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Nota de Tapa
Sin considerar los contactos indirectos entre Perón y Mao ni, más atrás en el tiempo, los intentos de Yrigoyen de abrir un consulado en la República China o, más adelante, el primer convenio de intercambio cultural con Illia o la visita a Beijing del dictador Videla —la primera de un jefe de Estado argentino, así haya sido el dictador—, desde la restauración democrática de 1983 todos los presidentes argentinos han ido cimentando la relación bilateral.
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