#Urbanismo1 Ideas sobre nuestras ciudades costeras. Nuestras ciudades han demostrado encontrarse vulnerables y expuestas a desastres naturales, hoy en día existe una gran preocupación en relación al constante aumento del nivel del mar, consecuencia del cambio climático, donde el urbanismo se presenta como herramienta esencial para la mitigación de impactos ambientales a través del uso adecuado de suelo y planificación de crecimiento urbano, entre otros; considerando factores ambientales, sociales y económicos. Alrededor de 271 millones de personas, que habitan en ciudades costeras, están expuestas a inundaciones marítimas, las víctimas de la subida del mar crecen sin cesar, para el 2050 se estima que al menos 345 millones personas podrían ser anegadas de sus residencias. A su vez, el ingreso del agua salada, contaminaría las reservas de agua subterránea y saturación de las tierras agrícolas, creando degradación, erosión y perdida de suelos fértiles. Las zonas de más alto riesgo se encuentran en Asia y la Costa Este de EE.UU, donde la tasa de aumento del nivel del mar es de 3 o 4 veces más rápido que el promedio mundial, con ciudades, playas y humedales expuestos a inundaciones. Nueva York, es uno de los ejemplos más representativos, el nivel del mar sube y el riesgo de tormentas con desastres parecidos a los del Huracán Sandy pueden llegar a suceder cada tres años si no se reconstruyen sus bordes costeros. Ya existen propuestas para invertir y rediseñar este borde con parques y espacios públicos que protegerían los barrios de Manhattan de próximas inundaciones. Dado que la geografía de Chile se define principalmente por el Océano Pacífico, es imperativo se introduzcan estos temas. Los proyectos de reconstrucción de la costa en las regiones afectadas por el terremoto de 8,8 grados Richter y tsunami de 2010, se presentan como una oportunidad para plantear una planificación sustentable que considere factores de cambio climático, de esta forma las ciudades generarían seguridad en su inversión en infraestructura, seguridad para sus habitantes y protección de sus recursos naturales. Como lo visualiza el arquitecto Alejandro Aravena para Constitución, una de las ciudades más afectadas por el tsunami, un plan que se genera desde la premisa que ante amenazas geográficas, existen soluciones geográficas, donde, a grandes rasgos, el objetivo es trabajar con los bosques de la zona costera para aliviar y contener la amenaza de otro posible tsunami. En Chile hay mucho que hacer en términos de planificación urbana y medioambiental. El Urbanismo es un campo emergente, tanto en políticas públicas como en educación. En el mundo hay un creciente interés por el cambio climático y las ciudades y sus gobiernos ya tienen estos temas en cuenta para su planificación.
En nuestro país las ciudades las manejan sus municipios que a menudo no tienen herramientas o capacidad ideológica cultural para hacer un buen plan regulador o prácticas urbanas, consecuencias que hemos presenciado muchas veces en catástrofes como el reciente incendio en Valparaíso, donde los más afectados siempre son las personas de bajos recursos. Los asentamientos costeros se presentan en condiciones medioambientales sumamente vulnerables al cambio climático y los gobiernos y la administración de las ciudades no están siendo capaces de mantener el ritmo con sus necesidades urbanas, sus rígidos procedimientos son lentos para responder y corregir sobre la marcha. Hoy en día existen nuevas posibilidades hacia la sustentabilidad urbana, desde un contexto social y de micro escala, respondiendo eficazmente al fenómeno urbano actuando como agente complementario a las estrategias de planificación que están enfocadas mayormente a aspectos de normativas generales. La participación y acción ciudadana son poderosos agentes de cambio, generar vecindarios con herramientas, escuchar sus puntos de vista, y crear comunidades organizadas es indispensable para dar inicio a los procesos de transformación urbana, con el fin de no seguir deteriorando el medio ambiente y mejorar la vida cotidiana de la población. Con la participación pública se puede hacer frente a los innumerables problemas de urbanización, muchas veces generado por el modelo económico profundamente establecido en las ciudades chilenas, donde el mercado va dibujando ciudades que poco tienen que ver con el bien común y cuidado del medioambiente. Vivimos en un contexto cultural de profundos cambios e innovación, junto a nuevas formas de pensar, aparecen soluciones creativas y sensibles que conectan al hombre con su entorno. Promover las capacidades del ciudadano es un rol esencial dentro de los nuevos mecanismo de hacer ciudad, he aquí la importancia de la educación de nuevos arquitectos bajo la perspectiva de un nuevo mundo urbano donde las instituciones universitarias debieran evolucionar hacia el desarrollo de proyectos que sean un beneficio para la comunidad, desde el cambio climático y el bien público, potenciando y rediseñando la labor del arquitecto, evitando la obsolescencia de la misma profesión. Daniela Misleh.