INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
La educación ha sido un dilema permanente en nuestras sociedades contemporáneas; muestra de ello son las abundantes y polémicas publicaciones que han surgido a lo largo de las últimas tres a cuatro décadas, en las que especialistas en el tema señalan las cruentas contradicciones que se manifiestan en este ámbito de realidad social. Entre ellos figuran, por ejemplo, académicos ingleses y norteamericanos quienes se han interesado en formular teorías y conceptualizaciones en torno a la función de la educación como productora y reproductora de estructuras sociales de desigualdad y en torno al papel que juegan los educadores desde sus aulas como agentes de resistencia a esas tendencias sociales. Las investigaciones que abordan la educación en el ámbito de las escuelas públicas dejan ver que –en sociedades marcadas por su diversidad cultural y racial– la educación formal tiene un efecto que es, por un lado, distorsionador de identidades, y por otro, diferenciador de oportunidades de desarrollo socio-económico para los estudiantes de origen etno-cultural y social distinto al de la clase dominante. Por el contrario, estudios que abordan la educación alternativa etno-específica han destacado la función emancipadora de esas escuelas. Más aún, aunque la educación no constituye un eje temático fundamental para la sociolingüística, algunos teóricos e investigadores en esa área del conocimiento han analizado el impacto que tienen las lenguas oficiales mediante las que se enseña en las escuelas públicas, sobre la continuidad de los idiomas específicos
1