El mundo a través de la pantalla
Antología/fanzine del evento virtual: https://www.youtube.com/playlist?list=PL7L6IpDPHfK2 S887k_4CGy7D-MwScrIWh Edición y prólogo: Daniela Prado Diseño de portada: Arturo Gómez 15 Ejemplares Físicos 1 Edición Septiembre 14 de 2017 Cali, Colombia
El mundo a través de la pantalla II (Antología del vídeo/recital)
Compilación a cargo de Daniela Prado
Contenido
Unas pocas palabras
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Alexandra Espinosa
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Damian Salguero
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Fátima Vélez
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Juan Restrepo
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Juan Camilo Lee Penagos
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Tania Ganitsky
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Henry Alexander Gómez
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Margarita Losada Vargas
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Josef Amón Mitriani
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Hannah Escobar
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Nicolás Peña Posada
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Laura Estrada Márquez
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John F Galindo
40
Daniela Gaitán
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Miguel Tejada Sánchez
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José Daniel Bustos
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Biografías
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Unas pocas palabras
La tertulia de poesía: El mundo a través de la pantalla, es un video/recital organizado por la poeta Daniela Prado y que hace parte del Festival Internacional de Poesía de Cali; desde el 2016, año de su primera edición, se pretende mostrar y visibilizar que están escribiendo los poetas jóvenes hispanohablantes dentro y fuera del país, las diferentes voces y exponer un panorama de la nueva poesía por medio las plataformas y herramientas que nos ofrece el internet para comunicarnos y acercarnos. Aquí encontrará el registro físico del encuentro de poesía en el cual varios poetas de Colombia de los 70’s, los 80’s y los 90’s, nos hablan, a través de la pantalla, con sus poemas de: sus inquietudes, pasiones y formas de entender el mundo. Puede ver la transmisión en vivo y los videos pertenecientes al Video/Recital por medio de éste link: https://www.youtube.com/playlist?list=PL7L6IpDP HfK2S887k_4CGy7D-MwScrIWh
Alexandra Espinosa
Independencia y adultez emergente Para pagar con cupones en el supermercado debo dirigirme siempre a la última caja. lejos de interesarme la liberación, no lavo mi ropa sola jamás y prefiero ante todo ser una piedra viva oscura y resbalosa, masa, millones de años, el hombre cromagnon mirando el valle de pie sobre una roca hecha de todos sus antepasados celulares, esperando con cuidado las enormes manadas, haciéndose preguntas complejas sobre la cacería, calculando la distancia, pensando en las estaciones en la debilidad de la presa en la velocidad y los kilómetros recorridos. Aristóteles y sus discípulos clasificando 540 especies animales. Los Incas haciendo caminatas interminables, Trepanando cerebros. Charles Darwin llorando en el mar a bordo del Beagle, Charles Darwin llorando mientras escribe una carta a la iglesia Y solicita una comisión de sacerdotes 10
Que puedan llegar a América para poner alma a los salvajes. Emma Darwin sonriendo Mientras recibe clases de piano con Chopin. Tesla mirando una hoja de papel bajo la luz de una lámpara. Un caballo respirando agitado Comiendo corteza de árbol pensando salvaje en el mundo, en el invierno, en la oscuridad de una montaña. Una ballena flotando solitaria 52 Hz Cantando en una frecuencia que nadie escucha moviendo lentamente un cuerpo que nadie necesita. lo que es hermoso consigue que me olvide de todo. Cuando salgo de casa y me muevo hacia ese aviso publicitario en el que solemos quedar siempre mi única motivación verdadera es abrazarte y sentirme igual a ti. La pregunta fundamental es ¿Te sientes adulto? Si No En algunos aspectos sí, pero en otros no.
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Damian Salguero
Desconexión 1: Escribo un poema sobre redes sociales, sobre el McDonald’s que no hay en mi ciudad, jajaja, vivo en la provincia número cincuenta y cuatro de un país que olvidó el tiempo, cómo que se congeló todo, con sus malos poemas y sus poetas que todos se cansan de criticar, porque son malísimos y se creen la putería, porque son asistentes de secretarios de algún cubículo del ministerio de cultura o son coordinadores algún colegio, entonces escribo un poema pop, popapop para ser más preciso, de esos poemitas sin nostalgia sin fuerza, sin nada que ofrecer, me parece bueno porque mis amigos creen que soy poeta, me invitan a tomar y yo finjo estar borracho y caerme por las escaleras esperando a que amanezca detrás de esta muerte sin McDonald’s, me parece triste pensar que mis poemas no son famosos porque no soy rico, o porque todavía no me suicido con la firme convicción de que soy un poeta maldito, en realidad mi mamá dice que soy un buen poeta y se lo agradezco con un poema, no malo no bueno, simplemente un poemita pop para levantarme alguna hembra que crea que lo que digo es una metáfora pos vanguardista del mundo, que reflexionó sobre el lenguaje y palabras enredadas que fingirá entender, simplemente escribo para parecer una leyenda del marketing. 12
Fátima Vélez
Alimentar a los caballos similus cum similibus curantur, que quiere decir que los burritos se juntan para rascarse las montañas de Catskill el establo un caballo marrón él le dice si fuera animal sería un caballo como el caballo marrón que ella mira y dice me excita cómo la excita pregunta él ella responde como si las cosquillas quisieran reemplazarme, muy aquí, con la escasa noción que pueden tener las cosquillas del aquí seguramente el caballo la sepa abarcar bien dice él pero, advierte si alguna vez ella se acuesta con un caballo no volverá a tocarla 13
ella no está diciendo con perros con gansos con cabras dice con caballos pero No es un músculo enfático y ella comprueba cuando toca su mano el No mayúsculo impregnado de lomo y dice no me acostaré con un caballo para que siga tocándome lo dice en serio sabe no existen otros caballos como él las montañas de Catskill se hacen las que no oyen que no saben y rodean un lago antes un pueblo removido del núcleo para contener la reserva de agua de la ciudad donde él y ella toman agua de la llave como si no estuvieran lejos de lo que alguna vez los hizo cerca de qué han estado cerca no del futuro pero existe dónde en el agua de la llave tal vez si la mirada estuviera hecha para extraer lo otro de lo uno pero el ojo no ablanda el cuerpo allá marrón con la sustancia de lo vivo su cola espanta moscas 14
sabe producir mirada comer cagar ver oler una hembra abalanzarse incrustarse lastimar el reflexivo solamente en comer comiendo buscando más comida gerundios del potrero pero si hay una hembra tumbar arrasar he ahí una palabra he ahí una función en contraposición las hojas su postura de otoño caen como si de caer hubiera adentro un canto inspección del nosotros en la caída el yo se instala en ella él muta en otro donde hay un yo y un tú hay un lugar donde crecen y se ajustan y se enquistan las expectativas alerta no quedar en ese ahí de nos qué hacer luego con esa pulsación frente al semental jamás castrado el espacio entre se cubre de atmósfera la visión declina es ahora un asalto relinchante y ella ya no está con una persona, ni con un caballo 15
está con la sensación de esa persona, de ese caballo dirían que no se desea un objeto sino un conjunto no me acostaré con un caballo dice ella pero cómo sabemos los que pronunciamos palabras y escuchamos promesas los que creemos en mundos naciéndose y otros acabándose el mundo de las moscas, por ejemplo el sexo con caballos, por ejemplo de tanto desear que de ahí surja materia no como pus no como llaman los espíritus a lo vivo materia como un colgar de la firmeza de un caballo la firmeza en que la forma encaja formas colgantes que se parecen a aquello que las desea ¿qué se siente penetrar? pregunta ella debe ser, pero dígame usted sabe más de esas cosas debe ser apretar que flujo se haga súbdito materia que habla sobre cómo siente su materialidad ¿humedad? ¿barro? ¿qué? Poder, dice él 16
poder sacar de un cuerpo donde el otro no es posible el talón del amor se podría hacer cuero de este momento un cinturón de mirar un caballo un cinturón marrón jala con su hondo animal un cabalgar tal vez hacia un futuro mejor hacia un presente con anteojeras blindada la ansiedad de ser otro tomados de las manos la cabeza de ella descansa en la de él y ella lo rascará, le dará guayabas, alfalfa, zanahorias *De Del porno y las babosas (2016)
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Juan Restrepo
Este juego es un gran Pero Este juego es un gran Pero y el deseo un ruido eterno en la vida de los hombres una mandíbula abierta al cielo álgido Este pañuelo de mujer este cofre con muerte este niño desnudo en la autopista esta sirena de ambulancia y este agonizar de los perros. *** Soy una máquina analfabética el ternero que ha nacido muerto y administro el caos con los dedos cuando no me tiemblan mucho luego de la ducha. Quiero acrisolar el mundo apabullarlo de postales con axiomas como fósiles y luego inmolarme en una bocacalle del centro: en alguna del callejón de Bellas Artes, puede ser.
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Juan Camilo Lee Penagos
Antonia y la mariposa Asustada por la vibración de las alas, la pequeña Antonia señaló, gritando, con una contorsión de su cuerpo, a la polilla que se agitaba torpe en el aire. Sintió pánico la pobre. Luego el bicho subió dando vueltas en su búsqueda ansiosa de luz hacia la lámpara, como subiendo una escalera de caracol en el aire golpeando cada hipotético escalón con sus pies de alas bruscas. Luego supe que no hay sonido doméstico más repugnante que el cuerpo del insecto chocando violentamente contra las paredes de la lámpara. Pero estupefacta detuvo su llanto Antonia. Y los adultos callamos: la mariposa o moría o se acercaba a la revelación, 19
pues su cuerpo sin brillo atravesaba en su caída -como una piedraal centro geométrico de la espiral que la elevó. Y la polilla murió tal vez en el culmen de su arrebato cósmico y luminoso y tan metaforizable sin que nos importara. Pero cayó a los pies de Antonia. “Ha muerto”-dije- “no volará más nunca” intentando ser cínico frente a mi hija. Antonia, mientras pateaba el cuerpo volador que sería polvo en breve, se colocó debajo del chorro blanco de luz. Mi hija me miró a los ojos. Yo no entendía el significado de ese instante: difícil sería explicar la ironía del mundo que hace de la incandescencia la fachada de lo que se purifica. “Estamos juntos, en todo caso” –pensé, triste, sin saber por quémientras veía la tierna piel de Antonia iluminada 20
por la luz de Dios y de la muerte.
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Tania Ganitsky
Sobre escribo
Ahora no puedo escribo Con las manos untadas de tierra escribo Es hora de acostarme escribo Dejé la voz en otro silencio escribo Es inútil escribo Espero de rodillas la llegada de la música escribo Nunca he leído un testamento escribo A mí abuelo le agradaba ver pastar a los caballos escribo Perdió la esperanza durante la guerra escribo La recuperó en el exilio escribo Estoy lejos escribo Te quiero escribo Interrumpimos la comedia de Billy Wilder escribo Esta ciudad es de los cuervos escribo Nunca más, nunca más 22
escribo Jamónjamónjamónjamónjamónja escribo No me siento sola escribo Hay una dirección postal en cada palabra escribo En cada persona escribo Sello el sobre con mi lengua escribo como si fuera un testamento.
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Henry Alexander Gómez
Parábola del padre Padre siempre se sumerge en las más extrañas empresas. En un diálogo mudo con la vida, en una incesante errancia por el orden prohibido de las cosas, hizo de la derrota su sello personal, una enorme roca de aire para empujar cuesta arriba. Un día compró una rueca de hilar nubes. Decía que en la plaza bien podría abrir un negocio celeste para achispar acontistas. Pasaba horas golpeando el pedal, hilando el día, ovillando la lana. Desde allí urdió toda la orilla del cielo sin conseguir una sola moneda. Otro día se hizo a un viejo auto para sortear la soledad de los caminos. Con él cruzaría las fábricas del humo, las páginas secretas de las grandes montañas, hasta llegar a La Habana o Nueva York. Pero la noche lo dejó tirado a un lado de la carretera, reparando el veterano motor oxidado. 24
Raras tareas emprende mi padre, cultivó los sueños de los ondeadores de banderas, comerció con olvidos, amasó el pan para el inspector de patatas fritas, escribió cartas de despedida para amas de casa, hasta afiló los lápices de tercos burócratas en una corte de un país que no aparece en ningún mapa. Hoy comprendo que mi padre es un poeta a su manera, atesora la derrota como quien guarda palabras perdidas en la billetera. Sin saberlo, padre, con cada inútil negocio, me ordena mi noble función en el mundo: el oficio de escribir, a cada instante, el arte de la pérdida.
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Margarita Losada Vargas
PIETÀ pido permiso para morir un poco para romper tu membrana para expulsarte del útero no padecerás jamás el peso de la luz ni las heridas del grito serás mi más amado desterrado serás el aire que sostiene mi jardín de sombras
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Josef Amón Mitriani
K Los hombres de K: como 15, como veinte. Hablamos y sale uno, hablamos y sale otro. (¿Otro, mi amor?). Yo soy, supongo, uno de los hombres de K. El número 20, supongo. Le acaricio el ombligo y la llevo a la hamaca. Le doy un beso adentro del ojo, le digo que pase conmigo todo el fin de semana, que mi casa (ella lo sabe) está al lado del mar. Le jalo el pelo hasta las cinco de la mañana, apagamos el ventilador 27
para poder sudar, me cuenta algo que tiene que ver con otro de sus hombres, el número ocho, dormimos una hora con las piernas enredadas, nos ponemos los vestidos de baño, preparo café negro, fumamos cigarrillos, salimos caminando, vemos la arena caliente. K se sube en mi espalda, el mar frío, las nubes tranquilas, pasa un gatito, K lo saluda, se despide. Fumamos cigarrillos, tomamos limonada sin azúcar, leemos. Yo leo poemas de Yusef Komunyakaa, ella lee la novela de Andrés Caicedo. Me echa crema en la cara, yo le agarro la mano y la pongo en el bolsillo 28
de mi pantaloneta. Vemos directo al cielo, vemos el sol sin gafas de sol. La playa vacía, quieta. “Vamos a almorzar a un hotelito y nos metemos a la piscina y nos gastamos toda la plata que tenemos”, le digo. Una moto me lleva al banco, estoy lleno de arena caliente, agua con sal, saco todo lo que tengo, todo lo mío, todo lo de ella, me da su mano llena de gotas y caminamos al hotel, me da besos en la espalda y me habla de su último hombre, el diecinueve, supongo. Le sudan los brazos, a mí me suda el estómago, el esófago, el páncreas. En el hotel pedimos carne a la pimienta y espagueti con champiñones, cerveza, vino blanco. Estamos borrachos 29
en la piscina, hablamos de los filósofos presocráticos y de la música que suena en los moteles, hablamos de jazz, de mis mujeres, de sus veinte hombres. Le toco un pezón con la copa de vino, una copita de plástico que nos dio el mesero para no llenar el agua de vidrios. Me chupa la frente, me dice que no quiere ser mamá. Su boca es un laberinto y ella lo sabe, me escupe vino frío en la cara. Se ríe. Baila. Se enreda, flota. Me tomo un antidepresivo con agua de piscina, pagamos la cuenta y caminamos a casa. Le hago una apuesta: “Si logras tocar 30
un pájaro te invito tres veces más a ese mismo hotel, o al hotel que quieras”. K camina por las calles del pueblo intentando tocar un pájaro, no lo logra. Está muy borracha para poder tocar un pájaro. “Ya tenemos 30 años, mi amor, ¿no deberíamos ser más maduros?”, me dice. “Sí, ya tenemos treinta años, deberíamos ser más maduros. ¿Qué hemos hecho hasta ahora, aparte de gastar plata en cerveza y cigarrillos?”, le digo. Se le olvida lo de los 30 años 31
y compra una pizza en la calle y me dice que nos bañemos juntos y que la clave toda la noche. Yo le pregunto si le puedo orinar encima… Me dice que sí, que claro que sí. Comemos pizza, nos bañamos, le orino encima, la clavo casi toda la noche. K se va quedando dormida con sus pies en mi boca, yo leo poemas de Rilke. Nos levantamos a las 6:00am y me da un beso en el tobillo y me dice que lo más lindo de las iguanas es que comen flores rosadas. Hago café negro, la llevo a la hamaca. Nos tiramos juntos, 32
nos tapamos de las brisas con una sábana blanca. La hamaca se mueve tranquila, yo escribo este poema, ella lee las últimas páginas de la novela de Andrés Caicedo. Cada dos minutos levanta los ojos del libro y me mira con cara de ardilla, sabe que estoy escribiendo algo sobre ella, tiene miedo de que algún día me publiquen un poema que revele su número de hombres. Me da un beso en el lápiz, me dice que no quiere volver a tomar trago, que cuando está borracha no puede controlar el amor, que cuando está borracha no 33
puede tocar los pájaros. Me arranca tres pelos de las piernas, me chupa las manos, me dice que vaya por más café.
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Hannah Escobar
El Encierro Educaron a los hombres para la muerte, los educaron para causar dolor. Me educaron a mí como a los hombres, para escabullirme en sus reunioncitas de trajes y Scotch. Aquí estoy, convertida en la Mata-Hari de las relaciones sociales, más esbelta, major diseñada. Educaron a los hombres para la muerte, los educaron para causar dolor. Me educaron a mí para mi propia muerte, para causar mi propio dolor. Soy pues, el único hombre ante quien me inclino.
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Nicolás Peña Posada
Días de poesía
El sábado canta con voz de mujer triste detrás de las últimas estrellas que arden en el cielo gris. Es tarde. Llovizna. Marte vibra. La ciudad tiene la fisionomía del polvo el exoesqueleto de todo lo perecedero. Los gatos cuentas sus vidas con envidia y se limpian la piel con gotas gruesas. Hay veces que estamos solos es cierto y otras veces que nos acompaña la soledad y es diferente, aunque parezca lo mismo. Entonces andamos dando tumbos por las calles ─como olas en las piedras del corazón─ y vamos camino a la casa por pura pereza de matarnos y que al otro día nos tengan que recoger del piso como niños perros o papeles y que los familiares se asusten porque no les alcanzará la plata para el entierro y todos los gastos de la muerte. Entonces preferimos seguir otras ocho cuadras más enfrentar la vida 36
con los pantalones caídos las palabras que no se terminan de formar y sollozan como bestias en la garganta. Y vamos golpeando paredes cantando boleros de otras épocas sorbiendo noche y lluvia de la botella vacía. Es sábado y ya estamos cerca alistamos las llaves del apartamento pero antes nos quedamos unos minutos frente al edificio y pensamos que no es buena idea volver a lo mismo ─la cama el perro los calzoncillos de lana los pelos del sifón el cargador del celular y los sobrados de la nevera─ entonces nos recostamos en un pequeño muro y decidimos esperar un buen rato ahí completamente unidos al fracaso y sacamos el último papel de la billetera mientras sigue corriendo el agua por los zaguanes por las ventanas cerradas por los caños tapados y cuando vamos a escribir un poema aparece la mañana como la bala de un cañón como el grito rojo de Dios y de nuevo nos acordamos que no estamos hechos para esto que solo somos hombres devastados íntegramente ebrios y que la poesía escapa de nosotros bulle mientras el sol calienta 37
los rezagos de la luna en lo charcos se evapora junto a los silbidos de las bicicletas y solo queda el color de la mañana como un girasol dando vueltas en el aire la resucitación de los pájaros en los cables el despertar de los ojos de los árboles y la vida que no se puede explicar porque nunca nos fueron dadas las palabras para tales cosas.
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Laura Estrada Márquez
Un poema y no flores salvajes entre el choque, idea equívoca de lo que ya no podemos ser más y entre el maltrato que traspasa nuestras formas subcutáneas costras perfumadas del pecho cuando florece no hay nada que podamos salvar que quieres no sentir más la jaula como jaula y que quieres que los cadáveres que alcanzamos a ver en el río del que cogimos las últimas ramitas no sean nuestros NN sino los desaparecidos de otras personas que tal vez sí encontraron refugio y que si hay algo que se pueda suspender en el aire en un intento por liberarnos de la terrible idea de separación del alma y el cuerpo no serán tus babas ni tu gravedad, justicia poética u orgasmo será eso sí la decisión de encontrar belleza en todo aquello que esté roto y no intentar arreglarlo. 39
John F Galindo
Canción del deudor-el padre- y el hombre sin ombligo Si descontamos la eterna deuda de la calma la menuda deuda del poema entre pierna y pierna agotada la felicidad llega la música Canté: no fue sino la tarde en que nos vimos lentos y ojerosos y ajusticiamos nuestras caricias en el baño de la tienda cerramos la puerta y nos mordimos los labios mientras afuera los niños jugaban a quemarse Y también canté: esa vieja balada que suena a veces en la radio que es un poema apuntillado al suelo raso un poema patasarriba malo perfumado con la humedad de los cuerpos de allá abajo el pan de cada día la zozobra Del mar no pude tomar nada algunas conchas y arena entre la piel 40
un mafia disonante y adversaria quemaduras de primer grado en el corazón Una música ingenua ésta que les canto yo lo sé pero ahora que vengo desnudo ya no pienso y existo así lo duden y no canten conmigo: soy una existencia real y el sol es mi destino así no vengan a la fiesta que organizo diariamente un poema anclado en la profundidad del mar un cadáver del amor hundido como un secreto origen de una lengua que no sabe nadar —silencio un momento amables tripulantes— llegamos al final de este viaje que nadie entiende de ésta canción agotada de ésta espuma que se hace agua y palabra Nadamos como elefantes roncos presas del miedo de las flores en el jardín de las palabras del padre que sentencia NO CANTARÁS EN ESTA CASA NUEVAMENTE y por eso hui lejos acumular deudas es mi oficio un viejo marinero que sacude la sal de tarde en tarde y que baila
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Porque bailar es la mayor de las derrotas descalzo sin nadie al otro lado de mí con los brazos en el aire y el ritmo atroz de quien no descansa en paz ni por el sueño deseable ni por las manos conjuradas del oficio ni por las migajas que se asoman tras la ventana ni por el amigo que ya no viene a saludarme ni por este océano que soy ni por el ombligo que poco a poco se desvanece Pero bailé y eso cuenta por sí mismo paga mis deudas y afina mi oído más allá de mí de todo.
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Daniela Gaitán
Recital En el público, los espectadores saben que caerás. Naturalmente, todo lo que es lanzado al suelo ha de ser levantado. El peso no fue dado en vano la justicia tampoco Ya no es importante saber sus nombres, ni su origen, Dios está ahí. Sí, sentado en el público. Nos recuerda. Cuando tú tenías quince y yo diecisiete nada era distinto excepto las vestiduras. Nadie maquinaba nuestro origen. No nos concebían: éramos anónimas. Consumir la fruta podrida no nos hizo más fuertes Por eso la dejamos. Pedir por un ideal porque teníamos uno, no demostró nuestra urgencia y ya no nos importó.
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Vimos la cara de un hombre hermoso bordearse por la luz y todos los sonidos coalicionar en el ambiente. Dios no se detuvo. Tenemos exactamente lo mismos dolores de los dĂas en que dimos puntapiĂŠ a todo lo que estorbaba. Nunca seremos espectadores de nosotros: cuesta reconocer que la paja de mi ojo tambiĂŠn hiere el tuyo.
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Miguel Tejada Sánchez
Sueño que soñaba y en el sueño era muy feliz porque podía por fin soñar (o alegoría de la libertad, supongo) El águila sobrevuela las ruinas nuestras, el gato huye escapa por muy poco de aquellas garras se esconde entre los despojos, como un ladrón La tristeza que me da el reinado del águila la vergüenza que me da el gato Camino las calles rotas con otra persona no hay nada más por hacer Subimos a una de las pocas torres que permanecen en pie Muy alto. El otro (poco discernible en el sueño) patea hierros y trozos de cemento Llegamos a la última ventana. Tengo el miedo bien incrustado en la boca del estómago. Miedo a las alturas. El otro patea la ventana y el marco de hierro se desprende. Ahora es un rectángulo desnudo en una pared que se desmigaja. Casi nada nos separa del vacío. Hay que mirar hacia abajo, pero el miedo me paraliza. Hay que caer. Compruebo que tengo la billetera en el cinto cierro los ojos. Siento un cosquilleo en las plantas de los pies. 45
Es el horror silencioso del deber. Salto o me desplomo. Caigo en la oscuridad. Luego despierto y estoy a salvo, pero igual me siento condenado. Estoy en la barra de una cantina. Bebo y bebo y nada cambia nada me altera la existencia. Cuando voy a pagar, me dicen que la cuenta está cubierta por otro, o por otra, no sé. Escucho unas risitas. Afuera el gato se lame el pelaje. Pronto vendrá el águila, y así.
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José Daniel Bustos
Antes de entregarse a la deriva (Poema para jamunxo y todos sus gallinazos) Recuéstate en cualquier carretera No hagas caso a policías, políticos, profesores Prepárate un té de pasto y floripondio al sol Deja que las iguanas y las cicatrices levanten sus voces Oh no otra vez, miradas achicopaladas descienden cataratas Los cuerpos obedecen a la música de semáforos y ascensores Cansados de llorar evitan miradas evitan cualquier contacto Su propio tacto Su olor Solo conocen el lenguaje de las grietas en los suelos calcinados, cementados hormigonados enbaldosados o áridos desérticos apartamentados repartidos por el honorable concejo del municipio Deja que las mariposas te pellizquen los labios que entren, bien puedan, por las fosas nasales y sigan funden nuevas sociedades en cada ganglio en cada órgano de tu cuerpo transiten por tus venas grafitteando. Es grata la misión. Que el canto de los gallinazos se escuche en la casa blanca la casa de Nariño 47
y en los centros comerciales Que la quietud de los sapos en sus lagunas obtenga doctorado honoris causa en estudios culturales Que las pantallas sean portales Que las palabras sean portales Que los limites se desmoronen Las fronteras se desdoblen Los ejecutivos se desarmen. Tan solo cuando Armas y ropas caigan Sobre la carretera Descompuestas, hagan parte de nuevo del humus Sopesando Te levantas. Tu cuerpo danzarĂĄ obedeciendo mĂşsicas de viento y tambores-corazones de ballena Los gallinazos dibujaran sus mapas sobre la bĂłveda celeste.
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Biografías
Alexandra Espinosa. (Bogotá, 1995). Algunos de sus poemas han aparecido en Los Perros Románticos, Tenían Veinte años, Revista tn, Otro Páramo, Cráneo de Pangea y en las antologías 1.000 millones, Poesía en lengua española del siglo XXI (Rosario, 2015), Pasarás de Moda (Editorial Montea, 2017) y Vientre de Luz/Ventre de Lumière (2017). Escribe en el blog, Efervecer (http://efervesciendoymesiendo.blogspot.com.co/). Damián Salguero. (Pereira, Colombia, 199X) Artista multidisciplinar. Actualmente reside en la ciudad de Popayán. Fátima Vélez Giraldo. (Manizales, Colombia, 1985). Estudió literatura en la Universidad de los Andes, una maestría en Escritura Creativa en la Universidad Nacional de Colombia y otra maestría de Escritura Creativa en la Universidad de Nueva York. Ha trabajado como profesora de escritura creativa y gestora cultural. Fundó la residencia para artistasResidencia en la Tierra. En el 2012 hizo parte del equipo de curaduría del Salón Regional de artistas de la zona Centro Occidente. Sus cuentos, poemas y ensayos han sido publicados en diferentes blogs literarios y antologías. Su primer libro Casa Paterna (Universidad Externado de Colombia, 2015) es una antología de tres libros inéditos: Orillas (2003); Diario del refugio (2013); Diseño de Interiores (2014-2015); y Del porno y las babosas (2016), este último en colaboración con la artista Powerpaola, publicado por la editorial brasileña DEEP. Actualmente vive en Nueva York y está haciendo un doctorado en Literatura Hispanoamericana.
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Juan Restrepo. (Medellín, Colombia, 1997) Estudiante de Psicología de la Universidad Pontificia Bolivariana. Integrante del grupo literario El ágora. Algunos de sus textos han aparecido en los fanzines NORMAL y Fueradentro, y en la antología El ojo del huracán, proyecto ganador en la convocatoria Estímulos 2016 de la Secretaría de Cultura de la Alcaldía de Cali, en el área de Literatura. Participó en la 1er Semana de la Poesía de la Universidad del Valle y en el vigésimo séptimo Festival Internacional de Poesía de Medellín en el ciclo Nuevas voces. Juan Camilo Lee Penagos. (1982) es becario doctoral de Colciencias desde 2014, y desarrolla una investigación sobre arte y literatura latinoamericanas en los años 60. Publicó Ciencias de la mañana en la colección “Viernes de poesía” de la Universidad Nacional de Colombia en 2011. Su libro Voces de Casa fue ganador en el II Concurso Internacional de Poesía Paralelo 0 2015. Tania Ganitsky. (Bogotá, 1986). Profesional en Estudios Literarios con maestría en Filosofía y en Literatura. En el 2009 ganó el Concurso Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia con la selección de poemas El don del desierto. En el 2014 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Obra Inédita con su primer libro: Dos cuerpos menos (2015). En Moradas interiores, publicado en 2016 por la editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, sus poemas aparecen junto a los de varias autoras colombianas. Actualmente cursa un doctorado en Filosofía y Literatura en Inglaterra y adelanta una tesis sobre Emily Dickinson y Paul Celan. Henry Alexander Gómez. (Bogotá, 1982). Magister en Creación Literaria de la Universidad Central y Profesional en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Es director del Festival de Literatura “Ojo en la tinta”. Ha recibido diferentes distinciones, entre ellas, el Premio Nacional de Poesía Universidad Externado de Colombia, el Premio
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Nacional Casa de Poesía Silva y el Premio Internacional de Poesía José Verón Gormaz de España por el libro Tratado del alba (2016). Ha publicado los libros Memorial del árbol (2013), premiado en el IV Concurso Nacional de Poesía Obra Inédita, Diabolus in música (2014) Premio Nacional de Poesía Ciro Mendía y Teoría de la gravedad (2014), publicado en Quito, Ecuador. Sus poemas aparecen diferentes antologías y revistas de Colombia y el exterior. Hace parte del comité editorial de la Revista Latinoamericana de Poesía La Raíz Invertida (www.laraizinvertida.com). Margarita Losada Vargas. Neiva - Huila, Colombia (1983). Es autora del libro Mejor arder (Común presencia editores, 2013) y coautora de La persistencia de lo inútil (Trilce editores, 2016). Primera mención de honor en el concurso nacional de poesía La poesìa de los objetos de La Casa de Poesía de Silva, y mención de honor en las categorías de pensamiento y cuento de nunca acabar en el III Concurso Internacional de Micro textos “Garzón Céspedes” convocado desde Madrid por Ciinoe, y desde México por Comoartes. Forma parte de la antología bilingüe de poesía colombiana Vientre de luz / Ventre de lumière: 14 poetas colombianas + Jattin (2017), muchos de sus poemas han sido traducidos al portugués, francés, inglés e italiano. Actualmente escribe poemas, ejerce la psicología, la docencia universitaria y canta en una banda de punk rock. Josef Amón Mitrani. (Bogotá, 1987). Filósofo de la Universidad de los Andes (con una tesis sobre autores presocráticos). Magister en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana (grado Magna Cum Laude, medalla al mérito académico y una tesis laureada sobre el poeta cubano José Lezama Lima). Estudios en dramaturgia y guion para el cine en la escuela Black María. Escritor de los libros Mamarracho de Meditaciones imposibles (2012), Lluvia de astronautas (2014) y 28 poemas minimalistas (en proceso de publicación por la Editorial de la Universidad del Norte).
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Mantiene un blog de cuentos titulado Relatos y trabaja en la edición final de una novela titulada Cosas normales. Se ha despeñado como editor, columnista, investigador y maestro. Actualmente es profesor de tiempo completo del Departamento de Español de la Universidad del Norte, donde enseña “Competencias comunicativas”, “Comunicación y escritura” y dirige el club de lectura “La ruta de las palabras” y “Te cuento” (el Taller de Escritura Creativa de la Universidad del Norte). Hannah Escobar. es una química farmacéutica, poeta y escritora nacida en el municipio de Titiribí, Antioquia en 1985. Ex-asesora del Ministerio de Salud y la Protección Social de Colombia y candidata a Magíster en Políticas Públicas de la Universidad de Antioquia. Premiada en 2014 con su poemario De la propensión a olvidar todas las cosas por el Premio de Poesía Obra Inédita organizado por la Tertulia Literaria de Gloria Luz Gutiérrez. Finalista en 2017 del Premio Internacional de Poesía Jovellanos: El Mejor Poema del Mundo de Ediciones Nobel; su trabajo ha sido seleccionado para hacer parte de diversas antologías poéticas, entre ellas: Mujeres Escritoras en la Memoria de Antioquia de la Gobernación de Antioquia (2016) y Antología de Poesía colombiana del siglo XXI (2016) organizada por la Editorial L’Oreille du Loup en Francia. Nicolás Peña Posada. Colombia, Bogotá, 1991. Es egresado de la Universidad de los Andes en la doble titulación de literatura y artes plásticas. Cursa en este momento un diplomado en escrituras creativas en el Instituto Caro y Cuervo. Como proyecto de grado en literatura creó un poemario titulado Ciudad de perros y palomas publicado por la editorial KIMPRESS. Ha publicado poemas en la revista impresa Reloj de arena, en el magazin cultural el El Espectador, en la revista virtual Sombralarga, Contraluz y la revista mexicana La otra. También participó en el recital de poesía La palabrota, realizado en el teatro Acto latino. Actualmente
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dirige con un grupo de amigos la página cultural Águilas y moscas. Laura Estrada Márquez. (Barranquilla, Colombia 1992). Se mudó a Sevilla cuando tenía once años y vivió divida entre el caribe de Colombia y España hasta el año 2011 cuando se asentó definitivamente en la capital andaluza. Es feminista decolonial, escribe mucha poesía, hace poesía-collage, hace como que ilustra cosas que parecen robots pero que no son robots. Tiene un blog abandonado por temporadas que se llama “Paraíso tropical de visiones insumisas” (paraisotropicalinsumiso.tumblr.com). John F. Galindo. Bucaramanga 1978. Licenciado en Literatura. Ganador del XIX Premio Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia, 2007. Su libro Ventanas de otros días recibió el IV Premio de Impulso a la Poesía Joven Colombiana (2008). En 2009 recibió la Primera mención de honor en la bienal de Poesía “Julio Flores”. Ganador del Premio Nacional de Poesía RelataMinisterio de Cultura 2012. Su libro Lavar la culpa, ganó el Premio Nacional de Poesía Tomás Vargas Osorio en 2016. Cuentos y poemas suyos han aparecido en publicaciones nacionales e internacionales, así como en diversas antologías. Ha publicado los libros Ventanas de otros días (Ediciones UIS 2008), Karaoke Demon (Ediciones UIS 2010) y [L] (Cuatro Colectivo Editores 2011). Su obra no ha sido traducida a ningún idioma. Daniela Gaitán. (Bogotá. 1993) cordina el fanzine LaZine. Ha sido antologada en la antología de poesía Hot Babes (Editorial Ojo de Pez) y Pasarás de Moda (Editorial Montea). Publicó la plaquette Con/Cavidad (Perniciosa Ed.) Escribe poemas que se encuentran principalmente en marimariteje.blogspot.com y además en lugares como: revistatn, digopalabratxt, entre otros
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Miguel Tejada Sánchez. (Cali, 1982) Trabaja como profesor en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle. Ha escrito cuatro libros de poemas (o algo así), dos de los cuales han sido publicados ya, ambos en el 2016. Hace radio experimental, escribe notas para dialogar con artistas, da talleres de escritura y pasa muchas horas haciendo nada. José Daniel Bustos. es estudiante de licenciatura en artes visuales. Trabaja dese diferentes colectivos en el ámbito de la gestión cultural. Es también bailarín de danzas orientales.
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Éste fanzine/Antología fue lanzado en el evento: El Mundo a Través de la Pantalla II, el cual se da en el marco del XVII Festival Internacional de Poesía de Cali, coordinado por la Red de Bibliotecas Públicas de Cali, con el auspicio de la Secretaría de Cultura de la Alcaldía de Cali. Fue diagramado, editado y encuadernado con ♥ por Daniela Prado; contiene palabras/símbolos, mundos contingentes y paralelos. Gracias a los que leen y escuchan, a los poetas y al FIPC por hacer esto posible.
¡Gracias!