se pierde junto al cielo vista desde mi ventana, para que persistan las costuras y no se desjunten como los abrazos que quisieron ser más... Enrique Oliveira S.
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Declaración y explicación de un texto, doctrina o sentencia que tiene el sentido oscuro u ofrece muchas cosas que observar. 2 ario, sufijo latino que refiere a: persona a quien se cede algo lugar donde se guarda lo significado persona que recibe algo.
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A Valentina González Que sean las palabras mi sangre, los versos tus arterias y el corazón uno solo.
Para “la que era todas las fuentes y se hallaba sedienta” Gabriela Mistral
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PANORAMA DE LO (IN)VISIBLE Ante el paisaje devenido de los lamentos sin consuelo, se caen los días sin sentirlos, se olvidan los silencios en el ruido y se pierden las palabras por decirte. Pregunto: ¿Serán estas palabras las voces que leerán las futuras huellas del acontecer? Será una exhalación prolongada por millares de ojos que devolverán el reflejo reverberado de su physis esparcida en este fresco de sus vidas. Caerán en cuenta que las letras serán sus respiros exhalados por doquier. Que no hay nada de qué esconderse, no hay nada que ocultar bajo los párpados. Te invito a vestirte de mi contemplar para que seamos todos un único mirar que atraviese los siglos del círculo que somos. Tocaré tu alma como has tocado la mía, y duraré en ti más de lo que puede el dolor o el amor juntos. Sentiré lo que por milenios han sentido, para que sientas lo que por segundos de esta noche siento en cada poro. Transmutaré los padecimientos de mi gente en un solo aullido que destrone las coronas y destape los vestidos en una perpetua similitud desnuda, en un alarido afónico que deshoje las lágrimas del sauce, en un grito mudo que te nombre para que te hagas presente en la luz de todo albor, en toda semilla por atizar y en cada rumor de hojas secas por cantar. Persistirán, después de todos nosotros juntos, las letras que encapsulan las palabras como pompas por reventar el sentido de la existencia, que extirparán de sus propios cuerpos. Soportarán el suplicio de cuántos y lo seguirán haciendo después que estos se extravíen o permuten en algarabías derrochadas por cualquier brisa. Sobrevivirán a la vida, la muerte, tú, yo y los que aún no son ellos, por lo que aún no se ha dicho, por lo que está por decirse, por lo que podría quedar por decir, por lo dicho.
“Es clásico el ejemplo de un umbral que perduró mientras lo visitaba un mendigo y que se perdió de vista a su muerte. A veces unos pájaros, un caballo, han salvado las ruinas de un anfiteatro.” Jorge Luis Borges
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SI SUP(I)ERAS LA DISTANCIA Allá va la distancia que se yergue en el proyectar de nuestras siluetas que se alimenta de los segundos que desjuntamos, de los respiros que apartamos y despeñamos en la bruma pasmosa de la noche para que sean lo que somos, sólo lo que se está por decir, sólo algo que se esfuma para luego no ser lo que debiese ser. El recuerdo me engaña escondiéndose en todo olvido. Sólo las sombras aparecen para idear el bosquejo de la lluvia. Mi memoria me auxilia, muda, del espejo roto en donde camino ciego. Cada espira expele el hedor de la lumbre que fustigo por solapar al sentido extraviado que viaja por entre los vientos que imprecan con sus flechas el resabio amargo del lucero apagado. Solía ver en el agua el reflejo de las nubes disipándose; ahora veo tu recuerdo impreso en los frescos que se escapan donde algunos dirán que tan sólo es el vendaval que te empuja, aleja cuando es el miedo que te aparta de fundirte en un solo estrato del horizonte. Me tendrás silente por exclamar de un solo desatar de mis labios el pálpito de mi sangre desbocada por el sentir de tu resuello prodigado. Si supieras cuan gastados tengo los ojos por trazarte en todas partes, y cuan cansado el latir por sentirte en todo.
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EXCUSA DE SENTIDO El silencio nace al advertir la algazara de la luz que ensordece al mudo cáliz del ensueño. Te encumbraste cuan céfiro inadvertido junto al andar de las crestas del rocío, cortejando la llovizna que acompaña en eco inextinguible a mi transitar que surca algún acezo tuyo por embelesar. Te cruzo por entre el rubor del arrebol que se inmiscuye en las rendijas del sentir repitiéndose como excusa, otra vez, del perpetuar en toda evocación que quiera rendir a tu fatuo insistir en mi voluntad. Abatido me despeño en el veto ensordecedor de tu silencio sellando mis labios, en la algarabía del desasosiego, en otra tarde anidando tu falta, en otra hora revelando tus ojos, en otro tris que se apaga desde mi cantera. Han caído insistentes los momentos en que has sido exhumada desde los recuerdos del futuro. Pues es indudable el fulgor desatado que guía mis empecinamientos por el rielar de las noches anónimas por ser de ti, un segundo compartido, en cada pestañeo que sigue al amor indesatado en nuestra complicidad de las pausas, de tu mirar al nadir por buscar respuesta a la par que esbozas el candor de tu sonrisa remilga, del saber lo que puede ser aquella pausa, abandonada en la inhabitabilidad.
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HOY MUERE EL MUNDO A MI PEDIDO Hoy muere el mundo a mi pedido, y ya no están ellos ni ustedes, ya no estás tú. Ya no existen los ojos que devuelven sin cambio. Goteo salares a dulces ciegos y no parece sobresaltarse nadie. Concédanme un momento libre de palabras y descifren el alfabeto lagrimal que disemino. Alberguen mis ojos quebrados entre ríos limados, entre alforjas nivales, pulcra lira impoluta. Volátil. Se acerca el momentos en el que estallar será la única guía, para que entiendas que es mi fin, que el sobrevivirme me sobrepasó. Y ahora moriré por tu ausencia y mi ausencia juntas. Me cansé de proseguir de olvidos en que no me reconozco. Ya está, quiero morir. Que nadie me piense, que nadie me sepa. Quiero arder en fiebre y repintar el crepúsculo que nadie pidió. Que sea un suicidio a quien nadie importó.
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SANGRE
“discutiendo con los ecos del alma” Allen Ginsberg Clamores que se ahogan en la muerte del silencio. Son las venas coaguladas que se asoman por tu ausencia a falta de sangre en las letras a falta de sangre en la tinta a falta de sangre en la sangre. El cielo se precipita hacia abajo como una tromba para labrar en la piel el soliloquio de tu falta. Y así se va por los rincones de la caverna inhabitada que es mi cuerpo, que son mis labios en busca de la confirmación de tu besos, besos de sangre exacerbada besos famélicos, “epifánicos”. Llueve sangre en mis ojos cada vez que las lágrimas no son suficientes. SANGRE, SANGRE, SANGRE Me exigen las voces de mis adentros SANGRE Me dicen los pálpitos por retozar SANGRE es lo que debo derramar en cada espira que rodee la estela del recuerdo de tu (v)ida SANGRE dilapidaré en cada boceto de tus ojos (par cautivador del suspenso de mis aires). Se asoman proyectadas las efigies del acontecer en el crepúsculo sangrante de furia, de impaciencia, de lamento por quizás ser un artificio de mi alma retratada en el celaje bovedal, para que los viernes, antes de morir, sangren por mis ojos, sangren por entre las nubes que te hagan volver el suspiro, 11
sangren por sangrar lo que falta por sangrar y asĂ todo ensangrentado se manchen los dĂas errados y equivoquen el destino de los besos y se evadan los abrazos vacĂos y revelen la verdad reseca que aguarda en el adentro de tus adentros.
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SECRETO DE TUS OJOS
Que sea como una de esas noches en que no sabiendo donde estamos ni lo que somos, de repente nos damos cuenta que somos la misma noche. Enrique GómezGómez-Correa Se han clavado estos días alboreados en que el secreto de tus ojos me ha sido concedido, adjudicada la luz de tus regatos para guardarla en las noches sin luna. Llegarás como asiste el inexorable salto abisal de las hojas por entre el despertar autumnal del alba que inaugurará el desatar de nuestras almas diseminadas en todo meandro a descubrir donde descalza te bañarás en la hojarasca y esa hojarasca será mi cuerpo y cada hoja mis labios sumergiéndote en un poema en be(r)sos pues expeleremos poesía en cada desplome de la existencia que exiliaremos de nuestro nadar en las sombras cómplices que despedidas en el esbozo crepuscular cumplirán mis invocaciones de que seamos uno en la luz refractada. Y así de nuestros poros saldrá el furor de los cantos por cantar que esparciremos en los prados de la piel y en el celaje de los ojos y seremos poetas al fin, poetas de nuestro sentir, poetas de nosotros por nosotros, mientras el reflejo de nuestro amor sea un mutuo reflectar mientras no extraviemos el extrañarnos mientras persista el retozar de las entrañas cuando el silencio teja nuestras ansias y expanda el sentirnos en ese decir en el callar. Y así el sentir de la distancia será profanado por el torrencial febril que se erguirá 13
en la sincronĂa de nuestras aguas fusionadas en un latir, en un solo suspiro que suspenderĂĄ la brisa soterrada y el fragor de la vida, arrastrĂĄndonos a bebernos en el mar del aire, a flotar en ese viento veleidoso que peina la hierba por crecer en la piel de agosto, a tendernos en los alcores sonrojados por la ebriedad del cielo.
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VACÍO Qué pasadizos insondables aguardan yertos aún bajo la vasta llanura del cielo con la noche vaciando el alma a la espera de la aurora. Qué es lo que no encaja si el persistir intuitivo rige el batir del sentir, si permaneces dichosa riendo porque sabes que tú eres el nacimiento de otras noches, y así es como te das cuenta en ello, que es vacío, vacío el día y las miradas, el caminar y las palabras, y más vacíos aún tus gestos y tus suspiros, tus abrazos, tus abrazos que calman y desasosiegan, y tus ojos como dagas en el techo, vibrando al viento agorero embebiendo incertidumbre incesante a cada respuesta. Y es así cómo la fijeza por lo vacío nos corroe. Vacío. Nos creemos vacíos, pues lo somos nosotros, nadie más vacíos que nosotros cuando nos envolvemos en una maraña indesatable dibujada en la sombra y nos vestimos del uno y el otro para excusarnos del mundo. O para cuando nos bebamos hasta agotarnos, hasta saciarnos de la última gota del otro, por la inquebrantable sed que significa sentir el pálpito estallar. Vacío nos persigue, se ha apoderado de esto y ante ello sólo me remito a callar el silencio silenciado de silencios que somos. PAS DE MOTS Acotación: En la anterior manifestación realizada, se deja a criterio del lector la interpretación de la palabra <vacío> dada las innumerables acepciones y las posibles interpretaciones que aquellas definiciones ocasionen. Es de menester que un solo lector entienda <vacío> como <sublime>.
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DESCREER
Sobrevivirte es el vicio opiáceo que inhalo tras cada zambullir en tus fuentes trémulas. Y entonces... Sepultaré el suplicio perenne en mi sangre, suplantando mis dádivas por otro cielo, suprimiendo hilvanar las lágrimas con mis pasos, descreyendo de todo y todos. Ha llegado el ritual para llenar las ánforas que suplican de sed. Que confabulan en que mueras antes de morir. Dibujando cicatrices ulteriores, desangrando las heridas que no tienes, impulsándote al salto abisal que titubeas tambaleando en la costa de labios constreñidos. Derramando rabia por amor. Si quiera el patrocinio crepuscular salvará esta tarde.
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CUANDO SE APRENDE A LLORAR Como cuando se aprende a llorar sentí el peso de la ausencia entre la borrasca perfumada de congoja y falta y lumbre extinguida que persiste en el desierto sepia, destierro inhóspito que se estrella en cada plañir en cada lágrima antes de ser expelida, aguardando enhebrar nuestras huellas e ir zurciendo a los vientos por no acabar los respiros del despido. Las palabras caducas se apilan en el estigma de la pleamar que indica el vestigio de algún simiente por empapar, de algún tañido por responder, de alguna soledad por incumplir o silencio por quebrantar, para brotar a las semillas por prenderse en la entraña. Me guías, trémula, tremolando en las brozas que me invaden por teñirte en los tonos de las postrimerías de la tarde, en ese enigma ilusorio de definir si es vida o muerte, de fundar en ese espasmo la verdad de nosotros, de fijar en ese esbozo las marcas de lo que será el después, de habitar en agasajos el comienzo o fin de todo.
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SABADO EN LA TARDE
Una pausa es un hallazgo desenterrado por traducirse en los labios. Y aquí estoy, o estuve acaso siendo indeseado en tierra sin dueño fulgurándote en el cielo raso que cubre ensoñaciones, acometiendo las plegarias por estar en ti a como dé lugar, en esta noche que inaugura los lamentos de las heridas ulteriores por brotar, que diseco con disimulo a tu llegada. Abriré las puertas de par en par, a pesar del frío que cruzo hasta llegar a palpar el calor de(l) (tu) querer en una pausa que nos desborde a perdurar envueltos en el algar de nuestras aguas cohabitadas por la certeza encubierta que nos visita. Estaré envuelto por el abrigo de tu cuello y zurciré mis manos a las tuyas por no perder la sincronía de nuestros pulsos al tope de explotar en la dicha del sentir. Te ofrezco mis mejores silencios, las mejores pausas, las expectativas del suspiro, mi pecho completo embebido sólo a sentirte.
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NOSOTROS QUE NOS PERDIMOS Nosotros que nos perdimos en la voluptuosidad de cada espira levantada del suelo por el arribo de un ave. Fuimos sólo inocentes palomas ebrias del vicio de nosotros. Nosotros que nos perdimos en más de un par de luceros cada noche, haremos y dejaremos en desuso los desmanes del verbo amar (dipsomaníaco psicotrópico) Nosotros que perdimos la cabeza y el pecho enteros como el precio a pagar por leer nuestros ojos hasta extirpar la verdad soterrada. Somos sólo silencios sin callar. Sólo somos sombras silentes en el mar anónimo de la noche. Somos sólo sagrados estuarios por visitar. Nosotros no nos perdimos. Fue la vida misma escaldada quien nos arrojó en la orfandad del tiempo sin tiempo, de la parca existencia del ahora absurdo que pugna por su indefinida duración.
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COMO ES SOSTENER LO INSOSLAYABLE Cómo es sostener lo insoslayable. Cómo atravesar las puertas impertérritas ante manojos de llaves ilusorias, que declaran la indisimulable legitimidad asfixiante de saberlo inabarcable, imposible de instigar a danzar, anhelando posar tu brazo en aquella lira pulcra, incólume, que se dispersa entre puentes fraguados a destajo incierto de acidalia imagen Si hasta te transformas en prosélito de sus pasos. Cómo ingresar en la palabra que desborde el dique para dejar que el fluir de la corriente se encargue de decantar en el cónclave preciso. Como en la mixtura del desplome de las aguas interviniste para disociar las corrientes y enturbiar la calma de la senectud de la espera. Espera de expulsar el suspenso hilado en mi entraña que ahora pende del fugaz recuerdo del perfume tuyo que atraviesa por completo el instante.
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COMPAÑÍA FLORESTA Cuando el océano se aplacó y dejó ver su mejor semblante, pude ver a la amapola en mi mano y pude ver. Y es así como de pronto se fueron quedando en silencio las pugnas detentoras de verdad, las irreconciliables dicotomías del ser, las inexpugnables creencias del todo, los caprichos nefastos de la norma, las erróneas y mundanas idolatrías, los bulliciosos pensamientos en la almohada, las torvas miradas de nostalgia, las longevas jornadas de ceño fruncido por develar el correcto devenir de tus pasos, las dudas por a quien salvar, las ansias de quererlo todo acabado, balanceando las contiendas que se rinden ante la simpleza sabida de sólo acompañarte. Ahí está mi proyección diseminada en el reflejo de las vitrinas que pasamos, en el tierno lazo que sus manitas concibe, donde el rumbo estaba escrito esperándonos.
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DESAHUCIADO Y aunque duermes entre sus brazos y abrigas sus ojos con tus besos, yo persisto en mi espera de cruzarte con mi alma, de hacerme presente en tu amar. Te cargo en el agua turbia que absorbe mis males, mis odios. Caigo en un inocente por inscribirle mi odio de la noche. Sienten mis gritos los vasos que quiebro. Sienten mi desesperación los tragos que desvanezco. Eres todo en estos momentos. Mi mañana, la tarde, la noche que odio, el día que odio, las palabras que ocupo, las miradas que uso, las imágenes que imprimo, la tinta que derramo, el lápiz que escribo, los guantes que abrigo, las micros que tomo, los lugares que espero, la comida que como, las risas que esbozo, los mensajes que envío, la persona que extraño, la mujer a quien quiero, la valentina de la que hablo. No te basta que mi alma se encamine sólo hacia tu lira. Mi voz, mi cuerpo, todo, se proyecta hacia ti. Hoy eres todo lo que hago y deshago. Eres delirancia, eres impotencia, eres amor, eres demasiado ya. Sé que es demasiado ya, pero nunca basta. Me siento en contra del tiempo, que cada día es un desamor. Que cada día te alejas, que cada día me acerca al infame viernes y sábado y domingo. Que cada día pasa y no cavilas en mis ojos y no terminas en mis labios. Que no te basta que lo seas todo. No es suficiente que me suspenda por ti, que sean las cinco de la mañana 22
y esté insomne por tu perfume, que sean las seis de la mañana y esté aquí escribiéndote, mientras SÉ que duermes con él, mientras SÉ que seguirás con él la siguiente hora y día y noche que odio. No te basta que desnudo me presente en lo más hondo de mi sensibilidad, plasmando las ansias en una pausa en letras. No te basta. No es suficiente, SÉ. Ya es demasiado.
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SERÁN DESENCADENADAS
“Vivamos los dolores y vivamos cada dolor, cada placer anónimos, hasta hacerlos de verdad. Verdad de todos en ritmo, en fulgor, tras brío ufano” Guillermo Trejo Serán desencadenadas por la muerte de la falta los altivos dones que persignen a mi alma al desdoble (desborde) sublime que me concedo en esta tarde inerte, desollada por las avenidas y colillas que pateo por increparles el desborde irremediable que me embarga y me oprime, y me obliga a imitar la inercia vertiginosa de la ciudad, tan sólo por escapar o ir des(a)nudando los pliegues que ya no, los días que ya no, el semblante que ya no y tu fragancia que ya no. ¿Puede ser UNA la excusa de toda una existencia? ¿Puede ser la causa del orbitar en las fuentes de toda imprecación? Puede, pero duele. La exilio porque me mata la falta. Me muero en cada baño de sus ojos. Me mato en cada esquina que la devuelve a investir al sombrero del día. Por eso voy escapando del que fui. Renuncio a todo, mas nada fui. Me voy desvistiendo en el éter, en la bruma que ciega toda expectativa del después, en el vapor del respiro que aspiras para por vez primera despedirme de tus labios y elevarme al cenit, para desde ahí desatar el porvenir que empiedro y comenzar la vida que reconozca como tal. Quiero vida, pero vida mía, no la de la espera, no la de la muerte, no la de la sangre desangrada en los ocasos. 24
Seré de los peor, lo mejor. No estaré más en vano en los días que no son. No seré más el olvido del silencio. Podré estar ausente, pero ahí estaré arrancando los cantares que se esperan, escribiendo por todos los que habitan el celaje hirviendo de las noches infames, por todos los que estaban sin buscar, pero encontrando el intersticio preciso, de advertirse en los puntos de las ies, aunque sea. Y si no es este el cantar de tu canto venidero, declaro al viento mi sentencia de ser quien esboce la mezcla que haga llegar aquel poema que te atraviese la entraña por completo. No descansaré hasta dejar sueltas las palabras que despeguen a tu alma del enclaustre tedioso de seguir los pasos sin encontrar lo que hay que buscar, lo que se está por hallar, lo que debiese acontecer. No me detendrán. Mancharé los albores por desvirgar de mi caverna los desmanes que arriban aterrizando en el oleaje del mar de saetas que llueven después del adiós.
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Y cuando esas noches ya no lleguen calcaré las mañanas por nuestros ojos para tejer los albores que viviremos juntos sin miedo más que a extraviar tu recuerdo y perderme en tu mirada de la cual estaré embebido hasta que desista el sentir, hasta que tu efigie abandone los muros por donde voy, hasta que la ciega esperanza haga claudicar el tal vez, hasta que el tiempo deje de postergar el último grano de arena, hasta que no me des albergue en tus paseos, hasta que ya no voltees todo a tu llegada y hasta que callar no sea compartir un silencio sino que sea borrar el amor que se ahogó en su intento.
AEVITERNUS
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